Subido por Jonathan Ponluisa

Buenas ciudades para caminar

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DISEÑO URBANO
Buenas ciudades
para caminar
MELANYE ANDRADE
Buenas ciudades para caminar
Ciudades para la Gente - GEHL JAN
Caminar con un propósito y como un
comienzo
DISEÑO URBANO
La vida ocurre a pie
• Un niño al empezar a caminar ve al
mundo desde un campo de visión, perspec�va, flexibilidad y oportunidades, es así que
caminar se concidera una ac�vidad lineal
que nos permite llegar de un punto a otro.
• Caminar ex�ende las posibilidades de
poder recorrer varias partes y a través de
esto vivir la experiencia urbana, realizar
diferentes ac�vidades sociales de indole co�diano; caminar permite conocer acerca de
acontecimientos.
¿Cuán rápido?
• Acelerar o desacelerar el paso influye en
la ruta que u�licemos para movilizarnos ya
que en el se encuentran varios factores
como la suoerficie, la pendiente, el �empo
de llegada, entre otros. Es importante que el
espacio debe tener un diseño.
¿Cuán extensa?
• Una distancia peatonal no se puede definir solo por kilómetros, también hay que
considerar la calidad del recorrido, la calidad
del pavimento que se encuentre en buenas
condiciones para su u�lización.
Espacio para caminar
• Para realizar caminatas agradables debe el
usuario tener espacio para moverse libremente, en el qu eno haya obstáculos. Es importate tener un espacio para que circulen
las personas con movilidad reducida.
• Los automóviles �enen prioridad en las
avenidas, reduciendo notablemente las
dimensiones de aceras para los peatones,
disminuyendo y dificultando la movilidad de
los peatones que circulan en columnas empujándose.
Lugar para caminar
Peatones en zigzag
• Una caminata agradable se debe realizar
sin interrupciones u obstáculos, la can�dad
de personas y el espacio reducido hace que
los peatones limiten su circulación evadiendo obstáculos en zigzag para evitar accidentes
• Las escaleras implican inver�r esfuerzo
�sico esto influye en la psicología del
peatón, que caminar por un lugar plano y es
así que generamos barreras urbanas infranqueables.
Preferible evitar las escaleras y los
escalones
Desvíos odiosos e interrupciones sin
sen�do
• En el espacio público existen varios obstaculos dentro de la vereda, es por ello que se
generan barreras urbanas que evitan que las
personas invadan los carriles vehículares,
generando que el peatón evada y cambie su
ruta de caminata
Aplicación de la psicología de la
escalera
• Las personas persiben a las escaleras un
obstaculo el cual lo evitan; Sin embargo alinear las gradas permite que las personas no
sientan el gran esfuerzo dentro del trayecto
y de esta manera se logra disminuuir la longitud en la caaminata.
• Las personas prefieren realizar sus ac�vidades co�dianas en una planta baja ya que la
gente no invierte su esfuerzo �sico en subir
gradas, es por esta razón que las terrazas
tampoco son u�lizadas con frecuencia.
Las escaleras como una barrera �sica
y psicológica
Las rampas antes que las escaleras
• La mayor parte de personas eligen subir
una rampa a que las escaleras ya que su caminata es placentera y pronta, este �po de
circulación respeta la movilidad de las personas que no pueden circular por si solos.
• El no aplicar el esfuerzo �sico de las personas se ve reflejado al evitar subir las escaleras;Sin embargo el subir y bajar las escaleras
requiere movimientos de fuerza y mayor
ritmo peatonal debe pasar a ser un ritmo ascensional.
Que no haya ni escalones ni escaleras
Adoquines desparejos y baldosas
• Para brindar comodidad al usuario el pavimento debe permi�r movilizarce con facilidad, para ello debe ser an�- deslizantes,
facilitando la movilidad del usuario. Asegurando el tránsito y circulación.
Los pasos bajo nivel y los puentes
son una opción de úl�mo recurso
• El segregar el flujo peatonal para cambiar
su ruta por medio de un puente dio una gran
solución al tránsito vehicular, solucionando
que los ciclistas y los peatones se movilicen
seguros desde la ultura de la autopista.
• Gehl, J. (2017). Ciudades para la gente. Buenos Aires, Argen�na: Ediciones Infinito. Recuperado de h�ps://elibro.net/es/ereader/u�ec/78891?page=167.
Bibliogra�a
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