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La Historia que Debe Repetirse
Sin Historia no hay posibilidad de acometer el presente.
No te puedes mover por el presente, no puedes actuar en él.
Conocer la Historia, sus mecanismos de análisis,
de comprensión, te da la sabiduría del tablero…
Arturo Pérez-Reverte
Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio,
bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias
con que se encuentran directamente, que existen
y les han sido legadas por el pasado…
Karl Marx
La Historia que Debe Repetirse
1854. Apenas habían pasado diez años de la Declaración de Independencia, del grito
de: “…Separación, Dios, Patria y Libertad”, documentado en el Manifiesto de
Enero del 1844. El país se encontraba aún en pañales, acosado por las divisiones
intestinas manifiestas en las dos constituciones, una limitando el poder del Ejecutivo, y
la otra que respondía a los deseos del General Santana.
La debilidad económica y militar del país eran evidentes, lo cual generó un interés
particular de las potencias de entonces en hacerse con el control total o parcial de la
nueva república.
Los Estados Unidos, mostraron interés particular en la Bahía de Samaná. Las razones
eran obvias: acceso a una de las tres rutas de entrada al Mar Caribe, instalar una base
militar estratégica, y seguir expandiendo su territorio, apoyándose en su Destino
Manifiesto.
Utilizando al enviado especial William Leslie Cazneau, ofrecieron a la República
Dominicana el reconocimiento diplomático a cambio de “…las ventajas que los
Estados Unidos esperan derivar de la posesión y control de una porción del territorio
en la Bahía de Samaná…”, instrucciones del Secretario de Estado William Marcy.
Francia e Inglaterra, quienes tenían territorios en el Caribe, y también habían
manifestado su interés en Samaná, querían frustrar los deseos de Estados Unidos.
Ambos exhibieron sus capacidades militares enviando fragatas, bergantines, vapores;
Inglaterra por ejemplo, mantenía “… una flota a la distancia de mosquete … y el vapor
de guerra S.M.B. Argus…”.
Los Estados Unidos tenían poderío militar en la Bahía, la Corbeta Talmouth y el vapor
de guerra Fulton, que hacía prácticas de tiro de cañón diariamente.
Intimidaron al Congreso Dominicano para que firmasen un Tratado de Cesión
Territorial a través del cual les fuese entregado el territorio deseado. También iniciaron
una agresiva correspondencia diplomática orientada a disuadir a Francia e Inglaterra
de interferir en sus asuntos.
El Tratado fue firmado el 5 de Octubre de 1854 y esperaba ser ratificado; previa
ratificación, se sugirió una enmienda al Artículo III, bajo el temor de que se
implementase en el país un régimen esclavista como existía en Estados Unidos.
Se solicitaba la concesión a los dominicanos de todos los derechos y prerrogativas
que los estadounidenses gozaban en la República Dominicana, sin distinción de raza o
color. Esta pequeña enmienda cambió el juego pues hacía imposible que el congreso
estadounidense aprobase el Tratado por la segregación racial existente en dicho país.
Esta sugerencia atribuida al británico Teodoro Stanley Henneken, o al Cónsul Francés
en Haití, Raybaud, impidió la firma del Tratado. Ya fuese el inglés o el francés,
conocían las reglas de juego del momento, la situación sociopolítica estadounidense, y
las usaron a favor nuestro.
Descripción adaptada del libro “Las Raíces Dominicanas de la Doctrina de Monroe” de
Pedro Mir.
2015. A 70 años de la Segunda Guerra Mundial, existen reglas de juego establecidas
en 1945, donde se concedió el derecho de veto a los miembros permanentes del
Consejo de Seguridad. Esta capacidad permite anular cualquier decisión que afecte los
intereses de uno de los miembros permanentes.
La República Dominicana se encuentra bajo fuego cruzado de ONGs, Haití, CARICOM,
Estados Unidos y otros países con capacidades económicas, políticas y diplomáticas
muy superiores a la suya, situación similar a la que enfrentó en 1845.
En la epidermis, parece derivado de la definición de nacionalidad, expresada por la
Sentencia 168-13, evacuada por el Tribunal Constitucional, y regularizar el estatus de
los inscritos irregularmente en el Registro Civil vía Ley 169-14.
Hay grupos que hablan de intervención militar, utilizando supuestas violaciones a los
Derechos Humanos como excusa, doctrina superpuesta a la Soberanía; de
Kosovización de la Frontera; y los radicales hablan de fusionar las repúblicas existentes
en La Española.
Otros ven razones económicas detrás de la máscara: la existencia de Oro en la frontera
dominico-haitiana, Petróleo y bancos de pesca abundantes en aguas dominicanas, etc.
Independientemente de las razones argumentadas para justificar cualquier acción
intrusiva, será necesario que se emita una resolución del Consejo de Seguridad para
avalarla, a menos que se utilice la estrategia de la OEA de 1965, o se tome una acción
unilateral preventiva, argumentando daño a intereses nacionales.
La República Dominicana tiene en sus manos las herramientas para jugar con las reglas
de juego actuales y neutralizar las amenazas. Solo necesitamos asegurar el apoyo de
un aliado con músculos económicos, políticos y militares, y capacidad de veto.
Una alianza estratégica lograda con acuerdos económicos, acceso a bahías y zonas
estratégicas a cambio de apoyo militar, si fuese necesario, y que garantice un veto a
nuestro favor. Un aliado clave puede conseguir lo que consiguió la sugerencia de la
enmienda al Tratado de Cesión Territorial de Samaná. La historia debe repetirse.
Rafael Díaz
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