Universidad de Guadalajara Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades El lobo estepario Herman Hesse Novela Negra Estructura: Dividida en cuatro partes: Introducción, Anotaciones de Harry Haller, Tractat del lobo estepario y Siguen las anotaciones de Harry Haller. Sinopsis: Desde el comienzo de la novela se destaca la compleja técnica narrativa que emplea el autor. Comienza con el procedimiento del manuscrito ajeno, encontrado y luego dado a la imprenta; prosigue con una introspección y ahí son presentados los temores, conmociones y dudas que agitan y perturban el espíritu atormentado, original y complejo que caracterizan al sombrío Harry Haller, el lobo estepario. Éste es un hombre de casi cincuenta años, cansado y pesimista, enfermo del cuerpo y del espíritu; extraño, insociable, misterioso, lleno de talento y con una capacidad de sufrimiento ilimitada, genial, terrible, es un ser introvertido, con vicios y virtudes, castigado por dolorosas experiencias, se siente desubicado en el mundo material circundante y busca la verdad a través de todas las vivencias imaginables; además, es un individuo en pugna con las dos naturalezas opuestas que habitan en él: la espiritual y la instintiva. Hesse continúa con un paréntesis descriptivo de la personalidad de Haller en el Tract −tratado− del lobo estepario. Después de su lectura, Harry sigue aburrido, descontento, inconforme consigo mismo. Cierto día se rebela ante esta mediocridad e irrelevancia que marcan su vida; requiere de alguna agitación fuerte que sacuda 1 la monotonía de su existencia y lo saque de ese simple vegetar cotidiano. Al borde casi del suicidio, un día tiene un encuentro casual con Armanda, joven y hermosa encarnación de la vida, del mundo sensual, gozoso y terrenal, opuesto al mundo oscuro, pesimista e intelectual de Harry. Armanda le enseña a disfrutar los placeres de la vida, los simples y pequeños detalles que pueden hacer amable la existencia: bailar, comer Es la liberación, la redención del lobo estepario, un hombre que no sabe reír. En cierta ocasión Armanda casi le ordena aprender a amar lo más bajo y vulgar, entonces le presenta a María, criatura instintiva, sensual, símbolo del amor físico, a un tiempo inocente y pervertida; ella le enseña placeres para él desconocidos y, junto con Pablo, un saxofonista de una banda de jazz, introducen a Harry en el mundo del opio. Sin embargo, el lobo estepario no es totalmente feliz; siente la carencia de algo inexplicable. Concluye Hesse con un juego simbólico: una noche se celebra un baile de máscaras, al que Haller concurre invitado por Armanda y se identifica con aquel ambiente lleno de baile, música, de goce terrenal, de vértigo y alegría. Harry piensa que hay algo mágico en aquellos; se confunden realidad y fantasía. En ese instante Harry sale del hechizo y despierta −dice la obra−, toma plena conciencia de las cosas. Se suceden luego escenas de profundo sentido alegórico en un desdoblamiento del alma de Harry: por un lado, su ansia y tendencia a lo sublime; por otro, su apego a las cosas terrenales. En un clima irreal, onírico, aparecen Armanda y Pablo, quienes le conducen al teatro mágico, donde se representa toda la complejidad de la vida. En un momento dado Harry descubre a Armanda junto a Pablo, desnudos luego del amor; entonces la mata, es decir, aniquila lo que más ha querido, la vida misma, a modo de expiación y autocastigo, de autodestrucción. Harry es juzgado y ejecutado. Pero de nuevo vuelve a despertar y descubre que otra vez todo ha sido un sueño, una alucinación, una trágica y terrible simulación dentro del fascinante juego de la vida. El lobo estepario comprende todo: Armanda, María y Pablo sólo han sido figuras de ese gran juego, y de él depende saberlo jugar o no. Cuando sepa hacerlo, aprenderá a reír. 2