La anormalidad de la infra clase normalizo la presencia de la pobreza, el cual era solo una fracción de los oficialmente considerados pobres, sin embargo, los movimientos de la clase más pobres exhibían progresos notorios en los cuales tácitamente lograban la línea de los mejores medianamente considerados marcados principalmente en unas correctas elecciones. Cabe destacar que una de las reglas inmutables y que por naturaleza se debe tener es la disposición del conocimiento, la habilidad y la determinación necesaria, el cual está definida por la clase de elección se haga. Como lo menciona Lawrence M. Mead, que la incompetencia de los actores individuales es la causa principal de la persistencia de la pobreza, es también el factor más notorio de los fallos políticos y el estancamiento económica de la sociedad, debido que las erróneas elecciones nutren los intereses particulares de elites gubernamentales. Estos escenarios son oportunidades cruciales para definir el rumbo de la sociedad y la ascensión a una sociedad más digna, sin embargo, por la ínfima capacidad de dimensionar la política se pierde. De la misma manera, esta clase consumista, está expuesta a múltiples circunstancias extenuantes, que le impiden ejercer actividades políticas y administrativas, y es ya considerada una exclusión social inelegibles en el contexto social que son factores determinantes que de alguna manera define la precaria realidad en que están sometidas. Además, las acciones ambiciosas de los legisladores en cuanto a la distribución de los recursos para las personas especiales denotan un factor ineficiente en el ejercicio de una sociedad justa e integra. No obstante, el ejercicio pleno de un Estado con carácter social, está definida por las acciones colectivas, considerada clave en las tomas de las decisiones que definen el horizonte del futuro de la sociedad, sustituye lucida y tajantemente la burbuja del egoísmo por el orden de igualdad y bienestar social, generando una nueva forma de interrelaciones interinstitucionales domada por la confiabilidad en sus acciones. Estas condiciones sociales, garantizan y protegen la dignidad humana, efectuando una profunda transformación en la conciencia individual y de esta manera borrar y olvidar la psicología social cimentada en el terror y la indignidad social, económica y política. Varios autores expresan y posicionan la condición solidaria a la cual todo mundo debe estar inmerso por ser parte de este universo las cuales consideran inevitables en la edificación de un estado de bienestar, de una democracia liberal, y ejercer la libre elección acompañados de múltiples desaciertos pero que definan el rumbo por convicciones necesarias y construidas. Pese a esto, las limitaciones al libre ejercicio de los derechos que se contemplan en los manuscritos, resultan ineficientes y abrumadoras puesto que agonizan la estabilidad y la confianza social, haciendo cada vez mayor la incapacidad de alcanzar las características reales y naturales que definen un Estado social.