bibl en aula

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Un Proyecto Que Merece La Pena Llevar A Cabo
“La Biblioteca En El Aula”
Cuando nos propusimos la creación de una biblioteca en el aula, éramos conscientes de
lo que ello suponía, porque considerábamos que era muy importante inculcar en los niños el
interés y el gusto por la lectura, y porque además pensábamos que la literatura infantil ofrecía
valores altamente educativos.
Nuestro planteamiento consistía en determinar cual seria el espacio o rincón
seleccionado, de que mobiliario podríamos disponer, con que criterios seleccionaríamos los
libros, cuál sería nuestra función como maestros, la función de la biblioteca en el aula y su
proyección en las familias.
Un montón de interrogantes que iríamos despejando a medida que el proyecto avanzara.
Lo primero que hicimos fue seleccionar el rincón mas adecuado. Era aquel que tenía las
mejores condiciones de iluminación, puesto que disponíamos de la luz natural que nos
proporcionaba una ventana. Además era un espacio que no se encontraba cerca de otros que
pudieran ser motivo de distracción para los niños, como por ejemplo, el rincón de la casita.
Enseguida seleccionamos el mobiliario; atractivo y cómodo para que se adaptara perfectamente
a su anatomía. Disponíamos de una alfombra confortable donde los pequeños pudieran sentarse
adecuadamente para escuchar la lectura o narración de los cuentos, poemas, etc. Dos mesas
redondas con sillas alrededor, permitirían que los niños individualmente contactasen con los
libros: ojeándolos, observando sus imágenes e improvisando una lectura personal, que no es otra
cosa que la interpretación de aquellas imágenes que están viendo, traducidas con sus propias
palabras.
La decoración de las paredes del entorno, era sin duda importante; por ello,
seleccionamos algunos de los personajes más representativos de los cuentos, los ampliamos y
con la colaboración de nuestros alumnos: coloreamos, recortamos y colocamos en las paredes.
Debajo de cada silueta situamos el nombre de cada personaje escrito con letra cursiva, para que
los ellos se familiarizaran con los grafemas. Nos planteamos también el dónde colocar los libros
No estábamos proyectando una biblioteca clásica, nuestra biblioteca era especial y estaba
destinada a niños de Educación Infantil, que todavía no sabían leer. Por ello consideramos que
los libros deberían estar colocados en dos expositores pegados a la pared, cuya altura estaría
adaptada a la de los niños para que no encontraran dificultad a la hora de alcanzarlos. En estos
expositores ellos podrían identificar fácilmente los libros, puesto que estarían colocados de
frente y podrían ver la portada.
Disponíamos ya del espacio, y el siguiente punto a
considerar era la selección de los libros. Entre la infinidad
de posibilidades que ofrece el mercado, teníamos que
seleccionar aquellos que se adaptasen a las características
psicoevolutivas de los pequeños, y consideramos que era
imprescindible tomar como referencia los siguientes
criterios:
- Que los temas fuesen de interés (cuentos de
animales, de otros niños, de hadas,... ).
-
Que la línea argumental fuese sencilla y con
continuidad.
-
Que no tuviesen excesivo número de personajes.
-
Que el lenguaje fuese claro; aunque adornado con onomatopeyas, repeticiones, etc.
-
Que terminasen felizmente.
-
Que predominase la ilustración acompañada de la palabra escrita a pie de página.
Ilustraciones sugerentes y no ambiguas; donde el colorido fuese la nota fundamental.
Diferentes organismos nos proporcionaron ayuda económica para la adquisición de los
libros, e incluso los mismos niños contribuyeron elaborando algunos libros en el taller de
plástica.
La función a desempeñar como docentes estaba clara en lo referente a organización,
distribución y selección de recursos. Nos quedaba por determinar cómo trabajar en este rincón.
Nuestra misión sería estimular y fomentar la curiosidad e interés de los pequeños por la
lectura para que se acercasen a los libros sin miedo. Además, nuestro papel seria transmitir los
contenidos de las historias mediante un proceso narrativo en el que todos participaran
activamente preguntando e imitando personajes. La narración de un cuento sería un buen punto
de partida para plantear otras actividades como:
- Dibujos de personajes.
- Dramatizaciones de escenas.
- Creación de móviles.
- Elaboración de canciones etc.
Éramos conscientes de que el papel de la biblioteca iba a resultar fundamental para
contribuir al desarrollo integral de los escolares, que además, nos iba a permitir:
- Aproximarles a la literatura infantil desarrollando el gusto por la lectura.
- Fomentar su sensibilidad estética y su capacidad creativa.
- Fomentar hábitos de escucha y atención.
- Ponerles en contacto con nuevas situaciones de la vida cotidiana.
- Enseñarles los valores positivos que deben regir la conducta.
- Aproximarles a los sentimientos de los demás.
Desde la biblioteca podríamos inculcarles también hábitos de orden y de cuidado de los
libros.
Consideramos que la biblioteca no debe
quedarse en el Centro, es necesario proyectarla a
los hogares y hacer partícipes a los padres de
esta labor. Por ello establecimos unos registros
con sus correspondientes fichas para que los
niños pudiesen llevar los libros a sus casas.
Orientamos a los padres para que llevasen a
cabo con ellos una lectura o narración de los
mismos y que posteriormente pudiesen
contarlos en el Centro. Pensamos también en la
importancia que tenía el cuidado de los libros, y
solicitamos la ayuda de las familias para crear un taller de reparación una vez al trimestre.
Nos llena de satisfacción el comprobar que el resultado ha sido positivo, y que el trabajo
continuado en este rincón nos ha permitido alcanzar todos los objetivos que nos habíamos
propuesto, e incorporar a las familias en nuestra función docente.
Rocío Granados Méndez
Manuela Jimeno Mateo
Madrid’2002
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