VHS VS BETA Mucho se ha escrito ya sobre la batalla que a finales de los 70 y principio de los 80 libraron dos grandes de la empresa tecnológica: JVC y Sony. ¿El motivo? Hacerse con el dominio del formato de vídeo. Antes, como ahora pasa con el DVD, por ejemplo, se buscaba un formato único, en este caso para el sistema de vídeo analógico. La cinta VHS fue desarrollada por JVC como contestación al formato Betamax lanzado unos años antes por Sony. Pero antes de empezar a debatir, hagamos un análisis sobre qué ofrecían cada una de ellas. VHS: VHS, siglas de Video Home System (frecuentemente llamado, de forma incorrecta, Vertical Helical Scan), es un sistema de grabación de audio y vídeo analógico. Es parecido físicamente a otro sistema de almacenamiento de únicamente audio (casete), pero con las diferencias de que la cinta magnética es mucho más ancha (1/2 pulgada) y la caja de plástico que la contiene es más grande. La anatomía de un casete VHS, comprende dos carretes internos y el recorrido de la cinta. Este diseño básico es usado para todos los casetes. La apertura por donde se accede a la cinta está protegida por una tapa que se abre automáticamente mediante un sencillo mecanismo cuando es introducida en un reproductor VHS. Betamax: Betamax fue un formato creado por Sony para la introducción del vídeo casero. La idea del fabricante japonés era crear un estándar, y así lo intentaron al reunirse con diversas empresas. Pero JVC prefirió crear su propio formato, el VHS, y ambos tuvieron que competir en el mercado. De tamaño más pequeño que su competencia VHS, Betamax tenía mayor resolución (mejor calidad de imagen). Betamax fue lanzado en 1975, mientras que VHS vio la luz en 1976. En sus primeros modelos, Betamax podía grabar un máximo de una hora de vídeo. En cambio, VHS permitía grabar hasta dos horas. RCA, además, lanzó un grabador de VHS que soportaba hasta 4 horas. En respuesta a esto, Sony lanzó el X2/Beta, que permitía grabar 2 horas. Esto fragmentó más el mercado, ya que no todos los reproductores y cintas eran compatibles entre si. VHS consiguió capacidades de hasta 10 horas, con los modos LP, con un precio bastante reducido, lo que fue uno de los factores importantes en esta guerra. La calidad de ambos formatos era bastante similar. Betamax ofrecía algunas líneas horizontales más en su primera versión, aunque luego se fueron equilibrando. Para igualar la duración de las grabaciones VHS, Sony redujo la velocidad de arrastre de las cintas en su Betamax, reduciendo así sensiblemente la calidad de la imagen que se podía obtener con los primeros Beta. De todos modos, los consumidores se fijaron más en la capacidad de las cintas que en la calidad que ofrecían estas. VHS triunfó así en Estados Unidos, quedándose una cuota del 75% de las ventas en 1981, lo que propició que los estudios y productoras optaran masivamente por este formato. Se ha hablado muchas veces de que la industria del porno fue la que impulsó el VHS, ya que fueron los primeros en optar por ese formato. No creo que sea la única razón, pero puede ser una de las importantes, junto a la ya mencionada duración de las cintas. En el caso de Europa, el VHS ya tenía el camino rodado. Su fuerte implantación en Estados Unidos hizo que los precios fueran mucho más asequibles que los del rival, lo que facilitó su entrada en el mercado. Finalmente, en 1988 Sony empezó a fabricar vídeos en VHS, certificando la práctica defunción del formato. EL ESCASO ÉXITO DE LOS COCHES ELÉCTRICOS. No hay duda que los coches eléctricos son el futuro, y posiblemente en 10 años un alto porcentaje de los vehículos anden sin nada de combustible, pero hoy por hoy todavía existen algunas dudas o problemas que les hacen perder adeptos con respecto a los vehículos con motor de explosión. Los factores más importantes que marcan la diferencia y resultan un problema hoy en día son: primero el peso y la autonomía, segundo las centrales para repostar y por último el precio, que sigue siendo un factor determinante. Los coches eléctricos tienen sus ventajas, es innegable. Primero, en las ciudades se reduciría notablemente la contaminación, ya que no emiten ningún residuo al ambiente. El ralentí es nulo, luego en un trayecto con tráfico o en los semáforos no se consumiría energía. Y además el motor de explosión tiene una eficiencia muy baja, con lo que es mejor que desaparezcan. Y además se podrían aprovechar las frenadas para cargar las baterías, como hacen actualmente los vehículos híbridos, ya que en dichas situaciones se desperdicia una considerable energía. Sin embargo pasar a usar coches eléctricos tiene también sus pegas. La más importante es que toda la energía que actualmente se está generando en los propios coches, de forma distribuida, debe generarse en centrales. Hay que construir más centrales, ya sean térmicas o de otro tipo. Y esto debe hacerse de una forma muy rápida si el tema de los coches eléctricos se populariza. ¿Y dónde cargar los coches? Ya sea en casa (si tienes garaje) o en nuevas estaciones de servicio, el sistema de distribución eléctrica debería actualizarse. Si todo el mundo pone a cargar sus coches a las 10 de la noche, los valles del consumo eléctrico pasarían al día en lugar de a la noche. Y luego está el tema de la distribución de dicha energía. Aunque el motor de explosión es muy ineficiente, a lo mejor no lo es más que la generación en central y distribución por todo el país. Otro de los grandes inconvenientes con los que se presentan los coches eléctricos de pura cepa es la capacidad de acumulación de energía eléctrica, la autonomía y los tiempos de carga de las baterías. Sirva como dato el siguiente: 1 kg de baterías puede almacenar la energía equivalente a 18 gramos de combustible. Sin embargo, una posible solución sería desarrollar baterías con más capacidad (y, por tanto, con más kilómetros de autonomía) y que necesiten menores tiempos de carga. En la actualidad, la práctica totalidad de las marcas está desarrollando las baterías de ión-litio, similares a las que usan los teléfonos móviles.