Subido por Daniel Carcamo

Rehabilitación respiratoria 2016

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E – 26-503-A-10
Rehabilitación respiratoria
M. Beaumont, G. Reychler
La rehabilitación respiratoria se reconoce desde hace mucho tiempo como una práctica
beneficiosa para los pacientes afectados por una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Produce efectos favorables sobre la capacidad física, la disnea, la calidad
de vida, el número de hospitalizaciones, la ansiedad, la depresión (evidencia de grado A)
e incluso la supervivencia (evidencia de grado B) y los gastos en salud. Últimamente, la
rehabilitación respiratoria ha ampliado su campo de aplicación a las patologías intersticiales, el asma, las bronquiectasias, la mucoviscidosis, la hipertensión pulmonar, el cáncer
del pulmón, la cirugía de reducción del volumen pulmonar y el trasplante pulmonar. Los
programas de rehabilitación respiratoria se elaboran para cada paciente en particular.
Por ello, es indispensable efectuar una evaluación inicial completa para instaurar un
tratamiento adecuado, teniendo en cuenta la historia médica del paciente, el grado de
discapacidad, sus expectativas y sus objetivos. El programa de rehabilitación respiratoria
así definido es puesto en práctica por un equipo multidisciplinario. Se completa con la
ayuda para dejar de fumar, el tratamiento nutricional y psicosocial y, como objetivo final,
minimizar el peso de los síntomas y el aumento de los rendimientos físicos, de la autonomía, de la participación en las actividades diarias, de la calidad de vida en relación con
la salud y, por último, de la adhesión a largo plazo de conductas adecuadas al estado
de salud.
© 2016 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados.
Palabras clave: Rehabilitación respiratoria; Enfermedades respiratorias;
Educación terapéutica; Reentrenamiento para el esfuerzo; Calidad de vida; Disnea
Introducción
Plan
■
Introducción
1
■
Evaluación
Disnea
Capacidad para el ejercicio
Actividad física
Fuerza de los músculos periféricos
Músculos inspiratorios
Calidad de vida
Evaluación educativa compartida
Ansiedad y depresión
Estado nutricional
Tabaco
2
2
2
3
3
3
4
4
4
4
4
■
Programa
Trabajo cardiopulmonar
Ejercicio de fuerza
Músculos respiratorios
Educación terapéutica
Ayuda para dejar de fumar
Seguimiento nutricional
Seguimiento psicológico
4
4
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5
5
5
5
5
■
Conclusión
5
EMC - Kinesiterapia - Medicina física
Volume 37 > n◦ 3 > agosto 2016
http://dx.doi.org/10.1016/S1293-2965(16)78905-5
La rehabilitación respiratoria se reconoce desde hace
mucho tiempo como una práctica beneficiosa para los
pacientes afectados por una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Produce efectos favorables sobre
la capacidad física, la disnea, la calidad de vida, el número
de hospitalizaciones, la ansiedad, la depresión (evidencia de grado A) e incluso la supervivencia (evidencia de
grado B) [1] y los gastos en salud [2] . Últimamente, la rehabilitación respiratoria ha ampliado su campo de aplicación
a las patologías intersticiales, el asma, las bronquiectasias,
la mucoviscidosis, la hipertensión pulmonar, el cáncer del
pulmón, la cirugía de reducción del volumen pulmonar y
el trasplante pulmonar [3] .
Un informe conjunto de la European Respiratory
Society y la American Thoracic Society (2013) incluye
una nueva definición de la rehabilitación respiratoria:
«Intervención global y personalizada, basada en una
evaluación exhaustiva, que incluya sin limitaciones un
reentrenamiento para el esfuerzo, la educación terapéutica y los cambios de conducta dirigidos a mejorar la
salud global, física y psicológica de las personas afectadas por una enfermedad respiratoria crónica y a promover
1
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su adhesión a largo plazo a conductas adecuadas para su
estado de salud» [3] . Se menciona la utilidad del ejercicio
físico, de la educación terapéutica y de la necesidad de
modificar los patrones de conducta de los pacientes. Ya
no se centra únicamente en los pacientes con EPOC, sino
en cualquier paciente que presenta una patología crónica,
que es el signo de esta evolución. Se resalta la importancia
del lugar de esta rehabilitación en el marco de la filosofía de los cuidados integrados. También ha mejorado la
selección de los pacientes, pues ya no se limita a los más
enfermos sino a cualquiera que presente una limitación
según la última versión de Gold (2015). En realidad, cualquier incapacidad o discapacidad respiratoria evaluable,
sea cual sea el grado de la deficiencia respiratoria y particularmente en presencia, a pesar de un tratamiento óptimo,
de disnea o de intolerancia al ejercicio, de reducción de
las actividades sociales relacionada con una alteración
del estado de salud o de exacerbaciones frecuentes, justifica el comienzo de una rehabilitación respiratoria [2, 3] .
La indicación de rehabilitación respiratoria para pacientes en situación estable se ha extendido al tratamiento
durante una exacerbación y después de ésta, con adaptación de las técnicas. Los autores de una revisión de las
publicaciones han llegado a la conclusión de que la rehabilitación respiratoria era viable, segura y eficaz después
de una exacerbación [4] .
Se plantea un programa de rehabilitación respiratoria
basado en una evaluación precisa y adecuada e instaurado
por un equipo transdisciplinario (que supone la interrelación entre las disciplinas de medicina, kinesiterapia,
enfermería, dietética, etc.). Incluye la ayuda para dejar de
fumar, tratamientos dietético y psicosocial adecuados y,
como objetivo final, previa mejora de los parámetros precitados, la modificación de los patrones de conducta de
los pacientes y la instauración de todas las estrategias disponibles para tratar de perpetuar el beneficio obtenido. El
último punto es fundamental, si bien dista de ser evidente.
Se han estudiado diversas estrategias (llamada telefónica
de forma periódica, sesiones espaciadas de refuerzo, etc.)
dirigidas a mantener el beneficio, pero hasta ahora no se
ha logrado un consenso unánime. Un programa de este
tipo también requiere criterios de evaluación continua
para estimular al paciente y adaptar el programa inicial
a la evolución de la patología.
Estos programas permiten combatir las limitaciones
asociadas a las diferentes patologías. Las limitaciones pueden ser de origen cardíaco, ventilatorio, gasométrico y
muscular. Las limitaciones musculares afectan a los músculos periféricos y respiratorios. Así, en los pacientes con
EPOC se ha demostrado una disminución de la fuerza y la
resistencia del cuádriceps, junto a modificaciones estructurales como una reducción de la sección de músculo, de
las fibras y de la densidad de los capilares [5] . Aun cuando el
diafragma se adapta a la alta carga impuesta al sistema respiratorio y la resistencia puede ser elevada [6] , la fuerza y la
resistencia de los músculos respiratorios está globalmente
disminuida por razones mecánicas vinculadas a la hiperinsuflación estática y dinámica que modifica de manera
desfavorable su relación entre tensión y longitud. La hiperinsuflación, asociada a la limitación del flujo espiratorio,
constituye por sí sola un factor limitante al aumentar
el trabajo respiratorio y provocar disnea [7] . En el sector
periférico, la fuerza [8] y la resistencia del cuádriceps [9]
han sido vinculadas a la limitación del flujo espiratorio, aunque esta explicación sigue siendo ampliamente
discutida.
Cuadro 1.
Prerrequisitos usuales en neumología.
Consulta médica
Antecedentes médicos
Exploración funcional respiratoria (con pletismografía)
Gasometría
Ecografía cardíaca
Electrocardiograma
Etc.
adecuado, teniendo en cuenta la historia médica del
paciente, su grado de discapacidad, sus expectativas y sus
objetivos.
Además de los prerrequisitos usuales en neumología
(Cuadro 1), la exploración inicial [2] incluye la valoración
de:
• la disnea;
• la capacidad para el ejercicio:
◦ exploración funcional (prueba de ejercicio cardiopulmonar [PECP]),
◦ las pruebas de campo;
• la fuerza de los músculos periféricos;
• las actividades de la vida diaria;
• la fuerza de los músculos inspiratorios;
• la calidad de vida;
• la entrevista educativa y la evaluación educativa compartida;
• el estado de ánimo, la nutrición, el tabaquismo.
Disnea
Es el síntoma más frecuente de los pacientes con insuficiencia respiratoria. Es fuente de discapacidad y de
alteración de la calidad de vida. La disnea sólo es percibida
por la persona que la padece [10] .
Los últimos adelantos con relación al conocimiento de
los mecanismos de la disnea han modificado las modalidades de evaluación [11, 12] . Deben explorarse tres aspectos:
• sensorial (cuantitativo y cualitativo);
• afectivo (malestar, miedo, dificultad, etc.);
• repercusión (sobre la calidad de vida, las actividades de
la vida diaria).
Los instrumentos de evaluación de la disnea son numerosos.
Entre ellas, la Modified Medical Research Council
(MMRC) [13, 14] , la Baseline Dyspnea Index-Transitional
Dyspnea Index (BDI-TDI) [15] y la London Chest of Activity of Daily Living (LCADL) [16, 17] permiten evaluar la
repercusión de la disnea sobre la capacidad funcional en
la vida diaria.
La escala de Borg modificada [18] y la escala visual analógica aplicada a la disnea [19] cuantifican la intensidad de
los componentes afectivos y/o sensoriales de la disnea.
El cuestionario Dyspnea 12 [20, 21] permite evaluar los
componentes afectivos y sensoriales en la vida diaria, mientras que el Multidimensionnal Dyspnea Profile
(MDP) [22, 23] sirve para hacer esta evaluación en un
momento determinado.
Otros cuestionarios se usan para evaluar la disnea y
síntomas asociados como el cansancio [24] , la tos y la
expectoración [25] .
Capacidad para el ejercicio
Evaluación
Los programas de rehabilitación respiratoria son personalizados. Por ello, es indispensable efectuar una
evaluación inicial completa para instaurar un tratamiento
2
La capacidad para el ejercicio suele estar alterada en los
pacientes afectados por patologías respiratorias. En esta
alteración intervienen numerosos mecanismos [26, 27] . La
disminución de la tolerancia al esfuerzo en pacientes con
insuficiencia respiratoria es consecuencia, a partes iguales, de la disnea y de las dificultades de los miembros
EMC - Kinesiterapia - Medicina física
Rehabilitación respiratoria E – 26-503-A-10
Cuadro 2.
Objetivos de la exploración funcional para el ejercicio.
Medir la capacidad para el ejercicio máximo: evaluar la
discapacidad
Detectar afecciones asociadas (cardiovasculares, musculares)
Detectar y corregir la hipoxemia
de una silla [38] y velocidad de la marcha en 4 metros [39] .
La prueba de ida y vuelta con carga progresiva es posible,
pero difiere de las otras pruebas de campo porque es considerada como una prueba de intensidad máxima [40–42] .
Permite hacer una prueba de ida y vuelta de resistencia,
que consiste en caminar al 85% de la velocidad obtenida
en la prueba de carga progresiva [43] .
Identificar los mecanismos limitantes del esfuerzo
Identificar los índices pronósticos (operabilidad)
Seguir la evolución de una patología o de una situación clínica
Fijar el nivel de entrenamiento
Evaluar la respuesta a una intervención
Contribuir en el diagnóstico (disnea, hiperventilación,
respuesta cardiovascular inadecuada)
inferiores. Estos dos síntomas (disnea y dificultades de los
miembros inferiores) constituyen la base fisiopatológica
del reentrenamiento para el ejercicio.
Para efectuar el reentrenamiento con seguridad y de
forma óptima para el paciente, es indispensable evaluar
la capacidad para el ejercicio. Hay dos modalidades complementarias posibles: la prueba en laboratorio o PECP y
las pruebas de campo.
Exploración funcional para el ejercicio
[28–30]
Es el «patrón oro» para evaluar la capacidad para el
ejercicio.
Los objetivos de la PECP se detallan en el Cuadro 2.
La PECP tiene un protocolo de práctica estandarizado y
las contraindicaciones pueden ser absolutas o relativas [30] .
En un programa de rehabilitación respiratoria, la PECP
permite determinar el umbral ventilatorio con base en
una intensidad de ejercicio y una frecuencia cardíaca
«umbral» que corresponden al nivel de entrenamiento.
A partir de la PECP puede efectuarse la prueba de resistencia en cicloergómetro: consiste en pedalear al 80% de
la potencia máxima obtenida en la PECP. Esta prueba es
el mejor marcador de la evolución de la capacidad para el
ejercicio en un programa de rehabilitación respiratoria [31] .
Sin embargo, el laboratorio para la PECP no está a disposición de todos. En esta situación se efectúa una prueba
de esfuerzo «simplificada» (sin medición de los gases) para
determinar el umbral de disnea correspondiente al nivel
de reentrenamiento [32] . Si no es posible hacer la prueba de
esfuerzo, por obvias razones de seguridad se recomienda
un electrocardiograma de esfuerzo, ya que es indispensable descartar cualquier anomalía del trazado eléctrico
(trastorno del ritmo, infra y supradesnivel del segmento
ST, modificaciones de la onda T).
Pruebas de campo
Las pruebas de campo pueden completar los datos de la
PECP o, según los casos, sustituirlos. Los objetivos de estas
pruebas son evaluar la aptitud física y la eficacia de un
programa de reentrenamiento al esfuerzo y diagnosticar
una desaturación con el ejercicio. Estas pruebas pueden
efectuarse en la mayoría de los pacientes y en general se
basan en la actividad de los miembros inferiores o en la
marcha, que es un componente principal de la calidad de
vida.
La más común es la prueba de marcha de 6 minutos:
se la considera submáxima, válida, reproducible y sensible [33] . Está bien estandarizada [33] , y se ha determinado
una diferencia clínica mínima significativa de 35 metros o
del 10% [34] , lo que permite objetivar una evolución en el
transcurso de un programa de rehabilitación respiratoria.
Sin embargo, para hacer esta prueba hay que contar con
un pasillo de al menos 30 metros, razón por la cual es
difícilmente realizable fuera de los centros de salud.
Para paliar este inconveniente se usan otros métodos:
prueba de 6 minutos en simulador de escaleras (stepper) [35, 36] , prueba del escalón (6 minutos) [37] , levantarse
EMC - Kinesiterapia - Medicina física
Actividad física
Los pacientes afectados por una EPOC desarrollan
menos actividad física que las personas sanas, en términos
de duración, intensidad y número de movimientos [44] .
Uno de los objetivos de la rehabilitación es aumentar la
cantidad de actividad física diaria, por lo que sería útil
evaluarla.
Existen métodos de medición subjetivos (cuestionarios)
y objetivos (actímetros y podómetros).
Algunos cuestionarios están validados para la
EPOC [45–48] . Permiten hacer una evaluación subjetiva de la actividad física con rapidez (autocuestionario)
y bajo coste, pero la valoración que hacen los pacientes
sobre la duración de la actividad rara vez correlaciona
con las mediciones objetivas [49] . En resumen, permiten
detectar a los pacientes activos y muy activos [50] .
Para la EPOC también están validados algunos actímetros [51] . Permiten hacer una evaluación objetiva de la
actividad física [52] .
Los podómetros son instrumentos de bajo coste que
permiten objetivar el número de pasos diarios, pero con
frecuencia subestiman la cantidad de pasos a baja velocidad de marcha [53] .
Fuerza de los músculos periféricos
La fuerza [54] y la resistencia de los músculos de los
miembros inferiores [55] suelen estar disminuidas en los
pacientes afectados por una patología respiratoria. Los
mecanismos de la disfunción muscular son la desadaptación al esfuerzo, la disnea, la hipoxemia, la hipercapnia,
la inflamación, la malnutrición, la inactividad y los tratamientos con corticoides.
Al contrario que los datos relativos al cuádriceps, la
capacidad de los brazos para producir fuerza está relativamente preservada en comparación con una persona sana
con pocas anomalías histológicas [56] , aunque los resultados de los estudios son contradictorios [57, 58] .
Sin embargo, se ha demostrado que el movimiento de
los brazos modifica la ventilación y los volúmenes pulmonares, aumentando la ventilación y el consumo de
O2 [59] .
Por eso es interesante evaluar los músculos de los miembros inferiores y superiores. Estas valoraciones permiten
seguir la evolución de los pacientes y estimar el efecto de
una intervención terapéutica como la rehabilitación.
La Société de Pneumologie de Langue Française (SPLF)
ha elaborado una ficha técnica para evaluar el cuádriceps
con un dinamómetro isométrico de mano [60] . Permite
determinar la fuerza máxima voluntaria del cuádriceps,
útil para fijar la carga necesaria que debe aplicarse durante
el refuerzo analítico de la fuerza y la resistencia muscular
en el transcurso del programa [61] .
Respecto a los miembros superiores, las pruebas funcionales son: Unsupported Upper-Limb Exercise Test
(UULEX), Six-Minute Pingboard and Ring Test (6PBRT)
y Grocery Shelving Test (GST) [62] . El dinamómetro de
mano también puede ser útil: la medición se compara con
valores normativos [63] .
Músculos inspiratorios
Aunque los mecanismos de la disfunción muscular respiratoria son similares a los de los músculos periféricos,
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los músculos inspiratorios tienen algunas particularidades. Por la distensión, las cúpulas diafragmáticas están
descendidas y aplanadas. Esto limita la acción del diafragma y lo coloca en una posición de insuficiencia
funcional en términos de generación de presión. Sin
embargo, al contrario que los músculos periféricos, el
número de fibras resistentes (fibras de tipo I) puede estar
aumentado [64] .
Los músculos inspiratorios se evalúan con un manómetro, que al medir la presión inspiratoria máxima refleja
la fuerza de los músculos inspiratorios en su conjunto.
Las sociedades científicas han elaborado recomendaciones para la práctica de esta prueba [65] .
Calidad de vida
Uno de los objetivos principales de la rehabilitación respiratoria es mejorar la calidad de vida de los pacientes. Así,
sería inconcebible realizar un programa de rehabilitación
sería ilógico sin evaluar este parámetro.
Para hacer esta evaluación se emplean autocuestionarios. Existen cuestionarios genéricos y específicos.
El cuestionario genérico SF 36 [66] es menos sensible que
el cuestionario específico, pues no está particularmente
adaptado a las patologías respiratorias, pero tiene la ventaja de evaluar mejor las comorbilidades frecuentes en las
enfermedades respiratorias crónicas [32] . Puede usarse, por
ejemplo, después de la cirugía torácica o en las patologías
pulmonares restrictivas.
El cuestionario específico se elabora en relación con una
patología (EPOC, asma, bronquiectasia). Existen variantes
largas y cortas de estos cuestionarios.
El cuestionario Saint George es largo [67] , específico para
patologías respiratorias obstructivas (EPOC, asma, bronquiectasias, mucoviscidosis) y está validado en francés [68]
y otros idiomas. Se ha determinado una diferencia clínica
mínima significativa de –4 puntos [69] .
Para la EPOC existen tres cuestionarios cortos específicos validados: COPD Assessment Test (CAT) [70] , Visual
Simplified Respiratory Questionnaire (VSRQ) [71] y el cuestionario corto de QVLS-BPCO (VQ11) [72] . Para estos tres
instrumentos se ha determinado una diferencia clínica
mínima significativa.
Evaluación educativa compartida
La educación es tan fundamental para un programa de
rehabilitación como el reentrenamiento para el ejercicio.
La evaluación educativa compartida es la síntesis de los
resultados de la entrevista educativa, con el fin de determinar las problemáticas del paciente, definir los objetivos
educativos y establecer el programa educativo.
El grupo de trabajo Alvéole de la SPLF ha elaborado una
guía de entrevista educativa para rehabilitación respiratoria [73] .
Ansiedad y depresión
Casi el 40% de los pacientes con EPOC tiene síntomas
de ansiedad o de depresión [74] . La prevalencia aumenta
con la gravedad de la enfermedad o la oxigenoterapia [75] .
Según las recomendaciones de la SPLF [2] , es fundamental evaluar de forma sistemática los trastornos ansiosos o
depresivos de los pacientes con EPOC.
Es necesario distinguir el trastorno depresivo mayor,
que puede justificar un tratamiento farmacológico, de una
depresión menor relacionada con la enfermedad respiratoria crónica.
El autocuestionario HADS (Hospital Anxiety Depression
Scale) [76] , compuesto por 14 ítems, permite evaluar este
parámetro. Una puntuación de ansiedad o de depresión
superior o igual a 11 indica una sintomatología ansiosa o
depresiva.
4
Estado nutricional
Según las publicaciones, el 20-30% de estos pacientes
padecen desnutrición [77] . Es más frecuente en los que
tienen una enfermedad respiratoria grave y en los enfisematosos [78] , mientras que la obesidad es más frecuente
en los afectados por una EPOC moderada [79] .
Aunque el índice de masa corporal se usa con frecuencia
para estimar el estado nutricional, no permite evaluar la
composición corporal de masa grasa y magra. Para esto es
necesario usar la impedanciometría bioeléctrica [77] .
Tabaco
Se ha demostrado que dejar de fumar es lo único que
puede retrasar la evolución de la EPOC.
Cuando se trata de un fumador activo, se justifica el
consejo mínimo antitabaco. Si el paciente desea dejar de
fumar, la SPLF recomienda investigar las motivaciones
y los impedimentos para hacerlo, así como el grado de
dependencia física gracias a la prueba de Fagerström [2] .
Programa
Aunque la duración óptima de un programa de rehabilitación no está claramente establecida [80] , es posible
afirmar que el efecto sería proporcional a la duración [81] ,
con un tiempo mínimo de 8 semanas [82] . El número de
sesiones depende de la organización del programa, ya se
realice en modo ambulatorio o en hospitalización. En el
primer caso se recomienda un mínimo de dos sesiones
por semana, mientras que en hospitalización se trabaja 45 veces por semana. La sesión debe durar por lo menos
1 hora, aunque puede alcanzar las 4 horas diarias [3] .
De forma global, puede considerarse que los programas a domicilio o en centros especializados (en modo
ambulatorio o en hospitalización) tienen una eficacia
equivalente, aunque presentan algunos matices [3] . En este
sentido, los programas sin una intensidad suficiente de
trabajo y una falta de supervisión son factores de fracaso [82] , que se asocian con mayor facilidad al trabajo en
el domicilio. La elección de uno u otro programa también depende de la gravedad de la enfermedad, del grado
de limitación física, de la presencia de comorbilidades, de
los recursos disponibles y de la accesibilidad a los centros
de salud.
Un programa ideal debería incluir un trabajo cardiopulmonar y muscular asociado a un programa de educación
terapéutica y un tratamiento nutricional y psicológico,
todo ello dirigido a la autogestión y al cambio del patrón
de conducta en términos de actividad física [3] .
Trabajo cardiopulmonar
El trabajo cardiopulmonar, comúnmente denominado
ejercicio de resistencia, no reviste ninguna particularidad en lo que se refiere a la EPOC en comparación con
un entrenamiento general. De forma global se ajusta
a las recomendaciones del American College of Sports
Medicine [83] . Se recomiendan 3-5 sesiones de trabajo cardiopulmonar por semana de 20-60 minutos cada una.
Se prefiere una intensidad elevada (el 60% de la potencia máxima), aunque algunos pacientes pueden necesitar
intensidades más bajas. En la práctica, la intensidad
de trabajo puede determinarse de forma eficaz a partir de una puntuación de 4-6 en la escala de Borg
modificada [3] .
En las publicaciones se mencionan dos tipos de ejercicio: continuo y fraccionado. Aunque los beneficios
parecen ser equivalentes [84] , el trabajo fraccionado permite disminuir el cansancio en los miembros inferiores
y mejora la tolerancia al ejercicio [85] . Este aumento de
EMC - Kinesiterapia - Medicina física
Rehabilitación respiratoria E – 26-503-A-10
tolerancia permite alcanzar durante la fase de trabajo una
intensidad del 80% de la potencia máxima [1] , y según
algunos equipos, del 100% [86] . La duración de las sesiones suele ser más prolongada que en el modo continuo. Se
recomiendan secuencias de 30 segundos o de 1 minuto,
con una relación trabajo-descanso de 1/1. Una alternativa puede ser un tiempo de trabajo de 20 segundos con
40 segundos de descanso [1] .
Se han estudiado diversas modalidades de trabajo cardiopulmonar. El trabajo en cinta rodante (o marcha
simple) es más funcional [87] . En cambio, el trabajo en
cicloergómetro mejora la tolerancia al esfuerzo [88] y
aumenta la ganancia muscular [89] . Por lo tanto, la elección de la modalidad de trabajo depende más bien del
objetivo. La marcha nórdica [90] y los podómetros [91] han
producido resultados alentadores y, al parecer, también
las caminatas en circuitos bien definidos [92] . Sin embargo,
estas pistas deben investigarse más en profundidad.
Ejercicio de fuerza
El entrenamiento de la fuerza que debe asociarse al
programa de rehabilitación respiratoria no reviste particularidades notables con relación a la EPOC. El objetivo es
alcanzar el cansancio de los grupos musculares principales
con el fin de obtener un aumento de la fuerza muscular. Este trabajo no debe usarse en ningún caso de forma
aislada, sino asociado a un trabajo cardiopulmonar [1] .
Se recomiendan de dos a tres sesiones semanales con
inclusión de dos a cuatro series de 6-12 repeticiones y
con una intensidad del 50-85% de la resistencia máxima
medida al comienzo del programa. Esta intensidad debe
aumentar de manera regular del 2 al 10% cuando pueden efectuarse dos sesiones similares [1] . Aunque en estos
programas no se tienen dudas respecto a la necesidad de
un trabajo muscular analítico de los miembros inferiores y superiores [93] , todavía falta definir la modalidad de
trabajo para estos últimos [3] . Al no contar con nuevos
datos, se recomienda basarse en las modalidades de uso
corriente para el fortalecimiento de los miembros inferiores. La electroestimulación ofrece nuevas perspectivas
para el fortalecimiento muscular. Aunque esta modalidad
terapéutica ha demostrado ser eficaz en los pacientes graves [94] , con desadaptación muscular [95] o en período de
exacerbación [96] , no es evidente su utilidad en los pacientes que presentan una buena tolerancia al esfuerzo [97] .
Educación terapéutica
La educación terapéutica apunta a que el paciente sea
el protagonista de su vida con su enfermedad respiratoria
crónica [2] .
Por ejemplo, la Alta Haute Autorité de Santé ha creado
un plan de organización de programas de educación terapéutica en cuatro etapas [101] :
• elaborar un diagnóstico educativo, o evaluación educativa compartida, a partir de una entrevista educativa;
• definir un programa personalizado;
• planificar y actuar;
• evaluar las competencias adquiridas y el programa.
Los objetivos educativos pueden ser de dos órdenes: los
relacionados con la problemática del paciente, determinada en la entrevista educativa, y los llamados objetivos
«de seguridad», sobre todo en lo que se refiere a la oxigenoterapia, que pueden alejarse de la problemática del
paciente.
Las sesiones de educación terapéutica se refieren a
diversas cuestiones como la fisiopatología respiratoria,
las estrategias de respiración, el aprendizaje del drenaje
bronquial, los medicamentos inhalados, la oxigenoterapia, los beneficios de la actividad física, el manejo de las
exacerbaciones y la elaboración de un plan de acción personalizado, la ayuda para dejar de fumar, los viajes y el
ocio, etc.
En el metaanálisis de Effing et al [102] se observa que la
educación terapéutica ayuda a disminuir las hospitalizaciones.
Ayuda para dejar de fumar
Si el paciente es un fumador activo, de forma sistemática debe proponerse el abandono del tabaco.
Los tratamientos de primera línea que se recomiendan
son los sustitutos de la nicotina. El bupropión y la vareniclina vienen en segundo lugar [103] . También pueden
proponerse tratamientos conductuales [2] .
Seguimiento nutricional
Para los pacientes desnutridos se recomienda una suplementación oral [2] .
En todos los casos, para los aportes nutricionales debe
tenerse en cuenta la cantidad de actividad física durante
el programa.
Músculos respiratorios
Este tipo de entrenamiento necesita más investigaciones para que sea posible elaborar recomendaciones
precisas. De forma aislada (fuera de un programa de rehabilitación respiratoria), sería beneficioso. Sin embargo,
asociado a un programa clásico, el beneficio es más cuestionable [3] .
Aunque el reentrenamiento de los músculos inspiratorios sería beneficioso en lo que se refiere a la disnea y a la
resistencia y la fuerza de estos músculos, el beneficio no
es tan obvio respecto a la calidad de vida y a la capacidad
física [98] . Los pacientes aptos para este tipo de ejercicios son aquéllos en los que la debilidad de los músculos
inspiratorios se caracteriza por una presión inspiratoria
máxima inferior a 60 cmH2 O [99] .
En las publicaciones se encuentran distintos tipos de
aparatos. Los más comunes son los que oponen una
resistencia umbral, descritos hace mucho tiempo [100] .
Una válvula se abre cuando la fuerza desplegada por el
paciente alcanza el umbral fijado por el entrenamiento.
Por lo general, como intensidad de trabajo se recomienda
una potencia del 30% o más de la presión inspiratoria
máxima [1] . La frecuencia de las sesiones es de cinco a siete
por semana, repitiendo secuencias de respiración contra
resistencia y de descanso durante unos 20 minutos [1] .
EMC - Kinesiterapia - Medicina física
Seguimiento psicológico
Durante un programa de rehabilitación respiratoria
pueden proponerse sesiones de grupos de apoyo o
cognitivo-conductuales [2] .
El seguimiento psicológico también puede estar indicado, llegado el caso, con el fin de disminuir el sufrimiento
psíquico de los pacientes.
Conclusión
La rehabilitación respiratoria es una atención transdisciplinaria que necesita una evaluación exhaustiva
a efectos de instaurar un programa personalizado. Se
incluye por lo menos un reentrenamiento cardiopulmonar y muscular y la educación terapéutica. Un programa
óptimo incluye también un seguimiento psicológico y
nutricional y ayuda para dejar de fumar.
Este tratamiento global ha demostrado un efecto positivo con el más alto nivel de prueba científica sobre la
mejoría de la disnea y de la calidad de vida. Se han
observado también otros beneficios. A pesar de ello, su
prescripción todavía es demasiado baja.
5
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“ Puntos esenciales
• La rehabilitación respiratoria se dirige a los
pacientes afectados por una patología respiratoria
y que presentan una incapacidad o una discapacidad respiratoria evaluable, sea cual sea el grado
de la deficiencia respiratoria.
• La rehabilitación puede llevarse a cabo con
pacientes en situación estable o después de una
exacerbación.
• La rehabilitación es efectuada por un equipo
transdisciplinario.
• Una evaluación inicial completa es necesaria
para permitir un tratamiento adecuado, teniendo
en cuenta la historia médica del paciente, su grado
de discapacidad, sus expectativas y los objetivos.
• Los programas de rehabilitación respiratoria son
personalizados.
• Un programa ideal debería constar de un trabajo cardiopulmonar y muscular asociado a un
programa de educación terapéutica, un tratamiento nutricional y psicológico y ayuda para
dejar de fumar.
• El trabajo de la fuerza debe asociarse al reentrenamiento cardiopulmonar.
• El reentrenamiento cardiopulmonar puede efectuarse de forma continua o fraccionada.
• El efecto de un programa de rehabilitación respiratoria es proporcional a su duración.
• La educación terapéutica apunta a que el
paciente sea el protagonista de su vida con su
enfermedad respiratoria crónica.
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