AMAR A NUESTROS ENEMIGOS DESDE JERUSALÉN HASTA DAMASCO... …COMO VIENDO AL INVISIBLE Mateo 5:48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto. Los publicanos eran personas judías con dinero que alquilaban la cobranza de impuestos a los romanos y se convertían entonces, ellos mismos en los cobradores de impuestos y además los aumentaban más allá de lo que la ley exigía para así poder obtener ganancia. Todo el mundo pobre de la época odiaba a los publicanos a causa del aumento en los impuestos y que siendo también judíos estafaban a su propia gente. Los gentiles, según el origen de la palabra (hebreo: goy), son las personas paganas, extrañas a Dios, sin pacto o promesa y contrarias a Dios. La vida del verdadero creyente, antes de ser verdaderamente redimido, no es un camino de rosas. Son muchas las cosas que hemos aprendido mal y salir de ellas es más difícil que pasar por el ojo de una aguja. Nuestras relaciones con todo lo que nos rodea (familia, religión, dinero, posesiones, amistades, enemistades, sexo, alcohol, drogas, deseos, anhelos, sueños, etc.) han sido fundamentadas según las creencias de quienes nos enseñaban desde que salimos del vientre materno. En consecuencia, si nuestros enseñadores no tenían la palabra de Dios morando en sus corazones, sino que tenían lo que a su vez ellos aprendieron de sus enseñadores, la cadena de errores transmitida a nosotros es más larga que la ruta de Jerusalén a Damasco y esa misma cadena nos rodea, nos aprisiona a lo largo de nuestra existencia haciéndonos presos y esclavos de pasiones y malos deseos insatisfechos, que nos acompañarán hasta la sepultura sin haber conocido a Dios y sus designios. Nuestro carácter ha sido moldeado por todas esas malas enseñanzas y erróneas motivaciones, y por todo lo que se alojó en nuestro corazón pasando por nuestros ojos (moda, cine, televisión, Internet, libros, experiencias de otros, etc.). En el pasado, nadie creía que la tierra era redonda excepto por algunos pocos. Aunque ya el señor lo había dicho en su Palabra, en el Antiguo Testamento (Isaías 40:22). Resulta difícil hacer lo contrario a lo que nos ha sido enseñado o hemos aprendido; resulta inclusive más fácil hacer como hacen los demás, no requiere ningún esfuerzo mental ni espiritual seguir la corriente de este mundo, mientras más fácil mejor pareciera ser el lema de este mundo decadente. ¿Qué valor tiene seguir la corriente para terminar en el puerto de la perdición?, ¿qué lógica tiene amar a quienes nos aman?, no hay esfuerzo, no hay sacrificio, es demasiado fácil. Y odiar a quienes nos odian tampoco requiere mayor esfuerzo y sigue la lógica de este mundo hasta que llega la guía perfecta: Mateo 5:43-48 “Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.” Dejar de entrar por la puerta ancha y dejar de caminar por el camino espacioso para entrar por la puerta angosta y caminar por el camino estrecho requiere tener una relación diaria con Dios a través de su palabra para saber lo que es indicado y lo que no. Entrar por la puerta angosta y caminar por el camino estrecho, requiere tener las obras de Dios en nuestros corazones, conocidas y aprendidas a través de su palabra; para que se conviertan en lámpara a nuestros pies y lumbrera a nuestro camino. Entrar por la puerta angosta y caminar por el camino estrecho, requiere de un tipo de fe que sólo Dios nos puede dar, así como se la dio a Moisés: Hebreos 11:27 “Por la fe salió de Egipto sin temer la ira del rey, porque se mantuvo firme como viendo al Invisible.” Estudiemos cada día Su palabra, escudriñemos cada día las escrituras, establezcamos una relación permanente con Dios. Salmo 41:1 [Al músico principal. Salmo de David.] Bienaventurado el que piensa en el pobre; En el día malo lo librará Jehová.