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REPÚBLICA ARGENTINA
VERSIÓN TAQUIGRÁFICA
CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN
REUNIÓN CONJUNTA DE LAS COMISIONES DE PRESUPUESTO Y HACIENDA,
DE COPARTICIPACIÓN FEDERAL DE IMPUESTOS Y DE
EDUCACIÓN, CULTURA, CIENCIA Y TECNOLOGÍA
Salón Auditorio
20 de septiembre de 2005
Presidencia del señor senador Capitanich
20/09/2005
Reunión de la Comisión de Presupuesto y Hacienda
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— En la Ciudad de Buenos Aires, en el Salón Auditorio del H.
Senado de la Nación, a las 17 y 39 del martes 20 de septiembre de
2005:
Sr. Presidente (Capitanich). — Les informo que está llegando el ministro de Educación,
licenciado Daniel Filmus.
Simplemente para ordenarnos y para recibir al señor ministro con la exposición
correspondiente, quiero comentarles que, como ustedes saben, nosotros hemos convocado a
un plenario de las comisiones de Presupuesto y Hacienda, de Coparticipación Federal de
Impuestos y de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de esta Honorable Cámara de
Senadores, con el objeto de tratar la iniciativa vinculada al Poder Ejecutivo en materia de
financiamiento de la educación. Esto tiene que ver con el proyecto PE 442/05, que
establece una meta de aumento de la inversión en educación del 4 al 6 por ciento del
Producto Bruto Interno en el período comprendido entre los años 2005 y 2010.
También hemos invitado a los presidentes de las comisiones de Presupuesto y
Hacienda y de Educación de la Cámara de Diputados. Precisamente, se encuentra presente
la señora diputada Silvia Esteban en su carácter de presidenta de la Comisión de Educación
de dicha cámara y con la idea de trabajar en este sentido.
Por otra parte, también se encuentran presentes otros señores diputados, como Marta
Maffei, Rafael González, Norma Pilati, Ruperto Godoy, Juliana Marino, Silvana Giúdici y
Garín de Tula, a quienes les agradecemos muchísimo la deferencia que han tenido de venir
a participar. Por supuesto, también queremos agradecer a todos los integrantes de las
distintas comisiones de esta Cámara.
Hemos acordado una metodología de exposición por parte del ministro con el objeto
luego de hacer un cronograma para su correspondiente aprobación.
— Ingresa en el salón el señor ministro de Educación, Ciencia y
Tecnología, licenciado Daniel Filmus y funcionarios de ese
Ministerio.
Sr. Presidente. — Está ingresando el señor ministro con su equipo. Lamentamos no
disponer de todo el esta espacio que se necesita, pero esto es lo que hay.
Tiene la palabra el señor ministro Filmus.
Sr. Filmus.— Buenas tardes a todos. Pido disculpas por llegar tarde.
Ojalá que esta reunión signifique un paso adelante en una de las leyes más
importantes desde el punto de vista de colocar a la educación como eje central de una
estrategia de desarrollo del país.
Voy a exponer sobre el detalle de algunos artículos de la ley como para que después
haya un espacio para preguntas. Si hubiera alguna información adicional puntual que les
parece que es necesario agregar, la enviaríamos si no disponen de ella aquí.
Para la intervención me voy a apoyar con la proyección en la pantalla de algunos
datos a través de Power Point y también con el texto de la ley. Además tenemos otros
archivos con datos más de detalle, como por ejemplo la evolución del presupuesto, del
producto bruto, situación de cada uno de los objetivos que nos estamos planteando hacia el
2010. Si hace falta los iremos abriendo en la medida que surjan los temas
Como introducción quiero decir que cuando se planteó esta presentación se efectuó,
acompañado de los veinticuatro gobernadores y de un conjunto importante de
personalidades y organizaciones de la sociedad, nosotros planteamos que si bien es una ley
de educación, en cierto sentido, y por lo que han hecho otros países en la misma dirección,
lo que estamos discutiendo es una estrategia de desarrollo.
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Según nuestro planteo, si bien le tocaba presentar este proyecto al ministro de
Educación, también lo podría presentar el ministro de Economía, porque se trata de una
estrategia de desarrollo productivo para el país, basada fundamentalmente en cambiar un
modelo más vinculado al desarrollo primario, en dirección a buscar en la capacidad y la
calidad de trabajo de nuestra gente y la capacidad de agregar valor, el elemento principal de
crecimiento.
Pero también decíamos que también podría haber hecho la presentación el ministro
de Trabajo, ya que sin educación y sin capacitación sería muy difícil que nuestra gente
consiga trabajo. El ministro de Justicia también podría presentar el proyecto, por la relación
que existe entre marginalidad y delincuencia y poca educación; también el ministro de
Salud, por la correlación positiva que existe entre mayor educación y prevención de los
principales problemas de salud. Sin embargo, el ministro del Interior o el jefe de Gabinete
también lo podrían presentar porque a mayor educación, menor posibilidad de clientelismo
y otras formas de la vieja política que queremos eliminar del país, ya que a mayor
educación, mayor espíritu crítico y mayor capacidad de creatividad. Inclusive se podía
plantear el proyecto desde el punto de vista científico tecnológico.
Entonces la ley, si bien tiene algunos aspectos puntuales que hacen a la inversión
educativa, es una estrategia de crecimiento del país. Incluso desde el punto de vista de
control del Estado y corrupción, hay una correlación absoluta entre los diez países que
tienen mejor calidad educativa en el mundo, que más invierten en la educación, y los países
que tienen menos corrupción.
La educación impacta en el conjunto de los aspectos de la vida social, y también en
los aspectos subjetivos y los referidos a la movilidad social ascendente, de manera que la
Argentina vuelva a ser lo que fue en algún momento fue después de la ley 1420: un país
basado en su estrategia de crecimiento y de integración social y política a partir de la
educación.
Hace menos de dos semanas salió en los diarios el índice de desarrollo humano del
PNUD, así que estas cifras son de ahora. Ustedes saben que hay consenso en que este
índice es el elemento que resume el conjunto de variables que hacen a la calidad de vida de
su gente.
Nuestro país sigue apareciendo como el que tiene mejor desarrollo humano en
América latina —obviamente estoy tomando solamente los países de América— y el
elemento distintivo de Argentina que lo coloca entre los primeros países en América Latina
ha sido la educación. Pero no la inversión en educación, sino el promedio del nivel
educativo de su gente, igualdad de género y baja tasa de analfabetismo. Estos son los tres
elementos que nos colocaron por arriba de los demás.
El área de salud también nos colocó en una situación de privilegio respecto a los
otros países de América Latina. Sin embargo, en otro temas tenemos una situación bastante
deficitaria. Argentina apareció en el número 34. Colombia está en el número 69.
En este gráfico que pueden ver pusimos los países americanos que tienen inversión
en educación. Prácticamente ningún país de América latina supera holgadamente el 5 por
ciento de inversión educativa. El caso distintivo en la historia siempre fue Costa Rica, que
fue el país que más invirtió. Nuestro país se mantenía en el promedio histórico de inversión
que estaba alrededor de esa cifra en los años 2000 a 2002.
Posteriormente Argentina aumenta muchísimo la participación de la educación en el
producto bruto interno, aunque caen los valores absolutos, ya que cae el PBI. Como el
salario ya no es flexible adquiere una importancia mayor en el producto bruto interno.
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Puntualmente llega hasta casi el 5 por ciento del producto bruto interno en la inversión en la
educación en el año 2002; en el 2000 correspondía al 4 por ciento.
Entonces, Argentina comienza a recuperar desde el 3,6 hasta el 4 por ciento y un
poco más que tiene ahora, principalmente a partir del 2003.
Ahora cuando uno mira el promedio de América estamos alrededor del 4 por ciento.
Quiero tomar a los principales países del mundo como ejemplo. Noruega es el país
con mayor desarrollo humano.
En el gráfico los países están colocados por nivel de desarrollo humano. Cuando
uno mira a los países que tienen mayor desarrollo humano del mundo, se puede concluir
que invierten generalmente entre el 5 y el 6 por ciento. La inversión es heterogénea, dado
que algunos invierten hasta el 7 por ciento, como el caso de los países nórdicos de Suecia y
Noruega.
Si seguimos analizando, hay estructuras bastante diferentes. Había puesto hasta el
40, pero son países que cuentan con una alta correlación en mayor desarrollo y mayor
inversión en educación.
La inversión en educación que figura en los cuadros es la pública. Lo quiero aclarar
porque hay países que tienen una estructura de inversión en educación que está basada
fundamentalmente en lo privado. Si uno analiza a Japón, verá que el porcentaje es del 3,7,
pero si uno quisiera medir la inversión educativa -no la pública-, será fácil darse cuenta de
que en realidad tiene una inversión mucho mayor, dado que se complementa con la
educación privada muy fuerte.
Pero ya a partir del país número 20, vemos que España invierte el 4,5. Actualmente
invierte el 4,3 ó 4,4. Pero uno ve que a medida que se aleja de los primeros países, el
promedio tiende más al 4 ó 5 por ciento que al 6 y Argentina se propone llegar con esta ley
llegar al 6 por ciento del PBI.
Ya nos habíamos propuesto llegar al 6 por ciento del PBI con la Ley Federal de
Educación. No se cumplió. Hubo momentos en los que la Argentina invirtió un poco más
del 4 por ciento, llegando al 4,6 por ciento. Después de la crisis de 1998, principalmente,
fue cayendo paulatinamente la inversión.
La realidad es que nos proponemos llegar, en el año 2010, al 6 por ciento del PBI en
educación, ciencia y tecnología. Lo que plantea esta ley, a diferencia de la Ley Federal de
Educación, es cuáles son los mecanismos concretos para llegar a ese porcentaje. Quizá a
diferencia de otras leyes, plantea para qué el 6 por ciento.
Lo que nos proponemos concretamente en el artículo 1º es el aumento del
presupuesto educativo para llegar al 6 por ciento. El artículo 2º -que creo que es uno de los
más importantes de la ley- plantea cuáles son los objetivos que nos proponemos, cómo va a
ser la Argentina del año 2010 si logramos este aumento de la inversión.
En algunos aspectos, respecto de la región, estamos avanzados. En otros aspectos,
tenemos muchas dificultades. Si uno mira, tenemos problemas muy serios en la educación.
Si no hay un aumento en la inversión y un esfuerzo del conjunto del país, no lo vamos a
poder resolver.
Por ejemplo, Argentina todavía no tiene escolarizado el 100 por ciento de los niños
de cinco años, lo cual es obligatorio de acuerdo con la ley en vigencia. Las estadísticas son
sobre muestras muy pequeñas como para poder hablar de cada franja etárea, pero se puede
decir que la Argentina tiene, por lo menos, un 8 por ciento de niños de cinco años fuera del
sistema educativo. Esto se da, principalmente, en los sectores populares y rurales. Lo cual
implica que ampliar la matrícula hasta la universalización, hasta el 100 por ciento, nos
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genera un trabajo muy puntual. Cuando distribuimos geográficamente a los niños no
escolarizados, hay lugares donde para llegar al 100 por ciento de matrícula, implica
incorporar chicos que están diseminados en una región muy vasta en el interior del país,
fundamentalmente en zonas rurales, lo cual requiere estrategias muy particulares que no
son las mismas del sector urbano marginal, donde también tenemos deficiencias pero es
más fácil llegar.
Otra cuestión que se plantea en el punto a) de la ley es incorporar crecientemente
niños de tres y cuatro años. Acá no ponemos una estadística concreta, porque la Argentina
no cuenta con datos precisos de cuántos niños de tres y cuatro años tiene incorporados al
sistema educativo. La escolarización de niños de tres y cuatro años es muy heterogénea.
Sólo una pequeña parte de la matrícula es pública. Hay muchas otras estrategias de
escolarización de niños de esta edad. Por lo cual, no tenemos elementos confiables sobre el
porcentaje que está actualmente escolarizado.
A parte de eso, hay situaciones de heterogeneidad y desigualdad muy grande entre
las provincias. La idea es avanzar fuertemente en niños de tres y cuatro años para poder
llegar al 50 por ciento de estos niños, fundamentalmente, a los pertenecientes a sectores
populares que son los que están más excluidos en esta franja. Esto significaría casi duplicar
la matrícula.
En principio, la mayor correlación de no repitencia de los niños en la escuela básica
tiene que ver con la asistencia o no al preescolar y al jardín de infantes. Uno de los grandes
objetivos es este.
El punto b) tiene que ver con cuestiones que ya están en la ley y no se están
cumpliendo. No cumplimos, todavía, los diez años de escolaridad obligatoria. Tenemos,
fundamentalmente, a partir de séptimo grado, fuga de chicos. En octavo y noveno hay una
mayor deserción de alumnos. En los lugares donde todavía hay escuela secundaria, esto se
da en primer y segundo años del secundario. El porcentaje de pasaje entre séptimo y octavo
o séptimo y primer año del secundario es casi del 100 por cien en la Argentina. El
porcentaje de pasaje es altísimo, pero el nivel de deserción en la escolaridad media o tercer
ciclo de E.G.B es altísimo.
Otro aspecto que hace al tema de la calidad y de los sectores populares es llegar a
que el 30 por ciento de los niños de la escolaridad básica, fundamentalmente primero y
segundo ciclo de E.G.B., tengan jornada extendida de seis horas o completa de siete u ocho
horas.
Uno de los aspectos es que si le damos a todos lo mismo, no vamos a poder resolver
la problemática de la calidad de la educación. Muchos niños, fundamentalmente los que
viven en condiciones más desfavorables, deben tener jornada completa.
La cifra actual de niños con jornada completa en el país es un poco más del 5 por
ciento. Es muy importante pasar del 5 por ciento al 30 por ciento implica una inversión
significativa en infraestructura, docentes y material didáctico, para que no sólo sean más
horas, sino también mayor calidad por estar más tiempo en el sistema educativo.
El desafío de llegar a un 30 por ciento de niños de sectores populares en jornada
extendida o jornada completa es, quizás, para nuestros cálculos, el más caro y más difícil de
resolver. Sabemos que muchas escuelas privadas tienen jornada completa. Tenemos que
llegar a los sectores populares. Esto es lo que nos plantea uno los mayores desafíos de la
ley.
Con respecto al punto tres, hay mucha heterogeneidad. Hay dos aspectos
fundamentales. Si uno toma la matrícula de chicos hasta diecisiete o dieciocho años, que
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sería la edad de la escuela media, Argentina está a un nivel europeo. Tenemos tasas de más
del 80 por ciento en la escolarización de niños hasta diecisiete años. Pero si se toma el
egreso, hay poco más del 60 por ciento de egresos. ¿Qué pasa entre el 60 y el 80 por
ciento? Hay niños que hacen varias veces el mismo año, repiten y no logran terminar en la
cantidad de años esperados.
Con esto quiero decir que universalizar el nivel medio implica dos cosas. Por un
lado, es un problema de espacio físico para lo cual hay que construir muchas más escuelas
medias o polimodales. Pero, por otro lado, implica bajar muchísimo la tasa de repitencia.
Tendríamos un 20 por ciento más de banco vacíos, si bajáramos el nivel de repitencia de los
niños mejorando la calidad y el trabajo con los alumnos.
Dicho sea de paso, la repitencia es el mejor predictor que hay de la deserción. Si
uno baja el nivel de repitencia mejorando la calidad, lo que genera, también, es que más
niños se mantengan en la escuela. La historia en la Argentina plantea que la repitencia es la
que determina, en cierto sentido, la deserción.
El punto d) es del siglo XIX. Si estamos diciendo que no hemos cumplido algunas
cosas que están vinculadas a la ley de la década pasada, acá estamos hablando de algo que
Argentina no tiene cubierto desde el siglo pasado. A pesar que ahora hay una campaña de
alfabetización muy fuerte, todavía, hay más de 600.000 personas mayores de quince años
que no saben leer ni escribir en el país. Este es uno de los objetivos más importantes que
nos estamos planteando. No sólo estamos hablando de la alfabetización, sino también de los
otros efectos que tiene la educación de adultos.
Un punto central es lo referente a la calidad. Aquí el Consejo Federal tendrá que
trabajar con muchísima fuerza para determinar parámetros. El primero que hemos
planteado, a partir de las últimas aprobaciones entre las veinticuatro provincias, de lo que
llamamos núcleo de aprendizaje prioritario, es que no sólo se trata de dar certificados. Sería
muy fácil cumplir estos objetivos simplemente dando certificados, permitiendo que los
niños vayan a la escuela y terminen los años. Se trata de mejorar la calidad. Esto va a exigir
volver a las evaluaciones censales de calidad año por año, para ir siguiendo el cumplimento
de estos objetivos. Lo que nos planteamos es que los niños no sólo terminen la escuela, sino
que aprendan lo que nos estamos proponiendo que la escuela tiene que enseñar. Esto tiene
que ver, centralmente, con la calidad.
Una parte de esto tiene que ver con la cantidad también. Por ejemplo, con el 30 por
ciento de escuela de jornada completa y con otros objetivos que nos estamos planteando,
como el del inciso f), que tiene que ver con que hoy en día también incorporamos al tema
de la calidad la necesidad de universalizar el acceso a una segunda lengua y a nuevas
tecnologías de la información y comunicación, que nos parecen elementos básicos para la
alfabetización moderna.
Un tema que plantea la iniciativa en su inciso g), está muy vinculado con una ley
que hace muy poco tiempo se aprobó, me refiero a la de educación técnica, y que para
nosotros tiene una fuerza particular: la educación técnica y la formación profesional. Una
de ellas está vinculada a la escuela media de seis años, que acaba de ser votada en la nueva
ley, y la otra con cursos para la gente que necesita acceder al mercado de trabajo para
oficios muy concretos.
Sin lugar a dudas, el inciso h) es un condicionante de todos los otros. No vamos a
lograr ninguno de estos aspectos cualitativos y cuantitativos que nos estamos planteando, si
no mejoran las condiciones laborales y salariales de los docentes de todos los niveles del
sistema educativo. Tampoco si no modificamos, cambiamos y mejoramos la carrera
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docente, que tenga una impronta puesta, fundamentalmente, no sólo en algunos elementos
que existen hoy y que hay que defender, como el tema de la antigüedad, sino algunos otros
que están más vinculados con la profesionalización, la capacitación y las posibilidades de
perfeccionamiento continuo de los docentes. Por lo tanto, este punto h) es condicionante de
todos los otros aspectos.
En cuanto a los dos últimos incisos, el i) y el j) -cada uno daría lugar a un debate
muy fuerte- tienen que ver con dos áreas que funcionan con autonomía, como es la de la
universidad, en donde los objetivos específicos no hay que pactarlos con las provincias,
sino con el Consejo de Rectores; y la otra área es el CONICET y las distintas instituciones
que trabajan en el desarrollo científico y tecnológico. Entonces, estos objetivos, tanto el de
la universidad como el de ciencia y tecnología, también tienen para nosotros una
importancia central.
La ley se propone cumplir con estos diez objetivos, pero para lograrlos y para que el
país en el 2010 pueda evaluarlos, es necesario plantear objetivos año por año, seguir las
metas anualmente. Y esto tiene que ver con que contemos con los recursos.
En el país más de una vez nos hemos propuesto leyes que hemos querido aplicar,
pero lo que no existían eran los recursos para hacerlo. Aunque tampoco tendría sentido
pedir más recursos si no tenemos en claro sobre qué objetivos los vamos a aplicar.
El proyecto fue aprobado por el Consejo Federal de Educación. Los veinticuatro
ministros de Educación del país se pusieron de acuerdo en que estos diez objetivos son los
posibles de cumplir para el 2010. Obviamente, hay muchos otros que nos gustaría cumplir.
Por ejemplo, el país necesitaría plantearse una cantidad mayor de profesionales
universitarios en distintas áreas, necesitaría pensar en ciertas áreas del desarrollo científicotecnológico que están en el plan plurianual y cómo es el seguimiento. No sólo
necesitaríamos universalizar, sino plantearnos modificaciones en varios aspectos de
distintos niveles.
El tema básico que hoy estamos planteando es que sobre estos diez puntos hay
consenso entre las veintitrés provincias y la Ciudad de Buenos Aires, o sea, de las
veinticuatro jurisdicciones, para poder llevarlos adelante. Y que el objetivo para hacerlo es
llegar al 6 por ciento del PBI:
El balance y evaluación en el 2010 de haber llegado al 6 por ciento y en qué punto
de estos objetivos estamos, nos va a permitir proyectar para más adelante, ya que cinco
años en educación es muy poco tiempo porque un chico que empieza hoy la escolaridad
básica en la sala de cinco, terminará en el 2015 cumpliendo con la escolaridad obligatoria.
Es decir, ni siquiera vamos a ver el egreso de la básica de los primeros chicos. Entonces,
esto que estamos planteando de cinco años, no es un largo plazo en educación.
Cuando uno mira a los otros países, se da cuenta de que de los diez que tienen hoy
mejor calidad educativa en el mundo, siete estaban peor que la Argentina en la década del
60, como es el caso de Corea, Malasia, Irlanda, Finlandia, Australia y Nueva Zelanda, para
nombrar algunos. Ellos, a partir de una mayor inversión, lograron dar vuelta esta situación
tanto en educación como en ciencia y tecnología.
Voy a plantear algunos puntos de la norma, sin ir artículo por artículo. En las
preguntas podemos verlos.
El artículo 3Ε plantea que el presupuesto consolidado del gobierno nacional, de las
provincias y de la Ciudad de Buenos Aires va a llegar al 6 por ciento del PBI, siendo este
aumento progresivo.
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En el presupuesto elevado al Congreso de la Nación se calcula de cuánto va a ser el
PBI de 2006. A partir de esta previsión, en el 2006 nos proponemos llegar al 4,7 por ciento
para Educación, Ciencia y Tecnología. También se calcula cuánto es la suba que
necesitamos para llegar al 4,7 por ciento; ahora estamos en el 4,3 por ciento,
aproximadamente. El 40 por ciento del incremento del PBI para pasar del 4,3 por ciento al
4,7 por ciento lo va a poner la Nación y el 60 por ciento restante las provincias. Entonces,
el artículo 4Ε señala la fórmula año por año. Por ejemplo, en el 2007 deberíamos llegar al 5
por ciento.
Si nosotros llegamos al 5 por ciento dentro de dos años, que es una fecha muy
cercana, ya seríamos el país de América latina, salvo Cuba y algún otro, que estaría
invirtiendo más porcentaje del PBI en educación.
Entonces, estamos proponiendo una progresividad que también va a tener que ver
con cierta previsibilidad en el crecimiento del PBI. Como dije, está planteando que el 40
por ciento lo aporte la Nación. El artículo 5Ε determina que el 60 por ciento restante lo
aporten las provincias.
El artículo 6Ε hace referencia a cómo se va a calcular la base. Dice que para definir
el presupuesto, se utilizará el producto bruto interno contemplado en la presentación del
proyecto de ley de presupuesto de la Administración Nacional, aunque a lo largo del año
puede haber alguna corrección si el PBI aumenta más allá de lo que está previsto.
El artículo 7Ε es uno de los artículos centrales del proyecto, porque a diferencia de
lo que señalaba la Ley Federal de Educación que no planteaba los mecanismos, este
artículo indica que una parte es del presupuesto nacional y señala que el incremento del
porcentaje correspondiente a las provincias va a provenir del aumento de la coparticipación
y de destinar a fines específicos, como lo plantea el inciso 3) del artículo 75 de la
Constitución Nacional, para que los recursos vayan específicamente dedicados a la
coparticipación.
El inciso 3) del artículo 75 de la Constitución Nacional dice: Establecer y modificar
asignaciones específicas de recursos por tiempo determinado por ley especial, aprobada por
mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada Cámara. Es decir que hay un
mecanismo constitucional para definir el uso específico de fondos coparticipables,
específicamente para educación. Y acá lo aclaro, aunque más adelante voy a volver sobre el
tema, porque hubo muchos malos entendidos con un anexo que tiene la ley.
La ley no redistribuye, en lo que se refiere a la coparticipación, ningún fondo de
ninguna provincia hacia otra. La tasa de distribución no es de distribución entre provincias.
Tal vez nos equivocamos nosotros al poner la palabra “distribución” porque dio lugar a
malos entendidos.
Repito que lo que hace la ley es fijar puntualmente qué parte de la coparticipación
de cada provincia va a estar dirigida a educación. No es que plata de una provincia va a
otra.
Veamos el artículo 8° en la pantalla. Trataré de explicar exactamente cómo es la
cuestión.
Los términos que usamos internamente para explicar bien esto es qué porcentaje de
la coparticipación de cada provincia va a estar marcada específicamente para educación.
Esto no toca para nada lo de una provincia respecto de otra.
¿Por qué no es igual a la coparticipación? El artículo 8° lo explica en detalle: porque
si la parte de la provincia de Buenos Aires, que tiene el 22 por ciento, fuera igual a la
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coparticipación, estaríamos perjudicando a los chicos de esa provincia, en el sentido de que
la provincia de Buenos Aires tiene el 33 por ciento de los alumnos. Si el aumento fuera sólo
por coparticipación, estaríamos perjudicando a esos chicos porque tendrían,
proporcionalmente, mucho menos para educación que los chicos del Chaco, Jujuy u otras
provincias.
Si la previsión de crecimiento del PBI se mantiene —luego, si lo desean, puedo
distribuirles bien los datos—, para el 2006 las provincias debieran crecer en su conjunto
desde el 4,3 y pico por ciento hasta el 4,7. Ell 40 por ciento de este crecimiento lo va a
aportar la Nación y el 60 por ciento las provincias, o sea, 1.122 millones de pesos. El
porcentaje que ustedes tienen ahí de cada provincia es el porcentaje sobre esos 1.122
millones; es el porcentaje sobre el total que cada provincia tiene que marcar
específicamente para educación del aumento de los fondos coparticipables. ¿Se entiende?
Sr. Morales. — Sí, pero lo afecta...
Sr. Filmus. — ¿Afecta qué?
Sr. Morales. — Afecta el coeficiente de coparticipación.
Sra. Maffei. — Lo afecta.
Sr. Filmus. — Afecta distinto a cada provincia respecto de su coparticipación. Por
ejemplo, una provincia que tiene una coparticipación menor puede tener un porcentaje
proporcional a la cantidad de alumnos. ¿Qué indicador estamos usando? Los indicadores
objetivos: cantidad de alumnos, cantidad de ruralidad y cantidad de chicos fuera de la
escuela. Siempre pensando que la inversión que tiene que hacer cada provincia es
proporcional al objetivo que se está proponiendo. No podríamos tocar con una ley el
porcentaje de coparticipación. Si a la provincia de Buenos Aires le correspondían 100
pesos, ahora también le corresponden cien pesos. Y de acuerdo con este dato, la provincia
de Buenos Aires, para crecer en la misma proporción para llegar a 4,7 tiene que colocar 361
millones de pesos.
Sra. Bar. — Si la provincia de Entre Ríos recibe el 5 por ciento de coparticipación, de ese
5 por ciento la provincia tiene que asignar el 33,3 por ciento para educación...
Sr. Filmus. — Sí, pero no del 5 al 33 por ciento. No es más del 50 por ciento.
Para que ustedes tengan una idea en cifras actuales, este porcentaje de todas las
provincias sumado implica en promedio que el año que viene entre el 4 y el 5 por ciento de
la coparticipación hay que dirigirlo a una cuenta especial de educación para garantizar el
incremento del 4,3 al 4,7 por ciento. El crecimiento en la inversión educativa es mayor
porque hay que mantener la actual proporción. Si estoy invirtiendo en educación el 4,3 y el
PBI me aumentó, tengo dos tareas: tengo que aumentar para mantener el 4,3 debido a que
aumentó el PBI —que era lo que se esperaba—, pero aparte de mantener el 4,3, ahora
pasamos al 4,7. Entonces entre el 4,3 y el 4,7, la sumatoria de todas las provincias tiene que
dar un monto total de inversión de 1.122 millones. Este monto se distribuye internamente
no de acuerdo a un índice de coparticipación, que no tiene que ver ni con los alumnos, ni
con las escuelas, ni con el NBI, ni con ningún elemento, sino de acuerdo con otro valor,
para que haya justicia en cuanto a la cantidad de recursos que va a recibir cada chico en
cada provincia.
Este proyecto de ley tiene dos elementos: plantea un porcentaje de inversión que
cada provincia de sus propios recursos de acuerdo con el crecimiento previsto para el año
próximo, a 1.122 millones; y en cuanto a la inversión nacional, una redistribución hacia las
provincias, que aun haciendo un esfuerzo muy grande en su presupuesto en educación, no
logra un nivel equiparable en la inversión por alumno.
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Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador López Arias.
Sr. López Arias. — Entiendo que la intención de la ley no es afectar la coparticipación
secundaria en las provincias. Eso lo entiendo, aunque no está suficientemente claro, ya que
se creó mucha confusión sobre este tema.
Es entendible que el espíritu de esta ley sea que cada provincia defina cuál es la
cuota de sus recursos propios que va a invertir en educación. Creo que esto es lo que surge
especialmente del artículo 8°. Es decir, no afectar la coparticipación secundaria sino decirle
a cada provincia qué es lo que tiene que afectar de sus recursos propios, con carácter de
asignación específica, para destinarlo a educación. Después de discutirlo bastante con mis
asesores llegamos a esta conclusión. No obstante, creo que tiene que ser mejorada la
redacción para que no se produzcan confusiones.
Donde sí se me genera un problema, señor ministro, es en el otro 40 por ciento
restante de la Nación. Porque corremos el riesgo de que pase lo que pasa con casi todas las
leyes que venimos dictando —no solamente en el área de educación—: generalmente se
termina castigando a las provincias que han hechos los mayores esfuerzos anteriormente.
Como en esto se le exige a todas las provincias por igual, corremos el riesgo de que el día
de mañana, con la distribución de los recursos nacionales de la parte nacional, si no se fijan
algunos criterios con más precisión, terminen canalizándose hacia aquellas provincias que
han hecho el menor esfuerzo para mantener la educación funcionando en sus distritos. Y
este es un tema en el que sí voy a pedir en su momento que tratemos de darle mayor
precisión, porque el desbalance puede venir por ahí, no por la coparticipación secundaria,
que reitero, hay que darle mayor precisión. Entiendo que no se quiere afectar la
coparticipación secundaria, pero hay que poner límite al otro riesgo, que es el que puede
provocar desbalances.
Sr. Filmus. — Si le parece bien, trataría de mantener la conversación en dos términos:
primero, explicar de qué estamos hablando porque hubo confusiones. Luego, podemos
discutir el fondo de la situación, que es lo que usted está planteando, y que tiene que ver en
particular con cómo es la distribución y cómo es la reasignación.
De lo que estamos hablando ahora es, simplemente, que cada provincia, de lo que le
toca del crecimiento de la coparticipación, una parte la marca para educación para
garantizar que no nos vuelva a pasar lo que nos pasó con la vieja Ley de Transferencia o
con la vieja Ley Federal de Educación, cuyos fondos finalmente nunca llegaron o nunca se
destinaron específicamente y, por lo tanto, nunca se llegó al 6 por ciento.
Para llegar al 6 por ciento se necesitan dos cosas: un aumento de la Nación y un
aumento de las provincias. Lo que aumentan las provincias es parte de sus propios recursos,
y va a ser mayor o menor en proporción de acuerdo a cuánto aumente la coparticipación. Si
la coparticipación aumenta mucho el porcentaje que estamos poniendo en educación va a
ser relativamente menor.
Es muy difícil poder predecir, pero si bien en cada provincia es distinto, tomando la
media nacional nuestro cálculo es que entre el 4 y 5 por ciento del incremento de la
coparticipación previsto para el próximo año que será destinado a una cuenta especial de
educación —o sea, de la parte que se incrementa, no de la que ya existe— representaría
alrededor del 25 al 29 por ciento de acuerdo a las provincias.
Entonces, estamos afectando directamente a la educación parte de lo que crece la
coparticipación; no se está transfiriendo de una provincia a otra.
Y el mecanismo por el cual se distribuye ese porcentaje tiene que ver con tres
indicadores que ustedes pueden ver en la pantalla, uno de los cuales es el número de
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alumnos. Pero con respecto a esto debemos decir que escolarizar a un alumno en la Ciudad
de Buenos Aires es mucho más barato que escolarizar a un alumno en Jujuy, por el nivel de
ruralidad y, además, aquí hay que escolarizar a muchos menos chicos, ya que en la Ciudad
de Buenos Aires están casi todos escolarizados. Esto quiere decir que el esfuerzo es mayor
en aquellas otras jurisdicciones.
Por otro lado, y esta situación vuelve a remitirnos a lo que el otro día discutíamos en
relación a la Ley de Educación Técnica, el Consejo Federal de Educación tiene
determinado un mecanismo de distribución propio que fue aprobado por los veinticuatro
ministros. En realidad quiero aclarar que lo aprobaron veintitrés, porque cuando se votó yo
era ministro y fui el único que no votó a favor porque se trataba de la Ciudad de Buenos
Aires y me sentía afectado por la distribución, pero igualmente lo voté, aunque manifesté
mi observación al respecto. Dicho mecanismo no sólo tiene en cuenta la cantidad de
alumnos sino también la cantidad de escuelas, las NBI, la población con NBI
desescolarizada, etcétera; es decir que toma varios indicadores, lo cual hace que la
distribución de los recursos nacionales sea progresiva en dirección a las provincias que
tienen menos recursos.
¿Se entiende? Mientras que esta distribución que vemos en pantalla es de los
recursos propios de cada provincia, la que vamos a ver más adelante, y que es la que
distribuye la Nación, tiene que ver con un criterio que ya votó el Consejo Federal hace
varios años por el cual se distribuye todo.
Por ejemplo, cuando definimos que hay que hacer setecientas escuelas todas ellas se
distribuyen por medio de ese mecanismo.
Estos serían los datos que en su momento utilizó el Consejo Federal —que, insisto,
son los ministros de todas las provincias— para poder definir la distribución. Un porcentaje
tiene que ver los alumnos, otro con la coparticipación, otro con NBI, etcétera.
Esta es la distribución de los recursos a través de los distintos mecanismos que
define el Consejo Federal. Aclaro que dicho Consejo puede votar otra distribución, pero acá
estamos hablando del mecanismo que los ministros de Educación de las provincias
decidieron que esté en funcionamiento ahora.
Si vamos al otro artículo de la ley...
Sr. Morales. — ¿Me permite una interrupción?
Sr. Filmus. — Sí.
Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Morales.
Sr. Morales. — Antes de pasar al otro artículo quiero decir que desde mi punto de vista se
produce una modificación de la distribución primaria y secundaria. Considero que se
modifica la primaria porque, según dice usted, se establece una asignación específica para
las provincias aplicando la fórmula del artículo 5° con el objeto de conformar el fondo del
60 por ciento que éstas tienen que aportar el primer año para llegar al 4,7 por ciento.
Usted citó una cifra de 1.122 millones; eso surge aplicando la primera línea de la
fórmula del artículo 5° para determinar el monto del 60 por ciento que tienen que aportar
las provincias. Y, si no entendí mal, usted dijo que esos 1.122 significan el 5 por ciento del
total de los recursos coparticipados de las provincias. ¿Sí?
Sr. Filmus. — Según la proyección, sería entre el 4 y el 5 por ciento.
Sr. Morales. — Bueno, no hablemos de incrementos sino del Presupuesto 2006 con los
incrementos o no que hubieran, porque todavía no sabemos cómo nos va a ir en el año
2006, aunque yo creo que nos irá bien y que va a haber incremento, pero aquí estamos
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hablando de los recursos de las provincias en orden a la actual Ley de Coparticipación
vigente.
Como decía, por aplicación de la primera línea de la fórmula del artículo 5°, son
1.122 millones de pesos, que representarían el 5 por ciento del total de los recursos. Ahí
hay una afectación específica que modifica la base primaria de distribución y establece un
parámetro de distribución secundario diferente.
Por ejemplo, puedo citar el caso de Jujuy, en donde de los recursos del año 2006
recibe el 2,9 por ciento de coparticipación. Con esta afectación específica un 5 por ciento
va a ir en 2,24, que es la alícuota que nos toca por la aplicación de estos nuevos parámetros,
y el 95 por ciento restante de los recursos siguen en 2,9. Es decir que hay una modificación
de la distribución secundaria...
— Varios señores participantes hablan a la vez.
Sr. Morales. — Hay modificación. Esto surge directamente del texto de la ley
Sr. Filmus. — No, totalmente no. El texto de la ley es muy claro en ese sentido: si a la
provincia de Jujuy le corresponden 100 pesos el año que viene, un 5 por ciento va a una
cuenta que se llamará Educación y que deberá ser destinada específicamente a educación.
Sr. Morales. — A educación, pero acá dice que en función de la aplicación de índices que
determinan, para el caso de Jujuy, el 2,24 por ciento de la aplicación de ese fondo...
Sr. Filmus. — No; perdón. De esos 1.122 hay una cantidad que en promedio es el 4,5 por
ciento, porque en cada provincia es distinto. Si 100 pesos tendrían que ir para Jujuy en el
año 2006, 100 pesos van a ir a Jujuy en el año 2006, pero 5 de ellos irán a una cuenta
específica para la educación. Así, toda la sociedad de Jujuy va a saber el destino de ese
dinero, que suponemos que aumentará año tras año para pasar del 4 y pico al 6 por ciento.
Esa cuenta va a ser transparente; va a haber control social. Va a ser una cuenta destinada a
la educación. Nos vamos a comprometer con nuestros chicos y vamos a cumplir.
Ahora, nadie le tocará esos 100 pesos a Jujuy, pero lo que sucede es que una parte
de esos 100 pesos que van para Jujuy serán específicamente destinados a la educación.
Lo que estamos definiendo, y es un poco la discusión con todas las organizaciones y
con todos los ministros, es cómo hacemos para garantizar que, como parte del aumento de
la inversión educativa que les corresponde a las provincias, haya —de acuerdo al artículo
de la Constitución que estamos hablando— una fijación de fondos específicos para
educación.
Ahora, eso que en el caso de la provincia de Jujuy son 5 pesos en el caso de la
provincia de Buenos Aires serán 30, porque en esta provincia no estoy mirando el 22 por
ciento de coparticipación sino ese 33 por ciento de chico, que tiene un índice de ruralidad
también alto y un índice de desescolarización muy grande en el Gran Buenos Aires.
Entonces, ese porcentaje del 100 pesos que le toca a Buenos Aires no lo doy de acuerdo a la
coparticipación, que en Buenos Aires sería del 22 por ciento, sino de acuerdo al número de
chicos.
En ese sentido, proporcionalmente, como la provincia de Buenos Aires tiene fondos
propios en mayor proporción que Jujuy, de los fondos coparticipables está haciendo un
esfuerzo mayor.
Sr. Morales. — Perdón, pero la verdad es que del texto de los artículos 7° y 8°, en cuanto a
la constitución del fondo y al criterio de asignación de ese fondo con afectación específica,
con criterios distintos a los que establece la coparticipación, representa una modificación —
en esa pequeña proporción— de los índices secundarios de distribución. Eso surge de la
ley.
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En un artículo de la ley se señala que la determinación del monto de la asignación
específica correspondiente a cada provincia y a la Ciudad Autónoma, a partir del monto
total que surge de la aplicación del artículo anterior, se efectuará conforme a un índice
diferente al de coparticipación. Ese índice, para Jujuy, es de 2,24...
Sr. Filmus. — Pero, perdón; no es 2,24 del monto de la coparticipación sino de los 1.122...
Sr. Morales. — Sí, de los 1.122.
Sr. ministro Filmus. — Pero es de su propia plata. No estoy interviniendo...
Sra. Maffei. — No es de su propia plata. Los 1.122 son de todos!.
Sr. Morales. — Esos 1.122 son de todos. Es 2,24 del total de la provincia... Perdón, del
2,24 es la proporción del 5 por ciento, ministro. No es que baja al 2,24; va a bajar a 2,8.
Sr. Filmus.— Estamos hablando de la parte efectivamente afectada a la educación, ya que
lo que no lo está sigue yendo a la provincia igual.
Sr. Morales.- Hay que hacer los números.
Sr. Presidente.— Quería simple y conceptualmente aclarar una cosa. Acá no hay
modificación ni en la distribución primaria ni en la secundaria. Solamente hay un
incremento marginal de los recursos coparticipables, y lo único que sí ocurre es que se
incrementa la flexibilidad del gasto público en virtud del incremento marginal de recursos
coparticipables para cada jurisdicción en función del coeficiente.
¿Qué significa esto? Significa que el mayor incremento de recursos coparticipables
a partir del año base tendrá un mayor compromiso de asignación al área de educación. Por
lo tanto, tendrá mayor inflexibilidad respecto a educación con relación a otros sectores.
Sr. Morales.— Es un tema central. No hay incremento de coparticipación, sino que las
provincias tienen que aportar el 60 por ciento.
La cuestión debe quedar clara. Acá estamos mezclando aumentos de recaudación
con aumentos de coparticipación. No hay aumentos de coparticipación. El año que viene
habrá aumento de recaudación y se está diciendo cómo se distribuye el aumento de
recaudación, no de coparticipacion. La coparticipación está igual. Lo que hay es una
reducción para algunas provincias. Mi provincia bajará de 2,9 a 2,85.
Varios participantes. — No.
Sr. Morales. — Sí. Que se hagan los números. Me parece que le están errando.
Sr. Filmus.— No tiene que ver con los nombres, sino con la razón.
Sr. Presidente.— Hay varios pedidos de uso de la palabra. Entonces agotemos esta lista de
oradores y después terminemos de cerrar la exposición para un debate posterior.
Tiene la palabra la señora senadora Gallego.
Sra. Gallego.— En mi interpretación no se está modificando la ley de coparticipación en
cuanto a las alícuotas que cada provincia recibe. Lo que se hace es limitar la facultad que
tiene la provincia de asignar el monto, la coparticipación, a que sea de libre disponibilidad
o que sea con destino específico.
Lo que dice es que el 60 por ciento de lo que crece la recaudación tiene que ir
asignado a la educación, a efectos de cumplir con los objetivos del artículo 2º. Lo que está
haciendo es limitar la libre disponibilidad de los fondos de la coparticipación, pero no se los
saca a las provincias.
Sr. Filmus.— Una respuesta que puede servir para todos. En cuanto a la ley —al menos
para nosotros y si hay dudas se puede enfatizar la redacción— en nuestra mirada y en la de
mucha gente de legales y técnicas de distintos lugares que siguió este proceso, no se toca ni
la coparticipación primaria ni la secundaria. Simplemente —y esto es así— una porción de
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lo que se incrementa de coparticipación de lo que le corresponde a cada provincia se dirige
específicamente a la educación.
Este es el compromiso nacional. La Nación asume que no va a determinar el
próximo año cuánto invierte en educación libremente, sino que ya tiene determinado cuánto
crecerá el presupuesto en educación, ciencia y tecnología, es decir, ya no es libre de decidir
sino que lo hará a partir de esta ley, y las jurisdicciones, priorizando el tema educativo, una
porción -en nuestro es el 4 ó 5 por ciento de la coparticipación general o del incremento
previsto para el próximo año, que es entre el 25 y el 29 por ciento- se dirigirá
específicamente a educación de la plata que le toca a las provincias.
Si no se entiende por alguna cuestión de esta manera —a pesar de que nos llevó
muchos meses poder hacer este proyecto, así como también las discusiones en el Consejo
Federal y en otros lugares— y lo tenemos que mejorar para que quede mejor, no hay
ningún problema.
La intención de los que proponen la ley tiene que ver con que no se toque ningún
recurso de una provincia para otra. Por el contrario, los recursos de la Nación vayan a
aquellas provincias que aun haciendo un esfuerzo grande por la educación principalmente
compensen las desigualdades. Si podemos ver los cuadros del 2003, lo que pasa en la
Argentina es que una provincia puede invertir el 12 por ciento de su presupuesto...
Sr. Franco.— Soy el ministro de Economía de La Pampa. La parte que se le da una
asignación al contrario de lo que dice el señor senador Capitanich le quita disponibilidad al
producto. O sea que el tema de si modifica o no es discutido, además de que existe un
problema de criterios. Pero esa parte no toda es de la provincia, sino también de los
municipios. Por lo tanto, las provincias tendremos que poner un porcentaje de esa parte
para los municipios. Así como la Nación cuando recauda no es que le transfiere a las
provincias sino que le envía lo que le corresponde, una porción es de los municipios.
Entonces en este caso esto que es gasto en la educación pura de provincias no se lo daremos
al municipio, y si uno se fija la magnitud, creo que es bastante importante.
En conclusión, quizás no se modifica la coparticipación a las provincias, pero sí la
municipal en cada provincia.
Sr. Filmus.— Sí. Son dos temas distintos. Pero no es que quizás no se modifica; no se
modifica
Sr. Franco.— Hay resoluciones de la Ley de Coparticipación. Esta ley tiene como entidad
la coparticipación federal de impuestos y hay dos resoluciones interpretativas que son leyes
que establecen que esto tiene que ser una ley convenio.
Sr. Presidente.— Tiene la palabra la señora senadora Mastandrea.
Sra. Mastandrea.— Como primera cuestión quiero decir que compartimos que en la
agenda del Ejecutivo se esté tratando un tema central como es la educación.
Soy senadora por la provincia del Chaco y coincidimos con el objetivo general de
que la educación es el eje transversal de todas las políticas.
Con respecto al contenido de la ley, cuando se habla de que el 40 por ciento lo
aporta la Nación y el 60 por ciento las provincias, el proyecto explícitamente dice: el 60 por
ciento de las provincias será destinado principalmente a remuneraciones de docentes. Ello
coincide con uno de los objetivos que creo que es el inciso h) a cumplir por esta ley.
Entonces, el 40 por ciento que pone la Nación tendría que estar destinado a cumplir
el resto de los objetivos, como la cuestión informática, la modernización, entre otras cosas.
Ya vimos que los objetivos son similares a los que se fijaron en el Pacto Federal que no se
dieron cumplimiento con la sola enunciación.
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En este sentido, espero que esta ley pueda modificar la redacción de manera que se
pueda cumplir.
Se está diciendo a las provincias concretamente que paguen más a los docentes
mientras nosotros nos ocupamos del resto. Me parece que no debiera ser de esa manera,
porque se están avasallando las autonomías provinciales. Habría que modificarlo.
En segundo lugar, considero que debemos analizar los datos con los números
concretos aplicando la fórmula en una reunión con el Ministerio de Economía
fundamentalmente. En el caso de la provincia del Chaco, que ya ha firmado el PFO y que
tiene el tema de la Ley de Responsabilidad Fiscal, para que pueda cumplir con este
porcentaje que se fija, con este índice de distribución, como es una provincia que tiene un
índice de coparticipación alto porque no cuenta con otros recursos, no tiene regalía, deberá
recortar el presupuesto de otra área. Quiere decir que la provincia le va a tener que
suministrar presupuesto a educación, pero se lo tengo que sacar a otro. ¿A quién se lo saco?
¿A los médicos, a las enfermeras? ¿No cumplo con el pago de la deuda? ¿No cumplo con el
déficit previsional que tengo?
Para la provincia del Chaco es totalmente indispensable que realicemos una reunión
junto con el Ministerio de Economía para analizar todas y cada una de las situaciones
particulares que atraviesa la provincia. Supongo que cada provincia tiene una situación
particular. La Constitución de la provincia del Chaco fija que el 15,5 por ciento del dinero
que se recibe por coparticipación va directamente a los municipios.
Podrán decir que esto va a ser detractado en origen. Si es detractado en origen, le
vamos a sacar dinero a todos. Si no es detractado en origen, si ese 15,5 por ciento va directo
a los municipios. nos va a costar mucho poder dar cumplimiento al resto de los
compromiso si aplicamos este porcentaje a educación.
Coincido plenamente que el área de educación tiene que tener un porcentaje alto y
que está muy bien que eso se haga. Pero, a lo mejor, a las provincias que hace poco le han
aumentado el sueldo a los docentes, les conviene invertir en capacitación de los docentes u
otra cosa y no que la ley fije desde la Nación qué tienen que hacer con ese dinero.
Entonces, solicito, por favor, que se haga una reunión con el ministro de Economía y que
ampliemos los datos con números concretos aplicando la fórmula de cada una de las
provincias. Como lo demostró la reunión hasta ahora, hay poco claridad en el tema.
Sr. Presidente. — Tiene la palabra el diputado González.
Sr. González. – Creo que es bastante difícil que nos pongamos como meta esclarecernos en
esta reunión sobre el tema. Cuando un documento escrito tiene tantas interpretaciones
diferentes, posiblemente es porque no hay claridad en el texto.
De la explicación del ministro surge con claridad que la interpretación de que acá
hay una distribución desde el índice porcentual es totalmente errónea. Lo que hay acá es
una transformación para las provincias de recursos de libre disponibilidad en recursos
afectados. El análisis lo tiene que hacer cada provincia. Esto tiene un impacto de afectación
totalmente diferente, según el nivel de coparticipación que tenga cada provincia y según los
compromisos que tenga en relación a los futuros aumentos de recaudación que se
provoquen en la masa. Porque los gastos de las provincias, sobre todo los de las que son
más dependientes de la coparticipación, son totalmente inelásticos. O sea, no tienen
posibilidad de ahorrar para el crecimiento, porque ya lo tienen gastado. Cuando aumenta la
coparticipación, es porque también aumentan los sueldos, los gastos de funcionamiento,
etcétera. En el fondo, se convierte, a lo largo del tiempo, en una cuestión de suma cero.
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De cualquier manera, quiero dejar expresado que es muy difícil que en una ley que
se fije como meta un incremento de los presupuestos educativos haya alguien que esté en
desacuerdo. Consecuentemente, lo que hay que buscar es que esto no desequilibre las
finanzas públicas provinciales, que se pueda cumplir con el objetivo. No me cabe duda de
que los señores senadores van a remitir la sanción a la cámara revisora totalmente clara
para que no nos produzca ningún conflicto de interpretación.
Sr. Presidente. — Tiene la palabra.
Participante. – Soy ministro de Economía de Entre Ríos.
Simplemente, quisiera requerir los cálculos. Contamos con algunas bases sobre
evolución del PBI y otros datos de recaudación. Pero nos faltaría el presupuesto educativo y
los datos que manejan para llegar a los 1.200 millones. Según nuestros datos, era otra la
cifra. Con estos datos, todas las provincias podríamos hacer las cuentas.
Básicamente, solicito los datos de los tres componentes del gasto educativo: el total,
el provincial y el nacional.
Sr. Presidente. – Sería muy bueno analizar la posibilidad de tener una reunión con los
ministros de Economía de cada una de las jurisdicciones provinciales para afinar detalles.
Sería una especie de reunión de la comisión con los ministros; sería una jornada trabajo
meticulosa para tener bases de datos homogéneas y el cálculo del impacto.
Tiene la palabra la senadora Isidori.
Sra. Isidori. – Justamente ha sido una iniciativa de la presidencia de la Comisión de
Educación solicitarles una opinión sobre este proyecto de financiamiento educativo a cada
uno de los ministros de Hacienda o de Economía de cada provincia. Es intención de los tres
presidentes de las comisiones intervinientes, en el análisis de este proyecto de ley, mantener
una reunión a la que invitaríamos a todos los ministros de Economía de las provincias.
Sr. Presidente. — Tiene la palabra el senador López Arias.
Sr. López Arias. – Comparto totalmente la idea de realizar una reunión con los ministros
de Economía.
Entiendo que ninguno de nosotros dejaría que esto afecte la coparticipación
secundaria de las provincias. Eso está claro. Además, para eso se necesitaría una ley
convenio. De manera que es imposible en este marco. Descarto que le intención de la ley es
afectar la coparticipación secundaria. Hay que dar precisiones en este sentido.
Hay un par de problemas. Creo que la señora senadora Mastandrea puso el dedo en
un par de llagas bastante importantes. Hemos realizado con mi asesor una proyección de lo
que va a ser la disponibilidad en mi provincia para el año 2010 de los aumentos de
coparticipación. A la provincia sólo le va a quedar en libre disponibilidad el 9 por ciento
aproximadamente. Como a su vez, ese aumento en la masa va destinado sobre todo
prioritariamente -así dice el texto- al gasto de personal, corremos el riesgo de llegar al año
2010 con un alto incremento en el gasto corriente y muy poca capacidad de inversión. De
allí la importancia que le damos a definir sobre el restante 40 por ciento que va a manejar la
Nación. Hay que fijar algunos criterios para que estos desequilibrios no se provoquen.
Valoro mucho que nuestros docentes tienen que ganar muy bien. No me cabe duda.
Pero creemos que hay que definir que la educación no es sólo el salario de los docentes,
sino también inversión en capacitación y en infraestructura.
Esta es la primera reunión. También nos vamos a reunir con los ministros de
Economía y de Educación de nuestras provincias. Creo que ahí vamos a poder seguir
avanzando para ir definiendo algunos criterios que eviten algunos de estos riesgos como.
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También está el tema de la coparticipación de los municipios, que es otro que nos va a
quedar pendiente a varias provincias.
Sr. Presidente. — Tiene la palabra la senadora Giusti.
Sra. Giusti. – Como no sentirse uno muy gratificado por estar tratando una Ley de
Financiamiento Educativo en el Senado de la Nación, cuando muchos de los que estamos
aquí presentes hemos presentado distintos proyectos sobre este tema. Entre esos proyectos
se encuentran los de las señoras senadoras Bar, Avelín, Colombo, Müller y uno mío.
Desde ya me complazco en este sentido. Pero, además de la cuestión numérica —
creo que es fundamental consultar con los gobiernos provinciales, y así lo haré en mi
caso— me satisface que el Ministerio de Educación de la Nación recupere un rol
protagónico desde lo pedagógico, lo cual queda evidentemente planteado en esta ley. Es
muy importante para las provincias.
Durante el trámite parlamentario de la ley vamos a proponer algunas modificaciones
tendientes, fundamentalmente, a los salarios de los docentes universitarios, al equipamiento
en ciencia y tecnología y al rol del Consejo Federal de Educación en conjunto con su
ministerio.
Adelanto que realmente no encontramos grandes objeciones al texto de la ley. Pero
sí nos interesa tratar el tema de la distribución de la coparticipación con las autoridades del
Ministerio de Economía de la provincia de Chubut, que es la provincia que represento.
Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Sanz.
Sr. Sanz.- Más que nada, quisiera hacer una reflexión muy puntual, que la dejo para el
debate, ya que tengo una gran confusión, respecto de la interpretación que se hace en el
proyecto del alcance artículo 75, inciso 3) de la Constitución. Creo que por ahí pasan
muchas de las confusiones que tenemos en cuanto a los recursos.
El artículo 75, inciso 3), habla de recursos coparticipables, esto es, antes de ser
coparticipados. Pero me parece que la ley trata de recursos ya coparticipados al hacer una
afectación específica de los recursos de las provincias.
Cuando estos recursos pasaron a ser de las provincias son recursos coparticipados, o
sea, son patrimonio de las provincias. De manera que esos recursos no pueden ser
dispuestos por una ley del Congreso, por lo menos como la que se plantea.
El artículo 75, inciso 3) habla de recursos coparticipables, es decir, de esa masa que
está arriba, antes de la distribución, y que todavía no ha sido distribuida entre Nación y
provincias.
Si esta fuera la interpretación —y lo digo a título de reflexión y no porque tenga la
verdad en este tema—, si el espíritu del Gobierno es fundar esto en el artículo 75, inciso 3),
que habla de recursos coparticipable, ¿por qué no afectamos recursos coparticipables de las
provincias y también de la Nación dándole seguridad jurídica, como bien marca ese
artículo, también al aporte de la Nación?
Sr. Presidente.- Tiene la palabra el señor senador Rossi.
Sr. Rossi.- En primer lugar, qué bueno que estemos hablando nuevamente de educación.
Se lo agradezco profundamente.
Hace ya una par de semanas estuvimos tratando en la Cámara una ley
importantísima, como fue la de educación técnica superior, y hoy estamos hablando del
financiamiento educativo.
Obviamente, además de la discusión que se dará en la comisión, me parece
importante la iniciativa de la presidenta de la Comisión de Educación, la senadora Amanda
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Isidori, de comprometer en esto a todos los ministros de Educación para conocer su
posición, su compromiso y el grado de aplicabilidad de la ley.
Me quedó una duda porque cuando usted se refirió al artículo 2Ε de este proyecto de
ley lo planteó como un tema medular. Textualmente creo que dijo que lo más esencial de la
ley estaba en ese artículo.
Relacionado con la problemática universitaria, no advierto en el contenido de esta
iniciativa un compromiso, una respuesta, una atención, al problema universitario que
sabemos que ha puesto en vilo a todo el país. Incluso, ahora se están viviendo algunas
consecuencias debido, precisamente, a la falta de presupuesto y de financiamiento.
Me parece que tratándose de una ley de financiamiento educativo, y como su
artículo 2°, inciso 1Ε, expresamente habla del compromiso de mejorar la democratización y
los aprendizajes dentro de las universidades, por lo menos deberíamos tener un concepto
suyo acerca de por qué no está previsto el presupuesto universitario o el financiamiento a
las universidades en este texto normativo.
Sr. Presidente.- Tiene la palabra senadora Avelín.
Sra. Avelín.- Señor presidente: voy a formularle al señor ministro todas las preguntas que
tengo, aunque algunas no tengan relación específica con lo que estamos hablando, porque
creo que es importante esta convocatoria. Si estamos acá es por nuestra preocupación por la
educación y por la necesidad de que cada vez se haga una mayor inversión en esta área. Y
este es el espíritu que nos anima a todos, ya que la totalidad de los senadores de todas las
bancadas sin distinción han planteado proyectos al que hoy se suma el que envía el Poder
Ejecutivo.
En primer lugar, quisiera saber si sobre este proyecto del Poder Ejecutivo existe
algún dictamen, dado que ha mencionado que se ha buscado el consenso, se ha consultado
con distintos sectores y que ha sido firmado por todos los gobernadores.
Debido a las dudas que están surgiendo de algunas provincias, quisiera saber si lo
que se ha firmado con las veinticuatro provincias es una declaración o una ratificación,
adhesión a este proyecto de ley. Sería muy importante que nos envíen una copia para
conocer los términos de esa posición, ya que avanza sobre lo que han definido los
veinticuatro gobernadores.
En segundo lugar, creo que sería importante contar con una opinión o saber si
ustedes han consultado a la Comisión de Coparticipación Federal de Impuestos. Es decir, si
hay algún dictamen o alguna resolución en consonancia, para no explayarme con lo que
acaba de definir el senador Sanz.
En tercer lugar, considero importante contar con un cálculo concreto. Esto lo digo
porque debo ser muy mala alumna, ya que en este proceso de enseñanza y aprendizaje en el
que se me ha explicado este tema –lo digo con toda sencillez y humildad- no entendí
absolutamente nada sobre las distintas interpretaciones que se le da a la cuestión. Por lo
tanto, me parece que la mejor manera de evitar cualquier preocupación o interpretación
futura sobre el texto y para conocer el espíritu que los ha guiado a ustedes para diseñar
estos artículos más conflictivos, sería contar con un cálculo concreto. Me imagino que han
hecho este diseño en base a un supuesto, partiendo de la hipótesis de cuánto sería la
estimación que se toma.
Entonces, en base a eso podríamos partir del 2006, que es donde tendríamos una
base más cierta, hacer una planilla, supongo que ya la tienen y sería importante que la
distribuyeran entre todos los senadores, sobre los cálculos concretos para llegar a estos
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resultados, así como una aplicación en el ejemplo concreto de este índice de redistribución
o distribución, como quieran llamarlo, que figura en la planilla del Anexo I.
Me quedó una duda respecto de lo que mencionó de la vieja ley de transferencia de
servicios educativos, que hizo la Nación a las provincias, y que realmente fue el quiebre
del financiamiento, ya que se hizo sin los recursos. Las provincias tuvieron que
autofinanciarse en base a la masa de recursos coparticipables que les tocaba. Entonces, creo
que merecería una reflexión por parte del ministro, del Poder Ejecutivo.
Cuando se menciona la vieja ley de transferencia de los servicios educativos se está
planteando la necesidad de la modificación o no, atento a que hoy hay una deuda millonaria
que tiene el Estado nacional con la mayoría de las provincias.
Podemos hablar del financiamiento que todos queremos o de una mayor inversión,
pero también tenemos que analizar la causa por la cual fue desfinanciada la educación
pública en la Argentina.
Entonces, me parece que no podemos eludir el análisis y la reflexión de este punto.
Debemos conocer cuál es la voluntad del Poder Ejecutivo respecto de esta ley de
transferencia de los servicios educativos, la ley 24.019, sobre todo en cuanto a los artículos
14 y 15 por los cuales se afectan directamente los recursos de las provincias.
En base a este punto, no quisiera que se me dejara de explicar cuál ha sido el
criterio que han tenido para definir que va a estar a cargo de las provincias el 60 por ciento
y el 40 por ciento de la Nación- Tenemos que conocer qué parámetros, qué criterios, qué
análisis han hecho ustedes para decir en el texto de la ley que la Nación se va a hacer cargo
sólo del 40 y el 60 por ciento las provincias.
Entonces, estas son mis dudas, mis preguntas que considero importantes para tener
luego una posición más adelante.
Sr. Presidente.- Tiene la palabra el senador Giustiniani.
Sr. Giustiniani.- Tanto la senadora Giusti como el senador Rossi hicieron referencia a la
cuestión de los objetivos que figuran en los artículos 1Ε y 2Ε del texto del proyecto de ley
remitido por el Poder Ejecutivo.
En el artículo 2°, incisos i) y j), se habla claramente del Sistema Universitario
Nacional y del Sistema Científico Tecnológico Nacional. El ministro fue claro en cuanto al
cómo, y lo que la ley mejoraba de otra leyes anteriores en cuanto a que determina los
mecanismos y compromisos concretos. O sea, hay una ruta con señales de tráfico
planteadas claramente.
Pero el proyecto no está del todo claro, por lo menos no hasta ahora, dado que no
hemos tenido mucho tiempo de desmenuzarlo, en cuanto a los aspectos nacionales
específicamente. Ese “cómo” me parece más bien materia de compromisos exclusivamente
del gobierno nacional, haciendo referencia al Sistema Universitario Nacional y al Sistema
Científico Tecnológico Nacional.
La pregunta concreta es si esto no está porque se prevé de otra manera a través del
presupuesto, o está y no lo veo, o si es posible mejorarlo de alguna manera.
Sr. Presidente. — Tiene la palabra el senador Jaque.
Sr. Jaque. — Lo que quería agregar a este análisis que estamos haciendo son algunos
elementos que debemos que tener en cuenta como marco conceptual para la discusión.
El primero es tener presente que estamos hablando de una decisión política que
significa poner a la educación como una política de Estado. Esto implica que estamos
poniendo como un interés estratégico a la educación, razón por la cual se analiza este
proyecto de ley de financiamiento.
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En segundo lugar, no debemos olvidarnos que existe una voluntad política que es la
de incrementar el gasto nacional destinado a educación al 6 por ciento del PBI. Esa
manifestación política se ve reflejada en la voluntad del gobierno nacional —a través del
presidente y sus ministros— y de los veinticuatro gobernadores que han firmado el acuerdo.
Por lo tanto, estamos hablando de una manifestación de quienes tienen la máxima
responsabilidad de sus provincias.
Es cierto lo que expresaba el senador Sanz respecto a que el artículo 7° claramente
habla de que son los recursos coparticipables. Por esa razón es que existe, previamente, el
acuerdo de los gobernadores. Antes de la distribución de la masa secundaria, lo que se hace
es detraer un porcentaje que va a ir a un fondo.
Una aclaración que hay que hacer es que cuando hablamos de recursos y estamos
refiriéndonos a la coparticipación, todos los recursos son provinciales. Son las provincias
las que coparticipan a la Nación y no a la inversa. Lo aclaro que para que nosotros, los
legisladores, no lo olvidemos. Si hablamos de recursos coparticipables, se trata de recursos
de las provincias. Somos nosotros, a través de las leyes de coparticipación, quienes decimos
cómo repartimos.
Sr. Participante. — Hay algunas excepciones...
Sr. Jaque. — Sí, hay algunas excepciones.
Como venía diciendo, antes de aplicar la ley lo que se hace es crear un fondo con
una diferencia que se calcula anualmente de cuánto es lo que colocan. Luego, se aplica la
ley de coparticipación tal cual establece la ley que está en vigencia. Entonces, no viola la
autonomía ni tampoco se podría pensar que pone algún tipo de freno porque se realiza antes
de la aplicación de la ley y con una voluntad manifiesta de los gobernadores.
Sr. Sanz. — Pero esta voluntad manifiesta tiene que acompañarse con una ley convenio y
no una ley especial que no sirva.
Sr. Jaque. — Exactamente, esto es lo que tenemos que discutir, cómo le damos la forma.
Lo que quiero también aclarar es que tampoco podríamos hablar de que esta
decisión pone en peligro futuros compromisos de las provincias. Estamos hablando no
sobre lo que se está recibiendo de coparticipación sino de una parte correspondiente a los
incrementos futuros. No se está hablando de afectar la coparticipación que hoy reciben las
provincias. Solamente habla de los incrementos futuros en la recaudación. Eso es lo que
deja claramente estipulado el proyecto.
También quisiera destacar que no dice que obligatoriamente tienen que ir a los
salarios de los docentes, sino que dice “prioritariamente”. Esto es como la discusión sobre
el “deberá” y el “podrá”. En este caso es como si estuviese diciendo “podrá”, no es que lo
esté obligando.
De todas maneras, como la discusión después la vamos a tener, lo que simplemente
quería remarcar son estas cuestiones que hacen al marco de análisis, para no olvidarnos que
estamos hablando de un compromiso de los gobernadores y del gobierno nacional.
Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor ministro Filmus.
Sr. Filmus. — Como no puedo responder todo, trataré de ir a los aspectos generales que
ubiquen la profundidad de la discusión.
En primer lugar, estamos discutiendo si la Argentina en serio va a subir del 4 al 6
por ciento del PBI o no. Soy educador de toda la vida y muchos de ustedes también lo son.
Hay una preocupación de todos los padres en el país. Todas las encuestas dicen que habría
que invertir más en educación. Y cuando, efectivamente, no invertimos en educación,
estamos dañando el futuro de nuestros hijos. Así como cuando no invertimos en ciencia y
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tecnología estamos dañando las posibilidades de crecimiento autónomo del país y seguir los
designios que nos marquen aquellos que manejan la ciencia y tecnología.
Esta discusión fue en serio. Las preguntas de ustedes fueron en serio, pero para
cumplir; ninguna pregunta fue chicanera ni capciosa. Bueno, ¿cómo hacemos para cumplir?
Porque para proponernos nuevamente que vamos a llegar al 6 por ciento y no llegar...
La pregunta es: ¿sin el 6 por ciento podemos mejorar la calidad de educación?
Estamos hablando de provincias gobernadas por cualquier partido político. Estamos
hablando de que en esta última etapa, desde el retorno de la democracia —en diciembre de
1983— hasta la actualidad, la democracia tiene una deuda con la educación que no pudo
resolver. Podemos discutir las múltiples razones del porqué de la situación actual como lo
hicimos hace poco cuando repusimos la educación técnica. Pero lo cierto es que ahora
empezamos a cambiar.
El presupuesto que ustedes tienen ahora en sus manos tiene 260 millones para
educación técnica. ¿Cuántos tenía el año pasado? Cinco. Ahora tiene 260. Porque si
ponemos una ley de educación técnica y al otro día no ponemos a los chicos maquinaria
nuevas, de lo que estaríamos hablando es de la historia de la tecnología; no de la tecnología
actual. Esas son leyes para salir en los diarios y no para transformar la realidad concreta. Si
calculamos esos 260 millones por las miles escuelas técnicas o agrotécnicas que tenemos,
vamos a ver que cada escuela —imaginen esto en el transcurso de los años— realmente va
a estar al servicio de la transformación del país. Esta es la cuestión.
Si nos proponemos hacer algo, hagámoslo. Estamos proponiendo en serio —y esta
discusión sin lugar a dudas enriquece— cómo llegamos al 6 por ciento. Habrá discusiones
acerca de Nación, provincias. Aclaro que de ninguna manera estamos tocando los fondos
destinados a las provincias. No se nos ocurrió, de lo contrario tendría que ser un proyecto
de otra naturaleza. Si no nos ponemos de acuerdo para reformar la Ley de Coparticipación,
sería una locura que desde educación queramos designar fondos en este sentido. Eso está
fuera de la discusión.
Si hay algún problema de redacción —nosotros creemos que no lo hay— se puede
discutir. Esta iniciativa ha pasado por muchos lugares que consideran que esta redacción es
precisa. Pero si hay otra y dice lo mismo, bienvenida sea.
Les pido que se fijen en el siguiente cuadro. Esto es lo que pasa con nuestros chico
en la Argentina. Los datos son del 2003. Hoy en el 2005 serán otros valores. Pero
igualmente muy desigual. Las provincias que invierten el 12 por ciento tienen la más alta
inversión por alumno, y las provincias que tienen que hacer un esfuerzo del 30 por ciento
tienen la más baja. Esto es así porque algunas son pobres y otras son ricas, esta es la
realidad que tiene hoy el país: hay pobreza y riqueza. Si dejamos las cosas así, estaríamos
sumergiendo a los chicos del NOA, NEA y de otros lugares a que siempre estén así.
En algún momento hay que cambiar. Vamos a cambiar. Quizás no tenemos suerte y
no lo cambiamos ahora. Estamos decididos hacerlo. Como el otro día, cuando vinimos a
discutir la ley de educación técnica a este Senado y al día siguiente pusimos 260 millones.
Porque si vamos a discutir y hay voluntad política, tienen que estar los recursos. Y ahí
están, los tienen ustedes en el presupuesto.
Cuando decimos que vamos a cambiar es porque, hasta ahora, el Estado nacional
está poniendo el 22, el 24, el 26 por ciento; hay distintos cálculos de cuánto pone el Estado.
Ahora decimos que va a poner el 40. Estamos diciéndolo. Si vamos a cambiar, el Estado
tiene que hacer un esfuerzo distinto. Empezamos a discutir acá, en este mismo Congreso,
que no se cumplía con el incentivo salarial docente, que era de 660 millones; hoy tenemos
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1.300 millones. En el presupuesto que ustedes tienen en sus manos la Nación,
independientemente de que el año pasado fue de 1.100 y que ya habíamos crecido de 300 a
600 y de 600 a 1.100, ahora está poniendo más de 1.300 millones. Hay una decisión
política inmediata de ponerlo con recursos, y son los recursos que van a las jurisdicciones.
Nosotros planteamos el objetivo de aumentar la matrícula, y fíjense ustedes que
cuando dice “prioritariamente” dice “aumento salarial”, pero si yo quiero tener jornadas
completas tengo que tener el doble de docentes, y si yo quiero tener nivel inicial tengo que
ampliar el número de docentes, y eso está en ese artículo. Hay un 60 por ciento de la masa
que se destina a salarios, porque los salarios están en la provincia, no en la Nación, a pesar
de que la parte de la Nación, que era el incentivo, se ha incrementado.
Quizá haya muchas formas de mejorar y de discutir esta ley, porque hay muchas
formas de avanzar, pero lo que hay que poner sobre la mesa es si lo vamos a hacer o no; si
lo vamos a hacer, todo es discutible.
Estamos en un momento crucial. Cuando vimos las diferencias entre los países que
invierten un 4 por ciento y los que invierten un 6 por ciento nos dimos cuenta que sus
chicos tienen destinos distintos y que sus padres tienen seguridades distintas, porque no
eligen a la escuela pública por descarte sino porque hay una opción de una escuela de alta
calidad; no lo hacen porque no tienen más remedio y por carecer de recursos.
Estamos discutiendo, y esto lo firmaron los veinticuatro gobernadores,
independientemente del riguroso texto de cada uno de los artículos, porque todos los
partidos políticos y todas las fuerzas sociales empiezan a estar de acuerdo. El día que se
firmó esto se encontraban presentes sectores que nunca habían estado sentados juntos.
Había cincuenta organizaciones, entre las cuales estaban la UIA, la AEA, pero también
estaban la CTA, la CGT, representantes de los sectores rurales y grandes personalidades de
nuestra cultura. Esto sucedió porque en algún momento había que dar vuelta la situación.
Es probable que si queremos discutir todas las cuestiones haya mucho para discutir,
y no va a ser en detrimento de las provincias, porque la Nación empieza diciendo que
aumenta su parte, porque no mantiene la anterior. Lo hicimos. Veamos los presupuestos de
los años 2003 y 2005 y fijémonos cuánto hicieron la Nación y cuánto las provincias.
Nosotros hicimos un esfuerzo grande, tal vez no todo el que se merezcan los chicos, pero
hicimos un gran esfuerzo.
Ahora, voy a la otra cuestión. No tenemos esta ley; ¿vamos a incrementar menos el
presupuesto educativo? Analicen qué pasó en el año 2005 y cuántos días de clases nos
significó incrementar el presupuesto educativo 2005. Sé cuánto aumentó cada provincia.
Cuando nosotros hacemos el cálculo del 4 por ciento y terminamos el año diciendo
que, efectivamente, se está invirtiendo un 4 por ciento, pero con un PBI que está creciendo;
o sea que se invirtió más. Pero eso se lo hizo a costa de días de clases, porque si nuestro
razonamiento va a ser siempre “invertimos si hay conflicto, si no, no”, quiere decir que no
tenemos un convencimiento de que las condiciones de nuestros docentes son fundamentales
para mejorar la calidad de la educación y de que el edificio tiene que ser digno, que tiene
que haber baños, que tiene que haber una computadora y que debe enseñarse una segunda
lengua. Esos son elementos básicos y elementales.
Estamos en el año en el cual a lo largo de su historia las provincias más han
incrementado su presupuesto educativo. Olvidémonos de la Nación, que también lo ha
incrementado.
Estamos a fines del año 2005 y yo me pregunto si la provincia de Buenos Aires o
Chaco alguna vez han aumentado ese presupuesto más que este año. ¿Y cuántos días
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significó eso? Aquí hay representantes de Entre Ríos y de La Pampa y yo me pregunto
cuántos días significó. ¿Por qué tuvimos que pasar por días y días? Y esto también sucede
en la universidad, no estoy echándole la culpa a nadie. Lo que digo es que nosotros estamos
acostumbrados a un mecanismo en el cual resolvemos sólo cuando se produce un conflicto,
si no, no.
Ahora, ese 60 por ciento para el tema salarial también fija un piso y fija un techo,
pero yo tengo una previsión: voy a recomponer el salario.
¿Alguien se acuerda cómo apareció la ley de transferencia de los servicios
educativos? Apareció en la ley de presupuesto; no existía tal ley sino que estaba incluida en
la ley de presupuesto, porque ésta decía “a partir del año que viene se hacen cargo las
provincias”. Después se empezó el debate por el tema de los edificios, los docentes y
demás. Recuerden que ese era el debate; yo me acuerdo porque lo viví desde el otro lado.
Esa era una cuestión presupuestaria, eran los organismos de financiamiento que
decían que había que descargar desde la Nación hacia las provincias, y que también había
que descargar el conflicto salarial, porque no había conflictos nacionales.
Ahora nosotros ponemos una comisión para discutir, por primera vez a nivel
nacional, las condiciones del trabajo docente. Ponemos una comisión para discutir a nivel
nacional, y asumimos la centralización de la discusión, y también el conflicto en el Consejo
Federal de Educación con los veinticuatro ministros, de que la carrera docente tiene que
cambiar, porque así como está no va más. Podemos poner todo este dinero, pero si no
cambiamos la carrera docente y no la ligamos a los elementos de capacitación, de
mejoramiento de su desempeño, etcétera, lo perderemos la plata.
Entonces, a nivel nacional estamos asumiendo en un artículo cuatro temas centrales
que tienen que ver con cuatro elementos básicos de mejora de la calidad. Ese es un riesgo
grande. Esto sería lo contrario de lo que ocurrió en la década del 90, cuando decían “no
centralicen; descentralicemos; fragmentemos; veamos si se lo podemos pasar a los
municipios”. ¿Se acuerdan de todas las discusiones sobre los municipios?
¿O no hubo hace muy poco elecciones y estuvieron quienes plantearon para qué
hacía falta un ministro de Educación nacional si, en realidad, la educación está a cargo de la
provincia? Que desparezca, entonces, Salud y Educación a nivel nacional.
Nosotros estamos haciendo este esfuerzo pero, al mismo tiempo, estamos
asumiendo riesgos nacionales sobre cada uno de estos temas; si no, no habrá un sistema
educativo nacional.
Aún hoy nuestros chicos tienen dificultades para pasar de una provincia a otra, y no
hace falta ir muy lejos para verlo, porque alcanza con cruzar la General Paz para ver las
dificultades que se les presentan.
Entonces, si yo también me propongo transformar la legislación —como lo estamos
haciendo— tengo que tener los recursos previos, porque una vez hicimos una idea de
transformar el sistema educativo pero los recursos nunca llegaron. Si no tengo asegurados
los recursos no me puedo proponer ninguna transformación, porque sólo podría cambiar los
nombres y decir que antes se llamaba Polimodal y que ahora se llamará Multimodal. Es
decir, podría cambiar los nombres pero no podría cambiar lo que saben los docentes si no
les brindo capacitación, si no mejoro la carrera docente, si no mejoro los edificios, si no
mejoro las condiciones de nuestros científicos en sus laboratorios; en fin, hay muchas cosas
por hacer.
Sin lugar a dudas el debate y la preocupación es para cumplir; nadie acá dijo que no.
Las firmas de los veinticuatro gobernadores fueron para cumplir. Cuando están las firmas
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de cincuenta organizaciones de la comunidad es para ser testigos de una transformación
histórica en la Argentina respecto de que hay un tema que no tiene que entrar en la lucha
electoral.
La primera vez que planteamos esta ley fue en julio del año pasado. Esto lo venimos
discutiendo con todos los sindicatos docentes de la Argentina, y firmaron el proyecto
leyéndolo artículo por artículo, y sabiendo que tienen que discutir sobre esto si realmente
quieren un cambio en serio.
Nunca se dio el caso de que al mismo tiempo hayan firmado la asociación
empresaria y todos los sindicatos docentes. Hay una cuestión nueva en la Argentina; no la
dejemos pasar.
Vayamos tema por tema y punto por punto de los que ustedes han planteado.
Aclaremos todo; hablemos con gente de Economía y veamos qué opina la Comisión
Federal de Impuestos sobre este tema; vayamos con todas las organizaciones que hagan
falta, pero no dejemos pasar esta oportunidad.
Nosotros, lejos de dejar pasar esta oportunidad, ya enviamos el Presupuesto 2006
con 1.730 millones de pesos más en el presupuesto para educación, ciencia y tecnología.
Esto quiere decir que el presupuesto que ustedes tienen en sus manos fue hecho como si
esta ley hubiera salido. En este caso, la parte de la Nación no está supeditada a que lo
aprobemos, porque ya lo hemos enviado y no lo vamos a retirar si esta ley no sale, pero
nosotros pensamos que es imprescindible y necesario que salga.
Fíjense que este proyecto de ley propone un fondo de compensación salarial docente
y, al mismo tiempo, por ahora prorroga el Incentivo Salarial Docente. Porque a través de
éste yo le estoy dando 110 pesos al docente de Santa Cruz, al de Tierra del Fuego y al de
Santiago del Estero; les doy 110 pesos a todos, y alguno cobra 110 más 1.200 y otro cobra
110 más 600. Pero este fondo de compensación es distinto; es un fondo de compensación
para discutir cómo se igualan los salarios en el país con el objeto de que haya una mayor
equidad.
Creo que hay que crear un fondo distinto al del incentivo, porque éste es igual para
todos. Insisto, es lo que hay, pero es una relativa injusticia.
Tenemos un 7 por ciento que se distribuye para mejorar la situación en algunos
lugares y, con ello, hemos logrado que de 306 pesos —que era el salario inicial— podamos
sostener a diez provincias para que allí puedan cobrar 700 pesos. Esto quiere decir que casi
lo hemos duplicado.
Vayamos al debate profundo. Nuestra sugerencia es que esto trate de estar —
siempre respetando los tiempos de las discusiones y debates— lo antes posible.
Nosotros nos ofrecemos a enviar los datos que tenemos, porque me parece muy
importante que los tengan todos. Si se cumple esta ley, en el año 2010 estaremos hablando
de 55.000.000.000 más de inversión, a los valores del crecimiento del 3 ó 4 por ciento del
PBI que está previsto. Es un cambio en la Argentina. Es la diferencia entre tener una
educación digna y una que no lo es. Será posible si se aprueba la ley, si acompaña la
sociedad, si se controla, si se usa bien. El día de la presentación decía que el peor horizonte
no es no tener los recursos, sino tener los recursos y no mejorar la educación, dado que
estaremos haciendo un esfuerzo increíble entre todos sabiendo que esto no dará el resultado
que esperamos.
Y les quiero decir algo a nuestros ministros de economía. Es verdad que estamos
haciendo un esfuerzo grande. Es verdad que estamos destinando a educación recursos que
podrían ir para otras áreas, como estamos destinando a Acción Social u Obras Públicas.
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Todo ello es verdad, pero si no lo hacemos no hay economía, no hay productividad. Si no
ponemos ciencia y tecnología, en universidades no habrá profesionales. Ayer se vino a
instalar Intel acá y nos pidieron profesionales que no tenemos.
No tenemos crecimiento. El PBI creció pero en realidad llegamos a los mismos
porcentajes del año 1998. ¿Cuánto teníamos en el 98? Lo mismo que en el año 1974.
Argentina es el único país de América latina que tiene el mismo PBI que en el 74, el cual es
un año techo en nuestro modelo. En este sentido, el modelo exportador de productos
primarios con poca elaboración no va; el modelo concentrador de recursos no va.
Lo único que cambia el modelo es la igualdad; todo el mundo accede a los bienes.
Por otro lado, hay que cambiar la composición de las exportaciones y de la producción. La
Argentina hace productos con alto valor agregado y realmente tenemos ese capital. La
empresa que se viene a instalar a Córdoba va a decir que es porque Argentina es el país de
la región que tiene mejores recursos humanos, a pesar del deterioro y de todo lo que
hicimos.
Sarmiento decía que si no educan al pueblo por voluntad, hay que hacerlo por
miedo.
Yo diría que si no invertimos en educación por convicción, invirtamos por
producción, ya que la educación es parte de la economía.
Irlanda, Finlandia y Noruega dieron la vuelta a sus economías a través del tema
educativo.
Discutamos cada artículo, peleemos cada peso, revisemos todo, pongamos toda la
información necesaria. No queremos esconder nada. Si hay una redacción mejor, si
podemos mejorarla, está bien. Ojalá que la ley se apruebe y no se reconozca la autoría del
Ejecutivo. Bienvenidas sean las cuestiones que la mejoran. Aplicamos esta metodología en
varios proyectos.
Sería muy bueno que salga por unanimidad.
Vamos a resignar todo lo que sea necesario para lo chicos del futuro y logremos que
esto sea política de estado; que se recupere para siempre la actitud histórica que había con
la educación, la universidad, la ciencia y la tecnología..
Este es el año que se recuerda a la física, así como también los cien años de la
muerte de Einsten. Este científico tenía una frase fabulosa: el primer síntoma de locura pasa
por repetir muchas veces una acción y pensar que alguna vez dará un resultado diferente.
En nuestro país hicimos las cosas mal y nos siguen dando malos resultados. Cambiemos la
forma de hacer las cosas y pongamos esta prioridad.
Seguramente el resultado no lo veremos nosotros. Los chicos que estén alcanzados
por estas medidas empezarán a trabajar en el año 2025. Es difícil y no será un año electoral.
No sé quién se presentará en el 2025.
Sin embargo, ahora es el momento de tomar las medidas, dado que los países que en
la actualidad lo están viviendo son los que en 1970 cambiaron su educación. Y hoy su
pueblo está disfrutando del bienestar que generó ese cambio.
Nos comprometemos a trabajar y a ver punto por punto con los presidentes de las
comisiones aquí presentes. (Aplausos.)
Sr. Rossi.— Quedó sin responder el tema universitario. Le pido al señor ministro Filmus si
puede comentarnos este punto y no lo molestamos más.
Sr. Filmus.— La cuestión universitaria está clara y mayoritariamente a cargo de la Nación.
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Había un artículo puntual que salió a último momento que decía que la Nación
respetará los porcentajes de ciencia, tecnología, universidad y educación básica que está
invirtiendo actualmente y que quedaba a cargo de Nación.
Salió porque hay provincias que tienen ciencia y tecnología y hay provincias que
tienen universidad. Entonces era difícil poner sólo sobre la carga de Nación porque —y
aclaro que el caso de la provincia de Entre Ríos es bien concreto— ciencia y tecnología
existe prácticamente en todas las provincias. La reglamentación aclarará ese aspecto.
Las universidades son autónomas. De manera que cualquier punto hay que
discutirlo con el CIN, y en el caso de ciencia y tecnología con el CONICET, que también
tiene autonomía y autarquía. Un caso es el plan plurianual de ciencias aprobado por el
GATEC, que es el Gabinete Científico Tecnológico; y el otro tiene que ver con la
universidad.
Si alguien piensa que hay alguna cuestión puntual para aclarar respecto a este
mantenimiento de los porcentajes que la Nación está invirtiendo en universidad, educación
básica, media, ciencia y tecnología, les aclaro que una posibilidad sería recuperar esta idea
de mantener el actual porcentaje que es genéricamente aceptado.
Pero en el presupuesto que ustedes están recibiendo está la parte específica de
universidad proporcional al presupuesto 2005 con el incremento de 1.700 millones a todo el
presupuesto.
Me parece que la clarificación respecto al presupuesto 2006 que pidieron quizás
ayuda a entender por lo menos como funcionará la parte nacional, dado que ya tuvimos que
hacer el ejercicio. En realidad, lo hicimos a último momento.
El Anexo que está yendo a Diputados sobre la distribución por universidades entró
medio como una bolsa porque no hubo tiempo de discutirlo, ya que se presentó hace un par
de semanas. Pero estamos haciendo el nuevo borrador de distribución por universidad para
que llegue con los fondos específicos, dado que pusimos el resto en una bolsa general.
Sr. Presidente. — Muchas gracias, ministro.
—Son las 19 y 30.
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