REVISTA CULTURAL CAROHANA No. 7

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Director: Juan Páez Ávila
CAROHANA
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Cien Años de Soledad
Y uno de la muerte
del Gabo
El autor Gabriel
García Márquez
encabeza de
manera póstuma
el número uno
en ventas de
libros en América
Latina, con su
obra cúspide
escrita en 1967.
El Premio Nobel
de literatura 1982
Nro. 7 / Mayo 2015
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EDITORIAL
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Juan Páez Ávila
SUBDIRECTOR
REVISTA
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JOSÉ CASTRO URIOSTE
JEFE DE
REDACCIÓN
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Reinaldo Chaviel
José Pulido
Wilfredo Páez Gallardo
Julio Bolívar
Fausto Izcaray
Jorge Euclídes Ramírez
Rafael Montes de Oca
Martínez
Héctor Saldivia Seijas
Omar Ocariz
Mireya Grau
EDITORIAL
CONSEJO
CONSULTORA JURÍDICA
Yelena Martínez
Fundación CAROHANA
DISEÑO
Andreina Rincón
Barquisimeto, Venezuela
Todos los Derechos.
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Septiembre año 2014
GRÁFICO
DIRECTOR DE
ADMINISTRACIÓN
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“De Libros
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FRANCISCO RIVERA
Narrativa
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EDITORIAL
PRIMER ANIVERSARIO
DE LA CÁTEDRA DE LITERTURA
JUAN PÁEZ ÁVILA
Universidad Pedagógica Libertador Instituto Pedagógico de Barquisimeto Luis Beltrán Prieto Figueroa
CLLJPA-UPEL-IPB
Reflexiones para celebrar un año de trabajo
Cuando un grupo de profesores de la UPEL-IPB decidimos asumir la responsabilidad de promover la
creación de una cátedra libre literaria, que la denominaríamos Juan Páez Ávila, fue un gran compromiso, por
tres cosas fundamentales, primero darle organicidad institucional y actividades literarias que garantizaran su
continuidad en el tiempo, segundo asumir el nombre del Profesor Juan Páez Ávila, con una trayectoria en el
campo de la educación, en la narrativa y una prosa escrita que nos permitiría tener de primera mano fuente de
estudio e investigación, y por ultimo y no menos importante, que sea la Universidad de los Maestros la UPELIPB la que nos apoyó en este noble proyecto , es una iniciativa de primer nivel. La Cátedra Libre Literaria Juan
Páez Ávila ya cumplió un año de funcionamiento con muchas expectativas y un camino trazado que nos
vislumbra con actividades que trataremos de resumir. El apoyo de las autoridades universitarias con especial
al Dr. Nelson Silva, Director Decano de la UPEL-IPB, que desde el primer momento, es y ha sido parte de la
CLLJPA UPEL-IPB, en cada actividad es colaborador así como sus aportes e iniciativas, luego está el
departamento de Literatura, en su Coordinador del Programa la Profesora Zully Camacaro, los Profesores
Carmen Mayela Evora y Juan Carlos Araque, en las cátedras que dirigen, parte de la obra del epónimo ha sido
leída, estudiada y comparada con otros autores venezolanos, es invaluable los aportes que estos estudiantes
han promovido para el género literario luego de leer y discernir sobre la obra, un ejemplo es “ Atarigua y otros
relatos de Carohana” del cual ya existen productos literarios hechos por estudiantes de la Cátedra Literatura
Venezolana. El papel que están haciendo los Profesores Gorquin Camacaro, Reinaldo Chaviel, Alonso Pérez y
David Vargas con el apoyo de nuestra Coordinadora Miriam Morelia Muñoz, en la iniciativa de crear un concurso
literario que incentive a los jóvenes, particularmente estudiantes de literatura, el hábito de la lectura y la
reflexión en lo humano con algunas de las obras nacionales e internacionales, así como recalcar el trabajo de la
profesora Mireya Grau en el Liceo Madre Emilia de Carora, que será el Liceo piloto para esta inmensa iniciativa,
en este momento está en proceso de concretarse el plan de trabajo para este concurso. Es importante resaltar
que esta CLLJPA UPEL-IPB es itinerante, hemos hecho encuentros con el Ateneo de Cabudare, El Patio de las
Letras, con el Kotepa Delgado de Duaca, El Ateneo Guillermo Morón, contactos y conversaciones la Casa
Chío y la Republica de Guarimure en Torres, así con algunas personalidades del acontecer cultural del Estado
Lara y en todo el País. Como último en este primer aniversario estamos publicando la Revista Cultural
Carohana, ya en su séptima edición, un proyecto literario que traspasó las fronteras nacionales, según
comentarios bien significativos de personas vinculadas al arte, la literatura y todas las demás expresiones
culturales. Un año en la Literatura es poco aunque su esfuerzo es grande, trabajaremos en la CLLJPA-UPELIPB para que en los próximos años sean de mayor producción.
Wilfredo Páez Gallardo.
03
DPA
Ni soledad ni olvido, Gabriel García Márquez
sigue en la memoria
Exposiciones, documentales, lecturas colectivas
y conferencias llenarán cada espacio
que el vacío de su ausencia dejó
desde ese 17 de abril de 2014.
"La vejez no llega con los años sino con el olvido", escribió el célebre escritor colombiano Gabriel García Márquez sin saber que la frase
sería una premisa para quienes lo conocieron y leyeron. Al cumplirse el primer año de su muerte, los homenajes y reconocimientos no
cesan mientras que él descansa en el seno de su familia.
Las mariposas amarillas y el olor a Caribe colombiano revolotean hoy más que nunca en la imaginación. Exposiciones, documentales,
lecturas colectivas y conferencias en honor al Premio Nobel de Literatura 1982 llenarán cada espacio que el vacío de su ausencia dejó
desde ese 17 de abril de 2014, cuando le llegó el momento del adiós.
Colombia, país que lo vio nacer en 1927 y que dio gran inspiración a sus obras, y México, nación que lo acogió como uno de los suyos y
desde donde partió, concentrarán toda su atención en García Márquez, cuyas cenizas permanecen en Ciudad de México con su
familia, como lo asegura Jaime Abello Banfi, amigo y cómplice del escritor.
"Las cenizas (de Gabo) las tienen guardadas la familia en México y todavía no ha habido una exposición de ellas. No conozco todavía
qué planea la familia. Él está con ellos todavía, está bajo el control de su familia", dijo a dpa Abello Banfi tras afirmar entre risas que hoy
habla más de Gabo que antes.
"Desde que se murió lo que pasa es que hablo más de él y pienso más en él que antes. Yo creo que él (Gabo) dijo siempre que escribía
con la intención de que sus amigos le quisieran más y, entendiendo esa noción, lo que nosotros ahora no queremos dejar es que se nos
vaya", puntualiza el director de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI).
El legado literario de García Márquez es inmenso e incomparable. Fueron más de tres decenas de escritos entre novelas, cuentos,
reportajes, crónicas, artículos, discursos y guiones de cine los que hicieron que se convirtiera en el máximo exponente del movimiento
literario llamado Realismo mágico.
Escritores como su paisano Alberto Salcedo Ramos, cronista y columnista oriundo también de la costa Caribe colombiana, aseguran
que "Gabo es un clásico, es decir, uno de esos raros autores que no necesitan llevar su obra a remolque, porque esa obra se defiende
sola".
Sin embargo, la herencia de Gabo va más allá de las palabras y los textos. A raíz de su muerte, el Congreso de Colombia creó la Ley
1741 con la cual un billete tendrá su imagen y cuyos artículos disponen de una serie de políticas públicas como la creación de un centro
internacional para el legado de García Márquez en Cartagena de Indias.
"Yo creo que hacer ese tipo de proyectos es una manera de mantenerlo realmente vivo. Pero además, que su recuerdo se transforme
en oportunidades para la educación, para la cultura, para el periodismo, para el cine, para las cosas que le interesaban a él", puntualiza
Abello Banfi al referirse con entusiasmo a lo logrado por el Nobel.
En Colombia, la conmemoración de la muerte de uno de los escritores latinoamericanos más reconocidos en el mundo incluye, entre
otros, una exposición temporal en el Museo Nacional de su vida y obra, así como un taller de lectura y dos conferencias.
Asimismo, las bibliotecas Luis Ángel Arango de Bogotá y Vasconcelos de Ciudad de México impulsarán la convocatoria
#GaboEntreBibliotecas, que busca que los lectores envíen un mensaje por Twitter contando qué ha significado para ellos leer a García
Márquez.
La Feria Internacional del Libro de Bogotá también se unirá al homenaje y dedicará su edición de este año a Gabo y Macondo, el pueblo
creado por el escritor como escenario de su obra más importante, "Cien años de soledad".
Entre tanto, en México, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, en colaboración con la Editorial Planeta, realizará una lectura
colectiva de sus obras y la proyección de al menos una decena de películas basadas en las historias del Nobel.
Además, el Grupo Planeta México realizará hasta el 30 abril un homenaje en Centroamérica y el Caribe con la publicación de ediciones
especiales, la venta y publicación de toda su obra en formato impreso y electrónico y mesas en torno a Gabo.
04
Bogotá recuerda a
García Márquez
con un mural gigante
"Es un homenaje a Gabriel García Márquez
y a su mundo, que es el mundo colombiano
del Caribe, de Macondo".señaló Gustavo
Petro, alcalde de la capital colombiana.
Bogotá.- El alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, inauguró hoy un Proclama", una selección de cuatro textos del nobel publicado por
mural gigante con la imagen del escritor Gabriel García Márquez la Alcaldía como parte de su programa "Libro al viento".
como homenaje de la ciudad en el primer aniversario de su
Este es el segundo homenaje que la Alcaldía de Bogotá dedica al
fallecimiento, que se cumple mañana.
nobel, pues en diciembre de 2013 Petro inauguró en el Palacio
La intervención artística se hizo en la esquina de la Carrera 10 Liévano, sede del gobierno local, una estatua que representa a
con Avenida Jiménez, uno de los lugares más transitados de la Gabo en sus épocas de periodista en la capital colombiana.
capital colombiana, y también, según el alcalde, una esquina que
Gabo llegó a Bogotá en 1947 para estudiar Derecho en la
era "triste" y ahora tiene nueva cara gracias al colorido mural.
"Es un homenaje a Gabriel García Márquez y a su mundo, que es Universidad Nacional, carrera que no terminó porque solo asistió a
el mundo colombiano del Caribe, de Macondo, el realismo mágico clases durante 14 meses.
que nos muestra por qué hemos sido violentos, por qué estamos
En ese periodo fue testigo del "Bogotazo" la ola de violencia
en guerra pero también por qué nos merecemos una segunda
oportunidad sobre la tierra", manifestó Petro en referencia al final desatada tras el asesinato del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán,
reservado para las estirpes condenadas a cien años de soledad en el 9 de abril de 1948, lo que aceleró su regreso al Caribe y su
instalación en la ciudad de Barranquilla.
su obra cumbre.
García Márquez regresó a Bogotá en 1954 para trabajar como
Según Petro, el mural, pintado por artistas de la ciudad, es "una
obra de arte que nos recuerda a quizás el mejor colombiano del reportero en el diario El Espectador, donde siete años antes ya
último siglo, nuestro gran nobel, el escritor Gabriel García había publicado su primer cuento, "La tercera resignación", y en
Márquez", fallecido el 17 de abril de 2014 en Ciudad de México. donde escribiría uno de sus más célebres historias por capítulos,
"Relato de un náufrago" (1955), editada en formato de libro 15
En el acto fueron leídos fragmentos del libro "Tres cuentos y una años después.
05
Colombia mira en
el espejo de Gabo
y se acerca al hombre
"Gabo es un personaje y a través de su vida
tuvo hitos y momentos realmente relevantes
que pueden contribuir a que el lector
se quiera acercar a su obra",
explicó a Efe la directora de la Biblioteca
Nacional, Consuelo Gaitán.
Bogotá.- Frente a elementos que le sirvieron como inspiración y al
lado de otros icónicos en su vida, Gabriel García Márquez será
protagonista de la exposición "Un espejo en el mundo" que
humaniza al Nobel a partir de mañana en la Biblioteca Nacional de
Colombia, en el primer aniversario de su muerte.
"Gabo es un personaje y a través de su vida tuvo hitos y
momentos realmente relevantes que pueden contribuir a que el
lector se quiera acercar a su obra", explicó a Efe la directora de la
Biblioteca Nacional, Consuelo Gaitán.
En la exposición, que contará con diferentes ediciones de los
libros de García Márquez en varios idiomas, brilla con luz propia la
máquina "Smith-Corona" en la que escribió "Cien años de
soledad", su obra maestra.
La máquina que dio a luz la novela pasó por el laboratorio de
restauración de la biblioteca donde los técnicos apuraron los
cuidados de unas teclas que aún tienen las huellas de los dedos y
la palma de la mano de García Márquez.
Además, los expertos que la han tratado han podido observar
que le permitía cumplir los deseos ya que las características
técnicas de esta "Smith-Corona" servían a su obsesión de
presentar los textos pulcros y bien mecanografiados.
En la exposición también tendrán una posición de honor la
medalla del Premio Nobel de Literatura de 1982 y el diploma que lo
acredita como ganador, dos elementos que, junto a la máquina,
han sido cedidos por la familia de García Márquez a la Biblioteca
Nacional.
"La familia siempre ha sido muy discreta en todo el manejo de
información, incluso cuando se anunció que iban a donar estos
elementos", comentó Gaitán sobre el regalo que la viuda e hijos de
Gabo hicieron a la institución.
Con esos elementos como centro, la Biblioteca Nacional tiene el
objetivo de construir un "proyecto más ambicioso" que consiste en
una sala permanente y un sitio web, "el más completo hasta
ahora", que permitan "seguir propiciando la lectura de García
Márquez".
Y es que, según dijo Gaitán, "el eje de este homenaje (la
exposición temporal que se inicia mañana) es hacer un tributo a su
escritura".
"Hay que exaltar sus libros, hay que divulgar y provocar la
lectura", apostilló.
En la exposición "Un espejo del mundo", que estará abierta
hasta el 2 de mayo, también se explorará el valor que tenía para
Gabo la amistad como elemento de creación literaria con una
colección de libros dedicados por el Nobel colombiano que
pertenecen al periodista Daniel Samper Pizano.
"Soy escritor por timidez. Mi verdadera vocación es la de
prestidigitador, pero me ofusco tanto tratando de hacer un truco,
que he tenido que refugiarme en la soledad de la literatura. Ambas
actividades, en todo caso, conducen a lo único que me ha
interesado desde niño: que mis amigos me quieran más", afirmó el
06
Nobel en una ocasión.
En esos libros cedidos por Samper pueden leerse dedicatorias
de García Márquez que tienen "una cercanía y una jocosidad que
es como una manera de entender la literatura y la amistad literaria
de una forma muy bella", aseguró Gaitán.
Así, aspiran a acercarse a sus futuros aficionados y continuar
con esa máxima que hizo famosa el Nobel colombiano: "es más
fácil cazar a un conejo que a un lector".
"Porque la obra de García Márquez ha colonizado a
generaciones de lectores y la muestra la estamos haciendo con
las traducciones que han llegado de países insospechados como
Laos o Camboya en idiomas que desconocíamos. No vamos a
limitarnos a hablar solo de su bigote o de su taza, queremos que el
mundo de Gabo esté presente", afirmó la directora de la Biblioteca
Nacional
La exposición la coronará el proyecto denominado "La Máquina
de la Memoria", una convocatoria lanzada a través de Twitter que
busca que los colombianos refresquen y revitalicen el significado
de algunas palabras tomando como punto de partida la peste del
insomnio que acomete a los habitantes de Macondo en "Cien años
de soledad".
Todo ello para conseguir "mostrar que ese hombre, sentado
delante de una maquina de escribir pudo construir ese mundo
(literario), mostrar a la gente que es posible que Colombia
produzca valores universales, conocimiento o satisfacciones",
concluyó Gaitán.
Gracias Gabo
Equipo FNPI
Gabriel García Márquez está con nosotros de manera intensa.
No hemos tenido tiempo de extrañarlo, porque no ha pasado ni un
solo día sin que sea homenajeado o que ocupe los temas en las
noticias, en las redes sociales, en las calles. No ha sido un año de
ausencia sino de una presencia distinta, renovada e inspiradora
Gabriel García Márquez está con nosotros de manera intensa. No
hemos tenido tiempo de extrañarlo, porque no ha pasado ni un
solo día sin que sea homenajeado o que ocupe los temas en las
noticias, en las redes sociales, en las calles. No ha sido un año de
ausencia sino de una presencia distinta, renovada e inspiradora.
Ahí hemos preparado una línea de tiempo con los principales
momentos en la vida y obra periodística de Gabo; además,
estaremos exhibiendo imágenes de nuestras actividades y
regalando suvenires a quienes pasen a saludarnos.
Queremos que este sea un punto de encuentro para compartir
con ustedes el trabajo que hacemos y que hagan parte de toda
esta realidad, de la cual el mismo Gabo, emocionado, nos dijo
alguna vez: “…¡Y pensar que todo esto estaba en nuestra
imaginación!”.
En la FNPI estamos agradecidos con todas esas #GraciasGabo
manifestaciones de cariño hacia Gabo, porque nos animan a
mantenernos firmes en el compromiso de cumplir la misión que Equipo FNPI
nos encomendó: trabajar por un periodismo de excelencia con
valor de servicio público.
Estamos convencidos de que la mejor manera de unirnos a la
celebración de su memoria y su legado, es mantener vivas sus
ideas y ese pragmatismo mágico con el que siempre sacó
adelante sus proyectos.
Esta Fundación es fruto de su visión, energía e iniciativa. Por
eso este año, cuando conmemoramos nuestro 20º. aniversario,
nos damos cuenta de la vital tarea que Gabo nos dejó y de que
apenas hemos recorrido una pequeña parte del camino que nos
llevará “al primer siglo de labores” que nos auguró cuando creó la
FNPI en 1995.
Parte del compromiso lo dedicaremos a partir de ahora al
impulso y esfuerzo requeridos para que se concrete, de manera
seria, consultada y bien estructurada, el proyecto del Centro
Cultural Internacional para el Legado de Gabriel García Márquez
en Cartagena, de acuerdo a lo establecido en la Ley de Honores
No. 1741 del 24 de diciembre de 2014.
Otra manera de celebrar a Gabo es invitar a la inscripción,
hasta el 11 de mayo de 2015, de trabajos periodísticos para
concursar en el Premio Gabriel García Márquez de Periodismo,
instituido con su nombre y por sus ideales de contribuir a incentivar
la excelencia, la coherencia ética y la innovación en periodistas y
medios de lenguas española y portuguesa, de toda América,
España y Portugal.
Los premios se entregarán en el contexto del Festival Gabriel
García Márquez de Periodismo. Desde ya invitamos a periodistas,
estudiantes, profesores y en general a todas las personas
interesadas del mundo entero, a que nos acompañen del 29 de
septiembre al 1 de octubre de 2015 en Medellín, Colombia.
Serán tres días de coloquios, talleres y muestras artísticas, con
entrada gratuita, para disfrutar los cuentos y todas las ideas que
aún nos falta por descubrir, no solo en el periodismo, sino también
en el cine, en la literatura, en la búsqueda de la paz y otros temas
de Gabo.
07
El año en que Gabo
dejó este mundo para
convertirse en eterno
En sus 87 años de vida, el colombiano fue
haciéndose a sí mismo no solo como
el gran maestro del realismo mágico,
sino como un personaje fabuloso,
todo un mito.
México.- (EFE) Tras una vida nutrida de anécdotas personales
que lo acercaron al mundo mágico de sus novelas, Gabriel García
Márquez falleció hace un año convertido en un personaje mítico,
como lo recuerdan sus allegados en México, país en el que vivió
sus últimos años.
Y es que en sus 87 años de vida, el colombiano fue haciéndose a
sí mismo no solo como el gran maestro del realismo mágico, sino
como un personaje fabuloso, todo un mito. "Él me enseñó que los
límites de la literatura y la realidad no existen", contó a Efe la
directora del Instituto Nacional de Bellas Artes, Cristina García
Cepeda.
Ella tuvo "el privilegio" de contar con su amistad durante sus
últimos años de vida y hoy cuenta que "no se ha ido, sigue entre
nosotros", sigue "en mi alma y en mi ser" y "lo recuerdo cada día
más".
"Gabo me enseñó que gracias a la amistad la vida es mas rica y
gozosa" y también que "las palabras nunca salen vacías del
corazón", contó García Cepeda.
Entre sus muchos recuerdos, lo recuerda en su amada
Cartagena de Indias (Colombia), "vestido de blanco, con el
sombrero, siempre sin perder la humildad y la grandeza que lo
distinguían".
Cuenta su también amiga, la escritora Ángeles Mastretta, que en
una cena entre amigos en la ciudad caribeña empezaron a
acercársele seguidores para fotografiarse con él y acabó
recibiéndolos hasta altas horas de la madrugada, reportó Efe.
"Mercedes (Barcha, su esposa) llamaba a esto 'el santísimo está
expuesto'", recordaba Mastretta en uno de los homenajes que el
escritor ha recibido este año.
"Gabo fue un hombre cuyo andar por el mundo era un hermoso
ejemplo, era amigo de la humanidad", tenía una gran "capacidad
de fraternizar que nacía de su pasión por la vida (...) convivía con la
literatura y con los seres humanos", agregó García Cepeda.
La directora del INBA coincidió con el escritor en más de un
concierto en el Auditorio Nacional, en el que siempre acababa
convirtiéndose en el protagonista oculto entre la multitud. La
música era la otra gran pasión del colombiano.
"Él, más en serio que en broma, decía que 'Cien años de soledad'
es un vallenato de 400 páginas y 'El amor en los tiempos del cólera'
un bolero de 380", expuso García Cepeda.
Aquel 21 de marzo de 2014, cuando fue despedido en el Palacio
de Bellas Artes, cuatro días después de que dejara de respirar en
su casa de la capital mexicana, también hubo vallenato.
Y centenares de rosas amarillas, sus favoritas, y miles de
mariposas amarillas, aquellas que perseguían a Mauricio
Babilonia en "Cien años de soledad", el libro más vendido de la
Editorial Planeta en 2014.
Desde que "El Gabo" murió, solo en México se han vendido casi
medio millón de libros del maestro del realismo mágico. Su muerte
ha revitalizado su obra y cada vez más personas saben del día en
que Aureliano Buendía fue a conocer el hielo, del amor eterno de
Revis ta Cultural
08
Florentino Ariza por Fermina Daza o de la paciencia sin límites del
coronel por recibir su pensión.
Como Úrsula Iguarán, uno de los personajes de "Cien años de
soledad", García Márquez murió en Jueves Santo, y si de algo ha
servido este año sin él es para crecer el mito, multiplicarse las
anécdotas de quienes lo conocieron, las historias que contaba,
algunas reales, otras inventadas y otras adornadas por su
prodigiosa imaginación.
"Un escritor tiene dos historias, una real, de dónde nació y qué
estudio... y la otra es la historia inventada, la historia alternativa y
estamos creando una mitología fascinante de García Márquez",
contó a Efe el escritor mexicano Elmer Mendoza.
Él escuchó una vez que Gabo contaba que a uno de sus hijos le
suspendieron una asignatura por defender que los motivos de que
el Coronel ("El coronel no tiene quien le escriba") no quisiera matar
al gallo es porque lo consideraba de la buena suerte.
"Yo le conté eso a su hijo en una cena en París y se murió de la
risa", "'es que mi papa se lo inventaba todo', me dijo", reveló
Mendoza.
Según el escritor mexicano "un autor tiene que contribuir a crear
su mitología, una mitología que tiene que ver con su creación, sus
propias verdades no tienen que pertenecer al mundo de la
realidad".
Y el mito de "El general en su laberinto". "A mí me contaron que él
decía que una noche llegó a Cartagena y no sabía dónde
quedarse y entonces durmió en una plaza. Cansado, triste, sucio,
había una estatua de Simón Bolívar a caballo y se dijo 'un día voy a
escribir una novela sobre usted'".
El escritor, quien no tuvo la oportunidad de convivir con García
Márquez, solo en una cena y de lejos, participará en uno de los
homenajes que se le harán estos días al colombiano eterno.
Mesas redondas, charlas, lecturas públicas de su obra y un muro
de mariposas amarillas, que será instalado en las afueras del
Palacio de Bellas Artes el próximo 26 de abril.
Allí, los ciudadanos podrán escribir lo que ha significado para
ellos su obra, el porqué de la eternidad del maestro de la literatura
mágica, que pervivirá en cada persona que se acerque a sus
libros, pasen los años que pasen.
SERGIO RAMÍREZ
Todos somos Gabo, todos somos Macondo
El 18 de abril se cumplió un año del día en el que la creación
literaria perdió a uno de sus hijos predilectos: Gabriel García
Márquez. Nobel de literatura y autor de 'Cien años de soledad'
ESPECIAL Todo sobre el Nobel colombiano
Mi amigo Jean François Fogel me explicaba una vez el término
“purgatorio” que se usa en Francia referido a los escritores: a la
muerte de uno de ellos, se dice, se le abren las puertas del
purgatorio donde debe aguardar por su suerte futura, hasta que
pasado un tiempo prudencial es trasladado al infierno, que es el
olvido, o a la gloria, que es la inmortalidad.
Esta máxima parte del supuesto de que, mientras el escritor
permanece en el purgatorio, sus libros dejan de venderse o se
venden menos, porque ya no se espera nada nuevo él. Luego, en
un plazo no determinado, alguien viene a descubrirlo otra vez, o
alguna circunstancia hace que su nombre brille de nuevo, y
entonces puede ser que quede instalado en los estantes de las
librerías como un clásico.
El gran Gatsby de Scott Fitzgerald dormía el sueño de los justos
cuando en 1974 la película de Jack Clayton creó una
Gatsbymanía, tanto que se llegó a imponer en Estados Unidos el
color blanco en la moda, ropa, vajilla. Y cuando William Faulkner
recibió el premio Nobel en 1949, sus editores corrieron a
reimprimir sus libros, ausentes en el mercado.
Gabo parece ajeno a esa regla, porque la muerte no hizo sino
multiplicar las ventas de sus libros. Desde la aparición de Cien
años de soledad en 1967, se volvió un personaje mítico, y lo sigue
siendo con creces, de modo que las llamas purificadoras del
purgatorio no lo tocaron ni de lejos.
El escritor como personaje popular en vida, caudillo cultural,
estrella de cine, es un fenómeno que se ha presentado al menos
tres veces en la literatura latinoamericana. Primero Rubén Darío:
cuando en La Habana o en Veracruz corría la voz de que se
hallaba a bordo de un barco atracado en el puerto, miles se
concentraban en el muelle para vitorearlo. Luego está Pablo
Neruda, que también vivió en olor de multitudes gracias, sobre
todo, a la popularidad de sus Veinte poemas de amor… Y el propio
Gabo, frente al que, se hallara donde se hallara, en el foyer de un
cine, o en un restaurante, se formaba de inmediato frente a él una
cola de admiradores que, no se sabía de dónde, habían sacado
sus libros que le presentaban para firmar.
Vida de Nobel
1927. Nace el 6 de marzo en Aracataca (Colombia).
1940. Es enviado a estudiar a Bogotá.
1947. Publica su primer cuento, La tercera resignación, en el diario
El Espectador.
1948. Empieza a colaborar en el diario El Universal, de Cartagena
de Indias.
1954. Entra en El Espectador.
1955. Publica su primera novela: La hojarasca. Además, una serie
de reportajes sobre el único sobreviviente de un naufragio en el
Caribe, que luego se titularía Relato de un náufrago. Viaja como
corresponsal a París.
1958. Se casa con Mercedes Barcha.
1961. Llega con su familia a México DF. Trabaja como guionista y
en publicidad.
1967. Publica Cien años de soledad.
1982. Recibe el Premio Nobel de Literatura.
1994. Crea la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano.
2002. Publica sus memorias Vivir para contarla.
09
2014. Muere en México DF. el 17 de abril, a los 87 años.
Novelas: La hojarasca, La mala hora, El coronel no tiene quien le
escriba, Cien años de soledad, El otoño del patriarca, Crónica de
una muerte anunciada, El amor en los tiempos del cólera, El
general en su laberinto, Del amor y otros demonios y Memoria de
mis putas tristes.Cuentos: Ojos de perro azul, Los funerales de la
Mamá grande, La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y
su abuela desalmada y María Dos Praceres.
¿Cuál es la clave de la Gabomanía? Por supuesto sus propios
libros, que desbordan las barreras del lector culto, o del lector
habitual, y alcanzan el vasto mundo del lector común. La lectura se
vuelve así un fenómeno popular. Tanto los poemas de Darío como
los de Neruda siguen siendo recitados de memoria por escolares y
por enamorados, por amas de casa y por trasnochadores; pero los
personajes y escenarios de las novelas de Gabo tienen sustancia
real entre la gente, uno de los pocos casos en que el público llano
coincide con los letrados, y el favor de las ventas coincide con el
favor de la crítica.
Macondo es como La Mancha, un territorio que la imaginación
del autor ha traspasado a la imaginación popular, y por tanto se
vuelve real. Historias cien veces contadas por voces anónimas,
desde consejas y mitos hasta letras de vallenatos, las devolvió a la
gente que volvió a apropiarse de ellas, un público fascinado
porque alguien, desde la letra impresa, les contara algo que ya
sabían, o creían haber vivido.
Este traspaso de ida y vuelta es el que crea el realismo mágico, y
el lector común, al entrar en ese país imaginario que se llama
Macondo, lo hace con absoluta credulidad porque se reconoce
como uno de sus habitantes. Macondo no es sólo el pequeño
pueblo bananero de la ciénaga colombiana, sino cualquier
pequeño pueblo latinoamericano, o de cualquier parte del mundo.
El universo verbal de Gabo es reconocible para todos, y en este
sentido Macondo se vuelve un país infinito donde letrados e
iletrados pueden vivir a gusto. Todos somos Macondo. Todos
somos Gabo, en las universidades y las academias, y en las
galleras, las barberías y las cantinas. Todo lo que nos cuenta viene
ya en los genes de nuestra memoria.
Alguna vez hemos sido operados por los médicos invisibles.
Remedios la Bella ha ascendido al cielo en el patio de al lado,
envuelta en las sábanas puestas a secar, y hemos visto las nubes
de mariposas amarillas que siguen a Mauricio Babilonia.
Conocimos a alguien que nació con una cola de cerdo por culpa
incestuosa, y bajo un árbol del solar de nuestra propia casa fue
encadenado José Arcadio Buendía. Hemos visto por primera vez
en nuestras vidas una marqueta de hielo. Hemos oído pitar el tren
amarillo que lleva rumbo al mar los cadáveres de los miles de
trabajados bananeros alzados en huelga. Esta es la realidad. Lo
demás es mentira.
La imagen triunfante de Gabo la veremos pronto en los billetes
de banco de Colombia, ya hay un decreto legislativo al respecto; y
en los billetes de lotería, y en las tapas de los cuadernos escolares,
y, quién quita, en los altares domésticos, enflorada y con una velita
encendida.
Pero no le pidamos más milagros. Con sus libros es más que
suficiente.
JOSÉ CASTRO URIOSTE
El estado de la literatura venezolana:
una conversación con el crítico Carlos Pacheco
Carlos Pacheco es uno de los intelectuales venezolanos más hay otro punto que merece ser destacado: me parece que el
concepto de compromiso que se manejaba en otra época era muy
destacados de su generación.
rígido, muy inflexible, era forzar a todo intelectual a tomar partido
Ha sido Catedrático Titular en la Universidad Simón Bolívar por una posición específica.
–donde fue Coordinador del Postgrado en Literatura– e
investigador del Centro de Estudios Latinoamericanos “Rómulo 3.- Usted ha realizado varias investigaciones sobre la
Gallegos”. Sus estudios en el campo de la literatura recibieron oralidad. ¿Por qué considera que estudiar la oralidad tiene
reconocimientos como el Premio de Investigación “Andrés Bello” y importancia para la crítica literaria latinoamericana?
En aquel momento –y creo que sigue siendo válido– estudiar la
el Premio de Crítica “Rafael Barret”. En 1997 fue miembro del
jurado del Premio Internacional de Novela “Rómulo Gallegos”. oralidad en nuestra literatura me pareció indispensable. Esa razón
Durante un período de dos meses, Pacheco fue invitado por la se explica en relación a las propuestas de nuestro amigo ya
Universidad de Cincinnati para desarrollar sus investigaciones. fallecido Antonio Cornejo Polar. Cuando Cornejo habla de la
Esta conversación la tuvimos precisamente allí, en Cincinnati, en heterogeneidad en la literatura, justamente está tocando con el
noviembre de 2008. Abordamos temas como el rol de la crítica y dedo en la llaga, la razón de ser de la oralidad. Porque en buena
parte de esta literatura heterogénea el objeto que se representa es
del escritor, y el estado de la literatura venezolana.
una sociedad en que la escritura no tiene un peso específico;
1.- Hoy en día, en parte debido a los nuevos avances puede que exista, puede no esté ausente, pero no tiene el valor
tecnológicos, se lee menos. ¿En este contexto cuál considera que podría poseer en otras culturas.
En mi tesis trabajaba autores como Rulfo, Arguedas, Roa
que es el rol de la crítica literaria?
A mí me parece cierto que el desarrollo de los medios Bastos, Guimaraes Rosas, un panorama que abarca varias partes
tecnológicos ha modificado los hábitos de lectura. En esta época, del continente. Esos autores se interesan por sociedades que son
los niños crecen con el Internet que les proporciona píldoras de básicamente orales, aunque exista en ellas la escritura. Y por eso
conocimiento. Es una búsqueda de conocimiento de manera en sus obras, como en la de otros escritores latinoamericanos, hay
utilitaria: en el sentido de que surge la necesidad de saber algo, se procedimientos muy diversos para expresar ese universo donde la
encuentra en el Internet y me lo apropio. Aquí, claro, no hay ningún oralidad es el vehículo de comunicación predominante. Estas
concepto de autoría. Todo esto ha afectado a la lectura. Ya que un obras han absorbido los recursos de la cultura oral, una cultura
texto más elaborado, más exigente, sea de poesía o de narrativa, que tiene una específica manera de reflexionar, de preservar el
conocimiento, de ver el mundo, de relacionarse entre sí. Eso es lo
para ese público se transforma en una actividad más difícil.
Ahora bien, respondiendo específicamente a tu pregunta creo que me parece llamativo y que sigue siendo indispensable de la
que el crítico tiene que hacer varias cosas. Una de ellas es oralidad en la literatura latinoamericana.
predigerir en su apreciación y comprensión las obras literarias, y
devolverlas a la sociedad de manera valorativa para que 4.- También uno de los temas que ha estudiado es la cuestión
encuentren el público adecuado. Es decir, que una labor del crítico de la nación. Y aquí tomo una de las preguntas que le hicieron
puede ser producir la conexión, entre quien escribe y quien lee. anteriormente y usted recoge en su libro La patria y el
Esto por supuesto, no sustituye su trabajo como un estudioso que parricidio: en una época de globalización, de ruptura de las
realiza investigaciones que son dirigidas a sus colegas y sus fronteras, ¿por qué es importante abordar la cuestión la
nación en los estudios literarios y culturales?
pares.
Tal vez sea una paradoja. Es cierto que las fronteras se han ido
2.- En los años sesenta el rol del escritor latinoamericano era desdibujando en varios sentidos. El hecho que haya globalización,
hasta demasiado claro. En estos años tenemos un nuevo que exista la supranacionalidad, el hecho que exista el Internet y el
mapa político. ¿Cuál podría ser el rol del escritor en este correo electrónico, y que existan asociaciones que van más allá de
lo nacional, ha producido fenómenos completamente nuevos y el
nuevo contexto?
Siempre he pensado que el escritor es también un ciudadano. mundo ya no es como era ni siquiera hace veinte años. Sin
Sin embargo, no me parece que esas dos dimensiones deban embargo, no estoy de acuerdo con aquellos que piensan
confundirse en su acto de escritura. Creo que el escritor debe tajantemente que esta novedad elimina la marca de lo nacional.
realizar su obra como tal de acuerdo a los recursos, las temáticas, Nosotros sabemos hoy en día que la nación es una construcción.
las elaboraciones estéticas, la complejidad o sencillez, la claridad Es decir, que lo nacional es una ficción de alguna manera creada
o el hermetismo que corresponde a esas elaboraciones estéticas. por las leyes, por los periódicos, por los escritores, por el cine. Eso
no la hace inoperante, ni existente. En cuanto a la literatura
Toda esto, a fin de cuentas, es personal, ni siquiera se elige.
Pero al mismo tiempo el escritor, como cualquier otra persona que específicamente, uno sigue leyendo los textos como textos en
tenga una figuración pública –como puede ser un empresario, o un primer lugar, pero también como textos que proviene de un escritor
deportista– termina teniendo una responsabilidad con su argentino, colombiano, español, porque sigue habiendo una
sociedad. Y por lo tanto, podría tener la responsabilidad como conexión influyente (aunque el texto no tenga nada que ver) con la
ciudadano de expresar una opinión, de participar en un realidad de lo nacional.
movimiento político, según su inclinación ética. Pero aquí creo que
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5.- En determinado momento el crítico uruguayo Hugo
Achugar mencionó que la literatura venezolana tiene un
carácter insular dentro del contexto latinoamericano. ¿A
qué se refiere Achugar con ello?
Es un fenómeno al que se le ha tratado de dar varias
explicaciones pero ninguna resulta satisfactoria. Lo cierto es
que Venezuela tiene una literatura bastante vigorosa, con
valores importantes. Sin embargo, esa literatura no tiene el
reconocimiento, el impacto, la lectoría que se merece fuera de
Venezuela. ¿Qué razones se han dado? Se ha dicho que no
ha tenido el suficiente estímulo oficial. Yo creo que no es
cierto. Se ha dicho, en cuanto a su repercusión en Europa y
Estados Unidos, que como los venezolanos no hemos
migrado, eso ha hecho que nuestros libros no sean leídos, o ni
se hagan congresos sobre literatura venezolana en el
extranjero. Eso es solo parcialmente cierto. Es un lugar
común en nuestra vida cultural el preguntarnos qué pasa con
la literatura venezolana que no tiene impacto fuera de
Venezuela. Por ejemplo, en los últimos ocho o diez años hay
un desarrollo bastante vigoroso del cuento y novela
venezolana. En las generaciones jóvenes hay premios
importantes como el de Alberto Barrera que obtuvo el premio
Herralde, y ha habido algunas publicaciones en el exterior,
aunque todavía de una manera tímida. Podría nombrar diez
narradores venezolanos que están escribiendo hoy en día
que son de primera línea. Sin embargo, sigue siendo todavía
una literatura de poco reconocimiento internacional, teniendo
en cuenta la obra que han hecho esos escritores. En esa lista
mencionaría a narradores como Ana Teresa Torres, Ednodio
Quintero, Antonio López Ortega, Alberto Barrera, Miguel
Gómes, Victoria de Stefano. Pero parece que sus obras se
chocan en una especie de vacío cuando se llega al exterior.
Tal vez una última razón es que a diferencia de México, de
Cuba, de Perú, de Argentina, de Chile, ante el mundo exterior,
Venezuela es nacionalmente una realidad difícil de identificar
culturalmente. Ello se debe a que no tiene un trasfondo tan
denso de pasado indígena, o a que no ha tenido –hasta hace
muy poco– una identidad como proceso político claro, en
contraste con Cuba o Colombia. Entonces, ¿qué significa
Venezuela para alguien del exterior? Tal vez solo significa
petróleo. Ahora, desde hace unos años, significa Chávez, con
toda la ambigüedad que eso pueda poseer. Pero
culturalmente qué significa Venezuela para alguien del
exterior. Y a pesar que hemos tenido a Andrés Bello, a Simón
Rodríguez, a Rómulo Gallegos, no encuentro que haya un
peso justo, un reconocimiento apropiado a lo que nuestra
literatura contemporánea puede ofrecer.
6.- ¿Cuáles podrían ser unas tendencias dentro de la
narrativa última venezolana?
Bueno, tenemos una gran variedad. Creo que hay una
narrativa que ha vuelto a las historias bien contadas. Después
de una época de experimentalismo, muchos de nuestros
escritores están buscando que el lector se divierta y disfrute
de una historia bien contada.
Dentro de eso hay un interés por lo histórico. Por ejemplo,
una de las novelas más vendidas es Falke de Federico Vegas.
Falke es el nombre de un barco polaco, que en tiempos de la
época de Gómez vino a liberar Venezuela de la dictadura. Los
expedicionarios eran estudiantes e intelectuales, convertidos
de una manera ingenua en militares y salvadores de la patria.
Al llegar al país, sin embargo, fueron derrotados. Falke cuenta
la historia desde el punto de vista de uno de los
expedicionarios que era un joven que estudiaba medicina en
París. Este joven, tiempo después, y con influencia de
Rómulo Gallegos quien también aparece en la novela, llegó a
ser en un destacado médico psiquiatra y funcionario del
ministerio de educación. La historia de Falke se cuenta por
medio de las cartas y del diario de este joven expedicionario.
Esa sería, en todo caso, una tendencia en la narrativa
venezolana última.
También creo que hay una tendencia en la que se presta
atención a los hechos de la vida cotidiana: esas preguntas
sobre la enfermedad y cómo ella cambia la vida de algunas
personas cuando padecen la potencialidad de la muerte. Y
veo una tercera tendencia en el ejercicio del género policial.
Sin embargo, en Venezuela se está haciendo novela policial
sin separarse del hecho político, o del hecho social, o de la
vida cotidiana. Por ejemplo, la novela La última vez, narra la
historia de un padre que desaparece. Aquí el hijo se convierte
en una especie de detective para saber qué pasó con su
padre, y la novela se convierte en una manera de explorar la
situación política venezolana actual que, como bien
sabemos, tiene grande polaridades.
7.- ¿Qué rol tienen los jóvenes hoy en día en la literatura
venezolana?
Hay mucho movimiento entre los jóvenes. Los concursos
para autores inéditos, los premios para universitarios, son
muy concurridos. Hemos tenido muy agradables sorpresas
de encontrar muy buenos talentos que hacen su primer aporte
en cuento o poesía. En algunos casos han tenido mucho que
ver con el Premio Nacional Universitario. Hay talleres, hay
grupos de lectura y discusión, hay revistas que dirigen esos
muchachos y ellos tienen la iniciativa de organizar actividades
y de promover su formación.
8.- En las tendencias que ha mencionado, ¿habría algún
uso de la oralidad, o habría un retorno hacia la
escrituralidad?
Yo diría que se mantienen ambos intereses. Tal vez haya un
predominio de la escritura. Una escritura que es muy
consciente de sí misma, que se representa a sí misma. No
son poco frecuentes las obras que se refieren a la propia
construcción. Por ejemplo, esta novela Falke lo hace así. En
los cuentos de Miguel Gómez esa veta está muy bien lograda.
Hay un narrador de cuentos que no logra contarlos, y el
cuento se trata de esa dificultad precisamente. En tal sentido,
se podría decir que hay una vuelta a la “naturalidad” de
escribir y cómo la novela es el hacerse de ella misma.
9.- Uno de los temas que ha estudiado en sus
investigaciones es la representación del campo. ¿Cómo
sería esa representación después del proceso de
urbanización de mitad siglo XX?
Por supuesto, a mitad de siglo en Venezuela se da un giro
hacia la novela predominante urbana. Sería el caso de
Salvador Garmendia. Y claro, empezaba a ser un poco
extraño escribir desde otro lugar que no fuera la ciudad. Sin
embargo, hay excepciones muy notables, como por ejemplo
la narrativa de Ednodio Quintero. En su obra lo andino
venezolano, es más que una geografía, es un acto ficcional. Y
también en sus personajes hay un traslado a la ciudad, y un
regreso de ésta al campo. También entre los escritores de la
segunda mitad del siglo XX habría que mencionar el caso
Alfredo Armas Alfonso que está dentro de la línea de los
transculturadores, como Rulfo y Arguedas. El hace una
literatura de escritura moderna y reflexiva, pero sus
personajes tienen rasgos de los pueblos de su infancia en el
Oriente de Venezuela. Son construcciones muy llamativas
como logro artístico, dentro del mundo campesino. Pero para
la mayoría de los autores contemporáneos la ciudad, y sobre
11
todo Caracas, es su escenario predominante. Y a veces ese
escenario es tan obvio que no es visible. Sin embargo, en muchas
ocasiones se trata de la Caracas convulsionada, con una
modernidad tardía, apresurada, e ingenua. Digo esto porque en
las décadas que hubo mucho dinero como en los cincuenta,
sesenta y setenta, Caracas creció demasiado rápido, sin ninguna
planificación y hubo una serie de conflictos urbanos. ¿Quién es el
habitante de Caracas? ¿Cómo vive atribulado en una ciudad con
demasiados carros y autopistas? Son algunos de los temas que
aparecen en la literatura venezolana. Y por supuesto, la vida
política está en la ciudad con toda la polarización entre partidarios
chavistas y antichavistas.
* Purdue University at Calumet, Indiana, USA
Ana Maria Machado:
"Hay una eclosión de
nuevas voces" en Brasil
La escritora brasileña cuenta
qué lugar ocupa el libro en su
país, invitado de honor en el
Salón del Libro 2015 de París.
París.- (AFP) Un aumento en la publicación y la explosión de la suficientes bibliotecas. La lectura no estaba valorada y hay
literatura juvenil hacen de Brasil un país en plena efervescencia estereotipos negativos sobre la gente que lee.
literaria. La escritora Ana Maria Machado cuenta, en francés, qué
Hoy en día, hay casi una biblioteca en cada municipio. Pero las
lugar ocupa el libro en su país, invitado de honor en el Salón del
bibliotecas sufren en Brasil. La gente no tiene la costumbre de ir y
Libro 2015 de París:
en absoluto saben lo que se puede encontrar en una biblioteca. No
-¿En qué se caracteriza la literatura brasileña en comparación es un espacio de ocio o de descubrimiento, sino simplemente un
lugar donde los escolares hacen sus deberes.
con sus vecinos de América Latina?
-La literatura brasileña es particular, en primer lugar, porque se
escribe en portugués. Venimos de una tradición ligeramente A pesar de eso, debemos tener esperanza y continuar trabajando
diferente pese a ser ibérica. Por ejemplo, el realismo mágico, que para dar a conocer el libro.
tanto ha marcado la literatura hispanoamericana, no es tan
frecuente en nuestro país. Eso, aunque el primero [en hacerlo]
fuera un brasileño, Machado de Assis, que escribió en el siglo XIX
"Memorias Póstumas".
Tenemos una tradición en general más bien realista, con el
realismo social de Jorge Amado desde los años 30 y, a
continuación, el realismo psicológico. Pero lo que nos caracteriza
más hoy en día es una gran diversidad de voces. Se trata de la
primera generación verdaderamente alfabetizada en todo el país y
hay una eclosión de nuevas voces, de gente que escribe sobre las
ciudades con una diversidad de experiencias urbanas. Es difícil
medir adónde nos va a llevar esto, pero este fenómeno de
efervescencia es muy emocionante.
-¿Este fenómeno se traduce en una explosión en el número de
libros publicados?
-Hay un mayor número de títulos publicados, y publicamos más en
internet que en los periódicos. En la lista de escritores que vienen
al Salón del Libro de París hay un gran número de periodistas que
han reunido sus artículos en un libro, o que escriben novelas con
esta experiencia de la escritura del día a día. Esto conlleva una
escritura a veces fragmentaria, con un lenguaje muy vivo, muy
realista, y un apego a las cuestiones urbanas. Hemos tenido una
urbanización casi salvaje, a la vista de la rapidez con la que se ha
hecho, y todos estos problemas aparecen en los libros.
Además, hay muchos más lectores jóvenes y la literatura juvenil
está muy desarrollada en Brasil, tanto por la calidad como por el
número de escritores. Ha habido a partir de los años 1990 un
programa del gobierno que ha permitido comprar libros juveniles
para distribuirlos por las bibliotecas de las escuelas. Esto ha
desarrollado mucho este sector del mercado.
-¿Qué lugar ocupa el libro en la sociedad brasileña?
-Hemos saltado de la cultura oral a la cultura audiovisual y
electrónica sin verdaderamente hacer una parada significativa en
la [etapa] de Gutenberg.
La brasileña siempre ha sido una sociedad muy desigual. Esto
ha tenido consecuencias en la educación en general. La gente
viene de familias en las que no había libros. No hemos tenido
13
El artista dice que no sabe a dónde
irá a parar Venezuela.
Venezolano Cruz-Díez
recomienda el arte
para conseguir "paz social"
Panamá, 27 feb. (EFE).- El maestro venezolano Carlos CruzDiez, uno de los máximos exponentes del arte cinético, se siente
"feliz de estar vivo en este momento de tránsito" hacia una nueva
era y reivindica, en una entrevista con Efe, el poder del arte como
medio para alcanzar la "paz social".
Caraqueño de nacimiento, pero parisino de adopción desde
hace casi 60 años, el nonagenario Cruz-Diez huyó hace tres
meses del gélido frío de la capital francesa para instalarse en
Panamá, donde vive uno de sus hijos, mientras dure el invierno
europeo.
"Estoy gratamente sorprendido por Panamá, la gente sonríe, la
geografía es muy bella, es el encanto que tiene el trópico",
comenta el artista que, a sus casi 92 años, hace gala de una
lucidez admirable.
Sentado en una silla en el Centro Cultural de España Casa del
Soldado, en el casco antiguo de la capital panameña, Cruz-Diez
habla brevemente con Efe de su trayectoria y expresa el "afecto
profundo" que le profesa al color, uno de los centros de su obra.
Señala que, aunque su visión de las cosas es casi siempre
optimista y cromática, últimamente, ve que en el mundo hay
"realidades en blanco y negro".
Por eso, para los "tiempos revueltos" que se están viviendo en
su Venezuela natal, Cruz-Diez recomienda el arte como medio
para alcanzar la "paz social" porque la expresión artística es
"fundamental para el espíritu y para la sociedad".
Lo que ésta pasando en Venezuela, dice el maestro, "se preveía
desde hace muchas décadas (...) no sé sabe muy bien dónde va a
ir a parar el país, esperemos que el proceso sea lo más sano y
lúcido posible", comenta.
Cruz-Diez, cuyas obras figuran en las colecciones más
importantes del mundo y también adornan espacios públicos,
como el paseo marítimo conocido como Cinta Costera III en la
capital panameña, reconoce que se siente "feliz de estar vivo en
este momento de tránsito hacia una nueva civilización, hacia una
nueva era".
Para el artista, que saltó a la fama en la década de los 50 del
pasado siglo gracias al movimiento cinético, las "comunicaciones
inmediatas" lo han cambiado todo.
"Los discursos económicos, políticos, sociales, las costumbres,
todo se ha modificado porque ha entrado en juego algo
importante, la transformación del tiempo, la compactación del
tiempo", comenta, en alusión a la inmediatez que ofrecen las
nuevas tecnologías de la información.
Cruz-Diez, condecorado con la orden nacional de la Legión de
Honor de Francia y distinguido con el Premio Nacional de Artes
Plásticas de Venezuela, ha investigado y reflexionado durante
toda su carrera sobre la relación que tiene el arte con el color, con
el tiempo y con el movimiento.
Confiesa haberse sentido un incomprendido durante décadas,
pero que ahora está "muy feliz" porque "las nuevas generaciones
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han comenzado a ver" lo que él ha propuesto, "una invención, un
descubrimiento", apunta, en referencia a sus obras.
El artista también tiene buenas palabras para la el Sistema de
Orquestas Juveniles de Venezuela, que este 2015 celebra su 40
aniversario, y del que se considera un "seguidor absoluto".
"Cada vez que veo o leo algo que esté relacionado con ellos, se
me ponen los pelos de punta. Es un movimiento hermoso", afirma
el artista en relación al proyecto social musical creado con la idea
de ayudar a niños y jóvenes en condiciones de pobreza a través
del aprendizaje de un instrumento musical y la integración a una
agrupación de música sinfónica.
Cruz-Diez fue el invitado de honor en el lanzamiento el jueves en
Panamá del libro "Pioneros", que recoge los primeros años de la
red de orquestas sinfónicas juveniles de Venezuela, escrito por el
fotógrafo y diseñador Antonio Huizi y el periodistas Alejandro
Blanco Uribe.
Consciente de que ya le está ganando la batalla al tiempo, CruzDiez confiesa a Efe que le gustaría que le recordasen como un
artista de su época.
"Yo he querido ser siempre como esos artistas del pasado, a los
que respetamos y recordamos porque representaron su tiempo.
Mi tiempo es el que estoy viviendo, lo dinámico, lo ambiguo, lo
efímero, el instante. Vivimos una situación del instante perpetuo",
concluye amable y sonriente.
DPA
De la novela al ensayo, el español
Andrés Barba indaga en la risa
El autor, una de las voces más representativas de su generación,
tomó prestado este título de una película del sueco Ingmar
Bergman, que le sirvió de disparador.
Buenos Aires.- "La risa es un delatador de mentiras, es como una
especie de crisol de la verdad", dice el escritor español Andrés
Barba, que trabaja en un ensayo sobre el tema y acaba de publicar
en Argentina su novela "En presencia de un payaso".
El autor, una de las voces más representativas de su generación,
tomó prestado este título de una película del sueco Ingmar
Bergman, que le sirvió de disparador. "Me parecía que había una
especie de novela encapsulada, eran como unas posibles reglas
del juego: escribir una novela con lo que podía suceder en
presencia de un payaso y lo que no", afirma en diálogo con dpa.
En las páginas del libro que Barba (Madrid, 1975) presentó en
Buenos Aires "hay un poco de política, un poco de reflexión sobre
lo autobiográfico. Y la sombra de la paternidad está acampando a
lo largo de toda la novela".
El físico Marcos Trelles, su esposa Nuria y el hermano de ésta, el
payaso Abel Cotta, mantienen relaciones complejas y llenas de
matices, en una trama que gira sobre la construcción de la
identidad, las falsas apariencias y el descubrimiento del otro. Los
tres se reúnen en la casa en las sierras de la madre de Nuria y
Abel, fallecida hace un año.
Tiempo atrás Cotta se presentó a elecciones con el objetivo de
sentar un maniquí en el Congreso. "Lo bonito es que podría haber
existido un payaso así", dice Barba. Y cuenta que el personaje
televisivo Violencia Rivas fue "muy inspirador". La creación del
humorista argentino Diego Capusotto "está en el embrión de lo
que este payaso intenta hacer en una sociedad como la española".
"Delante de un payaso básicamente no se puede mentir. Eso es lo
interesante del payaso, que funciona como un articulador de
sentido solo con su presencia, tanto desde el punto de vista social
como sentimental y familiar", asevera el autor elegido por la revista
"Granta" como uno de los mejores narradores jóvenes en español.
Barba está preparando una suerte de "cara B" de la novela, el
ensayo sobre la risa. "Estoy tratando de poner un poco en orden
muchas ideas precisamente sobre la risa política: hasta dónde
podemos reír, de qué y quién nos pone los límites y hasta qué
punto la risa es un arma de rebelión".
Siempre le interesó la trayectoria del cómico italiano devenido en
político Beppe Grillo, quien fue "absorbido por el sistema". Aunque
sus votantes le piden que siga la humorada hasta el final y "que
desarticule el falso sistema democrático por dentro haciendo de
payaso, él se ve abrumado y hace lo contrario, se lo toma en serio.
Entonces deja de ser lo que había prometido, un payaso".
Mientras, califica de "interesante y esperanzador" el escenario
político español con la aparición de Podemos. "Me parece que no
ha habido un momento político tan fascinante como éste desde la
instalación de la democracia en España", indica el autor de
"Versiones de Teresa" (Premio Torrente Ballester) y "Muerte de un
caballo" (Premio Juan March).
"La ciudadanía está respondiendo mayoritariamente con un
descontento muy real a un sistema que no funciona, a una
democracia que no es representativa, y se abre de repente la
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posibilidad de reconsiderar el asunto de Europa, reconsiderar el
bipartidismo, reconsiderar discursos políticos que ya no son
políticos sino sentimentales, y económicos fundamentalmente, y
repensar qué tipo de democracia queremos", analiza Barba.
"Podemos tiene a su favor la juventud y la audacia. Son dos
cualidades perdidas en el escenario político europeo y
extraordinariamente necesarias. Es una opción válida y una figura
política como la de Pablo Iglesias, extraordinariamente
oxigenante", agrega el escritor que se dio a conocer en 2001 con
"La hermana de Katia", finalista del Premio Herralde.
Su más reciente novela (Anagrama), publicada en España hace
algunos meses y que también se distribuye en otros países
latinoamericanos, se funda en la imposibilidad que tiene Trelles de
describir su vida en 300 palabras para una revista científica. "Esa
incapacidad patológica para resumir nuestra vida o para decir
quiénes somos está en el corazón de lo que articula la relación con
un padre, una madre o con cualquier familiar".
"Todos los familiares son en algún punto testigos arbitrarios,
porque no los hemos elegido nosotros, pero al mismo tiempo
esenciales, porque nuestra imagen de nosotros mismos está
compuesta en gran medida por lo que toda esas personas han
decidido que somos", señala el novelista y ensayista traducido a
12 idiomas. "La relación con ese mundo, los otros, en un contexto
familiar, para decidir quiénes somos en privado es fascinante y es
un mundo muy literario, siempre me ha interesado".
Consultado acerca de cómo alterna su labor de traductor con su
propia escritura, apunta: "Tengo como la mejor parte del día, las
dos o tres horas iniciales, las dedico a lo mío, y el resto a traducir".
Actualmente reside en Madrid con su mujer argentina, pero pasa
largas temporadas en el país sudamericano. "Un oficio tan mal
pagado alguna ventaja tenía que tener, por lo menos poder estar
moviéndote de un lado a otro".
Recientemente se publicó su traducción de "Moby Dick" de
Herman Melville y este año saldrán los cuentos completos de
Joseph Conrad, casi 2.700 páginas que vertió al español. Y Barba
destaca: "Evidentemente, cuando estás traduciendo autores así
es fantástico, porque aprendes mucho".
“De Libros y
Bibliotecas”
FRANCISCO RIVERA
Cuando alguien me pide –y la cosa ocurre con cierta frecuencia–
que regrese al país de la infancia por unos momentos y que, con
mis recuerdos, dibuje mi propio retrato, el título del hipotético
cuadro siempre es el mismo: “Niño leyendo”. Así exactamente veo
mi infancia. ¿Por qué? Porque, en efecto, toda mi vida ha estado
marcada por el maravilloso descubrimiento de la lectura a la
temprana edad de once años. Cursaba yo segundo de bachillerato
y me encontraba desde hacía varios días postrado en cama con
una de esas gripes que, si se es lo suficientemente sensible,
pueden revelarle a uno el sentido de la eternidad, es decir, el fluir
cíclico del tiempo, cuando una mañana una tía de mi madre a
quien me gustaría llamar aquí Kali, puesto que, como la diosa
india, manifestaba y distribuía por igual delicias y horrores, se
presentó de visita con un insólito regalo para el niño enfermo (y
digo insólito porque en casa nadie leía nada salvo la prensa
diaria): un ejemplar del Romeo y Julieta de Shakespeare traducido
por Astrana Marín y publicado en la “Colección Austral”. Creo que
el tomito contenía también otra obra de Shakespeare, pero esto no
viene al caso. Leí apasionadamente. Una vez llegado al final de la
trágica historia, empecé a leerla de nuevo. Me sentí literalmente
arrobado, transportado y muy lejos de mí mismo. No recuerdo
ahora, claro está, ni una sola palabra de aquella traducción de la
historia de los desdichados amantes de Verona. Todo lo leído en
mi infancia de literatura inglesa en traducción española se me fue
retraduciendo a la lengua original a partir de los diecisiete años,
más o menos, cuando comencé a enfrentarme vorazmente con los
escritos de Keats y Shelley, Poe y Melville, Pater y Ruskin en las
excelentes ediciones de la “Modern Library”; pero lo que sí ha
perdurado en mí de aquella febril –quiero decir: febricitante e
intensa– lectura de Shakespeare es la revelación de la existencia
del amor adolescente y de su lúgubre acompañante: la muerte
viva. Todo “amor-pasión”, para emplear el término de Denis de
Rougemont, es una muerte viva (parecía decir el autor en cada
escena de la obra) que, ineluctablemente, conduce a la muerte
verdadera. Pero no era que el chico de once años pudiera
entonces llegar a formar intelectualmente la idea del “amorpasión”. No. De lo que se trataba es de que aquel mocoso estaba
conociendo ese fatídico amor por medio de un libro. Allí residía el
hechizo del delicioso manjar y siniestro veneno que, sin
sospecharlo, me había dado Kali, la diosa de los cuatro brazos.
Como era de esperar, a los pocos días el niño se había
recobrado completamente del virus gripal. Los dolores de huesos
habían desaparecido, los escalofríos eran ya solo un recuerdo
borrosamente desagradable, la calentura había pasado. Pero el
otro virus, el que la obra de Shakespeare le había inyectado,
permanecería alojado en su organismo para siempre. Desde ese
día, a pesar de todos los tratamientos a los que he sido sometido,
padezco de un morbo incurable, que algunos erróneamente tildan
no de enfermedad sino de vicio (vice impuni, decía Valery
Larbaud): la pasión de la lectura.
Lo sabemos por Borges. A algunos mortales, para mayor gloria y
mayor desgracia suya, el mundo se les da primero que todo en
forma de libros. Como el narrador de «La biblioteca de Babel»,
16
puedo afirmar que «he peregrinado en busca de un libro, acaso del
catálogo de catálogos». Como el Peter Kien de la novela Auto de fe
de Canetti, mi infancia y mi primera adolescencia están marcadas
por la coexistencia nada pacífica en mi mente de dos bibliotecas:
una sumamente modesta que fui construyendo en mi dormitorio y
otra, no infinita –no, no me atrevería a emplear ese calificativo–
pero sí de vastas proporciones con la que constantemente soñaba
y que llegaría a encontrar en la realidad en Berkeley, California,
cuya universidad contaba, cuando yo empecé a estudiar allí, con
una biblioteca de dos millones de volúmenes que durante nueve
años fueron míos todos. Y, durante nueve años, yo fui el hombre
más rico del mundo.
Exagero. No fueron exactamente nueve años. Al principio,
desde luego, no hallaba qué hacer con tantas riquezas
amontonadas en esas interminables estanterías. Estaba lleno de
una alegría loca y pensaba que poseer esas riquezas (¡tratar de
leer el mayor número humanamente posible de aquellos libros!)
era la meta más alta a que yo podía aspirar. ¡Manos a la obra!
Concordaba, sin saberlo todavía, con el Peter Kien de Auto de fe
en que «la mejor definición de patria es biblioteca» y estaba más
que dispuesto, cuando se me preguntara por mi profesión u oficio,
a confesar con gran orgullo que yo era, también como el personaje
de Canetti, «propietario de una biblioteca». Sin embargo, en algún
momento, no podría ahora decir cuándo, empecé a darme cuenta
de lo absurdo de mi empresa. Una voz, emanada de un libro,
desde luego, me susurraba al oído de vez en cuando: “Nathanael,
¿cuándo terminaremos de quemar todos los libros?”. La voz se
detenía. Después de cierto tiempo se la volvía a escuchar. Repetía
la pregunta y añadía: “No me basta con leer que las arenas de las
playas son suaves; quiero que mis pies desnudos las sientan...
Todo conocimiento que no ha precedido una sensación me resulta
inútil”. Otras veces la voz que se oía era la de Unamuno: “todo eso
es crítica literaria que debe importarnos muy poco. Trata de libros y
no de vida». ¿Por qué y con qué objeto se dirigían a mí estas
voces? ¿Qué intención tenían el joven Gide y el viejo Unamuno?
¿Qué quería decir el pobre Nietzsche cuando, en el Zaratustra,
gritaba: “Yo odio a los ociosos que leen”? Nietzsche, ya lo sabía,
había perdido la razón por haberse identificado completamente
con Zaratustra. Pero, ¿Unamuno? ¿Gide?
Y, algunos años después: ¿qué querían decir los alquimistas
cuando le aconsejaban al novicio que, si iba a leer libros, no se
contentara con uno solo, pues un libro abre otro libro, liber enim
librum aperit? ¿No era esto lo que yo había estado haciendo?
¿Acaso no había seguido yo, sin saberlo, las instrucciones de
Hoghelande cuando le recomienda al principiante que “reúna los
libros de diversos autores ya que, de otra manera, es imposible
comprenderlos, y que no deseche un libro que haya leído una, dos
o tres veces, incluso si no lo comprende, sino que, antes bien, lo
relea diez, veinte, cincuenta veces más, pues al final verá en qué
están de acuerdo los autores en su mayoría...”? Y si esto era lo que
se debía hacer, si los aprendices de alquimistas se entregaban en
cuerpo y alma al estudio de centenares de libros, se dedicaban a
releer miles y miles de pasajes y a cotejarlos entre sí; si este era el
único modo de alcanzar la sabiduría suprema, ¿por qué los
mismos alquimistas decían luego: Rumpite libros, ne corda
vestra rumpantur, “romped los libros para que no se rompan
vuestros corazones”? ¿Por qué? En esos momentos sentía
vértigo (2).
¿Qué quería decir Shunryu Suzuki cuando, en el Zen
Center de San Francisco hacia 1959, enseñaba a sus
discípulos que el objeto del budismo no era estudiar el
budismo, sino a nosotros mismos?Rumpite libros.
Todas esas corrientes y contracorrientes estaban dentro
de mí. Pero no por ello dejé de leer, sino que, muy despacio y
casi sin percatarme, fui adoptando una actitud muy diferente
ante la lectura, ante el mero saber intelectual, ante lo que
capta solo el pensamiento.
Un buen día descubrí de repente (aunque el proceso que
me había conducido a esa revelación había sido larguísimo)
que lo cotidiano del lector-escritor (e indudablemente había
llegado también el momento en que tenía que descubrirme
como escritor o, dicho con más sencillez, en que algo dentro
de mí, pero colocado por encima de mi ego, me insinuaba
tímida pero insistentemente que tenía que escribir), lo
cotidiano del lector-escritor, decía, está compuesto de
experiencias vitales profundas, de vivencias, con muchos
libros, con un gran número de textos que se viven al leerlos o
al escribirlos, pero no exclusivamente. Comprendí entonces
en toda su magnífica y desesperada plenitud las palabras de
Rilke, en Los apuntes de Malte Laurids Brigge, acerca de los
poemas como experiencias. Comprendí entonces por qué
Cernuda había escrito sus poemas y por qué esos poemas,
de un pesimismo atroz, podían conmovernos y
apasionarnos. Comprendí entonces por qué Cioran
desdeñaba a Paul Valéry y a Stefan George por ser
meramente “artistas”.
En verdad, la locura de Peter Kien, uno de los personajes
de ficción más repulsivos y mejor logrados que conozco,
locura que inexorablemente tiene que llevarlo a la horrible
escena final de la novela (quema de sus propios libros y
suicidio por fuego), estriba precisamente en el hecho de que
el erudito sinólogo se excede en su fetichización de la letra
impresa, en su veneración absoluta de los conocimientos
científicos, en su cultivada “ceguera”, en su intento
monstruoso de negarse sistemáticamente a convertirse en
contemporáneo de Lao-Tzu y Chuang-Tzu y a que estos se
vuelvan, efectivamente, contemporáneos suyos, en su
empeño diabólico de no atribuir a sus libros orientales
(veinticinco mil tenía el pobre en su apartamento) la función
que tenían que cumplir: la de servir de guías para la vida
aquí y ahora, la de mezclarse armoniosamente con la vida y
no la de substituir a la vida, la de anularla.
Kien incendia su biblioteca por desconocer el significado
simbólico del mandato de los alquimistas: Rumpite libros.
Hay que atreverse a vivir cotidianamente con San Agustín y
con Dante, con Cervantes y Unamuno, con Shelley y con
Auden para así estar dispuestos metafóricamente a romper
sus libros cuando ya se nos conviertan en un estorbo para la
vida.
FRANCISCO RIVERA
Tomado de Francisco Rivera, La búsqueda sin fin, Caracas:
Monte Ávila Editores, 1993.
17
STEFANÍA MOSCA
Narrativa venezolana contemporánea,
de Orlando Araujo: Comentarios de un lector
I
Rehuyo de los especialistas, y de los solemnes, de los
convencidos, de los exhaustivos y de los objetivos. Rehuyo del
rigor infalible supuestamente de las normas –y no de su utilidad.
Me exasperan los infatuados doctores de la república que
desconocen la dimensión sintáctica del lenguaje. Ellos son
especialistas, conocen los capítulos y parágrafos únicos, y
algunas deslucidas referencias históricas. Tampoco me interesan
los versadísimos en una mínima parcela del conocimiento. No
desconozco que acaso hayan estudiado a fondo los libros, los
manuscritos, las cartas, los diarios, los testimonios, las pequeñas
insolencias, la turbia calidez de las perversiones de un solo autor
pero muchas veces, esa dedicación sólo los lleva ajusticiar a su
presa con el dominio total de la única interpretación, esta senda de
la autoritas poca importancia tiene para mí. A estas alturas creo
más en los iluminados, ungidos que en los científicos. Por eso
puedo leer a gusto un libro que no es sistemático, cuyo cuerpo
recompone, a través de la literatura como objeto o síntoma, el
devastador proceso que ha pasado Venezuela del horror de la
tierra al horror urbano. Novelas, cuentos, historias que son un
mapa, que siguen un borde, ensayan una figura.
Narrativa venezolana contemporánea (1972) de Orlando Araujo
es el transcurso de una mirada que entre las expresiones
narrativas del siglo teje relaciones, antinomias, rescata materiales
del olvido, compara. Va y viene, como buen excursionista, de la
raíz al fruto, del tallo a la tierra, salta entre pasado y presente para
cerrar al borde, para chequear el recorrido, el territorio que ocupan
estas historias. Hace juicios, es apasionado. No sigue un orden
metodológico. Es buscador de signos, relacionador de textos, guía
de sentidos.
Desde su óptica de conocedor de las Ciencias Sociales,
reconstruye, “interpreta” el contexto. La fricción entre la Venezuela
rural y la petrolera es para el autor, también narrador y poeta, un
proceso ardoroso que tiene su reflejo en la narrativa, en la
expresión literaria. Recompone los motivos del imaginario
venezolano, y valora el aspecto singular, las nuevas propuestas.
Ve a las obras y los autores como una sola unidad. Los aspectos
biográficos no tienen foco relevante, advertimos resaltadas sí las
definiciones nacionales, lo histórico, la urgida pregunta sobre
nosotros mismos. Son ensayos, comentarios de un lector que
conoce al país, que sabe cuál es la lógica del articularse
económico en los procesos sociales de la nación, los vaivenes de
este siglo que ha tenido que vivir la modernidad en un estado de
ausencia o estereotipización bárbaros. La modernidad transforma
a Venezuela, más bien le adosa nuevos escenarios.
Tampoco es Orlando Araujo el narrador consumado que ve las
otras escrituras como un juego de espejos de su solo reflejo
trascendente. Prefiere comparar las voces y las circunstancias.
No es, seguramente, un especialista, pero, como ya he repetido,
no me interesa el término o la cualidad. Leo con toda libertad este
ensayo pues el mismo autor no se propone otra óptica que la del
lector. Un lector que no se pretende objetivo, pero que tiene la
concreción de articular los contextos, el horizonte temporal de los
18
libros que él acumula como contemporáneos.
II
Dónde se inicia la narrativa contemporánea venezolana para
Orlando Araujo? En aquello que rompe el cuadro costumbrista y el
reformismo sociológico. El fin de la fórmula criollista.
El criollismo llega a su perfección, a decir del autor, con Doña
Bárbara, a la perfección de un modelo que es de por sí
esquemático y limitante. En 1931 “con la publicación de Las lanzas
coloradas de Arturo Uslar Pietri comienza una nueva etapa de la
novela venezolana” esta novela, aún talladas en las sangres
decimonónicas, es para Orlando Araujo la puerta de salida del
costumbrismo, del pintoresquismo, del reformismo, del tono
edificante de nuestra narrativa. El asunto que marca la diferencia
es un problema de forma. “Ideológicamente, el propósito de los
nuevos novelistas es el mismo que el de los criollistas: expresar a
Venezuela, buscar el ser venezolano, ir hasta la esencia de lo
propio como un camino legítimo hacia lo universal; lo que varía es
el procedimiento, la factura estética, el estilo y la estructura
novelística”. Salvedad muy importante de anotar para entender la
tradición, el afán por poblar un territorio que siempre vemos
desierto.
Nuestras huellas en el pasado son apenas visibles y como se
pregunta Rómulo Gallegos en su Reinaldo Solar “¿Seremos un
pueblo que marcha por un arenal seguido de un viento de fatalidad
que va borrando los pasos? Los que vinieron después de ellos, los
de las generaciones anteriores a la nuestra, buscaron, sin duda,
esa huella, pero tampoco supieron dejar la suya en la tradición del
arte nacional. Y así, uno tras otro, cada cual ha tenido que
comenzar, siendo a la vez principio y fin de sí mismo”.
Nos sentimos, aún hoy, en la obligación, en la deberosa tarea de
recomponer la memoria: nuestra memoria. El despegue petrolero
nos hizo sentir el estupor del abismo, la enorme distancia de otro
modo de ser que tiene otro paisaje y responde a otro origen:
nuestro origen. La constante reelaboración del tema de la tierra, la
definición y predefinición de las finalidades de la narrativa
venezolana. Esa manía hacia el realismo. El tema de la nación, su
crítica y proyección saturó su intencionalidad e hizo pesado el
espíritu de juego que subyace y es base de la novela como género.
Orlando Araujo tipifica exacta y sintéticamente la tradición
edificante de nuestra literatura.
III
Guillermo Meneses, Enrique Bernardo Núñez, Julio Garmendia,
nos legan la conciencia de un hombre que ya por siempre sabe
que, pese a los resabios de la razón, el sueño forma parte de lo
real. Y se abren las líneas que vaticinan a un Oswaldo Trejo,
Antonia Palacios, Adriano González León, Francisco Massiani,
Salvador Garmendia, José Balza, Elisa Lerner, Carlos Noguera,
Renato Rodríguez o Laura Antillano.
Entra de lleno en su contemporaneidad.
Los años sesenta son tiempos de profundas convicciones. De un
coraje que parece extinto. Orlando Araujo afirma que la literatura
contemporánea venezolana tiene su lugar en la expresión literaria
continental. Esta voluntariosa enunciación no es causa de alguna
tendencia delirante o megalómana, o de esa euforia de los
melancólicos: No. Es cierto: los muertos hablan con los vivos,
y el sueño y la realidad se funde en Cubagua, 30 años antes
que Juan Rulfo escribiera su Pedro Páramo. En La galera de
Tiberio (1939) el tiempo es todos los tiempos, la muerte y la
vida, el día y la noche, el sueño y lo real están planteados
como paradójicas equivalencias. No es una mentira, tampoco
una exageración, es nuestra falta de valoración, de estima.
Orlando Araujo evidencia esta cuestión, este penoso asunto
(y valga aquí la frase hecha). Desde su “atormentada
modestia”, Enrique Bernardo Núñez siempre se refirió de
Cubaguacomo a “su novelita”, y decidió dedicarse al
periodismo. Ocupados, sus contemporáneos aplaudían
redundantemente a Arturo Uslar Pietri y a Gallegos y no veían
más a nadie, y menos las formas sin calco, las que inician la
tradición, la renuevan, la perpetúan siendo otra y otra
nuevamente.
Orlando Araujo hila las cuentas de este muestrario de
tendencias, voces y evoluciones, aperturas y vacíos, sin
necesidad de fundar, imprimir modelos, reformar, reconstruir
ampulosamente. La narrativa estudiada en sus contextos
dona a los lectores las formas que ha tomado la literatura
venezolana en este siglo, sus hitos, su devenir, como un modo
de pertenencia.
¿Hay olvidos en estas páginas? Seguramente...
IV
Orlando Araujo reúne, un tanto arbitrariamente –y lo
reconoce–, a las mujeres en un solo capítulo. Enfoca el
horizonte temporal que permite o basamenta la construcción o
la aparición de la mujer en la esfera de lo público: “cuando
nuestros pensadores positivistas de fines del XIX y comienzos
del XX abrazan la causa del divorcio, defienden la libertad de
la mujer y le asignan un papel más activo dentro de la
comunidad, están desafiando el establecimiento social del
latifundio y, en términos de la concepción feudal de dicho
establecimiento, están quebrando los sagrados lazos
familiares. Era revolucionario entonces asumir la causa de la
igualdad entre hombres y mujeres, y la lucha 'feminista' pasó
justificadamente a ser un capítulo del reformismo y del
progresismo en economía, en política y en literatura”. Y
declara abierto el contexto donde se expresa Teresa de la
Parra, Gloria Stolk y Mercedes Carvajal de Arocha (Lucila
Palacios).
Tras destacar los méritos que tiene Historias de la calle
Lincoln, como toda la escritura de Carlos Noguera, escoge
uno determinante “la perspectiva o el efecto humorístico,
irónico, cuestionado y, sin embargo libre de carga ideológica,
de documento novelado y del estereotipo de la violencia
dramática”.
En 1972, fecha de la primera edición de Narrativa
venezolana contemporánea, José Balza contaba apenas 32
años, y Orlando Araujo, sin dudas, apunta el futuro éxito de
una “obra concebida y formulada desde un ángulo que romper
radicalmente, no sólo con los puntos de vista del realismo,
sino con todo lo que hasta ahora se ha entendido como
experimentación en nuestra narrativa y en gran parte de la
narrativa hispanoamericana”. Más allá de los tratamientos del
lenguaje a los que adscribe a González León o Guimaraes
Rosa.
Hace comentarios acertadísimos, de buen lector
especialmente en el capítulo titulado “Negro es el humor con
que amanece” donde se ocupa de Piedra de mar, de
Francisco Massiani, y Al sur del Equanilde Renato Rodríguez,
que no son “libros de evocación ni de reconstrucciones, sino
de imaginación operando a quemarropa sobre el documento
de la vida, la literatura como piel y lo cotidiano entregándose a
registros de apariencia frívolos y de profundos
desgarramientos coloquiales”. La picaresca del fracaso, el
humor de los decepcionados. Vuelve a la raíz al culminar las
últimas páginas, y aparece María Eugenia Alonso con la
mueca de la risa.
Las puertas abiertas por esa contemporaneidad, dieron
paso al espacio donde hoy transitan y germinan formas
sorprendentes y aún desoídas. Tenemos unos libros por leer
los venezolanos. Orlando Araujo estima que son 200 libros
contemporáneos (editados entre 1930 y 1960), que pasean
por estas páginas, muy bien leídos, y reelaborados, los que
pueden serlo, en su contexto latinoamericano. Nuestros
clásicos contemporáneos ¿Qué sucede en las editoriales que
no los promueven, ni reeditan?
V
Narrativa venezolana contemporánea es algo más que un
inventario. Va un poco más allá de las listas. Además de estar
absolutamente libre del tono apologético tan presente en los
“panoramas” de la literatura venezolana, Orlando Araujo tiene
el gran acierto de ver el proceso político y económico de
Venezuela como escenario de su expresión literaria, no como
su determinante. Logra demarcar una cronología verosímil de
esa expresión, indicando los movimientos y sus contrarios en
el tiempo, sin parámetros preestablecidos y diáfana y
acertadamente.
¿Qué nos diferencia de estas valoraciones a casi tres
décadas de distancia? Quizá ese aliento protagónico de los
márgenes que la revolución cubana habían impreso en los
intelectuales sentirnos latinoamericanos. Acaso la
vehemencia. ¿Qué resentimos en estos comentarios?
¿Mayor organicidad, menor caudal de convicciones?
Una característica grande en este libro de Orlando Araujo es el
coraje que lo atraviesa. La claridad con que se enuncia el
Juicio propio. Un intelectual comprometido. Habría que
pensar si no empieza a ser una dulce nostalgia, es decir, una
probable próxima añoranza, ese compromiso, esa toma de
posesión del hombre que piensa y revisa su tradición.
Ciertamente estos ensayos son apuntes, no sé si puedan
figurar en la constelación de los estudios realizados por los
especialistas, pero pueden ayudarnos eficientemente a
refrescar, e identificar el origen de nuestras búsquedas.
Con liquiliqui de lienzo blanco
Conozco más el pesar de los amigos por su ausencia, que a
su persona. Sin embargo, una imagen de Orlando Araujo ha
quedado indeleble en mi memoria entre otras furtivas de
principios de los ochenta. En el Restaurante El Parque,
vestido en un perfecto Liquiliqui blanco, que no sé por cual
fenómeno estaba libre, absolutamente incólume de ese barniz
de prosperidad “nacional”, nada que ver con la rigidez del
liquiliqui de Chávez, o el autoctonismo de Simón Díaz. Un
liquiliqui ligero, de lienzo blanco. Sí, Orlando Araujo estaba
allí, el rostro rojo, la mirada en el sitio que lo conmueve, es
decir, expandida hacia todo. Sonreía y albergaba
reconfortado el buen efecto de dilatados dos Old Pars, en la
medida tarde de Caracas. Lo escuché más que en sus
palabras, en su arrobada sensibilidad.
–¿Ese señor es Orlando Araujo?
Y discutimos. El era economista y yo no había desmerecido
aún el afán de tener razón.
A veces dudo, y no sé si valoro más la pasión que la
inteligencia. Otras veces sé que no puede haber inteligencia
sin pasión (y hay malas pasiones). Y en los momentos más
álgidos del sueño o la pesadilla, me pregunto cómo sustituir el
preámbulo de la claridad.
19
En Mis canciones ya viejas el poeta canta la luz, al amor y al vino.
Su naturaleza es la entrega, y a lo largo de sus ensayos exclama,
se corrige y acusa de arbitrario, de no analítico.
Esa tarde, la fiesta se hizo dilatada y hubo canciones y recitó sus
poemas. La lucidez no lo abandonó. Dijo que no aceptaba esa
vaina de dejar por fuera a Andrés Eloy Blanco. Y volvió a brindar
por la vida.
innato en los momentos de creación) constituían el preámbulo de
la publicación.
En Narrativa venezolana contemporánea es posible encontrar
esas dos etapas del proceso. La disciplina lo llevó, tras revisión de
conocimientos y su proyección crítica, a rechazar la moda,
pasajera como todas, de la novela objetal del grupo Robbe-Grillet,
y la violación de reglas, propia de su temperamento, lo condujo a
calificar de novela a Memorias de un venezolano de la
decadencia. En el buen sentido del término, Orlando era un
provocateur, y en ejercicio de su condición temperamental fue
capaz de alabar la poesía de Andrés Eloy solo para darle en la
vena del disgusto a quienes no le veían segundo –ni mucho
menos rivales– a Ramos Sucre. Lo mismo puede decirse de sus
comparaciones entre Darío y Vargas Vila y de su adhesión pública
al Partido comunista cuando ya este era sombra de un pasado, al
parecer, irrecuperable.
Un compañero de viaje
Por Jesús Sanoja Hernández
1968 fue año de entusiasmo para Orlando y sus (como yo)
compañeros de viaje. Había triunfado en España Adriano
González León con País portátil. Ese Seix Barral repetía de algún
modo la historia de Andrés Eloy con su Canto a España y de
Gallegos conDoña Bárbara. Fuimos a Los Ocumitos, Miguel Otero
incluido, por ese entonces seudonomizado en Aureliano Buendía,
y Orlando derrochaba ingenio al borde de la parrillera, sorbiendo
de un vaso de cartón el licor que lo transforma en vehemente y *Publicado el 17 de mayo de 1998 (Papel Literario de El Nacional)
tormentoso.
Por los mismos días El Nacional premió por partida doble en su
concurso anual de cuentos a “Viaje inverso”, de Gustavo Luis
Carrera, y “Un muerto que no era el suyo”, de Orlando, que si lo
había enviado con el seudónimo de S. Carmen Ñengue, lo
respaldó con otro, por cierto empleado en ese diario para
comentarios críticos. Juan Lucena, pues.
Aquellos que antes preguntaban quién era es Juan Lucena
supieron entonces que se trataba de Orlando Araujo. A Miyó
Vestrini le declaró Orlando, a raíz de ese premio, que el tal cuento
formaba parte de un libro por salir (Compañero de viaje) y que,
además, él había enviado otro al concurso “Manos 0-010”, luego
publicado, aclaro yo, en una de las entregas de la revista Papeles,
dirigida a la sazón por Ludovico Silva.
Pero le dijo más a Miyó: “No debe haber divorcio entre la palabra
del escritor y su propia vida”, lo cual en Orlando más que una
verdad era una obsesión. En ese sentido, él pertenecía a la familia
literaria de Blanco-Fombona, aunque este careciera de las
virtudes bohemias de Orlando, quien en su Crónica de caña y
muerte escribió al respecto todo lo que se podía escribir. Ese fue
un libro de retazos existenciales y episodios confesionales,
surgidos con aires de presagio en la clínica Santiago de León. “Los
caminos que andan” lo conducían lentamente hacia la muerte.
Cuando se decidió a ordenar los materiales para Narrativa
venezolana contemporánea, poco después de la experiencia
renovadora en la Escuela de Letras, San Antonio de los Altos le
sirvió de refugio ideal. Acumulaba como antecedentes en los
estudios críticos aquel texto singular sobre la lengua y creación en
la obra de Gallegos, producto de disciplina universitaria y en el
cual Crema, Rosenblat y su pasión investigativa tuvieron mucho
que ver. En el largo interludio, signado por la revuelta de los 60,
Orlando había dado saltos increíbles: del rigor del economista y el
trabajo en Pro Venezuela al periodismo combativo (El venezolano,
Qué, La extra, Deslinde) y de aquí a la docencia rebelde, abierta a
la comunicación con las ideas y los movimientos contestatarios.
Para matar un complejo, la cárcel le sirvió de válvula sublimante.
Los seis meses en el San Carlos, 1965, le permitieron conocer lo
que había ignorado en los años de la dictadura. Su análisis de la
obra de Díaz Rodríguez (La palabra estéril) fue redactado en los
calabozos donde alguna vez acampó la División Táchira, al
mando del terrible Romero García. Trina –su mujer, secretaria y
ángel de la guarda– le llevó el rimero de fichas, porque ha de
saberse que Orlando perteneció a esa generación donde la ficha
(el orden, que le era caro en los momentos de investigación) y los
papeles emborronados en los bares (el desorden, que le era
20
Fermín Toro y
los inacabados
He ahí el problema: el
escritor, el historiador,
el botánico no resiste la
"tentación política"
REINALDO ROJAS
Inacabados denominó en 1925, el escritor y crítico literario Luis
Correa, a quienes en el campo intelectual venezolano "no hallaron
el tema que estuviera en armonía con los destellos de su genio y la
fuerza de su concepción original". Sin obra culminada, sistemática
y profunda, terminaron en esperanza, en promesa. Hombres de
genio, inteligentes y cultos sucumbieron al elogio o a la censura,
no entendieron el medio, no contaron con estímulos, tomaron el
camino más fácil al reconocimiento público o pusieron su talento al
servicio de causas políticas coyunturales. La lista es larga, pero
uno de ellos, los representa a todos en nuestro siglo XIX: don
Fermín Toro.
Niño de cuna
Este año 2015, el tribuno del Congreso de 1858, cumple ciento
cincuenta años de muerte. Nació el 14 de julio de 1806 en El Valle,
población cercana a Caracas, donde su padre don Antonio
Rodríguez de Toro, subteniente del Batallón de Milicias de
Blancos, tenía sus propiedades. Su madre, doña Mercedes
Blanco, venía de una poderosa y respetada familia mantuana
caraqueña, pariente de los Bolívar. Fue, pues, un niño de cuna.
Si nos detenemos en la fecha en que nace, cinco años antes de
la declaración de la independencia y en la que muere, dos años
después de culminada la guerra federal, podemos afirmar que su
tiempo fue el de la fragua del Estado y de la nación venezolanos,
en un escenario permanente de guerra y conflicto político y social.
En estas condiciones, es válido preguntarse ¿cómo se formó;
¿cómo llegó a ser una de las figuras intelectuales más destacadas
del país; y por qué apenas nos dejó los destellos de una obra que
pudo ser grandiosa?
Educador
Fermín Toro fue, primeramente, un educador, ingresando como
docente al Colegio Independencia, creado en Caracas por don
Feliciano Montenegro y Colón, en 1837. Allí dictó el curso de
filosofía. Paralelamente, funda El Correo de Caracas y da sus
primeros pasos en la administración pública, al asumir la
Secretaría de la Legación de Venezuela en Londres. En el
ambiente londinense, el joven descubre la ciencia. Estudia
geología, química y se inicia en el estudio del griego. Más que
científica, su vocación es la de un humanista. Ya en Venezuela,
combina la labor docente con la de funcionario en la Secretaría de
Hacienda.
En 1842, es orador en el acto de recibimiento en Caracas de los
restos mortales del Libertador procedentes de Santa Marta.
Pronuncia el discurso que inaugura el culto oficial a Bolívar. Pero
es también el hombre de la diplomacia en el periodo de los
gobiernos conservadores de Páez y Soublette y diputado al
Congreso. La instauración del gobierno liberal de los Monagas
(1848-1858), lleva a Toro a la oposición política. Conspira contra
los caudillos orientales, pero en sus ratos libres prosigue sus
estudios de botánica. Llega 1858, caen los Monagas y nuestro
escritor, científico y educador es llevado a presidir la convención
nacional que va a redactar una nueva Constitución. Aparece el
tribuno, el legislador. En el gobierno del general Julián Castro,
ocupa la Secretaría de Relaciones Exteriores y luego es
21
nombrado ministro plenipotenciario en España, Francia e
Inglaterra. Estamos en 1860 y Toro ya tiene 54 años. Luego viene
su retiro de la actividad pública, en su hacienda en los valles de
Aragua, para dedicarse a la investigación botánica, al estudio de
las lenguas indígenas y a revisar su producción literaria, hasta que
lo sorprende la muerte el 22 de diciembre de 1865.
Impecable
Se trata, pues, de un hombre de carrera pública exitosa, pero de
obra intelectual inacabada. "Cuando se leen lasReflexiones sobre
la Ley de Abril de Fermín Toro -nos dice Correa- y se admira el
caudal de ciencia y doctrina que expone, abrillantado por su estilo
impecable, se piensa al punto en la profunda obra de historia y de
economía política que hubiera podido legarnos". He ahí el
problema: el escritor, el historiador, el botánico no resiste la
"tentación política".
La tesis de Luis Correa es llamativa, aún en el presente.
Intelectuales de genio, pero con obra inacabada. De aquella
generación de la independencia solo uno fue la excepción: don
Andrés Bello, con obra educativa, intelectual y política reconocida,
realizada en Chile. ¿Esta especie de fatalidad no es en el fondo la
inquietud que impregna la novela primigenia de Rómulo
GallegosReinaldo Solar? Ese permanente "volver a empezar" que
nos caracteriza, porque no reconocemos ni maestros, ni modelos,
ni obras, ni tradición a seguir ¿será una expresión de este modo de
ser? Por eso dice Reinaldo Solar: "Es necesario emigrar. Es
necesario escapar". En Gallegos, la obra literaria fue su respuesta.
Si se reconoce el problema, es posible superarlo, pero con
estudio, esfuerzo y dedicación. Lo otro es "arar en el mar".
El gasto en cultura estimula el crecimiento
en Alemania
Las instituciones culturales, como los teatros de ópera,
"atraen más trabajadores altamente cualificados y sus
ingresos más altos repercuten en el conjunto de la economía
regional", estima IFO en su estudio sobre el retorno
social de la cultura.
"Los resultados del estudio son un argumento clave en favor de
Berlín.- (DPA) El gasto público en cultura, lejos de ser un peso
para el presupuesto, tiene un efecto positivo en la economía de las subvenciones a las instituciones culturales", estima uno de los
Alemania, en particular la ópera, según un estudio del instituto IFO autores, Oliver Falck.
publicado recientemente.
Sin embargo, durante la última crisis financiera, las
Las instituciones culturales, como los teatros de ópera, "atraen administraciones locales han empezado a recortar, en particular
más trabajadores altamente cualificados y sus ingresos más altos en países como España, en general en los presupuestos
repercuten en el conjunto de la economía regional", estima IFO en destinados a la cultura para sanear las finanzas públicas.
su estudio sobre el retorno social de la cultura.
Y es que, "los trabajadores altamente cualificados, atraídos por
Alemania es uno de los países con más teatros de ópera del las ciudades con una oferta cultural rica y variada generan
mundo. En ellos se exhibe el 30% del conjunto de las óperas del recursos interesantes", asegura el estudio.
planeta, según el portal especializado de datos Operabase.
IFO asegura que una subida del 1% en el número de personas
Según la asociación alemana de teatros, Deutscher altamente cualificadas contribuye al aumento del 1,4% de los
Bühnenverein, el país tiene 83 óperas financiadas con dinero ingresos de personas de baja cualificación y del 1,6% en los de las
público, muchas de ellas de la época en que Alemania estaba personas cualificadas.
formada por ducados y principados.
"Cuando una ciudad atrae compañías innovadoras con sus
En comparación, Francia y Gran Bretaña cuentan cada uno con empleados, su economía puede cambiar y hacerse más atractiva
para otras personas innovadoras", asegura IFO.
una docena de óperas.
Carmen Cristina Wolf rinde homenaje
a otros escritores
La venezolana ya trabaja en nuevos proyectos literarios.
Al escritor lo que más lo enriquece son sus lecturas. A mí eso fue
lo que me indujo al oficio: la fascinación por los libros. Mi abuelo al
llegar a la casa tomaba café y se sentaba a leer. Nos hablaba de
los personajes, de Homero, del Quijote, de Sancho. Nos hacía
creer que eran reales, que eran sus amigos.
Carmen Cristina Wolf (Caracas, 1953) le rindió homenaje a
ciertos autores que le gustan en su libro Vida y escritura, que fue
publicado por Diosa blanca. Eugenio Montejo, Rafael Cadenas,
Luz Machado, Juan Liscano, María Zambrano, Edda Armas. Un
libro que también es un tributo a la palabra en sí misma. "La obra
muestra al lenguaje como visión del mundo, como instrumento
que traza la vida, cómo nos hacemos a través de las palabras.
Confucio, cuando le preguntaron qué haría si fuera gobernante,
dijo que transformaría el lenguaje".
La autora venezolana lleva parte de su vida dedicada al análisis
de la literatura femenina. Tiene, incluso, un blog para la difusión y
promoción de obras escritas por mujeres
(www.ccwolf.wordpress.com). "No es fácil encontrar ensayistas
sobre escritura femenina. Hago hincapié en buscar tesoros en
ellas. Me he dado cuenta de la riqueza poética de la mujer
venezolana. No hay manera de no asombrarse", indicó la autora,
que planea sacar un libro sobre el tema.
La abogada dejó su cargo de presidente del Círculo de
Escritores de Venezuela para ejercer como directora ejecutiva. A
través del ente organiza recitales y eventos literarios, que no
políticos ni partidarios. "Los escritores deben tener libertad de
credo y de política. A título personal digo que no deben apoyar a
ningún gobierno. Todo el que lo hace se vuelve preso de eso. Lo
que sí defiendo es el respeto por las ideas de los demás", agregó la
poeta, que tiene varias obras por publicar.
Carmen Cristina Wolf incursionó hace poco en la literatura
infantil motivada por su nieto. También tiene un libro de poesía
inédito y otro de ensayos que sería una especie de segunda parte
de Vida y escritura. Aguarda por una editorial para publicar en
papel o digital. "La tecnología me sedujo. Las editoriales
alternativas tienen que lidiar con las dificultades económicas y de
material. Por eso muchos se han ido por lo digital", concluyó la
autora. Mientras, lee y escribe.
ALEJO URDANETA
El Poder y La Gloria: Novela de Graham Greene
El Estado ha ofrecido una última posibilidad a los curas:
pueden casarse. Sólo uno de los del estado donde se sitúa
la acción (Tabasco) lo hace, pero los otros prefieren morir.
Nuestro protagonista, el cura del whisky, escapa
En el año de 1938, la política laica del presidente Plutarco Elías
Calles llevó a cabo en México la persecución religiosa,
encaminada a disminuir las actividades educativas de la Iglesia
católica y, sobre todo, a reducir los aspectos más visibles del culto
religioso.
La llamada revolución cristera presentó al gobierno mexicano
una firme oposición.
La trama de la novela se desarrolla en el Estado de Tabasco,
México.
El pueblo estaba en una absoluta pobreza, vivía en chozas
hechas de barro y sufría el suplicio del hambre. Pero al final del día
todos van a la iglesia, se arrodillan y rezan, mostrando su fe. Esto
refleja la verdad del estado: el catolicismo romano es intrínseco a
ambos, a la gente y a la tierra. Por otro lado, los terratenientes
abusan de sus labriegos pero es suficiente si van a la iglesia y se
confiesan. Los curas lo perdonan todo y lo olvidan una vez que
salgan de la iglesia. Incluso celebran juntos las fiestas.
Todo esto provoca una reacción en el Estado. Está dirigida
contra el clero cuyo último representante es el protagonista de la
novela, nuestro cura del whisky: un clérigo en apariencia
orgulloso, con muchas ambiciones y más interesado en comer y
beber que en sus parroquianos.
El Estado ha ofrecido una última posibilidad a los curas: pueden
casarse. Sólo uno de los del estado donde se sitúa la acción
(Tabasco) lo hace, pero los otros prefieren morir. Nuestro
protagonista, el cura del whisky, escapa. En este momento su
degeneración comienza. Bebe, tiene una hija y abandona sus
obligaciones.
Mientras está huyendo se encuentra muchos otros personajes.
Algunos le ayudan: le ofrecen una copa en una calurosa tarde; le
dan de comer durante la huida, y otros, alemanes luteranos, lo
aceptan en su casa varios días.
Pero uno de los personajes ejecuta la traición. Este personaje,
un mestizo, intenta engañar al cura varias veces, conduciéndolo al
final al teniente, un ateo que piensa que la Iglesia tiene una gran
responsabilidad en la situación del estado. Su propósito es el final
de la pobreza que él vio y vivió cuando era un niño. Quiere ofrecer
un futuro mejor a los niños. Sin embargo, considera que la mejor
manera de conseguir ese cambio es destruyendo las iglesias,
matando a los curas e incluso, matando a los mexicanos que
ayuden a los curas.
El cura fugitivo y el teniente perseguidor representan dos ideas
abstractas que se oponen. Con doctrinas e ideologías
contrapuestas, se extiende en la novela un conflicto que siempre
aparece en la historia como un laberinto.
El foco de la novela está sobre el cura y su huida. Tiene que
escapar, pero al mismo tiempo ser el último cura del estado le
conduce a sus deberes con la humanidad. Se mueve entre su
24
orgullo y sus responsabilidades, sus esfuerzos para escapar y su
compasión por los otros. El cura del whisky se debate entre las
acciones de su vida cargada de culpa, y la redención que busca en
las obras que supone le han sido encomendadas por la gracia
divina.
La personalidad no es bloque unitario sino un complejo mosaico.
Dentro de un solo hombre están el santo y el pecador, el héroe y el
cobarde, el libertino y el místico. Así era el cura del whisky: “En el
centro de su propia fe permanecía siempre la convicción
misteriosa de que estamos hechos a imagen de Dios: Dios era el
padre, pero también la policía, el criminal, el cura, el maníaco, el
juez…” El cura fugitivo del relato no ha abandonado la fe, aunque
en la confusión social y el temor parezca sucumbir a la falsa
esperanza que todavía quedaba para él.
Al final, después de una dura persecución, es capturado, más
por su compasión que le lleva a ponerse en peligro, que por los
esfuerzos de sus perseguidores, y ejecutado.
El novelista Graham Greene retoma a los personajes iniciales
que apenas vuelven a asomar en el resto del relato, en una
especie de novela circular, y lo finaliza admirablemente.
En maravillosa coda, un forastero está en la calle. Saluda al
muchacho, aquel que había conocido al cura del whisky en la
plaza y presenciado su fusilamiento. El forastero acaba de
desembarcar; es otro sacerdote que viene en misión evangélica.
Continúa la lucha entre las dos corrientes ideológicas opuestas.
El escritor francés Francois Mauriac, de arraigados principios
católicos, ha elogiado esta novela que comentamos:
“Graham Greene parece haber penetrado furtivamente en el
reino de lo desconocido, en el reino de la naturaleza y la gracia (…)
Ninguna corriente de ideas lo aparta de esta clave que ha
encontrado. No tiene ninguna idea preconcebida sobre lo que
llamamos un mal sacerdote. (…) Existe la naturaleza corrompida y
existe la Gracia omnipotente…”
ENTREVISTA A JOSÉ PULIDO, ESCRITOR. Por: Daniel Fermin
"Hay una crisis de autenticidad"
"Le doy más importancia al trabajo con el lenguaje.
Utilizo la anécdota como un pretexto"
Un guerrillero que integra él solo un movimiento armado, un como un arte", concluyó el propio creador, ganador del premio
escritor que no encuentra quién le publique sus poemas, un Municipal de Literatura en el año 2000. Mientras, le da forma a
negociante mafioso que reúne a otros colegas en un hotel, un algunos poemas en los que trabaja desde hace algún tiempo.
terrorista que quiere matarlos a todos con un explosivo. Ponzoña
de paisaje (Negro sobre blanco grupo editorial), la nueva novela
de José Pulido, reúne a una serie de personajes variopintos en
una imaginaria frontera venezolana.
El escritor aragüeño (Villa de Cura, 1945) hizo una crítica social
a través de hombres que traicionan sus propios ideales. Porque un
creador suele reflejar el tiempo en el que vive. "Quise mostrar una
especie de país, una manera de ser hoy. Hay una crisis de
autenticidad. La gente dice creer en algo pero actúa de la forma
contraria. El discurso es uno y el hecho otro: habla de humildad y
es soberbia, habla de honestidad y es ladrona, habla paz y es
criminal. Queriéndolo o no reflejamos nuestra realidad. Uno
escribe del pasado o del futuro y en verdad habla del presente",
dijo el autor que tardó dos años en terminar la obra.
José Pulido escribió una novela coral de corte fragmentario con
momentos en apariencia inconexos que luego confluyen. El autor
se preocupó más por la forma que por la historia. "Yo le doy más
importancia al trabajo con el lenguaje. Utilizo la anécdota como un
pretexto para trabajarlo. No somos nada sin la palabra. La
estructura la armé para que el libro sea rápido de leer".
Ponzoña de paisaje tuvo su origen en una propuesta de guión
de cine que le hizo su amigo y director Carlos Azpúrua. La película
nunca se concretó. "Venía de escribir una novela tan pesada que
acepté el reto de hacer una historia ambientada en una frontera
nacional. Lo hice con sentido del humor. Quería que la tragedia
final parezca liviana y terrible a la vez. Hay mucho de novela
policial. También influyó el hecho de que comenzara siendo un
texto para llevarlo al cine".
José Pulido incluyó en su novela fragmentos de algunos viejos
textos suyos ya publicados. Hay un capítulo que formó parte de
Los héroes son villanos tímidos. "A veces uno escribes un relato y
luego se da cuenta de que podría ser una novela. O viceversa.
Varios de mis cuentos fueron antes algún poema. Muchas de mis
novelas empezaron como una crónica o una entrevista o algo
distinto. Con el tiempo comprende que se pudo desarrollar mejor",
agregó el también periodista, que viene de publicar El Pintor de los
misterios (una biografía de Luis Domínguez Salazar).
Ponzoña de paisaje le sirvió a José Pulido para divertirse.
Porque Memorias del pecado, otra novela inédita que envió a
concursos internacionales y que publicará en Venezuela en caso
de no salir premiada, le dejo exhausto tras su término. "Tengo mi
compromiso u obsesión de llegar un día al manejo de la escritura
25
Algunas de ellas fueron Petra Herrera,
Altagracia Martínez, Adela Rafaela Velarde
y María del Carmen Rubio, cuya leyenda
quedó inmortalizada en "corridos"
(canciones populares) como "Coronela",
"La Adelita", "Valentina" o "Marieta",
la que da nombre a la novela.
Eugenio Aguirre novela
la historia de las
revolucionarias mexicanas
Ciudad de México.- (Dpa) Enfermeras, amantes, consejeras y
hasta espías o guerrilleras: en su novela "Marieta, no seas
coqueta", el escritor mexicano Eugenio Aguirre se sumerge en la
biografía de las mujeres que formaron parte de la Revolución
Mexicana (1910-1917), una contienda social que no podría haber
triunfado sin ellas.
"Mi libro recoge las actividad de muchas 'soldaderas' que
participaron en el movimiento revolucionario. La gente escucha
los corridos y atribuye estas mujeres al imaginario popular. No se
les conoce como personajes de la realidad que participaron en la
génesis de la revolución", dijo el autor en entrevista con la agencia
Dpa.
Algunas de ellas fueron Petra Herrera, Altagracia Martínez,
Adela Rafaela Velarde y María del Carmen Rubio, cuya leyenda
quedó inmortalizada en "corridos" (canciones populares) como
"Coronela", "La Adelita", "Valentina" o "Marieta", la que da nombre
a la novela.
En las páginas del libro Aguirre (Ciudad de México, 1944) narra,
entre otras, la biografía erótico-bélica de Rubio, la llamada
"Marieta".
Esta especie de Mata Hari mexicana fue rescatada de un burdel
para luego hacerse amante del revolucionario y luego presidente
Francisco I. Madero, a cuyos enemigos seducía hasta arrancarles
secretos de guerra o política, a base de sexo.
Hermosa, aguerrida y sin prejuicios la figura de esta mujer
sorteó el paso del tiempo en una canción que dice "Marieta, no
seas coqueta porque los hombres son muy malos. Prometen
muchos regalos y lo que dan son puros palos".
Otra de estas "adelitas", como se conoce a las mujeres que
formaron parte de la revolución, fue Valentina Ramírez, conocida
como "La Valentina", que sedujo al mítico Pancho Villa con su valor
y belleza.
"Dicen que Pancho la invitó a comer y que ella exigió una botella
de aguardiente", relata la novela. "Villa se mostró inconforme
porque es abstemio y detesta a los borrachos. Sin embargo, la
Valentina no se arredró". Cuando el revolucionario quiso protestar
"se encontró con el revólver de la mujer apuntándole al pecho",
dice el libro.
Rastrear la biografía de estas mujeres llevó al también autor de
biografías noveladas y novelas históricas como "Isabel
Moctezuma", "Hidalgo" y "Leona Vicario" a buscar artículos
periodísticos de la época, leer decenas de libros de historiadores y
desempolvar textos, cartas y otros documentos en archivos,
bibliotecas y otras instituciones.
"Me preocupé no solo por al aspecto bélico, sino por las mujeres
que influyeron ideológica e intelectualmente en el movimiento
revolucionario", contó el escritor.
Por eso, en su libro (que edita Planeta) "está la impronta de
Matilde Montoya, la primera mujer en recibir un título de medicina
en México que influye en la formación de hospitales de campaña, o
María Sandoval de Zarco, la primera abogada en este país, quien
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se dedica a defender a las mujeres que tienen rencillas con sus
maridos o marcadas por una sociedad que decidía que eran
personas no gratas".
Buscando en el sur de México, en la zona de combate del
caudillo Emiliano Zapata, el novelista, cuentista y ensayista halló a
una mujer apodada "La Tortillera", líder de una cuadrilla de 20
"soldaderas" al servicio de la revolución.
Todas estas mujeres, afirma, tuvieron un papel decisivo en la
Revolución Mexicana y sin ellas el México actual no habría sido
posible.
DPA
Grass: impactante espejo alemán
El premio Nobel de Literatura 1999 falleció a los 87 años
Berlín.-(DPA) El mundo de las letras perdió a uno de los autores
más reconocidos de las últimas décadas: el premio Nobel de
Literatura alemán Günter Grass murió ayer a los 87 años en
Lübeck, la ciudad donde vivía en el norte de Alemania.
El autor de El tambor de hojalata tenía buena salud y había estado
trabajando hasta la semana pasada en su nuevo libro, pero una
infección grave provocó su súbita internación en un hospital de
Lübeck, donde murió en la mañana acompañado por su familia.
Alemania perdió así a una de las figuras más relevantes de su
historia moderna, tanto por su decisivo papel en la proyección
mundial de la literatura alemana tras la guerra como por su
ardiente compromiso político y sus muchas polémicas, incluida la
de su paso por el nazismo en la adolescencia.
"En sus novelas, en sus cuentos y en su lírica se encuentran las
grandes esperanzas y equivocaciones, los miedos y los anhelos
de generaciones enteras", definió el presidente federal alemán,
Joachim Gauck. "Su obra es un impactante espejo de nuestro país
y un componente de su patrimonio cultural y artístico".
La canciller Angela Merkel, criticada en varias ocasiones por
Grass, envió un telegrama a su viuda despidiendo "con profundo
respeto" a un autor que "acompañó y marcó como pocos la historia
de la posguerra en Alemania con su compromiso tanto artístico
como político y social".
El elogio más encendido llegó de la ministra de Cultura, Monika
Grütters, que equiparó al escritor con el máximo hito de las letras
germanas: "Günter Grass fue un literato mundial. Su legado
literario se ubicará junto al de Goethe".
Nacido el 16 de octubre de 1927 en la ciudad polaca de Gdansk,
Grass se convirtió en una celebridad internacional con su novela
El tambor de hojalata en 1959, primer volumen de una trilogía que
siguió con El gato y el ratón (1961) yAños de perro (1963).
En más de medio siglo de carrera, el autor dejó una amplia obra
que recorrió géneros tan diversos como drama, lírica, piezas de
ballet, aforismos, ensayos y novelas, además de esculturas,
dibujos y pinturas.
También una trilogía autobiográfica que incluía Pelando la cebolla
(2006), donde Grass confesó que a los 17 años había formado
parte de las Waffen-SS, cuerpo de seguridad especial del régimen
nazi, y desató así una polémica que lo acompañó hasta sus
últimos días.
"Si miro hacia atrás, siempre lo he contemplado como una
mancha que me oprime y sobre la que no podía hablar", contó
entonces sobre su demora en admitir ese pasado.
El conjunto de su obra fue reconocido en 1999 con el último
Premio Nobel del siglo. "La decisión fue muy consciente", recordó
ayer Per Watberg, miembro del jurado. "En la Academia Sueca lo
vimos como la cima del siglo XX. Él fue el siglo XX, por lo menos
después de Thomas Mann".
Cuando lo premió, la academia de Estocolmo consideró que la
obra de Grass llevó a cabo "una amplia revisión de la Historia
recordando lo que había sido negado y olvidado: las víctimas, los
perdedores y las mentiras que la gente quiere olvidar porque
27
creyeron en ellas un día".
También en 1999, Grass recibió el Premio Príncipe de Asturias.
Compromiso y polémica
Encarnación del intelectual de izquierda comprometido, Günter
Grass participó también activamente en el debate político alemán,
hizo campaña para el partido socialdemócrata (SPD) y asumió
una postura siempre polémica y de referencia en temas como la
reunificación alemana, la energía nuclear o la superación del
pasado nazi.
El novelista volvió al centro de la polémica en 2012 al considerar
a Israel "un peligro para la paz mundial" en un poema titulado Lo
que hay que decir. Fue acusado de delirante y antisemita en
Alemania y declarado persona non grata en Israel.
Grass siguió comprometido con la actualidad hasta el último día:
su firma era la primera en una petición a favor de "un derecho de
asilo digno" en Europa entregada precisamente ayer al Ministerio
del Interior alemán y firmada por más un millar de escritores.
El autor trabajó en su nueva obra hasta días antes de fallecer
aseguró su editor. La obra, titulada Vonne Endlichkait, se publicará
en el verano (boreal)
GUSTAVO MERINO FOMBONA
Cuando vemos la fotografía donde bacterias, microorganismos
que devoraron ferozmente el cuerpo Miguel de Cervantes (en el
caso que ciertamente se compruebe que es del insigne polígrafo
pero imaginemos que sí), nace la pregunta esencial, ¿es todo lo
que queda como residuo del humanismo y su intento literario?
Materialmente sí, inmaterialmente no, razones se comprenden sin
entrar en el tema del diseño biológico del universo. Regresando a
la materialidad corpórea sin acceder a devaneos multi-religiosos
sobre la personalidad cruda de la naturaleza, unos se van y otros
reciben sus boletos de viaje existencial y sigue el ciclo. Las propias
bacterias y enzimas que están en nuestro organismo una vez
extinto el oxígeno nos descomponen.
Con respecto al prototipo de célula, las neuronas, tomándolas
como referencia mueren en unos 3 a 7 minutos, mientras que las
células de la piel se postergan más, pudiendo aguantar hasta 24
horas aún activas, e incluso pueden ser extraídas del cuerpo
muerto y crecer normalmente en un cultivo de laboratorio. Aquí
dura más la estética que la inteligencia. La desintegración por
microbios, enzimas, bacilos tal como la clostridia y las coliformes
de los intestinos junto a lo químico del metano y el sulfuro de
hidrógeno terminan con el remanente corporal, quedando solo
osamentas y piezas dentarias. El ambiente regula la conservación
como es el caso de "La Doncella" uno de los tres niños que se
encontraron congelados (liofilizados) como ofrenda inca en la
cima del Volcán Llullaillaco en el noroeste argentino en marzo de
1999.
En homenaje al impacto que nos debe causar apreciar a un
genio hecho polvo que ofrendó su vida a remozar las virtudes
humanas, que de acuerdo a la historia de la humanidad no son
muchas, el Quijote salva la imaginación, la moral, la inocencia, la
dignidad, la utopía, la creación, el amor, la fantasía, la amistad, la
ironía del hombre sobre el concepto de triunfar y la moraleja de la
ética de ser supremo en la sensibilidad en una existencia sin
muchas respuestas vitales, donde corremos sin destino y nadie
nos recuerda una vez pulverizados.
Dijo Cervantes en el Quijote: "En esto descubrieron treinta o
cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo, y así como
Don Quijote los vio, dijo a su escudero: -La ventura va guiando
nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear; porque ves
allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o poco más
desaforados gigantes con quien pienso hacer batalla, y quitarles a
todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer:
que esta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan
mala simiente de sobre la faz de la tierra. -¿Qué gigantes?-dijo
Sancho Panza. -Aquellos que allí ves -respondió su amo-, de los
brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas. Mire vuestra merced-respondió Sancho-, que aquellos que allí se
parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos
parecen brazos son las aspas, que volteadas del viento hacen
andar la piedra del molino. -Bien parece -respondió Don Quijoteque no estás cursado en esto de las aventuras; ellos son gigantes,
y si tienes miedo quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio
28
Himno
a
Cervantes
que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla.
Y diciendo esto, dio de espuelas a su caballo Rocinante, sin
atender a las voces que su escudero Sancho le daba,
advirtiéndole que sin duda alguna eran molinos de viento, y no
gigantes aquellos que iba a acometer. Pero él iba tan puesto en
que eran gigantes, que ni oía las voces de su escudero Sancho, ni
echaba de ver, aunque estaba ya bien cerca, lo que eran; antes iba
diciendo en voces altas: -Non fuyades, cobardes y viles criaturas,
que un solo caballero es el que os acomete. Levantose en esto un
poco de viento y las grandes aspas comenzaron a moverse, lo cual
visto por Don Quijote, dijo: -Pues aunque mováis más brazos que
los del gigante Briareo, me lo habéis de pagar. Y en diciendo esto,
y encomendándose de todo corazón a su señora Dulcinea,
pidiéndole que en tal trance le socorriese, bien cubierto de su
rodela, con la lanza en ristre, arremetió a todo el galope de
Rocinante, y embistió con el primer molino que estaba delante; y
dándole una lanzada en el aspa, la volvió el viento con tanta furia,
que hizo la lanza pedazos, llevándose tras sí al caballo y al
caballero, que fue rodando muy maltrecho por el campo. Acudió
Sancho Panza a socorrerle a todo el correr de su asno, y cuando
llegó, halló que no se podía menear, tal fue el golpe que dio con él
Rocinante...".
Fábula entre otras que una vez este planeta de mucho engaño,
saturación y contaminación nos deje, tengamos que retornar a
estas lecturas para identificarnos siendo mejores, si queda alguna
célula que retoñe hacia la recivilización.
Doctor en Patrimonio Cultural.
Posdoctor en Gerencia y Administración.
Posdoctor en Estudios Políticos
Profesor UCV/Unimet/ULAC
Miguel Ángel Caminos
Don Quijote nos recuerda el valor
de la justa rebeldía
Siempre es oportuno volver a Cervantes, como lo es volver a
Dante. O volver a Shakespeare. Son clásicos entre clásicos, que
en otros tiempos formaron a generaciones enteras. En su época
marcaron un punto de inflexión al renovar el idioma y, desde luego,
la forma de hacer literatura. Cervantes encarnó la vanguardia de la
novela moderna. Fue un transgresor, como lo fue García Márquez
con Cien años de soledad. Cabe recordar una anécdota: cierta
vez, ante el ostracismo de García Márquez, Cortázar le preguntó a
Carlos Fuentes si sabía qué le pasaba. Fuentes le respondió: "Se
recluyó para escribir el Quijote del siglo XX". Se refería, entre otras
cosas, a la idea de la novela total, en la cual desfilara la esencia
misma de la condición humana.
En el complejo mundo actual, leer el Quijote equivale a realizar
un ejercicio de reflexión. Ante tanta tecnología y tanto orden
globalizado, con Estados que vigilan a las personas de a pie, una
novela como el Quijote resulta indispensable. En el decir de
Borges, inagotable. La historia y el personaje tienen mucho de
resistencia contra el sistema, con asidero en una satírica locura.
Por eso merece respeto detenerse en tantas páginas que retratan
al protagonista. Su actitud díscola, pero digna, denuncia la
supuesta normalidad que, paradójicamente, dio origen a un
mundo enfermo. Y, quizá, cada vez más peligroso. A pesar del
tiempo, la obra de Cervantes siempre está vigente.
Así habían pensado, en la propia España, los escritores de la
Generación del 98, cuyo paradigma para salir de la crisis de
entonces fue interpretar en clave el Quijote. Fruto de esto es el
excelente libro Vida de Don Quijote y Sancho, de Miguel de
Unamuno. Junto con otros intelectuales, surcó el camino del
llamado quijotismo, un ideario basado en la urgencia de provocar
en los albores del siglo XX una revolución moral. El símbolo de los
molinos de viento, en su versión, revivía antiguos fantasmas: la
violencia y el autoritarismo.
Unamuno selló su posición quijotesca con célebres palabras:
"Venceréis, pero no convenceréis". Las pronunció mientras el
falangismo echaba raíces y él, en un reclamo desesperado,
buscaba libertad de expresión. ¿Acaso no resuena hoy el eco de
esas palabras en cada rincón del planeta donde se instalan el
poder y la corrupción?
Cuando hace 400 años Cervantes publicó la segunda parte del
Quijote, en abril de 1615 (un año antes de su muerte, el 22 de abril
de 1616), supo que en esa triste historia de humor a retazos el
hidalgo y el escudero ya no le pertenecían. Ambos habían
abandonado el libro, al mejor estilo pirandelliano, para eternizarse
como un antídoto contra las injusticias y las desigualdades.
A cuatro siglos de esa publicación, don Quijote nos llama para
que, en la actualidad, encontremos las señales de progreso en
una justa rebeldía. Y, como dijo alguna vez Freud, en un sano
escepticismo. La derrota del hidalgo cervantino enseña que, en
tanto no abracemos el desafío de comprender la vida, sólo la
muerte nos traerá alivio. Lo explicó muy bien Milan Kundera al
escribir: "Don Quijote ha sido vencido. Y sin grandeza alguna.
Porque, de golpe, todo queda claro: la vida humana como tal es
29
una derrota. Lo único que nos queda ante esta irremediable
derrota que llamamos vida es intentar comprenderla".
Tal vez nosotros, seres de carne y hueso, debamos armarnos de
paciencia y luchar contra los males de la sociedad sin tanto ruido.
Luchar para comprender. Hacerlo a favor de la paz, la convivencia
y la honestidad. Abrevar en el quijotismo de Unamuno que, con
certeza, afirmó: "Seamos padres del futuro y no hijos del pasado".
En efecto, el futuro de la humanidad es lo que importa. Evocar la
ética de don Quijote sirve para proyectarlo, para despertar en los
lectores el afán por reivindicar la libertad y, detrás del humor,
advertir la profunda seriedad de una novela llena de sabiduría. Es
válido entonces celebrar el tono paródico del Quijote cuando
parece que el mundo se derrumba, ya que su utopía no tiene por
qué ser nuestra condena al fracaso sino nuestra esperanza.
En el magnífico cuento "Pierre Menard, autor del Quijote",
Borges sugiere que el lector es también el creador de la historia
que lee. Tenemos derecho, pues, a crear nuestro propio Quijote
del siglo XXI: el de la luz y no el del desencanto.
El autor es profesor y escritor; su último libro es El sentido de
educar.
Gorquin Camacaro
MADRE TIERRA
(A PROPÓSITO DEL DÍA DE LA TIERRA)
Madre tierra que cobija el germen de la vida
Vapuleada por insensibles...suicidas.
Girando en un eje de ternura
Anidando muertes prematuras
Dando vida gratuita
Con aguas marchita de indolencia
Árboles sempiternos... ocres
Animales refugiándose en la mano asesina.
Madre tierra, noble
Sin hálito de venganza
Ríos que claman cristalinos átomos
Aires de nubes impolutas
Fuego que no cesa en el corazón
Madre tierra..
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NELSON RIVERA
Leer a Eliot Weinberger
UNO
De leer a Weinberger:
Puedo suponer, en lo sucesivo, que a esta hora Weinberger
debe tener puesta su concentración en algún asunto del que
tampoco tengo noticia, ajeno a mi estrecho horizonte de lector
occidental. Neoyorkino (1949), la riqueza de su temario me
recuerda que en el mundo pululan otros centros que no vemos.
Weinberger visibiliza lo que subyace o vive más allá de nuestros
límites mentales.
Esa condición de 'remoto', lo es de muchas maneras. Puede, por
ejemplo, transcurrir por rutas geográficas imprevistas: ir del Valle
del Indo en la confluencia de Pakistán, Afganistán y La India, al
subsuelo de Somalia donde viven unos animalitos llamados
farunferes; distribuirse por las innumerables versiones que ha
recogido de la Atlántida para luego recalar en ese desconcertante
nudo del planeta que es Islandia; incitarnos a pensar en la
significación de 'vórtice' para más adelante, en un ensayo cuya
extensión es de 14 palabras, titulado “El Sáhara”, simplemente
decir: “Las patas de los camellos dejan en la arena huellas de
hojas de loto”.
Remoto, también por la diversidad de los tiempos: Shen Fu,
autor de una biografía, Seis testimonios de una vida flotante
(1809) que no hace uso del tiempo cronológico; los Mandeos,
pueblo más antiguo que el Islam, localizado en las fronteras entre
Irak e Irán, que todavía sobrevive; el Upánishad Jaiminiya, cuyo
origen posiblemente se remonta –todo, en estos ensayos de
Weinberger, remonta– más allá del siglo VI antes de Cristo.
Remoto (proviene del latín remotus: apartado, retirado) porque su
guía de intereses desafía nuestra comodidad mental: las
apariciones kármicas; los holotúridos que viven en los suelos de
todos los mares del mundo y los chochines que “viven en casi
todas partes, se alimentan de casi todo, se adaptan a la mayoría
de los climas”; Santa Perpetua, mártir que murió atravesada por
una espada romana en un circo, el 7 de marzo del año 203; los
viajeros a las antípodas (que son numerosísimos en estas
relaciones de Weinberger) o la controversia que, en una pieza
titulada “La tribu cámara”, plantea a las prácticas que presumen de
atrapar la realidad de etnógrafos, antropólogos y afines.
Remoto, especialmente, por su modo de avanzar en cada
ensayo. En Weinberger ensayar es recorrer. Caminar abierto,
largo y decidido. Ir de un punto a otro en el pensamiento, de un
tiempo a otro, de un saber a otro cuya conexión no siempre es
obvia ni inmediata (no rinde ofrenda a la lógica argumentativa, ni a
ninguna secuencia previsible). Lo excepcional no es que viaje
(también Edgar Morin, George Perec, Aby Warburg o Rudy
Kousbroek han usado el método del viaje para alcanzar otro lugar
de la imaginación u otro ámbito del conocimiento), sino que
desplazarse, viajar, tiene como finalidad la de no arribar. No cerrar
y seguir. No clausurar puesto que el hombre y el mundo siguen
abiertos.
Weinberger no necesita detenerse: sus recorridos no pasan por
la superficie. El efecto de acumulación que produce, podría
provenir de la poesía, de los textos sagrados, de reminiscencias e
invocaciones, del murmullo de las oraciones, de esa innombrable
emanación de sensaciones e imágenes que tienen ciertas
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palabras y ciertos nombres: el pensar, la condición poética de lo
humano.
Pero todas estas otras dimensiones de lo humano (evito aquí el
uso de la fórmula 'realidades humanas', porque la palabra
'realidad' está cargada de tierra y piedras, y los desplazamientos
de Weinberger parecen impulsados por vientos que dejan atrás
tierras y mares), enterradas o no, arcádicas o no, afines o
paralelas, en forma de ruina o deseo, comprensibles o
prefiguradas más allá de nuestros sentidos, esos hombres y esos
hechos que aparecen revestidos de lo que cuesta creer (como la
historia del espiritista Indridi Indribason), que rebasa los
compartimentos: pero estos ensayos ni siquiera podrían
calificarse de interdisciplinarios, porque nada hay en ellos que se
someta a las disciplinas, que no sea un deseo de ir más lejos: obra
de un Odiseo sin Ítaca, un hombre en estado de desplazamiento
que todavía no se ha propuesto volver.
DOS
Lo antiguo, el comienzo, lo paradójico, lo incontestable, los
límites, la plegaria, la reaparición, la ausencia, el arcaísmo, la
sonoridad, lo paralelo, los sueños, la rendición, las
interpretaciones, el curso de las cosas, lo concerniente, las
religiones, el tigre, los tigres, las sagas, la enumeración, el vínculo,
los karmas, la invención, el hondo convencimiento de que toda
lista es incompleta. El parafraseo. “El poema sigue siendo, como
siempre, un himno a, y un sueño de, su río desaparecido o
invisible, su tiempo perdido o a punto de estallar”.
La acumulación, lo simultáneo, lo vacío, los vedas, la invocación,
los obcecados, la cita, lo ajeno, las lenguas, la hipérbole, el vórtice,
Blanqui, Borges, Mahoma, Buda, las cavidades, la paciencia, la
variación, los ordenamientos, la derivación, lo místico, el paso del
remolino a la vorágine, lo oculto, el murmullo, lo inconcebible, la
hybris, la indagación, el desplazamiento de lo real hacia su
invención, las posibilidades latentes, lo irreal que hay en toda
realidad: el reconocimiento. La alegoría. La visión de 360 grados.
La travesía a lo largo de los milenios.
Weinberger domina al lector: nunca anuncia lo que viene. Cada
línea no pronostica la que sigue. Leer es distinto a presuponer. Es
la experiencia, no de la sorpresa, sino de lo imprevisible. Una
presencia nunca dicta la siguiente. Las funciones previsibles del
texto quedan suspendidas.
De leer a Weinberger, emanan innumerables cuestiones: si estos
tres libros son tres o es uno que se está rehaciendo de forma
permanente como reordenamiento (incluso hay fragmentos de las
traducciones de los mismos textos, que de una edición a la
siguiente, cambian). Otra cuestión: si el asunto aquí es la Otredad
o somos nosotros mismos (quizás nada sea verdaderamente
remoto) interrogados por los desplazamientos de Weinberger.
Otra: si la frase que dice, “Nunca antes una cultura había sabido
tanto y entendido tan poco”, nos mira a los ojos o pasa a nuestro
lado, sin siquiera rozarnos.
Rastros kármicos.
Editorial Emecé.
España, 2002.
Benecios de
la lectura
AJV
Beneficios de la lectura.
Leer es un placer. Además los beneficios de leer un libro incluyen
una mejora en nuestra vida a nivel mental, espiritual y social. Si
desarrollamos el hábito de nuestras habilidades de comprensión y
retención aumentarán. Así que las invitamos a conocer 10
beneficios de leer, aunque hay mucho más.
1. Aumenta tu vocabulario
¿Recuerdan cuando en la primaria aprendíamos a inferir el
significado de una palabra leyendo el contexto de las demás
palabras en la oración? Ese mismo beneficio lo obtendremos
ahora si nos dedicamos a leer un libro. Se darán cuenta que
mientras leemos, especialmente textos “difíciles”, nos veremos
expuestas ante un mundo de nuevas palabras, que no
conoceríamos de otra manera.
2. Entrenas al cerebro
Una de las grandes ventajas de dedicarnos a leer un libro, es que
resulta entrenamos a nuestro cerebro. Cuando practicamos esta
actividad ayudas al órgano a que lleve a cabo sus funciones de
manera ideal. En otras palabras, cuando leemos, nuestro cerebro
se pone a hacer ejercicio, pero para que tenga resultados a largo
plazo, necesitamos que la actividad sea constante.
3. Patrones de sueño saludables
Si comienzas a tener el hábito de leer antes de dormir, la
actividad funcionará como un aviso para tu cerebro y cuerpo,
mandando señales de que ya es tiempo de descansar. Esto
ayudará a que duermas profundamente y despiertes mucho más
relajada.
4. Disminuye el riesgo de padecer Alzheimer
Leer incrementa de inmediato la fuerza de los tejidos del cerebro
ya que es estimulado regularmente, lo que nos ayudará a prevenir
ciertas enfermedades, entre ellas el Alzheimer.
Investigaciones han demostrado que actividades como leer libros
o revistas, completar crucigramas, rompecabezas o hasta el
sudoku, pueden retrasar o prevenir la perdida de memoria. Estas
actividades estimulan al cerebro de tal manera que las células del
mismo se conectan y crecen.
5. Aumenta la concentración
Las personas que leen suelen tener mayor nivel de
concentración, y el lector tendrá la habilidad de poner toda su
atención en las cosas prácticas de la vida. También desarrolla la
objetividad y la toma de decisiones.
6. Siempre tendrás tema de conversación
¿Te has quedado sin cosas que platicar con un amigo, novio o
con tu esposo? Si te ha pasado, sabrás lo incómoda que puede
resultar la situación y muchas veces puede provocar que las
personas se pregunten si sucede algo malo. Sin embargo, si nos
dedicamos a leer más, siempre tendremos algo de que conversar
con otros. Podemos discutir los conflictos de cierta novela, o
aquello que aprendimos por leer ese libro sobre negocios, las
posibilidades son infinitas.
7. Mejora la memoria
Muchos estudios han demostrado que si no usamos la memoria,
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la comenzaremos perder. Crucigramas y rompecabezas, son sólo
un par de ejemplos de juegos que nos pueden ayudar a prevenir el
problema, y leer ayuda a fortalecer los “músculos” de la memoria
en una manera muy similar.
La acción de leer requiere que recordemos detalles, hechos,
situaciones, conflictos, temas y personajes.
8. Entretenimiento barato
Una salida al cine, con todo y munchie, cuesta un promedio de
200 pesos. Lo disfrutamos, claro, pero la emoción es momentánea
y pasajera. Por ese mismo precio puedes adquirir un libro que te
entretendrá por mucho más tiempo. Busca una librería que
también venda libros de segunda mano, que te saldrán mucho
baratos, y así no afectarás tu cartera.
9. Reduce el estrés
Cuando leemos nuestra mente cambia de estado. Si tuvimos un
día sumamente estresante un buen libro nos puede distraer con
mucha facilidad; el género de fantasía es excelente para estos
casos. Muchas veces nos será muy difícil soltar la novela pero aun
así nos mantendremos relajadas.
10. Desarrollo emocional
Cuando nos dedicamos a leer nuestro desarrollo social y
emocional aumenta. En un primer momento, los personajes de las
grandes novelas generalmente representan diversos contextos,
regiones del mundo, estatus social, razas y etnicidades, así como
diferentes religiones.
Así que nos encontramos con una diversidad con la que
posiblemente no tengamos contacto real. Pero es importante
entender que una vez que conocemos acerca de aquello que se
encuentra “fuera”, podremos comenzar a generar empatía y
tolerancia por los demás, y así desarrollar una sensibilidad
emocional.
AJV
Enrique Viloria Vera
LOS VALORES DE LA OBRA DE ARTE
Todo necio confunde valor y precio.
Antonio Machado
La conmoción que produce una obra de arte no es única, la
misma es un hecho plural de innegables impactos en diferentes
dominios del quehacer humano; es un hecho plástico que tiene
repercusiones inevitables en lo social, y sobre todo, en lo
económico. Indefectiblemente, la obra de arte plantea en quien la
contempla, una necesidad de comprensión, de interpretación, de
significado, más allá incluso de las razones – a veces inexistentes
– que puedan o no habitar en la intención del propio artista.
Esta búsqueda de explicaciones, de significados, lleva incluso a
muchas personas a una inevitable confusión entre valor y precio.
Recordemos, en este sentido, las conocidas anécdotas de Pablo
Picasso cuando fue consultado, en momentos distintos de su vida
y su creación plástica, acerca del sentido, del significado, de sus
obras plásticas. Joven aún, en el Bateaux Lavoire en Montmartre,
tolerante, coqueto, seductor y entusiasta, al ser interrogado por
una fresca y atractiva mademoiselle acerca del significado de una
de sus más recientes obras cubistas, le respondió: “Ma belle, ¿
para qué quiere UD. entender el canto de un pájaro? Más tarde, ya
senil, intolerante y cascarrabias, al ser nuevamente consultado
acerca del significado de uno de sus cuadros, esta vez por una
dama ya no tan bella, fresca y agraciada, le respondió un tanto
hastiado: “Chère Madame, eso, eso significa un millón de francos”.
En efecto, continuamente entre coleccionistas, galeristas y
críticos de arte se emiten conceptos, en apariencia disímiles y
contradictorios, acerca de cuál es el valor intrínseco de una obra
de arte.
Los críticos, desde su perspectiva analítica, reivindican la
exclusiva dimensión plástica, los galeristas, desde su punto de
vista comercial, enfatizan su valor económico en el mercado, y
muchos coleccionistas se muestran orgullosos del reconocimiento
social, expresado por amigos, familiares y allegados ante la
posesión de la obra de un determinado artista.
En nuestro criterio, tanto el dicente epígrafe del poeta Machado
como las irónicas respuestas del maestro Picasso, nos conducen
a señalar que la obra de arte tiene diversos valores, en la medida
en que es expresión de un conjunto de variables, de percepciones,
que lejos de divergir deben integrarse en la consideración del valor
final de la propia obra de arte, A los fines de una mejor
comprensión de esas facetas, aspectos o valores reconciliables
de la obra de arte, proponemos tres dimensiones que permiten
aprehender y evaluar mejor los productos de la creación visual.
1. La dimensión plástica
La dimensión plástica de una obra de arte contemporánea, a
diferencia de los criterios plásticos vigentes hasta las postrimerías
del siglo XIX, se asienta ahora sobre su capacidad de conmoción e
innovación, sobre su novedad y diferenciación, y no más en los
exclusivos criterios de belleza formal, helénica o renacentista. En
efecto, en la actualidad una buena obra de arte es aquella que
aporta algo distinto, que añade un valor en la evolución de la
historia del arte.
La novedosidad se erige así en criterio plástico contemporáneo,
aunque no necesariamente todo lo nuevo es bueno. Las nuevas
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propuestas plásticas han llevado incluso a valorar tanto lo simple o
esquemático del minimalismo, lo deleznable y marginal del arte
pobre, lo desechable y espurio del arte efímero, la obviedad y
elementalidad de las instalaciones, como, cada vez con más
frecuencia, las propuestas plásticas realizadas con el auxilio de
medios electrónicos: el video arte, el arte digitalizado en
computadora, la fotografía tradicional o digital. El podio y el
caballete, el óleo, la acuarela y el pastel, el lienzo y el papel
dibujado o grabado, el bronce, la madera y el barro quedaron para
otros tiempos dicen mucho de los críticos más contemporáneos y
entendidos, aun cuando lo cierto es también que el fastidio y la
repetición de las nuevas expresiones vienen propiciando un
renacer, una nueva valoración de la pintura, el dibujo y la escultura
tradicional.
En fin, esta valoración plástica está en cabeza y apreciaciones
de la crítica profesional y de las instituciones especializadas. La
aceptación en salones o bienales de arte de reconocida
importancia, los premios y menciones recibidos, las exposiciones
en museos de prestigio o en connotadas galerías de arte, la
incorporación de la obra a museos o a colecciones públicas o
privadas de alta significación, su ubicación en espacios cívicos o
corporativos, los libros y comentarios escritos en periódicos y
revistas especializadas acerca de la producción plástica de un
artista, constituyen, sin dudas, un índice, un indicador, y nunca un
criterio seguro y suficiente, acerca del valor plástico de la obra de
un determinado creador plástico.
2. La dimensión económica
Si bien es innegable el valor esencial y trascendente de una
obra de arte es el plástico, no por eso es posible dejar de
reconocer que en la actual sociedad capitalista de consumo, la
obra de arte es también un objeto comercial, un valor de cambio.
Una obra de arte, en nuestra economía mercantil, debe poder ser
traducida en moneda, tener un precio, una cotización en ese
incierto e imprevisible mercado del arte. Esta dimensión
económica de la obra de arte está en manos de los galeristas
comerciales, en la iniciativa y poder de venta< de los llamados
marchands, en la convocatoria y profesionalismo comercial de las
grandes casas de subasta nacionales e internacionales, a ellos
corresponde la génesis, el origen, de esta hoy inevitable
valoración económica.
Invariablemente, aunque no sea norma aplicable a rajatabla,
detrás de cada buen artista encontramos un buen galerista, y más
en nuestros días cuando la división del trabajo, el sentido de
equipo, la profesionalización tanto de la creación plástica como de
la comercialización de la obra de arte amerita, exige, de gentes
conocedoras de su oficio. Ambos, tanto el artista como el galerista,
pueden entonces, cada uno, concentrarse en su disímil oficio, sin
indebidas distracciones de su quehacer y sin distorsión de sus
respectivas vocaciones: creadora una, comercial la otra; cuando
esta relación entre artista y galerista es de mutua y genuina
colaboración, pueden, en consecuencia, erigirse en genuino
binomio de mutuo valor añadido.
Sin embargo, como decía el poeta español Antonio Machado en el
epígrafe: no se puede confundir valor y precio; aunque
reconozcamos explícitamente el inevitable valor económico de
una obra de arte, no debemos asimilar unívocamente valor y
precio. Dicho de otra forma, no necesariamente la obra de arte
más cara es la mejor.
3. La dimensión social
Por último, es conveniente también aceptar que una obra de arte,
además de constituir un valor
de cambio, posee igualmente un valor de uso. Buena parte, por no
decir toda, de este tercer valor de la obra plástica está en manos
de los coleccionistas, en la disposición del público, del ciudadano
común para tenerla en sus hogares y oficinas otorgándole un
aprecio, en este caso absolutamente social. Este valor se expresa
entonces en casas, jardines, paredes, pedestales, mesas,
computadoras personales, en fin, en espacios reales o virtuales
que los coleccionistas ponen a disposición de la obra del artista
plástico de su preferencia.
Una obra de arte se completa con el contacto con el espectador,
con el dialogo con el público; amerita de ser explorada por otros
ojos distintos al del artista, el crítico y el galerista, de lo contrario,
corre el riesgo de no ser nada, de permanecer anónima, de morir
abrazada por las llamas de la perfección neurótica, tal como le
ocurrió al artista de marras en la conocida novela de Honorato de
Balzac.
En fin, una obra de arte requiere del orgullo de quien la posee, de la
pasión de su propietario; por ella - recordemos a Albert Camus - se
puede matar o robar, se puede morir por tenerla o conservarla, o
también se puede guardar por siempre, ocultándola del ojo ajeno,
en un privilegiado y modesto closet, convirtiéndola en objeto de
paranoica devoción y desquiciadas reverencias.
En todo caso, podemos afirmar que no necesariamente la obra de
arte más difundida entre los coleccionistas, la de mayor
aceptación social, es necesariamente la mejor.
En fin, en coherencia con lo expuesto, podemos concluir que el
valor de la obra de arte es
múltiple e integral. La mejor obra es, inequívocamente, aquella
capaz de equilibrar las
dimensiones o variables anotadas, generando conmociones,
emociones y sorpresas permanentes que se traducen en
crecimiento, en aprendizaje, en aumento de la sensibilidad en el
sujeto que la transforma en objeto de su apreciación.
Disminuye producción
editorial de América Latina
pero sube formato digital
Bogotá.- La producción editorial latinoamericana, medida por el
número de títulos con registro ISBN, fue en el primer semestre de
2014 un 4,8 % menor a la de igual periodo de 2013, con una
participación en ascenso del libro digital, según el Centro Regional
para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe.
En el último boletín "El libro en cifras", ese organismo
dependiente de la Unesco y con sede en Bogotá reseña que de
enero a junio de 2014 se registraron 83.162 títulos con ISBN
(Número Internacional Normalizado del Libro) en América Latina,
de los cuales 16.933 fueron editados en formato digital.
Esos libros digitales significan un 20,4 % del total y el porcentaje
va en aumento, según el CERLALC, que no menciona cuál fue el
porcentaje en el primer semestre de 2013.
En seis de los 19 países que comprende el estudio el libro digital
supera el 20 % del total: México, Panamá, Costa Rica, Colombia,
Honduras y Brasil.
Ocho se encuentran en el rango de 10 % a 20 % y solamente en
cinco la participación se sitúa por debajo del 10 %.
Tras advertir de que por segundo año se registra una variación
negativa en los títulos con ISBN en el primer semestre, el
CERLALC señala que hay que tener en cuenta que siempre la
actividad es mayor en el segundo, cuando suele haber un repunte,
y que la disminución no fue generalizada.
De los 19 países de los que hay datos, en trece hubo
crecimientos en el número de títulos registrados.
Brasil, que es el país con mayor número de títulos registrados
en el primer semestre, es también el que más contribuyó a la caída
de la cifra regional, seguido por Perú y Paraguay.
Los 34.163 títulos brasileños significan el 41 % del total
registrado por los 19 países, cuatro puntos menos que en igual
periodo de 2013.
Con 13.535 títulos reportados, Argentina, por el contrario, gana
espacio en el segundo lugar (16,3 %), seguido por México (16,1 %)
y Colombia (8,3 %), con 13.371 y 6.899 títulos respectivamente.
Otros países con crecimientos destacados en el primer semestre
de 2014 son Guatemala, El Salvador, República Dominicana,
Panamá y Costa Rica, señala el boletín.
El país que menos títulos con ISBN reportó en el primer semestre
de 2014 fue Venezuela, con 1.550.
El estudio revela también que la aportación de los editores
comerciales al número total de títulos bajo seis puntos con relación
35
Esos libros digitales significan un
20,4 % del total y el porcentaje va en
aumento, según el CERLALC, que no
menciona cuál fue el porcentaje en el
primer semestre de 2013.
al primer semestre de 2013, de 60 a 54 %, y por el contrario
subieron las contribuciones de organizaciones no
gubernamentales y autores-editores, que supusieron un 21 % y un
12 % del total, respectivamente.
El polémico autor uruguayo
confiesa que "no volvería a leer"
su libro y que lo escribió "sin
conocer debidamente de economía
y de política".
GALEANO SEPULTA "LAS
VENAS ABIERTAS DE
AMÉRICA LATINA”
El escritor uruguayo Eduardo Galeano, símbolo de la izquierda
intelectual latinoamericana, sepultó de manera lapidaria su
famoso y polémico libro Las venas abiertas de América Latina al
confesar públicamente, en la II Bienal del Libro y la Lectura de
Brasilia, en mayo de 2014, que "no sería capaz de leer el libro de
nuevo" porque "esa prosa de izquierda tradicional es pesadísima".
Galeano reconoció, además, que lo había escrito "sin conocer
debidamente de economía y de política".
El autor admitió que no se arrepentía de haber escrito Las venas
abiertas… que ha sido la Biblia de la izquierda latinoamericana,
pero subrayó que era "una etapa superada" y reconocía que al
escribirlo "no tenía la formación necesaria". Esta obra de la
ensayística anticapitalista, se publicó en 1971 y fue prohibida por
las dictaduras militares que gobernaban Argentina y Chile en
aquel momento y Uruguay a partir de 1973, año en que Galeano
debió marchar al exilio. Otros libros, canciones y películas han
hecho referencia de ese texto desde entonces.
En sus comentarios en Brasil, Galeano reconoció que la
izquierda a veces “comete graves errores” cuando llega al poder,
lo que en Latinoamérica ha sonado a crítica a Cuba bajo los
hermanos Castro y a la errática administración de Venezuela bajo
Chávez, quien murió el año pasado. Pero Galeano se describe
como todavía muy de izquierda, y en otras ocasiones ha celebrado
los experimentos en democracia social que se han dado durante la
última década en su propio país y en Brasil y Chile.
“La realidad ha cambiado mucho, y yo también”, dijo en Brasil. Y
agregó: “La realidad es mucho más compleja precisamente
porque la condición humana es diversa. Algunos sectores políticos
para mí cercanos pensaban que dicha diversidad era una herejía.
Incluso hoy, hay algunos sobrevivientes de ese tipo que piensan
que toda diversidad es una amenaza. Por fortuna no lo es”.
En el momento de su publicación, Las venas abiertas… recibió
una mención honorífica del Premio Casa de las Américas, que se
concede en La Habana, Cuba. Galeano, ahora de 73 años de
edad, tenía 31 cuando se publicó el texto. El libro se propone
demostrar que los países latinoamericanos han sido saqueados
por las potencias occidentales desde la etapa colonial hasta
nuestros días, principalmente por Gran Bretaña y Estados Unidos
desde el siglo XIX.
Fue, además, el libro que el líder venezolano Hugo Chávez,
fallecido en 2013, regaló al presidente norteamericano Barack
Obama, como símbolo de la lucha antiimperialista del llamado
Socialismo del Siglo XXI. Desde 1997, las ediciones de Las venas
abiertas… han sido prologadas por Isabel Allende.
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El economista y legislador uruguayo Hernán Bonilla, publicó un
artículo en el diario El País de Uruguay con el título de La confesión
de Galeano, en el que señala que "con estas declaraciones
Eduardo Galeano se suma a la lista de intelectuales
latinoamericanos de izquierda que luego de haber influido de
forma nefasta en las ideas de millones de personas admiten, al
menos parcialmente, sus errores".
Según Bonilla, la confesión de Galeano llega "demasiado tarde,
quizás después de haber causado demasiado daño". El autor
indica que se debe entender que Galeano "fue un profeta de la
complacencia con nosotros mismos y el odio que impidió que el
Uruguay y otros países del continente buscaran las respuestas a
sus problemas en sus propias equivocaciones".
Tres autores latinoamericanos trataron de desmitificar las
teorías de Galeano, basadas fundamentalmente en el marxismo,
con otros cuatro libros que escribieron en equipo. Estos autores
son el cubano Carlos Alberto Montaner, el colombiano Plinio
Apuleyo Mendoza y el peruano Alvaro Vargas Llosa, hijo del
Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa. Sus dos primeros
textos, Manual del perfecto idiota latinoamericano y Fabricantes
de miseria, salieron a la luz en la década de los 90. Un tercer libro,
El regreso del idiota, fue publicado en 2007 cuando el proceso
venezolano encabezado por Chávez ya se había radicalizado. Y
en 2014 acaba de salir Últimas noticias del nuevo idiota
latinoamericano.
LEGADO ARTÍSTICO
De cuatro pintores
venezolanos
Héctor Saldivia Seijas
Crítica a una muestra de cuatro artistas de la plástica
venezolana.
Si hacemos un análisis crítico de la pintura en los cuatro artistas
plásticos que a continuación detallamos, podemos observar
estilos distintos de abordar el lenguaje pictórico, su particular
manera de crear y testimoniar, testificar, legitimar…en fin,
atestiguar su percepción del entorno o de exponernos sus utopías
o su oniria.
En cada uno vemos elementos que atestiguan su trabajo, su
oficio puesto que cada cual crea a punta de formas, motivos y
colores, expone su propuesta, su legado artístico, para disfrute de
quienes los contemplamos.
Esteban Castillo
Un perfecto maridaje entre colores y formas de un
abstraccionismo geométrico que bien pudiera ostentar el prefijo:
“neo” (noeabstraccionismo sin llegar al neo-geo), pues refresca el
motivo de esa corriente pictórica que promueve el distanciamiento
de la figuración o el subjetivismo y que, en sus manos, las líneas
poligónicas y su imbricación, denotan una profusión de espacios
irreales, conseguidos por contrastes o por armonías que se alejan
de lo puramente emocional y refuerzan su discurso crítico,para
exaltar la bidimensionalidad; rompiendo con gran maestría la
realidad tridimensional.
La intensidad, la gama de colores, el brillo y la complejidad de
formas son de cierto modo la expresión de sus percepciones y
sensaciones que, según creo, rompen la tradicional figuración: leit
motiv del abstraccionismo.
podemos observar su simbología pictórica.
Alirio Sánchez Morales
La pintura de Alirio es una especie de poema cromático en
confluencia con excelente desenvoltura en cuanto al
planteamiento. Me connota su pintura una mezcolanza de estilos y
corrientes que acertadamente ha interconectado el creador. Sus
creacionesutilizan para resolver el fondo una especie de “molde”
que mueve el artista con gran maestría y una figuración precubista picassiana que podemos recordar en los cuadros de
saltimbanquis, acróbatas o de arlequines. También juega con la
luz y el color, para mostrar figuras que tienen cierto hieratismo y
detallan el oficio del dibujo acertadamente. Así emprende la
búsqueda en su, ya madurado, trabajo plástico.
Adelis González Campos
En algún momento expresé de la obra de este artista plástico...”
es un estallido de colores y formas, un entrelazado de corrientes
pictóricas que sugieren la fragmentación de un mensaje sin
acartonados rigores”. Logra una fluidez expresiva con
cuestionamientos y proposiciones que parecieran la sinergia de
una síntesis que enriquece con innovaciones en la constitución de
sus elementos. Aseveré que construye o crea con “colores
brillantes pero no vulgares que expresan humor” y debo añadir
que tienen gran ímpetu, lo que conforma una experiencia visual
novedosa para la mayoría de quienes enfrentamos sus cuadros.
José Luis Aldana
Las creaciones de José Luis parecieran tipificar una óptica
donde se juega con el informalismo, la figuración, la sublimación
de una oniria y una fantasía muy personales…pero que a ratos nos
conecta, en perspectiva, con remembranzas de alucinaciones en
las cuales se omite la gravitación universal y se recurre a una
fantasía muy personal: para las proporciones, la luz, el color y la
forma, la disposición de los espacios y sobre todo una
composición muy inestable pues las figuras parecieran desandar
el lienzo y colocarse caprichosamente, asumiendo tintes
personales y un movimiento característico. Obras que van, en
cuanto a colores; desde la monocromía hasta el fauvismo. Así
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Obra de Adelis González Campos
"Amor innito", el nal de la serie juvenil
"After" se publica en español
Un libro recién publicado en España y que la editorial Planeta
distribuirá en una quincena de países latinoamericanos.
Madrid.- "After", el mayor fenómeno digital de la historia de publicación del último libro en papel, una edición revisada y
internet, con más de mil millones de lecturas en la red, llega a su fin ampliada respecto a la de Wattpad, en el que ambos se enfrentan
con la publicación en papel en español del último libro de la serie: al último desafío de sus vidas.
"Amor infinito".
En estos años, el tiempo también ha hecho mella en los dos
Un libro recién publicado en España y que la editorial Planeta protagonistas de la saga: Tessa ya no es la chica buena y dulce
distribuirá en una quincena de países latinoamericanos. que llegó a la universidad, y Hardin ya no es el chico malo y cruel
del que se enamoró.
La joven estadounidense Anna Todd era una lectora
La madurez y el crecimiento personal de ambos, unido a la
incombustible de la plataforma digital Wattpad cuando comenzó a
escribir su propia historia, en abril del 2013, para entretenerse verdad que saldrá a la luz sobre sus respectivas familias les
situará más cerca que nunca, aunque un secreto, que guarda
mientras esperaba por los nuevos capítulos.
Hardin, le alejará de todo y de todos, y también de Tessa.
Inspirada en el grupo musical One Direction, Anna Todd elaboró
Además de los libros, y con el rodaje y estreno de la película
un "universo alternativo" basándose en los componentes del
grupo. Un género conocido como "fan fiction", un relato de ficción pendiente, ya que Paramount Comedy ha adquirido los derechos
de la serie, la saga cuenta también con una aplicación para
creado por el seguidor de un grupo musical o una obra literaria.
móviles (creada en exclusiva por Editorial Planeta) con contenidos
Dos años después, Todd pone punto y final a la historia de amor extra, que suma ya más de 90.000 descargas.
entre Hardin y Tessa, los protagonistas de la serie, con la
¿Qué se hizo
Luis Harss?
Tomas Eloy Martínez
La lista de nombres elaborada por Harss incluía a escritores que
ya tenían reconocimiento internacional —Miguel Ángel Asturias,
Jorge Luis Borges, Juan Rulfo y Joao Guimaraes Rosa— junto a
otros que comenzaban a tenerlo, como Alejo Carpentier, Juan
Carlos Onetti, Julio Cortázar, Carlos Fuentes y Mario Vargas
Llosa. También asomaba allí un desconocido, Gabriel García
Márquez, a quien Harss añadió después de haber leído las
primeras páginas inéditas de Cien años de soledad.
Nunca explicó el autor por qué su selección dejó fuera del canon
a figuras que la crítica europea ya mencionaba como
protagonistas del renacimiento literario latinoamericano
—Ernesto Sábato, Clarice Lispector, José María Arguedas, José
Donoso, Augusto Roa Bastos y Guillermo Cabrera Infante— ni por
qué eligió a los 10 que eligió. Lo cierto es que su lista hizo historia.
Aunque Los nuestros no se reedita desde hace más de 30 años,
sigue leyéndose en muchas universidades como la carta de
navegación sobre una cultura que en menos de tres décadas se
liberó de la modorra regionalista y de la retórica pomposa para
salir al encuentro de un público de lectores ávidos, a los que les
hablaba en su lengua de todos los días y les contaba historias con
las que podían identificarse fácilmente.
“¿Qué se ha hecho Luis Harss? ¿Quién ha sabido algo de él?”,
preguntó García Márquez durante los fastos de su jubileo en
Cartagena de Indias, a mediados de marzo pasado. Nadie lo
sabía.
Para quienes frecuentaron al brillante y erudito Harss en los
años 60, es difícil imaginarlo lejos de los ruidos del mundo, en
Mercersburg, un pueblito de 2.000 habitantes en Pennsylvania. En
su pelo no hay canas y sólo su expresión es más sombría, acaso
por las inevitables arrugas que le han surgido alrededor de los
ojos. Si no me hubiera cruzado con él por azar en una calle de
Buenos Aires una noche de octubre, sin duda lo habría perdido
para siempre. Caminaba de la mano de su esposa, Patricia
Conway, y tuve la fugaz impresión de volver a ver la foto del
momento en que hablamos por última vez, en 1968.
Cuando lo conocí, acababa de publicar Los nuestros, escrito en
inglés como las dos novelas que lo precedieron, The blind (1962) y
The little men (1963). Después se entregó de lleno al manuscrito
de La otra Sara o la huida de Egipto, que daría a conocer en 1968.
El inesperado fracaso de esa novela es una de las mayores
decepciones en la vida de Harss y sin duda determinó el voluntario
ostracismo en que se sumió desde entonces. Se sintió expulsado
de su país, la Argentina. A ese amor no correspondido le ha
dedicado casi toda su obra.
El azar le reveló la novela latinoamericana, un universo
inexplorado para Harss. Llevaba dos años en París cuando vio la
portada de Rayuela en las vidrieras de la librería española.
Recordó que un amigo, el pintor argentino-japonés Kazuya Sakai,
le había recomendado que hiciera contacto con un escritor. Era el
autor de ese libro.
“Tuve un impulso y lo compré”, recordó. “La lectura de Cortázar
me enseñó que era posible escribir en castellano de otra forma.
Rayuela se alza contra la tradición española y contra la forma de
escribir en español que regía entonces”.
Cortázar le abrió las puertas de su casa, y muchas otras.
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“¿Sabés que hay otro tipo, acá a la vuelta, no muy conocido
todavía pero excelente escritor? Te lo recomiendo. Se llama
Vargas Llosa”, le dijo.
Harss entrevistó al joven que había publicado Los jefes y La
ciudad y los perros, quien a su vez lo puso en contacto con
Fuentes, quien a su vez le mostró a García Márquez. La Mafia,
como ellos se denominaban a sí mismos: una fraternidad de
escritores dispersos por México, París, Buenos Aires, que se leían
los unos a los otros y se admiraban.
“Los unía la idea de que su país común era el idioma español, y
ese idioma era un artefacto arcaico y rechinante que necesitaba
ser revivido y renovado, reclamaba desesperadamente una
transfusión de sangre y de vida. La Mafia, entonces”.
Carpentier le resultó untuoso, rimbombante, “un oportunista
encabalgado en la montura de la revolución cubana”. Asturias, a
quien visitó en un palazzo derruido de Génova, le devolvió la
entrevista que Harss le había enviado para su revisión con
retoques grandilocuentes: “Donde yo escribía 'un escritor
guatemalteco del siglo XVIII', puso 'un insigne escritor'... Todo el
capítulo estaba inflado”. En el magnífico retrato de Onetti, unas
pocas líneas le alcanzan para que el lector lo vea por completo:
“En la lenta llovizna, metido en un voluminoso abrigo, doblado bajo
el peso de la ciudad, avanza, opaco, un sonámbulo en la noche
insomne. Como la ciudad, lleva con fatiga la carga de los años”.
Donoso quedó fuera porque lo encontraba “un autor de lengua
muy trabada, luchaba y perdía sus batallas con el idioma”. Y
aunque corrían los años del gran éxito de Sobre héroes y tumbas,
descartó a Sábato: “Como novelista, me parecía de un
dramatismo banal y estereotipado”.
En cambio, lamentó haber dejado pasar a Cabrera Infante, a
quien más tarde invitó a la Universidad de West Virginia.
García Márquez, por el contrario, fue la gran revelación de su
libro. Harss había leído apenas sus cuentos y la novela La mala
hora. El manuscrito de Cien años de soledad llegó a sus manos
por azar. Ya estaba muy adelantado cuando el autor envió una
muestra de 70 páginas a varias personas. Harss no recuerda
cómo llegó hasta él. Sólo recuerda que le llevó esas páginas a
Paco Porrúa, el editor de Sudamericana, quien compartió su
entusiasmo. La novela fue publicada meses después y cambió el
mundo.
La Argentina le sigue doliendo de un modo tan hondo que,
cuando vuelve a ella, aunque sea de visita, todo lo atrae y lo
rechaza a la vez. Harss se siente todavía excluido por un pasado
de discordia que incluye, sobre todo, los años de la dictadura.
Comparte con Patricia la idea de que la Argentina “es el país de los
grandes fracasos, donde la gente de valor en cualquier esfera de
la vida termina fundida, suicidada o expulsada”.
El desencanto y la tristeza sólo embargan a Luis Harss cuando
habla de la Argentina que ha dejado atrás y a la que tanto le cuesta
volver. En lo demás sigue siendo el creador entusiasta, al que
tantos lectores siguen identificando con un libro legendario.
De Harss se podría decir lo que él dice, hablando de otros, en
las últimas líneas de Los nuestros: “Tocó con delicada poesía una
de las raíces del mito americano: el continente sin pasado que
sigue en busca de sus momentos de verdad”.
EFE
Un libro recoge por primera vez
el epistolario entre Picasso y Dalí
El libro amplía el contenido de otro similar publicado en Francia
e incluye, por ejemplo, "una carta inédita de Dalí a Picasso (un borrador
de telegrama), o el único documento de Picasso dirigido a Dalí".
Barcelona.-(EFE) El libro "Picasso y yo" recoge por primera vez el que quiso imitar y superar, el maestro con el que se había
epistolario entre Dalí y Picasso, que reconstruye los encuentros y enfrentado en el ruedo de la pintura, aunque el malagueño no
desencuentros entre ambos artistas y la fascinación que el había aceptado el acercarse al capote daliniano".
ampurdanés sintió siempre por la obra del malagueño.
A su juicio, en las cartas aparecen "pistas que permiten que hoy
Editado por Víctor Fernández, que trabajó en este proyecto podamos adentrarnos mejor en un terreno que ha sido fértil en
durante un año, el libro amplía el contenido de otro similar polémicas, sobre todo a partir de 1948, cuando Dalí se instaló
publicado en Francia e incluye, por ejemplo, "una carta inédita de definitivamente en la España de Franco y Picasso ya se había
Dalí a Picasso (un borrador de telegrama), o el único documento convertido, como contraposición, en el principal estandarte del
de Picasso dirigido a Dalí", explicó en la presentación. exilio y la oposición al régimen".
El editor considera su trabajo meramente "periodístico", pues
fue a las fuentes y recopiló lo que hay de documentación en
archivos como el de la Fundación Dalí, el de los herederos de Miró
o el del MOMA, que le proporcionó una carta de Dalí al marchante
de Picasso, señala Efe.
El libro recoge la primera "declaración afectuosa" de Dalí hacia
Picasso: Se trata de un manuscrito, probablemente escrito en
1922, conservado en la Fundació Gala-Salvador Dalí de Figueres,
que concluye con toda una declaración de principios: "Me gusta
Picasso".
La práctica inexistencia de cartas de Picasso a Dalí se explicaría,
Las cartas, señaló, están en los archivos Picasso de París, salvo
una inédita que Descharnes publicó en Vogue en 1979, pero que según el autor, "por la poca disposición de Picasso a mantener
relación epistolar, salvo raras excepciones, o a que esa
está desaparecida.
correspondencia se pudo perder".
"Picasso y yo" (Elba Editorial) reúne una postal firmada por
Picasso y 70 cartas por Dalí, una documentación que pretende
complementar la exposición que mañana presenta el Museo
Picasso sobre las afinidades artísticas entre ambos pintores.
Fernández dijo que con el libro pretendía "acabar con el tópico
de que las diferencias entre ambos artistas se explican sólo por
motivos políticos e ideológicos, a partir de la Guerra Civil
española".
"Creo que hubo más relación de la que se piensa entre Picasso
y Dalí y, de hecho, entre 1926 y 1938, Picasso lo protege, le da
dinero, financia el primer viaje de Dalí y Gala a Nueva York, le
presenta a Paul Rosenberg, a Gertrude Stein, asiste al estreno de
las dos películas que firman Buñuel y Dalí ("El perro andaluz" y "La
edad de oro"), y está al tanto de sus exposiciones", apuntó.
Al hilo de las cartas, Fernández rastrea al menos tres intentos
de reconciliación.
En la introducción, Fernández comienza con la imagen de
Jacqueline Picasso lanzando por la ventana la corona de flores
que le ha enviado Dalí.
"Por una vez, ese 8 de abril de 1973, Salvador Dalí quiso que su
saludo final fuera en privado, lejos de los escenarios que tan afines
eran a su causa publicitaria. Acababa de conocer la noticia del
fallecimiento de Pablo Picasso, su padre artístico, el hombre al
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Dalí será "un fantasma" en el Pabellón
Español durante la Bienal de Venecia
Los artistas Francesc Ruiz, Cabello/Carceller y Pepo Salazar
presentarán el próximo 9 de mayo un proyecto que gira en torno al pintor español
bien visto desde el punto de vista académico, a pesar de ser un
referente directo de muchas de las cosas que vemos hoy".
Partiendo de todo lo anterior, el comisario dio vía libre a los
artistas para que llevaran a cabo unos proyectos en los que están
actualmente trabajando en el Pabellón Español en los Giardini
venecianos.
Cabello/Carceller plantearán una propuesta alrededor de la
identidad variable y su opción como posicionamiento político.
Helena Cabello y Ana Carceller han utilizado el pabellón vacío
para filmar una "performance".
Francesc Ruiz utilizará el cómic para hacer una aproximación a
la aparición de figuras gay en los "media" populares y para la
creación de un modo de acercamiento lingüístico a la idea del
quiosco.
Salvador Dalí
Mientras que Pepo Salazar, en "una superposición de capas de
Madrid, 24 abril (EFE).- Dalí será "un fantasma", un perfume,
presente en la atmósfera del Pabellón Español de la Bienal de alta y baja cultura" y una acumulación de materiales, en opinión de
Venecia, en el que no habrá ninguna obra suya y que propone una Martín Manen, hará difícil el acceso al pabellón cuestionando lo
que es obra y lo que se sitúa fuera de obra, llenando el espacio de
relectura del artista catalán desde la actualidad.
contenido.
Los sujetos es el título del proyecto del comisario Martí Manen,
La lectura de Dalí se completará, en la parte central del
que ha seleccionado a tres artistas Francesc Ruiz,
Cabello/Carceller y Pepo Salazar para llevar a cabo un proyecto Pabellón, con entrevistas a Montserrat Aguer, directora del Centro
muy especial que se podrá ver durante la Bienal, que inaugurará de Estudios Dalinianos de la Fundació Gala-Salvador Dalí; a
Manuel Borja-Villel, director del Museo Reina Sofía; o a Vicente
su 56 edición el próximo 9 de mayo.
Todolí, director en la Tate Modern, cuando se presentó la
Estos artistas han realizado durante meses un trabajo previo en exposición "Dalí & Film".
torno a la figura de "un Dalí muy específico". Un Dalí que se
Con un presupuesto de 400.000 euros, la participación
construyó una imagen pública para tener libertad en el contexto
privado, el cual "también publicitó y estaba lleno de mentiras; no es española está organizada por la Dirección de Relaciones
Culturales y Científicas y la Agencia Española de Cooperación
un Dalí amable ni noble, es un Dalí difícil", según Manen.
Internacional para el Desarrollo (AECID), con la colaboración de
Este trabajo previo, con sesiones en Barcelona, Madrid, Acción Cultural Española (AC/E). EFE
Estocolmo y Roma, permite un montaje en el que no habrá una
sola obra de Dalí, pero que contará con su presencia o con la
construcción pública de su personaje.
El Dalí que se presentará "es capaz de generar un tipo de
'performance'; es el que se mueve en los platós de televisión, el
que permite que una escritora feminista le acompañe durante una
semana en Nueva York, el que habla de todo y que da pistas sobre
su sexualidad".
Durante la presentación hoy en Madrid del Pabellón, el comisario
insistió en que se ha trabajado en el Dalí que "abre cambios dentro
de una dictadura, que juega con el poder y que en su entorno
privado se rodea de personas que no representan lo normal".
Martí Manen considera que Dalí no existe como un posible
referente "y está borrado de la historia del arte español. No está
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Galardón para
Goytisolo
En el discurso, Goytisolo, "incurable aprendiz de escribidor",
El escritor Juan Goytisolo recibió el Premio Cervantes tras
indicar que, al igual que le sucedía al Quijote no se resigna a un reivindicó la necesidad de volver a Cervantes y asumir la locura de
mundo aquejado de paro, corrupción y crecientes desigualdades su personaje como una forma superior de cordura. Esa es la
lección del Quijote.
sociales como el actual.
Los reyes Felipe y Letizia presidieron por primera vez como
monarcas la entrega del galardón más importante de las letras
españolas esta vez el escritor Juan Goytisolo recibió este jueves el
Premio Cervantes, que, al igual que le sucedía al Quijote, los
lectores "tocados por la gracia" de esa novela no se resignan a un
mundo aquejado de paro, corrupción y crecientes desigualdades
sociales como el actual.
"Los contaminados por nuestro primer escritor no nos
resignamos a la injusticia", aseguró Goytisolo en su discurso,
breve y de marcado carácter social, y en el que manifestó su
admiración por el "Quijote", esa novela cuya fuerza genésica
alcanzaría una dimensión sin fronteras ni épocas.
"Llevo en mí la conciencia de la derrota como un pendón de
victoria". Esa frase del portugués Fernando Pessoa, con la que
Goytisolo se identifica plenamente, le dio pie a afirmar que "ser
objeto de halagos por la institución literaria" lo lleva a dudar de sí
mismo, pero "ser persona no grata a ojos de ella" lo reconforta en
su conducta y labor.
Desde la altura de la edad, siento la aceptación del
reconocimiento como un golpe de espada en el agua, como una
inútil celebración, dijo Goytisolo ante las autoridades que
asistieron a la ceremonia, entre ellas los reyes de España, en el
Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, localidad
cercana a Madrid.
Rolando Gabrielli
El boom según Harss, la explosiva sonrisa
de los escaparatesí
Los lectores éramos nosotros
Quedaron fuera del selectivo y futuro canon, del club de la nueva
literatura latinoamericana, José Donoso, José María Arguedas,
Augusto Roa Bastos, Ernesto Sábato y Cabrera Infante. Estas
evidencias las reconoce Tomás Eloy Martínez en su entrevista,
pero son realmente evidentes, aunque tienen sus explicaciones
sobre el gusto y un poco “la ignorancia del autor”, quien es
calificado como “el más famoso e influyente cronista
latinoamericano” de fines de los sesenta. Harss reconoce su falta
de lectura en distintas ocasiones durante su entrevista, de
apreciaciones sobre la marcha, ser guiado por los propios autores
y de apreciaciones absolutamente personales. Así se hacen estos
libros, las antologías, y todo todo lo que demande una selección
promedio, me parece.
Los lectores, y si éramos jóvenes en su momento, con más
razón, y mucho más corazón, teníamos nuestro propio escenario
con olfato y radar incorporado. En los prados del Pedagógico de la
Universidad de Chile, pasillos, en las calles a la salida de las aulas,
en los bares, donde surgiera una relación de amistad y hubiese el
tiempo, se leían y comentaban páginas, fragmentos, absorbíamos
el olor de la tipografía. Cada cabeza un mundo, lecturas sin
manuales, al dente, Cortázar/Rayuela, García Márquez/Cien años
de soledad, Vargas Llosa/La ciudad y los perros,Rulfo/Pedro
Páramo.
Un menú sencillo, que con el correr del tiempo se iría
agrandando. (Onetti/Carpentier/Cabrera Infante). Borges flotaba
con su propia aureola de príncipe inglés, nórdico, escandinavo, y
muy argentino a pesar de él.
¿Los nuestros o los de Harss?
El boom de la literatura latinoamericana de los años sesenta
conmemoró recientemente 50 años de su lanzamiento, comenzó
en París y nació de una sugerencia del escritor argentino Julio
Cortázar al cronista chileno Luis Harss. Nadie sabe aún quién
inventó la palabra boom, que fue un éxito y auge repentino, como
su significado en lengua inglesa. ¿Pobreza de la lengua o de la Antes del boom
Venía, como algunos, de leer a Neruda y toda la poesía que se
imaginación? ¿O efectividad del idioma inglés?.
iba desgranando del choclo de la gran poesía chilena,
El de la foto, que lee distraídamente, es Luis Harss, quien latinoamericana, española, francesa, inglesa, norteamericana. En
seleccionó a su gusto al selecto grupo miembro del futuro boom. el telón de fondo del boom quedaba Neruda en su escena de gran
Cuando comencé a leer a estos escritores a mediados de los patriarca con su cabeza de tortuga mítica en Isla Negra, según lo
sesenta, en pleno auge del boom, perdonen la redundancia, reconocerían Cortázar, Fuentes y García Márquez. El habitante y
nunca puse atención a la existencia de este personaje, aunque su esperanza, escrito en 1926 por el autor de Residencia en la
todo estaba enmarcado dentro del boom. Las editoriales saben su Tierra, es un punto de inflexión para algunos narradores y críticos
negocio, pero los lectores también conocemos el nuestro. No literarios latinoamericanos. La visión de Borges sobre la novela y
recuerdo a nadie de mis amigos haberlo mencionado y pudo ser, lo la narrativa, su postura, crítica, no es mera literatura para entender
cierto es que a instancias de Cortázar fue reuniendo a sus autores, los antecedentes del boom. La época de los sesenta en adelante
que provenían de la llamada “mafia” que se transformaría en el se inundó de novela, prosa, narrativa, sencillamente. El hueco de
alma de este movimiento de lo sorprendentemente nuevo del la poesía era profundo y cada vez más solitario, los escaparates le
género narrativo latinoamericano: Julio Cortázar, Mario Vargas sonreían a la novela. Borges orientaba su propia sombra sobre el
Llosa y Carlos Fuentes. Esta afirmación se desprende del propio panorama literario latinoamericano con Ficciones y El Aleph, pero
Harss, durante una entrevista con el escritor y periodista argentino sería su poemario El hacedor el que lo lanzaría a la “fama”, al
Tomás Eloy Martínez. Una lectura ligera a las primeras páginas de compartir el Premio Formentor con Samuel Becket, en 1961.
El boom quedó en manos de cuatro escritores, a pesar de que
Cien años de soledad salvaría a Gabriel García Márquez de las
turbulentas aguas del boom y al propio Harss, autor de Los Luis Harss había santificado a diez, sólo dos manos, entre cuyos
nuestros, donde incluyó en su arbitraria selección al colombiano dedos estaba Alejo Carpentier, quien sonaba como candidato al
junto a los mencionados, y agregó a Miguel Ángel Asturias, Jorge Nobel, pero no superaba la primera letra del abecedario de
Luis Borges, Juan Rulfo, Juan Carlos Onetti, Alejo Carpentier y presentación para el futuro mentor del movimiento literario en
ciernes. En su entrevista a Tomás Eloy Martínez, Harss le pone su
João Guimarães Rosa.
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lápida al autor de El reino de este mundo y Los pasos perdidos,
dos novelas previas al boom, en sólo tres líneas: “No me gustó
cuando lo conocí. Era untuoso, rimbombante. Me pareció un
oportunista encabalgado en la montura de la revolución cubana.
Un tipo muy pretencioso, pero erudito, musicólogo, historiador, un
típico intelectual latinoamericano con aspiración a la
trascendencia universal”.
Fuera del boom
Después el cubano se consagraría con Concierto barroco, El
recurso del método y Consagración de la primavera, entre otros
libros de su maciza y reconocida obra. Es difícil negar, pasar
desapercibida una obra de la dimensión americana y universal,
como la de Carpentier, musicólogo, arquitecto de los espacios y de
la palabra.
El chileno José Donoso, otro de los borrados del boom, a pesar
de su cercanía con los capitanes delmovimiento, a Harss siempre
le pareció muy torpe como escritor. Herr Harss ha sido implacable,
no sólo con estos dos escritores sino también con Cabrera Infante,
que no llegó al reparto del boom, o Sábato, “de un dramatismo
banal y estereotipado”. Al peruano José María Arguedas, un
hombre quechua comprometido con la cultura de su tribu y
antepasados, lo consideró un hombre “perdido en la vida” y
también fue excluido. De paso cuenta, en la reveladora entrevista,
a Martínez, que le da vergüenza de lo mal que Vargas Llosa trató a
su compatriota autor de Los ríos profundos. “Vargas Llosa es un
escritor apasionado”, lo califica Harss, “aunque algo mecánico a
veces. Me parece poco permeable a las experiencias y realidades
que están fuera de la cultura occidental”. Y agrega: “Sentí
vergüenza al pensar que un escritor tan eminente pudiera tener
una incomprensión tan grande de otro mundo dentro de su propio
país. Claro: Vargas Llosa estaba en contra de cualquier
indigenismo, pero Arguedas era más que eso. De todos modos,
cuando escribí Los nuestros lo conocía mal. Aún hoy no sé qué
hacer con un escritor como él...”.
donde reinan los amish. Según cuenta Martínez, Harss tenía el
mérito de haber escogido el mejor lugar perdido en la nada de
Estados Unidos, para ocultarse del mundo. Y al parecer el motivo
no era otro que escribir su propia literatura, porque no se ocultaba,
según cuenta más adelante Martínez, más bien “se sentía
expulsado de su país, Argentina”. Con su novela La otra Sara o la
huida de Egipto, Harss se estrenó en 1968, algo de lo que recién
hoy me percato, que se transformó en “un inesperado fracaso y en
el ostracismo de Harss”. El misterio de Harss estaba más o menos
al descubierto, trabajó como cronista, traductor, profesor de
secundaria y universitario, pero su oculto deseo era la novela.
Después de Los nuestros, reeditado en varias ocasiones, tomado
como referencia en Estados Unidos y Europa sobre el canon del
boom, Harss, todo lo indica, sumó una colosal frustración narrativa
de las dimensiones del Mississippi.
¿Un personaje de Bolaño?
Ahora pienso que podría haber sido un magnífico personaje
para Roberto Bolaño, y quizás decidió ignorarlo o no se le atravesó
justo en el camino. ¿La ruta de la universalización de la novelística
latinoamericana estaba en su propia ruta? Curiosamente fue un
pintor argentino-japonés, Kazuya Sakai, quien le recomendó a
Harss que visitara en París a Cortázar, y ahí partió la idea del
boom, frase aún de autor desconocido y que algunos la identifican
con Emir Rodríguez Monegal. La mafia estaba instalada en París,
Cortázar, Vargas Llosa y Carlos Fuentes, y se formaría lo más
cercano a un “cártel de escritores”, con la ayuda de la editorial
española Seix Barral, que toma como referencia la edición de La
ciudad y los perros, 1962, como el lanzamiento del boom.Después
ingresó a la escena el mayor olfato de la narrativa latinoamericana:
Carmen Balcells. ¿Un boomlatinoamericano cosechado en
España? Historias debe haber mil, nosotros sólo leíamos,
tomábamos apuntes de estos grandes fabuladores, ficcionistas
renovadores de la lengua que usábamos “casi como un
trabalenguas, contaminados por viejas lecturas provincianas”. Ya
éramos unos simples cronopios.
Fue un tiempo magnífico para la novela más allá de cualquier
El retorno del cronista perdido
¿El boom en ese entonces era una mesa de tres patas? Harss etiqueta, de norte a sur, cruzó toda la geografía de Latinoamérica,
armó su libreto y desapareció después de escribir Los nuestros, y algunos autores y obras ya son nuestros clásicos.
según leemos en la entrevista de Martínez, Luis Harss, el inventor
del boomlatinoamericano. ¿Un título algo pretencioso, El sorprendente retorno de Harss
El inefable Harss, sepultado en la pedagogía y persistencia de
rimbombante, como alguno de los personajes descritos por
Harss? El mérito, debemos reconocer, de la aparición del cronista sus propias ficciones narrativas, había salido de la escena pública
Harss, desaparecido detrás de la fanfarria delboom, se lo desde el boom, retornaba en brazos del azar y de sus sombras,
debemos a Tomás Eloy Martínez, quien se lo sacó de la manga hace cinco años, en un encuentro fortuito con su entrevistador en
gracias al azar. Ni el mismísimo García Márquez, uno de los dos Buenos Aires. La detallada conversación con el escritor Tomás
premios nobeles del boom, sabía del paradero del célebre Harss, y Eloy Martínez reflejó en parte la cocina de Los nuestros y, como su
llegó a preguntar por él el día que el reino de España coronó en autor, interpretaba las novelas y veía a sus autores sin anestesia.
Cartagena de Indias al rey del realismo mágico. La pregunta en Un mérito de Martínez para hacer rodar el ovillo delboom, un
ese entonces quedó en el aire, reconstruyendo su propia movimiento que dejó grandes novelas del siglo XX en América
Latina y en el habla castellana. Harss, tocado por la curiosidad
atmósfera como un bumerán o boomerang perdido en el tiempo.
Harss apareció en 2008 para sus lectores de la mano de Tomás cortazariana, había armado este puzzle para un género que
Eloy Martínez, y al parecer ni se había arrugado después de atravesaba una gran crisis y en nuestra América renovaba el
escribir Los nuestros, más de tres décadas después. El autor de propio idioma español y una manera de contar las historias. No es
Santa Evita describe su encuentro fortuito en sólo dos líneas: “Si poca cosa para los escritores y lectores que en definitiva tienen la
no me hubiera cruzado con él por azar en una calle céntrica de última palabra. Es mentira que un manual, por bien escrito que
Buenos Aires una noche de octubre, sin duda lo habría perdido esté, para guiar todas las lecturas de una generación y de las
futuras, pueda resolver el tema del gusto, forma y contenido, el
para siempre”.
Harss, palabras más o menos de Martínez, en esos años, lenguaje que termina con la anécdota, la vida de los personajes
escribía sus propias ficciones en Mercersburg, un pueblito de dos estructurando el andamiaje de la novela. La novela, siempre he
mil habitantes, 120 kilómetros al sudoeste de Harrisburg, la capital creído, es criatura camaleónica y de ella puede esperarse todo.
de Pennsylvania. Esta entrevista que cito reiteradamente se llevó Esa es su oxigenación.
Sin embargo, y de eso no dan cuenta prácticamente los
a cabo en Lancaster, una curiosa área alejada del mundanal ruido
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cronistas actuales, la poesía tuvo una notable influencia en
autores del boom como Cortázar, García Márquez, Vargas
Llosa y Carlos Fuentes, quienes en distintas ocasiones lo
reconocieron de manera explícita y directa. Borges es más
que un dato y también el peruano César Vallejo.
El fantástico Juan Rulfo
De la novela y el boom se ha dicho tanto, que ambos
“estiraron la pata” en términos mortuorios chilenos, pero qué
va, la historia es la historia y la novela es la novela. Repaso
estas líneas mientras diluvia como en los tiempos de “Isabel
viendo llover en Macondo” y así ocurren las escenas
precipitándose como en un río profundo, caudaloso, sin fin.
La novela latinoamericana, al parecer, tenía espalda, pero no
nuevos ojos. No podemos dejar de citar y volverlo a hacer, si
es necesario, al mágico y legendario, al humilde Juan
Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno, sí, Rulfo, y su
Pedro Páramo editado en 1955. La novela latinoamericana
tenía mayoría de edad antes del boom. Realmente mágico y
fantástico, Rulfo, un escritor apartado de los escenarios
novelescos y de la novelería menor. Lenguaje preciso desde
el alma de sus personajes y del interior del paisaje mexicano,
ese que no borra el viento.
Así, como un espectro rulfiano, volvió a aparecer, retornó a
la escena del crimen digital, Luis Harss, y lo hizo un martes 13
de noviembre, un día después de que escribiera la primera
parte de este artículo, una coincidencia extraordinaria en este
mundo ubicuo de Internet. La misma foto que edité 24 horas
antes, un Harss distraído, relajado, y concentrado en una
lectura cuyo contenido desconocemos. Es la foto de un
anuncio que hizo en la fecha el diario español El País, en una
notable coincidencia con mi blog en el marco de una
entrevista digital con el escurridizo, mítico, representante de
la metáfora de un movimiento que el azar disparó hace 50
años, por poner una fecha de una historia difusa aún en las
mejores memorias. Cuando le vi, me animé a enviarle una
pregunta como solicitaba la mecánica del diario para
establecer algún vínculo, siempre y cuando la pregunta
superara el cedazo del rotativo madrileño. Una incógnita más
para un personaje que se identifica con una X a resolver.
“¿Qué piensa de que sea un chileno quien dio a conocer
elboom y sea otro chileno, Roberto Bolaño, quien abra las
puertas post boom?”. La pregunta entró en el laberinto
kafkiano, borgeano, y se perdió en su propio eco. No pasó la
prueba, pero Harss tuvo la oportunidad de referirse al menos
a lo que considera su nacionalidad y definirse, además de
sentirse “peleado con la Argentina”. Una manera indirecta de
tocar parte del tema fue cuando dijo: “Nací en Valparaíso,
Chile, crecí en Argentina, y ahora vivo en EEUU y soy
norteamericano también. Además mi madre era de
Nicaragua, y también tuve pasaporte nicaragüense. Pero
realmente nunca me he considerado chileno, porque no me
crié ahí ni tuve nunca documentos chilenos (salvo la partida
de nacimiento). Una cosa rara, ¿verdad?”. Faltó añadir que
descubrió el boom en París, gracias a Cortázar, quien era
argentino, y seguramente hablaban un mismo lenguaje
porteño. Uno de los padres del boom nació en Panamá,
Fuentes, y otro en Bélgica, Cortázar. Ninguno de los dos dejó
de ser latinoamericano.
Ni chilenos ni cubanos
Siempre le sobró el chileno Donoso y no le agradaron los
cubanos, Carpentier y posteriormente Cabrera Infante, dos
escritores que no necesitan mucha presentación.
Harss, interrogado sobre si congenió o no con Carpentier,
dijo: “Se puede decir que Carpentier pertenecía a esa raza de
escritores que se consideraban a sí mismos como
eminencias por su posición política y social. Esa época
terminó, y los escritores más jóvenes son más escritores, más
humildes. Yo congenié relativamente con varios”.
Cuando Harss conoció a Carpentier, ya había escrito
reconocidas obras y ensayos musicales, tres novelas
fundamentales de la novelística latinoamericana y en idioma
español que antecederían a otras tres grandes novelas del
cubano. Tal vez aún no se da cuenta, porque en una de sus
respuestas reitera, como en la entrevista con Tomás Eloy
Martínez, que no está al día en la novelística latinoamericana.
La pregunta que pasó el cedazo de El País es la siguiente:
“Buenos días, Luis, de chileno a chileno, ¿quién le parece es
el mejor novelista chileno? Un saludo cordial”. “No estoy
demasiado al día, pero diría que probablemente es Roberto
Bolaño. Fue un escritor muy curioso, que en realidad escribió
poesía en prosa. Y es un descendiente de Cortázar en su
sentido del humor, de los absurdos. Pero en el momento del
boom siempre se citaba a José Donoso, aunque
personalmente no era mi favorito. En el momento del boom no
existía Bolaño, un autor incómodo para los sobrevivientes del
boom, ya que sólo Vargas Llosa se refirió a él; los demás,
fuera de los muertos, lo ignoraron, y de preferencia Carlos
Fuentes, un acucioso lector, historiador y estudioso de la
novelística latinoamericana y mundial. Se saltó a Bolaño con
una verónica: “No lo he leído, lo haré cuando pase el efecto
post Bolaño”. Todos sabemos que no será posible ahora,
aunque queda la duda de si lo leyó en su tiempo y esperemos
que sí, porque Los detectives salvajes es una de las mejores
novelas sobre México, entre otras cosas. Bolaño fue,
además, un parricida obsesivo, a tiempo completo, y
consecuente con su manera de ver y hacer literatura. A
Bolaño le ha pasado lo que García Márquez, son dos
escritores leídos y que han “triunfado” en Estados Unidos.
Y también se dijo en este encuentro digital lo más parecido
a un gazapo literario, cuando Harss resolvió esta pregunta:
“¿Cuál cree usted es el escritor que se ha dejado de lado en el
boom siendo opacado por las grandes figuras literarias que
se mantienen con el pasar del tiempo?”. “Se podría citar a
Juan José Sáez, un escritor argentino que ha vivido toda la
vida en Europa. Es muy leído y muy conocido, pero él en esa
época pasó desapercibido. Salvador Garmendia,
venezolano, también fue muy leído en esos años y después
no sé qué pasó. Siempre hay mucha gente que por una razón
o por otra no amanece en el momento exacto”. El escritor
citado es Juan José Saer, no Sáez, quien no había escrito
nada importante en la época del boom. A Garmendia lo conocí
en Chile, ya había escrito Los pequeños seres, una novela de
tinte filosófico camusiano, sartreano, escrita con una prosa
punzante.
En esta segunda aparición, Harss responde sobre un boom
aparentemente masculino, el porqué y sus causas. “En esa
época había excelentes poetas y también mujeres que
escribían muy buenos cuentos, pero yo no conocí ninguna
mujer novelista que estuviese al nivel de los autores del
boom”. Ciertamente, nunca apareció una novelista en Las
nuestras. ¿La novela es masculina? ¿Tiene pantalones la
narrativa? ¿La prosa es para los próceres de la novela? Dicen
que a Harss se le escapó una brasileña de su lista delboom.
¿No la conocía, ni él hablaba portugués? Clarice Lispector es
su nombre, según Martínez. Nació en Ucrania.
Sinceramente, aún no la conozco. “La literatura brasileña es
un secreto para los latinoamericanos. Algún día la
conoceremos”. Jorge Amado es una excepción en idioma
castellano, Carlos Drummond de Andrade y João Guimarães
Rosa.
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Un libro explora el lado periodístico
y el activismo de Elena Garro
En esta edición, que se presentó el 1 de marzo en el Palacio de Bellas Artes de México,
"el asesinato simbólico comienza en 1938 cuando Paz, controlador y machista,
prohíbe a su esposa escribir, pues no quiere competencia", dijo la autora en conversación
telefónica con dpa desde Nuevo México, Estados Unidos, donde vive.
Ciudad de México.- (DPA)"Me han robado mi vida, me han
asesinado...", escribió a finales de los años setenta una
desesperada Elena Garro (1916-1998), la escritora mexicana que
compartió dos décadas de matrimonio con Octavio Paz y que fue
asediada y censurada, hasta morir en la más absoluta miseria.
La tesis de un paulatino y largo "aniquilamiento" personal,
social, mental y literario de Garro es la que relata la académica
mexicana Patricia Rosas Lopátegui en una reedición ampliada de
su libro "El asesinato de Elena Garro", publicado por primera vez
en 2005 y que esta vez se centra en su activismo y en su vasto
trabajo periodístico.
En esta edición, que se presentó el 1 de marzo en el Palacio de
Bellas Artes de México, "el asesinato simbólico comienza en 1938
cuando Paz, controlador y machista, prohíbe a su esposa escribir,
pues no quiere competencia", dijo la autora en conversación
telefónica con dpa desde Nuevo México, Estados Unidos, donde
vive.
Garro fue autora de 16 obras teatrales, 12 guiones fílmicos,
medio centenar de artículos periodísticos y unos 15 libros entre
cuentos, relatos y novelas. Rompió moldes con sus polémicas
declaraciones o con su trabajo como periodista infiltrada en un
manicomio femenino para denunciar violaciones de los derechos
humanos.
Confrontó a la sociedad de su época y al Estado mexicano,
aunque también fue acusada de ser informante del gobierno y de
delatar a estudiantes en los años de la matanza estudiantil de
1968 en la capital mexicana, de acuerdo con documentos oficiales
desclasificados en 2006 cuya veracidad rechazó su familia.
Esta vez, la historia de Garro es narrada en 1.090 páginas, con
100 fotografías, cartas, documentos y casi todo el acervo
periodístico de Garro, una polifacética mujer, poetisa, cuentista y
novelista que todavía divide opiniones. Para unos es una de las
más grandes autoras del siglo XX, mientras otros la denigran.
Esta nueva obra revisa "la defensa de Elena en favor de unos
campesinos despojados, torturados y masacrados en Ahuatepec
(centro de México). Y lo hace como reportera. Aunque se cree que
debutó como dramaturga en 1957, empezó en el periodismo",
planteó Rosas Lopátegui, biógrafa oficial de Garro y agente
literaria de su obra.
La bella Elena estudiaba Letras Hispánicas cuando conoció a
Paz en una fiesta familiar. Tenía 20 años cuando se casó en
secreto con el futuro Premio Nobel de Literatura 1990, con el cual
tuvo una hija, Helena.
La edición ampliada del libro narra que en 1959 el autor de "El
laberinto de la soledad" se divorció "ilegalmente" de Garro, que fue
su primera esposa y madre de su única hija. Un juez disolvió el
casamiento sin que ella se presentara y, según las
investigaciones, jamás fue notificada.
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"Garro padeció el sentimiento de muerte o aniquilamiento en
diferentes formas y matices: la destrucción de su carrera, la
intimidación y el rechazo, manipulados por la opinión pública.
Físicamente sintió su exterminio en 1968, y en los últimos treinta
años de su existencia sólo conoció un hambre feroz y una soledad
mortífera", expuso Rosas Lopátegui.
Algunos la consideraban una mujer paranoica por el eterno
delirio de persecución que la rodeó desde los años 1960 y que la
llevó a huir primero a Nueva York y luego a España en la década de
1980.
Según la biógrafa, no eran alucinaciones de la Premio Sor
Juana Inés de la Cruz 1996, sino que en realidad Elena Garro y su
hija Helena Paz fueron espiadas, secuestradas por la Dirección
Federal de Seguridad de México y obligadas a vivir de la caridad y
sin poder trabajar.
En papel y pluma, Garro, que murió de efisema pulmonar a los
77 años en su casa de Cuernavaca, plasmó su lamentable
situación, en diversas ocasiones: "Lo sé y lo saben todos mis
compatriotas que conmigo se ha cometido un crimen y con Helena
(mi hija) también... Privar de trabajo a alguien deliberadamente es
un asesinato cobarde, indigno e hipócrita".
La reedición de la obra también ha ampliado su título. Ahora se
llama "El asesinato de Elena Garro. Periodismo a través de una
perspectiva biográfica". El libro ha sido coeditado por la
Universidad Autónoma de Nuevo León en México y la Universidad
de Nuevo México, donde Rosas Lopátegui imparte Literatura
Mexicana e Hispanoamericana.
Para la investigadora y académica hablar de la vida, obra y aportes
de la autora de "Revolucionarios mexicanos" y "Memorias de
España 1937" es indispensable.
"Sus aportaciones en cuanto a narrativa, teatro, poesía y
periodismo forman parte de nuestro acervo cultural", afirmó, y "sin
embargo, sigue siendo oculta, ensombrecida, no se habla de su
obra ni es lectura obligada".
CONCURSO DE CUENTO DE LA CÁTEDRA
DE LITERATURA JUAN PÁEZ ÁVILA
La Cátedra Libre de Literatura Juan Páez Ávila , de la UnIversidad
Pedagógica Experimental Libertador UPEL- IPB. Convoca al Primer
Concurso de Narrativa ( Cuentos Cortos)
BASES DEL CONCURSO:
1. Pueden participar todos los estudiantes del Municipio
Autónomo Torres hasta los 18 años.
2. El tema será libre pero tomando en cuenta algunos
aspectos de la obra del escritor Juan Paez Ávila, con una
extensión de dos a cinco cuartillas
3. Los relatos deben ser inéditos y no estar comprometidos
con otros concursos.
4. El original de la obra se presentará en formato digital a la
siguiente dirección: cá[email protected]
firmado con un seudónimo, y en correo aparte: nombre, apellido,
número de cédula , teléfono. Institución a la que pertenece y
seudónimo y datos del relato.
5. El lapso de recepción será desde el 1ero de junio hasta el
30 de noviembre
6. El fallo del jurado se hará público en la primera quincena del
mes de enero
7. El jurado estará integrado por tres escritores reconocidos.
8. Premio : Se otorgará un premio único , diploma y y publicación
en la Revista Cultural Carohana.
9. La participación en el certamen implica plena aceptación de
estas bases.
10. Lo no previsto en estas bases será resuelto por el jurado y
los organizadores.
11. El fallo del jurado es inapelable, pudiendo quedar Desierto.
El equipo de la organización del evento está integrado por Gorquin
Camacaro, Reinaldo Chaviel, Juan Araque , Mireya Grau , Esli
Suárez y Olimpa Bracho.
47
Ramón Pérez Linárez
PÁEZ ÁVILA Y SUS CORONELES
El autor se convierte en confidente de los personajes y se enfrenta
al Indio Reyes Vargas, apoyando al medico Bracho, quien con su
pensamiento liberal quiere y desea un mundo mejor y mas
humano, la unión de la sangre del conquistador y las princesas
indígenas, produjeron un mestizo, que confundido, no sabia si
abrazaba la causa de la Independencia o su lealtad hacia los reyes
Con una fluidez muy sencilla comenta anécdotas vivas y o por el contrario hacía sus propias guerras, defendiendo sus
actuales, la construcción de la represa y la exhumación de los intereses.
cadáveres del cementerio innundado, los primeros canarios que
El grito de libertad se oye y reclama que le han matado su
llegaron a cultivar la tierra, convierte a CAROHANA en escenario
de luchas sociales, explotación, grandes negociados, prostitución pasado y le han impuesto un presente muy cerca del apocalipsis,
sin embargo proclama que la muerte no puede ser la única
y también historias de amores y desamores.
alternativa para alcanzar la PAZ, por ello la novela no llega a la
La imaginación de soldados y frailes, que el escritor quiere tragedia, sino que se convierte en un canto a la Libertad y a la PAZ.
revivir la genealogía, sin lograrlo, ya que sus rostros no han sido
“El aprendizaje mas caro y útil para nuestra existencia es el
marcados en lienzos, ni en bronces.
sufrimiento”, con esta cita, nos indica que se aprende haciendo,
Quizás PEDRO LEON TORRES y JACINTO LARA, pasan a que se conquista, la PAZ y la LIBERTAD luchando no como
ocupar los primeros planos y al fondo una muchedumbre de simples espectadores.
anónimos frailes, indios, negros, esclavos, mujeres, médicos,
cada uno con una historia particular muy humana, que parece
vivirse en la actualidad junto a ellos.
El fino humanista, JUAN PÁEZ ÁVILA, con mucha frescura
narra en su novela CORONELES DE CAROHANA, diálogos de
viejas y nuevas datas, confundidos en el tiempo histórico, guerras
de la Independencia, con historias actuales y los personajes o sus
descendientes se entremezclan, en los tiempos.
Situaciones mágicas o místicas, como la desaparición de
Esteban en la represa de Carohana, que presumimos muere,
rescatando sus muertos, pareciera recordar el dicho del poeta
“Dejad que los muertos entierren a sus muertos”.
Los héroes anónimos transitaban de patriotas a realistas o
viceversa, eran movidos por DIOS en el ajedrez de la
conveniencia.
El escritor PÁEZ ÁVILA, presenta una estupenda visión del
conjunto de un proceso histórico sin tiempo.
Al lado de la historia guerrera, social, están las historias
naturales de Octoloco o cualquiera de sus personajes, Felipillo,
Gumersindo o la meretriz por obligación, administradora del
Burdel “la jungla”.
El libro de PÁEZ ÁVILA, es un muestrario de una literatura
fresca, sencilla, fácil de leer, humana, sentida y querida; presenta
dramas, historias, sin llegar a la tragedia, hace transiciones de
estilo, que sumergen al lector en la historia y en la realidad, al
tiempo pasado y presente, hace profecías que parecen estar
viviendo, con argumentos económicos, y realiza una pintura de la
época pasada y actual.
El desorden en su obra no es casual, es una manera de mezclar
el amor y la pasión, la virtud y el desvalor, por ellos este escrito no
puede considerarse una critica, sino un comentario, al sentirme
participe en la novela, identificándome con sus personajes y no
como un espectador alucinado y no contar los hilos de sus relatos
todos fascinantes.
48
María Dueñas y su Templanza dominaron
el mercado librero
Los lectores apoyaron durante el mes de abril a "Canción de hielo
y fuego" de George R.R. Martin, gracias al reciente estreno
de la quinta temporada de "Juego de Tronos".
Montevideo.- Con el reciente estreno de su esperada tercera la joven Anastasia Steele dominó el mercado del libro en 2011 y
novela histórica, "La templanza", la española María Dueñas volvió recientemente gracias al estreno mundial de la adaptación
dominó las ventas en España y Latinoamérica y se consolidó al cine el 14 de febrero, con Jamie Dornan y Dakota Johnson.
como una de las mayores "best sellers" del momento.
Nacida en 1963 en Londres, Erika Mitchell (seudónimo E.L.
El mercado librero también disfrutó del repunte de la saga de James) es una exejecutiva de la televisión que se dedicó
George R.R. Martin, "Canción de hielo y fuego", gracias al reciente inicialmente a escribir historias del género "fan fiction", en el que se
estreno de la quinta temporada de "Juego de tronos"; mientras "50 reinventan los personajes de novelas populares.
sombras de Grey" y las novelas juveniles de John Green
4. "Ciudades de papel", de John Green
comenzaron a perder terreno.
El fenómeno sigue dando a los jóvenes qué leer. "Ciudades de
A continuación, los cinco libros más vendidos en el mercado papel" salió al mercado en inglés en 2008, cuatro años antes que
"Bajo la misma estrella", aunque el público hispano pudo acceder
hispano este mes:
a su traducción recién este año.
Cuenta la historia del joven Quentin y de su amor no
1. "La templanza", de María Dueñas
La autora española que debutó por todo lo alto con "El tiempo correspondido hacia su vecina Margo, quien le pide que la
entre costuras" (2009), con más de un millón de ejemplares acompañe en un "road trip" algo particular.
Nacido en Indianápolis en 1977, Green es actualmente uno de
vendidos y una serie de televisión, prácticamente repitió la hazaña
con "Misión olvido" en 2012. Su ya fiel legión de fans allanó las los autores estadounidenses más importantes de la llamada
librerías para adquirir la tercera novela, "La templanza", que se "Young Fiction" o literatura juvenil.
posicionó en los ránkings de ventas de España y Latinoamérica
5. "La oculta", Héctor Abad Faciolince
desde su estreno a mediados de marzo.
En el mercado colombiano en particular, la última novela de
En una trama de emotivas historias de amor, glorias y derrotas,
la novela transita "de la joven república mexicana a la espléndida Héctor Abad Faciolince, que entró con fuerza tras su lanzamiento
Habana colonial; de las Antillas al Jerez de la segunda mitad del en noviembre, sigue dominando las listas de éxitos. La historia
XIX, cuando el comercio de sus vinos con Inglaterra convirtió la versa sobre una finca en un lugar remoto de las montañas
ciudad andaluza en un enclave cosmopolita", según la reseña de colombianas, donde han vivido varias generaciones de una
familia.
la editorial Planeta.
Uno de los escritores contemporáneos más emblemáticos de
María Dueñas (Puertollano, sur de España, 1964) es doctora
en filología inglesa y profesora en excedencia de la Universidad de Colombia, Héctor Abad Faciolince (Medellín, 1958) fue columnista
de la revista Semana y del diario El Espectador.
Murcia.
2. "Canción de hielo y fuego", de George R.R. Martin
Con el reciente estreno en la televisión de la quinta temporada
de "Juego de Tronos", los seguidores de la serie se abocaron a los
libros que la inspiraron, del autor estadounidense George R.R.
Martin. "Canción de hielo y fuego" es el título de una saga con
cinco entregas ya publicadas.
La saga cuenta la lucha despiadada entre varias familias por
conquistar "los Siete Reinos" de territorios imaginarios en una
época indeterminada, pero muy parecida a la Edad Media.
George R.R. Martin (Bayonne, New Jersey, noreste de EEUU)
nació en 1958. Estudió periodismo y eventualmente se mudó a
Hollywood, donde comenzó a trabajar como guionista y productor.
3. "50 sombras de Grey", de E.L. James
La relación sadomasoquista del multimillonario Christian Grey y
49
Primer capítulo de la novela de Juan Páez Ávila
HOMBRES DE PETRÓLEO
A solicitud de profesores y estudiantes de la UPEL
Después de seis meses de desempleo y agotadas mis
prestaciones sociales, consumidos mis ahorros en un alto
porcentaje y distanciado progresivamente de las caricias de mi
mujer, acosado por el insomnio y la soledad, revisé mi archivo
personal y encontré una carta con una oferta de trabajo de la
Universidad de Tulsa. En sus aulas yo había realizado un
postgrado en Exploración Sísmica y obtenido las más altas
calificaciones, entre un grupo de ingenieros provenientes de
diversas universidades del mundo. Habían transcurrido tantos
años que no quise mirar la fecha, levanté el teléfono y llamé a la
Universidad. Al preguntar por la vigencia de la oferta me
respondieron que era por tiempo indefinido. Desperté a mi esposa
y se lo informé. Rosmary me abrazó y se encendieron por un
momento nuevamente nuestras pasiones amorosas hasta el
éxtasis.
-No quería formar parte de los profesionales que se fugan a
prestar sus servicios a países desarrollados -le comenté al oído
cuando separábamos nuestro aliento.
-No seas romántico, Juan Manuel, tenemos que vivir la realidad.
Te voy a hacer la maleta y espero no te arrepientas. Yo me iré con
los niños cuando estés instalado en Tulsa.
Desesperado salí al día siguiente para el Aeropuerto Internacional
de Maiquetía a tomar el avión que me conduciría a Miami, escala
obligada para viajar a Tulsa. En la puerta de entrada un hombre
alto, fornido, de nariz puntiaguda, chaqueta negra, me interceptó.
-Dr. Betancourt, usted no puede viajar hoy, tiene prohibición de
salida del país. Acompáñeme –me expresó en tono autoritario y
me mostró una placa que decía: DISIP.
Mientras caminábamos hacia una pequeña oficina de la Policía
Política, creí que estaba detenido y recordé la última reunión a la
que había asistido con el Mayor del Ejército Vladimiro Nieto, a
quien conocí a través de Aníbal, periodista que trabajaba en
Petróleos de Venezuela y había establecido contacto con el
oficial que formaba parte de un grupo de militares que
conspiraban contra el régimen. Nieto me había informado de la
disposición de algunos militares a sublevarse si se mantenía el
paro petrolero que tenía más de un mes de haber comenzado y ya
se hacía insostenible. Yo me había limitado a oír y no conocía los
engranajes de la posible conspiración. Me sentí complicado en
algo que podía ser muy grave y decidí aprovechar mi viaje como
coartada.
-Yo tengo urgencia de viajar hoy mismo a Nueva York, debo firmar
un contrato con la Exxon-Mobil, para explorar en México o Canadá
una zona donde pueden existir importantes yacimientos
petroleros –le expresé al agente policial. -¿Puedo llamar a mi
abogado, el Dr. Eudoro Caripe?
-Dr., Ud. no está detenido. Aquí lo que hay es una orden de no
dejarle salir del país. Puede llamar a quien quiera o puede
regresar a su casa.
Tomé un taxi y le pedí que me llevara a Altamira. En el trayecto
recordé que Rosmary me había comentado que tenía la
impresión de que un hombre con las características del “narizón”
que me había impedido viajar, la seguía.
-No exageres Rosmary, no hay ningún motivo para que nos estén
50
vigilando. Yo me limito a ir a las marchas para solicitar un
Referendo Consultivo, y tú, aunque eres oligarca por el Blanco o
el Machado, estás dedicada a la atención de nuestro hogar y no a
la actividad política.
-¡Yo sí soy oligarca! ¡Y a mucha honra! Lo que me preocupa es por
qué te metiste en ese paro petrolero y a lo mejor también a
golpista, como dice el gobierno, exponiendo a nuestros hijos a
pasar hambre, y tú a un carcelazo. Si no encuentras trabajo tendré
yo que salir a ver qué puedo hacer con mi piche título de bachiller.
No terminé mi carrera porque tú ganabas mucho dinero.
-Te aseguro que esto se arreglará muy pronto.
-Eso me lo estás diciendo desde hace varios días, cada vez que
regresas de una marcha solicitando la reincorporación al trabajo y
la renuncia del Presidente
-Tienes que entender que nosotros no podemos abandonar las
calles, hasta que no renuncie.
-¿Y si no renuncia todavía, cómo vamos a hacer con el colegio de
los niños? Los ahorros que tenías en el banco se nos están
acabando. Me horroriza pensar que tenga que inscribirlos en una
escuela pública.
Rosmary reaccionaba cada día con mayor agresividad. Observé
que su rostro perdía la frescura de nuestros primeros años de
convivencia. Dejaba traslucir en el entrecejo una señal de disgusto
y desamor que distanciaban nuestros encuentros amorosos. Atrás
iban quedando los encantos de su sonrisa, sus besos y abrazos
cargados de erotismo, sustituidos por un formalismo rutinario.
Comencé a considerar que no comprendía, y por lo tanto no me
acompañaría en el gran despertar de la sociedad civil, que había
decidido participar e influir en el rumbo de la nación. Sus temores
porque nuestros hijos fueran a la escuela pública eran
verdaderamente dramáticos y absurdos. Yo estudié en una
escuela del Estado situada en la parroquia de Catia, en el liceo
Aplicación y en la Universidad Central de Venezuela, en todas
ocupé el primer lugar en calificaciones. Desde adolescente me
caía a golpes con los compañeros de aula y cuando uno de un
grado superior y más alto que yo me revolcó por el suelo, al día
siguiente lo busqué para la revancha. Cuando todos esperaban
que me volviera a padrotear, saqué de mi bolsillo una navaja “pico
de loro” y mi agresor se atragantó.
-Guarda esa navaja, Juan Manuel. Ya no peleamos más, somos
amigos –me expresó casi aterrorizado y se retiró.
Guardé el instrumento cortante y punzante que le había
sustraído a mi padre, no lo regresé a su sitio durante varios días,
dispuesto a usarlo sin la conciencia de lo que significaba cometer
un crimen, decidido a que no me humillaran los más fuertes.
Desde ese día mi primita Dolí no se separó de mi lado. Aprobamos
juntos sexto grado e ingresamos al liceo, en el que éramos objeto
de la mirada libidinosa de muchos compañeros que quedaban
absortos ante los senos exuberantes y cierta coquetería que
expresaba en su rostro cargado de dulzura, siempre sonriente. Me
imaginaba que estaríamos mucho tiempo compartiendo tareas
comunes, viajes en autobús y hasta nos casaríamos, aunque yo
no le había hablado de amor. Dolí sobresalía en el Orfeón del liceo
y en voleibol. Según su profesor tenía una voz de soprano que
impactaba al público estudiantil y profesoral. Cuando jugaba
voleibol se ponía unos shorts que dejaban al desnudo sus piernas
contorneadas y parte de sus muslos tensos y provocativos. Se
convertía en el centro de las miradas juveniles. Mi orgullo era salir
a su lado, como si fuéramos novios. La mayoría de mis
compañeros lo creían, pero no era cierto, hasta el día que Dolí
tomó mi mano, entrecruzó sus dedos con los míos, en plena
parada del autobús, subimos al vehículo y ocupamos el mismo
asiento, sin separar nuestras manos que encendían un fuego
interior que soldaba nuestra existencia. Nos bajamos en la parada
cercana a su casa en la Urbanización Urdaneta.
-Pasa adelante, creo que ninguno de mi familia ha llegado – me
expresó, abrió la puerta y llamó: -¡Mamá!
Nadie respondió. Ingresamos y Dolí volvió a tomar mi mano, yo
tomé sus brazos, sus senos y su aliento. El día dejó ver nuestro
desnudo y un volcán de pasiones nubló nuestra razón,
desapareció el tiempo y la humedad facilitó el acoplamiento de los
sexos, la conjunción de la vida. Al final del éxtasis percibí en Dolí
una prima superior, un sueño de mujer, que sobresalía en todos los
escenarios en los que la había visto desplegar las virtudes de su
naturaleza dominante.
-Esto tenía qué pasar, antes de que aprobáramos el quinto año de
bachillerato –me dijo mientras terminaba de peinarse.
-Esto nos debe pasar toda la vida –le respondí en tono firme,
tratando de darle la impresión de que yo era un hombre.
-Estamos cerca de los exámenes finales, por ahora nos toca
estudiar y graduarnos. El tiempo so dirá si todo esto no es sólo el
comienzo y el fin de un sueño muy grato.
Conturbado por todo lo que había pasado tan rápido y
apasionante no encontraba palabras ni ideas qué expresarle. Me
sacó del embarazo la llegada de mi tía Romelia y la naturalidad de
Dolí al recibirla.
-¡Hola mami! Estamos en los exámenes finales y vamos estudiar
juntos materias que uno no puede estudiar solo.
-Espero que celebremos juntos la graduación de bachilleres de
ustedes a finales de julio –le respondió mi tía.
-Tía, tú preparas una buena comida, que mi padre trae la bebida y
Dolí y yo ponemos la fiesta.
-Yo no estoy muy segura –intervino Dolí.
-¿Por qué? –preguntó mi tía con cierta preocupación que se le
notaba en el rostro, que perdió en instantes la sonrisa.
-Porque cada día entiendo menos la matemática.
-Que te la explique Juan Manuel –fue su respuesta y se internó en
la cocina.
Aproveché para despedirme y prometerle que volvería a
explicarle matemáticas. Lo que más deseaba era disfrutar de su
compañía, la cual no deberíamos abandonar por ningún motivo
del mundo. Pensé que llegaría el momento de casarnos y vivir
juntos aunque fuera en su pequeña habitación, hasta que nos
graduáramos en la Universidad y trabajáramos ambos para tener
muchos hijos. La matemática es una materia muy sencilla, muy
lógica, se la enseñaré en algunos minutos. Mi madre y sobre todo
mi padre, que tenía un buen sentido del humor, notaron mi
inusitada alegría al verme asumir responsabilidades que no me
correspondían en la distribución del trabajo al interior de la casa,
como lavar platos y participar en la preparación de la comida.
-Descansa mamá, que yo te ayudo hoy –le dije cuando se acercó a
realizar sus cotidianas tareas culinarias.
Se regresó sonriente al comedor e inició conversación con mi
padre. Oí cuando le expresó:
-Por fin voy a descansar, Juan Manuel está convertido en todo un
hombre, no me dejó cocinar, y con lo cansada que estoy, después
de recorrer varias casas de familia, muy retiradas una de otra,
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poniendo inyecciones, se lo agradezco en el alma y ya no tendré
que prepararte la comida y esperar que llegues.
-Me parece muy bien, y hasta creo que Juan Manuel te puede
ayudar puyando a algunas de tus clientas, sobre todo si tienen
otras necesidades –le contestó y largó la carcajada.
-Tú siempre con tu doble intención. ¿No vas a cambiar nunca? Vas
a terminar llevándolo a un burdel.
-No, Aura, eso era en otra época, en esta época las mujeres están
liberadas y buscan al hombre que les gusta, que no sea tan feo
como yo.
-Pero no son todas, Federico.
-Claro que no, pero en la Creole todas o la mayoría de las mujeres
salen con sus amigos o amantes, cuestión que ya es difícil
distinguir. Vamos a probar la comida preparada por Juan Manuel.
Nos sentamos a la mesa y mis padres sólo hablaron para aprobar
mi cocina. Yo pensaba que mi padre tenía razón y recordaba la
decisión de Dolí, quien resolvió que ese mismo día rompiéramos
nuestra virginidad, aunque yo me sentí más virgen, más inocente
que ella. ¿Pensará ella lo mismo? Mi madre me sacó de mis
abstracciones.
-¿Por fin, qué vas a estudiar, Juan Manuel?
-Ingeniería Petrolera, pero tengo que conseguirme una beca
porque esos estudios son costosos.
-La Creole está dando becas a estudiantes sobresalientes expresó mi padre.
-Cuando presente el último examen iré a informarme mejor –le
contesté.
Cuando terminábamos de comer, mi padre se levantó y me dijo:
-Mañana te traigo la planilla.
Presenté mi último examen de matemáticas y aprobé con 20
puntos, pero sufrí un descalabro porque Dolí, no obstante todas
las explicaciones que yo le había hecho, fue reprobada. Me
dediqué a entusiasmarla para que reparara en septiembre, pero
no logré que superara el estado depresivo que la consumía y la
aislaba hasta de nuestras relaciones. A lo mejor necesitaba un
psicólogo y ninguno de la familia lo sabíamos. La visitaba con
frecuencia hasta que un día me dijo:
-Déjame sola, yo creo que puedo superar este trauma. Ocúpate de
tu ingreso a la Universidad, yo tomaré la decisión que más me
convenga y te la comunicaré en su momento.
Percibí el peso de su independencia y me fui a presentar el
examen para optar a la beca. Saqué 20 puntos y me entregaron un
sobre con 335 bolívares, equivalentes a 100 dólares. Creí que era
un adelanto, pero me comunicaron que correspondía al mes de
vacaciones, que aunque no lo había trabajado, la empresa me lo
pagaba porque por mis notas yo era considerado un miembro de la
familia Creole. Le entregué el dinero a mi madre y le pedí que lo
administrara para beneficio de todos. Nunca habíamos tenido
tanto. La beca alcanzó para ayudar a mis otros dos hermanos,
Sofía y Juan Hilario que cursaban primero y segundo año de
bachillerato.
-Tenemos que celebrar este triunfo de Juan Manuel, ya somos dos
los miembros de la familia Creole, que le garantiza un futuro
económico muy promisorio al hijo mayor de la familia BetancourtLinárez, porque yo ya me estoy acercando a la jubilación –expresó
mi padre.
Mi mamá y Sofía fueron al mercado popular y trajeron varios
kilos de carne para una parrilla, chorizos, morcillas, yuca,
guasacaca e ingredientes para una ensalada. No fui a invitar a Dolí
por temor a oírle una firme negativa, que nos podía separar más de
lo que ya estábamos. Mi padre trajo cerveza, en cantidades nunca
vistas, y refrescos para mis hermanos menores.
-Brindemos por el éxito de Juan Manuel, que será el éxito de todos
–dijo mi madre y levantó el vaso de cerveza.
-En la Creole puede realizar una carrera hasta ser
Vicepresidente de la empresa, porque la Presidencia se la
reservan para los gringos –afirmó mi padre.
Comimos como nunca lo habíamos hecho, en cantidad y
calidad, celebrando mi primer peldaño hacia un mejor nivel de
vida familiar. Cuando todos experimentábamos los efectos de
una gran satisfacción por las buenas noticias del presente y
sobre todo por lo que presuponíamos que sería el porvenir, yo
dí por terminada la celebración porque debería descansar,
dormir lo suficiente, para asistir al día siguiente a la
Universidad.
Llegué entre los primeros al Aula “A”, dispuesto a ocupar un
puesto en la primera fila de pupitres frente al profesor, oír y
tomar apuntes sin distraerme un minuto. Delante de mí
estaba una joven, extraña por su elegancia en el vestir y su
rostro angelical, cubierto por un mechón amarillo que se
desprendía de una cabellera infinita, en una Facultad en la
que se decía que lo único que tenía de malo era que se
inscribían pocas mujeres y las que lo hacían eran muy feas.
Me presenté como aspirante a especializarme en Ingeniería
Petrolera.
-¿Y tú que piensas estudiar? –le pregunté, como para iniciar
un diálogo formal con una compañera que desmentía la
imagen machista de la Facultad.
-Ingeniería Química –me respondió. –Cuídame el puesto,
que ya vengo –agregó y enseguida salió caminando al
encuentro de otro joven que la besó en la mejilla.
La suerte y éxito no siempre están con uno, pensé. Una de las
pocas y la más bella de las mujeres que he visto este primer
día de clases, y que ya comenzaba a ser centro de atracción
de mis pensamientos, tiene novio. Un hombre también joven,
vestido con flux y corbata, parecía más un ejecutivo de la
Creole, que un estudiante. A su regreso, la primera
compañera que conocí en la Facultad, me dio las gracias e
ingresamos al aula. Nos sentamos en el primero y segundo
pupitre.
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