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4/3/2.011
Resumen Charla-Coloquio sobre
DERMATITIS ATÓPICA
INTRODUCCIÓN
La Dermatitis atópica (DA) es una enfermedad
inflamatoria crónica y recurrente de la piel, que cursa con
periodos de agudización de los síntomas (brote) y periodos de
remisión (interbrote).
Afecta a alrededor del 10% de los niños y en el 70% de los
casos se manifiesta antes de los 5 años de edad.
Se caracteriza por la presencia
enrojecimiento y descamación de la piel.
de
picor
intenso,
La piel es un órgano con varias funciones. La principal es
ejercer una función barrera, es decir, previene la deshidratación,
evita la entrada de agua al interior del cuerpo cuando éste se
sumerge y la entrada de sustancias externas. También ofrece
resistencia a las agresiones, evita las infecciones, protege al
individuo frente a las radiaciones ultravioletas y participa en el
control de la temperatura corporal.
La piel atópica suele aparecer en la infancia y se caracteriza
por un déficit en la producción de ceramidas, que supone una
disminución de la función barrera de la piel, que se traduce en una
inflamación cutánea que cursa con picor, enrojecimiento y
sequedad.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
La Dermatitis Atópica es, en esencia, un cuadro de picor
crónico y recurrente que aparece por primera vez en los
primeros años de vida y afecta a determinadas localizaciones
típicas.
La piel seca y el picor están presentes de manera constante
tanto en el brote como en los periodos interbrote.
A lo largo de su evolución adopta diferentes localizaciones y
morfologías que dependen de la edad del niño, la duración del
brote y la presencia de factores infecciosos sobreañadidos:
 Dermatitis atópica del lactante: inicio entre los 2 y 6
meses de vida (hasta 2 años) con lesiones principalmente en
la cara.
 Dermatitis atópica infantil: manifestada por primera vez
de los 2 a los 12 años de edad. Las lesiones afectan zonas
flexurales.
 Dermatitis atópica del adulto y del adolescente: A partir
de la pubertad, las lesiones típicas de la dermatitis atópica
son las placas de liquenificación, consecuencia del rascado
crónico. Las zonas más frecuentemente afectadas son la
nuca, laterales del cuello, dorso de las manos y los pies, cara
deflexión de las muñecas y zonas de flexión de las
extremidades.
Los pacientes con DA se encuentran genéticamente más
predispuestos a desarrollar otras enfermedades relacionadas con la
atopía, como asma o rinitis.
Las complicaciones más frecuentes son las infecciones
bacterianas.
TRATAMIENTO
Las medidas generales de higiene e hidratación de la piel
deben seguirse siempre. Sin embargo, cuando hay brotes agudos
será necesario recurrir al tratamiento farmacológico establecido
por el dermatólogo. (Corticoides tópicos, Inhibidores tópicos de
la calcineurina, Antihistamínicos sistémicos anticolinérgicos y
sedantes para el alivio del picor).
En la dermatitis atópica las medidas preventivas son muy
importantes. Como medida de prevención primaria está mantener
la lactancia materna durante los primeros cuatro meses de vida,
introduciendo los distintos grupos alimentarios tardíamente y de
forma solapada.
Entre las medidas de prevención secundaria, en las que
hay que hacer un especial hincapié, se encuentran:
 Controlar la piel seca:
 usando syndets (detergentes sin jabón)
 manteniendo la emoliencia de la piel. Mantener
una correcta emoliencia de la piel es fundamental
para conservar la barrera de la piel intacta,
manteniendo su elasticidad, flexibilidad, tersura,
firmeza e integridad.
 Evitar los desencadenantes:
 sustancias irritantes
 factores ambientales (alérgenos inhalados o de
contacto)
 estrés
 en algunos casos ciertos alimentos
No obstante, estas medidas no permiten prevenir el 100% de
los brotes.
RECOMENDACIONES
Utilizar syndets (detergentes sin jabón) con aditivos
calmantes, que no incorporen en su formulación ni perfume, ni
conservantes. Deberán aportar aceites hidratantes, que tienen un
efecto beneficioso para la piel.
Utilizar emolientes (cremas o lociones) para corregir la
sequedad cutánea, es decir, hidratar la piel para evitar el paso de
microorganismos y disminuir el riesgo de inflamación. No deben
llevar incorporados ni perfume ni conservantes. Se aplicaran
siempre después de un baño o ducha para optimizar su actividad y
todas las veces que sean necesarias, evitando las lesiones activas.
Los baños serán cortos, menos de 10 minutos y a una
temperatura entre 30º a 35ºC. No se usarán esponjas ni manoplas.
Y se debe secar al niño, de manera suave, sin frotarlo, pero
cuidando que la piel quede bien seca.
La sudoración excesiva empeora la dermatitis atópica, por lo
que no se aconseja la realización de ejercicio físico muy intenso,
ni abrigarse en exceso.
Se recomienda vestir con ropa de algodón, hilo o lino,
evitando la lana o los tejidos sintéticos. Y lavar las prendas con
detergentes suaves y no usar suavizante de ropa.
Se recomienda pasar la aspiradora tres veces por semana
para eliminar la mayor cantidad de polvo y ácaros. Evitar
peluches.
La habitación del niño debe ventilarse a diario y estar a una
temperatura templada, evitando cambios bruscos de temperatura.
La DA mejora notablemente durante el verano, ya que la
exposición gradual al sol y al agua del mar es beneficiosa para el
niño con eccema.
Se recomienda utilizar un fotoprotector adecuado, ducharse
inmediatamente después de salir de la piscina con agua clara para
eliminar los restos de cloro, que reseca la piel, e hidratarse
abundantemente con productos específicos.
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