¿No hay nada más lindo que la familia unida

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Revista electrónica ddeser no. 27
Las mujeres y la familia
¿NO HAY NADA MÁS LINDO QUE LA FAMILIA UNIDA? (*)
¿Qué es la familia?
La palabra “familia” viene del latín y significa “servidumbre”. Con ese término
designaban los romanos a los esclavos de una casa. El “pater familiae” era quien
“tenía bajo su autoridad, mujer, hijos y esclavos y, según la ley romana, el derecho
de vida o muerte sobre todos ellos.”1
La familia tal cual hoy la conocemos no existió siempre. En los tiempos más
antiguos de la humanidad, la forma de relacionarse entre varones y mujeres para
reproducirse y producir los bienes necesarios para la subsistencia no era la misma
que la actual. No había propiedad privada y las personas vivían en comunidad, de
modo que todos producían lo necesario para garantizar la subsistencia del
conjunto. Pero con el desarrollo de las fuerzas productivas, la miseria socializada
dio paso a la producción de excedente, lo que posibilitó que un sector de la
sociedad pudiera vivir sin trabajar, a expensas del trabajo del resto.
Con esta división social entre productores y no productores y la aparición de la
propiedad privada, la sociedad cambió drásticamente, incluyendo las relaciones
entre las personas. Los que tenían bienes debieron garantizar la legitimidad de su
descendencia, que luego sería la que heredaría las propiedades y, entonces, la
filiación adquirió una gran importancia, como asimismo la fidelidad de la mujer a
un solo varón. Como señala Engels, la institución de la familia fue “la gran derrota
histórica del sexo femenino en todo el mundo. El hombre empuñó las riendas de la
casa; la mujer se vio degradada, convertida en la servidora, en la esclava de la
lujuria del hombre, en un simple instrumento de reproducción. Esta baja condición
de la mujer (...) ha sido gradualmente retocada, disimulada, y en ciertos sitios,
hasta revestida de formas más suaves, pero no, ni mucho menos, abolida.” 2
Amores que matan
La familia es importante para los capitalistas porque es el ámbito donde se
reproduce la fuerza de trabajo. Allí, las mujeres cargan sobre sus espaldas las
esclavizantes tareas domésticas, en situación de aislamiento social y habiendo
sido convencidas de que ése es su destino inevitable. Como vemos, en la familia
actual puede encontrarse el mismo antiguo significado: “La monogamia no
aparece de ninguna manera en la historia como una reconciliación entre el hombre
y la mujer, y menos aún como la forma más elevada del matrimonio. Por el
contrario, entra en escena bajo la forma del esclavizamiento de un sexo por el
otro, como la proclamación de un conflicto entre los sexos, desconocido hasta
entonces en la prehistoria.”3
Además, la familia reproduce el orden existente: disciplina, obediencia, sumisión,
son los principales valores que se transmiten en la vida cotidiana. En esa
1
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transmisión de normas y valores, también se transmite “qué es ser un varón” y
“qué es ser una mujer”. Es decir, a través de la familia en primer lugar, y luego a
través de la escuela, los medios de comunicación, la Iglesia, etc. nos inculcan
esos estereotipos que señalan que las mujeres deben ser dóciles, abnegadas y
dedicarse al cuidado de los demás en el ámbito privado; mientras que “los
hombres no lloran”, deben ser “machos”, capaces de subordinar a los más débiles
y aptos para la vida pública.
A través de la familia se perpetúa la idea de que las relaciones heterosexuales con
el único objetivo de la reproducción son lo “normal” y que otras formas de amor o
placer son “anormales”. Se enseña que las mujeres no se realizan plenamente
como sujetos sino es a través de la maternidad y que esa debe ser su máxima
aspiración.
Pero mientras se perpetúa el dominio de mujeres y niños en la familia patriarcal –
que es funcional al sistema capitalista-, en América Latina mueren anualmente
6.000 mujeres por complicaciones relacionadas con abortos inseguros; el
homicidio representa la quinta causa de muerte en mujeres, el 70% padece
violencia doméstica y el 30% reportó que su primera relación sexual fue forzada.
En nuestro país, se calcula que se producen entre 5.000 y 8.000 violaciones por
año; mientras 1 de cada 5 días de ausencia femenina en el ámbito laboral es
consecuencia de una violación o de la violencia doméstica. Heridas que no cierran
y sangran todavía...
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Notas:
(*) Publicado en La Verdad Obrera Nº 138, 30 de abril de 2004.
1 Engels, El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado.
2 Id.
3 Id.
2
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