BRONQUIO TRAQUEAL. ¿SÓLO UNA VARIANTE DE LA NORMALIDAD? Marcela Moreno Quintana1, Silvia Castillo Corullón1, Elena Martínez Arias1, Olga Benavent Casanova1, Amparo Escribano Montaner1. 1Unidad de Neumología Pediátrica y Fibrosis Quística, Hospital Clínico Universitario de Valencia. Universidad de Valencia. Introducción: el bronquio traqueal (BT) se describe como una variante anatómica del árbol traqueobronquial, sin una clara correlación sintomática, aunque suele coexistir con otras alteraciones. Su papel patogénico no está bien definido. Objetivo: Analizar las características clínicas y evolutivas de los niños diagnosticados de BT. Resultados: Siete pacientes diagnosticados de BT derecho, con inclusión parcial o completa de los bronquios del LSD. Edad media al diagnóstico 8.5 años. Seguimiento medio 3.3 años (1 mes-8.5años). Tiempo promedio de derivación a Neumología 5.5 años. Tres pacientes tenían enfermedad congénita: artrogriposis (1) y cardiopatías (2) (CIV y ventana aorto-pulmonar con interrupción del arco aórtico). Dos de ellos precisaron intubación, uno por neumotórax y otro por su cardiopatía compleja, complicada con atelectasia del LSD. Todos presentaban tos crónica (húmeda, en dos casos; con timbre laringo/traqueal, en cuatro; y con clínica broncoobstructiva recidivante, en otro). Dos habían tenido neumonías en el LSD; uno, atelectasia con bronquiectasias cilíndricas en ese lóbulo y otro presentaba bronquiolitis obliterante postinfecciosa. Seis asociaban malacias: laríngea (1), traqueal (1) o traqueobronquial (4); dos estenosis traqueal moderada distal y cuatro, anomalías bronquiales posicionales o/y numéricas. Cinco sufrían reflujo gastroesofágico. Tras el diagnóstico (fibrobroncoscópico/TC pulmonar) la mayoría ha experimentado mejoría clínica. Conclusiones: el BT no parece ser un mero hallazgo anatómico ya que, en el 100% de nuestros casos se asocia a otras anomalías congénitas, a síntomas respiratorios persistentes, o a secuelas irreversibles en la vía aérea. La tos crónica y las neumonías en el LSD suelen ser su expresión clínica más común.