¿PORQUÈ CONOCER LA HISTORIA FAMILIAR

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¿PORQUÈ CONOCER LA HISTORIA FAMILIAR?
Mg. Cecilia Valdivia Terry
Directora de EDUCARES Nido Jardín Colegio
Es increíble que la mayoría de niños, a pesar de ya estar grandecitos, no conozcan
exactamente cómo se llama su abuelo(a) o cuál es el segundo apellido de su mamá.
Tampoco saben la profesión de sus abuelos o cuáles son sus verdaderos tíos y cuáles
son los de cariño. Todo ese desconocimiento, aparentemente insustancial, favorece una
desarticulación familiar que no es recomendable para el desarrollo de ninguna persona.
El conocer aspectos sobre su familia, no sólo la nuclear(padres y hermanos) sino sobre
sus abuelos, tíos , primos, inclusive los bisabuelos y otros antepasados, resulta
indispensable para que el niño pueda formar su identidad no sólo como persona
individual, sino a nivel social y, lo que es muy importante, su identidad moral.
Esto se debe a que un niño(a) que conoce perfectamente a sus familiares, que sabe
cuáles son los logros que ellos han obtenido, se va a sentir más comprometido con su
círculo familiar. Ello dará como resultado que tenga diferentes ejemplos como
referentes de la conducta que debe seguir, y además, al saber que tiene a tantas personas
pendientes de él, va a tratar de ser mejor, de seguir patrones de conducta adecuados, de
no decepcionar a nadie.
Es sabido que cuando los chicos llegan a la adolescencia sintiéndose parte de una
familia bien conformada, que tienen raíces sólidas, son mucho menos proclives a caer
en vicios. De otro lado, aquellos que provienen de una familia desarticulada, que no se
identifican con nadie de su entorno familiar, son presas fáciles y caen en los vicios
como las drogas, prostitución, ludopatía por no mencionar otro tipo de problemas.
Por eso es preciso recalcar que la familia es el núcleo de la sociedad y es un deber de
los padres el inculcar en sus hijos los conocimientos que los hagan sentirse parte de una
familia para que no crezcan desarraigados.
Es increíble ver cómo los niños de hoy, conocen a la perfección los nombres de los
personajes de ficción de los dibujos animados, o de los protagonistas de las telenovelas,
pero de su historia familiar saben muy poco.
¿Qué hacer entonces ante esta situación? La labor de los padres es dar a sus
hijos ese conocimiento tan valioso aunque ellos no se lo pregunten. Lo ideal es
encontrar momentos para informar a los niños viendo fotografías, sobre aspectos
básicos de su familia, como los nombres de sus parientes más cercanos, sus profesiones,
lugares de nacimiento, así como otro tipo de información.
En realidad, aunque a veces ni se interesen en hacer preguntas, a los niños sí les agrada
saber cosas sobre su entorno familiar. Cuando los papás los motivan y buscan los
momentos para hablar de temas relacionados con la historia familiar, los niños son muy
receptivos. Claro que no se trata de mostrarles un árbol genealógico lleno de fechas y
nombres, o una presentación en ppt de quiénes fueron sus antepasados y cuáles fueron
sus logros. Se debe buscar que el niño(a) se interese de manera amena y natural por su
historia familiar, la que él también está ayudando a construir y de la que ya forma parte.
Para los chicos es importante saber que los adultos fueron alguna vez niños y conocer
detalles sobre su época escolar o de cuando eran bebés. Esas anécdotas están llenas de
amor y calarán hondo en el corazón y la memoria de los niños, convirtiéndose en un
lazo muy fuerte para unirlos aún más con sus familias. También les encanta “escribir”
mentalmente su propia historia, recrearla de manera que van afianzando su propia
identidad.
Las historias que se cuentan en casa pueden ser además aleccionadoras y servirles a los
padres y abuelos para inculcar valores en los niños. El que un pequeño sepa que su
abuelo fue un doctor honorable, o que fue un profesor muy querido, lo ayudará a crear
en su mente modelos a los cuales admirar y seguir. El hecho de que sean tan cercanos lo
hace aún más valioso.
Pero además, a los niños les gusta saber que sus padres, abuelos, tíos, son tan humanos
como ellos, con éxitos y con defectos, pues eso los ayuda a vincularse emocionalmente.
Asimismo, les interesa saber que sus familiares no siempre fueron perfectos, que alguna
vez hicieron una travesura o cometieron un error, pues eso les permite identificarse aún
más con su entorno.
En resumen, conocer datos acerca de sus familiares permite al pequeño ir creando una
especie de cordón de seguridad que los ayudará a asentar las bases sobre las cuales, en
el futuro, él también formará su propio núcleo familiar.
Si un niño(a) crece en el seno de una familia integrada, aprenderá a valorar aspectos
como la unión, la solidaridad, la armonía, la complicidad además de, obviamente, tener
siempre presente que el amor y el respeto son fundamentales para que una familia
permanezca unida.
Conocer algo más sobre de dónde provienen permitirá a los niños quebrar esa tendencia
hacia el individualismo que hoy está tan presente en nuestra sociedad, y favorecerá
relaciones mucho más equilibradas al interior de la familia.
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