EL CONOCIMIENTO VS CIENCIA El conocer y la búsqueda del conocimiento ha sido la gran preocupación humana, su proceso, su abordaje, la verdad o no de los hallazgos, la objetividad o subjetividad del acto cognoscitivo, han sido objeto de estudio a lo largo de la humanidad. ¿es posible conocer?, ¿Es realmente factible aprehender la realidad?. La ciencia se ha basado en el conocimiento de la verdad o al menos en la búsqueda de ella, ¿se ha logrado? o solo es uno más de los sueños irrealizables del hombre, disertar sobre el conocimiento es generar dudas y cuestionamientos sobre la ciencia y sobre la base en el que está sedimentado toda su armazón. Conocer ha sido desde siempre, hasta nuestros días la gran preocupación del ser humano. Los griegos fueron, si bien no los iniciadores, los que se preocuparon por el estudio de la realidad y del hombre de manera sistemática y hasta crearon el instrumento que nos llevaría al pensar correcto. A Aristóteles debemos dar las gracias por elaborar el Organón, primer Instrumento práctico para la aplicación del pensamiento. Los griegos fueron los que legaron a la humanidad los grandes problemas, los grandes conceptos, los grandes paradigmas y hasta las grandes tragedias. El conocimiento y la forma en que el hombre lo obtiene, fue parte de su preocupación y aun hoy, aunque muchas veces despreciados, siguen siendo la base de las concepciones actuales. ¿Pero, como iniciar este discurso sobre el conocimiento sin antes definirlo?. La definición del conocimiento, del conocer ha ocupado la mente de hombres eminentes, de pensadores lúcidos, de teóricos y científicos excepcionales. La tarea ha sido ardua y no ha sido posible un consenso respecto al mismo. Con los fines de aclarar el término, al cual nos referimos, tomaremos prestado de la Gnoseología o Teoría del conocimiento, algunas ideas: Conocer es aprehender teóricamente los objetos, sus modos y sus relaciones. El conocimiento no es otra cosa que el producto o resultado de la actividad de conocer. Todo conocimiento implica por lo tanto una relación y dos elementos: el sujeto que aprehende y el objeto que es aprehendido. La epistemología estudia la naturaleza y validez del conocimiento. De este modo, el problema se presenta en la relación de quien conoce y lo que es cognoscible. En esencia, se trata de la naturaleza, carácter y las propiedades específicas de la relación cognoscitiva, así como de las particularidades de los elementos que intervienen en esta relación. El pensamiento epistemológico surge, entre otras cosas, cuando la incoherencia entre el ser real del objeto y el saber subjetivo dado de este objeto, se convierte en objeto de la actividad intelectual. Sobre la naturaleza de esta relación Sujeto−Objeto se han presentado desde los tiempos de Aristóteles y Platón diferentes concepciones, que se han derivado, aunque con amplias y diversas modificaciones, de estos filósofos griegos. Estas concepciones o tendencias pueden agruparse en dos corrientes básicas: Idealistas y Realistas. Los idealistas plantean que el objeto es solo conocido a través de la sensación y la percepción, solo existe en la medida que es percibido (Berkeley). Descartes, llega mas allá, al afirmar que el pensamiento es la única base de evidencia de su existencia personal: "pienso, luego existo". Los Realistas plantean que el objeto es lo que es y el sujeto tiene que aprehenderlo. El objeto se mantiene siempre inalterable. Para Gilson : La mayor diferencia entre el Idealismo y el Realismo consiste en que el primero piensa y el segundo conoce. Para el realista pensar es solamente ordenar conocimientos o reflexionar sobre su contenido, nunca pretenderá hacer del pensamiento el punto de partida. El idealista va del pensamiento al objeto, no puede saber si aquello de que parte corresponde o no al objeto. En ambas concepciones la verdad del conocimiento, tiene carácter diferente. Los idealista pueden llegar a la verdad, puesto que son ellos los que crean el conocimiento, para los realistas, la reflexión y la organización del conocimiento puede estar equivocada o no concordar con la realidad. Sobre la verdad y los limites del conocimiento, encontramos en el devenir histórico diversas posiciones, de las cuales sólo señalaremos a groso 1 modo dos: Los dogmáticos, que sostienen que el conocimiento de verdades absolutas es posible y, los escépticos, que plantean la imposibilidad de llegar al conocimiento. Antes de proseguir nos detendremos sobre los tipos de conocimiento: Conocimiento sensible, aprehende objetos reales, entendiendo por reales los que ocupan espacio y tiempo. Es proporcionado por los sentidos y la conciencia inmediata de nosotros mismos. Conocimiento racional, aprehende objetos ideales o relaciones entre objetos reales. Objeto ideal es aquel que no ocupa espacio, ni tiempo, ( los números, los conceptos etc.). Este tipo de conocimiento da a la razón la posibilidad de captar lo ideal, sus relaciones y la relación de lo temporal− espacial. Para unos esta posibilidad del ser humano, unida a la capacidad de la razón para averiguar como es la realidad en si, independiente de nuestro conocimiento sensible, es la forma de conocer el mundo que nos rodea y explicarnos a nosotros mismos. Esta posición se denomina racionalismo y contrasta con el empirismo, el cual plantea que el único conocimiento posible solo puede atribuírsele a la experiencia sensible. El empirismo concuerda la razón a la experiencia sensible, pero solo para relacionar datos y realizar inducciones. Durante siglos se ha discutido sobre el origen del conocimiento, sobre la posibilidad de conocer, sobre la relación sujeto−objeto, y se llego a pensar, con el dominio del empirismo, que la realidad y los objetos o fenómenos que la componen eran susceptibles de ser aprehendidos. Por primera vez en la historia de la filosofía, Kant demuestra que el objeto no es una cosa ajena al sujeto, algo externo y opuesto a éste. La función de la objetividad, según Kant, es una forma de la actividad del sujeto, y el propio sujeto no existe fuera de las cosas conocidas por él. Además, según Kant, el objeto sólo existe en las formas de la actividad subjetiva y sólo así puede ser conocido. La cosa en sí, es decir, la realidad existente fuera de cualquier relación con el sujeto cognoscente es dada al sujeto solamente en la forma de los objetos. Según el filósofo alemán, los objetos son en su esencia producto de la actividad creadora propia del sujeto. A diferencia de Descartes y de los otros racionalistas metafísicos, Kant no comprendió el sujeto como una "cosa pensante". Para él el sujeto es auto−actividad, actividad interna, que sólo se puede manifestar en su actuación, en la ordenación de las sensaciones por medio de la síntesis categorial. Detrás de la tesis idealista de un mundo de objetos, creado por el sujeto, en Kant se encuentra el profundo supuesto dialéctico de la actividad del sujeto: el sujeto no percibe pasivamente el mundo de las sensaciones, que les es "dado", o los conceptos racionales terminados, sino realiza lo "dado" creativamente. Hegel superó plenamente aquellos elementos de enajenación en la comprensión del sujeto y el objeto, los cuales se conservan todavía en la filosofía de Kant. Hegel demostró su dependencia mutua dialéctica, su enlazamiento mutuo, descubrió rigurosamente que no es posible contraponer metafísicamente realidad objetiva (en Kant, la cosa en sí) y objeto, saber empírico y saber racional, experiencia "externa" e "interna", razón teórica y práctica. Según Hegel, sujeto y objeto son sustancialmente idénticos porque la realidad se basa en el auto−desarrollo del espíritu absoluto. Pero el espíritu absoluto, para Hegel, es el sujeto absoluto que se tiene a sí mismo como objeto. La fenomenología del espíritu de Hegel, se dedica a la tentativa de comprobar esta tesis. Hegel desarrolla el punto de vista de Kant del sujeto como auto−actividad. A la vez ya no entiende la auto−actividad como acto estático que se realiza fuera del espacio y tiempo, sino como auto−desarrollo del sujeto, el cual se manifiesta especialmente en el desarrollo de las formas de la actividad práctica y cognoscitiva de la sociedad humana. Las categorías aparecen como grados del conocimiento del mundo exterior y del espíritu absoluto por el ser humano social. Por primera vez se plantea el problema de sujeto−objeto históricamente, en el nivel de un análisis del desarrollo de la relación entre conciencia y objeto. Estas ideas que impregnaron a toda la sociedad y particularmente a las ciencias de la naturaleza, vive su 2 momento de gloria durante el siglo XIX y principios del siglo XX. Todavía, hoy quedan rastros de esa concepción que asegura que el sujeto puede conocer al objeto, que podemos inferir leyes generales o al menos parciales de los fenómenos de la naturaleza. La fortaleza de esta creencia reside en el éxito que la aplicación del empirismo y del método inductivo, significó en la conquista de la naturaleza. Para Alan Watts: El hombre occidental siempre se ha sentido ajeno a la naturaleza, fuera de ella. Nunca se ha considerado integrado. Por lo tanto, su objetivo ha sido siempre conocerla para vencerla, comprenderla para dominarla. En fin, los resultados exitosos de esta concepción, los vivimos día a día y los avances tecnológicos y científicos se han dado con tal rapidez que la vida de nuestros padres nada tuvo que ver con la nuestra y la nuestra nada tendrá que ver con la de las nuevas generaciones. Obviamente, el éxito genera fe, y la creencia de que la ciencia era infalible y que el conocimiento de todo cuanto nos rodea era posible, se convirtió en una paradoja difícil de romper. Los sentidos son causa de error como nos decía Descartes los sentidos nos engañan, ellas presentan las cosas desde la forma en que se nos imprime dándonos una información parcial, el error no lo tiene el objeto en su naturaleza, este solamente es, el error lo cometemos los seres vivientes al utilizar aquella información que se nos ofrece, somos seres limitados, creamos métodos limitados y simplemente especulativos, leyes que parecen extraordinariamente ciertas pero que resultan simplemente temporales, las cuales destronamos con una nueva inventiva que pronto llegará a su fin. Nos despertamos del sueño del conocimiento, sencillamente no podemos aprehender los objetos. Confundimos la realidad con la representación que de ella hicimos. La ciencia, para el mismo Einstein "es una creación del espíritu humano con sus ideas y conceptos libremente inventados". El sujeto siempre ha estado presente en el objeto. El Siglo XX nos deparó nuevas sorpresas, nuevos descubrimientos acabaron con el mito del conocimiento, con el concepto de causalidad, con el determinismo, que creía en la existencia de leyes fijas, que determinaban el estado futuro de un sistema a partir del actual, en fin, acabaron con la armazón que se había montado para la representación de la diosa ciencia y comienza a derrumbarse, lo que durante dos siglos se creyó era el peldaño de llegada, la llave mágica de entrada, al cuarto donde todos los misterios serian develados. Bajo esta nueva perspectiva, el sujeto solo puede aproximarse al conocimiento del acontecer, no al ser del objeto en si. Lo que elaboramos son modelos operacionales, no modelos reales de la naturaleza. Las leyes de la naturaleza son simplemente leyes humanas, reglas que hemos creado. La ciencia se convierte en mediciones, en regularidades estadísticas, nunca en certezas. Para cerrar citaremos nuevamente a Goethe: "Naturaleza tu nos circundas y firmemente nos sostienes en tus brazos. Impotentes somos de deshacernos de ti. Tampoco no es dado penetrar tus secretos, sin que sepamos porque y como, nos arrastras al torbellino de tu danza. Hasta que un día fatigados y dominados, nos desprendemos de tu regazo BIBLIOGRAFÍA Apuntes de clase. Epistemología 2004 Ramírez, C. La inteligencia perdida. (editorial UNED)(San José,Costa Rica, 2002) Gergen, K El yo Saturado. Paidos, (Barcelona,1992) Medawar, P.B. El arte de lo soluble. Monte Avila editores. (Caracas, 1970) 3 Ortiz ,J. R Matemática y ciencia. UNA. (Caracas,1988) Lalande, A Vocabulario técnico y critico de la Filosofía . (Editorial ateneo)(Buenos Aires,1967) Merino, J. A. Historia de la Filosofía (Biblioteca de Autores Cristianos)(Madrid, 2001) TRABAJO DE INVESTIGACIÓN EPISTEMOLÓGICA . −7− 4