Coproductos Cuando en una empresa se fabrican uno o dos productos diferentes, utilizando las mismas materias primas (insumos), se está realizando lo que se denomina “producción conjunta”. En alguna fase de la producción surgirán uno o más productos diferenciados. Ese momento se denomina “punto de separación”. El término de “coproductos o productos conjuntos” se aplica a las situaciones en las que todos los productos que aparecen en el punto de separación tienen un valor relativo importante. Cuando uno de los productos resultantes de la separación posee un valor muy pequeño en relación con el resto se le llama “subproducto” (los subproductos serán estudiados en el siguiente tema). Las características de los coproductos son: 1. Los coproductos son el objetivo fundamental de las operaciones fabriles. 2. El valor de venta de los coproductos es relativamente alto en relación con el de los subproductos. 3. La industria tiene que fabricar todos los coproductos para producir cualquiera de ellos. 4. El fabricante tiene escaso o ningún control sobre las cantidades relativas de los diversos coproductos que se obtendrán. Al final, la conveniencia suele ser lo que determina si un producto múltiple recibe el tratamiento de coproducto, subproducto o incluso de desperdicio. Para la contabilidad de costo de los coproductos hay que partir de la premisa de que a cada producto individual se le debe cargar la parte proporcional de los costos totales del proceso de producción conjunta; es decir, todos los costos que se han hecho antes del punto de separación deben de ser distribuidos entre cada uno de los coproductos. Hay tres métodos fundamentales para hacer esto: 1. Método del valor relativo de las ventas. 2. Método de la cantidad física. 3. No consignar el costo, la información del precio de venta se usa como pauta para la elaboración de inventarios. En el primer método se calcula en primer lugar el costo total de la, por así llamarla, fase conjunta; es decir, aquellos costos en los que se ha incurrido hasta el punto de separación. Esta cantidad se divide entre el valor total de las ventas para todos los coproductos en ese momento. El resultado es un porcentaje del costo contra el valor de venta para la producción del proceso conjunto; éste se multiplica por cada uno de los coproductos para llegar al costo distribuido para cada uno de los productos conjuntos. El método de la cantidad física es menos útil pero algunas empresas en determinados ramos lo siguen utilizando. En éste, las cantidades físicas totales de producción se utilizan como denominador para la ecuación de distribución; la cifra resultante de la división entre el costo total conjunto y las cantidades físicas totales representa el costo conjunto por unidad física de producción. Por último, este costo se multiplica por la producción física de cada uno de los coproductos. Es importante tener en cuenta que si algunos coproductos tienen formas diferentes de medición (peso, volumen, etcétera) hay que convertir todas las distintas escalas de medición en una común. El tercer método o de valor realizable neto estimado asigna los costos conjuntos sobre la base de éste (valor de venta final pronosticado menos los costos separables pronosticados de producción y venta). Subproductos Los subproductos varían mucho en su importancia según las distintas ramas de la industria. Algunas veces el valor de venta de los subproductos es tan pequeño que en la práctica se convierten en sinónimos de productos de desecho o desperdicios. En otras ocasiones, tienen un importante valor de venta y se establece la duda de si deben considerarse subproductos o productos conjuntos. Existen dos métodos básicos de contabilizar los subproductos: 1. Al momento de la venta. 2. Al momento de la producción. Estos dos métodos se pueden realizar de diferentes maneras, vamos a desarrollar en este tema cinco de ellas: 1. Tratamiento de las ventas de subproductos como otros ingresos. Si su precio es muy pequeño, muchas empresas lo consideran como si se tratara de desperdicio y se puede establecer un inventario de subproductos en cantidades mientras sean recuperados. En la cuenta de resultados están dentro de la partida de “otros ingresos”. 2. Tratamiento de las ventas de subproductos como reducción del coste del producto principal. Así se puede: a) Rebajar del costo del producto principal el ingreso total estimado proveniente del subproducto. b) Lo anterior menos los gastos de ventas en que se incurra por ello. c) Lo mismo que en apartado b) en una cantidad estimada para utilidad. 3. Tratamiento del subproducto como si no tuviese costo en el momento de la separación, pero cargándole todos los costos después de la separación. Se utiliza este método cuando el subproducto requiere procesamiento adicional después de la separación y cuando el subproducto no tiene valor vendible en el momento de la separación. 4. Registrar el costo del subproducto antes y después de la separación del producto principal. Se utiliza cuando el subproducto tiene un valor alto y requiere procesamiento adicional después del punto de separación. Es el método más exacto, pero también el más costoso. 5. Método de reversión del costo (método del precio de venta). El propósito aquí es calcular el importe de los costos antes de la separación que deben ser cargados a un subproducto. El procedimiento consiste en retroceder a partir del precio de venta final, haciendo provisiones para un porcentaje fijo de utilidad, de gastos de venta y de administración y, a partir de aquí, deducir los costos aplicables al subproducto después de la separación del producto principal. El saldo que resulta es el importe de los costos antes de la separación que deben ser aplicados al subproducto. Finalicemos el módulo con dos dificultades que se presentan a la dirección en relación con los productos conjuntos y los subproductos. Estos son el dilema de “vender o continuar el proceso” en algún punto del proceso de producción y el análisis de cómo deshacerse de ciertos productos intermedios que pueden ser usados en los procesos de producción actuales. En el primer dilema, los costos relevantes para una decisión se limitan a los costos en que se incurrirá si se realiza algún proceso adicional; los costos pasados son considerados “costos hundidos” y, por lo tanto, sin importancia. Es decir, aquellos costos conjuntos u otros costos en que se ha incurrido no pueden ya ser recuperados. La única preocupación es si los “ingresos incrementales” provenientes de la venta del producto terminado serán mayores que el “costo incremental” del procesamiento adicional. Respecto al segundo problema que suele presentarse en el análisis conjunto tiene que haber una comparación entre el precio de venta del desperdicio y el costo de su eliminación física. Estos costos se denominan “costos de oportunidad” porque representan el hecho de que la compañía ha renunciado a la posibilidad de vender el desperdicio si su decisión final es eliminarlo.