Subido por Ady Anguis

Autolesiones

Anuncio
autolesiones en adultos. A tenor de nuevos datos sobre
el aumento del cutting entre los adolescentes, se debe
decir que no es un comportamiento único y exclusivo de
ellos.
Joaquín, de 61 años es profesional liberal con una vida muy
estresada. Acude a consulta en pleno mes de julio. Aunque
la consulta es confortable, con aire acondicionado, lo cierto
es que esa tarde el calor era agobiante. A pesar de ello,
Joaquín no se desprende en ningún momento de la
chaqueta de su traje azul marino. El sudor le caía por la
frente. Acudía en busca de ayuda para gestionar el estrés.
Durante todo aquel agobiante verano, Joaquín estuvo
viniendo a consulta enfundado en trajes de diferentes
colores. Un día en el que mis dudas ya eran obvias, le digo
que el aire acondicionado esta estropeado… tras 40
minutos de chorrear sudor, no tiene más remedio que
quitarse la chaqueta, dejando a la vista autolesiones tanto
antiguas como recientes.
Estudios acerca de las
automutilaciones en
adultos
Aunque es una conducta que empieza en la adolescencia,
existe un estudio dirigido por Elizabeth Murphy de la
Universidad de Manchester1, el cual forma parte del
Proyecto de Vigilancia de las autolesiones que confirma que
también se da en adultos, en los cuales aumenta el riesgo
de suicidio.
Dicho estudio ha sido publicado en “The British Journal of
Psychiatric” y se ha realizado con 1177 personas de ambos
sexos, de 60 años o más, que habían ido a los servicios de
urgencias de los seis grandes hospitales de Oxford,
Manchester y Leeds tras haberse autoagredido por
envenenamiento (88%), cortes (9%) y métodos violentos
como colgarse o asfixiarse (3%).
Según los autores del estudio «las cifras de autoagresión
para personas de 60 años o más fue de 65 casos por cada
100.000 habitantes tanto en hombres como en mujeres, en
comparación con los 380 casos que se producen en
jóvenes de entre 20 y 59 años”. De la muestra estudiada, el
12’5% tuvo que regresar a urgencias por el mismo motivo
durante el año siguiente, mientras que un 1’5% se había
suicidado.
Por tanto, según los investigadores, el riesgo de suicidio
fue «67 veces más que el de la población general y tres
veces mayor que el que tienen los que jóvenes que también
se hacen daño a sí mismos».
Michael Dennis de la Universidad de Swansea y David
Owens, de la Universidad de Leeds, recalcan que es
importante realizar una estrecha vigilancia, especialmente
de las personas mayores de 75 años porque son las que
corren mayor riesgo de suicidio.
Factores biológicos y
bioquímicos implicados
en la autolesión
Según Wichel y Stanley (1991), los sistemas dopaminérgico
y opiáceo no están implicados en la autolesión mientras que
el sistema serotoninérgico sí lo está. Diversos estudios
realizados por ambos investigadores, resaltaron que
fármacos que se usan para estabilizar el estado de ánimo,
también estabilizan las conductas de automutilación de la
misma manera que lo harían con el trastorno obsesivocompulsivo .A partir de ahí, plantean la hipotésis de las
posibles similitudes clínicas entre ambos trastornos.
Simeon et al. (1992) encontraron que la autolesión
correlaciona negativamente con los sitios de unión de la
imipramina en las plaquetas, lo cual nos indica una
existencia de disfunción serotoninérgica que viene a
reforzar lo dicho.
Si a ello le sumamos los estudios de Stoff et al (1987) y
Birmaher et al (1990), según los cuales la disminución en
los sitios de unión de la imipramina en las plaquetas
correlaciona con agresividad e impulsividad, se entiende el
motivo por el cual las conductas autolíticas – tal y cómo
veremos más tarde- se pueden situar dentro de los
trastornos del control de los impulsos, igual que la
cleptomanía, la tricotilomanía o la ludopatía.
Por su parte, Coccaro et al.(1997) llevaron a cabo estudios
para comprobar si, realmente, el sistema serotoninérgico
tenía alguna relación con la conducta autolítica. Los
resultados mostraron que la serotonina se correlaciona con
la irritabilidad de modo que la conducta expresada es
función del nivel de serotonina. Así, si el nivel de serotonina
es normal, la irritabilidad se expresa en forma de gritos, tirar
cosas, dar portazos,… pero si el nivel es bajo, la irritabilidad
aumenta, nos volvemos más agresivos y dicha agresión
puede ir hacia nosotros mismos (autogresión, suicidio) o
hacia los otros (heteroagresión).
Herpetz y Favazza,(1997) investigaron la manera en que
los niveles de practina varían en pacientes que se
autolesionan y hallaron que sus niveles eran bajos lo cual
implicaba una actuación deficiente de la prolactina.
Asimismo, Stein et al (1996), halló unos resultados similares
pero en pacientes con TOC.
¿Cuáles son las
características
psicológicas de los
adultos que se
automutilan?

Emociones negativas frecuentes, intensas, diarias. Las
autolesiones son un alivio temporal y muy fugaz del distrés
emocional que padecen.


Dificultades
en
la
expresión
de
emociones. Probablemente sientan que sus emociones
están alteradas, pueden no saber lo que estar sintiendo (si
están tristes no saben diferenciar, con claridad, si es tristeza,
enfado o miedo) e, incluso, hay pacientes que dicen “no tener
sentimientos” o “no ser capaces de expresar el sentimiento
X” (generalmente, una emoción positiva como alegría y
sorpresa).
Muy autocríticos. Intensas experiencias de rabia y rechazo
hacia sí mismos. Muy baja autoestima. Si nos encontramos
ante un paciente con una elevada emocionalidad negativa y
muy autocrítico, tiene un elevado riesgo no tan sólo de
conducta autolítica, sino también, de suicidio.
Funciones de las
autolesiones
Foto: Wikipedia





Regulador emocional. Calmante ante una herida
emocional por sustitución con una herida física, como
función principal. Se consigue disminuir el efecto de las
emociones negativas: especialmente, rabia, ansiedad y
frustración.
Autocastigo. Por haberse autolesionado, por haber caído
ante su baja autoestima. El/la paciente lo expresa como “un
viejo conocido”.
Comunicar el dolor a los otros. En algunos casos, ese
“hace saber”, se usa como un elemento controlador del otro
que va a pasarse su tiempo “con miedo a…” y que, muchas
veces, esconde una necesidad de reconocimiento por parte
del otro, del afectado o, también, un intento desconsolado
por parte de este para que el otro sepa que existe. De
cualquier manera, si obtiene una atención positiva, ello va a
reforzar sus conductas.
Asegurar su propio sentido. Al paciente suele resultarle
dificultoso el mantenimiento de sus límites ya sean
psicológicos o interpersonales y por ello necesita herirse.
Para seguir en conexión su mundo interno con el externo.
Estrategias. Para recuperar el sentido de sí mismos:
prefieren tener una experiencia desagradable a no sentir
nada porque aseguran “así me siento real”, “me dejo de
sentir entumecido”, “siento algo, aunque sea dolor”. Por otra
parte, resisten el intento suicida al aliviar aquellas
emociones negativas que suelen dirigir las conductas
tanatolíticas.
¿Cuál es la prevalencia?
¿Es normal la
autolesión?
Del 4% del total de la población adulta que informan de
autolesiones, un 1% tienen una historia severa de conducta
autolítica y el 20% son pacientes con patología psicólogica
y/o psiquiátrica.
Las mujeres tienen una prevalencia de 3 a 4 veces
mayor que los hombres puesto que tienen cierta tendencia
a internalizar la rabia.
Del 5 al 15 % de los ingresos en los hospitales son debidos
a autolesiones en adultos, de los cuales el 50% de los
hombres y el 25% de las mujeres ha consumido alcohol
durante las horas previas. Esto es muy preocupante porque
muchos de ellos actúan impulsivamente y consumen
drogas. A veces, llegan a la sobredosis al haber tomado
cantidades más importantes de las que creían estar
tomando.
Aunque es cierto que el 25% de las personas que ya están
en tratamiento por autolesiones intenta suicidarse – de una
forma consciente – también lo es que existen aquellos
indecisos “no sé si quiero seguir viviendo” que, de esta
manera, ponen su vida en manos de un coctel muy
peligroso.
¿Los adultos que se
autolesionan pueden
tener algún trastorno
psicológico?




Trastorno del Estado de Ánimo. Sobre todo en pacientes
con depresión y trastorno bipolar.
Trastorno de la Conducta Alimentaria. En mujeres con
anorexia o bulimia. Según Favazza (1996) tanto estas
enfermedades como las autolesiones, son intentos de
poseer el propio cuerpo y de percibirlo como el yo, distinto
al otro. Considera que la automutilación es una liberación
de la ansiedad y se convertiría en una alternativa a la
anorexia o a la bulimia.
Trastorno Obsesivo-Compulsivo. Está clasificado en el
CIE-10 como un trastorno de ansiedad mientras que las
autolesiones lo están como un trastorno del control de los
impulsos. A menos que la autolesión forme parte de un
ritual obsesivo para rechazar algo malo que sucedería, no
debería ser considerada un síntoma de TOC.
Trastorno por Estrés Postraumático. La autolesión
(automutilación) ayuda a aquellos que tienen una historia de



traumas repetidos graves a entender por qué tienen tantos
problemas para regular y expresar las emociones.
Trastornos Disociativos. Implican problemas de
conciencia fragmentada (trastorno de identidad disociativa)
y modificación de la conciencia (trastorno de
despersonalización). En este último caso, algunas personas
reaccionan a estos episodios de despersonalización,
haciéndose daño a sí mismas, esperando que el dolor les
devuelva la conciencia.
Trastornos de ansiedad. Las personas con ansiedad
utilizan las autolesiones como un mecanismo de calmarse.
Por ello, hay un alivio temporal de la tensión cuando se
preocupan cada vez más.
Trastorno del control de los impulsos. Justifica el ciclo
de la autolesión.
¿Cuándo debes parar?
Después de una cierta cantidad de heridas, la necesidad
autolítica queda saturada y la persona se siente más
tranquila.
De los encuestados por Conterio y Favazza (1986), el 10%
dijeron sentir mucho dolor al lesionarse, el 23% afirmaron
que el dolor era moderado mientras que el 67% aseguraron
que el dolor era de leve a inexistente. Haines et al
(1995)encontraron que la reducción de la tensión
psicofisiólogica es la finalidad principal de la autolesión.
¿Qué hago si me estoy
autolesionando?
La mayoría de los pacientes autolesionadores desean
dejar de hacerlo y, de hecho, lo pueden conseguir si
desarrollan métodos eficaces de afrontamiento del estrés.
Es importante entender qué es lo que has llevado a hacer
estas conductas porque será una forma de prevenirlas.
Puedes usar diversas pautas para reducir al mínimo el
riesgo de la autolesión o el daño producido por las mismas.
Estas serían:




Cuando sientas el deseo de autolesionarte, para un
momento. Piensa qué tendría que cambiar – en ti mismo,
en tu entorno, en tus circunstancias – para que no volvieras
a sentir ese deseo. Es importante que lo anotes.
Realiza una cuenta hacia atrás.
Busca una cosa, fíjate en un elemento que esté cerca de ti
en la habitación y, cada vez que tu pensamiento se dirija al
pensamiento de la autolesión, vuelve hacia ese objeto y
sitúate en el aquí y el ahora.
Realiza una respiración diafragmática. Inhala cinco veces y
exhala cinco veces, con lentitud, y a través de la nariz.
Puede que, a pesar de todo ello, sientas aún deseos de
autolesionarte. Entonces, prueba con lo siguiente:
En el lugar donde pienses hacerte la autolesión, píntate
unas líneas en rojo con lo que tengas a mano: un bolígrafo
rojo, pintura roja,…





Sal y haz algo de ejercicio físico al aire libre.
Grita, llora, si lo necesitas. Debes expresar tus emociones.
Frótate con hielo la zona que ibas a autolesionarte.
Ten un libro preparado para distraer el pensamiento.
Empuja con fuerza la pared pero sin golpearla.
Una vez ha pasado el deseo de autolesionarte, puedes usar
estas otras estrategias:


Analiza detalladamente qué es lo que hace que te sientas
así: pensamientos, situaciones, emociones. Haz un registro
diario de ello.
Escribe un diario emocional. En él se anotan los
pensamientos y emociones de cada día desde la parte más
positiva pero, también, los negativos preguntándote si te
aportará algo bueno, si te servirá para tu crecimiento
personal,…
Busca ayuda profesional por parte de un psicólogo. La
autolesión suele ser síntoma de un trastorno más
importante y es necesario tratarlos todos.
Naiara había sido víctima de una acoso escolar de larga
duración. Mientras todos miraban hacia otra parte, Naiara
encontró una única salida a tanto dolor: el placer sustitutivo
de la automutilación. Varios meses después, Naiara sigue
ingresada después de lo que ella llama “un mal corte”.
Cristian es un adolescente rebelde que topaba con la
disciplina familiar, una y otra vez. Su historia era una
sucesión de conflictos con todas las figuras de autoridad
hasta que la automutilución fue su salida. Actualmente, aún
sigue bajo tratamiento tanto psicológico como psiquiátrico, a
pesar de su rotunda negativa inicial a ambos.
¿De qué trata la
automutilación?
Se trata de cortes, rasguños, quemaduras o arañazos
realizados a propósito por uno mismo mediante un objeto
filoso o cortante; una navaja, un cuchillo, una tijera, la
lengüeta metálica de una lata de bebida, el extremo de un
clip, una lima de uñas o un bolígrafo. Algunos, se queman
la piel con la colilla de un cigarrillo o con un fósforo
encendido y de forma lo suficientemente profundos como
para cortar la piel y causar sangrado.
Generalmente se lesionan en muñecas, antebrazos,
abdomen, muslos, aunque se pueden lesionar otras zonas),
que suelen hacerse a escondidas, en secreto, y ocultarse
las heridas y las posteriores cicatrices, bajo mangas largas,
varias mangas, pantalones e impidiendo el acceso de otras
personas a su habitación, al baño o, buscando excusas,
para no hacer deporte e, incluso, la clase de gimnasia ya
que la automutilación suele conllevar un sentimiento de
vergüenza y ocultación, de forma que, si alguien las
descubre, inventan excusas sobre cómo se lastimaron.
La mayoría de quienes se automutilan son mujeres,
pero los varones también lo hacen. Generalmente esta
conducta comienza en la adolescencia y puede continuar
en la vida adulta. En algunos casos, hay antecedentes
familiares de automutilación mediante cortes.
La automutilación suele empezar con un impulso. Pero,
muchos adolescentes descubren que una vez que
empiezan , esta conducta les resulta adictiva y puede ser
difícil abandonarla. Muchos de los adolescentes que se
lesionan afirman que cortarse les proporciona un alivio
para sus emociones de profundo dolor, y, por tanto, esta
conducta tiende a reforzarse a sí misma.
La automutilación consigue convertirse así en la respuesta
habitual de un adolescente a las presiones y a los
sentimientos que le resultan insoportables. Algunos
quisieran dejar de hacerlo, pero no saben cómo o sienten
que no pueden. Otros no desean dejar de cortarse.
¿Por qué se cortan los
adolescentes?
Lo hacen por diferentes motivos. Para la mayoría, es un
intento de interrumpir emociones fuertes que les resultan
intolerables. Pero no es un intento de suicidio. Aunque,
demasiadas veces, subestiman la posibilidad de que las
infecciones o hemorragias que acompañan a estas lesiones
les ocasionen heridas más graves e, incluso,
enfermedades.
La automutilación consigue
convertirse así en la respuesta
habitual de un adolescente a las
presiones y a los sentimientos que le
resultan insoportables
Emociones fuertes y abrumadoras
La mayoría de los adolescentes que se cortan sufren
con emociones fuertes. Creen que, el lastimarse es la
única manera de expresar o interrumpir esos
sentimientos que son demasiado intensos para soportar; el
dolor emocional de sentirse rechazados (ya sea en el
colegio, en el grupo de amigos o, incluso, en la propia
familia), la pérdida o el fin de una relación, o una angustia
profunda pueden ser abrumadores para algunos
adolescentes.
Además, muchas veces lidian con situaciones
difíciles que nadie más conoce. En otros adolescentes, es
la presión de ser perfectos o de estar a la altura de
expectativas inalcanzables, ya sean propias o impuestas.
Algunos, han sido heridos por un trato severo o por
situaciones que los han hecho sentir sin apoyo, impotentes,
indignos o faltos de amor.
También, existen otros adolescentes que han sufrido un
trauma, lo que puede causar períodos de adormecimiento
emocional. Para ellos, cortarse puede ser una manera de
comprobar si todavía pueden «sentir» dolor. Otros lo
describen como una forma de «despertarse» de dicho
adormecimiento
El dolor físico autoinfligido es específico
y visible
Para algunas personas, el dolor físico es preferible al dolor
emocional ya que esté sólo puede sentirse como
inespecífico, difícil de precisar y de aliviar. Sin embargo,al
cortarse, los adolescentes dicen sentir una sensación de
control y alivio al saber de dónde proviene su dolor, de una
forma específica, y, al mismo tiempo, sensación de
bienestar cuando se detiene. Las lesiones pueden
simbolizar el dolor interior que no se pudo verbalizar, confiar
a alguien, reconocer o sana
Una sensación de alivio
Muchos de los adolescentes que se cortan describen la
sensación de alivio que sienten al hacerlo, lo que es común
de las conductas compulsivas. Ello podría ser debido a
varios motivos: la liberación de endorfinas u hormonas del
«placer» que se liberan cuando se produce un esfuerzo
físico intenso y que también pueden liberarse cuando se
produce una lesión;la distracción de las emociones
dolorosas que produce el dolor físico intenso y la impresión
de ver sangre.
Prueba una sesión
gratis
Descubre cómo la terapia de pareja online te ayuda a
acabar con los cortes y mutilaciones que controlan tu vida.
PEDIR CITA
La sensación de «adicción» a los cortes
Cortarse puede crear hábito. Si bien sólo proporciona un
alivio temporal del dolor emocional, cuanto más se corta
una persona, más necesidad siente de continuar
haciéndolo.
Al igual que con otras conductas compulsivas, el cerebro
comienza a relacionar la sensación momentánea de alivio
de las emociones desagradables con la acción de cortarse.
Cada vez que surge dicho dolor, el cerebro busca ese alivio
y lleva al adolescente a repetir esta conducta.
Este es el motivo por el cuál lesionarse mediante cortes
puede convertirse en un hábito que hace que la persona se
sienta incapaz de dejarlo,especialmente, si las tensiones
emocionales a las que esta sometido el adolescente, son
intensas.
Problemas de salud mental
El cortarse a menudo está vinculado o forma parte de
diversos problemas de salud mental como son: impulsos,
obsesiones o conductas compulsivas. A veces, la depresión
o el trastorno bipolar pueden contribuir a que los estados de
ánimo sean tan abrumadores que al adolescente le cueste
regularlos.
Lo mismo ocurre con los trastornos de personalidad en que
las relaciones interpersonales se viven de forma intensa
pero inestable, así como conductas de riesgo o
autodestructivas generadas por emociones peligrosas.
Para otros, el estrés postraumático ha afectado su
capacidad de lidiar con las situaciones o enfrentan
problemas de consumo de alcohol o sustancias.
Presión de los compañeros
Algunos adolescentes empiezan a cortarse por influencia
de otros compañeros que ya lo hacen. Por ejemplo, una
adolescente podría intentar cortarse porque su novio lo
hace. También puede existir la presión de un grupo de
compañeros. Algunos adolescentes se cortan en grupo y
podrían presionar a otros a hacerlo. Un adolescente podría
ceder ante esta presión de grupo para demostrar que es
“valiente” o «está en la onda», para tener un sentido de
pertenencia o evitar el acoso de sus compañeros.
Cualquiera de estos factores puede ayudar a explicar por
qué un adolescente se corta, pero también juegan un papel
fundamental los sentimientos y las experiencias únicos
de cada adolescente. Algunos de los adolescentes que se
cortan podrían no ser capaces de explicar por qué lo hacen.
Independientemente de los factores que pueden conducir a
que un adolescente se autolesione, esta conducta no es
una forma sana de manejar las emociones y presiones, por
extremas que éstas sean.
Cómo enfrentar la
conducta de
automutilación
Algunos adolescentes esconden sus lesiones, o si dichas
lesiones requieren atención médica, ésta puede ser
la única forma de que otros se enteren de lo que les
sucede; pero muchos adolescentes se automutilan
mediante cortes durante mucho tiempo antes de que
alguien se dé cuenta. Algunos le cuentan a alguien su
problema, ya sea porque desean ayuda para dejar de
lesionarse o porque desean que alguien sepa lo que les
pasa.
Pedir ayuda requiere coraje y confianza. Muchos
adolescentes dudan en contarle a alguien su problema
porque temen que se los malentienda, o que, al saberlo,
otras personas se sientan enojadas, molestas,
decepcionadas, escandalizadas o los juzguen mal. Algunos
se lo confían a amigos, pero les piden que no digan nada.
Esto puede crear una carga para el amigo que lo sabe.
Si se los interroga acerca de los cortes, los adolescentes
pueden responder de diferentes maneras; algunos, lo
niegan mientras que otros quizá lo admiten, pero niegan
que sea un problema. Algunos incluso pueden enojarse y
sentirse molestos, o rechazar cualquier intento de ayuda. A
algunos adolescentes les alivia que otra persona sepa lo
que les pasa, se preocupe por ellos y desee ayudarlos.
Cómo detener la
automutilación mediante
cortes
Independientemente de que otra persona lo sepa y haya
intentado ayudarlos o no, algunos adolescentes se siguen
cortando durante mucho tiempo antes de abandonar esta
conducta. En aquellos casos donde los cortes son parte de
otro problema de salud mental, generalmente se
requiere ayuda profesional.
A veces el hecho de cortarse u otros síntomas derivan en
la hospitalización del adolescente en un hospital o clínica
de salud mental. En algunos casos, deben ser
hospitalizados más de una vez por autolesiones antes de
que estén listos para aceptar ayuda por cortarse o por otros
problemas de salud mental comórbidos.
Algunos adolescentes encuentran por sí mismos una
manera de dejar de lesionarse . Esto puede suceder si el
adolescente encuentra una razón importante para dejar de
hacerlo, si recibe el apoyo necesario o si encuentra
maneras de resistirse a este fuerte impulso.
También debe descubrir nuevos modos de manejar las
situaciones problemáticas y de regular las emociones
abrumadoras. Esto puede llevar tiempo y a menudo
requiere la ayuda de un profesional de la salud mental.
Puede ser difícil dejar de cortarse y quizá un adolescente
no tenga éxito al principio. Algunos dejan de hacerlo por un
tiempo y luego recaen. Para romper con este fuerte hábito
se requiere determinación, valentía y fortaleza, así como el
apoyo de otras personas que brinden su comprensión y
afecto.
Señales de alerta en el
adolescente
1. Usa ropa grande y abrigada aunque haga calor
2. Manifiesta heridas, lesiones o cicatrices que no tienen
explicación aparente
3. Se encierra en el baño por largos períodos, sin dejar entrar
a nadie
4. Porta habitualmente navajas, cuchillos, cuchillas de
máquinas de afeitar
5. Se come las uñas al punto de lastimarse los dedos
6. No participa en actividades en grupo
7. Mantiene reserva absoluta sobre sus cosas
Recuperación:
tratamiento para evitar
los cortes y
mutilaciones
No es sencilla ya que sigue un curso parecido al de
cualquier otro tipo de adicción como; el alcoholismo, la
drogadicción, etc. Sin embargo, la recuperación es posible y
la ayuda profesional es indispensable para superar este
problema. El tratamiento incluye como algo fundamental
estimular al paciente a practicar ejercicios de
relajación, deporte, actividades artísticas, como una
manera de exteriorizar sus emociones e impedir que vuelva
el impulso autodestructivo.
Consulta con un psicólogo para recibir ayuda y acabar
con esta práctica autodestructiva. La primera sesión de
terapia online en Siquia es gratuita.
Descargar