Centro de Asesoría Educativa y Psicológica Jr. J. J. Pasos Nº 395 - 391 Telef. : 3310266 [email protected] BOLETIN Nº 41 - SETIEMBRE 2011 El Trastorno por Déficit de atención con Hiperactividad (TDAH) Es una condición, sin causa específica conocida, que cursa con un patrón de comportamiento inadecuado, iniciado generalmente en la infancia, de base neurobiológica cuyos síntomas básicos son la falta de atención, hiperactividad e impulsividad. Puede ser debido a diversas causas siendo en nuestro medio la genética la de mayor importancia. El motivo de consulta en los niños de menos de 5 años suele ser la hiperactividad, generalmente detectada en el nido al que acuden, algunas veces acompañada de agresividad y dificultades para acatar órdenes. Posteriormente durante los primeros años de la primaria la causa fundamental es la presencia de un aprendizaje por debajo de lo esperado, con problemas para la lecto-escritura y las matemáticas debidos a la inatención y distracción fácil. Según el síntoma predominante se pueden clasificar en: Tipo predominantemente hiperactivo e impulsivo: son propensos al movimiento, sin poder mantenerse quietos ante una tarea determinada, sus formas de expresión van acompañadas de movimientos sin finalidad y hablan sin parar. Los impulsivos tienen una falta de control de sus reacciones o pensamientos inmediatos. Su estado de ánimo es muy variable, son intolerantes a la frustración y se aburren fácilmente. Algunos tienen problemas para relacionarse con los niños de su edad mostrándose agresivos y desafiantes. Tipo predominantemente inatento: tienden a ser hipoactivos, fácil distraibilidad, con dificultades en el rendimiento escolar, problemas en la lecto- escritura y matemáticas. Se les dificulta centrarse en una sola tarea de trabajo o estudio. Cuando se requiere de concentrar la atención dirigida y consciente se dispersan fácilmente y tienen una mejor atención en actividades de su interés. Generalmente tienen dificultades para manejar sus tiempos y se demoran mucho en todo lo que hacen tanto dentro como fuera del ámbito escolar. Tipo combinado, donde hay una mezcla de desatención, impulsividad e hiperactividad. Los síntomas aparecen más tempranamente, tienen una gran facilidad para cambiar de carácter. Tienen mayor iniciativa social pero menor autocontrol por lo que presentan problemas conductuales que favorecen las llamadas de atención frecuentes de parte de profesores. Tienen necesidad de ser supervisados para lograr un desempeño adecuado en el colegio por tener la tendencia a no cumplir con las tareas y perder sus útiles. El diagnóstico se hace con una entrevista a los padres, con el informe psicopedagógico del colegio y la evaluación del paciente. Es fundamental comenzar con una buena historia clínica, recogiendo antecedentes personales y familiares, anamnesis completa de los síntomas que presenta y momento de presentación de los mismos, seguido de una exploración neurológica desde el punto de vista neuro-evolutivo, es decir de acuerdo a la edad del niño. No existe prueba diagnóstica biomédica específica ni marcador genético, analítico, neurofisiológico o neurorradiológico que ayude al diagnóstico. Es necesario indicar una evaluación neuropsicológica por un psicólogo clínico para hacer un diagnostico integral de las áreas, cognitivas, sociales y emocionales. Esto es de suma ayuda para identificar comorbilidades es decir algunas condiciones que coexisten con el cuadro principal. Entre las comorbilidades más frecuentes tenemos los trastornos del aprendizaje, los trastornos del lenguaje, los trastornos de conducta, el trastorno negativista desafiante, trastornos depresivos y ansiosos y problemas relacionados al entorno familiar. En algunos casos dependiendo del diagnóstico será necesaria la intervención de otros profesionales como el psiquiatra infantil, un psicopedagogo, terapeuta de conducta o cognitivo conductual, y terapeutas especializados en problemas de familia para que apoyen a los padres si así lo requiriera el caso. El diagnóstico y tratamiento es por lo tanto de un equipo de profesionales que harán un programa individual según las necesidades, siendo parte de este equipo los padres, como piedra fundamental. Es además importante una buena comunicación con el colegio, tanto con la directora como con el tutor y psicólogo responsables, quienes darán valiosa información del desempeño del niño en el aula lo que permitirá planear las estrategias de su terapia. Dra. María Elena Liendo Chocano Neuropediatra