LA CREATIVIDAD EN EL SISTEMA ESCOLAR DESDE LA PERSPECTIVA DE ROBERT STERNBERG: ANÁLISIS CRÍTICO Lobo Fontalvo Ivón Ester Universidad del Norte Maestría en Educación: Promoción 22 Julio 18 de 2009 LA CREATIVIDAD EN EL SISTEMA ESCOLAR DESDE LA PERSPECTIVA DE ROBERT STERNBERG: ANÁLISIS CRÍTICO El futuro no es un lugar al que vamos, sino uno que estamos creando. Los caminos no son para ser hallados, sino para ser hechos y la actividad de crearlos cambia tanto al creador como a su destino. John Scaar, Científico político. (Traducción de la autora). El presente milenio exige estudiantes equipados con capacidades para aprender a pensar de manera autónoma, tener iniciativas originales, poder auto modificarse y auto dirigirse con el fin de brindar oportunidades de cambio a un mundo globalizado marcado con un alto índice de problemas y de avances, en el cual no sólo importa ser alguien preparado con información de la realidad exterior sino también con auto conocimiento sólido. Uno de los estudiosos que ha brindado valiosas contribuciones a través de su variada literatura al campo de la educación en relación a la comprensión del fenómeno de la creatividad es el psicólogo norteamericano Robert Sternberg. Precisamente, en este ensayo pretendo analizar su teoría y, luego, discutir de manera crítica acerca de sus implicaciones en nuestro sistema educativo local. Para el cumplimiento de este propósito trataré los siguientes aspectos: Primero, la relación entre el fenómeno de la creatividad y la inteligencia. Segundo, los factores inhibidores del desarrollo de la creatividad en la escuela y, por último, las sugerencias para promocionar el potencial creador tanto en estudiantes como en docentes. La Creatividad y la Inteligencia: Fenómenos Relacionados Según Garaigordobil, M y Torres, E. (1996), las múltiples e históricas investigaciones dirigidas desde la rama de la psicología en referencia a la relación existente entre creatividad e inteligencia arrojan muchos resultados contradictorios. Algunos autores aseguran que la creatividad tiene su base en la inteligencia, otros dicen que más bien tiene su raíz en la personalidad, en tanto que otro grupo prefiere plantear esta relación desde una forma integradora en la que hacen parte tanto rasgos de la personalidad como capacidades intelectuales (p. 89). Sternberg y Lubart (1995), conciben la relación de estos dos fenómenos desde esta última perspectiva global, en recientes estudios (2004) el primer autor asegura que la creatividad es una actividad compleja en la que se destaca la habilidad para generar ideas y productos innovadores, de alta calidad y apropiados para una tarea específica (p.108). Añade que hay siete elementos principales que confluyen para constituir la creatividad, ellos son la inteligencia, el conocimiento, el estilo en el pensamiento, la personalidad, la motivación y el entorno. Visto así, se entiende que la inteligencia es sencillamente una de las seis potencias que, en interacción con los otros, generan la conducta creativa. Entonces, en palabras de Garaigordobil, M y Torres, E. (1996) la inteligencia superior no garantiza una elevada creatividad, pero si la premisa contraria porque toda persona creativa tiene manifestaciones de actos inteligentes (p. 94). Aunque tradicionalmente se dice que la inteligencia es un constructo único y heredado que puede ser medido con tests especializados, Sternberg (2002) la define en términos de la habilidad para ser exitoso en la vida, según los estándares de cada persona y dentro de un determinado contexto sociocultural. Por tanto, es una habilidad para ser usada en la vida diaria, no para ser reducida a evaluaciones descontextualizadas en salón de clases (Robinson, P, p. 15 – 16) De acuerdo esta misma teoría, tres aspectos de la inteligencia son claves para la creatividad: las habilidades sintéticas (generadoras de ideas novedosas), analíticas (productoras del pensamiento crítico) y prácticas (traductoras de la teoría a la práctica). Tales elementos están igualmente tomados de Sternberg (1985a, 1988, 1996), de su teoría triádica de la inteligencia. Estos se consideran recíprocos y funcionan conjuntamente en el comportamiento creativo. (en Robert J. Sternberg y Linda O’Hara, 2005, p. 119 – 120). Después de haber considerado las complejas relaciones inmersas en los procesos de creatividad, es relevante acercarnos a su aplicabilidad en la educación y preguntarnos: ¿qué tanto está contribuyendo el actual sistema educativo al enriquecimiento de esta habilidad en docentes y estudiantes?, ¿cuánto han cambiado las prácticas pedagógicas para potenciar cualidades creadoras robustas en nuestros estudiantes para que puedan aplicarlas en la solución de problemas reales?, ¿hasta qué punto el currículo y los recursos didácticos apuntan al crecimiento de las habilidades sintéticas, analíticas y prácticas en nuestros niños y niñas para que logren convertirse en líderes de cambio?, ¿Son concientes los actuales maestros y futuros docentes de esta nueva visión neurológica y psicológica de la inteligencia, el conocimiento, el estilo en el pensamiento, la personalidad, la motivación y el entorno?, ¿Qué tan preparados se encuentran nuestros estudiantes para enfrentar la crisis social y económica de nuestro país y la presente avalancha de avances tecnológicos y científicos? Factores Inhibidores del Desarrollo de la Creatividad en la Escuela Son muchas las prácticas escolares tradicionales e irreflexivas que, usadas con frecuencia, suprimen la potencialización de la creatividad tanto en el docente como en el estudiante. Estas no son ajenas a la vida diaria de nuestras instituciones nacionales de educación preescolar, básica primaria, secundaria, media y aún superior. Nombremos algunas de ellas: 1. La subestimación generalizada de los talentos y habilidades de los estudiantes quienes son señalados por sus docentes como ignorantes, incapaces, o poco creativos. 2. El énfasis en la memorización de conocimientos obsoletos los cuales se demuestran a través de problemas descontextualizados que generalmente poseen una respuesta única y correcta, conllevando con ello al señalamiento del error por parte del docente y al temor o frustración del estudiante cuando comete equivocaciones. 3. La dependencia resultante de las prácticas de disciplina escolar en la que se destaca el estudiante sumiso, callado y que copia lo que su docente desea. 4. Las concepciones tradicionales relacionadas con la creatividad como producto de un don o un momento de inspiración que sólo logran elaborar personas excepcionales y de la inteligencia como un conjunto de conocimientos con una estructura única y medible a través de exámenes. 5. El desconocimiento de la variedad de estilos y estrategias del pensamiento al momento de enseñar. 6. La falta de habilidades creativas del maestro para enseñar y evaluar. 7. La escasa motivación del docente para la planeación e implementación de actividades dirigidas al desarrollo de la creatividad. 8. La escasez de recursos tecnológicos y locativos apropiados en las escuelas públicas que inviten a la producción creativa. Cómo Promocionar el Potencial Creador en Estudiantes y Docentes Autores como Sternberg (1996), Brown, H.D. (1994) y Gardie, O. (1997), sugieren considerar acciones como las siguientes con el fin de enfatizar el potencial creador tanto en estudiantes como en docentes: 1. Adoptar un paradigma del aprendizaje, más que uno de enseñanza. Es decir, no considerar una didáctica dirigida al aprendizaje sino una desde el aprendizaje para con ello, despertar en el estudiante el uso de estrategias metacognitivas y con ello permitirle el empoderamiento del conocimiento y la comprensión. 2. Cambiar el programa inflexible por un programa abierto regido por los valores humanos en el que exista la posibilidad de incorporar prácticas y técnicas que desarrollen el pensamiento creativo y tomando como base lo contemplado en los estándares tanto nacionales como internacionales. 3. Emplear de estrategias metodológicas variadas encaminadas al monitoreo de procesos y no de productos como reconocimiento de las diferencias de inteligencia, de estilo de pensamiento y de estrategias de los estudiantes con el propósito de que el estudiante asuma el rol de productor y evaluador de su conocimiento. A manera de conclusión, anotaré, primero que la labor de permitir el fluir de la creatividad en la vida escolar no debe parar en los niveles de educación básica o media, sino que debe extenderse como un hábito a todas las esferas del aprendizaje y la enseñanza. Por último, la creatividad bien entendida y practicada, es una herramienta indispensable para el mundo actual. Como habilidad mental contribuye al desarrollo de aspectos cognoscitivos y afectivos los cuales se traducen en desempeños productivos necesarios para el reto del contexto sociocultural, tecnológico y científico de hoy. REFERENCIAS 1. Brown, H.D. (1994). Principles of Language lerarning and teaching. Prentice Hall Regents. New Jersey: USA 2. Casillas, M. Aspectos importantes de la creatividad para trabajar en el aula En línea en http://educar.jalisco.gob.mx/10/10miguel.html. 3. Garaigordobil, M y Torres, E. (1996). Evaluación de la creatividad en sus correlatos con inteligencia y rendimiento académico. Revista de Psicología Universitas Tarraconenses. Vol. XVIII (1). 4. Gardie, O. (1997). Cerebro total y Estilos de pensamiento venezolano: la creatividad desperdiciada. Investigación y Postgrado, Vol. 12 (2): 39-64. 5. Robinson, P (Ed). 2002. Individual differences and instructed language learning.Benjamins Publishing Comapany. Philadelphia: USA. 6. Sternberg, R. J. (2004). WICS: A modelo for educational leadership. The educational forum. Vol.68. 7. Sternberg, R. J. y O’Hara, L. (2005). Creatividad e inteligencia. Cuadernos de Información y comunicación. 120 ISSN: 1135-7991. 8. Sternber, R.J y Williams, W. (1996) How to develop student creativity.