Subido por Fernando Zabala

ZABALA - ICC con comentarios.rtf

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Alumno: Zabala Fernando
Docente: Silvia Maiorana
Comisión 15
Segundo cuatrimestre de 2019
Los equipos de orientación escolar en el sistema educativo
Es útil partir de la base de que los Equipos de Orientación Escolar (EOE), en donde el
psicólogo puede participar como agente psico-educativo, han de constituir una fuente para
la intervención en el espacio escolar con una mirada interdisciplinaria, institucional y
destacando la necesidad de articular la atención a demandas puntuales de las escuelas con
los proyectos y políticas educativas.
Resulta necesario profundizar en el concepto de “intervención” ya que se ha empleado
durante largo tiempo para justificar la forma en que los psicólogos participaban en las
escuelas detectando y separando alumnos con determinadas patologías a través de un
discurso que no se discutía demasiado; recayendo en reduccionismos que se sostenían en
autoritarismos equívocos a partir de practicas gabinetistas que condujeron a un proceso de
etiquetación desmedida de alumnos; siendo esto lo que los Equipos de Orientación Escolar
vienen a suplantar de una manera superadora.
Los psicólogos de la “clínica de la etiquetación” (Benasayang 2003) ubicaban la fuente de
los problemas de los alumnos fuera de la escuela, en sus casas, en sus familias,
consecuencias de las situaciones económicas individuales apoyados en un paradigma
discursivo médico-hegemónico que se reducía, al final, a la medicalización de algunos
alumnos o a la expulsión de otros de la institución escolar debido a sus características.
Para cambiar esto, desde una perspectiva contextualista-situacional, se aporta que la
intervención posee un carácter dinámico; esto es, no lineal, no se trata de una bajada de
línea en base a un problema detectado en un aula y que recae sobre un o unos alumnos,
sino que se trata de un modelo de búsqueda, de construcción de un problema para así
planear la intervención que ha de ser interdisciplinaria en tanto el Equipo de Orientación
Escolar trabaja con los docentes y con la institución escolar en general, para aportar a la
integración de los alumnos de la clase y no, por el contrario, la etiquetación y marginación
de aquellos “problemáticos”.
Así, según Charms (1998), se define intervención como “entrar dentro de un sistema de
individuos en progreso y participar de forma cooperativa para ayudarles a planificar,
conseguir y/o cambiar sus objetivos”; en esta definición se destaca además la forma
racional, secuencializada de la intervención del agente psi como colaborador,
co-participador de la experiencia de aprendizaje y no como la intervención de un experto
que aporta una bajada de línea incuestionable acerca de lo que el docente, la escuela o el
alumno deben hacer.
La intervención de los equipos comienza luego de una demanda, de un pedido de ayuda,
por lo general, acerca de al menos un alumno. Esto es una demanda específica que señala
un problema, pero el equipo debe de observar las condiciones institucionales de la escuela
y no recortar el alumno de un curso determinado. Así, junto a la demanda específica se
contempla una demanda general que conducirán a la “construcción” de un problema;
resaltamos que la intervención se configura, no hay una fórmula de intervenciones de
acuerdo a tal o cual problema. El equipo profundiza la dimensión institucional del objeto de
análisis, volviendo a pensar el lugar de la demanda y construyendo así un problema a
abordar a partir de la elaboración de estrategias y prácticas de intervención que, desde un
paradigma contextualista no puede nunca dejar de lado las condiciones sociales, culturales,
individuales y familiares de cada alumno.
Construir un problema implica un proceso dialéctico de deconstrucción, reconstrucción y
co-construcción para poder hacer frente a las problemáticas ante las que se solicita la
intervención del Equipo. Una vez pensado de esta forma, se pueden evaluar en las
Unidades de análisis sobre las que el Equipo recaerá planificando la forma más adecuada
de intervención. La misma tendrá entre sus aspiraciones la mejora de la calidad educativa,
la inclusión social de todos en el hecho educativo, tanto alumnos como docentes, como el
dispositivo escolar en general, incluyendo directivos y familias de cada alumno, en tanto
defiende la educación como el derecho para todos de recibir la herencia cultural, y la
construcción personal y colectiva de sentido en la experiencia educativa, haciendo hincapié
en la reciprocidad, en el intercambio, en el conflicto, la negociación y construcción de
significados.
Al mismo tiempo, es necesario tener presente que no toda intervención debe construirse
como respuesta a una demanda específica, ya que muchas veces una intervención implica
una propuesta de trabajo cooperativo que surge del análisis de situaciones problemáticas
de los equipos desde diversas disciplinas y se corre el riesgo de ignorar o dejar de lado que
estas problemáticas han de estar enraizadas en problemas estructurales o condiciones de
la época en la que se vive y que atraviesan al sistema de educativo, excediéndole.
En la construcción de las Unidades de análisis no son extraños los “problemas de
intervención”, esto es, problemas en la configuración de elementos y recursos que
permitirán intervenir. Se debe tener presente que el problema en sí, excede al “sujeto
problema”, sea uno o sea un grupo, estos están siempre contextualizados en la escuela. Se
busca dejar de lado las Unidades de análisis reduccionistas que hacen foco en la relación
entre alumno y docente, o alumno, docente y conocimiento a trasmitir y observar ahora
todos los componentes que impactan en el alumno y su proceso de aprendizaje que en la
escuela, proceso que es siempre individual, personal y subjetivo.
El concepto de “intervención indirecta” nos permite pensar que se trata de construir
prácticas y tramas que le sirvan al docente para desplegar la ayuda que se le brinda desde
el Equipo y así favorecer la inclusión de los alumnos en el proceso de apredizaje. De esta
forma se deja de lado la propuesta de “programas” para la inclusión, que presentan muchas
veces una elaboración que resulta ajena a la cotidianeidad de la práctica misma y dificulta
su aplicación.
Así, el “giro contextualista” se produce a partir de analizar las interacción entre los agentes
psi y los docentes; se promueve el enriquecimiento a partir de la puesta en común de
diferentes perspectivas sobre un mismo problema y se destaca que la función del Equipo es
la de la “orientación” en pos de la resolución de una demanda que se efectuó por la
problemática ubicada con determinados cursos o estudiantes. La función es la de
ayudar-acompañar a los alumnos a aprender, esto es, responder a las necesidades de los
alumnos promoviendo un lugar para sus potencialidades pero sin dejar de lado tampoco las
necesidades de los docentes, familias, directivos y otros agentes educativos que encuentran
un espacio de confluencia de el dispositivo escolar en pos de promover una apropiación de
las situaciones de enseñanza áulicas y extra-áulicas, expandiendo el valor de la experiencia
de aprendizaje.
Bibliografía
-Ministerio de Educación de la Nación. (2015) Cuadernillo. Los equipos de orientación
escolar en el sistema educativo. La dimensión institucional de la intervención.
-Erausquin, C. (2013) “Estrategias y modalidades de intervención de psicólogos en
escenarios educativos: ejes y vectores para el análisis de las prácticas”. Libro de Cátedra
EDULP 2018
- Erausquin C. (2014) “Ayudando a los que ayudan a aprender: co-construyendo acciones y
conocimiento. Ética Profesional Dialógica en el campo psicoeducativo”. Libro de cátedra
EDULP.2018.
-Benasayag, M. y Schmit, G. (2010). En Las pasiones tristes. Sufrimiento psíquico y crisis
social. Buenos Aires: Siglo XXI
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