REPÚBLICA ARGENTINA VERSIÓN TAQUIGRÁFICA CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN REUNIÓN DE LA COMISIÓN BICAMERAL PERMANENTE DE TRÁMITE LEGISLATIVO Salón “Arturo U. Illia” — H. Senado de la Nación 23 de septiembre de 2008 Presidencia de la señora diputada Conti 23/09/08 Reunión de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo Pág. 2 — En el Salón Arturo Umberto Illia del H. Senado de la Nación, a las 16 y 20 del martes 23 de septiembre de 2008: Sra. Presidenta (Conti). — Como tenemos quórum reglamentario, si estamos todos de acuerdo, podemos empezar a trabajar con el único punto del día: el decreto de necesidad y urgencia por el que se ampliaría el presupuesto del año anterior. Hay una nota, presentada por el diputado (mandato cumplido) Mario Cafiero, que enriquecerá nuestro pensamiento y nuestro debate. Se la está haciendo fotocopiar para hacerla circular. En nombre del bloque al que represento, le voy a dar la palabra al doctor Landau para que haga las veces de miembro informante de nuestra postura, respecto del tema. Sr. diputado Landau. — Hoy consideraremos este decreto de necesidad y urgencia. La primera observación es que, efectivamente, cumple con los requisitos formales del acuerdo de ministros; ha sido refrendado por el jefe de Gabinete y fue emitido en el término que prescribe la Constitución Nacional y la ley reglamentaria. Éstos han sido los requisitos formales. Entonces, corresponde que analicemos si aquí se cumplen las circunstancias excepcionales que la Constitución Nacional exige para su aprobación. Por consiguiente, mi primera reflexión es que se trata de una modificación excepcional al Presupuesto. El Presupuesto de 2008 fue oportunamente aprobado por este Congreso de la Nación, por ambas cámaras, y actualmente está en vigencia. Y, reitero, si está en vigencia es porque fue aprobado por este Congreso el año pasado, luego de intensos debates, para que sea cumplido a lo largo de 2008 por el gobierno electo en octubre de 2007. En consecuencia, se propuso un programa extendido de gobierno —extendido a un año— que es el Presupuesto que, a lo largo de 2008, fue desarrollado por el actual gobierno. Cuando se llega al promedio de ejecución de un presupuesto, existe una oficina de Presupuesto en el ámbito del Poder Ejecutivo, donde se analiza el sobre cumplimiento, la sobre ejecución o la subejecución de partidas. En este caso, es una tarea que comienza promediando la ejecución, para poder advertir el cierre del ejercicio de manera balanceada y que cada uno de los créditos presupuestarios puedan imputarse efectivamente a los fines para los que fueron votados oportunamente. En esta situación comienza, también, la elaboración del nuevo Presupuesto, para el siguiente año, para 2009, que es el que ingresara días atrás a este Congreso y del que nosotros vamos a tomar conocimiento. Pero, entre tanto, van surgiendo cuestiones que, en el momento de aprobarse el Presupuesto de 2008, es decir, el del año anterior, no estaban previstas. Son situaciones que siempre se van planteando, en cualquier gestión de gobierno. En ese sentido, ya hemos tomado conocimiento del rescate de Aerolíneas Argentinas, de la creación de una agencia destinada a la emergencia en accidentes viales, situaciones que naturalmente fueron previstos el año anterior cuando el Presupuesto 2008 estaba en tratamiento. Sucintamente cito estas dos cuestiones pero, en los fundamentos del envío por parte del Ejecutivo, hay una profusa y precisa enumeración de los créditos que fueron surgiendo a lo largo de 2008 y que han ido generando la necesidad de dictar este decreto de necesidad y urgencia, para evitar que la gestión del gobierno nacional se vea entorpecida o paralizada por la falta de créditos presupuestarios destinados a las distintas áreas, sobre todo, a aquellas donde existe ya una sobre-ejecución. Si, al mismo tiempo, nos encontramos con un incremento no previsto de recursos, proveniente esencialmente de una eficaz gestión de recaudación y de un incremento en el superávit del comercio exterior, evidentemente, estamos ante una situación que requiere un ajuste. Esta es la motivación, y no otra, para el dictado de este decreto de necesidad y urgencia que estamos tratando hoy. 23/09/08 Reunión de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo Pág. 3 Dentro de los distintos capítulos, hay uno que reviste naturalmente una significación superlativa: la política de “desendeudamiento” que el gobierno nacional está ejerciendo desde su asunción pero, por sobre todas las cosas, como una continuidad desde la situación que se planteó a partir del default de 2001-2002. La pérdida del crédito internacional ocurrida entonces y que nos ha venido acompañando durante estos años ha tenido algunos hitos significativos. El primero de ellos tiene que ver con la efectiva reestructuración de la deuda a los tenedores particulares, que también fue oportunamente intervenida por este Congreso; por otro lado, la cancelación integral de la deuda con el Fondo Monetario Internacional y, finalmente, el tercer hito es la cancelación de los servicios de la deuda existentes con el llamado Club de Paris. Esto está tratado puntualmente en el artículo 16 de este decreto, que remite específicamente al otro decreto, el que dio origen a este artículo 16. Creo que es muy útil, para entender los motivos que llevaron a esta situación, dar lectura al artículo 16, puntualmente, para entenderlo y así comprender el funcionamiento de este instituto que vamos a tratar hoy. El primer párrafo del artículo 16, efectivamente, hace una excepción al diferimiento de pagos que el Presupuesto de 2008 había determinado. Si bien se había previsto una partida en este sentido, en el Presupuesto, no se había previsto la posibilidad de la cancelación completa de los servicios de esta deuda. En consecuencia, el primer párrafo del artículo remite al decreto 1394/08, que es el que plantea la cancelación de la deuda. Se la plantea en función de los términos de otra ley, la 23928, que se refiere a la facultad de la Secretaría de Hacienda del Ministerio de Economía y Producción de realizar operaciones de administración de pasivos, cualquiera sea el instrumento que las exprese. Dice que estas operaciones podrán incluir la reestructuración de la deuda pública en el marco de otra ley, la 24156, de Administración Financiera y Sistemas de Control. Allí se refiere específicamente a la compra, venta y/o canje de instrumentos financieros, tales como bonos o acciones, pases de monedas, tasas de interés o títulos, compra y venta de opciones sobre instrumentos financieros y cualquier otra transacción financiera habitual en los mercados de productos derivados. En el segundo párrafo de este artículo, se determina que un organismo del Estado nacional, el órgano responsable de la coordinación de los sistemas de administración financiera, emitirá un título público negociable por hasta la suma correspondiente a la aplicación dispuesta por el artículo 2º del citado decreto, en las condiciones que defina, para su adquisición, el Banco Central de la República Argentina, que podrá contabilizarlo a su valor técnico. ¿A qué se refiere este segundo párrafo? Atiende a que el Estado nacional tenga la capacidad de emitir un bono que pueda ser asentado en los registros del Banco Central a un valor nominal que, en definitiva, será un valor efectivo cuando se produzca la cancelación efectiva, es decir, cuando se puedan determinar exactamente los montos a los que se va a terminar cerrando la operación. En atención a que se trata de un grupo de estados soberanos agrupados en esta institución, que tienen naturalmente una voluntad común elaborada por ellos frente a los deudores —en este caso, la República Argentina—, se determinará cuáles son los montos que van a resultar de cada una de las acreencias unilaterales que cada uno de esos estados tiene. Termina este tercer párrafo diciendo que esa operación, encuadrada en los términos del artículo 44 de la Ley 11672, Complementaria Permanente de Presupuesto, quedará exceptuada de la limitación que contempla el inciso a) del artículo 19 de la Carta Orgánica del Banco Central de la República Argentina. 23/09/08 Reunión de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo Pág. 4 El artículo 19 dice, en su inciso a), que queda prohibido al Banco Central, conceder préstamos al gobierno nacional, a los bancos, provincias y municipalidades. Después, refiere al artículo posterior, que naturalmente es el artículo 20, al que voy a dar lectura para, después, extenderme un instante sobre este tema. Este artículo dice que el banco podrá hacer adelantos transitorios al gobierno nacional hasta una cantidad equivalente al 12 por ciento de la base monetaria, constituida por la circulación monetaria más los depósitos a la vista de las entidades financieras en el Banco Central de la República Argentina, en cuenta corriente o en cuentas especiales. Podrá, además, otorgar adelantos hasta una cantidad que no supere el 10 por ciento de los recursos en efectivo que el gobierno nacional haya obtenido en los últimos doce meses. En ningún momento el monto de adelantos transitorios otorgados, excluidos aquellos que se destinen exclusivamente al pago de obligaciones con los organismos multilaterales de crédito, podrá exceder el 12 por ciento de la base monetaria, tal cual se la define más arriba. Todos los adelantos concedidos en el marco de este artículo deberán ser reembolsados dentro de los doce meses de efectuados. Si cualquiera de estos adelantos quedase impago después de vencido aquel plazo, no podrá volver a usarse esta facultad hasta que las cantidades adeudadas hayan sido reintegradas. Este último párrafo se refiere a mantener la caución que tiene el Banco Central, a través de sus reservas y de los depósitos a la vista de las entidades bancarias, sobre el total de la base monetaria, y lo que se permite es la cancelación de deudas con organismos multilaterales de crédito hasta las reservas de libre disponibilidad. En realidad, el decreto al cual nos estamos refiriendo, que es el decreto emitido por el Ejecutivo con relación a la cancelación de la deuda con el Club de París, apunta esencialmente a las reservas de libre disponibilidad, de forma tal que no se vea afectada la caución que existe sobre el circulante, sobre la masa monetaria. Lo que quiero terminar de decir, para plantear nuestro voto favorable, en este sentido, apunta esencialmente a que esta situación, efectivamente, no estaba prevista el año pasado, cuando se aprobó el Presupuesto del año 2008. Es una situación que se genera en la vida argentina y que el propio gobierno termina de saldar para lograr que se restaure el crédito internacional de la República Argentina. Entonces, teniendo en cuenta la situación de default en la que nos encontrábamos a fines de 2001 y en 2002, que nos vimos acompañando paulatinamente en distintas etapas posteriores, es en definitiva la política que ha ido llevando el actual gobierno —como continuidad de la gestión anterior— la que ha permitido que vaya mejorando el crédito internacional en la Argentina, que tiendan a normalizarse las relaciones financieras y bancarias internacionales y que nuestro país pueda acceder al crédito. Si a esto se le suma el anuncio hecho por la señora presidente ayer, completaríamos una situación de efectiva normalización en la vida externa de la República Argentina. Yo creo que el conocimiento que el Congreso hace de este decreto no puede seguir otro camino que el de su aprobación, toda vez que se trata de situaciones de carácter excepcional, tanto la del Club de París como los demás incrementos enunciados en los considerandos, que se fueron dando en las distintas partidas, que nos permiten terminar la gestión del gobierno nacional sin que se produzca ningún tipo de parálisis en alguno de los servicios que se prestan y que permiten, además, atender a las demandas que la comunidad genera sobre el Estado. En definitiva, la no aprobación de este decreto generaría una parálisis en distintas áreas del gobierno al impedírsele acreditar los créditos presupuestarios y no poder cerrar el ejercicio 2008 de manera adecuada. Señora presidenta: por esas razones, creo que debiera ser aprobado por esta Comisión. Sra. Presidenta. — Muchas gracias, señor diputado Landau. 23/09/08 Reunión de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo Pág. 5 Tiene la palabra el señor senador Sanz. Sr. senador Sanz. — Gracias, presidenta. Una primera reflexión tiene que ver con lo procedimental y roza la naturaleza jurídica de los DNU en una discusión que nos hemos dado en el Congreso cuando sancionamos la ley que reglamenta esta Comisión y los decretos de necesidad y urgencia. Este no es un DNU común ni un decreto que involucre una legislación común. Es un decreto de necesidad y urgencia de impacto presupuestario que tiene que ver con una modificación del presupuesto. Más allá de las consideraciones que luego haremos al respecto, estamos acá tratando una herramienta institucional que reemplaza a una ley del Congreso. Si, en lugar de un DNU, esto hubiera sido un proyecto de ley que enviara el Poder Ejecutivo, no hubiéramos podido soslayar, tanto en la Cámara de Diputados como en la Cámara de Senadores, en la discusión de la iniciativa —como no lo hacemos en la mayoría de los proyectos importantes pero mucho menos en los presupuestarios—, la presencia de funcionarios del Poder Ejecutivo que pudieran informarnos y enriquecernos con documentación e información de aspectos que no son menores. Este DNU tiene un componente estrictamente presupuestario, que son las modificaciones a la Ley de Presupuesto votada —aquí, algo ha referido el miembro informante del oficialismo— y, en verdad —reitero—, si esto fuera un proyecto de ley, no me cabe ninguna duda de que, en las comisiones del Senado y de Diputados, el oficialismo, incluso de oficio, hubiera traído a los funcionarios. Acá, hay mucho dinero que se mueve en partidas de los distintos ministerios y, por lo menos a nosotros, nos hubiera gustado mucho contar con la presencia de los funcionarios que integran áreas que son directamente beneficiadas. Nos hubiera gustado mucho tener a Ricardo Jaime, secretario de Transporte, porque éste es un DNU que involucra muchos subsidios que maneja su área; a José López, subsecretario de Obras Públicas; a Ricardo Echegaray, funcionario que está a cargo de la ONCCA, porque también en este DNU se ve muy involucrada su repartición; a Amado Boudou, de la ANSeS, porque también tiene que ver con el sistema previsional, y especialmente —esto ya lo hago a título de pedido especial a la Comisión, en la persona de la presidenta— a Martín Redrado, presidente del Banco Central de la República Argentina. No podemos estar tratando esta cuestión, que tiene una gravedad institucional que enseguida abordaremos, que de alguna manera se llevó las tres cuartas partes de la presentación del miembro informante, y no tener acá ni siquiera un mínimo informe del presidente del Banco Central de la República Argentina sobre muchas cuestiones que tienen que ver con esto que estamos decidiendo. Lo que estoy planteando no es una cuestión menor. Si el Poder Ejecutivo eligió, como herramienta, un decreto de necesidad y urgencia —todos nosotros sabemos la diferencia que existe, en cuanto a los procedimientos parlamentarios, entre un decreto de necesidad y urgencia y un proyecto de ley—, por lo menos en esta Comisión agotemos las instancias para salvar esa brecha que existe entre el tratamiento de un DNU y el de una ley. Este no es un DNU común y corriente. Yo estoy en esta Comisión desde el primer día, y es la primera vez que nosotros solicitamos la presencia de funcionarios. Obviamente, en otros DNU no los hemos requerido porque nos adaptamos a las reglas de juego, más allá de las diferencias de criterio que tuviéramos con el oficialismo. Presidenta y demás miembros de la Comisión: tratar, hoy, un decreto de necesidad y urgencia que modifica, en el 22 por ciento, el Presupuesto del año en curso e incorpora una modificación de la Carta Orgánica del Banco Central para prestar conformidad con una disponibilidad de reservas de más de 6.000 millones de dólares, y 23/09/08 Reunión de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo Pág. 6 no tener a los funcionarios, de un lado, ni al presidente del Banco Central, nos parece que desnaturaliza no solamente lo que, a juicio de nuestra bancada, siempre fue el tratamiento de los DNU, sino el propio trámite parlamentario. Por lo tanto, en tren de elegir a qué funcionarios requerir, me quedo por lo menos con el presidente del Banco Central y así lo dejo expresamente solicitado. Para el caso en que hoy se agote, en el seno de la Comisión, el tratamiento, intentaremos abordarlo. También, a manera de reflexión, digo que el abordar este decreto de necesidad y urgencia hoy supone admitir una claudicación institucional de este gobierno. Nosotros aplaudimos, apoyamos y acompañamos la decisión —incluso, manifestada públicamente— de la conducción del gobierno desde el 10 de diciembre de 2007 de gobernar sin hacer uso y abuso —como había ocurrido no solamente en el gobierno anterior, sino en todos los anteriores— de esta herramienta excepcional que marca el inciso tercero del artículo 99. En estos ocho o nueve meses de gobierno lo hemos acompañado hasta públicamente. Y, personalmente, cuando tuve alguna noticia de que en el ámbito del Ministerio de Economía se estaba dando la discusión de si esto que hoy estamos tratando tenía que venir como proyecto de ley o DNU, hicimos una presentación pública en una conferencia de prensa donde exhortamos al gobierno a no caer en el error de utilizar un DNU. Lamentablemente, no fuimos escuchados y hoy estamos tratando esto, que caratulo como una claudicación institucional, porque nos gustaba mucho más la posición firme del gobierno de no hacer uso de esta herramienta que, a nuestro juicio, degrada la seguridad institucional. Vuelvo a la gran diferencia que hemos tenido con el oficialismo; desde el mismo momento del tratamiento de esta ley, nosotros seguimos considerando —y lo seguiremos considerando toda la vida— que ésta es una herramienta excepcional, que sólo le permite al Poder Ejecutivo reemplazar al Poder Legislativo en estrictas condiciones de necesidad y de urgencia que, obviamente —adelanto—, no se dan, de ninguna manera, en este particular decreto. Hay dos tipos de restricciones, en la Constitución Nacional, para el dictado de estos decretos. La primera restricción es la material, por orden de la materia. No está mal recordarlo, más allá de que todos lo sepamos, es materia tributaria, penal, electoral y de régimen de partidos políticos. La segunda restricción es la oportunidad. Yo no estoy de acuerdo y tampoco compartimos, desde nuestro sector, el análisis de la oportunidad que ha hecho el miembro informante. No había necesidad, y no la hay, de resolver estas cuestiones, que evidentemente había que resolver, por vía de un decreto de necesidad y urgencia. El Congreso de la Nación está funcionando a pleno, a full. Nuestra presencia, aquí, así lo indica pero, además, lo que ocurre en estos días, en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores, hace que no haya ninguna razón para dejar de utilizar el mecanismo institucional del proyecto de ley. Pero, además, no hay ninguna razón de urgencia extrema en los hechos, en la práctica. La incorporación al Presupuesto de un excedente de recaudación, y su distribución en las distintas partidas, es un hecho normal, que se transforma en anormal, en la Argentina, desde que se ha usado la picardía —por decirlo así— de subestimar los recursos y, luego, durante el año, utilizarlos como se ha hecho en los últimos cuatro o cinco años. Pero aun así, con la picardía de la subestimación de los recursos, tampoco hay ninguna urgencia ni necesidad institucional, porque todo lo que este DNU contiene de distribución de recursos excedentes en las distintas partidas se puede hacer tranquilamente mediante el paso legislativo de un proyecto iniciado en la Cámara de Diputados que, luego, pase a la Cámara de Senadores, como revisora. No hay ningún obstáculo para esto, salvo que alguien pueda decir que la asfixia o el ahogo de alguna partida de gestión pueda 23/09/08 Reunión de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo Pág. 7 ameritar esta urgencia. Esto también puede ser previsto. Esto forma parte de la capacidad de gestión. Esto forma parte de la previsibilidad de la gestión. He escuchado, informalmente, no por boca del miembro informante sino por un funcionario, que CAMMESA se había quedado sin plata para subsidiar a los operadores privados de la energía o que alguna otra área de Transporte también se había quedado sin plata para el subsidio. Y hay, también, otras situaciones como, por ejemplo, la que se vivió el otro día, cuando atentaron contra unos trenes. Pero ninguna, reitero, ninguna de las razones que, de modo formal o informal, se han planteado son valederas y suficientes para impedir que esto sea tratado por una ley. Creo, más bien —y esto es una opinión subjetiva y debatible— que, así como en años anteriores el abuso en el dictado de decretos de necesidad y urgencia formaba parte de un estilo del gobierno, una marca indeleble, casi un sello —porque tampoco había ni necesidades ni urgencias y, sin embargo, se dictaban decretos prácticamente en forma semanal o mensual, y había una decisión política de gobernar con esos decretos—, hoy, es probable que el sello no sea ya la decisión de aparecer haciendo uso del poder, sino la necesidad política de que esto no pase por la discusión en la Cámara de Diputados y en la de Senadores porque —temo—, dentro de las filas del oficialismo, hay muchas cosas de este decreto que no sé si se votarían en contra pero, por lo menos, se les pediría explicaciones a los funcionarios y habría muchísima discusión. En este sentido, me refiero al corazón del tema presupuestario propiamente dicho, es decir, todo el dinero que va en subsidios al manejo del Ministerio de Planificación y, concretamente, a la Secretaría de Transporte, en manos de Ricardo Jaime. Pero sigo con el tema de las restricciones. He hablado de las restricciones materiales y de la oportunidad, pero hay una restricción que no está escrita, que tiene que tomarse en cuenta porque viola, a mi juicio, la relación entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo. Viola y afecta el principio de división de responsabilidades entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo, cuando el Poder Ejecutivo se arroga facultades presupuestarias que le pertenecen en exclusividad al Congreso de la Nación. Y me parece que ésta es una de esas cuestiones. No me cabe duda de que sólo por un proyecto de ley, y no por un DNU, nosotros tenemos que deslindar esas responsabilidades, afectando en un 22 por ciento al Presupuesto de la Nación. Las tareas de gobierno, en materia presupuestaria —esto, uno, lo anota de la teoría institucional, que siempre nos acompaña, de la buena doctrina constitucional—, se reparten entre el Poder Ejecutivo y Poder Legislativo, de acuerdo con las funciones asignadas por la Constitución y algunas leyes especiales. En este caso, la Ley de Administración Financiera, incluso después de la modificación de aquel famoso artículo 37, que quedó para la historia, caratulado como la instauración de los superpoderes, modificó las competencias del Poder Ejecutivo y del Poder Legislativo y dejó en manos del Congreso —solamente en nuestras manos, después de la discusión de los superpoderes— la determinación del monto total del gasto y del endeudamiento. Un decreto de necesidad y urgencia como éste, cuando modifica los montos fijados por el Presupuesto, altera totalmente la división de competencias entre los dos poderes. Esto no está escrito en el artículo 99, inciso tercero, como una restricción constitucional, pero es una restricción legal, proviene de la Ley de Administración Financiera, y nosotros la queremos hacer valer esta tarde, entre muchos otros argumentos, para oponernos a este decreto de necesidad y urgencia. Hay mucho que decir respecto de la distribución, para el análisis técnico de la cuestión presupuestaria en sí, lo vamos a reservar para el debate legislativo en los plenarios. Pero nos llama la atención que, precisamente las cosas que el Ejecutivo trata 23/09/08 Reunión de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo Pág. 8 de soslayar del debate parlamentario —y vuelvo sobre algo que dije hace un rato—, tengan que ver con las partidas del Ministerio de Planificación. Si hacemos un análisis del ejercicio del artículo 37 de la Ley de Administración Financiera —los famosos superpoderes— en lo que va del año, nos encontramos con que el 80 por ciento de las decisiones administrativas del jefe de Gabinete tuvieron que ver con extraer recursos de partidas que nosotros llamamos vulnerables, como el fondo de desarrollo de las provincias y los beneficiarios de programas sociales, para trasladarlas a este área del gobierno que siempre está sospechada de irregularidades. En realidad, a esta altura, ya no vale solamente que hable, desde la oposición, al voleo o que queden en el vacío las irregularidades. Algunos de nosotros tenemos denuncias penales contra los funcionarios, por lo tanto lo que decimos, acá, lo respaldamos —dicho vulgarmente— “con nuestro propio cuero”, en la justicia penal. Pero también la Auditoría General de la Nación está sacando permanentemente dictámenes vinculados a las irregularidades que encuentra en la Secretaría de Transporte y en todas estas cuestiones de subsidios. Entonces, en este DNU, otra vez, se repite la situación de que el gran beneficiario es el Ministerio de Planificación, no para obras, sino para subsidios. Y ahora aparece un nuevo integrante de esta cadena de beneficiarios, la ONCCA, que también se ha transformado en un ámbito del gobierno que maneja mucho dinero. Pero pasemos a la cuestión del artículo 16, que es la modificación de la Carta Orgánica del Banco Central. Confieso que vine a esta reunión con algunos pocos apuntes. Pero, apenas llegué, me encontré con el diputado (mandato cumplido) Mario Cafiero, que traía al seno de esta Comisión una nota dirigida a la presidenta, de la cual no sé si todos tenemos copia. La verdad es que, luego de darle una rapidísima lectura —por lo poco que me ha permitido este rato—, creo que todo lo que yo pude haber traído anotado, en cuanto a objeciones respecto de esta cuestión, ha quedado muy corto por la profundidad del trabajo que ha hecho el ingeniero Cafiero. El ex diputado, además de haber sido parlamentario, en los últimos tiempos, con un compañero de ruta, Javier Llorens, está haciendo investigaciones institucionales, que no sé si en esta época presente tienen demasiada potencia —por decirlo así— en términos de llegada a la sociedad, pero estoy absolutamente seguro de que muchas de esas investigaciones van a dejar mucha tela para cortar y hablar en los próximos tiempos. Una de ellas —no solamente ésta— tiene que ver con una comisión investigadora que ha creado este Parlamento, que es la de las liquidaciones famosas de las cerealeras. Releyendo esta nota y comparándola con las cosas que yo traía anotadas, concluimos que estamos de acuerdo con este trabajo —seguramente también con algunas otras opiniones— en que, aquí, el Poder Ejecutivo ha cometido un exceso imperdonable. Ya no se trata solamente de utilizar un DNU para modificar la Carta Orgánica del Banco Central, cosa que en cualquier país serio del mundo se haría por una ley del Congreso y con suficiente debate. Aquí, ha habido interpretación jurídica incorrecta, ha habido una señal político-institucional incorrecta y, lo que mucho me temo, inclusive hay una tergiversación de los propios números del Banco Central. De esto último, yo traía apenas un título vinculado con las reservas de libre disponibilidad, pero el ingeniero Mario Cafiero ha hecho una suerte de balance con un cuadro de posición del Banco Central al 31 de agosto de 2008. Esto es, precisamente, lo que hubiéramos querido preguntarle al licenciado Redrado: si estamos frente a un caso de reserva de libre disponibilidad o si, por el contrario, como muchos creemos, el Banco Central no está en condiciones técnicas de hacer uso o de prestar el dinero que este DNU le está obligando a prestar al Tesoro Nacional. 23/09/08 Reunión de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo Pág. 9 Haré, a continuación, una reflexión respecto de la interpretación jurídica incorrecta. El decreto de necesidad y urgencia interpreta la solución a la deuda con el Club de París como un canje entre la deuda que tenemos con los países acreedores —me lo ha explicado, recién, el diputado Landau— y un nuevo título, que será emitido en virtud de este nuevo decreto. En ese sentido, en este caso correctamente, lo clasifica dentro de los alcances del artículo 44 de la Ley Complementaria Permanente de Presupuesto, es decir, como una mera administración de pasivos de la Secretaría de Hacienda que, obviamente, no requiere autorización del Congreso. En ese ámbito de la Secretaría de Hacienda es, evidentemente, un canje de deuda, la deuda con el Club de París por la emisión de un nuevo título. Hasta ahí, es correcto. Lo ilegítimo es la interpretación posterior. Porque ese canje de deuda es lo que sirve de basamento para encontrarle justificación a la excepción a las limitaciones del artículo 19 de la Carta Orgánica del Banco Central, que impide concreta y taxativamente financiar al Tesoro Nacional. Esto es ilegítimo porque ya no es un canje dentro de la Secretaría de Hacienda. El canje de un pasivo del Tesoro por otro no implica que el Banco Central de la República Argentina deba asumir un nuevo pasivo, a saber: el título que vamos a emitir, luego de aprobado este decreto de necesidad y urgencia. Lo que se está buscando es atenuar el efecto del préstamo del Banco Central al Tesoro, haciéndolo parecer un mero canje de pasivos existentes e intentando que se consideren ambas jurisdicciones como formando parte de la misma unidad. Pero, en verdad —aquí está el meollo de la cosa—, el Banco Central y el Tesoro son dos entidades jurídicas distintas. El canje de reservas por un título público, para el Banco Central de la República Argentina, no es un mero canje, sino un endeudamiento liso y llano. Para el Banco Central, esta operación supone canjear sus activos. Está entregando deuda de la Reserva Federal de los Estados Unidos —las reservas, propiamente dichas— por deuda del Tesoro Nacional argentino, que es el nuevo título. Conclusión: ese canje de deuda del Tesoro no lo habilita a endeudar al Banco Central, y como consecuencia de ese canje, pues ese endeudamiento no es un canje entre el Tesoro y el Banco Central. Aunque parezca un juego de palabras, por lo menos en la versión taquigráfica va a quedar claro que estamos hablando de personas jurídicas distintas y que lo que vale como canje dentro del gobierno no vale, como tal, para el Banco Central. Por lo tanto, acá, hay una incorrecta interpretación jurídica. Nosotros no podríamos avalar esto de ninguna manera. También creo, para finalizar, que hay una incorrecta apreciación política. Ya dijimos, hace un rato, que no encontrábamos razones de ninguna urgencia para las cuestiones presupuestarias. Tampoco las hay, más allá de lo que aquí ha dicho el miembro informante, para incluir en un DNU semejantes cuestiones como la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central y el pago al Club de París. Creo que los hechos lo están demostrando, desde el anuncio de la presidenta hasta hoy, no hay ningún acto útil, concreto o determinado que nos haga pensar que aquí hay una urgencia en arreglar una situación que: primero, de no haberse utilizado un mecanismo mediático como el que se utilizó para generar un impacto positivo —que luego se diluyó con el correr de los días—, esto debería haberse hecho hace bastante tiempo y no a través de las reservas del Banco Central; segundo, no hay —reitero— ninguna cuestión práctica, desde el anuncio hasta el día de hoy, que haga presumir que hacía falta un DNU para salir al cruce de lo que, evidentemente, va a demorar un montón de tiempo porque, inclusive hasta el día de hoy, reconocido por el propio oficialismo, no hay ni siquiera una determinación de cuál es la deuda a pagar y cuáles son los acreedores que están dispuestos a ingresar en esta operación. 23/09/08 Reunión de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo Pág. 10 Finalmente, tampoco es una buena señal institucional para nadie, para los de adentro ni para los de afuera, modificar la Carta Orgánica del Banco Central. Ya no tanto por el DNU; eso es muy malo, pero ya no voy a volver sobre esa cuestión. Modificar la Carta Orgánica del Banco Central para prestarle dinero al Tesoro no es bueno. Cuando se efectuó el pago al Fondo Monetario, hablamos de las reservas de libre disponibilidad, cosa que no era buena en aquel momento porque nunca fijamos el criterio de cuáles eran las reservas de libre disponibilidad. En el trabajo de Mario Cafiero, hay todo un desarrollo de la discusión de las reservas de libre disponibilidad, si son solamente las que protegen la base monetaria o si, también, son las deudas, y cómo juega esto con el balance actual del Banco Central. Hoy, volvemos sobre la cuestión e incluimos algo que, luego, vamos a tener que tratar a fin de año, cuando consideremos el Presupuesto: además de pagarle a los organismos multilaterales de crédito, ahora, estamos abriendo la puerta de las obligaciones en moneda extranjera, evidentemente, por esta decisión que ha anunciado ayer la presidenta desde la asamblea de las Naciones Unidas. Creo que estas cosas merecen un margen de reflexión cuando se trata de las reservas o de la Carta Orgánica del Banco Central. Y, por allí, la posibilidad de discutir, con racionalidad y serenidad, un proyecto de ley, nos permitiría a todos hacer las cosas que se quieren hacer, esto es cumplir con las deudas, tener refinanciaciones, enderezar la marcha del país, tener un efecto de rédito político “marketinero” —por decirlo así— para el gobierno, aunque esto les suene mal a algunos y, por otro lado, tener una señal de seguridad jurídica, porque me parece que a veces no se puede comprar con la bolsa de las reservas en la mano. La seguridad, el prestigio y la reputación se logran no con plata sino con gestos permanentes en aras de la seguridad y de la calidad institucional. Sra. Presidenta. — Muchas gracias, senador Sanz. Tiene la palabra la señora diputada Rodríguez. Sra. diputada Rodríguez. — Gracias, presidenta. Adelanto el voto negativo a este decreto por considerarlo inconstitucional y por tener carácter absoluta e insalvablemente nulo. En realidad, para no robar tiempo, sobre todo para los compañeros diputados que me han escuchado varias veces, y dado lo que el senador Sanz ya ha dicho, omitiré gran parte del análisis constitucional. La mayoría de nosotros somos abogados. En la Facultad nos enseñaron que la Ley de Presupuesto era la Ley de Leyes. La famosa Ley de Leyes termina convirtiéndose en un DNU. Además, es estrictamente cierto lo que dice el senador, cuando afirma que ésta es una facultad exclusiva del Congreso de la Nación y no importa que no esté en el inciso tercero, del artículo 99, de la Constitución Nacional. Esta es una materia que está en la zona de reserva de ley, y así lo dijeron la jurisprudencia de la Corte Suprema de la Nación Argentina y la Constitución Nacional, que prevé un trámite específico, que la Ley de Presupuesto tiene origen en la Cámara de Diputados. Acá, estamos compartiendo esta discusión senadores y diputados. Esto es bastante anómalo para discutir un presupuesto. Por lo menos, es la primera vez que yo lo veo. La Cámara de Diputados siempre ha sido la cámara de origen, y ese es el trámite específico que prevé la Constitución. Cuando hay una ley específica, es ésta la que debe aplicarse. Pero es muy obvio que se viola la división de poderes, y esto no se puede hacer porque se violan las atribuciones del Congreso, que no hay necesidad ni urgencia, y ni siquiera los considerandos del decreto expresan una fundamentación de la necesidad y la urgencia. ¿Tenemos que suponer que los funcionarios del gobierno no saben leer la Constitución? La presidenta es abogada y, al igual que yo, debe haber escuchado que el Presupuesto es la Ley de Leyes. 23/09/08 Reunión de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo Pág. 11 En realidad, esto es un DNU porque hay motivos solapados para que sea tratado como tal. Nunca podría haber sido tratado como una ley de este Congreso de la Nación Argentina. En primer lugar, uno de los propósitos que tiene este decreto es salvar de un error jurídico-económico lo que fue el dictado del decreto 1394, por el que la presidenta ordena cancelar el pago total de la deuda con el Club de París. Ahora bien, ahí, hay una confusión absoluta. Cuando se cambia la Carta Orgánica del Banco Central, se permite la utilización de la libre disponibilidad de reservas dentro de ciertos límites para hacer frente a pagos de organismos financieros internacionales, y el Club de París no lo es. Es más, vayan a la página del Ministerio de Economía y observen que, en los balances, figura entre “otros organismos oficiales”. Tenemos una cuenta que, en el balance, dice “organismos financieros internacionales”; para ellos se considera que se pueden aplicar las reservas de libre disponibilidad, pero para este caso no. Está absolutamente prohibido por la Carta Orgánica del Banco Central. Ha salido, en los diarios, que los directores del Banco Central no se animaban a firmar esto porque incurrían en responsabilidad personal. Además, incurren en otra violación, ya que tampoco se puede modificar ningún tipo de leyes cuando se está tratando la Ley de Presupuesto, y lo cierto es que este decreto lleva por título el de modifícación del Presupuesto General de la Administración nacional y, por lo tanto, se le aplican las mismas reglas. Y, mientras se trata el Presupuesto, no se puede modificar, alterar, ni corregir ningún otro tipo de ley. Acá, se está modificando la Carta Orgánica del Banco Central, y no se puede hacer. Esto es violatorio de la Ley de Administración Financiera. Lo hacen para salvar este error, pero incurriendo en otro. Esto que decía el miembro informante y esta cancelación de la que hablaba el senador, queriéndonos hacer pasar canje por canje, simplemente es una frase. El segundo o tercer párrafo del artículo 16 dice que, en tales términos, las operaciones a que diere lugar el cumplimiento del decreto 1394, de fecha 2 de septiembre de 2008, no serán contempladas en el cálculo del resultado financiero. Esto se refiere al pago al Club de París y a la reserva del Banco Central, y quiere decir que se emitirá un título, una deuda del Tesoro argentino, que el Banco Central lo tomará a valor nominal. En los papeles, da igual. Ahora bien, si este Congreso de la Nación dice que mi gata vale un millón de dólares, mi gata no vale un millón de dólares porque no habrá nadie, en el mercado, que quiera comprar mi gata a ese precio. Entonces, nosotros podemos poner lo que queramos porque no se hará efectivo, si ese título realmente termina “defaulteado”. Podemos suprimirlo; será una letra muerta. Esto quería decirlo, en primer lugar, porque no es la única ley que se modifica. Casualmente, en la Ley de Ministerios, también se modifican las facultades que tiene el Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, justamente el Ministerio que más sobre-ejecutó el Presupuesto. Cuando, acá, decían “nos falta plata”, en realidad, habían sobre-ejecutado por encima de aquellos otros ministerios que tendrían que atender los derechos de los grupos más vulnerables y necesitados. Sin embargo, aquí se premia al ministerio que, para lo que va del Presupuesto al del 31 de agosto, tiene el 79 por ciento de su presupuesto ejecutado. En cambio, por ejemplo, el Ministerio de Desarrollo Social tiene el 66 por ciento; el Ministerio de Salud tiene el 55 por ciento. Como vemos, se observan disparidades y a quiénes van esas disparidades. Pero si vamos a la política de transferencias y nos tomamos el trabajo de leer las 588 páginas,... Sí, diputado Rossi, me tomé el trabajo de leerlas. No me mire así. Sr. diputado Rossi. — No hablé. No emití opinión. Sra. diputada Rodríguez. — Vemos que se realiza una política de transferencias y uno se pregunta por qué, en la política de energía eléctrica, hay más de 600 millones de 23/09/08 Reunión de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo Pág. 12 transferencias de recursos a empresas privadas y no sabemos quiénes son los beneficiarios. En cualquier momento, en estas 588 páginas, nos encontramos con un Greco en algún lado. En la política de transporte aerocomercial, hay 500 millones de transferencia de recursos a empresas privadas y tampoco sabemos quiénes son los beneficiarios. En la política de transporte automotor, los mil millones de subsidios se otorgan mediante el fondo fiduciario de la SIP, con los problemas que todos sabemos que tiene en cuanto a capacidad informativa. Con relación a la política de inversión de activos financieros, lo que se pretende es adelantarles 193 millones a proveedores y contratistas. Y un punto fundamental, que ocupa gran parte del decreto, es el tema de los avales, es decir, la política de avales que se dan en este DNU. Yo no estoy en contra de que se haga obra pública para que se desarrolle el país y, por consiguiente, que se invierta en ese desarrollo. Pero, cuando le damos avales a alguien, hay ciertos requisitos mínimos que cumplir y, reitero, no lo saqué de ninguna cabeza que sea una luz en economía para resolver los problemas de nuestro país. Lo saqué de un simple manual que está colgado en la página web del Ministerio de Economía, que dice que los avales no se encuentran dentro de las excepciones de la Ley de Solvencia Fiscal, la 25152, para aumentar la deuda. Se incumplen los presupuestos mínimos, en cuanto a los requisitos sobre el registro de información de cada aval, según la Ley de Responsabilidad Fiscal Federal. El mismo cuerpo del expediente, si vemos las 588 páginas, no brinda información, ni los detalles de todos estos avales, que suman alrededor de 1.800 millones. Es decir que estamos exponiendo patrimonialmente al Tesoro Nacional, que se hace cargo de un pasivo millonario, sin tener siquiera noción de la rentabilidad social que puede implicar la medida. Si tomamos como ejemplo a AySA, podemos saber que recibió un préstamo de fondo de garantía de sustentabilidad, de la ANSeS, y ya tiene antecedentes por problemas de repago de estos fondos. Hoy mismo, el Tesoro Nacional tiene más de 15 mil millones de dólares de activos invertidos en deudas de las provincias. Esa deuda no se cobra más. De la misma manera que no cobrará el Banco Central lo que haya pagado al FMI y lo que pague al Club de Paris. No los voy a cansar hablando de los requisitos de los avales, que están en el artículo 41 de la ley 11672, de los límites al endeudamiento que plantea la Ley de Solvencia y de Responsabilidad Fiscal, en su artículo 2°, el propio decreto 1731/04. Este decreto dice, en su artículo 23: “Los registros de avales y garantías otorgados que deberán implementar el GOBIERNO NACIONAL, los Gobiernos Provinciales y la CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES deberán identificar los beneficiarios, consignándose aquellos casos en los cuales, en cumplimiento de las obligaciones asumidas, se efectúen pagos. Los registros contendrán como mínimo las características que se precisan en el Anexo IV de la presente reglamentación. Una síntesis de dicho registro deberá presentarse en oportunidad de elevar los Proyectos de Presupuestos a las correspondientes legislaturas.” Para todos los avales que tenemos acá, tenemos este cuadrito, es un cuadro mínimo que nos pide la propia reglamentación del Poder Ejecutivo nacional, el gobierno anterior, en 2004. Con relación a la ANSeS, es interesante ver que se prevé incrementar el Fondo de Garantía de Sustentabilidad del Régimen Previsional Público de Reparto. Ahora bien, cuando tratamos la Ley de Movilidad Jubilatoria, en ese momento, habíamos hecho un pedido de informes, solicitábamos que se nos informara cuál era la vinculación que había entre el fondo, las inversiones del fondo y el proyecto de ley de movilidad. Nunca nos respondieron. 23/09/08 Reunión de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo Pág. 13 El señor Boudou destacó que el Fondo iba a seguir acumulando fondos, capitalizando la rentabilidad existente hasta cubrir un año tipo de erogaciones de la ANSeS, aunque —según él mismo— con cuatro años alcanzaba. En realidad, no sólo la regla de vinculación es necesaria. No podemos tener un fondo en el que acumulamos plata, que termina siendo la “cajita feliz”, con el que fondeamos al Tesoro, pero saqueamos a los jubilados. Porque ese fondo —y lo dijo el mismo Boudou— se llegó a tener gracias a los ahorros de los jubilados. Es decir, nosotros tenemos un fondo gracias a lo que se les sacaba a los jubilados y, ahora, lo saqueado a los jubilados lo usamos para cualquier otra cosa que sirva para fondear al Tesoro. Con relación al ONCCA, el decreto 1472/08 incrementa el presupuesto en 1.926 millones. La verdad es que los subsidios que se han entregado al ONCCA, a Energía, a Transporte y a distintas jurisdicciones del Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios nos hacen temer por los propios recursos que están en discusión. Para colmo, tenemos los fondos fiduciarios, que constituyen otra de las partidas que podríamos llamar para-presupuestarias. Porque, si bien desde 2002 se dispuso la inclusión en la Ley de Presupuesto, esta inclusión tiene alcances meramente informativos —si los tiene— y muy limitados. Es decir, la planilla anexa al Presupuesto no nos permite identificar, entre otros aspectos, quiénes son los destinatarios concretos de los recursos o el patrimonio acumulado de estos fondos fiduciarios. Por lo tanto, hay un contexto de opacidad, de falta de transparencia en el manejo de los fondos públicos que es lo que, quizás, motiva el segundo objetivo que mencioné con respecto a por qué esto viene por un DNU. Es que hay que ver cómo el gobierno le da la cara a la ciudadanía para decir: voy a dar todos estos subsidios, voy a dar todos estos avales —ni siquiera sabemos a quién—, pero no me hago cargo de los chicos desnutridos, ni de cubrir la ejecución de todo lo que debería con relación a los servicios de salud y de educación. Acá, somos unos pocos. Tenemos la suerte de tener, por lo menos, cámara. Yo voy a pedir algo. En el recinto de Diputados no se hacía. Yo fui la promotora de aportar los debates en relación con los decretos de necesidad y urgencia, debido a que muchos se repetían. En este caso, voy a solicitar que se cumpla el Reglamento, porque creo que es fundamental el acceso de la opinión pública, el acceso de la ciudadanía a lo que este gobierno pretende hacer con sus recursos, que finalmente son los recursos del pueblo. Y que a través de un DNU se limita la discusión, se limita el escrutinio público y se limita el control de la ciudadanía sobre sus propios recursos y sobre la efectiva garantía de sus derechos. Lamento que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner haya claudicado, haya cambiado su posición con relación a los decretos de necesidad y urgencia. La admiraba cuando era legisladora y se oponía a los dictámenes de mayoría de esta misma Comisión. Lamento que haya cambiado tan drásticamente, que haya claudicado, que no sólo ya no pueda vanagloriarse de no sacar un decreto de necesidad y urgencia, sino que el primero que dicta sea esta aberración jurídica, que es absolutamente inconstitucional y que tiene carácter absolutamente nulo, de nulidad insalvable. Por eso, insisto, mi voto será negativo. Sra. Presidenta. — Tiene la palabra el señor diputado Aguad. Sr. diputado Aguad. — Llegué un poco tarde porque, en la Cámara de Diputados, teníamos una sesión especial para interpelar al ministro De Vido quien, obviamente, no vino. Seguirá a esto, seguramente, un pedido de juicio político de la oposición por mal desempeño del cargo. Todo esto tiene relación con lo que decía la diputada Rodríguez. Porque el problema no es que De Vido maneje el Ministerio con más recursos en el gobierno, el 23/09/08 Reunión de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo Pág. 14 problema es que De Vido ha fracasado en todas las políticas que él quiere aplicar. La Argentina tiene una fenomenal crisis energética, problema que maneja De Vido; el país tiene una fenomenal crisis del transporte terrestre y aéreo, cuestión que también maneja el ministro; el país tiene un problema grave de infraestructura reproductiva, un problema de gas, de transporte y producción de energía, cuestiones que maneja el ministro De Vido. Es decir, el problema no es que ese Ministerio tenga muchos recursos. Ojalá pudiera tener más, si los utilizara bien. Este es el problema con el ministro De Vido. Para ser muy sintético, señora presidenta, adhiero absolutamente a la excelente exposición del senador Sanz, presidente del bloque de mi partido, en el Senado. Simplemente diré dos cosas. Adhiero a todas las argumentaciones jurídicas que se han hecho para establecer que no es posible, en los tiempos que vivimos, en tiempos de estabilidad política en el país y, además, estando en funciones el Congreso de la Nación, eludir la sanción de una ley para este incremento presupuestario. Pero hay una palabra que se emplea en el artículo 75, inciso octavo de la Constitución, que dice que el Congreso de la Nación “fija” el presupuesto de la Nación. Fijar no es sancionar. Lo que nosotros estamos haciendo es sancionar parcialmente, una parte del presupuesto. La Constitución dice que el Congreso debe fijar el presupuesto, cuestión que no se puede hacer por decreto de necesidad y urgencia. El mismo artículo dice que el gobierno fija el plan de gobierno y el Congreso fija el presupuesto. Son las dos misiones fundamentales que tiene el Presupuesto: corroborar un plan de gobierno y fijar los recursos con los cuales ese plan de gobierno se va a administrar y ejecutar. Es decir que es ineludible el Congreso. ¿Por qué le damos, al Poder Ejecutivo, las dos funciones: fijar el plan de gobierno y fijar el presupuesto para ese plan de gobierno? Esto no es posible en nuestro sistema. Este gobierno se ha constituido en un violador serial de las reglas de juego. Sistemáticamente, todas las reglas de juego son violadas por este gobierno. Las consecuencias para el país son gravísimas, señora presidenta. No hay inversiones en la Argentina y no las va a haber, por más canje y por más Club de París que exista. No va a haber inversiones, porque no hay reglas de juego. Ni siquiera hay estadísticas en la Argentina. Este es el problema del cual nos lamentamos todos los días. La resolución 125 tiene que ver con este problema, con no crear los instrumentos de política económica para atraer inversiones de riesgo. La presidenta, que en la inauguración de su gobierno traía al país la frescura de un plan productivo, de un plan para cambiar la matriz productiva de la Argentina, pasando de una matriz primaria a una industrial, se ha convertido —lo digo con todo respeto, porque la vengo siguiendo— en una comentarista. Cada intervención de la presidenta es un enorme comentario. La presidenta debe saber que el dirigente no comenta, el dirigente milita lo que piensa. Militar quiere decir poner en práctica las ideas, llevarlas adelante, concretarlas en los hechos. Eso es militar una idea. No es comentarla o analizarla, cuestión que queda para el periodismo o para los escritores. Esta es la razón por la cual militar una idea industrialista significa poner a disposición del sistema productivo todas las herramientas de política económica que al sector productivo le sirven para invertir y para generar puestos de trabajo. La claudicación a la que aludió el senador Sanz es tan evidente que, en el Presupuesto nuevo, enviado al Congreso, viene una modificación de la Carta Orgánica del banco que Pellegrini creó para la actividad productiva: el Banco de la Nación. Se ha claudicado hasta en eso, señora presidenta. Ese banco, que es el único del ámbito oficial que le da crédito al sector productivo, lo vamos a transformar en un banco para financiar 23/09/08 Reunión de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo Pág. 15 a las provincias, que ya están en déficit, casualmente por la falta de actividad productiva. Entonces, la pregunta es: ¿cómo es este tema de la distribución de la riqueza en la Argentina? La riqueza no se distribuye con subsidios, a pesar de que muchos crean que ésta es la forma de hacerlo, porque cuando se terminan los recursos económicos que impulsan el subsidio, se termina la distribución de la riqueza. No hay más forma de distribuir riqueza que con salario, que viene de la mano de los puestos de trabajo que crea la actividad productiva. Por eso hace falta generar una certidumbre que acompañe la necesaria confiabilidad en el país para que los inversores vengan, pongan su dinero y su riesgo para que el país produzca riqueza. La riqueza se distribuye con puestos de trabajo. Además, eso amplía el mercado interno, que es lo que necesita la actividad económica. La violación serial de las reglas de juego del sistema republicano impide que, en la Argentina, haya inversiones de riesgo. Esto, obviamente, lo vamos a ampliar en el recinto. Pero reitero lo que hemos dicho, durante largos años, con el senador Sanz, desde la banca de la Unión Cívica Radical: no es posible, en épocas de funcionamiento normal del Congreso o, como dijo la Corte, sin que haya una convulsión interior, dictar decretos de necesidad y urgencia. Lo hizo sistemáticamente el gobierno anterior. Teníamos la expectativa de que este gobierno no lo hiciera. La verdad es que todavía me pregunto por qué mandaron este DNU. Pienso que quizás no tendrán el número para aprobar este aumento en el Presupuesto. Si revisamos las versiones taquigráficas de la Cámara de Diputados, se advierte con mucha facilidad que casi todas las bancadas le pronosticaron al gobierno que “el año que viene vamos a tener que ampliar el presupuesto, porque usted está subestimando. Este es un presupuesto ficticio”. El Presupuesto también genera certidumbre de inversiones. Los presupuestos ficticios no crean certidumbre porque no hay plan de gobierno. Es falso el plan de gobierno, después, se cambia, como lo estamos haciendo ahora. Desgraciadamente, ésta es la realidad. La oposición no la puede cambiar porque no tiene el número para hacerlo y, simplemente, expresa esto como un aporte al oficialismo. Lo dijimos antes de lo del campo y se nos rieron de las mil maneras en que uno lo puede hacer cuando el viento a favor sopla vigorosamente. Hoy, el viento a favor se ha aplacado y ya las sonrisas no son tan estridentes, hay más caras de preocupación, sobre todo en el oficialismo. Señora presidenta: es una barbaridad aprobar, por un DNU, el Presupuesto de la Nación y, además, modificar la Carta Orgánica del Banco Central. No tiene límites. Vuelvo a repetir que este gobierno se ha convertido en un violador serial de las reglas de juego del sistema republicano. Muchas gracias. Sra. Presidenta. — Gracias, diputado Aguad. Tiene la palabra el senador Petcoff Naidenoff. Sr. senador Petcoff Naidenoff. — Trataré de ser breve. Me parece que las manifestaciones del señor senador Ernesto Sanz, presidente del bloque de senadores, y del señor diputado Aguad son más que contundentes para justificar justamente el rechazo a este decreto. Pero quiero detenerme en dos cuestiones que me parecen centrales: una, la que planteó el doctor Sanz, cuando hizo referencia a la necesidad de contar, en este ámbito, con la presencia del titular de la ANSeS, del titular de la ONCCA y de Ricardo Jaime, porque muchas de las implicancias presupuestarias que se materializarán con la convalidación de este decreto tienen que ver con áreas específicas de su competencia. Hago referencia a estos funcionarios porque, cuando lo planteó el 23/09/08 Reunión de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo Pág. 16 doctor Sanz, algunos miraban como tratando de expresar que no es competencia de esta Comisión Bicameral mantener algún tipo de nexo con el Poder Ejecutivo para analizar pormenorizadamente las razones, motivos o circunstancias que ameritan el dictado de un decreto de necesidad y urgencia. Creo que es tiempo de que nosotros cumplamos el inciso tercero, del artículo 99 de la Constitución Nacional. De este artículo tomé lectura pormenorizada con la presencia, en la sesión anterior, del secretario de Relaciones Parlamentarias de la Jefatura de Gabinete, el doctor Oscar González, cuando expresó claramente que viene al ámbito de la Comisión para iniciar el rol institucional que le otorga la propia Constitución, como nexo entre el Poder Ejecutivo y el Congreso. La Constitución es muy clara y establece que, ante el dictado de un decreto de necesidad y urgencia, el jefe de Gabinete debe concurrir al seno de la Comisión para brindar las explicaciones relativas a por qué el Poder Ejecutivo hace uso de una herramienta excepcional, como es el DNU, ante circunstancias excepcionales. Me parece que este decreto no es casual. También quiero destacar que, en la Convención Constituyente de 1994, cuando se trató el hecho puntual de la comparecencia del jefe de Gabinete de Ministros ante la Comisión Bicameral, claramente se consideró que era una cuestión personal, para brindar explicaciones. El constituyente Alberto García Lema así lo concluyó: el jefe de Gabinete es el nexo con el Congreso; debe dar cuentas de los actos ordinarios de la Administración, pero también de los actos excepcionales, pues aquí se establece que el jefe de Gabinete concurre en forma personal al órgano de control que estamos estableciendo en la Comisión Bicameral para dar, personalmente, explicaciones de por qué el Poder Ejecutivo considera necesario dictar un decreto de necesidad y urgencia. Por supuesto, éste es un DNU que reúne los requisitos formales. Pero, desde el punto de vista sustancial, el Congreso se encuentra plenamente en funciones, no hay ningún requisito válido que justifique la emisión de este instrumento, sin embargo, el Poder Ejecutivo, con una obscenidad asombrosa, establece un incremento de 36.727 millones de pesos en gastos corrientes y de capital, y de 15.127 millones de pesos para aplicaciones financieras de la Administración Nacional. Nos damos cuenta —creo que no estaba en el imaginario colectivo, en 1994, encontrarnos con un Poder Ejecutivo que tenga la capacidad de emitir tamaño decreto— por qué debe estar el jefe de Gabinete brindando las explicaciones del caso. Espero, diputada Conti que, en el rol que le toca como presidenta de esta Comisión, articule con el Poder Ejecutivo que el jefe de Gabinete brinde las explicaciones que correspondan ante la eventualidad del dictado de un nuevo decreto de necesidad y urgencia. Lo quería señalar porque me parece que no es una cuestión menor y, si estuviera el jefe de Gabinete, se debería contar con la documental o con el acompañamiento de los funcionarios del área respectiva para que cada uno pueda sacarse las dudas, que no son menores, como la del artículo 1 de este decreto, que modifica el Presupuesto de la Administración Nacional para el ejercicio 2008. A fojas 203 del Anexo del Ministerio de Economía y Producción, se amplía el Presupuesto de la jurisdicción 56. Fíjese, señora presidenta, lo que hace este decreto. Amplía el presupuesto del Ministerio de Planificación destinado al programa de formulación y ejecución de política aerocomercial, realizando una transferencia a Aerolíneas Argentinas, para gastos corrientes, de 590 millones de pesos y, sin discriminar, transfiere al mismo programa 490.775.420 pesos. Más allá de la decisión política del Poder Ejecutivo de transferir dinero a una empresa cuyo rescate fue aprobado por el Congreso de la Nación, este decreto de necesidad y urgencia echa por tierra lo que nosotros sancionamos recientemente. Porque, en la Ley 26412, se establece claramente que todas las erogaciones que efectúe el Estado nacional, destinadas 23/09/08 Reunión de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo Pág. 17 justamente a la política aerocomercial, para Aerolíneas Argentinas y Austral, debe instrumentarse como aporte de capital o como aporte de crédito a favor del Estado nacional, debiendo realizarse las adecuaciones presupuestarias correspondientes. Y acá se destina para gastos corrientes, no se discrimina y se lo hace a los pocos días de haber sido sancionado el instrumento por el Congreso de la Nación. Sr. diputado Rossi. — Era para gastos operativos. Sr. senador Petcoff Naidenoff. — Para eso, diputado Rossi, contamos con las adecuaciones presupuestarias correspondientes y con el rol de este Parlamento, y no de la Bicameral, de discutir el Presupuesto o cualquier modificación en el ámbito del Congreso de la Nación. Por eso, creo que es fundamental que esta Comisión pueda contar, en el futuro, con la presencia del jefe de Gabinete. No es una cuestión menor, como tampoco lo es el otorgamiento de avales, que fue explicado con suma claridad por la señora diputada Marcela Rodríguez. Con relación al pedido —nos acabamos de enterar— de un eventual juicio político al ministro de Planificación, Julio De Vido, también quiero señalar que, en este decreto que modifica el artículo 21 de la Ley de Ministerios, se confiere como premio al Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios la facultad de entender en la coordinación y ejecución de las políticas que tienen que ver con los derechos societarios correspondientes a las participaciones accionarias pertenecientes al Estado nacional en la empresa de transporte aerocomercial. Por eso, me parece que este no es un DNU más. No se trata únicamente de lo que se hace con un excedente de recursos tributarios, sino que se engloban un montón de supuestos, para cuya discusión el ámbito natural es el Congreso de la Nación. Acompañamos justamente el dictamen de minoría, el rechazo de este decreto. Sra. Presidenta. — Tiene la palabra el señor diputado Cigogna. Sr. diputado Cigogna. — Quiero agradecer al diputado Aguad la lección de política, de cómo se debe gobernar. Es muy interesante el planteo. También sería interesante que, cuando les toque gobernador a ustedes, lo pongan en práctica. — El señor diputado Aguad realiza manifestaciones fuera de micrófono. Sra. Presidenta. — No dialoguemos porque, hasta ahora, estábamos respetando las ponencias. Sr. diputado Cigogna. — Yo le estoy agradeciendo su lección de política. Vamos a continuar. Me acotaba la diputada Vaca Narvaja —espero no salir de argumento— que ustedes pueden decir que hacemos mal en modificar el Presupuesto de tal o cual manera porque, durante la gestión del doctor Alfonsín, se gobernaba con el Presupuesto anterior y se enviaba el nuevo una vez que se había ejecutado, que se había pasado todo el año trabajando. El pasado pesa sobre todos nosotros para bien y para mal. El senador Sanz nos decía que lamentaba que la presidenta hubiese abandonado la sana costumbre de no enviar los decretos de necesidad y urgencia. Al final, nos critican igual, pero me parece que incurren en una contradicción al llamarnos violadores seriales. Esta interesante terminología neo krausista, como también la de obscenidad, aplicada a algunas de las partes del DNU, es una muy interesante adecuación a los tiempos de aquella otra moratoria del siglo pasado. Efectivamente, el decreto es de necesidad y urgencia, es de absoluta excepcionalidad, como ustedes han dicho. Hago mías las palabras del diputado Landau, que ha hablado por nuestro bloque. Y diré que no somos tan originales. Tengo aquí el decreto 1572/01. Entre otras cosas dice: “Art. 3°.- Modifícase el Presupuesto de la Administración Nacional para el ejercicio 2001, de acuerdo al detalle obrante en las 23/09/08 Reunión de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo Pág. 18 planillas anexas al presente artículo que forman parte integrante del mismo.” Continúa: “Facúltase a la SECRETARÍA DE HACIENDA y a la SECRETARÍA DE FINANZAS, ambas dependientes del MINISTERIO DE ECONOMÍA, a dictar las normas complementarias, interpretativas y aclaratorias a que diera lugar este Decreto, en el ámbito de sus respectivas competencias”. En el artículo 4° dice algo muy interesante: “Las ADMINISTRADORAS DE FONDOS DE JUBILACIONES Y PENSIONES deberán invertir por el plazo de CIENTO VEINTE días (120) días, el NOVENTA POR CIENTO (90 %) de la liquidez disponible al 30 de noviembre de 2001 de los fondos respectivos, en Letras del Tesoro.” Es el respeto del partido radical, cuando está en el gobierno, hacia los fondos de los jubilados. ¿Quienes firman? De la Rúa, Colombo, etcétera. Presumo que se siguen haciendo cargo de aquel gobierno. Y, ¿de dónde detraen recursos los defensores de la inversión en materia energética? Por ejemplo, del Fondo Nacional de Energía Eléctrica, del Fondo Fiduciario para el Transporte Eléctrico, del Fondo Especial del Tabaco, del Fondo Especial de Desarrollo Eléctrico del Interior, de transferencias a empresas, a energía eléctrica, de hidrocarburos y del Fondo Especial de Salto Grande. Queridos amigos radicales: un mínimo de consecuencia, menos grandilocuencia en las palabras, menos calificación despectiva, menos adjetivación y, cuando les toque el turno, gestionen. Sr. diputado Aguad. — Muy mal le hacemos al país si no sacamos conclusiones de los errores que cometieron ustedes, durante el menemismo, y nosotros, cuando gobernamos. Por consiguiente, estamos tratando de sacar esas conclusiones. Reitero: estas cosas ya las vivimos y ya nos equivocamos. Tratemos de no equivocarnos más porque, de lo contrario, no se podrá construir un país que produzca riqueza. Coincidimos en que también nosotros aborrecemos el capitalismo salvaje de mercado y queremos un Estado impulsor de la actividad económica. Pero, para impulsar la actividad económica, es necesario hacer uso de las herramientas que tiene el gobierno. Y, cuando el gobierno no utiliza esas herramientas, las consecuencias son las que estamos pagando todos los argentinos. El problema de este gobierno es no haber aprovechado la lección de los errores que se cometieron. Ésa es la crítica. No es un reproche a su gobierno o a mi gobierno. Reitero: el reproche es no haber aprendido la lección y, por consiguiente, seguir tropezando con la misma piedra. ¿Sabe cuál es la única necesidad y urgencia que tiene este país? Sra. Presidenta. — Diputado Aguad, está en uso de una interrupción no concedida por esta Presidencia. Sr. Diputado Aguad. — Señora presidenta: la única necesidad y urgencia es dejar de violar las reglas del juego. Esa es la única necesidad y urgencia que hay, hoy, aprendiendo las lecciones del pasado. Y no es un problema de que me hago cargo o no. Sra. Presidenta. — Diputado Aguad, ya hizo uso de la palabra. Sr. Diputado Aguad. — Pero pedí la palabra. Sra. Presidenta. — Yo no se la di. Sr. diputado Aguad. — Ah, discúlpeme. Le pido al taquígrafo que la borre, entonces. Sra. Presidenta. — ¿El diputado Cigogna ha concluido? — No se alcanzan a percibir palabras del señor diputado Cigogna pronunciadas fuera de micrófono. Sr. diputado Cigogna. — ...Este error del pasado fue aprobado por esta Comisión. Este error del pasado ha sido convalidado. Sra. Presidenta. — Tiene la palabra la señora senadora Perceval. 23/09/08 Reunión de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo Pág. 19 Sra. senadora Perceval. — Realmente, quiero ceñirme al tema que estamos debatiendo, porque yo también podría decir, en términos políticos y hasta moralizadores, quizás con buena fe o con voluntad legítima, que todos queremos una Argentina con desarrollo, con crecimiento económico, con inclusión social, con instituciones fuertes, consistentes, coherentes, confiables; pero no tenemos “composición: tema libre”. Hoy, estamos tratando este decreto de necesidad y urgencia que ha dado lugar a ciertos dichos sobre la presidenta. Más allá de que seamos oficialistas o no, han adjetivado a la investidura presidencial de comentarista, obscena, etcétera. Esto me parece inadecuado para un ámbito como el del Parlamento de la Nación, por el respeto que a la institucionalidad le debemos, no por el afecto que se le tenga o no a la presidenta de la Nación. Un comentario para el senador Petcoff Naidenoff. En realidad, es interesante ver la Ley 26122, que trabajamos en conjunto cuando esta comisión cumplió con aquella deuda que era justamente la de darle una ley procedimental de existencia efectiva a esta Comisión Bicameral de seguimiento, entre otros, de los decretos de necesidad y urgencia. Porque las leyes son históricas y no dogmas inamovibles. Tengo, aquí, la redacción del Reglamento de la Comisión, que todos trabajamos, y cuando se habla de sus facultades, el artículo 8° dice: “La Comisión podrá convocar o invitar a su seno, según corresponda, para que participen haciendo oír su opinión, a las asociaciones, personas físicas o jurídicas, públicas o privadas y a las comisiones parlamentarias permanentes, que tengan vinculación con el tema que se trate.” O sea que tenemos la facultad de comunicar. Como este decreto fue enviado por el Ejecutivo y llegó acá el día 15 —hoy es 23—, si hubiera habido tanto interés, también se habría tenido el tiempo para invitar a algunos de los funcionarios que mencionaron. Por otro lado, en la Constitución Nacional, Capítulo Cuarto, artículo 100, encontramos específicamente el término “refrendar” como verbo que le compete al jefe de Gabinete sobre los decretos de necesidad y urgencia o los decretos que ofrecen facultades delegadas por el Congreso, y su inciso 12) dice: “...los que estarán sujetos al control de la Comisión Bicameral Permanente”. Digo esto como un comentario. Pero quisiera retomar algo, porque muchas de las cuestiones que este año se han presentado con énfasis emotivo tuvimos la oportunidad de debatirlas en 2007, y recuerdo que, entonces, el hoy gobernador del Chaco, que presidía —como senador— esta Comisión, planteó que lo que mi querido y respetado amigo senador Sanz decía acerca de la picardía de subestimar, tal vez, es la responsabilidad de planificar. Porque yo no creo que estemos en un mundo donde los contextos sean contextos de certezas. Basta mirar lo que está pasando en estos días en las economías más desarrolladas del planeta. Pero retorno a lo que está en la versión taquigráfica de aquella reunión que tuvimos, en oportunidad de tratarse el decreto 1108/07, que es la ampliación del Presupuesto 2007. En ese entonces también se dio esta discusión de cómo podía modificarse este límite del gasto que había sido previsto en el Presupuesto. Podía hacerse por dos vías: por una ley del Congreso de la Nación o, eventualmente, por un decreto de necesidad y urgencia, que no implica inconstitucionalidad, ni nulidad, ni todas estas cuestiones que recién decía la diputada que se ha retirado, la diputada Rodríguez. En una lectura precisa y específica del artículo 99, inciso 3), vemos que están justamente las materias que recordó el senador Sanz que no se pueden tratar en un decreto, por ejemplo de necesidad y urgencia. También se recordaron —así lo teníamos en aquellas discusiones y hace poco, también— los debates de la Constituyente del 94, 23/09/08 Reunión de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo Pág. 20 en la que hubo algún constituyente que quiso incorporar el tema presupuestario como materia no susceptible de decretos de necesidad y urgencia, o facultades delegadas. Justamente, esta propuesta, legítima para este constituyente, no fue aprobada por la mayoría y quedó entre los temas que, recurrentemente, nosotros decimos que no pueden tratarse, como por ejemplo lo relacionado a la cuestión electoral. Me parece que fue interesante que el señor Capitanich, en aquel momento, dijera lo siguiente: que el Poder Ejecutivo, en base a las proyecciones macroeconómicas, establece los techos presupuestarios para cada una de las jurisdicciones que elaboran el Presupuesto. Si, de acuerdo con las proyecciones macroeconómicas, el PBI crece y, por lo tanto, crece el incremento de la recaudación inexorablemente, se puede ajustar el Presupuesto a través de una ley complementaria o —como en este caso— a través de decretos de necesidad y urgencia. En realidad, ahí, el Congreso no pierde su facultad de control. También en este caso ejerce su responsabilidad y la facultad de controlar. Creo que, en estos dos años que hemos estado trabajando en la Comisión, sin duda, en los considerandos de los distintos fallos que ha ido aportando la Corte Suprema de Justicia de la Nación, se han ido caracterizando las condiciones inexcusables que debe tener un decreto de necesidad y urgencia. Por ejemplo, recuerdo el caso de aquel fallo en el cual no se reconoce la validez de un decreto porque tenía que ver con intereses de individuos o grupos, el caso Risolía de Ocampo. Se declararon inconstitucionales varios artículos del DNU 260/97, que disponía el pago en cuotas de las indemnizaciones por accidentes de tránsito ocasionados por el transporte público de pasajeros, por invocación de la emergencia económica de esas empresas. El fundamento que se utilizó para descalificar esa normativa fue que protegían intereses de individuos o grupos y no intereses generales de la sociedad. En el caso Guida, cuando uno lee el voto del ministro Carlos Fayt, también puede encontrar una interpretación sobre las circunstancias en las que se resuelve realizar un decreto de necesidad y urgencia. Si bien es claro, como han dicho los legisladores preopinantes, que no hay una imposibilidad —de hecho, ese es el primer punto que da el señor Fayt: que sea imposible dictar la ley mediante el trámite ordinario previsto por la Constitución, vale decir que las cámaras del Congreso no puedan reunirse por circunstancias de fuerza mayor—, también está el segundo punto en este caso, es decir —insisto—, en la fundamentación del voto del juez Fayt. Como segunda razón da la siguiente: que la situación que requiere solución legislativa sea de una urgencia tal que deba ser remediada en un plazo incompatible al que demanda el trámite normal de las leyes. Es esta última la situación que debe entenderse en el presente caso, así como en 2007, en los fundamentos del decreto de necesidad y urgencia enviado por el Ejecutivo, era tal la razonabilidad y la necesidad de mantener los servicios del Estado nacional. Seré breve en el punto que sigue porque sé que, para el artículo 16, nuestro miembro informante va a hacer algunas consideraciones. No voy a hablar de los funcionarios sino de los destinos, a partir de la incorporación e implemento, de estos fondos o créditos para mantener gastos. Es cierto, no fueron contemplados en la Ley 26337, la Ley de Presupuesto General de la Administración Nacional, pero sí son indispensables para el eficaz y normal funcionamiento de las distintas jurisdicciones. En este punto, no para polemizar sino para abrir el abanico y por una cuestión de honestidad intelectual, me parece que no solamente están los recursos que van destinados al Poder Legislativo, que tiene que ver con la decisión de solventar los incrementos salariales y los gastos de funcionamiento que se previeron en la Ley 26337. También hay recursos para el Ministerio del Interior, como hacía referencia el diputado Landau, en la creación de la Agencia Nacional de Seguridad Vial y en la nueva 23/09/08 Reunión de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo Pág. 21 tecnología en términos del sistema de confección del Documento Nacional de Identidad. Lo mismo para el Ministerio de Justicia, habiendo sido aprobada la Ley 25914, que establece beneficios para las personas que hubieren nacido durante la privación de la libertad de sus padres o que, siendo menores, hubiesen permanecido detenidos con relación a sus padres. Ustedes conocen bien esta ley, que hemos votado y fue promulgada en 2004. También hay recursos en atención al Servicio Penitenciario Federal, a la Policía Federal Argentina, a Gendarmería Nacional, al INADI y para algo a lo que puse especial atención como presidenta de la Comisión de Defensa, para el Ministerio homónimo, que tiene que ver con la necesidad de modernizar el instrumental y el equipamiento militar para algo que es una demanda recurrente, el tema de radarización. Acá, está explicitada la cuestión de asignar una partida para la posibilidad de cumplir, con más eficiencia y en los tiempos previstos, el prototipo del radar de tres dimensiones que tenemos en un proyecto de industrialización del país, en términos de desarrollo genuino. Tenemos la suerte de que sea desarrollado con tecnología argentina, después de tantos fracasos bochornosos e intentos de licitaciones internacionales. Creo que, cuando se habla de los niños desnutridos, de salud, de educación, del saneamiento del agua, de la posibilidad de superar una situación de deuda con un hábitat integral e integrador de servicios básicos que deben ser accesibles, como modo imprescindible y eficaz de lucha contra los motivos que reproducen la pobreza estructural, y cuando vemos inversiones en agua, en energía y en electricidad, estamos hablando no sólo de un modelo de desarrollo, en términos de competitividad económica, sino también del mejoramiento en las condiciones de vida. Digo esto porque me parece que hay muchos puntos que todos hemos leído pero que se han centrado en algunas personas y no en algunas áreas, como el Ministerio de Educación, en lo que hace a mejoras salariales; con el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, en relación con los proyectos y programas de seguridad alimentaria y desarrollo de biotecnologías que se están haciendo con donaciones de la Comunidad Europea. Además, se hizo referencia al sistema de jubilaciones y pensiones; también al Ministerio de Salud con relación al programa Remediar, de becas para la formación de médicos comunitarios. Existe, en forma integral, una asignación y reasignación de estos recursos; hay un debate que se dio el año pasado, en esta Comisión, donde se explicitó la legitimidad y legalidad de un decreto de necesidad y urgencia que decida la incorporación e incremento de fondos o créditos para atender gastos no contemplados en la Ley de Presupuesto votada en el año en curso. En este sentido, lo que espero es que, más allá de respetar las posiciones de los distintos parlamentarios, tengamos en cuenta que no estamos frente a un hecho aberrante, ni ante una situación obscena, sino ante un instrumento del que no creo que se haya claudicado. Sería claudicación si se tratase de una rutina cotidiana y no de una decisión. Acá, no se ha claudicado porque este decreto de necesidad y urgencia se hace en cumplimiento y dentro de las facultades otorgadas, no por algún amigo ocasional, por la Constitución Nacional al Poder Ejecutivo. Gracias, presidenta. Sra. Presidenta. — Gracias, senadora Perceval. Tiene la palabra el señor diputado Landau. Sr. diputado Landau. — Quisiera remarcar dos cuestiones que me parece importante aclarar. Cuando, en el informe previo, indicaba el funcionamiento del Presupuesto —me refiero al funcionamiento, desde el punto de vista administrativo—, precisamente, quería enfatizar que la regla ha sido el tratamiento legislativo del Presupuesto por ambas cámaras. También quise marcar el carácter excepcional que tiene el decreto, que no ha sido la regla sino que, como consecuencia de la ejecución presupuestaria a lo largo del 23/09/08 Reunión de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo Pág. 22 año, se advierte sobre ejecución en determinadas partidas e ingresos no previstos. En consecuencia, la sobre ejecución en determinadas partidas, para abordar situaciones que nunca pudieron preverse. Tanto el rescate de Aerolíneas Argentinas como la crisis en los accidentes viales, los convenios internacionales o los incrementos de salarios son situaciones que no están previstas, sino que revisten carácter excepcional y la Constitución nos ampara, en orden a resolver estas cuestiones, a través del mecanismo del decreto de necesidad y urgencia. Efectivamente, eso es lo que ha hecho este gobierno y lo que estamos haciendo en el día de hoy. Hubo otros tiempos, en la Argentina, en que los presupuestos se aprobaban previa vista del Fondo Monetario Internacional. En esta oportunidad, estamos considerando un decreto de necesidad y urgencia que, efectivamente, resuelve una parte capital del endeudamiento argentino, que no contrajo este gobierno y del que se tuvo que hacer cargo para poder normalizar tanto la relación de la Argentina con el mundo como el funcionamiento del crédito interno e internacional. A nadie escapa esta situación porque hemos convivido con esto durante todos estos años. Sra. Presidenta. — ¿Está pidiendo una interrupción, señora diputada Rodríguez? Sra. diputada Rodríguez. — No, quiero contestarle al legislador, después. Sra. Presidenta. — ¿Se piensa quedar hasta mañana, diputada Rodríguez? Sra. Rodríguez. — No tengo apuro. Sra. Presidenta. — En la reunión pasada, me olvidé de comunicar que el diputado Obiglio se excusó, a través de una nota, por no estar presente en la reunión anterior ni en ésta. Por otra parte, ha pedido la palabra el diputado Galvalisi y yo le he hecho un gesto en el sentido de que no integra la Comisión. Entiendo que, como ésta es una bicameral permanente que sale de las reglas comunes, del Reglamento de ambas cámaras, donde los legisladores que la integran tienen voz pero no voto, en ésta ni siquiera tienen voz. Simplemente, lo estoy deduciendo del corto tiempo que tiene la Comisión para dictaminar y del hecho de que sus dictámenes tienen un modo aprobatorio diferente del trámite normal de sanción de leyes en ambas cámaras. Por eso, no quiero negarle la palabra yo sola. Si no hay observaciones, le doy por denegada la palabra con estos fundamentos. Sra. diputada Rodríguez. — Para mí no es la interpretación adecuada... — No se alcanzan a percibir las siguientes palabras de la señora diputada Rodríguez pronunciadas fuera de micrófono. Sr. diputado Morán. — La pregunta es ¿para qué fuimos invitados los miembros de la Comisión de Presupuesto y Hacienda si no nos dan la palabra? Sra. Presidenta. — Nadie invitó a los miembros de la Comisión de Presupuesto y Hacienda. Sr. diputado Morán. — Perdón, acá, tengo la invitación. Sra. Presidenta. — ¿Quién le firmó la invitación? Sr. diputado Morán. — El doctor Juan Carlos Amarilla, secretario de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo. Si no nos van a dar la palabra, que nos envíen la versión taquigráfica la próxima vez y es exactamente lo mismo. Sra. Presidenta. — No sé con qué instrucciones el secretario Amarilla citó a la Comisión de Presupuesto. Ha sido un error del secretario. Tiene la palabra el diputado Rossi. — Varios legisladores hablan a la vez. Sra. Presidenta. — Bueno, con la objeción de la diputada Marcela Rodríguez, ¿quieren darle la palabra a todo el auditorio? 23/09/08 Reunión de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo Pág. 23 Sra. senadora Perceval. — Tenemos otras comisiones. — Varios legisladores hablan a la vez. Sra. Presidenta. — No, yo no me enojo. Pregunté si había observaciones y no las hay, salvo las de la diputada Rodríguez. — No se alcanzan a percibir las palabras de la señora diputada Rodríguez pronunciadas fuera de micrófono. Sra. Presidenta. — Muy bien, vamos a iniciarle un sumario administrativo al secretario Amarilla, que acaba de explicar que hizo una citación errónea. Sr. senador Sanz. — No. Sra. Presidenta. — La única citación válida para esta Comisión es la que hace la presidenta. Sr. diputado Rossi. — Sea error del señor secretario o no, cuando uno es invitado a una Comisión, es invitado. No significa que participa de la Comisión ni que ésta haya decidido darle la palabra a todos los diputados que no la integran. Podemos decidir darle la palabra a todos los diputados que no integran la Comisión; es una decisión que tenemos que tomar nosotros; me refiero a si queremos quedarnos hasta las ocho de la noche y no respetar la integración de esta bicameral. Yo entiendo que los diputados, o los bloques que podrían hacer uso de la palabra, no integran esta Comisión —en el caso del diputado Obiglio, se excusó—, pero no es responsabilidad nuestra. Quiero decir, con claridad, que no tengo problemas en escuchar a nadie, sino que tengo otras responsabilidades, que quiero terminar esta reunión que empezó a las cuatro de la tarde, que quiero hacer uso de la palabra. Y, después, que la señora presidenta ponga a consideración el dictamen, que lo votemos, y el debate se dará en el recinto. Sr. senador Sanz. — Para terminar el tema procedimental, lo que no quiero es que quede constancia, con nuestra afirmación, de que existe algún reglamento que impida la palabra a los diputados. Que nosotros decidamos, por la razón que sea, que no se les dé la palabra —cosa a la que, desde ya, me opongo— es una cuestión que se puede decidir. Sra. Presidenta. — ¿A qué se opone? Sr. senador Sanz. — Vamos por partes. Sra. Presidenta. — A mí me aclara su oposición. Sr. senador Sanz. — Nosotros estamos a favor de que se puedan escuchar las voces de legisladores que no pertenezcan a la Comisión. Que en algún momento de la reunión, la Comisión, por mayoría —y no pertenezco a esa mayoría, la tiene el oficialismo—, decida no escuchar a ningún legislador es otra cosa. Yo voy a votar siempre en contra de eso. Por consiguiente, esta tarde estoy a favor de escuchar a los legisladores. Si, acá, se decide lo contrario, lo acataré. Pero no quiero que quede sentado que, por Reglamento, no podemos escuchar a los senadores. Otro tema: no estoy a favor de que se le haga un sumario al secretario. En todo caso fue un error, que quede claro. Sra. Presidenta. — Lo dije en chiste. Sr. senador Sanz. — Por lo menos, ríase, porque lo dijo con cara de mala y enojada, ¿qué quiere que hagamos? (Risas.) Sra. diputada Vaca Narvaja. — ¿No la conoce? Sr. senador Sanz. — Sí, la conozco del Consejo de la Magistratura. Sra. Presidenta. — Una moción de orden. Realmente, no es la mayoría del oficialismo la que tiene la posición de vetar voces en esta comisión bicameral. Yo argumenté y, luego, me puse a pensar por qué le estaba diciendo que no. Así que hablen los que quieran. 23/09/08 Reunión de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo Pág. 24 Sr. senador Sanz. — Muy bien, presidenta. — Varios señores legisladores hablan a la vez. Sr. diputado Rossi. — No es así. — Varios señores legisladores hablan a la vez. Sr. diputado Rossi. — Cada uno de nosotros tiene obligaciones. Hay reunión de bloque, de senadores del Partido Justicialista. Nosotros tenemos una reunión con los integrantes de la Comisión de Presupuesto. Yo me tengo que ir. Sra. diputada Rodríguez. — Voy a hablar igual. Sra. senadora Perceval. — Hay que respetar el orden. Diputada: no es que no se le quiera dar la palabra, sino que, en el respeto que nos tenemos, hay personas que se anotaron antes que usted. Sra. diputada Rodríguez. — Perfectamente, señora senadora, pero si me dice que no me va a dar la palabra, le digo que voy a hablar. — No se alcanzan a percibir las palabras de la señora senadora Perceval pronunciadas fuera de micrófono. Sra. diputada Rodríguez. — Le pido disculpas al señor diputado Rossi. Sra. Presidenta. — Propongo la siguiente moción. Sr. senador Sanz. — Que hable el diputado Rossi. Sra. Presidenta. — Que hable el diputado Rossi, con la aclaración de que el dictamen en mayoría va a correr a la firma. Luego, hablen todos los que quieran, incluso hagan circular los dictámenes en minoría. Sr. diputado Rossi. — Estamos de acuerdo. Sra. Presidenta. — Tiene la palabra el señor diputado Rossi. Sr. diputado Rossi. — La verdad es que voy a tratar de dar una posición y, más que una posición, hacer algunos comentarios sobre ciertos temas que se fueron vertiendo en el transcurso del debate. Trataré de darle una mirada, a veces primaria, pero que me parece importante tener en cuenta a la hora de enmarcar las cosas que estamos haciendo y lo que estamos considerando. Señora presidenta: nosotros estamos en esta Comisión Bicameral de Tratamiento Legislativo por una iniciativa de este Parlamento de la Nación, en la que la actual presidenta de la Nación tuvo un rol protagónico. En primer lugar, nosotros conformamos esta Comisión Bicameral de Tratamiento Legislativo de los DNU. Era una deuda que el Parlamento argentino tenía con los constituyentes del 94. Nosotros buscamos y definimos una fórmula para darle tratamiento legislativo a los decretos de necesidad y urgencia. Y ese es un valor positivo que tiene el Parlamento y que tiene, también, esta administración, porque quien impulsó esto fundamentalmente fue la ex senadora y actual presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner. En segundo lugar, no podemos convertir un valor en “disvalor”. La actual presidenta de la Nación dijo —y cumplió— que iba a emitir la menor cantidad posible de decretos de necesidad y urgencia, y éste es el primero que emite desde que ejerce la titularidad el Poder Ejecutivo, es decir, desde el 10 de diciembre pasado. Es infinitamente menor la cantidad de decretos que ha emitido la presidenta de la Nación con respecto a los otros presidentes. Entonces, no se puede decir: “¡Uy, cómo emitió uno!”. Emitió uno, no cien ni cincuenta. Los otros emitieron una importante cantidad de decretos de necesidad y urgencia. Entonces, no es un “disvalor” emitir uno, porque si no es “palo porque bogas y palo porque no bogas”. Este es el primer decreto de necesidad y urgencia que emite la señora presidenta de la Nación. El decreto de necesidad y urgencia, como se puede ver, tiene el debate y el tratamiento parlamentario que prevé la ley que nosotros votamos en este Parlamento. Es 23/09/08 Reunión de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo Pág. 25 decir que no escondemos nada. No emitimos el decreto de necesidad y urgencia para esconder algo. Todo lo que tiene el decreto se dijo acá; lo bueno, lo malo y lo feo, si quieren ustedes, se dijo acá y nadie esconde nada. Vamos a tratarlo en cada una de las cámaras, en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores. Y, seguramente, muchas cosas van a seguir saliendo y se van a debatir. Entonces, sinceramente, no estamos discutiendo nada. Yo llevo tres años como diputado, voy a cumplir los tres años en diciembre. En 2006, tratamos cosas que nadie menciona, la ampliación presupuestaria por ley; en 2007, por un DNU, y en 2008 también con un DNU. Es decir que es verdad que, a veces, la tratamos por ley y, otras veces, por la valoración de un decreto de necesidad y urgencia. Entonces, me parece que tenemos una forma de tratamiento, que es transparente y cristalino. Y le recuerdo y le informo, de manera amigable, a la diputada Rodríguez, que decía que no encontraba las empresas, que con seguridad no debe haber leído la hoja 205, porque habla de transferencias al sector privado para financiar gastos corrientes, transferencias a empresas privadas, y enumera Metrovías, Trenes de Buenos Aires, Ferrovías, Ferrocentral, Belgrano Cargas. Es decir que las transferencias al sector privado figuran detalladas. Con esto quiero dejar establecida la transparencia del tratamiento. Se hablaba, también, de los gastos en infraestructura. El DNU y la planilla anexa tienen 579 páginas, 85 de ellas están destinadas a cada una de las obras de la Dirección Nacional de Vialidad, donde se aumenta el presupuesto para la ejecución de las obras. Entonces, en realidad, no es oscuro, menos aún oscurantista, cumple con la ley y con la reglamentación y, seguramente, va a tener un debate amplio y exhaustivo en cada una de las cámaras. Otra cosa que quiero decir, que me parece importante tener en cuenta: no es pecado tener una cantidad de ingresos mayor que la prevista, al contrario, es una virtud del que administra. Es una virtud administrar o tratar de administrar con presupuestos moderados y, después, encontrarse con la grata sorpresa de que se tiene más para gastar. La historia de los que administraron la Argentina fue exactamente al revés, presupuestaban más, tenían menos ingresos y, después, no sabían cómo hacer para dibujar los presupuestos, que eran pospuestos en cada una de las situaciones. Entonces, en verdad, es una virtud. Reitero: es una virtud que todos los años tengamos que votar partidas y ampliaciones presupuestarias porque el nivel de ingresos es superior al nivel de egresos. Y quiero decir algo específicamente sobre la cuestión del DNU. Punto número uno, Administración Nacional, créditos: el mayor importe está destinado al pago de los aumentos salariales del personal del Poder Legislativo, incluyéndonos; reitero, incluyéndonos. Con el Poder Judicial de la Nación ocurre exactamente lo mismo; al igual que con el Ministerio Público; en cuanto al Ministerio del Interior, como decía el diputado Landau, hay un fondo, una cifra importante para la Agencia de Seguridad Vial, que no estaba presupuestado; en el Ministerio de Justicia, la mayor cantidad está destinada al pago de aumento de sueldos de la Policía Federal Argentina; en el Ministerio de Defensa, al pago de sueldos, como decía la senadora, anteriormente. Y tenemos dos situaciones: la del Ministerio de Planificación y la del Ministerio de Economía y Producción. El ONCCA tiene una mayor cantidad de aportes, porque también hay una mayor cantidad de compensaciones que le estamos dando al sector agropecuario. Esta es la verdad. No es mentira. Empezamos con 100 feedlot y tenemos 527 subsidiados por parte del Ministerio de Economía y por parte del ONCCA. 23/09/08 Reunión de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo Pág. 26 Entonces, está bien. No está mal tener una situación de estas características. No está mal que el Ministerio de Planificación tenga mayor cantidad de partidas necesarias para garantizar las obras que el Estado y la Nación Argentina necesitan. En este sentido, señora presidenta, uno podría decir, con claridad, que este DNU tiene destinada una gran parte al pago de los aumentos salariales de los empleados de las distintas reparticiones del Estado nacional, al aumento de partidas para el ONCCA y al aumento de partidas para infraestructura, gran parte de las cuales corresponde a las obras que realiza el Estado nacional. El último punto y la última referencia que hago giran alrededor de este tema de la modificación, de la eximición de un artículo de la Carta Orgánica del Banco Central para permitir el pago al Club de París. Creo que discutir y hacer hincapié exclusivamente en esto, sin echar una mirada a lo que pasa en el mundo, no quiero decir que es irresponsabilidad, porque trato de no utilizar este tipo de palabras, pero es casi ingenuo. El sistema financiero mundial se está cayendo. Los organismos financieros internacionales que gobernaron después de la Segunda Guerra Mundial no existen más. ¿Dónde está el Fondo Monetario Internacional? ¿Dónde está el Banco Mundial? El centro financiero mundial, Wall Street, está destrozado. Y nosotros tenemos un gobierno que, producto de una situación económica del país, plantea “desendeudar” y terminar con todas las ataduras o deudas que teníamos producto de la salida del default después del año 2002. —La señora diputada Rodríguez se acerca a la Presidencia y efectúa manifestaciones fuera de micrófono. Sra. Presidenta. — Disculpe la interrupción, señor diputado Rossi. Diputada Rodríguez: no me venga a hacer debates en el medio de la reunión. Espere que termine el diputado Rossi. El dictamen en mayoría ya está firmado, es en mayoría. Le voy a ceder la Presidencia al diputado Aguad para que, luego, siga debatiendo quien quiera. Continúa en el uso de la palabra el señor diputado Rossi. Sr. diputado Rossi. — La verdad es que me parece que uno tiene que tener una mirada en este sentido. También tiene que permitirse la búsqueda de nuevas herramientas ante nuevas situaciones. El diputado Aguad adelantaba una discusión que seguramente vamos a tener en el debate del Presupuesto, que es la relacionada con los fondos del Banco de la Nación. Es cierto lo que dice el diputado, que éste es el único banco que le presta a las PyME. Pero la mayor cartera del Banco Nación está puesta en letras del Banco Central. Entonces, uno se pregunta si, ante la situación de iliquidez y crisis internacional y teniendo bolsones de liquidez en la Argentina, uno no puede apelar a esas situaciones de liquidez para financiar al Estado y para financiar obras de infraestructura. Y la verdad es que yo creo que sí, que hay que animarse a pensar esas cosas. Porque está cambiando todo. Porque el mundo de la desregulación terminó. Para los que dijeron que el mercado lo resolvía todo, eso terminó. Uno tiene que animarse a imaginar nuevas herramientas para que el país crezca y para que dé respuestas efectivas ante situaciones concretas distintas. Eso es lo que tenemos que discutir. No podemos discutir, casi académicamente, si vale la pena o no reformar un artículo de la Carta Orgánica del Banco Central, que lo único que hace es prestarle dinero al Tesoro Nacional para que éste pague una deuda y así podamos terminar con ella luego de siete años. También, en algún momento, habrá que reconocer que, a siete años del default, la Argentina va a terminar con las deudas saneadas y regularizadas. 23/09/08 Reunión de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo Pág. 27 Nosotros somos, fundamentalmente, dirigentes políticos. No somos técnicos ni economistas, aunque algunos presumamos de saber de todo, y no sabemos de todo. Pero generalmente tenemos la obligación de enmarcar las discusiones en un análisis político. Esto es lo que está pasando, hoy, en el mundo. La Argentina tiene la posibilidad de utilizar todas las herramientas que posee. Y está bien que lo estemos haciendo en este sentido, en este momento y en este lugar. Sra. diputada Rodríguez. — Señora presidenta: he sido aludida por el diputado Rossi. Le pido al diputado que se quede, si tiene las agallas y la convicción suficiente, porque… Sra. Presidenta. — Los senadores del oficialismo han pedido y han aclarado… — Varios señores legisladores se retiran de la sala. Sra. diputada Rodríguez. — Si tenés las agallas para tolerar la crítica, quedate. Si querés irte es porque no tenés la convicción suficiente. Sra. Presidenta. — Diputada Rodríguez: permítame ejercer la Presidencia. Sra. diputada Rodríguez. — Le pido disculpas, señora presidenta. Sra. Presidenta. — Cuando se convocó a esta reunión, se eligió y consensuó específicamente el horario sabiendo que, por lo menos el bloque oficialista del Senado, tenía reunión de bloque. Sra. diputada Rodríguez. — Pero yo fui aludida por el diputado. Sra. Presidenta. — Un minuto, por favor, señora diputada. En consecuencia, los senadores del oficialismo se iban a retirar. De modo que eximo a las senadoras Perceval y Gallego, ya que tienen que ir a su reunión de bloque porque mañana se sesionan. — Se retiran del salón las senadoras Gallego y Perceval. Sra. Presidenta. — Yo debo retirarme, también, por lo que pido al secretario de esta Comisión que continúe con la reunión, si es que así lo desea. En lo que a mí respecta, no tengo ningún problema. Sr. diputado Aguad. — Si el secretario soy yo, entonces renuncio a mi cargo. (Risas.) Sra. diputada Rodríguez. — Me alegra la valentía del bloque oficialista para poder discutir con convicción. Sra. Presidenta. — Según lo comprometido, esperamos los dictámenes en minoría. Como no hay quórum, queda levantada la reunión. — Son las 18 y 36.