Consumo y disponibilidad de agua en cultivo de riego INFORME TECNICO

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INFORME TECNICO
Consumo y disponibilidad
de agua en cultivo de riego
El riego resulta fundamental para la producción de trigo en Córdoba, ya
que las características edafoclimáticas de la provincia la convierten una
zona marginal para su cultivo. Por tal motivo, el INTA Manfredi investiga
desde 1996 la programación del riego a través de la herramienta del
Balance Hídrico, que permite estimar el contenido de agua en el suelo.
(1) Este trabajo fue escrito por el grupo de
Riego del INTA Manfredi
Las características edafoclimáticas de la
provincia de Córdoba ubican a la misma dentro de una zona marginal para
la producción de trigo. La inestabilidad
hídrica y térmica son las principales
causales de esta marginalidad, por lo
que gran parte de los trabajos de investigación sobre el tema buscan minimizar los problemas antes mencionados. La principal herramienta que está
disponible para una parte finita de los
productores es la incorporación de sistemas de riego que permitan cubrir los
requerimientos hídricos de los cultivos,
y así lograr el objetivo de aumentar y
estabilizar los rendimientos, otorgando
así una mayor certidumbre económica.
El cultivo de trigo requiere durante su
ciclo aproximadamente entre 500 a 550
mm de agua, siendo el período de encañazón donde comienza el incremento en la demanda hídrica (3-4 mm/día)
y las necesidades se hacen máximas en
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el llenado de granos (5-6 mm/día).
El INTA Manfredi, desde el año 1996,
tomó como una de sus principales líneas de investigación la programación
del riego, es decir, ayudar a obtener
respuestas a dos preguntas fundamentales que son ¿cuándo y cuánto regar?
Para esto, una de las herramientas más
probadas y difundidas fue el uso del
Balance Hídrico, que permite estimar el
contenido de agua en el suelo y decidir
los momentos de riego.
Materiales y métodos
El módulo de riego por aspersión del
INTA Manfredi fue instalado en el año
1996 y hasta la fecha se tienen registros
de 18 años de uso del balance hídrico
en el cultivo de trigo. Para poder llevar
a cabo un balance, se requieren principalmente de datos de suelo, clima y
cultivo.
Suelo: se requiere conocer la textura
del perfil de suelo (en este caso un suelo franco limoso de la serie Oncativo),
las constantes hídricas del suelo (capacidad de campo y punto de marchitez
permanente) y la densidad aparente,
que hacen a su capacidad de almacenar agua. Desde el comienzo de las
experiencias se calculó el contenido de
agua en el suelo (AU) a través del método gravimétrico. Se realizan muestreos
en tres momentos del ciclo del cultivo,
el primero a la siembra, luego al inicio
de período crítico y el último a la madurez fisiológica del cultivo.
Clima: mediante datos de radiación,
temperatura y precipitaciones, principalmente, se estiman semanal o
mensualmente la Evapotranspiración
potencial, que representa la demanda
ambiental (oferta ambiental).
Cultivo: se requiere conocer los coeficientes de cultivos (kc) que se pueden
obtener fácilmente en la bibliografía
(Manuales de FAO o página de internet
del Inta Manfredi). Conociendo este
dato, se calcula el consumo del cultivo
con la siguiente ecuación:
Cm = ETo * kc
donde Cm representa el consumo del
cultivo, ETo, la evapotranspiración potencial y kc coeficiente de cultivo.
Una vez obtenidos los datos mencionados anteriormente, se calcula el consumo aparente del cultivo como:
Cma = AUF – AUI + Pp + R
donde AUF representa el contenido de
agua al final del ciclo del cultivo (madurez fisiológica), AUI, representa el contenido de agua a la siembra del cultivo,
Pp representan las precipitaciones y R,
representan los riegos aplicados.
Además, se midieron los rendimientos
del cultivo de trigo durante este periodo de experiencia y también la eficiencia del uso del agua (EUA) que surge
de la relación entre el rendimiento y el
consumo aparente obtenido en cada
año (kg grano/mm consumido).
Resultados
INFORME TECNICO
En el gráfico 1 se muestran los valores
del contenido de agua útil en el suelo
(expresados en mm) hasta los dos metros de profundidad, al momento de la
siembra y en la madurez fisiológica del
cultivo de trigo para una serie de 18
años (1996-2014).
El valor de agua útil promedio obtenido a la siembra fue de 212 mm, (con un
máximo de 306 y mínimo de 115 mm),
que representan un 69% del contenido
máximo de agua útil que ese suelo es
capaz de almacenar. Al final del ciclo
del cultivo (madurez fisiológica) se obtuvieron valores promedios de agua en
el suelo de 106 mm, con un máximo de
212 mm y un mínimo de 0 mm, que representa el 69 y 0 %.
El contenido de agua en el suelo hasta
los dos metros de profundidad, sumado
a las precipitaciones y los riegos, representan la oferta de agua para el cultivo.
A diferencia de los cultivos estivales, el
trigo crece normalmente en una estación seca, por tal motivo el agua a la
siembra explica en un 55% la variación
en el rendimiento del cultivo, como se
observa en el grafico 2.
Grafico 2: Rendimiento en función al
agua útil a la siembra
En el gráfico 3 muestra la distribución
de las precipitaciones y riegos, como
promedio mensual para el ciclo del
cultivo de trigo entre precipitaciones
y riegos.
La oferta total de agua en el ciclo del tri-
go es de 380 mm, de las cuales 199 corresponden a precipitaciones y 182 mm
a riegos. Guiados por el balance hídrico,
que nos permite conocer la disponibilidad de agua en el suelo, podemos observar que durante los primeros cuatro
meses del cultivo el agua es principalmente aportada por el riego, mientras
que a partir de octubre en general comienza a disminuir el aporte del riego
debido al incremento estacional de las
precipitaciones.
El consumo aparente promedio durante los 18 años fue de 515 mm, siendo
el valor máximo de 789 mm obtenido
en la campaña 2012 y el mínimo de 379
mm para la campaña 1997; por ende, si
el aporte por lluvias y riegos es de 380
mm, el resto de la oferta hídrica del cultivo proviene de la reserva de agua almacenada en el suelo.
El gráfico 4 muestra los valores de consumo aparente del cultivo de trigo para
los 18 años de experiencias.
En la tabla 1 se muestran los rendimientos y la eficiencia del uso del agua para
la producción de granos (EUA) para las
18 campañas de trigo.
El rendimiento promedio para el cultivo
de trigo en el lote de riego suplementario del INTA Manfredi fue de 4951 kg/ha,
con una eficiencia de uso del agua de
10 kg por milímetro consumido. El mayor rendimiento obtenido fue de 7000
kg/ha, que ocurrió durante las campañas 2010 y 2011, y los menores rendimientos en las campañas 1996-2002 y
2012 (entre 2000 y 2890 kg/ha). Esto fue
debido a la ocurrencia de granizo previo a cosecha y a problemas con la imposibilidad de regar por desperfectos
en la bomba de la perforación.
Consideraciones finales
• En el 72 % de los años, el cultivo de
trigo inició su ciclo con una muy buena
reserva de agua acumulada en el suelo
(+/- 10% de los 212 mm)
• La herramienta de balance hídrico
permite ser eficientes en la definición
de la aplicación de riego, ya que contempla las precipitaciones y la reserva
acumulada en el suelo
• Aunque la marginalidad de la región
está determinada por cuestiones hídricas y térmicas, los años donde “el ambiente acompaña” se obtienen rendimientos muy elevados.
• Eliminando los años donde el rendimiento fue afectado por cuestiones extras al manejo, el rendimiento promedio es de 5.440 kg/ha
(1) El grupo de Riego del INTA Manfredi
está compuesto por:
• Aquiles Salinas: Coordinador del proyecto
riego.
• Giubergia, Juan Pablo: Investigador.
• Matías Boccardo: Investigador.
• Severina Ignacio: Investigador
• Federico Aimar: Becario.
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