PARA EL CELEBRANTE Espíritu de Yahvé y portavoces de la Palabra de Dios para el pueblo, pero Jesús no es un profeta más dentro del pueblo judío. Jesús no siente la necesidad de legitimar su predicación aludiendo a una llamada recibida de Yahvé, como hacen los profetas judíos, pues estos hablan por boca de Dios, eran voceros de Dios y cuando lo hacen, dicen: “oráculo de Yahvé” (“Así habla Yahvé”) Jesús emplea una fórmula propia, totalmente desconocida en la literatura profética y que manifiesta una autoridad plena y sorprendente: “En verdad, en verdad yo os digo”. Es la misma autoridad como con la que proclama que las Escrituras se han cumplido. IV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO C Para no expulsar a Jesús de nuestra vida MONICIÓN DE ENTRADA El amor es el valor supremo de la vida humana, incluso es el valor que legitima todos los valores. El amor nos humaniza porque el hombre y la mujer se definen por su capacidad de apertura y entrega. El amor nos diviniza, porque nos hace partícipes de la naturaleza divina que es Amor. Que la participación en la Eucaristía nos ayude a vivir en el amor. Jesús viene a proclamar la Buena Noticia, pero se encuentra con un pueblo de dura cerviz, con un pueblo de corazón endurecido que no quiere prestar oídos a lo que uno de los suyos les anuncia. ¿Qué novedad nos trae este? Esa es nuestra tentación, creemos que lo sabemos todo y que nada nuevo nos tienen que decir. No queremos oír y reducimos el Evangelio a lo de siempre. Esperaban al salvador pero no podían aceptar a quien se presenta con semblanza de hombre cualquiera. Igual que los nazarenos empujaron a Jesús fuera de la ciudad, expulsándolo de su vida para no oír más las palabras de una salvación de la que no se fiaban, nosotros también lo expulsamos de la nuestra. Cuando no acogemos el Evangelio, cuando no escuchamos lo que Jesucristo quiere de nosotros, porque hay veces que no nos gusta, porque nos hace salir de nuestros esquemas bien estructurados. “¿Maestro que he de hacer para tener en herencia la vida eterna? Escucha Israel: “amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y al prójimo como a ti mismo” (Lc. 10, 27). Juan nos dice que “Dios es Amor” y su amor es universal, su amor va dirigido a judíos y gentiles, a creyentes y paganos. El nuestro en cambio, e restrictivo, amamos a los nuestros. Nos matamos por amar, atender, cuidar, a los nuestros hijos, familiares y amigos. Incluso podemos llegar a más; amaos a la gente de nuestra comunidad, de nuestra parroquia, de nuestro grupo o de nuestra Iglesia, pero nuestro amor se queda ahí. Recordemos que el amor verdadero, el amor de Dios es expansivo y lo llena todo. Él nunca se cansa de amarnos, a pesar de todos los pecados y fallos contra el amor que cometemos. Dios es amor y su amor como dice Pablo: “Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites. El amor no pasa nunca.” Guión litúrgico, Domingo de Cáritas 3 de febrero de 2013 IV Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C, año del Señor 2013 www.caritas-sevilla.org MONICIÓN A LAS LECTURAS El Señor Jesús sabe bien de las dificultades que encontraremos en el camino y por eso Él mismo nos alienta en todo momento: «No se turbe vuestro corazón ni se acobarde» Dios está con nosotros, ¿quién podrá contra nosotros? Que la palabra que se va a proclamar nos ayude a confiar en Dios en los momentos de prueba, y mantenernos siempre fieles al Señor. Lectura del libro de Jeremías 1, 4-5. 17-19 Salmo 70, 1-2. 3-4a. 5-6ab. 15ab y 17 Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5, 17-21 Lectura del santo Evangelio según san Lucas 4, 21-30 PARA EL CELEBRANTE ORACION DE LOS FIELES MENSAJE PARA ANTES DE LA COLECTA A ti, Jesús, que tienes palabras de vida eterna y nos enseñaste las medidas – inmensas- del amor, pedimos: Vivimos en un momento en que los problemas de los pobres son cada día más apremiantes. Pero la necesidad no puede velar el genuino rostro del amor cristiano que acoge, escuchar y acompaña. Lo importante para la Iglesia, para cáritas no es lo que hacemos, sino lo que somos, testigos de Jesucristo al que encontramos en los pobres. Que la caridad sea la garantía de la fe que profesamos. Sed generosos pues las personas empobrecidas necesitan nuestra ayuda. Respondamos diciendo: Quédate con nosotros, Señor. - Para que nos sigas enseñando con palabras encendidas. Oremos. - Para que todos los pastores de la Iglesia vivan según tu corazón sean fieles a su vocación. Oremos. - Para que todos los cristianos se distingan en el mundo por la vivencia de su amor. Oremos. - Para que los matrimonios sean fieles a su vocación. Oremos. - Para que no falten profetas, que sepan leer los signos de los tiempos. Oremos. - Para que en nuestra cáritas seamos portadores de esperanza a los que más sufren. Oremos. - Para que la solidaridad, la ayuda, la escucha y la acogida sean nuestro distintivo con las personas necesitadas. Oremos. Quédate con nosotros, Señor, que sepamos apreciar tu presencia en esta Eucaristía. Tú que vives. Guión litúrgico, Domingo de Cáritas 3 de febrero de 2013 IV Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C, año del Señor 2013 www.caritas-sevilla.org REFLEXION El pasado domingo, el Evangelio nos relataba como Jesús llega a la sinagoga de Nazaret y lee un texto del profeta Isaías (Is. 61, 1-2), cortando la narración cuando habla de la venganza de Dios. Este corte es clave para comprender el acontecimiento de Evangelio de hoy. “Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír” (Lc. 4,21) Ha llegado el Ungido, el Mesías esperado por el pueblo judío, aquel que los liberará de la opresión. Dice el evangelista que “expresaban su aprobación y se admiraban”. Pero estos esperaban algo más, esperaban las curaciones que, según se dice, ha realizado en Cafarnaúm. No quieren un “profeta” de Dios, sino una especie “curandero”. Jesús no se sorprende: “Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra”. La humilde sinagoga está llena de familiares y vecinos de Jesús, la gente de su pueblo que decían: “¿No es éste el hijo de José?”. ¿De dónde saca este nazareno esa libertad al cortar el texto de Isaías? ¿De dónde saca esa libertad para proclamar estas palabras? Los suyos comienzan a desconfiar. Su vecino se presenta como un enviado de Dios para liberar a los pobres y oprimidos, se presenta como maestro y profeta, en el mismo plano que dos grandes profetas de Israel, Elías y Eliseo, que hicieron milagros entre otros pueblos por causa de la infidelidad de los israelitas. “Se llenaron de ira”, tal vez porque Jesús se comparaba a sí mismo con estos dos profetas ilustres; porque Jesús les decía que ellos no eran dignos de sus bendiciones, porque eran como aquellos israelitas que fueron pasados por alto por Elías y Eliseo. Pero aunque Jesús comparaba su actuación con la de estos dos profetas, él no es un profeta más en la historia de Israel. Es cierto que fue considerado por sus contemporáneos como un profeta de Dios. Es cierto que Jesús adoptó en su actuación un estilo profético como aquellos hombres portadores del