ANTES DE LOS GRIEGOS. A medida que nos vamos para atrás en

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ANTES DE LOS GRIEGOS.
A medida que nos vamos para atrás en el tiempo, se hace mas difícil
lograr testimonios confiables sobre lo ocurrido.
Pero al objeto de nuestro análisis, nos alcanza con lo que los
antropólogos y arqueólogos han podido descifrar.
En la antigua Babilonia, los códigos del rey Hammurabi ( siglo XVIII
-ac.), nos permiten ver que, aún en esa época, ninguna de las dos preguntas
que nos planteamos acerca del problema central de la economía tal lo
proponemos, necesitaban respuesta.
El trabajo lo hacían los
esclavos, el resultado lo distribuía la monarquía.
Y nadie planteaba
alternativas a ese estado de cosas.
La acción política de fondo consistía en la lucha por ocupar la posición
del Rey o Emperador.
Las intrigas de palacio eran el medio.
La lucha entre pueblos y naciones, era la base, junto con la esclavitud,
del sistema de obtención de medios y riqueza.
A nadie se le ocurría cuestionar este esquema, cientos de miles de años
de organización social humana, la habían ido decantando.
Este es el motivo por el que adherimos a quienes sostienen que nuestra
ciencia comienza con de los sabios polihistores del siglo XVIII, porque en ese
momento aparece del modo de producción industrial, o sea la necesidad de un
nuevo vínculo para resolver la generación del excedente social: Obrero
=Salario, Patrón = beneficio.
Sin embargo, existía una complejidad enorme de cuestiones que hoy
inscribiríamos en el índice de cualquier tratado de economía. Existía el
comercio, el sistema impositivo, el dinero, el interés, la producción agrícola,
la producción de herramientas armas y utensilios, etc.
Pero no la Ciencia Económica.
Porque?
Cátedra de Economía II. Apuntes de clase. Guillermo Luciano
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Porque a nadie se le ocurría preguntarse acerca de la legitimidad de los
procedimientos con los que se lograba la producción del excedente social, ni
tampoco, cuestionar como se distribuía.
Aquí es necesario hacer una reflexión, acerca de la actitud con la que
hay que acercarse a los hechos del pasado, ya sean situaciones concretas,
actitudes personales, y grupales, conceptos filosóficos, ideas, valores etc., etc.
Es común observar como muchos estudiosos emiten juicios de valor
acerca de personas, doctrinas filosóficas, o sucesos ocurridos con anterioridad,
analizándolos con la óptica que otorga el conocimiento de los hechos
consumados, y la perspectiva que da el conocimiento de la forma en que
efectivamente ha evolucionado la moral social.
Desgraciadamente es mas común de lo que sería deseable, que ante el
contemplar actitudes o sucesos, se los juzgue lapidariamente a la luz de los
criterios morales vigentes en la cultura del observador y no con los dieron
marco temporal a los sucesos referidos.
Es imposible comprender la verdadera naturaleza de los
acontecimientos, ó de los postulados de teorías elaboradas en períodos
anteriores a nosotros, sin adentrarnos dentro del “espíritu” y de las
circunstancias de sus protagonistas.
El profesor Joseph A. Schumpeter1, consigna una expresión alemana
para este hecho: Seit-Geist, que literalmente significa espíritu-tiempo, y que
nosotros conocemos comúnmente como espíritu de la época.
Como ejemplo genérico de la necesidad de tener en cuenta el espíritu
de la época para comprender hombres, circunstancias y eventos, basta con que
nos detengamos por un momento a considerar la evolución de los valores
morales en la sociedad.
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JOSEPH ALOIS SCHUMPETER,1883-1950. Historia del Análisis Económico ED. Aguilar
1976
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Lo que hoy es un valor aceptado, ayer podría haber sido un antivalor
incuestionable. La pena de muerte, el aborto, la esclavitud, el amor libre, el
racismo, etc., son conceptos que nos permiten testimoniar esta afirmación.
Al analizar la evolución de las teorías sociales y económicas con esta
actitud, nos vamos a permitir maravillarnos con la evolución del pensamiento
humano y testimoniar que la transformación de la sociedad humana para
mejor, solo se produce cuando sus miembros, mas sabios y capacitados
ejercen su intelecto en pro de este objetivo.
Esta larga consideración, viene a cuento, porque sino sería imposible
comprender una enorme cantidad de conceptos y eventos, fuera de contexto,
como por ejemplo, como un sabio con la enorme lucidez de Aristóteles pudo,
simultáneamente, protagonizar la construcción del andamiaje del pensamiento
posterior a su época y aceptar la institución de la esclavitud como valor
corriente.
Volviendo al período que estamos considerando, el hecho que en
Babilonia no se analizara quien producía el excedente social y como se
distribuía, no significaba que lo económico no estuviera presente. Cuando
se estudiaban las artes de la agricultura o del comercio, no se lo hacía desde
una óptica “económica”, tal acordamos el terreno de la Ciencia Económica en
nuestras especulaciones, sino desde una perspectiva político-social, en tanto
eran problemas referidos a la organización de esas sociedades.
Esto explica porqué, problemas que hoy son propios del campo de
análisis de la Ciencia que nos ocupa, no determinaron en el pasado su
creación, porque se inscribían en el terreno de otras ciencias y otros campos de
las necesidades humanas.
Es mucho mas común de lo que creemos, que las personas acepten la
estructura social, en la que viven, como una realidad inmodificable, además de
no cuestionarse acerca de ella, aunque la mayor parte del tiempo estén
sufriendo y pensando sus consecuencias.
Desde siempre, quienes detentan el poder, auspician esta actitud
colectiva, con una combinación de acciones de difusión de los valores que los
sostienen y simultáneamente represiva de quienes no acuerdan con ellos.
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Cada momento histórico ha sido testigo de esto, con las peculiaridades
que le son propias.
En la edad media, eran los valores religiosos
los que, por un lado otorgaban poder y por otro garantizaban su permanencia.
Todo lo que a criterio de quienes detentaban el poder, estuviera en
armonía con el plan divino, estaba bien, y era aceptado, todo lo que se le
oponía estaba mal y debía ser desterrado. Quienes administraban este ajuste
entre el plan divino y la realidad terrena, huelga decir, eran quienes tenían a su
cargo el control de la sociedad.
Y por lo tanto quienes se reservaban los mejores roles en la novela de la
vida.
Tomaban decisiones por el conjunto, administraban el conocimiento
y los bienes, e incluso hasta disponían los asientos en el Paraíso, a través de la
administración y venta de indulgencias y otras mercedes, oportunamente
asignadas.
Resumiendo entonces, en la Babilonia teníamos, una estructura política
compleja, instituciones administrativas de acuerdo con ésta, una codificación
legal completa y severa, moneda, créditos, impuestos etc.
Pero no la
Economía.
No era necesaria como ciencia.
Todos sus temas eran de
formulación y resolución obvias, por lo tanto nadie sentía la necesidad de
especular intelectualmente acerca de estas cuestiones.
Para trabajar estaban los esclavos, ya sea provenientes de los ejércitos y
pueblos derrotados, o los ciudadanos mas pobres que pagaban deudas con su
propia libertad o la de su familia.
Y para asignar el excedente social, el poder absoluto, ya sea el monarca,
el emperador o como quiera se llamase el déspota de turno.
Todo claro y aceptado, sin cuestionamientos, por la fuerza de la
autoridad, y ratificado por la tradición y las costumbres.
Fueron necesarios decenas, y quizás centenas de miles de años de
evolución social, moral y científica para que se dieran las condiciones
objetivas en la historia, para que se hicieran necesarias respuestas complejas a
los interrogantes que nos planteamos, y por lo tanto se necesitase la Ciencia
Económica.
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