14.2.- LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA: EL GOLPE MILITAR DE PRIMO DE RIVERA. EL DIRECTORIO MILITAR (1923-1925). EL DIRECTORIO CIVIL (1925-1930). EL HUNDIMIENTO DE LA MONARQUÍA (1930-1931). 1.- La dictadura de Primo de Rivera: el golpe militar de Miguel Primo de Rivera. A comienzos de la década de los veinte el sistema de la Restauración estaba en crisis: los partidos del turno sufrían un gran desprestigio, el movimiento obrero se había radicalizado, el nacionalismo estaba en auge y la derrota de Annual provocó que se exigiesen responsabilidades al ejército, llegando éstas hasta el rey. El 13 de septiembre de 1923 el malestar del ejército se concretó en el golpe de Estado de Miguel Primo de Rivera, capitán general de Cataluña, que justificó su acción como un intento regeneracionista, que resolvería los problemas de España mediante una dictadura temporal. El golpe de Estado recibió el apoyo del ejército, de la Iglesia, la burguesía y del rey, que encargó a Primo de Rivera la formación de un gobierno, uniendo así su destino al de la dictadura. Las primeras medidas políticas fueron: supresión de las garantías constitucionales, disolución de las Cortes, prohibición de la actividad de los partidos políticos y censura de prensa. 2.- El Directorio Militar (1923-1925). El primer gobierno de Primo de Rivera (1923-1925) estuvo formado exclusivamente por militares, por eso se conoce con el nombre de Directorio Militar. Sus medidas más importantes fueron: Reorganización de los ayuntamientos y diputaciones provinciales. Los concejales serían elegidos por sorteo entre los principales contribuyentes de cada localidad y los alcaldes serían nombrados por el gobierno. Al frente del gobierno civil de cada provincia se pondría un militar. Política centralista. Prohibición de la bandera catalana y restricción del catalán al ámbito privado. Severas medidas de orden público. Se prohibieron las manifestaciones y las huelgas, lo que redujo rápidamente el número de conflictos sociales y de atentados. Creación de la Unión Patriótica, como partido único, sin ideología definida. Su única misión era apoyar la dictadura de Primo de Rivera. La dictadura tuvo un éxito en la guerra de Marruecos. Inicialmente Primo de Rivera era partidario de que España se retirase del Protectorado de Marruecos por dos razones: el enorme gasto que suponía y por el rechazo de la opinión publica a la presencia española en Marruecos. Pero un incidente le hizo cambiar de opinión en 1925. Abd-el-Krim, líder rifeño, atacó la zona francesa y eso provocó una acción conjunta franco-española. El desembarco de Alhucemas constituyó un éxito completo y Abd-el-Krim se rindió a los franceses. Una vez controlado el Protectorado, para rebajar la oposición, popular decidió sustituir tropas españolas por regulares indígenas. 3.- El Directorio Civil (1925-1930) Una vez consolidado el régimen, el gobierno exclusivamente militar fue sustituido por otro con civiles y militares, el llamado Directorio Civil. El objetivo era institucionalizar la dictadura. Con ese propósito se creó en 1927 la Asamblea Nacional Consultiva, sucedáneo de parlamento, compuesto por miembros de la Unión Patriótica, elegidos por sufragio indirecto, y por funcionarios de la administración nombrados por el Gobierno. La Asamblea Nacional Consultiva elaboró un proyecto de una pseudo constitución, que no llegó a entrar en vigor. La política económica fue proteccionista, con el aumento de los aranceles a las importaciones, y sobre todo intervencionista. Se realizó un ambicioso plan de obras públicas (electrificación de los ferrocarriles, regadíos del Ebro); se crearon monopolios estatales como CAMPSA o la Compañía Telefónica Nacional de España. La necesidad de grandes inversiones para acometer estos proyectos hizo que se incrementase enormemente la inflación y la deuda pública. En política social se creó el Consejo Nacional del Trabajo para resolver los conflictos laborales y se legisló sobre contratos, accidentes laborales y subsidios. Se formaron unos comités paritarios para mediar entre la patronal y los trabajadores. Primo de Rivera intentó atraer a su política a líderes sindicales como Largo Caballero (UGT), que durante unos meses perteneció al Consejo Nacional del trabajo. Por el contrario la CNT siguió prohibida y los comunistas fueron perseguidos. La dictadura fue aceptada por una parte importante de los españoles mientras que apareció como una solución temporal, pero cuando fue evidente su intención de perpetuarse la oposición al régimen se generalizó. Estaban en su contra los republicanos, que en 1926 habían fundado la Alianza Republicana, los liberales y conservadores que exigieron una vuelta la Constitución de 1876 y la convocatoria de elecciones, los nacionalistas catalanes, los sindicatos, UGT rompió sus relaciones con el gobierno, los intelectuales (Unamuno y Ortega y Gasset se manifestaron públicamente contra la dictadura) y hasta el ejército, por el gran malestar que producían algunos ascensos arbitrarios. 4.- El hundimiento de la monarquía. Ante la falta de apoyos el rey le pidió la dimisión a Primo de Rivera, que la hizo efectiva en enero de 1930, exiliándose a París. Alfonso XIII, que pretendía una vuelta al sistema constitucional de la Restauración, nombró presidente del Consejo de Ministros al general Dámaso Berenguer. Este gobierno fue incapaz de hacer frente a la crisis económica y no contó con el apoyo de los liberales y moderados. La oposición antimonárquica incrementó su actuación. En agosto de 1930 nacionalistas, republicanos y más tarde el PSOE firmaron el Pacto de San Sebastián. Se creó un Comité Revolucionario presidido por Niceto Alcalá Zamora para preparar la proclamación de la república. La CNT aunque no se adhirió al Pacto, apoyó la conspiración. Un grupo de prestigiosos intelectuales como Ortega y Gasset, Ramón Pérez de Ayala o Gregorio Marañón crearon la Asociación al servicio de la República. En diciembre de 1930 fracasó el intento de pronunciamiento a favor de la republica realizado por los capitanes Galán y García Hernández en Jaca y ambos, tras un consejo de guerra, fueron fusilados. En febrero de 1931 Juan Bautista Aznar sustituyó al general Berenguer y como Jefe de Gobierno convocó elecciones municipales. Éstas se celebraron el 12 de abril, con el triunfo de las candidaturas republicanas en la mayoría de las grandes ciudades. El 14 de abril se proclamó la II República y ese mismo día Alfonso XIII partió hacia el exilio.