LOS OBJETIVOS EDUCATIVOS

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LOS OBJETIVOS EDUCATIVOS
Entre las razones que apuntan por una generalización de la educación
infantil, es que ésta ha de poner los cimientos para un crecimiento saludable y
armonioso. Por lo tanto es preciso pues observar y hacer un seguimiento para que
este crecimiento sea el adecuado y en consecuencia directa tendremos que
determinar los objetivos educativos que pretendemos alcance los niños en cada uno
de los niveles del desarrollo.
Los objetivos educativos constituyen la previsión de lo que se espera que
los niños consigan al terminar los diversos momentos del proceso de aprendizaje. La
formulación de los objetivos es una de las tareas más importantes que hay que
realizar en la programación.
Los objetivos cumplen las siguientes funciones en el proceso de enseñanzaaprendizaje:
-
Orientan y dan intencionalidad al proceso educativo.
Guían el trabajo del educador.
Indican lo que se pretende de los niños.
Proveen criterios para evaluar los resultados educativos (de los niños y el
educador).
- Crean un mecanismo de retroacción para conseguir la acción docente.
Como hemos dicho anteriormente en el apartado general de las dimensiones
educativas. Las dimensiones educativas, no son lo mismo que los objetivos
educativos. Probablemente son una de sus consecuencias. Las dimensiones
educativas las definimos como el agrupamiento de capacidades entorno a un eje
concreto, mientras los objetivos educativos especifican los contenidos a través de
los cuales los niños o niñas consiguen el desarrollo de determinadas capacidades.
En cualquier caso queremos hacer constar que nunca las dimensiones
educativas las cuestionamos en este estudio como elementos cuantitativos, sino
cualitativos. Por tanto, una vez analizadas dichas dimensiones y teniendo presente
los procesos de desarrollo de los niños en estas edades, el docente deberá concretar
qué aprendizaje espera de sus niños y niñas para conseguir con ellos dichas
capacidades. Así, una vez conocidas las metas educacionales generales, el docente
deberá planificar su trabajo según sus objetivos concretos y según sus propios
criterios. El enunciado de dichos objetivos debe hacerse en términos de capacidades
del niño o la niña. Sin embargo, todavía podemos especificar más diciendo en que
medida deben concretarse los objetivos según los propósitos que se tengan. Por otro
lado, es necesario tener en cuenta las metas educativas para comprobar que nuestros
objetivos son reflejos de éstas. Así, pues, analizamos los fines de la educación en tres
estadios.
En un primer estadio, están los enunciados generales de las metas
educativas.
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En un segundo estadio, las metas anteriores se concretan en objetivos
más específicos que traducen en términos de conducta las metas del
primer estadio. Estos objetivos conductuales sirven para definir
claramente los propósitos de un curso
En tercer lugar, está el estadio en el que se planifica el trabajo de clase.
Es entonces el docente elige los caminos que conducen a la consecución
de los objetivos que se establecen en el nivel anterior. Es en este nivel de
concreción en el que se determinan los objetivos didácticos
El primer estadio definen los resultados que se espera alcancen los niños al
final del proceso educativo. Son los objetivos generales o fines educativos que han
de tenerse presentes como ideario o concepción educativa general que sustenta el
programa. Los resultados esperados de la intervención educativa al final de esta
etapa se formulan en términos de capacidades, y no de conductas observables.
Al tratarse de capacidades, los objetivos generales no son directos ni
unívocamente evaluables. El educador deberá concretar qué aprendizaje espera de
sus alumnos para conseguir con ellos dichas capacidades. Así, una vez conocidas
las metas educacionales generales, el educador deberá planificar su trabajo según
unos objetivos concretos y según sus propios criterios. El enunciado de dichos
objetivos debe hacerse en términos de capacidades del alumno. Sin embargo,
todavía podemos especificar más diciendo a qué nivel deben concretarse los
objetivos según los propósitos que se tengan. Por otro lado, es necesario tener en
cuenta las metas educativas para comprobar que nuestros objetivos son reflejos de
éstas. Así, pues, analizamos los fines de la educación en tres niveles.
En un primer nivel, están los enunciados generales de las metas ducativas
de esta etapa y en los objetivos generales de cada área en concreto.
En un segundo estadio, las metas anteriores se concretan en objetivos más
específicos que traducen en términos de conducta las metas del primer nivel.
Estos objetivos conductuales sirven para definir claramente los propósitos de
un curso escolar, los cuales aparecen en el Diseño Curricular de Centro.
En tercer lugar, está el estadio en el que se planifica el trabajo de clase o
aula. Es entonces cuando el educador elige los caminos que conducen a la
consecución de los objetivos que se establecen en el nivel anterior. Es en
este nivel de concreción en el que se determinan los objetivos didácticos
propios de cada unidad didáctica, centro de interés , etc..
Teóricamente lo lógico sería que en la elaboración de un programa de
enseñanza se siguiera un proceso descendente desde los comunicados globales y
generales, pasando por los enunciados a un estadio intermedio, hasta los
enunciados completamente pormenorizados. De este modo, el primer estadio nos
orientaría en el desarrollo del segundo y el segundo nos guiaría para la formulación
del tercero.
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Las decisiones que se tomen en el Proyecto Curricular de Centro serán el
marco de referencia para el tercer estadio de concreción.
Los acuerdos que se tomen en el centro relativos a los objetivos del nivel
maternal y nivel preescolar, se desarrollarán posteriormente en las programaciones
que diseñará cada educador, en los que establecerá una secuencia ordenada de los
objetivos que se traten en cada unidad didáctica que se vaya a trabajar durante cada
curso, que tengan a su vez en cuenta el conjunto de los objetivos de la etapa.
Los objetivos de los proyectos pedagógicos, no presentan sólo un carácter
instructivo, sino también psicológico (en tanto que trataban de responder al valor
formativo de los conocimientos y se planteaban el desarrollo de las diversas funciones
mentales) y social (en cuanto a la creación de hábitos y actitudes).Para poder llevar a
cabo una secuenciación correcta de los objetivos, tenemos que tener en cuenta una
serie de principios:
Partir del conocimiento del desarrollo evolutivo de los niños y las niñas
para establecer un paralelismo entre lo que los niños y las niñas tienen
que alcanzar y son capaces de aprender.
Continuidad y Progresión a lo largo de los diferentes cursos.
Interrelación de contenidos entre los del mismo y distinto ámbito de
experiencia. Apareciendo de forma totalmente conectada la relación entre
contenidos de conceptos, procedimientos y actitudes que permita la
realización de aprendizajes significativos.
Planteamiento primero general y a continuación nos centraremos en cada
uno de sus elementos.
Equilibrio. Los contenidos a trabajar tiene que alcanzar en su totalidad los
objetivos generales del ciclo.
Pero para que los niños consigan los objetivos propuestos, ha de lograrse a
través de actividades y experiencias, en cuyo diseño han de tenerse en cuenta los
contenidos propios de cada área o ámbito de experiencia, los cuales tienen que
desarrollar las diferentes dimensiones de la personalidad del educador: cognitiva,
afectiva, social, psicomotora, etc. Por esta razón, en cada área o ámbito de
experiencia se han de incorporar junto a los contenidos que se refieren a hechos y
conceptos, los relativos a procedimientos, habilidades o destrezas y actitudes,
valores y normas. Se intenta unir todo lo que tenga una relación lógica.
Para facilitar la labor de los docentes a la hora de secuenciar y concretar los
objetivos generales, los objetivos trimestrales aparecen en función de tres áreas o
ámbitos de experiencias, consecuencia de organizar los contenidos educativos en
base a áreas o ámbitos propios del desarrollo de la infancia:
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El primer ámbito hace referencia al progresivo conocimiento de sí mismo, a
la autoimagen que se a partir de dicho conocimiento y a los recursos
personales que en cada momento disponga, en definitiva al "yo" del niño o la
niña.
El segundo ámbito relacionado directamente con el anterior, hace
referencia al progresivo conocimiento y dominio del mundo que le rodea,
tanto desde el punto de vista físico como social.
El tercer ámbito es el que sirve de nexo y unión entre el mundo interior y
exterior del niño o niña en él aparecerán los contenidos que hacen referencia
a los multilenguajes que sirven de instrumentos para expresar, representar y
comunicar los sentimientos, vivencias, pensamientos, etc. Por lo tanto en este
ámbito aparecerán los contenidos que hacen referencia a la expresión oral,
escrita, musical, plástica, corporal y matemática.
Estos tres ámbitos debemos de tenerlos siempre presente sin perder de vista el
sentido de globalidad y de profunda interdependencia existente entre ellos, recordando
siempre que no son áreas o ámbitos aislados sino estrechamente relacionados unos
con otros y recordar que el agruparlo en tres ámbitos responde a la necesidad de
ayudar al docente para llevar a cabo una correcta Secuenciación y facilitarle la
labor para realizar el proyecto curricular y sus programaciones de aula.
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