T2 - ies peñas negras

Departamento de Lengua y Literatura. IES “Peñas Negras” 1
Comentario de texto 2ºBAC. T2
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La especie humana presenta multitud de facetas en las que destaca sobremanera cada
vez que la comparamos con cualquier otra especie de este planeta, y casi todas ellas se
encuentran en un único órgano, el órgano “que nos hace humanos”, el cerebro. Entre las tan
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traídas y llevadas diferencias respecto a otras especies, casi siempre se habla del lenguaje, pero
también de la capacidad de razonamiento, del pensamiento abstracto o de la planificación, de la
inteligencia al fin y al cabo.
Sin embargo, normalmente no parecemos darle importancia a algo que podría ser la
base de todo, el origen de todas esas capacidades del ser humano. Porque hasta el lenguaje
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podría ser fruto de la creatividad. A pesar de su potencial importancia para entender de verdad al
ser humano, la atención recibida por esta faceta de nuestro comportamiento ha sido siempre
escasa desde el ámbito académico. Quizá sea consecuencia de su naturaleza esquiva, tanto a la
hora de ser susceptible de ser estudiada en un laboratorio. Esta situación está cambiando,
principalmente gracias a la mejora constante en las técnicas para visualizar la actividad cerebral
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y al ingenio de unos cuantos científicos.
[…] Fruto de ese interés ha sido el reciente curso sobre Creatividad y Neurociencia
Cognitiva […]
Si algo quedó claro de dicho encuentro es que este campo científico está en plena
ebullición, lleno de curiosidades y enconados debates. Por un lado, la definición más actual de
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creatividad coincide curiosamente con la que ya antes habían propuesto filósofos como Teilhard
de Chardin o Fernando Savater. Para éstos la creatividad consiste en conectar, en tender
puentes entre dos puentes antes nunca conectadas. Por otro, y a día de hoy, no queda claro si la
creatividad es sinónimo de inteligencia o son dos cosas distintas.
Para algunos, la creatividad sería un rasgo más de las personas con cocientes
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intelectuales excepcionales. Para otros, sin embargo, la creatividad se puede encontrar
independientemente del cociente intelectual, y hasta en el mundo animal podríamos encontrar
comportamientos creativos […]. Una de las pruebas más frecuentes a las que son sometidos los
participantes de los estudios sobre la creatividad es la de encontrar funciones nuevas para
objetos o utensilios ya conocidos. Sirva de ejemplo el de una lata de refresco, ¿qué podemos
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hacer con ella que sea creativo? Respuestas como convertirla en un florero o hacer de ella un
pequeño invernadero, se consideran creativas. Lo que demuestran los diversos estudios es que
durante estos momentos “creativos” se activan áreas del cerebro que muchas veces tienen que
ver con la tarea manual o perceptiva concreta que se esté llevando a cabo. Dicho de otra forma,
cuando creamos una idea que implica manipulación manual, nuestras áreas motoras y de
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orientación espacial se ponen en marcha. Si de lo que se trata es de generar nuevas imágenes o
sonidos, nuestras zonas cerebrales encargadas de procesar la visión y el oído son de las más
importantes.
[…] La creatividad puede darse en prácticamente todos los ámbitos del comportamiento
humano. Ahí tenemos a Einstein o a Newton como ejemplos de mentes altamente creativas en el
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ámbito científico. Otro paradigma sería también aquel homo erectus/ergaster que tuvo la genial
idea, hace más de un millón de años, de tallar una herramienta con simétrica tridimensional, el
bifaz, auténtica “navaja suiza” a mitad de camino entre la tecnología y la obra artística.
(Manuel Martín-Loeches, El Cultural, 14-20 octubre de 2011, pp. 48-49)