Expresión de las emociones en los animales y en el hombre Charles Darwin Esta obra de Darwin es considerada como uno de los aportes más importantes en el campo de la psicología del siglo XIX. Las ideas presentadas en este libro han persistido hasta el presente, y abordadas sin cargas de valor, son consideradas como uno de los mejores trabajos de sustento de las experiencias emocionales. Darwin divide su obra en 14 capítulos, donde conduce al lector por los pasajes de la interpretación de las emociones, partiendo de las ideas de asociación como comunidad. Intenta explicar este fenómeno a partir de las necesidades básicas para formar grupos de supervivencia, tomando en cuenta las categorías de hábito, acto reflejo, lo hereditario y asociación. Propone el principio de antítesis, donde coloca como ejemplo central la relación gatoperro, donde se ponen en juego impulsos opuestos. Continuando con el principio de acción directa debido a la excitación del sistema nervioso en el cuerpo, basado en la observación en cambios físicos o aparentes en los animales, como son el cambio en el color de cabello, debilitamiento muscular, y la manera de expresar las emociones como son la rabia, el disfrute y el terror, contrastando entre las emociones causadas, que son su expresión aparente, y la depresión y los estados mentales. Aborda también el estudio de la emisión de sonidos, ya sea vocales y de otra procedencia, y la erección del pelaje en los animales, construyendo un sistema de comunicación entre los elementos de cada especie. A lo largo de la obra, Darwin realiza un vínculo entre la situación y la manera en que los individuos reaccionan ante ella, tomando como ejemplos el comportamiento de animales domésticos y algunos chimpancés. Analiza el llanto y el gesto de sorpresa en los infantes, y el motivo de la secreción lagrimal, como preludios para abordar el tema de los estados de ánimo entre los individuos. De esta manera, explica la existencia de sentimientos como el amor, la devoción, y la compasión. Explicados a partir de procesos mentales como la reflexión, la meditación y la determinación. Concluye con las tres manifestaciones principales, lo hereditario, o la adquisición de varias expresiones; el instintivo reconocimiento de las expresiones, en la unidad específica de los seres humanos; y en la importancia de realizar lecturas en los gestos para la toma de decisiones.