LA RECONSTRUCCIÓN DEL TRANVIA ELECTRICO: UN PROYECTO DE REVALORACION DEL PATRIMONIO INDUSTRIAL EN EL PERÚ El Museo de la Electricidad fue creado en agosto de 1994. Además de los objetivos que trazan la labor de todo museo, el Museo de la Electricidad tiene también como objetivos directrices la conservación, promoción y difusión de los valores histórico – culturales del sector eléctrico peruano. En este sentido, una constante preocupación desde su creación, fue el revalorar y rehabilitar testimonios culturales de la industria eléctrica, por ello, un proyecto que incumbiera la reconstrucción y rehabilitación de un tranvía eléctrico fue un anhelo siempre presente. Los tranvías eléctricos fueron tal vez y por mucho tiempo el símbolo tácito de la industria eléctrica peruana, ellos representaban el uso masivo y práctico de ésta energía a través del transporte, sus líneas eléctricas se entretejían por la ciudad y los coches del tranvía pasaban a diestra y siniestra tomando la corriente con sus populares pantógrafos. A su desaparición, se convirtieron en un motivo de nostalgia para los limeños que tuvieron la oportunidad de utilizarlo hasta 1965 y convertirlo en protagonista de muchos de sus recuerdos. El Museo inició el proyecto de reconstrucción y rehabilitación del tranvía eléctrico en 1995, cuando se incluyó el proyecto en el Plan General del Museo. En 1996, y gracias al decidido apoyo de la desaparecida empresa Electrolima S.A., se logró adquirir un vagón marca Breda, italiano, construido en 1946. Este vagón, de los últimos que habían prestado servicio en las calles del centro de Lima, fue encontrado en un cementerio de tranvías en Manchay, camino a Cieneguilla, en las afueras de la ciudad. El vagón carecía de “truque” y se encontraba en un estado de avanzado deterioro. Inmediatamente después de su adquisición, el tranvía inició un circuito de reconstrucción. El primer paso fue trasladarlo a los talleres de la central hidroeléctrica de Moyopampa en Chosica, donde se desarmaron las partes inservibles y se realizó un arenado a la estructura de fierro, para rescatar el chasis y también limpiar las vigas de madera. La etapa de carpintería fue encomendada a la firma Moblo S.A., que se encargó de restaurar la madera y enchapar el vagón con cedro machimbrado, respetando en todo momento su diseño original y la imagen de “salón” del tranvía. Este fue un trabajo con mucha dosis de arte. También fue necesario conseguirle un “truque”, ya que al momento de encontrarlo carecía de esta parte. El truque o “truck” en su denominación en inglés, es la base de fierro que contenía las ruedas y el soporte. Luego de su desactivación, los “truques” de los tranvías fueron separados de los vagones y vendidos como chatarra lo que originó su total desaparición, por lo que en el proceso se adaptó a nuestro tranvía un “truque” de ferrocarril Posteriormente el tranvía fue trasladado a los talleres de una firma de carrocerías en Ventanilla, donde se realizó este trabajo y se recubrió el armazón de madera con láminas de metal y se realizó el pintado para darle el acabado original de los antiguos tranvías. Finalmente el tranvía fue trasladado a las instalaciones del SENATI en el distrito de Los Olivos, donde se concluyó la obra mecánica eléctrica, la carrocería y los acabados. Mientras tanto en Barranco, se finalizaban las obras de rehabilitación de la línea férrea y la instalación de la línea catenaria a lo largo de la avenida Pedro de Osma, por donde recorrería el tranvía. Esta avenida, en sus vías auxiliare había mantenido a la vista los antiguos rieles por donde circularon los tranvías interurbanos. Solo fue necesario realizar la nivelación de la línea con el cambio de los durmientes, casi todos ya desechos por el tiempo. Parte importante de este proyecto fue la convocatoria a los ex – tranviarios. Todos ellos motoristas y conductores que sobrepasaban los setenta años de edad y que aportaron con sus testimonios, historias, donaciones de objetos y fotografías y recomendaciones al proyecto. Cabe destacar que el museo tuvo especial interés en recoger de esta manera la historia oral de los tranvías eléctricos de Lima, ya que la historia contada por los propios protagonistas es una fuente de trascendental valor en la reconstrucción histórica. En las instalaciones del SENATI, el tranvía fue visitado por estos antiguos trabajadores, que con mucha emoción, se informaron del proceso de reconstrucción y colaboraron con los ingenieros con algunos datos sobre las disposiciones del interior y el funcionamiento del tranvía Los tranvías recibían la electricidad a través de trolleys o pantógrafos. Este último era un dispositivo flexible que hacía contacto con el cable a través de una plantilla de metal. Nuestro tranvía fue dotado de un pantógrafo diseñado especialmente para este proyecto y su colocación marcó el inicio de la última etapa del proceso de reconstrucción y puesta en funcionamiento del tranvía Luego de instalar la iluminación interior, los asientos, avisos, mamparas, agarraderas de cuero y los objetos de bronce, y realizar las pruebas respectivas del motor y los mandos, el vagón fue cubierto y trasladado, separado del “truque”, a su destino final: la avenida Pedro de Osma, en la cual ya se había culminado de plantar los postes, tender la línea eléctrica y rehabilitar la línea férrea. El Tranvía Eléctrico del Museo de la Electricidad fue finalmente inaugurado el 22 de agosto de 1997 y a partir de allí tomó el nombre de “Vagón del Recuerdo”. Con su rehabilitación se logró hacer realidad la preservación y revaloración de un testimonio de nuestro patrimonio industrial. Además, el proyecto promovió la sensibilización en la población, en torno al uso de la electricidad como energía no contaminante para el transporte público y la educación a nuestras generaciones presentes y futuras en el uso sostenible de nuestros recursos. No cabe duda que este proyecto no se hubiera hecho posible sin la participación del sector empresarial, que tiene en la promoción de la cultura un compromiso como parte de una política socialmente responsable y del entusiasta grupo de profesionales dirigidos por Luis Repetto, que también hicieron posible que el tranvía volviera a rechinar los rieles en Barranco. Neydo Hidalgo Director del Museo de la Electricidad Abril de 2006. [email protected]