Elecciones argentinas con poca educación http://www.elimparcial.es/noticia.asp?ref=156374 29 de Septiembre de 2015 Alieto Guadagni Economista ALIETO GUADAGNI es economista graduado en la Universidad Nacional de Buenos Aires, con estudios de postgrado en la Universidad de Chile y Doctorado en la Universidad de California (Berkeley) En Argentina estamos en plena campaña electoral, ya que se elegirá el nuevo Presidente que sucederá a Cristina Kirchner el día 10 de diciembre de este año. Dentro de poco, el domingo 25 de octubre la gente votará, cumpliendo lo dispuesto por la antigua ley Sáenz Peña sancionada en 1912, que estableció que el voto es un derecho, pero también una obligación legal (“voto universal, secreto y obligatorio”). Las campañas electorales se inventaron para que los candidatos nos digan que piensan hacer en el gobierno. La presente campaña electoral avanza pero no abundan las propuestas educativas, no simplemente retóricas sino claras y concretas. Es un hecho que en la sociedad moderna del siglo XXI avanzan únicamente aquellas naciones que fortalecen su sistema educativo, además todas las naciones que han progresado por el sendero de la equidad social, lo han hecho basadas en el principio de la “igualdad de oportunidades” garantizada por un sólido sistema educativo. Un requisito esencial de un buen sistema educativo es garantizar un buen nivel de conocimientos a los sectores más humildes de la población. Tenemos buenas leyes educativas, pero el problema es que no se cumplen. Un ejemplo es la ley 26075 (2006), que establece una meta concreta que debía haber sido alcanzada en el año 2010: “Lograr que, como mínimo, el 30 por ciento de los alumnos de educación básica tengan acceso a escuelas de jornada extendida o completa, priorizando los sectores sociales y las zonas geográficas más desfavorecidas”. Como se observa estamos en presencia de un mandato legal socialmente justificado, que debería ser respetado por los que ejercen el gobierno. Además, la nueva ley de Educación Nacional posteriormente ratificó y amplió aún más esta meta, al disponer que: “Las escuelas primarias serán de jornada extendida o completa con la finalidad de asegurar el logro de los objetivos fijados para este nivel por la presente ley”. O sea que la meta actualmente vigente comprende a la totalidad de los alumnos del nivel escolar primario. Esto es lo que dice sensatamente esta ley que aspira a que los niños tengan la oportunidad de mejorar su nivel educativo. Estas metas legales, son simplemente pasos para asegurar la igualdad de oportunidades educativas de los niños humildes que pueblan mayoritariamente nuestras escuelas estatales. Pero la realidad está alejada de lo dispuesto en las leyes, ya que en todo el país asisten a escuelas primarias estatales con jornada extendida apenas el 11 por ciento de los niños. Como se observa, estamos muy lejos incluso de la meta mínima del 30 por ciento, que buscaba fortalecer el aprendizaje escolar de los niños, principalmente de los más humildes. Es preocupante que, a pesar de la gran presencia mediática de los candidatos, esta cuestión no se está considerando como corresponde en esta campaña electoral. Sería importante que los candidatos expliquen si están decididos a cumplir la ley, por eso es oportuno recordar el sabio mensaje de Sarmiento cuando se sancionaba en 1884 la histórica ley 1420 (Ley de Educación Común, Gratuita y Obligatoria): “La educación pública ha quedado constituida en derecho de los gobernados, obligación del gobierno y necesidad absoluta de la sociedad”.