UN TALLER PARA LA INVESTIGACIÓN PLÁSTICA.

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UN TALLER
PARA LA INVESTIGACIÓN
PLÁSTICA.
Por Raquel Tibol
(Revista PROCESO, agosto de 1977)
Entre el 10 y el 27 de Julio de este año, un grupo de siete artistas, lidereados por José
Luis Soto y su compañera Isabel Estella Campos, realizaron en Dolores Hidalgo, del
estado de Guanajuato, nueve murales en diversas edificaciones de la propia ciudad o de
sus alrededores. Los otros cinco, todos jóvenes, son: Juan Manuel Olivos, Camilo
Aguilar, Eleazar Ignacio Soto Campos, Leopoldo Mosqueda y Miguel Ángel Mendoza.
Esos nueve murales son producto de la que ellos llaman “Primera Jornada del Taller de
Investigación Plástica”. En un muro exterior del Balneario San Gabriel, en la carretera
San Miguel de Allende-Dolores Hidalgo, pintaron 58 metros cuadrados, recurriendo a
elementos del pop-art, surrealismo y geometrismo (según su propio análisis estético). El
pueblo despertará. Entusiasmados con lo obtenido, decidieron celebrarlo y pintaron en
el mismo balneario, en una pared de 12.50 metros cuadrados, Aquí nace un nuevo
muralismo, con desarrollo geométrico y simbólico. Después se fueron a la Granja San
Gabriel y en 28 metros cuadrados de paredes exteriores representaron, en parámetros
similares al exterior, El amor en la vida y la muerte. Cerca de ahí encontraron una
tienda rural y en su fachada, de 23 metros cuadrados, estamparon La esperanza en el
campo, de carácter expresionista, simbolista e ingenuo. Siguiendo por la carretera, casi
a la entrada de la ciudad de Dolores, los dueños de una casa rural aceptaron que en 22
metros cuadrados pintaran la Devaluación de la moneda mexicana. Ya dentro de la
población y siguiendo su ruta muralística, cubrieron el exterior del Club de Leones (85
metros cuadrados) con relieves y pinturas referidas a la pedagogía y psicología del arte.
Le titularon Nuestro destino y la naturaleza en nuestras manos.
Después toparon con una funeraria y en una pared interior que se ve desde la calle,
en una mixtura de simbolismo, pop y geometrismo, en relieves policromados
representaron el Drama de la vida y la muerte. La octava estación en la Cuna de la
Independencia, se dio en una pared interior de 23 metros cuadrados, en la Escuela
Técnica Industrial No. 20. Ahí, en relieve y pintura, se decidieron por un tema
pedagógico. Levemos la luz al ignorante. La novena y última estación fue en 43
metros cuadrados de muros exteriores en la misma escuela, donde predicaron con
formas geométricas y simbólicas que Ser joven y no ser revolucionario es una
contradicción.
La pintura utilizada fue vinílica acrílica que les sirvió para cubrir muros de ladrillos
u otros recubiertos con aplanados de cemento. Para los relieves se sirvieron de basura,
yeso, madera y los pintaron con esmaltes.
Antes de llegar a la práctica en esta primera jornada, los integrantes del Taller de
Investigación Plástica se habían propuesto tres objetivos: 1. Realizar un arte público no
personalista; 2. Desarrollar métodos modernos para lograr un nuevo realismo. 3. Situar
la obra indistintamente en el medio urbano y en el medio rural. Los miembros del TIP
se oponen al muralismo academizado y al muralismo desarrollado individualmente,
pues consideran que es de esa manera como se ha debilitado el muralismo en México y
se han obstaculizado los procesos de retroalimentación. Están por la experimentación
libre y el uso de lenguajes propios del arte actual para expresar problemas espirituales.
En su práctica son impulsados por una vocación de servicio.
Al inicio de su nueva jornada, los del TIP dieron a conocer el manifiesto “Por un
nuevo arte colectivo”, en el que sostienen: “Los nuevos productores de imágenes que
deseamos construir un moderno arte público, nos encontramos hoy ante la deformación
de los conceptos fundamentales del muralismo revolucionario mexicano. Existen sólo
balbuceos aislados que no ofrecen ninguna solución a los actuales conflictos culturales
que vivimos; y a pesar de existir una sobreabundancia de tendencias, no se ha logrado
rectificar el rumbo creativo y social del muralismo mexicano. La confusión general
respecto a la lucha de tendencias y la pérdida de las bases teóricas que dieron
coherencia al muralismo del pasado, son los principales obstáculos que encontramos
ante la tarea de edificar un nuevo arte auténticamente colectivo”.
“Estamos convencidos de que el muralismo mexicano fue perdiendo el impulso que
lo caracterizó en sus buenos momentos, principalmente por la falta de conciencia crítica
y autocrítica de sus más grandes representantes, quienes cedieron paulatinamente ante el
encanto de la “celebridad personalista” de que fueron objeto, olvidando que dicho
movimiento exigía de todos sus animadores una profunda conciencia social y colectiva,
y no esa embriaguez individualista que ha retardado la consecuente madurez artística y
social del mismo”.
“Por lo tanto, los pintores, escultores y grabadores que deseamos construir un nuevo
arte colectivo, acorde con los momentos históricos que vivimos, hemos decidido
cimentar nuestros lineamientos teóricos y prácticos de manera diferente a los muralistas
del pasado. Son las nuevas bases las que habrán de generar un nuevo arte colectivo”.
Los actuales integrantes del TIP han iniciado su segunda jornada en Morelia,
Michoacán. Continúan trabajando colectivamente con espíritu de servicio y están
dispuestos a superar “todo egocentrismo fincado en la vanidad del creador”. Se han
impuesto períodos de investigación para desarrollarse como individuos y como
productores, y están trabajando en talleres colectivos de experimentación para llegar al
dominio de nuevos lenguajes. Ellos dicen que en dichos talleres se busca la
confrontación entre la teoría y la conciencia social de los participantes. Será al través de
la competencia técnica, crítica y estética como el TIP logrará reproducirse en otros
grupos u otros talleres que persigan similares objetivos.
Pareciera excesiva la pretensión del TIP, pero los antecedentes de José Luis Soto
permiten augurarle proyecciones a su actual empeño. Cuando este joven artista se
instaló por algún tiempo en Tepic, Nayarit, sembró en ese medio, de casi nulo desarrollo
artístico, inquietudes e intereses que siguen prosperando. En el centro del país las
circunstancias son más propicias y urge la actividad de grupos con fuerza proselitista,
dispuestos a militar en el arte con devoción y generosidad. El nuevo arte colectivo -se
realice en Estados Unidos, en el Chile de Allende o en México- posee una estallante
carga democratizadora.
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