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REPÚBLICA ARGENTINA
VERSIÓN TAQUIGRÁFICA
CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN
REUNIÓN DE LA COMISIÓN
Salón “Arturo Illia” — H. Senado de la Nación
10 de enero de 2007
Presidencia del señor senador Jorge Milton Capitanich
En el Salón Illia del H. Senado de la Nación, el
miércoles 10 de enero de 2007, a la hora 12 y 22:
Sr. Presidente (Capitanich). Damos comienzo a una nueva reunión de la Comisión
Bicameral de Decretos de Necesidad y Urgencia creada por la Ley 26122 de trámite
legislativo.
El objeto de la presente reunión tiene que ver con el análisis del Decreto de
Necesidad y Urgencia N° 1909 del 20 de diciembre de 2006.
Tal cual lo prescribe la misma Ley 26122, nosotros hemos tenido el plazo
correspondiente de la convocatoria, en virtud de la comunicación del jefe de Gabinete
de Ministros, dentro de los diez días del plazo establecido por la misma Constitución y
la Ley. De acuerdo con el Reglamento interno, hemos propiciado la notificación
correspondiente a cada uno de los señores miembros de la Comisión y hemos tenido
algunas observaciones respecto de algunos miembros de la Comisión que, por causas
que han expresado, no han podido venir; es el caso del diputado Pablo Tonelli y
también del senador Nicolás Fernández. Pero estamos con un quórum sobrado; quórum
más la mitad más uno (Risas.) Tal cual lo exige la misma ley, es equivalente a nueve
miembros, y hoy estamos los once miembros de la Comisión Bicameral, de manera tal
que cumplimos holgadamente los requisitos formales establecidos para su
funcionamiento.
En virtud de que el Decreto 1909 establece los mecanismos de ajuste retroactivo
a partir del 1° de enero de 2006 de las remuneraciones del Organismo Regulador del
Sistema Nacional de Aeropuertos, simplemente quiero hacer una muy breve mención
respecto del marco jurídico a partir del cual este decreto se ha dictado.
En primer lugar, como ustedes saben, la restricción existente por el artículo 62
de la Ley 11672, complementaria permanente del presupuesto, que fue efectivamente
incorporado por la Ley 25865 de la Ley de Presupuesto 2005, definitivamente establece
en forma taxativa la prohibición expresa de ajustes de carácter retroactivo.
Por lo tanto, el dictado de este instrumento tiene que ver con el proceso de
negociaciones colectivas dentro del sector público. Y es necesario simplemente hacer
una mención respecto de todas las leyes que forman parte del análisis para el dictado de
este tipo de instrumento.
En primer lugar, el ORSNA 2UJDQLVPR 5HJXODGRU GHO 6LVWHPD 1DFLRQDO GH
AeropuertosVHULJHSRUOD/H\WH[WRRUGHQDGR\PRGLILFDWRULRVHVGHFLU
se rige por la Ley de Contrato de Trabajo. Pero existe también la inclusión de todas las
mejoras existentes sobre la base de la Ley 24185, que es la que establece el marco
jurídico de la Convención Colectiva de Trabajo de la Administración Pública; la Ley
25164, que es la que establece el modelo de Regulación del Empleo Público Nacional,
que también está específicamente establecido en la Ley 25164; el Decreto 447, que es
del 17 de marzo de 1993, y el Decreto 66 del año 1999, que homologa el Convenio
Colectivo de la Administración Pública Nacional; el Acta acuerdo del 29 de diciembre
de 2005 y, por último, el Decreto 214 del año 2006, que establece la homologación del
Convenio Colectivo de Trabajo de la Administración Pública Nacional, en virtud del
artículo 14 de la Ley 24185 y de los Convenios 151 y 154 de la OIT.
Como ustedes saben, hemos debatido largamente este tema, porque hemos
tenido noventa y siete decretos de necesidad y urgencia que hemos analizado, con
dictamen en esta Comisión, de los cuales en el ámbito del Senado de la Nación hemos
procedido a una aprobación de siete decretos. Quedan noventa para la aprobación en el
ámbito del recinto. Y, en general, he podido registrar que existen ciento diez
jurisdicciones y organismos que tienen un proceso de vinculación con las negociaciones
colectivas del sector público. Es decir, el presidente de la Nación tiene que dictar un
decreto de necesidad y urgencia, en acuerdo general de ministros, para ejecutar
efectivamente la instrumentación de ajustes de carácter retroactivo en materia salarial. Y
hemos planteado al Poder Ejecutivo, en virtud de lo que se resolvió en esta Comisión,
que se analice la factibilidad de una ley que establezca la potestad al Poder Ejecutivo
para que pueda decidir en el marco del ejercicio de sus atribuciones del 99 inciso 1),
como reglamento autónomo. Así que es probable que en las próximas reuniones
podamos trabajar este tema de manera tal de tratar esta cuestión.
Por último, simplemente quería mencionar que cuando se analizan las
convenciones colectivas de trabajo, ustedes saben, se analiza el ámbito de la aplicación
del convenio, el marco de las relaciones laborales existentes, principios esenciales desde
el punto de vista de no discriminación, el tema de la estabilidad laboral, etcétera.
Entonces, en este contexto, entendiendo lo que hemos pregonado como
fundamento sistemático para el análisis de decretos similares, simplemente propiciamos
un dictamen que aprueba la convalidación y la determinación de la validez de este
decreto de necesidad y urgencia, en virtud de que se trata de un mejoramiento en las
remuneraciones salariales de los trabajadores que están vinculados a este organismo y
que no tenían ningún tipo de ajuste salarial desde el año 1998 hasta la fecha.
Tiene la palabra el senador Sanz.
Sr. Sanz. Siempre hay alguien que viene a decir lo contrario de lo que expresa
Capitanich. Me toca a mí casi siempre.
Presidente: nosotros analizamos este decreto de la misma manera que lo hemos
hecho con todos los anteriores, siguiendo el mismo criterio. Están todos nuestros
argumentos en el dictamen que vamos a presentar en minoría propiciando el rechazo de
este DNU.
Pero previo a esa conclusión, nosotros lo analizamos desde el punto de vista
formal. Y desde el punto de vista formal encontramos que este decreto, como los
anteriores, no contiene vicios formales. Por lo tanto, es un decreto que ha sido dictado
ajustándose a las formalidades que establece la Constitución y la Ley de
Reglamentación.
Este es un decreto que cuenta con el acuerdo general de ministros, ha sido
refrendado por todos ellos, por el jefe de Gabinete; cuenta con la mayoría de ese cuerpo
ministerial, lo que zanja una discusión doctrinaria respecto de cómo debe computarse
ese acuerdo general de ministros. El decreto ha sido presentado dentro del plazo
previsto que el jefe de Gabinete tiene para hacerlo, y luego se verifica también por parte
de la Comisión Bicameral la publicación en el Boletín Oficial.
Es decir que no son cuestiones formales las que a nosotros nos llevan a propiciar
el rechazo sino, precisamente, las cuestiones sustanciales. No me voy a introducir en el
tema de la necesidad y la urgencia, porque ya lo hemos hecho en extenso en todos los
demás decretos.
Este es otro decreto que adolece de ese vicio de no contar con los requisitos de
necesidad y urgencia.
Sin embargo, en lo específico me gustaría decir que este es un decreto como
aquellos que hemos tratado vinculados a la homologación de acuerdos salariales con
sectores específicos de la administración pública, que va a contramano de lo que la
propia Corte Suprema de Justicia de la Nación ha determinado como requisitos
sustanciales.
En el caso Risolía de Ocampo —fallado en 2000— la Corte Suprema agregó un
requisito a los decretos de necesidad y urgencia para ser aceptados o convalidados.
Además de la situación de grave riesgo social y la imposibilidad del Congreso para
sesionar, agregó que el decreto debe tener la finalidad de proteger los intereses
generales de la sociedad y no de determinados individuos.
En este caso en particular lo que se está haciendo, más allá de la bondad de la
decisión política de aumentar los salarios y recomponer la escala salarial de un sector de
la administración pública, es precisamente dirigir la decisión política a un sector
específico de la administración pública.
Además, como siempre lo señala el diputado Tonelli, esta es una decisión
política que el Poder Ejecutivo podría haber tomado no utilizando la herramienta de un
decreto de necesidad y urgencia, que en cada ocasión siempre reivindicamos desde
nuestro bloque el carácter de excepcional que tiene esta herramienta, sino que podría
haber logrado absolutamente el mismo fin a través de las facultades delegadas del
artículo 76 de la Constitución Nacional y el artículo 2º, inciso f), de la Ley 26135. Es
decir, con un decreto simple de facultades delegadas podría haber cumplido
absolutamente el mismo fin.
En consecuencia, vamos a dejar un dictamen en el cual propiciamos el rechazo
del decreto de necesidad y urgencia Nº 1909/06, con la firma del diputado Aguad, el
senador Petcoff Naidenoff y de quien expone.
Sr. Presidente. — Simplemente quiero plantear dos cuestiones, y esto lo hemos
debatido profusamente en otras reuniones: cuando se refiere básicamente a la protección
del interés individual, se refiere a un caso específico y concreto; y cuando se refiere a
trabajadores vinculados al sistema de aeropuertos, se refiere a un conjunto de
trabajadores que vela por la protección, la seguridad y la confiabilidad de todo el
sistema de aeronavegación, por lo tanto, es un interés de carácter general.
La segunda cuestión que me parece importante remarcar es que este decreto fue
dictado el 20 de diciembre cuando efectivamente el Congreso de la Nación había
prorrogado las sesiones ordinarias hasta la finalización del mes de diciembre. Por otra
parte, en virtud del artículo 99, inciso 3), de la Constitución Nacional el Poder Ejecutivo
participa de la formación de las leyes con arreglo a la Constitución, las promulga y las
hace publicar. Sin embargo, no puede en ningún caso, bajo pena de nulidad absoluta e
insanable, emitir disposiciones de carácter legislativo salvo cuando circunstancias
excepcionales impidiesen seguir los trámites ordinarios previstos para la sanción de las
leyes.
En definitiva, entendemos que era objetivamente imposible la reunión del
Congreso de la Nación para el trámite ordinario de estas leyes en el período respectivo y
era necesario establecer la vigencia de carácter retroactivo al 1º de enero de 2006. Por lo
tanto, cumple con los requisitos de las circunstancias excepcionales y el carácter
sustantivo de la necesidad de instrumentar una medida de estas características.
Cuando nosotros nos oponemos al trámite de enmarcar este tipo de decretos en
la ley 26135, inclusive dentro de las facultades delegadas del artículo 76, lo hacemos
porque entendemos claramente que no es posible que facultades delegadas de carácter
transitorio puedan determinar la factibilidad de que el Poder Ejecutivo utilice el
reglamento delegado en el marco de estas facultades que tiene carácter transitorio. Por
eso, aunque la discusión ha sido profusa en esta Comisión, entendemos que es necesario
que el Congreso debata una normativa para que casos como este puedan ser tratados en
ejercicio del reglamento autónomo del inciso 1) del artículo 99.
Por lo tanto, propiciamos los dictámenes de mayoría y minoría y damos por
concluida la reunión.
— Es la hora 12 y 35.
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