LA SEGUNDA REPÚBLICA. 1931-1939 . 1. La caída de la Dictadura de Primo de Rivera. Acogida con entusiasmo por la burguesía y con aceptación por la Corona, logró imponer su autoridad en el país, unas veces por la convicción, otras por la fuerza. Hundida pronto en el convencionalismo de su política, y amenazada por una coyuntura política internacional desfavorable, su audiencia se vio erosionada con el paso del tiempo. Cuestionado el dictador incluso por los generales (en un articulo publicado en la prensa, firmado con pseudónimo, el propio dictador pedía su opinión), en enero de 1930-el general Miguel Primo de Rivera abandona el poder y se exilia a París (donde muy poco después morirá). Los gobiernos sucesivos de Berenguer y Aznar, conocidos como “la dictablanda”, son sólo gobiernos de transición. La oposición democrática, aprovechando la debilidad del poder, comienza a reconstituirse. En agosto de 1930 sus diversos componentes (antiguos monárquicos hostiles a la dictadura alejados de Alfonso XIII y reconvertidos al republicanismo, republicanos de diversas tendencias, socialistas) se reúnen y firman el Pacto de San Sebastián, verdadera plataforma de acción política común. Queriendo reconquistar el semblante de legitimidad democrática, pero sin someterse al veredicto de la opinión pública que hubieran supuesto unas elecciones legislativas, el gobierno intenta maniobrar convocando elecciones municipales: el resultado es igualmente negativo, el fin de la monarquía. 1 2. El advenimiento de la II República. Una sublevación militar, en diciembre de 1930, iniciada por los suboficiales Galán y García Hernández desde Jaca, fracasó. Pero las elecciones municipales, convocadas para el 12 de abril de 1931, dieron el triunfo, en las principales ciudades, a la coalición republicana. Masas entusiastas aclamaban a la República en las calles de las principales ciudades. Lluis Companys proclamó la República Catalana desde el balcón del Ayuntamiento de Barcelona, Antonio Machado en Segovia. Alfonso XIII tomó el camino del exilio. El día 14 de abril Niceto Alcalá Zamora presidía un gobierno provisional republicano, previsto en el Pacto de San Sebastián: - republicanos católicos: N. Alcalá Zamora y Miguel Maura; - republicanos de centro-izquierda: Manuel Azaña y Marcelino Domingo; - socialistas: Largo Caballero, Indalecio Prieto, Fernando de los Ríos; - nacionalistas catalanes: Nicolau D’Olver; - y gallegos: Casares Quiroga. Este gobierno representaba a la pequeña burguesía y un sector de la clase obrera, y era ampliamente apoyado y esperado por las clases populares. Quedaban al margen los grandes propietarios y la oligarquía financiera. 3. El bienio reformador. La primera tarea que se asignaron los vencedores fue constituir un marco jurídico e institucional que iba a definir el régimen naciente. La constitución de 1931. En unas Cortes constituyentes (28 de junio de 1931) dominadas con una amplia mayoría por las élites intelectuales republicanas se elaboró la Constitución. Inspirada en la Constitución alemana de Weimar, era una de las constituciones más democráticas y avanzadas de la Europa de entre-guerras: * definía en nuevo régimen como "una república de trabajadores de todas clases". * reconocía los derechos fundamentales (expresión, reunión, asociación ...). * establecía una nueva organización territorial, reconociendo las "nacionalidades históricas", tendiendo a una organización federalista. * establecía un régimen parlamentario monocameral. 2 * reconocía la separación Iglesia-Estado, con una profunda laicización de éste último, y el reconocimiento de matrimonio civil y el divorcio. * reconocía el voto de las mujeres. El marco jurídico establecido por las Cortes no logró reducir la tensión popular en las calles. El reformismo prudente de los dirigentes republicanos choca con: - los radicalismos sociales de las fuerzas izquierdistas, anarquistas y comunistas, que denuncian a la "república burguesa", proponiendo una revolución social. - y los monárquicos nostálgicos de la derecha, que muy pronto intentan conspirar contra la República (Sanjurjo, 1932). Las reformas. N. Alcalá Zamora, republicano moderado y católico, es nombrado Presidente de la República; Manuel Azaña republicano radical, será nombrado Presidente del Gobierno; junto a republicanos y socialistas se dispone a realizar su proyecto político: "una herencia histórica gobernada por la razón” (M. Azaña, 1966). La cuestión religiosa. Una firme voluntad de laicización de la sociedad española, largamente deseada por las fuerzas progresistas, pretende ponerse en marcha: - expulsión de los jesuitas, - limitación de los poderes de las congregaciones religiosas. - desarrollo de la escuela pública... Estas medidas modificaron el panorama cultura español. Pero la separación radical de la Iglesia y el Estado, inspirada en el modelo francés, fue acogida como una declaración de guerra por los católicos y una violencia anticlerical, la quema de conventos en Madrid y otras ciudades españolas, desatada en mayo de 1931, confirmó los temores de los católicos. La iglesia militante se posicionó decididamente contra el nuevo régimen. La reforma del ejército. El propio Azaña asumió desde la Presidencia el Ministerio de Defensa, y tomó las primeras medidas para una modernización y racionalización del ejército, también inspiradas en el modelo francés: - reducción, por medio de la jubilación anticipada, del enorme número de oficiales, que pasarían de 20.500 a 13.000. - clausura de la Academia General Militar (dirigida por el general Franco), cuya formación se consideraba obsoleta. - reorganización del reclutamiento de la tropa, generalizando el servicio militar y suprimiendo el sistema de exención. - preparación de un cuerpo de oficiales de reserva. - alejamiento de los militares del ámbito político, derogando la "Ley de jurisdicciones", que atribuía a la jurisdicción militar algunos delitos civiles. 3 El ejército recibió las reformas como un ataque contra la institución. Las escasas posibilidades de ponerlas en práctica y ver sus frutos (la llegada de la derecha al poder....) las convirtió en un elemento retórico más contra la República, que no consiguió nunca ganar la confianza de los militares, quienes se vieron personalmente amenazados en su futuro profesional y hostiles ante la amenaza política de la ruptura de la unidad nacional. La cuestión nacionalista. El Pacto de San Sebastián recogía las aspiraciones de autogobierno de Cataluña, Euskadi y Galicia. Tras la proclamación de la "República Catalana", Companys negoció con el Gobierno central la constitución de un gobierno autónomo, la Generalitat de Catalunya, y un Estatuto de Autonomía, el "Estatuto de Nuria", aprobado por las Cortes en 1932. En Euskadi nacionalistas (Partido Nacionalista VascoPNV) y carlistas acordaron en Estella, en 1931, un proyecto de Estatuto similar al catalán, pero no fue aprobado hasta 1936. Otros Estatutos, como el gallego o el aragonés (Estatuto de Caspe) no llegaron a ser aprobados por las Cortes, debido al estallido de la guerra. La reforma agraria. Una de las cuestiones esenciales que pesaban sobre la vida del país era la cuestión agraria, frecuentemente reducida a la cuestión del latifundio, al cual se vinculaba la extrema pobreza de una masa considerable de jornaleros sin tierras, afectados por un paro endémico. La reforma agraria se convirtió en uno de los objetivos prioritarios del nuevo régimen. Marcelino Domingo, Ministro de Agricultura, creó el Instituto para la Reforma Agraria (IRA), para llevar a cabo la aplicación de una Ley de Reforma Agraria aprobada en septiembre de 1932. La gestación del marco jurídico y técnico fue laboriosa, produciendo divergencias en el seno de la coalición gubernamental: de una reforma con finalidades esencialmente sociales (destinada a luchar contra el paro), se pasó a una reforma económica, de racionalización y optimización de la agricultura. La reforma agraria ofreció escasos resultados: el 31 de diciembre de 1933 sólo 4.000 campesinos habían recibido algún lote de tierra (el proyecto preveía asentar 60-70.000 por año). La política agraria supuso una de las grandes decepciones, tras las enormes expectativas abiertas con el cambio de régimen entre el proletariado agrícola. Fuertes agitaciones populares (en algunas zonas la influencia de los anarquistas entre los campesinos era grande) fuertemente reprimidas por las fuerzas del orden (Casas Viejas, enero 1933); la fuerte inquietud por parte de los propietarios privó a la República de importantes apoyos. 4 El esfuerzo republicano había conducido, en muy poco tiempo, a modificar substancialmente la naturaleza del Estado español, convertido en un estado democrático, laico, que caminaba hacia una estructura federalista. Globalmente la política gubernamental representaba un esfuerzo de modernización y racionalización destinado a asumir la gestión de una política social y económica que respondiese a las nuevas orientaciones. Pero los hechos fueron poco favorables. 4. La coalición radical-cedista (el "bienio negro"). Disensiones en el seno de la coalición gubernamental, una mayor concentración de las fuerzas de derecha y un gran descontento de las clases populares (anarquistas, comunistas) dieron el triunfo, en las elecciones de 1933 al centro-derecha (CEDA y radicales de Lerroux). En 1944 se constituyó un Gobierno, presidido por Lerroux, con 4 ministros de la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas, partido presidido por Gil Robles), de fuerte influencia musoliniana. Para los republicanos esto fue una provocación. La coyuntura política internacional comenzó a hacer sentir sus efectos negativos en España, provocando una fuerte agitación social. La tensión entre izquierdas y derechas estalló los primeros días de octubre. La revolución de Asturias. La huelga general fue convocada por socialistas, comunistas y anarquistas: el movimiento fue apoyado por la izquierda catalanista (Companys proclamó la República Catalana) y en Asturias (la "comuna de Asturias") las cuencas mineras aguantaron más de 15 días la fuerte represión del ejército colonial mandado por Franco. El movimiento revolucionario fomentó una alianza obrera (la U.H.P., Unión de Hermanos Proletarios), embrión de la futura unidad antifascista. Momentáneamente triunfante, la derecha practicó una política de represión violenta (decenas de miles de obreros y republicanos encarcelados, líderes políticos escondidos o en el exilio) y paralizó la política reformista de los primeros años de la República, en especial la reforma agraria. 5. El Frente Popular. La experiencia asturiana fue decisiva en la elaboración de la estrategia de los Frentes Populares, impulsada por la Internacional Comunista en el año 1935. En España, donde la resistencia a la represión fue esencial para el conjunto del movimiento obrero, desembocó en un acuerdo de los partidos de izquierdas, firmado en enero de 1936. 5 Limitada en su programa, esta estrategia que no preveía ninguna medida revolucionaria, fue en cambio movilizadora por sus promesas de amnistía (logrará el voto de algunos sectores anarquistas), y vinculó a hombres como Azaña en una perspectiva electoral. El Frente Popular ganó las elecciones de febrero de 1936; por el sistema de escrutinio, una exigua mayoría de votos se convirtió en una amplia mayoría de escaños. La polarización de la vida política española, dividida en dos bloques numéricamente iguales, se hizo cada vez más violenta, violencia que el gobierno del Frente Popular, compuesto sólo por republicanos, no logró frenar. De febrero a junio las ocupaciones de tierras y las huelgas, acompañadas de represiones brutales de las fuerzas del orden, se multiplicaron: era un clima de preguerra civil; en los dos bloques, izquierdas y derechas, grupos de choque se armaron. Al día siguiente de las elecciones, una coalición de militares, y hombres políticos de la derecha y extrema derecha, beneficiados por el apoyo económico de Mussolini, comenzaron a conspirar. El gobierno no prestó demasiada atención a estos movimientos y sólo tarde y de manera insuficiente tomará algunas medias, como dispersar a los generales implicados en el complot y enviarlos a guarniciones lejanas; Franco será enviado a Canarias. El 12 de julio los falangistas asesinaron a un teniente anarquista. El 13 de julio, en represalia, fue asesinado el dirigente monárquico José Calvo Sotelo. Estos acontecimientos precipitaron la sublevación militar. El 17 de julio se sublevaron las guarniciones de Canarias y Marruecos; el 18 las principales ciudades de la Península, triunfando en Sevilla, Zaragoza, Oviedo y Pamplona. Las principales ciudades, Madrid y Barcelona, Valencia, las provincias del Norte y Andalucía oriental fueron defendidas por fuerzas populares diversas, armadas y organizadas por los sindicatos obreros y los oficiales que permanecieron fieles a la 6 República. Lo que se planeaba como un golpe de estado, un pronunciamiento rápido, se transformó así en una guerra civil larga y cruel. Páginas web sobre la II República: www.juntadeandalucia.es/averroes/iescasasviejas/cviejas1/histo2/tema2%20rep.htm Una interesante página para uso escolar, muy completa desde el punto de vista temático, ilustrada, con actividades interactivas y solucionario. http://www.bib.ub.es/www1/temes/1republ.htm Excelente página de enlaces a recursos en la red sobre la II República (esta página de entrada ha sido elaborada por la Universidad de Barcelona y está en catalán). http://www.historiasiglo20.org/enlaces/esp1931-1936.htm Excelente página de enlaces. http://www.segundarepublica.com/index Exhaustiva información y documentos sobre la II República. …………….. 7