Las Familias Coloniales (HA) El concepto de la familia ha cambiado con frecuencia a lo largo de la historia. Hoy en día la mayoría de las personas consideran que una familia está formada por los padres y sus hijos. Sin embargo, en la época colonial las familias podían incluir a abuelos, tíos, primos e hijastros. El Matrimonio Los hombres y mujeres coloniales generalmente se casaban entre los 20 y 25 años. Los que llegaban a América como criados contratados no se podían casar hasta después de haber logrado su libertad. Los hombres superaban en número a las mujeres en las colonias. Por eso casi todas las mujeres tenían aseguradas una propuesta de matrimonio. “Las criadas de buen linaje [familia]”, escribió un colono, podían “escoger a sus esposos entre las mejores clases de gente”. Para una joven, sin embargo, la vida como esposa y madre muchas veces resultaba una vida más dura que la de criada contratada. Familias Grandes Por lo general, las familias coloniales eran grandes. La mayoría de las familias tenían entre siete y diez hijos. (Benjamin Franklin tenía 16 hermanos y hermanas.) Las familias de agricultores, en particular, necesitaban todas las personas posibles para ayudar en las tareas. El ambiente religioso y cultural influenciaba las ideas de los colonos con respecto a la crianza de los niños. Pero en casi todas partes de las colonias, se esperaba que los niños fueran miembros productivos de la familia. Las mujeres casadas daban a luz muchas veces, pero casi la mitad de los niños morían antes de llegar a la edad adulta. Las muertes infantiles eran especialmente elevadas en las Colonias del Medio y del Sur, donde la mortal enfermedad de malaria hacía estragos. Con mucha frecuencia los adultos también morían a una temprana edad. Después de la muerte de una esposa o esposo, por lo general hombres y mujeres no tardaban en volver a casarse. De esta manera las familias aumentaban con hermanastros además de huérfanos adoptados (niños cuyos padres habían muerto). Ya fuera que los colonos vivieran en ciudades, pueblos o granjas aisladas, sus vidas se centraban en la familia. Los miembros de la familia se cuidaban unos a otros porque no había nadie más que lo hiciera. A menudo las familias con hijos pequeños acogían a abuelos, tíos y primos ancianos cuando éstos ya no podían valerse por sí mismos. No importaba si apenas había lugar para todos. Nadie se negaba a acoger a un pariente necesitado.