MI ESTILO DE VIDA, CONDICIÓN DE SU SALUD Y ROL PROFESIONAL Profesores Encargados: Vásquez F, Palomino A. M. Profesores Participantes: Vásquez F, Palomino A. M. Duración del Módulo: 20 al 26 de junio PROGRAMA DE CONSEJERÍA EN VIDA SANA PARA PROFESIONALES DE ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD RELACIÓN ENTRE CONDICIÓN DE SALUD Y ROL PROFESIONAL La Promoción de la Salud concebida como uno de los pilares que sustenta el enfoque del trabajo del equipo de Atención Primaria de Salud (APS) es una estrategia orientada a que los usuarios puedan integrar conocimientos, desarrollar actitudes y habilidades para tener un mejor control de su salud, así como también, ofrecer espacios físicos para que puedan tener acceso a insumos y servicios destinados a fortalecer el desarrollo de factores protectores de la salud. En este contexto, el rol profesional de cada disciplina adquiere una importancia capital, dado que tiene un significado dentro de la relación profesional-usuario, demandando a cada integrante del equipo ser un facilitador o facilitadora del aprendizaje, lo cual implica mostrar una actitud positiva hacia las capacidades humanas y generar un ambiente favorecedor y estimulante para la reflexión del usuario acerca de su conflicto o problema de salud y de sus valores respecto de la misma; continuar trabajando las creencias, conocimientos y experiencias al respecto, para finalmente elucubrar sobre posibles cambios de conducta favorables. Los conflictos son inherentes a la vida misma, por lo que están muy ligados a las emociones; no se resuelven sino que se aprende a resolverlos, hecho que ofrece a la persona la oportunidad de conocerse mejor. (1,2) Este manejo integral del usuario, permite establecer una relación de ayuda conducente a facilitar el autoanálisis de sus actitudes y la construcción y/o fortalecimiento de una autoestima positiva, elementos clave para la toma de decisiones respecto de su estilo de vida y asumir el cuidado de su salud, acorde con lo recomendado por cada uno de los profesionales responsables de su atención. Este proceso no es posible a través de una mera entrega de información, por el contrario es necesario recurrir a la creatividad en la conducción de actividades que constituyan experiencias de aprendizaje motivadoras, entretenidas y mobilizadoras de las fuerzas internas del usuario en otras palabras, exploración de sus, creencias, motivaciones, frustraciones y expectativas respecto a una determinada recomendación, para finalmente resolver su ambivalencia decisional acerca de su cambio conductual (3). Un aspecto relevante y que no debe descuidarse durante esta interacción de ayuda, es el desgaste emocional del usuario y de quien otorga la atención de salud. El personal de salud puede ser un agente activo al enfocar el tratamiento que acuerda con el usuario e impactar positivamente en su satisfacción, a partir de esta interacción de ayuda, prestando especial atención no solo a lo que dice, sino a cómo lo hace (4,5) y por tanto, contribuir a la adherencia al tratamiento y a la mantención del mismo por el tiempo que se requiera hasta lograr el desarrollo del cambio conductual esperado. En este proceso cabe preguntarse: ¿Más allá de su rol de educador, el personal de salud podría ser considerado un modelo por el usuario?; ¿Cuál es la conducta generalmente observada en APS? ¿El estilo de vida y la condición de salud del profesional, podría afectar la credibilidad del usuario? Es bien sabido, que los profesionales de APS, otorgan atención a un alto porcentaje de la población, instancia en la que poseen la credibilidad y las oportunidades para ayudar a las personas a cuidar de su salud, mediante la modificación de su comportamiento. Un mensaje del Director de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), plantea que la credibilidad de los profesionales del área es elevada y que constituye un arma poderosa, sobretodo en materia de Promoción de la Salud. Según la misma Institución, los profesionales de la salud deben constituir el ejemplo sobre el cual una sociedad saludable se refleje. Tales interrogantes deberían estimular el pensamiento crítico y poner de manifiesto la necesidad de que el profesional ponga especial atención en un tema clave “Su condición de salud y la relación de ésta con su estilo de vida”. En consecuencia, debería reflexionar, deliberar y efectuar una búsqueda de evidencias respecto de esta situación, lo cual implicaría que analice como se está alimentando, cuál es su nivel de actividad física y de consumo de tabaco, entre otros factores determinantes de la condición de salud. (6) El personal de salud como cualquier persona no está exenta de padecer trastornos físicos y psicológicos, al igual que usuario, sobre todo pensando en la relación existente entre los hábitos mencionados en el párrafo anterior, con el stress y desgaste emocional del profesional, no ausente en este medio. Se ha demostrado como las condiciones laborales junto a extensas jornadas, turnos e incluso condiciones ergonómicas, incidirían directamente en los hábitos de salud (7). Con base en lo expuesto, es pertinente preguntarse ¿Hasta que punto algunos comportamientos de los profesionales, nocivos para su salud como por ejemplo ser sedentario, ser fumador, ser obeso, pueden influir en cambio conductual esperado en el paciente? ¿Cual es mi comportamiento al respecto? Si se analiza el rol de los profesionales de APS en relación a la promoción de la salud, específicamente en lo referido a la cesación del consumo de tabaco, se puede ver que éste se encuentra en una situación especial en relación con las posibilidades de intervención sobre el mismo: por un lado, como ya se mencionó ,son más próximos a los usuarios y sirven de referencia inevitable en sus hábitos de consumo; por otro, al ser los profesionales de la salud quienes más contacto tienen con las personas fumadoras, sanas o enfermas y que más inmediatamente pueden colaborar en la educación para la salud, sirven de apoyo para dejar de fumar, o remediar, en lo posible, las consecuencias de dicho hábito. Sin embargo, también el profesional de Atención Primaria padece en sí mismo los efectos de la adicción. El porcentaje de fumadores entre los profesionales (8), tanto en el nivel primario como del nivel especializado, es elevado y similar al de la población general. Esto no debería extrañarnos, ya que los factores que condicionan el inicio del tabaquismo actúan desde la infancia, y la mayoría de los fumadores ya lo son al llegar a los 20 años. Respecto a lo anterior, en el año 2005, en la Declaración de las Américas del Día Mundial Sin Tabaco (13), las organizaciones de profesionales, reconociendo todos los antecedentes respecto a este tema, se comprometen a dar el ejemplo, promoviendo que los profesionales de la salud dejen de fumar a través de una serie de estrategias. Obviamente cada profesional fue libre de firmar dicho compromiso. Si se piensa bien, el profesional que ha dejado de fumar está mejor capacitado en reconocer los beneficios de la cesación del consumo tabaco y las dificultades que implica dicho cambio, para entender de mejor manera, este proceso en el usuario. Esta situación puede ser extrapolada a todos los hábitos saludables que se promueven en salud, por ejemplo, el profesional que ha intentado bajar de peso con éxito, puede entender mejor el proceso que implica en los demás esta intención y a la vez puede utilizarse como ejemplo ante el usuario y los demás integrantes de equipo de salud. Entonces, es importante que el profesional muestre y no solo diga lo que debe hacer el paciente, esto daría más valor a la atención en salud.(9) Además, se ha visto que mediante el análisis de sus propios hábitos de salud con los usuarios, los profesionales mejoran su capacidad para motivarlos a adoptar determinadas rutinas (10,11), les da más confianza a los que buscan asesoría de salud para prevenir y/o tratar la enfermedad (3). El Ministerio de Salud, en el documento Programa de Salud Cardiovascular: Manejo alimentario del Adulto con Sobrepeso u Obesidad, como parte de las recomendaciones al equipo de salud para lograr que el usuario cumpla con las metas propuestas, hace mención que el profesional debe ser un modelo (12), Entonces el profesional de la salud como todo ser humano, se enfrenta también a la necesidad de cambios de conducta que afectan su estilo de vida, Y finalmente, si se relaciona su condición de salud y su rol profesional. Al respecto ¿A que se compromete usted, en relación a sus hábitos en salud?