14.2. La dictadura de Primo de Rivera.

Anuncio
14.2. La dictadura de Primo de Rivera.
•
•
•
•
•
•
•
Introducción.
Contexto internacional.
El Directorio militar (septiembre 1923 diciembre 1925).
El Directorio civil (diciembre 1925enero1930).
Política económica.
Política agraria.
Política social y educativa.
La oposición a la Dictadura.
La caída de Primo de Rivera.
La “dictablanda”.
MIGUEL PRIMO DE RIVERA Y ALFONSO XIII
El 13 de septiembre de 1923 el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, de acuerdo
con el rey Alfonso XIII, lanzaba un manifiesto al país anunciando el establecimiento de una
dictadura militar transitoria. En consecuencia, las Constitución quedaba en suspenso y se
cerraban las Cortes. Las razones aducidas para ello eran el estado de caos en que estaba
sumido el país y la incapacidad de “los profesionales de la política” para resolverlo. Además, con
el advenimiento de la Dictadura no se llegó a presentar en las Cortes el Expediente Picasso
sobre el Desastre de Annual, que supuestamente podría aludir a la responsabilidad personal del
rey.
Debemos tener en cuenta también el contexto europeo de esa época: la Revolución Rusa de
1917 había desatado un gran auge del movimiento obrero, la aparición de los partidos
comunistas y el temor de las clases acomodadas. A continuación, surgieron los partidos de corte
fascista que trataban de canalizar el descontento de las clases populares bajo la bandera del
orgullo nacional. Mussolini había formó gobierno en Italia en 1922 y el Partido Nacionalsocialista
de Hitler estaba en plena ebullición.
En la dictadura de Primo de Rivera podemos distinguir dos etapas: el Directorio militar (18231825) y el Directorio civil (1925-1930)
El golpe de estado de Primo de Rivera fue bien acogido por la mayoría de los sectores sociales y
políticos, incluidos los socialistas. Muchos veían en él el “cirujano de hierro” que reclamaba
Joaquín Costa para regenerar la vida nacional. Se formó un Directorio militar formado por ocho
generales y un contralmirante. Entre las medidas adoptadas en los dos años de gobierno de este
Directorio militar destacan: los gobernadores civiles fueron sustituidos por militares; se
restableció el orden público mediante la prohibición de huelgas, manifestaciones y protestas; se
persiguió la corrupción de la etapa anterior; se detuvo el proceso de búsqueda de
responsabilidades por el Desastre de Annual; se suprimió la Mancomunidad catalana, se
prohibió el himno y la bandera de Cataluña y la lengua catalana quedó restringida al ámbito
privado; también se creó un SOMATÉN, milicia de civiles adictos al régimen.
En 1825 se organizó, de acuerdo con Francia, el DESEMBARCO DE ALHUCEMAS, que,
además de una revancha por el Desastre de Annual, supuso la pacificación del Protectorado y el
fin de la Guerra de Marruecos. Se puso fin a la resistencia de las cábilas del Rif. Su líder Abd-elKrim se entregó a las autoridades del Marruecos francés, que encubiertamente había estado
fomentando la guerrilla insurreccional hasta que ésta se volvió también en su contra.
Desde junio de 1925 España y
Francia acuerdan desarrollar una
política conjunta en Marruecos.
En el desembarco de Alhucemas
participaron 46 buques de guerra y
200 aviones. El objetivo es que
desembarquen unos 20.000 hombres.
La victoria en Alhucemas,
magnificada por la prensa nacional es
el comienzo del fin de la revuelta
rifeña.
En la foto el dictador en la PLAYA
DEL QUEMADO, una vez que el
desembarco triunfara.
La popularidad conseguida con el Desembarco de Alhucemas animó a Primo de Rivera a
institucionalizar su régimen. En diciembre de 1825 formó un gobierno con mayoría de civiles, con
lo que comienza el llamado Directorio Civil. Las bases del nuevo régimen eran un partido
político único, una asamblea consultiva y una nueva constitución. El partido único era la UNIÓN
PATRIÓTICA, que se había creado en 1924 en torno al Dictador. La Asamblea Nacional
Consultiva fue creada en 1926 y disuelta por ineficaz en 1929. La constitución elaborada por
dicha Asamblea no llegó a aprobarse.
La política económica de este periodo se caracteriza por un fuerte intervencionismo estatal.
Estaba dirigida por un Consejo de Economía Nacional, que regulaba la producción y los precios.
Las obras públicas recibieron un gran impulso, destacando la construcción de numerosos
pantanos y la ampliación de la red ferroviaria. Se impuso el uso obligatorio de carbón español en
barcos y ferrocarriles y la obligatoriedad de que todas las empresas tuvieran parte de capital
español, lo que no llegó a cumplirse. Se creó la Compañía TELEFÓNICA y la CAMPSA,
arrendada a particulares.
Dentro de la política agraria cabe destacar la creación de las confederaciones hidrográficas para
regular los regadíos, un programa de repoblación forestal, la creación del Servicio Nacional de
Crédito Agrícola y una modesta Reforma Agraria.
La política social estuvo influida por el fascismo y por la doctrina social de la Iglesia. Para
negociar salarios y condiciones de trabajo se creó la Organización Corporativa Nacional, en la
que se dio entrada al sindicalismo moderado, pero no a los anarquistas. La política educativa dio
como resultado una ligera disminución del analfabetismo y un aumento del número de
universitarios.
En los primeros años la coyuntura internacional fue favorable para la Dictadura. Sin embargo, no
se llevaron a cabo reformas fiscales de envergadura y el cambio de ciclo económico puso en
evidencia la fragilidad del sistema. A pesar de sus aparentes buenos propósitos, la Dictadura no
logró mejorar sensiblemente las condiciones de vida de las clases populares.
La oposición fue creciendo y abarcaba un espectro político cada vez mayor. Los partidos
republicanos se agruparon en una Alianza Republicana que atrajo a algunos monárquicos
desencantados por el apoyo de la Corona a la Dictadura. Los anarquistas recuperaron sus
fuerzas, aunque divididos entre los moderados que dirigía Ángel Pestaña y los más radicales
agrupados en la FAI. La UGT y el PSOE abandonaron su apoyo al régimen. Por otro lado, los
intelectuales, que habían acogido con buenos ojos la Dictadura, pronto tuvieron que sufrirla.
Ortega y Gasset y Valle Inclán participaron en la creación de grupos republicanos, Miguel de
Unamuno fue desterrado a Fuerteventura. Varios periódicos fueron cerrados por sus críticas al
régimen, así como las universidades de Madrid y Barcelona. El descontento llegó a sectores del
ejército, produciéndose un intento de golpe de estado conocido como la Sanjuanada de 1926. La
burguesía tampoco estaba satisfecha ya que el régimen practicó un claro favoritismo hacia
determinadas familias. El catalanismo, por supuesto, se radicalizó durante esos años.
Las universidades españolas se
levantan en contra de la dictadura
de Primo de Rivera. Las
agitaciones comienzan en un
principio por cuestiones
académicas pero acaban siendo
de carácter político.
En 1929 varios factores influyeron en la crisis final de la Dictadura: el fracaso de la Asamblea
Nacional y del proyecto de Constitución, el aumento del malestar en el ejército y el crack de la
bolsa de Nueva York (24 de octubre de 1929). El 26 de enero de 1930 Primo de Rivera envió
mandó una circular a todos los capitanes generales en demanda de apoyo. Ante la tibieza de las
respuestas, el día siguiente presentó su dimisión al rey.
Alfonso XIII encargó formar gobierno al general BERENGUER con la misión de preparar el
retorno a la normalidad constitucional. Comienza así lo que se dio en llamar “Dictablanda”. Pero
la monarquía estaba tocada. En agosto, el PSOE y diversos partidos republicanos y
nacionalistas firmaron el Pacto de San Sebastián para proclamar la República. El 12 de
diciembre se produjo una sublevación militar en Jaca a favor de la República. El 14 febrero de
1931 dimitió el general Berenguer, siendo sustituido por el almirante Aznar. Como primer paso
para regresar al sistema constitucional, se convocaron elecciones municipales. Se celebraron el
12 de abril y en las principales ciudades triunfaron los partidos firmantes del Pacto de San
Sebastián. Alfonso XIII partió para el exilio y el 14 de abril se proclamó la República.
Descargar