Isauro Blanco - Escuelas Católicas

FECHA: 28 de noviembre de 2009
ASUNTO: Tercera jornada del X Congreso de EC
A LA ATENCIÓN DEL RESPONSABLE DE EDUCACIÓN
NOTA DE PRENSA
Tercera jornada del X Congreso de Escuelas Católicas
Entre los “nativos digitales” y los “inmigrantes
digitales”, (nuevos aprendizajes), Isauro Blanco
“Las organizaciones del futuro deben ser
meritocracias”, Cubeiro
La tercera y última jornada el X Congreso de Escuelas Católicas (FERE-CECA y
EyG) que se celebra en el Hotel Beatriz de Toledo, contó con las ponencias de
Isauro Blanco, director del Colegio Balder de Madrid, psicólogo educativo y
clínico, y Juan Carlos Cubeiro, profesor en la Universidad de Deusto y
presidente de Eurotalent.
“Coaching: Habilidades para el directivo del futuro”, fue el título de la ponencia de
Isauro Blanco quien ofreció pistas concretas y de aplicación inmediata para el
directivo educativo. Según explicó un coach es un entrenador que conoce a sus
jugadores, analiza los desafíos del equipo contrario y genera una estrategia para
asegurar la eficacia. Los grandes coaches son excelentes líderes que despiertan los
talentos, desarrollan potencialidades latentes y enseñan metodologías efectivas para
lograr objetivos.
Según estas pautas, para Blanco los directores académicos del futuro deben ser
“profesores de los profesores”, más que administradores o supervisores. Deben ser
considerados “maestros de los maestros”, y no como ocurre en la actualidad que el
director-administrador pasa más horas en el escritorio o enfocado a la solución de
problemas operativos que dedicado a la asesoría y formación permanente de sus
profesores.
La función de los profesores, señaló Isauro Blanco, es ayudar a los niños a aprender;
y la función de los directores debe ser ayudar a los adultos a aprender. Bajo esta
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concepción es fundamental dedicar coaches en las escuelas para apoyar a los
maestros, por un lado, y por otro, a los directores con el fin de que pasen por un
proceso de coaching para el aprendizaje práctico de su función.
En su opinión, nos encontramos en una época de transición entre “los nativos
digitales” y los “inmigrantes digitales” que puede llevarnos a un callejón sin salida si
previamente no se desarrollan nuevos aprendizajes en los directores y profesores. En
este sentido, advirtió de que el aprendizaje permanente de los profesores sigue
siendo una asignatura pendiente que empieza a preocupar.
“ORGANIZACIONES CON VISIÓN”
Juan Carlos Cubeiro explicó en su ponencia cómo la crisis económica actual ha
puesto de manifiesto una crisis de valores. Pero es una crisis que cuenta con cuatro
activos intangibles que las organizaciones deberán aprovechar y que son: la
confianza, la excelencia, la innovación y el talento.
Las organizaciones con visión deberán ser capaces de ofrecer a sus integrantes una
visión de futuro clara, ilusionante, integradora, por la que merezca la pena luchar, con
metas ambiciosas, estable en el tiempo y que requiera del esfuerzo y compromiso de
todos los miembros de la organización.
Para Cubeiro las organizaciones del futuro deben ser, más allá de democracias o no,
meritocracias. Es decir, organizaciones en las que el mérito, el valor, el talento se
impone. Para lograrlo deberán reunir siete condiciones: diseñar una “hoja de ruta”;
contar con “buenos marineros”; desarrollar un sistema de gestión del desempeño que
sea verdaderamente profesional; realizar una promoción coherente y transparente;
sostener un tratamiento estratégico de la retribución; y aportar por un liderazgo
versátil y una cultura de coachig, de desarrollo individual y colectivo.
LECTURA CRISTIANA DE LA REALIDAD
Han sido tres días de intensas jornadas que han permitido hacer una profunda
reflexión sobre los factores que van a condicionar la preparación de nuestras
instituciones y centros y, sobre todo, cómo ubicar la escuela cristiana en un mundo
global marcado por un pluralismo religioso.
Precisamente esta reflexión fue objeto de debate en la mesa redonda celebrada a
última hora de la tarde del viernes en la que Ángel García Rodríguez, sacerdote
diocesano fundador de Mensajeros de la Paz; Sor Lucía Caram, dominica del
Convent de Santa Clara de Manresa; Jaime Mayor Oreja, eurodiputado del PP y ex
Ministro de Interior y Javier Cortés Soriano, director general del Grupo SM,
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moderados por la teóloga y experta en valores Carmen Pellicer, realizaron una
“Lectura cristiana de la realidad”.
Durante su intervención Sor Lucía Caram afirmó que a pesar de las dificultades que
tiene la vida religiosa, ésta “se encuentra en su mejor momento evangélicamente
hablando, pues es un tiempo para vivir la fe, la esperaza y el amor de forma creativa”.
Aseguró también que la vida religiosa debe trabajar para “humanizar la sociedad y
devolver la credibilidad de nuestra Iglesia, volviendo a las fuentes del Evangelio, a
servir y no a servirnos”. Recordó la gratificante experiencia que tuvo con la
comunidad musulmana de Manresa, y el esfuerzo que supuso llegar al diálogo
interreligioso. Un diálogo que reconoció haberla enriquecido con nuevos valores y
haberle redescubierto parte de su fe.
A continuación el Padre Ángel García, expuso que “en la sociedad nunca ha habido
tanta solidaridad como en la actualidad” y que en esta época de crisis “la familia
continúa siendo la institución en la que más creemos, el colchón de ayuda que nunca
falla y siempre da consuelo”. Sensibilizado por su labor con los ancianos recordó la
difícil situación de desamparo en que se encuentran muchos de ellos, que sufren el
olvido y la soledad y no gozan de la consideración que se les profesa en los países
de oriente.
Por su parte, Jaime Mayor Oreja reflexionó sobre el papel de los cristianos en
Europa, y señaló “la falta de principios, creencias y convicciones como el adversario
más difícil” para el futuro de las raíces cristianas. Aseguró que en el continente
europeo se ha impuesto con fuerza la “socialización de la nada, cuya piedra filosofal
es el exceso de comodidad y la vida por encima de nuestra posibilidades” olvidando
valores como el esfuerzo y la austeridad.
Javier Cortés aseguró que pensar en el futuro no debe ser “mirar con un paradigma
predefinido, pues el futuro es una proyección y un lugar que depende de lo que
vivamos en el presente”, para lo que aconsejó “que dejemos las preconcepciones y
vivamos”. Afirmó que la iglesia debe mantener su presencia pública comprometida y
en búsqueda.
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