LA BRECHA DE HUNTINGTON (1) Noel N. Lampert. En varios artículos anteriores (2) hicimos notar reiteradamente que esta segunda década del tercer milenio d.C. estaba signada, cíclicamente, por circunstancias que le conferían un carácter poco propicio para el optimismo, a saber: 1) Conjunción de fases descendentes de ciclos político-económicos, a- fin del ciclo Juglar 2009/…. (¿2014?), con su segunda crisis desde 2011/12, especialmente en Europa. b- fase descendente del ciclo largo Kondratiev, 2009/…. (¿2014?), dentro de una “era de deflación” según la clasificación de Richonnier (3). c- fin del ciclo plurisecular Akerman 1776/2021 (4) (5). Las fases descendentes y los fines de ciclo aparejan turbulencias que estimulan las crisis y dificultan la salida de ellas. 2) Las semejanzas entre nuestra época y la de los años XXX del siglo pasado (6). Las grandes crisis exhiben una periodicidad de 70 a 80 años (7). Hay 82 años entre 1929 y 2011, 78 entre 1933 y 2011. Las grandes guerras, según Akerman (4) se dan aproximadamente en el doble de tiempo, 140 años. Entre 1970/71 y 2014/15 hay 144 años. 3) Además de las recurrencias cíclicas citadas, Akerman, en su cuadro de “los períodos económicos en progresión geométrica” (que tomamos del libro de André Piettre (8) citado en nuestra obra sobre Ciclos y Crisis (5)), mencionaba como “longitud observada” del período de variación secular, la de 50 a 60 años. En nuestro trabajo (5) también hicimos hincapié, en el listado de ciclos, en las centurias (en el capítulo sobre “la prelación de los hechos políticos en los cambios estructurales seculares”), cuya forma cíclica es semejante, pero su ritmo inverso, al de los ciclos Kondratiev (5). Por ejemplo, la centuria 1866/73 (que comenzaba con el crecimiento de dos potencias: USA y Prusia, una vez liquidados los focos de insurrección, 1861/65 el Norte contra el Sur en USA, y 1866 a 1871, la victoria de Prusia sobre Austria y Francia, sucesivamente, que permitieron la integración de ambos países victoriosos y su crecimiento industrial. Luego chocarían en el siglo XX, para definir el Hegemón). En una centuria hay dos períodos definidos de aproximadamente medio siglo cada uno. Ahora estamos en una centuria corta, de 1973 a tal vez 2050, en la que se definirá el futuro hegemón (¿China? ¿Asia-Pacífico con USA incluída?). En la década actual se producirá el quiebre entre el mundo como lo hemos visto hasta hoy, y el nuevo mundo económico-geopolítico. Que no dependerá sólo de los conductores de las potencias hegemónicas, sino también de los pueblos. Y aquí advertimos otra recurrencia de peso. Entre 1848 y 1929 hay 81 años. Entre 1929 y 2011 hay 82 años. En (7) graficamos cómo las grandes crisis tienen una periodicidad de 70 a 80 años. No sólo existen las crisis económicas. Con ellas interactúan las crisis sociales. Además, para el caso, son tan perniciosas para la vida humana y el crecimiento social, la crisis, o la guerra. Siempre una desemboca en la otra. En todas se pierden vidas y haciendas (7). 1848 fue el año de las grandes protestas nacionales en Europa. Ahora, desde 2011/12 tenemos de nuevo grandes protestas nacionales, pero ya en todo el orbe. En el medio, 1929/33 es el período crítico de mediados de la centuria 1866/1973 donde termina un mundo aparentemente ordenado y comienza otro. Y comienza mal… En nuestro libro (5) historiamos las circunstancias de las revoluciones europeas de 1848, que ocurrieron al final de una fase descendente del ciclo Kondratiev, esto es, época de depresión económica. Las revoluciones se dieron en Francia, Alemania, Polonia, Italia, AustroHungría y otros países. La primera ocurrió en Sicilia en enero de 1848, culminó en febrero en París, donde terminó con el reinado de Luis Felipe de Orleans. A continuación se sucedieron brotes revolucionarios en marzo en Nápoles y Toscana, en Turín, Praga, Viena, Budapest, Milán, Venecia, Berlín y Baden. En abril la insurrección en Polonia y en Austria. En julio una fugaz rebelión en Irlanda. En noviembre el Papa se vió obligado a abandonar Roma. Se proclamaron la República Romana y la Húngara. Pero allí comienza a retroceder la ola revolucionaria. En mayo es aplastada la revolución en Nápoles. En junio es bombardeada Praga, y también perime el alzamiento parisino, en julio caen los irlandeses, los Habsburgo derrocan a los piamonteses y vuelven a tomar el poder en Lombardía. Viena es vuelta a tomar por el ejército imperial en octubre. En marzo 1849 es disuelto el Parlamento austríaco, en abril fracasa la revolución romana porque Federico Guillermo II no acepta la corona imperial. En julio cae la república romana asaltada por el ejército francés, en tanto que austríacos y rusos sofocan la revolución húngara. En Inglaterra hay turbulencias con los cartistas. En noviembre 1850 los prusianos capitulan ante los austríacos en Olmütz (en 1866 se tomarán revancha definitiva) y en diciembre 1858 sube al trono francés Luis Carlos Napoleón, sobrino nieto del 1er Bonaparte, el futuro “Napoleón el pequeño”. ¿Qué buscaban los revolucionarios de 1848? La burguesía había ascendido en importancia económica, en ilustración, en propiedades (después de 1793). Exigió mayor participación en la conducción política. La nueva clase de obreros industriales también hizo oir sus exigencias. Las revoluciones no estaban concertadas de antemano, pero se auto alimentaron unas de otras. En cada país tuvieron sus mentores: vertientes del liberalismo como la de Benjamín Constant y la de Lammenais, del nacionalismo (tanto el francés como el germánico nutrido en Hegel, en el romanticismo, en la mística, precursora de las teorías geopolíticas de Ratzel y Kjellen), la insatisfacción de los campesinos por la transición a la economía urbana y fabril, el contraste entre el gran desarrollo de las capitales y la miseria de las masas. Hubo en Francia ataques a fábricas, destruyendo máquinas, y a trenes. En algunos lugares los burgueses prefirieron recostarse en la clase alta antes que aliarse con los obreros. El estallido del 13/3/48 en Austria sacó del poder a Metternich, mentor del “mundo restaurado” 1815/1848, al decir de Kissinger. En general, las revoluciones fracasaron, pero su semilla germinó. Hubo que dejar pasar aún 30 años, y que creciera Europa industrialmente, para lo cual requirió mejoras en la educación. Un continente más rico pudo atender mejor, más adelante, los reclamos de la mayoría de los estamentos sociales que pugnaban por mejorar a mediados de siglo. ¿Y qué ocurre ahora? Tomamos el título de este artículo, del que publicó hace pocos días Moisés Naim (1) “De Turquía a Brasil, seis sorpresas que comparten las protestas”. Las seis sorpresas son: 1) Pequeños incidentes que se hacen grandes. Así comenzó todo, desde la autoinmolación de un vendedor ambulante en Túnez; 2) Los gobiernos reaccionan mal: reprimen; 3) no hay liderazgos en las protestas; 4) no hay con quien negociar; 5) el pronóstico es imposible, respecto de tamaño y duración. Como dice Naim “ningún experto previó la primavera árabe”; 6) la prosperidad no compra estabilidad. Y aquí viene el porqué del título de este artículo. Naim dice que “la respuesta (a porqué tomar la calle) está en un libro que el politólogo Samuel Huntington publicó en 1968”. “El orden político en las sociedades en cambio” (Recordemos que en 1968, precisamente, ocurrió el “mayo francés”). Su tesis es que en las sociedades que experimentan transformaciones rápidas, la demanda de servicios públicos crece a mayor velocidad que la capacidad de los gobiernos para satisfacerla”. Y remarca Naim “ esta es la BRECHA que saca a la gente a la calle a protestar contra el gobierno, y que alienta otras muy justificadas protestas: el costo prohibitivo de la educación superior en Chile, el autoritarismo de Erdogan en Turquía o la impunidad de los corruptos en Brasil… la BRECHA DE HUNTINGTON es insalvable… Y esa brecha, que produce turbulencias políticas, también puede ser transformada en una positiva fuerza que impulse el progreso”. Recordemos que en nuestro país tuvimos el “Cordobazo”, y no era la provincia más pobre del país. Los sectores medios quieren Paz, como todos los hombres, pero con Educación, con Servicios, sin Autoritarismo, sin Corrupción. . . Ahora, como en 1848, se pelea por más dignidad social, y por no ser afrentados con mentiras, ni con exacciones exageradas, lograr un Proyecto de país (en todos los países) de crecimiento sin corrupción, y de dirección (que eso es gobernar) sin preconceptos. Para crecer es preciso INTEGRARSE y ello se logrará si no se provocan disensos a fin de lograr el consenso. Mientras pergeñábamos este artículo (30-6-2013), se dio la revuelta en Egipto, precisamente contra las carencias que la clase media percibía en la política del votado presidente Mohammed Morsi, que, recostado en el islamismo, vetaba la libertad intelectual de la mayoría laica. En La Nación del 2/7, David Alandete (9) trazó el escenario: “Múltiples razones para un mismo reclamo”, y las enumeró: “El desempleo. La escasez de nafta. El abuso de poder. La promoción y defensa de sus aliados islamistas. No hay una sola razón, por la que cientos de miles de personas se hayan lanzado a las calles a protestar, tras un año de la asunción del presidente Mohammed Morsi, para exigir la renuncia. . .” “. . . Sobre todo, lo que más encendió a los opositores es lo que consideran una traición y abandono de los principios de la revolución iniciada en 2011. . . Pan, justicia y libertad. . .” Morsi fue destituido por el Ejército y todo recomienza. . . la gente sigue protestando y peleando en las calles, hay muertos. . . se teme que un nuevo estallido se extienda a la región. Es difícil precisar la separación entre lo que exige la clase media y lo que exigen las masas precarizadas: el “pan” que pide ésta, en la otra implica también, por su percepción, dada su mayor instrucción, el desarrollo económico, la inversión, el empleo. . . Un día antes, en La Nación, Francis Fukuyama explica (10): “De Brasil a Turquía, una revolución de clase media”. . . “El tema que conecta los episodios recientes en Turquía y Brasil, así como con la Primavera Árabe de 2011 y las continuas protestas en China (agreguemos que casi no hay países en el mundo donde no se den protestas similares en esta época, de ahí que la comparemos con los sucesos de 1848) es el ascenso de una nueva clase media global. Dondequiera que haya surgido, esta clase media moderna causa agitación política, PERO RARA VEZ HA PODIDO, POR SÍ MISMA, PROVOCAR UN CAMBIO POLÍTICO DURADERO (Igual que con los sucesos de 1848). Nada de lo que hemos visto últimamente en las calles de Estambul o Río de Janeiro sugiere que estos casos vayan a ser una excepción. En Turquía y Brasil, así como en Túnez y Egipto antes (y ahora de nuevo) las protestas políticas no fueron lideradas por los pobres, sino por los jóvenes con nivel de educación e ingresos mayores al promedio (que) DOMINAN LA TECNOLOGÍA Y USAN MEDIOS SOCIALES COMO FACEBOOK Y TWITTER” Opina igual Gustavo Sierra en Clarín (11): “Revuelta global, de San Pablo a Estambul” “. . . en general es una muy amplia clase media en busca de libertades individuales, mejoras sociales y hartazgo del sistema político. . .” Y todo esto se está dando en un momento particular del ciclo económico Juglar donde la tibia recuperación de USA y su próximo paso de ir retirando, en un año desde ahora, los estímulos financieros (baja tasa y toneladas de dinero impreso), lo que promete para 2014 un dólar alto y la baja de precios relativos de las commodities, está produciendo la desaceleración (12) de las economías emergentes (p.ej. Brasil, China, etc), la salida de capitales ahí afincados por los inversores ávidos de mayores réditos, el derrumbe en los precios de las materias primas, y también esta sucesión de, para decirlo con términos que hemos conocido, “cordobazos”. BIBLIOGRAFÍA (1) Moisés Naim - De Turquía a Brasil, seis sorpresas que comparten las protestas. (La Nación, 24/6/2013). (2) Noel N. Lampert - Las Crisis dobles o en W. Realimentación y Recurrencia (Revista IAEF de Agosto 2012). - Una prognosis cíclica para la presente década (grupomayo, 2012) - Últimas noticias del mundo: ¿Hacia una tormenta perfecta? (grupomayo, 2013) (3) Noel N. Lampert - El Modelo de Richonnier (grupomayo, 2009) Michel Richonnier - Las metamorfosis de Europa (Espasa Calpe, 1986) (4) Johan Akerman - Estructuras y Ciclos Económicos (Aguilar, 1955). (5) Noel N. Lampert - Ciclos Económicos y Crisis Financieras (Ed. Cooperativas, 2008/09) - Los Ciclos Pluriseculares Akerman (Ed. Cooperativas, 2011) (6) Noel N. Lampert - Las recurrencias económicas en la Historia: Los XXX de los XX vs. Los X del XXI (grupomayo, 2010) (7) Noel N. Lampert - Una introducción al estudio de la periodicidad de las crisis financieras (grupomayo, 2008). - El análisis de la secuencia crisis-guerra-crisis en los ciclos largos Kondratiev (grupomayo, 2009) (8) André Piettre - Pensée économique et théories contemporaines (Dalloz, 1979). (9) David Alandete - Múltiples razones para un mismo reclamo (La Nación, 2/7/13). (10) Francis Fukuyama - “De Brasil a Turquía, una revolución de clase media” (La Nación, 1/7/13). (11) Gustavo Sierra - Revuelta global, de San Pablo a Estambul (Clarín, 1/7/13). (12) Alex Frangos y Patrick Mc Goarty - La combinación brutal de fuerzas que azota a los países emergentes. (La Nación, 2/7/13).