Y, AMERICANA A 'irri» A.i'ii, PKECIOS DE SUSCRICIÓN. Madrid.................. .......... Provincia*....................... Extranjcro, . . . . . . . . . . 55 40 ANO aS'o. SEMESTRE. TRIMESTRE, P*' etas. id. 21 pesetas. id. 10 pesetas. 11 id. 14 id. 50 “ ■ F L X X X I I I . ___ X L ' M . x ASO. a d m i n i s t r a i ; ió n ■ A. L C -A . : I j - A ., iZ 3 . p r e c io s d e s u s c r ic io n . p a g a d e r o s e n o r o . Madrid, 15 de Marzo de iSSg. V C HL F BR F P R O C E SO Cuba, Puerto Rico y Ftllpinas.. Detnàu Estados de America y Asia.................................................. - EL FALSARIO RITMAR 1) 1’IGOTT 1; pesosTueries. 7 pesos fuertes. 60 pesetas 6 franco., ¿i pesetas ó francos. « T I M E S - P A R N F L L ». L O N D R E S . — v s a a u d i i- \ : i a k n e i. t u i b i - n a l p k j b s t i c i a , ei . 22 u k f e b r t: u o r l t i m o . DECLARAN'DO K.V EL BANCO DE LOS TkSTIGOS. SEMESTRE. 154 SUM ARIO. T: x t o . — 1Crónica general. por D. Jo>¿ Fernandez Bramón.—Xucv.ros graba. por D Eusebio Martínez de Velico. —Lo-Teatro-, por I). Manuel Caf.cK. (le la Seal Academia Española, —Antón el de lo- Cariares (Amonio de Trae1 i,, por IJ, Eduardo Bastillo.—Reaparición de la er¡-¡ . de Oriente poi el Ertevi','. St Conde de Cuello.—Tipos madrileños. por D. Carlos Fron­ toni».—I’o-t tenebra,-..... soneto, por D. Antonio dozava.—1.a Escuela •••i.'ial de (iinmá-tici de Madrid, por D. Alfn- !" Serrano Folcati.-l.il t- • presentados á esta Redacción por autores ó editores, por V.—Sueltos.— Anuncio;. Ctu tu DOS.—El cèlebre proceso ZVí/"/r.v-Farn¿lÍ. en Londres; Una audiencia en el tribunal de Justicia, t-1 r?2 de Eebrero último. El falsino Pinoti decla­ rando til el banco de lo- testigos.—Exposición Universal de iSrt.j. en l’iris: Sección de la Historia del Trabajo y Fucilada lateral del palacio de la- Av­ ie- Liberales: I’uenas de los Grupos nt y tv , en la Galería de las Industrias diversas.—Cannes (Francia): La Bal illa de llores en las Urdes de Carnaval. -Bellas Ari I airea de estudio, dibui" original dé Hermann Schiverei«-. — Putos (efecto de niebla), estudio paia el cuadro del misino titulo, original d' O. Jai':,- More-a | Dibujo riel mismo ■ ■ mi": )—Ucnai"- rie Su- Altezas Impelíales y Reales los archiduques Cario» Luis y sil hijo primogenito Fran­ cisco Fernando, presuntos heredero, de lo corona de Austria. —Remivi las de v t v i Mèlico: Un puente antiguo en el estado de Veracruz. (De fotografía de ¡a casa Fellandini.)—K.euola central de Gimnástica, en Madrid: Divt-r' ■ ejercicio, de lo-alumno-v alumno de primer cur.-o, en las clase- do gimnasia sin aparatos y de esgrimo. (Apuntes del natural, por Alfredo Fetea.)- Nías, de > M. la Reina vie Inghierm El ya, i! R"al_IV, tarili and Alberi, tundeado uctualmentc en agua» .lo fitarntz. (Dibujo de A. de Caula.) C R Ó N IC A G E N E R A L . 1 ^ t‘cnc usted? — me dijo un am igo, al ver* me sin escribir delante de las cuartillas. — Que no sé por dónde empezar mi Cró­ nica. — ¡Cómo! ; puede usted dudarlo? Hay '■ * un asunto principal que preocupa á todo el mundo. Las denuncias hechas en el Congreso l>< r P. Gumersindo Azcárate, de algunos expeientes verdaderamente deplorables que calificaba le casos /titinosos para el estudio del estado patoló­ gico de nuestra administración pública y municipal, sobre todo la del Ayuntamiento de Madrid. ¿No es un buen asunto? —Es demasiado bueno. Y la prueba está en que se ha procurado desviar la atención general de lo que afectaba a todo el Gobierno, como la contrata del servicio de co­ rreos en Filipinas, ó la escandalosa exacción de derechos por diligencias judiciales en M éntrida, que ascendieron á cantidades enormes con relación al valor del terreno en li­ tigio; V á nuestro juicio >con ser tan graves los abusos de­ nunciados acerca de la gestión municipal en Madrid, toda­ vía tienen los otros cara.ter más peligroso. P ayen las socie­ dades, como en el cuerpo humano, enfermedades locales que atacan a un órgano, ó infecciones de la sangre que afectan á toda la economía. Por importante que sea el Mu­ nicipio m atritense, el malestar de una sola población tiene un limite que no traspasa el término municipal, mientras que los vicios que radican en la naturaleza deficiente de las leyes ó en la gestión de los intereses nacionales es una dolencia que ataca á toda la nación. — ¿Disculpa usted al Ayuntamiento? Será usted el único, no siendo concejal. — No sólo no le. disculpo, sino que dudo que sea posible administrar peor los intereses de una capital, de lo que su­ cede con los de Madrid. Y nada me sorprende, si se trata de expedientes inauditos: pero hay algo peor que esos abu­ sos: la tranquilidad con que se han venido tolerando y se tolerarán. De todo» modos, el asunto es tan complejo, que no me sirve para la Crónica por su misma magnitud. — Pues trate usted de las quiebras de París y el sindicato de cobres; el regreso a Francia del Duque de Aumale : la próxima terminación de la torre E iflel; las gestiones de la reina Natalia de Servia para reunirse con su hijo Alejan­ dro, hoy soberano de aquel E stado; la aproximación y buenas relaciones entre el Vaticano y la corte de Rusia; las intrigas de los alemanes en Marruecos, y la actitud pru­ dente que han adoptado en la cuestión de Sam oa, que con­ trasta con la arrogancia de los Estados U nidos, que se dis­ ponen á crear una fuerte marina de guerra. —Calle usted por Dios. Solamente el acaparamiento de los cobres para imponer a las industrias el preció de aquel m etal, necesitaría por mi parte un estudio importante; porque siendo una ley de la producción que sólo podría ejercerse la imposición que se pretendía en un periodo corto, y no podiendo ser puesta en duda la competencia mercantil de los que emprendieron el negocio, tengo para mi que sólo se trataba de alucinar con aquella empresa magua a los capitales que creyesen en ella. Esos cobres se debieron convertir en oro para algunos hace tiem po, v para otros en pedruscos. En cuanto a! levantamiento del destierro del Duque de Aumale, significaría una política de tolerancia si no coincidiese con el rigor que usa el (Jobienio francés con la Liga de patriotas. Respecto de la em ­ bajada marroquí en la corte de Berlín, sólo diré que sería muy conveniente evitar el exceso de la influencia alemana en aquel Estado vecino, Y confieso que también me causa algún recelo que la nueva presidencia de los Estados norteamericanos trate de convertir á la lamosa Repú­ blica, hoy pacifica y desarmada, en potencia marítima de guerra: esos aprestos responden siempre a un plan beli­ coso. Ya ve usted cómo no es falta, sino sobra de asuntos lo que contiene mi pluma. Y aun podría aum entar á ellos la m uerte del Ministro de M arinado Francia. Almirante Jaurés. y la del gran tenor Enrique Tambcrlick. —¿lia m uerto ese artista? — Sí, ha fallecido en París a los sesenta y nueve años de edad. — Era ya una ruina. ff N.° X LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA. iV • — Ruina gloriosa, y para nosotros ocasión de verdadero sentimiento ; porque Tambcrlick era ya un español, edu­ cado en nuestras costumbres y enamorado de nuestra pa­ tria : hablaba correctam ente nuestro idioma, y hasta puede decirse que se interesaba como uno de nosotros en nues­ tras luchas de partido : aun recuerdo que en los primeros momentos de la Revolución tomó parte en algunas mani­ festaciones de los partidarios de aquel cambio político : Y aunque no fue aquella la más airosa y brillante muestra de su talento artístico, ni me pareció muy simpática, con todo, la parte que tomó en aquellos sucesos prueba el in­ terés que en los asuntos de España se tomaba. Pero ade­ más de haber sido un gran tenor, cualidad que se pierde con una simple ronquera, y que va había perdido, era un hombre simpático que sabia hacerse querer personalmente por sus condiciones de carácter. Y los que recuerdan sus buenos tiempos, y aquella voz dulce y varonil que brotaba directam ente del 'peono como un caño de arm onía, echan de menos las emociones estéticas que se experimentaban oyendo al gran artista. —¿Y no le convendría á usted tratar deesa periódica re­ surrección del asunto de «.La Tutelar», tantas veces recor­ dado en la tribuna y en la prensa? — Es un asunto viejísimo que ningún partido se deter­ minará á sacar á luz, por estar mezclados en él personajes de todos colores. »La Tutelar», como «El Porvenir de las Familias» y alguna otra tontina, que asi se llamaron en su fundación esas sociedades, tuvieron por base la natural su­ bida del papel en aquel tiem po, y los cálculos de las ga­ nancias que debían producir en los socios que sobrevivían la mortalidad de una parte de los asegurados. Pero vicisi­ tudes financieras hicieron descender los valores destinados á subir de precio, y por hacerse los seguros en cabeza de las personas más robustas, ó porque era fácil probar la existencia de socios fallecidos, ó por otras causas, toda la combinación en que se fundaban las sociedades cayó por tierra. Cundió la alarm a: la mayoría de los socios vendió sus pólizas á bajo precio, y los compradores inteligentes hicieron su negocio. Si sólo ocurrió esto en »La Tutelar», fué una de tantas vicisitudes de los precios de los valores. Si ocurrió algo más, me parece algo tarde para arreglarlo. — ¿Y el naufragio del vapor A ’ ci/ius , que ha causado tantas victimas en Filipinas? — Cuarenta y dos, según los partes oficiales. ¿Cómo hemos de hablar de un desastre, si el mismo Gobierno no tiene detalles de esa desgracia que lia causado la muerte de algunos jefes de nuestro ejercito é individuos de tropa, religiosos y funcionarios públicos? — Entonces haga usted lo que quiera; pero si no trata usted de nada de eso, no habrá (irónica. — Pues tratare de todo eso y de nada: os decir, indicaré ligeramente todos los asuntos, y está hecho. dactor más antiguo de aquel periódico, y á su lado confe­ saba ser moderno en la redacción el prim er Marqués de Valdeiglesias. Muchos años hacia que se ocupaba en repa­ sar el correo extranjero, asistiendo con rigurosa puntuali­ dad á una hora fija, y sentándose en el mismo sitio ante una mesa junto á la cual envejeció. Era uno de esos re­ dactores silenciosos que no preguntan ni interrumpen, pero á quienes todos recurren para una fecha ó un dato. Alto y delgado, de cabellera blanca y cara afeitada, era tí­ mido para toda iniciativa, pero inflexible y decidido para cumplir las órdenes, que nunca discutía, de sus jefes. Pare­ cía un hombre de otro tiempo que habla caído, por una casualidad ra ra , en la agitada redacción de un periódico moderno. Su aspecto era venerable : sus costumbres paci­ ficas y arregladas á una invariable p au ta: su instrucción muy variada, y su carácter noble y bondadoso. Era uno de los redactores mus antiguos de la prensa de Madrid. El ilustre hombre público D. José de Carvajal ha per­ dido en Málaga á su anciana y venerable madre D.a Mag­ dalena Hue, señora tan estimada por su virtud como por su vasta instrucción y claro y notable tálenlo. Mucho antes de que ocupase su hijo el puesto em inente á que sus cuali­ dades le elevaron, su respetable m adre, viuda y sin tina posición desahogada, se había captado en Málaga el res­ peto y la consideración públicos', por su exquisita educa­ ción y gran entendim iento, aureola que conservó en toda su larga existencia, ganada por mérito puramente per­ sonal. Suelen ser las madres de los hombres notables figuras sin fisonomía, a quienes el valor de éstos da importancia: la Sra. I).;| Magdalena 1lúe tenia tal valor propio, que bien puede decirse que le correspondió parte de los méritos eminentes que todos reconocen en su hijo. o o El Circulo de Bellas Artes y la Sociedad Central de A r­ quitectos festejaron anoche con un banquete un suceso fausto: la concesión de cuatro grandes cruces á cuatro de sus socios, tres pintores y un escultor, los Sres. D. Manuel Domínguez, D. Alejandro Fcrrant, D. Casto Plasencia y Don Jerónim o Suñol, que citamos por orden alfabético por no ser posible marcar preferencias entre artistas de su altura. La concurrencia fué num erosa; la alegría, general ; el placer por aquellas merecidas distinciones, unánime. Murió un hombre de tan mal genio que todos sus cria­ dos celebraron la desgracia, y le velaron con am or cuando estaba de cuerpo presente. ■? o o -— ¡C onque gusto le están velando ustedes! — dijo un No podía imaginarse la Dirección de este periódico, al conocido de la familia; — bien cuidado está; no le falta pedir tutos apuntes biográficos al ilustre escritor D. A nto­ nada. Y contestó un lacayo: nio Trueba, que en realidad le reclamaba su necrología. — No lo hacemos por gusto, sino por temor. ¡Pues buen El ameno y sencillo narrador de cuentos, el tierno y po­ pular poeta vascongado que en nuestros últimos números genio tiene el muerto para que le faltase alguna cosa! describía con tanta naturalidad y encanto los episodios más notables de su vida laboriosa, ya no existe. Bilbao ha Un envidioso presenciaba la ejecución de un reo. Todos dado una prueba más de su mucha cultura tributando á compadecían al desgraciado, y el envidioso, impaciente al sus restos las honras populares que obtienen los hombres oir tantas pruebas de lástima, dijo en alta voz : del mérito y li reputación intachable de Trueba, en los —Señores: no hay que exagerar la desgracia, que esta­ países que estiman el talento y la honradez. mos todos de pie hace más de una hora, y á él acaban de I. a I lustración no necesita hacer aquí la reseña de la sentarle en el banquillo. vida de Trueba: los lectores habituales de este periódico acaban de leerla contada por él mismo: no se hallarán m u­ chos documentos tan curiosos como esa autobiografía es­ — ¿Es usted partidario de la pena de muerte? crita pocos dias antes de m orir, corno si tuviéramos todos — Según. el presentimiento de la desgracia. — No caben distingos. El que esto firma, sólo habló dos ó tres veces con el in­ — ¿Cómo que no? Soy partidario de ese castigo si se signe cronista de Vizcaya: sin embargo, le eran familiares trata de la vida ajena; abolicionista, si se trata de la mía. por su retrato y sus escritos sus fisonomías física y moral; aquélla modesta y sin rasgos característicos y salientes, y — Pero ese criado ¿cuándo trac el segundo plato? ésta apacible y mansa. No parecía por su aspecto, ni por — ¿Tienes mucha prisa? sus sencillas aspiraciones y costum bres, destinado á con­ — N o; pero quisiera tener tiempo de dormir la siesta m over á una generación con sus escritos; v sin embargo, cuando por primera vez entramos en la vida periodística, después de comer. — H azlo que yo: duerm o la siesta entre la sopa y el era Trueba muchos años hacia uno de los autores más po­ pulares de aquel tiempo. cocido. Tenían sus versos la candidez y frescura de la poesía Jo sé F er n á n d e z B rem ó n. popular: si concluyó por ser un escritor erudito y aficio­ nado a las investigaciones históricas y arqueológicas, lué una evolución en que sin duda influyó la necesidad de atender á su cargo de cronista ; pero esa transformación es N U E S T R O S G R A B A D O S . natural en casi todos los escritores amenos. Sucede al ta­ lento lo que al carácter personal: llegan épocas en que pa­ rece frivola al escritor la literatura popular y ligera, y FE PROCESO «TIMES-FARNEEL». quiere dar frutos más sazonados y cicnt ilíeos, abandonando U n » A u d i e n c i a d e l T r i b u n a l ri <■ J u s t i c i a . su género natural por la investigación erudita. Años hacia El m i s e r a b l e fin d e R i c h a r d P i g o U la tard e del j . ° d e M a r z o que Trueba no cultivaba sus dotes más em inentes: el cuento y la poesía de carácter popular y espíritu cristiano, a c t u a l , en el H o t e l d e E m b a j a d o r e s , d e e sta c a p i t a l , h a s id o e l que desarrollaba con sencillez encantadora, impregnando sini vcaidmeenntet emeáns edlr afma má toiscoo dperotceo dsoo s elon tsr eq ueel vpaenr iaópdai cr eoc iienngdl éos s uTchee­ sus páginas de aroma campesino; pero sus libros le han seguido acompañando en numerosas ediciones. No era, por T uDn ióe ss, ey pe!r i nc céilpe bi or eá deispt ue tpa rdooc ei rs loa ne ld é22s Md er .OPcat ur nberlel. d e 1888, b a jo consiguiente, uno de esos autores que necesitaban un ex­ la p r e s i d e n c i a d e sir J a m e s I l a n n e n , en la R o y a ! C a t e n o f j u s l i i e , ceso enorme de producción, en busca de una obra popu­ d e L o n d r e s , y c e l e b r a n d o e l t r i b u t a l c u a t r o s e s io n e s s e m a n ale s , lar, hasta que caen, sin conseguirlo, extenuados y rendi­ los m a r t e s , m i é r c o l e s , j u e v e s y v i e r n e s , m e n o s en la s v a c a c i o n e s dei C J ir ís im a s , ó d e N a v i d a d , c o n t á b a n s e y a s e s e n t a e l d í a 9 del dos de fatiga. te. Antonio de Trueba tiene un puesto natural v propio y co rrien L a s m ás i m p o r t a n t e s ha n si J o las c e l e b r a d a s e n lo s d í a s 19 á elevado en la literatura de la mitad de este siglo, y en la 22 d e F e b r e r o ú l t i m o , d e s t i n a d a s al e x a m e n y c o m p r o b a c i ó n d e de todos tiempos, siempre que se haga la monografía de s a tr i b u i d a s á M r . P a r n e l l , M r . E g a n y o tro s e n 1S82, y los narradores de cuentos ó de la poesía verdaderamente plasu bcl ai crta a d a s e n facs ím ile p o r e l p e r i ó d i c o T h e T im e s. popular. Gomo hom bre, iodos cuantos le lian tratado ates­ D e s p u é s d e ¡a d e c l a r a c i ó n d e M r . M a e D o n a l d , a d m in is t r a d o r tiguan que fue de costumbres modestísimas y caseras, pro­ d e a q u e l d i a r i o , el a l t o n i e y - p e n e r ü l l l a m ó á d e c l a r a r á tnister E d w a r d C a u l f i e l d l l o u s t o n , p e r io d is t a , a n t i g u o s e cr e ta rio d e la bidad intachable y carácter angelical. o°o La crónica m ortuoria de estos dias tiene que registrar la m uerte de un antiguo periodista, D. Diego Bravo y D estuet, director legal de L a E p o c a en algún tiem po, si bien no desempeñó nunca la dirección efectiva. Era el re­ a so cia ció n T h e I r i s h L o v a l a n d P a t r i o t i c U n i o n , el c u a l e s t a b l e ­ c i ó lo s i g u i e n t e : q u e M r . R i c h a r d P i g o t t , e d i t o r y p r o p ie t a r io del p e r ió d ic o T h e I r i s l i m a n , le h a b l a d a d o m a te ria le s s u h c ie n te s p a r a e l f o l le t o d e n o m i n a d o P a r n é ¡lis »1 U t u n a s k e d ( E l P a r n e l l i s m o s in ca r e t a ) , en A b r i l d e 1886; q u e p a g o á M r . P i g o t t p o r a q u ello » m a te ria le s , y e s p e c i a l m e n t e p o r l a s c a r i a s , la s u m a d e 1.250 libras e s t e r l i n a s , y p a g o a d e m á s lo s v i a j e s y e s t a n c i a s de p i g o t t e n P a r ís , I . a u s a n n e ( S u i z a ) y N u e v a Y o r k ; q u e e n J u n i o o Julio d e 1SS7 el d e c l a r a n t e se p u s o e n c o m u n i c a c i ó n con inister M ac D o n a l d , a d m i n i s t r a d o r d e T h e T i n t e s , y le v e n d i ó las c i t a ­ das c a r t a s p o r 2.530 l ¡ bras esterlin as. F.n ia sesión d e l '2 2 , l a m á s i m p o r t a n t e d e t o d a s , f u e lla m a d o á d e c la r a r e l m i s m o M r . R i c h a r d P i g o t t : d ijo q u e t e n í a c i n ­ c u e n t a ) ' c u a tro a ñ o s , s e r d e p ro fesió n p e r i o d i s t a , p r o p i e t a r i o d e T h e í r i s h m a n , ó r g a n o d e lo s f e n ia n o s d e s d e la d e s a p a r i c i ó n e n 1S65 d e T h e I r ts / t- W o r ld , q u e d i r i g í a O ' D o n n o v a n R o s s a ; fué procesado por un a r t í c u l o y c o n d e n a d o á d i e z y o c h o m e s e s d e prisión; t u v o á sus ó r d e n e s e n a q u e l p e r i ó d i c o á O ' C o n n o r , r e ­ d a c t o r j e f e , y á O ' B r i e n , q u e es a c i u a lm e n t e d i p u t a d o : c o n o ­ ció á C a r e y , e l e s p í a d e P h r c n i x - P a r k , con q u ie n e s t u v o e n b u e ­ nas r e l a c i o n e s , y lorn tó p arte d e la a s o c ia c ió n p a r a l a a m n is t ía de lo s f e n i a n o s , d e l a d e M o o n l i g h t e r s , d e la I r i s A L a m í l e a g i t e , d e casi to das l a s d e I r l a n d a , p ú b l i c a s ó s e c r e t a s ; qtie t r a b a jó con M r . I l o u s t o n . á q u i e n p r o c u r ó d o c u m e n t o s q u e p r o b a b a n la conspiración p e r p e t u a d e los p a m c l l i s t a s , r e c i b i e n d o , e n c a m b i o d e su trabajo , u n a v e z IOO l i b r a s e s t e r l i n a s y o t r a 5 o O ; q u e e n 1888, p o c o a n t e s d e d a r s e p r i n c i p i o a l p ro ce so , e n t a b l o r e la c io n e s con el d i p u t a d o M r . L a b o u c h e r e y c o n M r G e o r g c s I.evvis, p r o ­ curador de P a r n e l l , q u e l e d e n u n c i a r o n la s m e n c i o n a d a s cartas como falsificación h e c h a p o r é l m i s m o , a ñ a d i e n d o q u e M r . I.abouchere, e l 26 d e O c t u b r e d e 1S88, e s d e c i r , c u a t r o d í a s d e s ­ pués de l a p r im e r a sesión d e la a u d i e n c i a , l e o f r e c i ó 1.0 o l i b r a s esterlinas p a r a q u e de cla r a s e q u e era c ie rta la falsificac ión d e las cartas..... E n la sesión d e l m a rtes 26 d e F e b r e r o , M r . P i g o t t n o se p r e ­ sentó en la a u d i e n c i a , y el d i p u t a d o s ir C h a r l e s Í í u s s e l l , d e f e n ­ sor de Parnell, a v e r i g u a n d o q u e fa lt a b a d e su d o m i c i l i o d e sd e la noche a n t e r io r , s o l i c i tó y o b t u v o u n a o rd e n d e p ris ió n c o n t r a él, por perju ro y fals a rio , y p u d o i n d a g a r estos h e c h o s : q u e P i g o t t liabía v is ita d o á .Mr l .a b o u c h e r e en s u c a s a , e l d í a 2 3 , m a n i f e s ­ tándole q u e d e s e a b a h a c e r u n a c o n les ió n e x p l í c i t a d e lo s a c o n t e ­ cim ientos e n q u e h a b í a i n t e r v e n i d o , y e n ele cto , e n presenc ia de varios t e s t ig o s in te r e s a d o s en e l p ro c e s o , e s c r i b i ó y firmo u n a declaración t e r m i n a n t e d e q u e las fam osas c a rta s h a b ían sido in ve n ta d as y falsificadas p o r é l m i s m o d u r a n t e su e s t a n c i a en l.a usanne á su e ld o d e M r . I l o u s t o n . L os h e c h o s p o ste rio re s so n b ie n c o n o c i d o s : P i g o t t . b u r l a n d o la v i g i l a n c i a d e q u e e r a o b j e t o p o r v a r io s p o l i c e m e n . p u d o h u ir ú P a r ís , d o n d e p e r m a n e c i ó a l g u n a s h o r a s , y t o m a r a l l í e l tre n rá­ pido p a t a M a d r i d , l l e g a n d o á e s t a c a p i t a l en la m a ñ a n a d e l 28, y hospedándose con e l n o m b re d e R o n a l d P o n s o n h y e n el H o t e l ¡je E m b a j a d o r e s ; e l g o b e r n a d o r ci vi l S r . A g u i l e r a , á p e t i c i ó n de la E m b a j a d a b ritá n ica , q u e e l m i s m o d í a r e c i b i ó u n a v i s o t e l e ­ gráfico d e l T o r e i g n O f f i c e , o r d e n ó la d e t e n c i ó n d e l so sp e c h o s o Po n so nby , c o m i s i o n a n d o al e fe cto á u n i n s p e c to r d e p o l i c í a y d o s agen tes de v i g i l a n c i a á s u s ó r d e n e s ; é sto s se p r e s e n t a r o n en el H o tel d e E m b a j a d o r e s á las c in c o d e l a t a r d e d e l i . u d e l a c tu a l, v el fin g id o R o n a l d P o n s o n h y , sin o p o n e r re s is te n c ia, p i d i ó p e r ­ miso al in sp e c to r p a r a t o m a r e l s o m b re ro y v a r ia s t a r j e t a s ; e n t r ó en su cu a rto , a b r i ó u n a m a l e t a , saco un r e v ó l v e r y se d i s p a r ó un tiro d entro d e l a b o ca , d e s p l o m á n d o s e m u e rt o in s t a n t á n e a m e n t e . E l ca d á v e r d e P i g o t t . t r a s p o r ta d o al d e p o s i t o j u d i c i a l d e l Sur, afueras de la P u e r t a ele T o l e d o , fué re c o n o c id o sin t itu b ea r, e n la tarde del 5, p o r M r . G u i n n , c o m i s a r i o d e p o li c ía d e l R e i n o U n i ­ d o , y p o r el a g e n t e á s u s ó r d e n e s M r . L o \ v e , c o m i s i o n a d o s e s p e ­ ciales del G o b i e r n o b r i t á n i c o , los c u a le s a d e m á s c o m p l e t a r o n la identificación c o n fr o n t a n d o el c a d á v e r con los re t ra t o s d e P i g o t t que tra ía n co n s ig o . A este fa m o s í s i m o p r o c e s o , q u e fo rm a rá s i n g u l a r e t a p a e n los fastos j u r íd i c o s d e la G r a n B r e t a ñ a , se refiere n u es tro g r a b a d o d e la plana p rim e ra , e l c u a l re p r e s e n ta l a a u d i e n c i a m á s im p o r t a n t e ilc la R o y a ! C o u r t o f J u s t i e c , la del 22 d e F e b r e r o , a q u e l l a e n que Mr. P i g o t t o c u p ó el b a n c o d e los t e s t i g o s , y e x p l a n ó sus falsas declaraciones. P o s te r io rm e n te e l p e r ió d ic o T h e T im e s lia c o n fe s a d o q u e hizo mal en s er vir se d e M r . P i g o t t y d e s us c a r t a s , r e c o n o c ie n d o que éste e r a i n d i g n o d e todo c r é d it o , y d e p l o r a n d o los p e r ju i c i o s que, por la p u b lic a c ió n d e a q u é l l a s ha c a u s a d o á M r P a r n e l l , je fe del p artid o n a c i o n a li s t a irla n d é s ; p e r o los a b o g a d o s d e M r . P a r ­ nel l , de sp recia n d o e sa co n fe s ió n p ú b l i c a d e T h e T i m e s , in te n t a n dem ostrar la m ala fe d e l p e r i ó d i c o , la p r e m e d i t a c i ó n q u e le lia gu iado para p u b l i c a r d o c u m e n t o s q u e él s a b i a (¡uc eran falsos, y sera in te re san tísim a la l u c h a e n t a b l a d a e n t r e e l p e r ió d ic o d e la C i t y y e l h á b il y e l o c u e n t e M r . C h a r l e s R u s s e l , d e fe n s o r de Parnell. I.as falsedades a b u n d a n , por lo v i s t o , e n el p ro ce so , p o r q u e en la sesión del 13 del a c t u a l ( s e g ú n d e s p a c h o t e le g r á f i c o d e la A g e n c i a L a b r a ) , un r e p ó r t e r , t e s t i g o d e l T i m e s , ha d i c h o q u e e ra falsa l a d e cla r a ció n q u e p re stó en D i c i e m b r e ú l t i m o , a c e r c a d e dos a sesinatos c o m e t i d o s e n I r l a n d a , y q u e n o es v e r d a d q u e la 1-i^a a g r a r i a p u s ies e d in e r o .i d i s p o s ic ió n d e lo s a se s in o s p a r a fa­ cilitar su fuga. P o r de p ro n to se c a l c u l a b a q u e la c ifra d e la in d e m n i z a c i ó n re ­ clamada p o r lo s p a r n e l l i s t a s , j u n t a m e n t e c o n los g a s t o s hecho s ante la C o m i s i ó n R e a l y las c o s ta s d e l p r o c e s o , no bajará d e la respetable s u m a d e d i e z m i l l o n e s d e p ese ta s. 0% EXPOSICIÓN UNIVERSAL DE PARÍS. Detalles del Palacio de las Arle, liberales y de la Galería de la. Industriadiversas. A p rim ero s d e l m e s c o r r i e n t e , las o b r a s en e l P a l a c i o d e la; A rtes liberales se p r o s e g u í a n r á p i d a m e n t e : c o m e n z á b a n s e la; • « U n i o n e s in te rio res, con s u j e c ió n á la l e y e n d a c o l o c a d a y a er «I edificio, d e « m ú s i c a y t e a t r o s , i n s t r u m e n t o s , d e c o r a c i o n e s \ trajes.» 3 > 155 LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA. N.° X , Dos v is t a s de s e c c io n e s d e d i c h o P a la c i o p u b l i c a m o s en el g r a ,° t|e 1« p ág . 1 5 6 : la p r im e r a co r r e s p o n d e al lo ca l d e la H i s k ' j 1 1 ral*Í°> )' la s e g u n d a r e p r e s e n ta u n a p ar te d e la fa chada lateral d e l edificio. El d e co ra d o d e e sta fach ad a es sen cillo y d e m u c h o e fe cto : un arco rebaja do se a p o y a , á d e r e c h a y a i z q u i e r d a , en las g r a n d e ; pilastras d e hierro q u e s o p o r ta n los t i r a n t e s d e la n a v e , y e r c ut o in terio r están d i s i m u l a d o s los t u b o s n ece s a r io s p a r a e l de•agüe de las a g u a s p l u v i a l e s ; en el e n t a b l a m e n t o co rr e un frise o r a u y ° d o n d e r e s a l t a n , s o b r e fo n d o d e o t o m a t e , ge n ie cillo s I e sostienen c a r t e l a s , en las q u e se in sc rib irá n n o m b re s d e p e r - najes c é l e b r e s ; l a t e c h u m b r e s e a c u s a al e x t e r i o r p o r u n a línea n « . / :<Ustrad:l' cn barro co c id o , q u e ro m p e la m o n o t o n í a d e la Perspectiva y la d u r e z a d e l hierro. A *a s ección r e l a t i v a á l a H i s t o r i a d e l T r a b a j o a p a r e c e casi m inada la g r a n t r i b u n a q u e r e p r o d u c i m o s en n u es tro g r a b a d o ñor ' 3 ,l n? , f ' * 0 n e s i p o r su in m e n s o in te ré s re t r o s p e c t i v o j L J U. 0,n S ,Q a l i d a d . llan d c ser 11110 lle l ° s a t r a c t i v o s m ás pude rosos del co n curso . 1 tria s^ °cos m c tro s de ese P a la c i o está l a G a l e r í a d e las l n d u s pj d iv e r sa s , v a s t í s i m o t a lle r d o n d e tra b a ja u n a c o h o r te d e c a r ­ d e c ™ ^ d e c o r a d o r e s , o c u p a d o s a c t u a l m e n t e e n l a in sta lació n _ scaPa.r a tes y v i t r i n a s , la s c u a l e s a p a r e c e n y a t a n a d e la n t a d a s L o í - 1ra” ^ l *ma m a n o á p r im e r o s d e l p r ó x i m o A b r i l , i e x p o s ito r es están d i v i d i d o s e n c l a s e s , q u e se s u b d iv id e n en g r u p o s , h a b ié n d o s e c o n c e d i d o á c a d a u n a d e a q u é l l a s un e s p a ­ c io p r o p o r c i o n a d o á su i m p o r t a n c i a ; lo s e m p l a z a m i e n t o s c o r r e s ­ p o n d ie n t e s á ca da c l a s e a p a r e c e n d e m a r c a d o s p or t a b i q u e s t r a n s ­ v e r s a l e s y l o n g i t u d i n a l e s , d e c i n c o m e tr o s d e a l t u r a , y d a n i n ­ g r e s o á e llo s p u e r t a s d e d i s t i n t o m o d e lo , p a r a los g r u p o s II I, IV y V , q u e son los q u e o c u p a n la g a l e r í a ; e l a r q u i t e c to e n c a r g a d o "de la i n s t a la c ió n g e n e r a l , M . S e d i l l e , h a t e n i d o la i n g e n i o s a idea d e a d o p t a r c o l o r e s d i v e r s o s p a t a c a d a g r u p o , y a s í las p u er ta s d e l III son e n c a r n a d a s c o n filetes n e g r o s , las a c l IV a zu le s con filetes b l a n c o s , y las d e l Y b l a n c a s c o n filetes n e g r o s ; d ich a s p u e r t a s e stá n d e c o r a d a s c o n a d o r n o s d e c a r t ó n - p i e d r a y d e zinc, d o r a d o s y b r o n c e a d o s , t e n i e n d o en c a d a f r e n t e , d e b a j o del m o ­ n o g ra m a R E , escu lpid o en un m edallón c e n tra l, u n a elegan te ca í t e la c o n lo s n ú m e r o s d e la c lase y d e l g r u p o . E11 cd g r a b a d o d e la m is m a p á g . 156 r e p r o d u c i m o s d o s p u er ta s c o r r e s p o n d ie n te s a lo s g r u p o s 111 y I V . S e g ú n el D ulletin offtcial de TExposición d e l 2 del c o rrien te, e s ­ tán y a t e r m i n a d a s las v it r in a s é i n s t a la c i o n e s d e los g r u p o s 28 ( p e r f u m e r í a ) , 33 ( s e d e r í a d e L y o n ) , 37 ( j o y e r í a ) , 40 ( j u g u e t e s p a r a n i ñ o s ) , y otros. OoO CANSES (EKANC1A): La batalla de flore? en 1'»? día- de Carnaval. E s t a m o s c o n fo rm es con las ideas q u e va r io s m u y d is cre to s p e ­ rió dico s ha n e x p u e s t o r e c i e n t e m e n t e , c o n m o t i v o d e la d e c a d e n ­ c i a del C a r n a v a l , o b s e r v a d a este año, n o só lo en M a d r i d , s i n o en P a r í s , en Y e n e c i a , cn l a m is m a R o m a , c u y o c é l e b r e C o r s o a p e ­ nas ha s id o a n i m a d o p o r la t ra d ic io n a l l u c h a d e l o s c o n fe t t i y los m o eco le t t i , q u e tan a d m i r a b l e m e n t e d e s c r i b i ó el a u t o r d e L o s M o ­ ld é a n o s y E l C o n d e d e M o n t e - C r i s t o : el C a r n a v a l , en e fe cto , se h a t ra n s fo rm a d o en p a s e o d e c o m p a r s a s , m á s o m e n o s l ír ic a s y p o s ­ tu la n te s , y e n r i d i c u l a o s te n ta c ió n d e h a r a p o s e n v e z d e i n g e n i o ­ s o s disfraces. N o d ir e m o s q u e esa d e c a d e n c i a sea u n s ín t o m a d e l p e s im is m o q u e d e v o r a á la s o c ie d a d c o n t e m p o r á n e a , co m o a l g u i e n lia e s ­ c r i t o , ni q u e s ea o p o r t u n o a t r i b u i r l a á c a r e n c i a d e a l e g r í a y d e d i n e r o , s e g ú n ha d i c h o o t r o , p o rq u e d i n e r o y a l e g r í a h a y d e s o ­ bra p ara d e rr o c h a r lo s, p o r e je m p l o , c n u n a co rr id a d e B e n e fi c e n ­ c i a ; pcTO sí d i r e m o s q u e el C a r n a v a l d e s a p a r e c e ( y n o lo s e n t i ­ m o s ) p o r q u e n a d a hacen p a r a r e a n i m a r l e los q u e d e b e n e sta r más in te re s a d o s e n e l flo re c im ie n t o d e la p o p u l a r fiesta. E n C n n n e s , en M e n t ó n , en N i z a , e l C a r n a v a l n o d e c a e : a llí las a u t o r i d a d e s , el c o m e r c i o , las g r a n d e s i n d u s t r i a s , o fre cen p re ­ m i o s á l a m e jo r p r o c e s i ó n d e c a rroza s y d e c a b a l g a t a s a le g ó r ic a s , á lo s m á s b r i l l a n t e s g r u p o s d e m á s c a r a s q u e p a s e e n p o r la s ca ­ l l es , á la m ás b e ll a d e co ra ció n d e las fach ad as d e las c a s a s , q u e s u e le n a p a r e c e r r e v e s t i d a s d e c a p r i c h o s a s c o l g a d u r a s , banderas, g u i r n a l d a - d e llores, c o ro n a s d e s ie m p r e v iv a s , p a lm a s , etc.; y c a d a a ñ o se v e rifica e n u n a d e las ires c i u d a d e s , y a l g u n o s en todas ellas, l a fam o sa h a t a d a d e f l o r e s , e l m á s a n i m a d o e p i s o d i o d e l C a r ­ n a v a l, a m i g a b l e c o n c u r s o d e e n g a l a n a d o s c a r r u a j e s , d e s d e cu y o s a sie n to s h e rm o s a s d a m a s y g a l a n t e s c a b a l l e r o s so stie ne n reñ ido t i r o t e o d e rosas y c l a v e l e s , d e ja c in t o s y v i o le t a s . R e p r e s e n t a c i ó n d e esa b a t a l l a d e f lo r e s , c e l e b r a d a e s t e a ñ o en C a n n e s y e n N i z a , c o n a s i s t e n c i a d e v a r io s p r í n c i p e s e x t r a n j e ­ r o s , e n t r e o tro s el d e G a l e s y un G r a n D u q u e d e R u s i a , es el g r a b a d o q u e p u b l i c a m o s e n l a p á g . 157. T a m b i é n se ha d a d o este año b a t a l l a d e llores en B u e n o s A ires, y se t ra ta d e d a r o t r a , c n M a y o p r ó x i m o , en e l P a r q u e d e B a r ­ celon a. ; H a y q u e e sp e ra r en M a d r i d e s a b e ll a t ra n s fo rm a c ió n del Carnaval ? d e D i c i e m b r e d e 1S63 y e je r c e a c t u a l m e n t e el e m p i c o d e c o m a n ­ d a n t e en e l c u a r t o r e g i m i e n t o d e d r a g o n e s a u s t r í a c o s ; O t ó n F ra n c is c o J o s é C a r l o s , a r c h i d u q u e d e A u s t r i a , n a c i d o e n G r a t z el 21 d e A b r i l d e 18 6 5, t e n i e n t e en el p r i m e r r e g i m i e n t o d e d r a ­ g o n e s a u s tr ía c o s y c a s a d o con la p r in c e s a M a r í a Josefa d e S a j o ­ rna e l 2 d e O c t u b r e d e 1 S S 6 ; F e r n a n d o C a r l o s L u i s , a r c h id u q u e d e A u s t r i a , q u e n a c i ó el 27 d e D i c i e m b r e d e 18G8, y la a r c h id u ­ q u e s a M a r g a r i t a S o f í a M a r í a , n a c id a e l 13 d e M a y o d e 1870. L o s h i j o s del t e r c e r m a tr im o n io del a r c h i d u q u e C a r l o s I.u is son: l a a rc h i d u q u e s a M a r í a A n u n c i a d a , q u e n a c i ó en R c i c h e n a u el s r d e J u lio d e 18 7 6 , y la a r c h i d u q u e s a Is a b e l A m e l i a E u g e n i a , n acid a ta m b ié n e n R e i c h e n a u e l 7 ele J u l i o d e 1878. R E C U E R D O S DE V I A J E Á M É J I C O . Antiguo puente cn el Estado de Versen«. N o r e q u i e r e e x p l i c a c i ó n a l g u n a n u e s tro s e g u n d o g r a b a d o d e la p l a n a 1IÍ4: es tino d e los b e ll í s i m o s p a i s a je s q u e d e c o n t i n u o s o ­ licita n la a t e n c i ó n d e l v i a j e r o , c n e l h e r m o s o p aís á q u e da su n o m b r e V e r a c r u z , e l f a m o s o p u e r t o m e jic a n o . A q u e l l a s o r g í a s d e c o lo r e s e n el s u d o , b a ñ a d a s e n la luz e s ­ p l é n d i d a d e u n c i e lo i n c o m p a r a b l e , d e ja n c n el á n i m o la i m p r e ­ sión i m b o r r a b l e d e lo s r e c u e r d o s g r a t o s , v e r d e s o a s i s cn e l árido d e s ie r t o d e la v i d a ..... o' o ESCUELA CENTRAL DE GIMNÁSTICA; DIVERSOS EJERCICIOS PRÁCTICOS DE LOS ALUMNOS V ALUMNAS DE PRIMER CURSO, en las cla se s d e g i m n a s i a sin a p a ra t o s y d e e s g r i m a . — ( V é a s e el a r t i c u l o c o r r e s p o n d i e n t e , p á g . 163.) 0 °0 EL «VACHT» REAL «VICTORIA AND AL13ERT», propivd.id de 5. M. la Reina de lnclaterra. E n la p á g . if>8 ve rá n n u e s t ro s l e c t o r e s u n g r a b a d o q u e r e p r e ­ s e n t a el y a tcht t i t ul a do I ’i, l o r i a a n d A l h e r t . p ro p ied a d d e M . la rein a V ic to ria 1 de la G ran B re ta ñ a é Irlanda. S11 n o m b r e , d a d o p o r la m i s m a R e i n a , es un r e c u e r d o c a r i ­ ñ oso d e la feliz u n i ó n c o n y u g a l d e la a u g u s t a se ñ o ra c o n su m a ­ l o g r a d o e sp o s o el p r í n c i p e A l b e r t o ; s u s c o n d i c i o n e s m arin eras lian s i d o o b j e t o d e e n c o m i o p ara los p e r ió d ic o s m ás c o m p e t e n t e s e n el a r t e d e las c o n s t r u c c i o n e s n a v a l e s , y las ha d e m o s t r a d o en d iv e r s o s v i a j e s p o r lo s m a re s d e E u r o p a ; s u e l e g a n c i a y <o m fo r t co r r e s p o n d e n á lo q u e d e b e s e r un m a g n í fi c o b u q u e d e s t in a d o e x c l u s i v a m e n t e á los v i a j e s m a r í t i m o s d e l a S o b e r a n a d e I n g l a ­ te r r a y d e s u s hijos. A b o rd o d e l V i c t o r ia a n d A l h e r t , M . la R e i n a , a c o m p a ñ a d a tle sus a u g u s t o s h iio s la p rin ces a B e a t r i z y e l p r í n c i p e E n r iq u e d e B a u e n b e r g , s a lió d e P o r t s m o u t h cn l a m a ñ a n a d e l 6 del c o ­ r r i e n t e , y l l e g ó p o r la tarde al p u e r t o d e C l i e r b u r g o , d o n d e torno el tren d i r e c t o p a r a B ia rr it z . E l V i c t o r ia a n d A l h e r t e stá fo n d e a d o en a g u a s d e este ú ltim o p uerto, a la vi st a d e la v illa L a R o c h e f o u c a u l d , r e s id e n c ia de p r i m a v e r a d e la r e i n a V icto ria . S. S. E useuio Martínez de Velasco. LO S Lé-l’A'NOL : MaXaSTIM. i.*t Eso se agota . drama en Iré., a. tas y en original de D Jo,,' Eehegaray HEI-I.AS ARTES. tiil>u¡» orfctniil de Heiinaim Sehcvcrzcr — f u t e s niebla), vstudit. original ilt !) Jaiim* MiuiM. Cabeza de estudio, T E A T R O S . [(Je,te Je E n la p á g . 160 d a m o s u n fino g r a b a d o (le 11 . P a a r , q u e re p ro ­ d u c e u n a b e ll a c a b e z a d e e s t u d io a d m i r a b l e m e n t e d i b u j a d a por el d i s t i n g u i d o p i n t o r a u s tr í a c o H c r m a n n S c h w e r z e r . E l c u a d r o o r i g i n a l p e r t e n e c e á la « G a l e r í a d e c a b e z a s d e m u ­ je r e s h e rm o s a s» ( n ú m . X I » ) n u e h a s id o c r e a d a e n ce r t a m e n p ú ­ blico p o r el p e r ió d ic o A 'a te n I R u s t r i r t e n Z e i t u u g , d e Y i e n a . N u e s tr o s lec to r es co n o c e n las p r i n c i p a l e s o b r a s p i c t ó r i c a s d e D . J a i m e M o r e r a y G a l i c i a , uno d e lo s p rim e ro s p ais a jis ta s e s ­ p a ñ o le s , d i s c í p u l o d e l e m i n e n t e l l a e s , p e n s i o n a d o e n R o m a en 18 76 y p r e m i a d o en v a r ia s E x p o s i c i o n e s a r t í s ti c a s : Laguna de heonde ( B r e t a ñ a ) , ¡ ‘ la y a de X orm attdla, Camino en B re la ñ a y o t r o s h e rm o so s p a is a je s del S r . M o r e r a , h o n ra n las p á g i n a s d e e s t e p eriód ico , h á b i l m e n t e r e p r o d u c i d o s p o r e l buri l de! g r a ­ b a d o r. O t r o p a is a je b e ll í s i m o d e M o r e r a p u b l i c a m o s e n el g r a b a d o d e l a p á g . 161 : e s un e stu d io h e c h o p o r el a r t i s ta p ara su i n t e r e ­ s a n te c u a d r o T a t o s ( e f e c t o d e n i e b l a ) , e l c u a l f i g u r ó en la E x p o ­ s ició n N a c i o n a l d e B e l la s A r c e s d e 18S1, c o n el n ú m . 472 del .1 C atálogo. D i c h o c u a d r o fué a d q u i r i d o p o r S . M . e l r e y D . A l f o n s o X I I , n o b le y g e n e r o s o p ro t e c t o r d e las letras y d e las artes. SS. AA. II. V KR. LOS ARCHIDUQUES DE AUSTRIA Carln> Luís y -u liiju Francisco Fernando. P o r m u e r t e d e l a r c h i d u q u e R o d o l f o , p r i n c i p e I m p e r i a l de A u s t r i a v R e a l d e H u n g r í a , y «si D i o s no s a n t ific a las e s p e r a n ­ zas q u e la a r c h i d u q u e s a E s t e f a n í a p u e d a ter.er cn e l n a c im ie n t o d e un n u e v o A l f o n s o X I I I ( s e g ú n h a e scr ito e l S r . C o n d e d e C o e l l o en e l núm. V I d e este p e r i ó d i c o ) s er a s u c e s o r d e la c o ­ ro n a i m p e r ia l e l a r c h i d u q u e C a r l o s L u i s , q u e p o r la m u e r t e de M a xim ilia n o en M éjico es el herm ano m ás próxim o del e m p e ra ­ d o r F r a n c i s c o J o s é , q u ie n c u e n t a c i n c u e n t a y n u e v e a n o s , tres m á s q u e su h e re d er o d in á s tic o .» E l a r c h i d u q u e C a r l o s L u i s J osé M a r í a ( c u y o re tra to d a m o s en la p á g . 1 6 4 ) , n a c i ó el 30 d e J u l i o d e 1 8 3 3 , y e s a c t u a l m e n t e g e ­ n eral d e c a b a l l e r í a , p r o p i e t a r i o del r e g i m i e n t o d e la n c e ro s a u s ­ t r í a c o s n ú m . 7 , jete d e l r e g i m i e n t o d e d r a g o n e s ru sos d e I.o u b n y n ú m . 8, y p r o p ie t a r io d e l r e g i m i e n t o d e la n ce ro s p r u s i a n o s n ú ­ m e ro 8 ; h a s id o tres v e c e s c a s a d o : l a p r i m e r a , en 4 d e N o v i e m ­ b r e d e 1856, c o n la p rin ces a M a r g a r i t a C a r o l i n a F e d e ric a C e c i ­ lia A u g u s t a , h i j a del e n t o n c e s R e y d e Sa jo r n a , la c u a l falleció sin h i j o s el 13 d e S e p t i e m b r e d e 18 58 ; l a s e g u n d a , por p o d e r en R o m a y p e r s o n a lm e n t e e u Y e n e c i a , e l 31 d e O c t u b r e d e 1862, con la a r c h id u q u e s a M a r í a A n u n c i a d a Is a b e l F i l o m e n a , hija de! ijue fué r e y d e la s D o s S i c i l i a s , F e m a n d o I I . l a c u a l m u r i ó el 4 d e M a y o do 1871 ; la t e r c e r a , en el c a s t i l l o d e l l e u b a c h , e l 23 de J u l i o J e 18 73 , con l a a r c h i d u q u e s a M a r í a T e r e s a d e la I n m a c u ­ la d a C o n c e p c i ó n F e r n a n d a E u l a l i a , q u e n a c i ó en H e u b a c h e l 24 d e A g o s t o d e 1.855, s ien d o h i j a d e l p r i n c i p e M i g u e l M a r í a d e B r a g a n z a , e x i n fa n te d e P o r t u g a l . L o s h i j o s d e l s e g u n d o m a t r i m o n io son : el p r i m o g é n i t o , F r a n ­ cis c o F e r n a n d o C a r l o s ( c u y o re t ra t o d a m o s t a m b ié n e n l a m is m a p a g . 1 6 4 ) , a r c h i d u q u e d e A u s t r i a - E s t e , q u e n a c i ó e n G r a t z el 18 ase. profundo amor é incansable afán con que cultiva la literatura dramática un hombre de las circunstancias que con­ curren en D. José Eehegaray, me pare­ cen dignos de singular estimación. Aquí donde la fiebre política lo invade todo; aquí donde personas insignificantes logran hacer figura, sin más títulos que el de inge­ niarse para intervenir en el teje maneje de los partidos, tiene algo de simpático y de generoso ver á un insigne matemático, á un célebre ingeniero, á un orador elocuente que ha llegado á la cumbre y ejercido el alto cargo de .Ministro, consagrado con particular predilección al dulce trato de las musas, cifrando su más alta gloria en conseguir triunfos es­ cénicos. El que ha obtenido Eehegaray en el Teatro Espa­ ñol la noche del sábado 9 del corriente con su nuevo drama titulado Manantial, qtte no se agola ha sido tan estrepitoso como el que más; pero no le ha pro­ porcionado en la prensa de esta corte la unanimidad de elogios incondicionales prodigados á varios de sus anteriores poemas. ¿Quiere esto decir que el estre­ nado hace seis días desmerezca de otras obras del pro­ pio autor encomiadas sin reserva alguna por casi todos los diarios madrileños? A pesar de cuanto ex­ ponen los que ahora se muestran descontentadizos, yo no creo que lo sc-a. Los mismos inconvenientes, los mismos defectos en que hoy se fundan las más generales y menos injustas censuras de la critica pe­ riodística. rebosan cn dramas que le han causado ad­ miración y que ha calificado de fintdigios. Hay más aún : esos dramas que otras veces la han entusias­ mado y exaltado, que le han parecido perfectos, su­ blimes, maravillosos, adolecen de un vicio capital en su forma expresiva, del cual va procurando el poeta corregirse, porque ha debido convencerse de que la gongórica hinchazón que deslumbra á la multitud y que la ignorancia le celebra es cosa de muy mal gusto. Manantial que no se agola se encuentra, pues, en mejores condiciones, respecto á verdad y á realidad humana, que Dos fanatismos, De mata t aza, La realidad y e l delirio, y otras piezas engendradas por tan poderosa fantasía, sin excluir ninguna de cuantas le ha ensalzado más la crítica estimándolas como portentos. l 1Ó6 LA ILUSTRACION ESPAÑOLA Y AMERICANA. K X r o s i c l Ó N u N 1 V E R SAL DE 1 889, E N N.° X I’ A R í S r Verdad es que en el nuevo drama de Echegaray se advierten errores y deficiencias fundamentales; que al imaginar esa fábula y encajarla en el cuadro de nuestras actuales costumbres, el autor no ha po­ dido sobreponerse á la índole privativa de su inspi­ ración poética, menos inclinada á lo natural y sen­ cillo que á lo extraordinario, fantástico y sorpren­ dente. Pero aun siendo asi, la obra en cuestión deja entrever propensiones más en consonancia con la vida real, y traza rasgos que interesan al espectador porque retratan con exactitud algo de lo que pasa en el mundo. Esta aproximación á la verdad de la na­ turaleza, elemento primordial del poema representa­ ble, tiene, á mi ver, gran importancia, no solamente con relación á la dramaturgia especial de Echegaray, la cual puede ganar mucho apartándose de exagera­ ciones peligrosas y de estériles convenciones, sino atendiendo á la influencia que el esclarecido poeta ejerce en el ánimo y el gusto de la generalidad, y muy particularmente en el de los jóvenes que lo lo­ man por modelo. F.1 drama que ingenio tan aplaudido acaba de ofre­ cer á la consideración del público no está cimentado, cual otros suyos, en el propósito de plantear y resol­ ver con arreglo á sus creencias ú opiniones proble­ mas trascendentales. De ese prurito que extravía á muchos dramaturgos contemporáneos y que per­ vierte la índole propia de la representación teatral, 3 ?. convirtiéndola en una especie de cátedra y haciendo del poeta dramático un abogado defensor de causas más ó menos razonables (cuando no un insufrible pedagogo antiartístico), ha prescindido ahora con buen acuerdo el ilustre autor de E l gran G a loto y de O locura ó santidad. Mejor penetrado de las peculiares condiciones de tales poemas, al imaginar el que se c-iá representando en el Teatro Español sólo ha bosquejado en él escenas de la vida común. cifrando el interés de la fábula en el contraste de los caracteres y en el vigor de las pasiones* Más adelante apreciaremos hasta qué punto ha conseguido realizarlo. Pero como ese es uno de los principales objetos de la poesía dramática, ha hecho muy bien Echegaray en concretarse á no salir de sus dominios. Veamos, pues, á qué se reduce y de qué modo se desenvuelve y desenlaza el argu­ mento di’ Manantial que no se agota, dejando antes consignada una observación, ¡rara GALERÍA r>K 1 \* PALACIO DIO LAS ARTICs LI BERALES: SECCIÓN I>K I.A HI STORI A DKL TRA IIA /O . INDCSTRÍAS DIVFRSAS: I na ni-: LAS PUERTAS OKI. GUI PO 111.— FACHADA LATERAL DEL PALACIO Dh LAS ARTES . MARÍA 01- f.AS INI ti -IRIA' DIVERSAS ; I NA Di- TAS Pt'KRTAS DEL (jRLPO IV. LIBERALES. C A N N E S ( F R A N C I A ) , — LA B A T A L L A DE FLORES KN LAS TARDES DK CARNAVAL 158 que no se me tenga por visionario ni se interprete de un modo erróneo lo que lie dicho acerca de sus tendencias naturalistas. Yo bien sé que algunos de los elementos que lo constituyen, asi en el carácter de sus personajes como en los diversos afectos que los impulsan, y aun en el modo de expresarlos, ca­ recen del sello de verdad humana sin el cual no hay figuras completamente verosímiles en la creación escénica. Sin embargo, como fuera absurdo preten­ der que el árbol produjese frutos distintos de los que corresponden á su propia naturaleza; dada la ge­ nial inspiración de nuestro autor, considerando la índole de sus facultades imaginativas y el sistema que ha seguido constantemente en sus anteriores obras, entiendo que deja ver en la actual conatos de modi­ ficarse. y que se esfuerza por buscar el camino del acierto enfrenando los ímpetus de su fantasía, esto es. poniéndose más en contacto con la realidad y abusando menos de los floreos retóricos. El argumento del drama es el siguiente: El acaudalado aragonés D. Anselmo vive en Ma­ drid consagrado al estudio y disfrutando de sus ren­ tas. E l autor da idea en estos versos, puestos en boca de otro personaje, de las especialc> circunstancias que distinguen á su héroe: Kl es un sabio de peso, l 'n filósofo de Grecia. Cn hombre honrado que va Siempre por la linea recta, l ’n dechado de virtudes. De méritos y excelencias ; Pero en cuanto á cortesía Anda atrasado de veras. Es joven, cuarenta y ocho. ¡ Pues en ser viejo se empeña ' Sus oios eran brillantes, Pero el estudio los seca. Este filósofo incipiente á quien desengaños pre­ maturos habían concentrado en si mismo, á pesar tic su natural expansivo y afectuoso, amó en sus ver­ des años á una joven llamada Petra con la intensi­ dad propia de corazones apasionados. Por accidentes que ahora no importa referir, Petra contrajo matri­ monio con 1). Gaspar, amigo intimo de Anselmo. Semejante golpe vino á desencantar y á herir el alma del amante poco afortunado en ia risueña edad de las ilusiones; mas no impidió que ambos amigos siguieran siéndolo, aunque reinaba gran disparidad en sus caracteres. Pocos años después de casada mu­ rió Petra dejando dos hijos, Sofía y Juan: ella, mo­ delo de inocencia y de dulzura ; él. aficionado á vivir entre gente alegre, y á imitar, como otros muchos señoritos, las malas costumbres y el desgarro de la llamada chulería. Al comenzar el primer acto, que pasa en la mo­ rada del filósofo, D. Leandro, noble amigo del dueño de la casa, y Julia, hermana de D. Gaspar, discurren acerca de las circunstancia de Anselmo y del estado de su espíritu, ofreciendo sin violencia á la conside­ ración del público datos referentes á él y á otros in­ terlocutores. Entran á poco D. Gaspar y sus dos hi­ jos; y no bien el estudioso acaudalado, abstraído hasta entonces en sus lecturas, sale á recibir á sus visitantes, empieza á ponerse en relieve la índole característica de todos ellos. Anselmo y Gaspar, que siguieron juntos su carrera universitaria, son igual­ mente buenos en el fondo: pero difieren, según lo indicado anteriormente, en carácter y en ideas. Esa diferencia origina su perpetua contradicción y sus in­ cesantes altercados, cosa que parece mal á varios censores porque la juzgan inverosímil. Y o la encuen­ tro natural y verdadera. Xo es necesario ser muy lince ni ahondar mucho en el conocimiento de las costumbres sociales para descubrir, entre gentes de todo género de condiciones, personas que no pueden estar juntas sin reñir, y que sin embargo no saben vivir sin estar juntas. La primera disputa en que se empeñan el desencantado filósofo y el padre de Juan proviene de la libertad en que éste vive, de las rela­ ciones que cultiva, del rigor con que Anselmo con­ dena las debilidades de Gaspar en un punto que puede ser de funestas consecuencias para su hijo. Por el si­ guiente diálogo podrán los lectores enterarse de cómo altercan los dos amigos. Refiriéndose á la desvariada conducta del mozo, se expresan en estos términos: Gaspar. Anselmo. Julia. Gaspar. Leandro. Julia. N.° X LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA. F.s joven, y es natural Que se divierta. Es corriente. Pero es persona decente Y de alta clase social. Sigue, aunque mal, su carrera; Es rico, bien educado, Desde niño se ha encontrado Por su dicha en otra esfera, Y no está bien que tu Juan Se meta en una zahúrda, Y se propine una curda En compaña de un barbián. En eso tiene razón. ¡ Es manía! ¡ No es manía! Se entrega á la chulería.... Anselmo. Gaspar. Anselmo. G aspar. Anselmo. Que será su perdición. I El filósofo profundo ! ¡ El liberal exaltado! i El que siempre lia proclamado La igualdad en este mundo!.... ; Y ahora en desdeñosas frases Busca artificiosas trazas Para dividir las razas Y desmenuzar las clases ' ¡Siempre fuiste palabrero, Y la maña no has perdido ! Siempre tu láctica lia sido Hablar gordo y el postrero, Y siempre ha sido tu norma Cubrir, porque no se vea, Lo vacío de la idea Con lo hinchado de la forma. Porque es persona decente Mi Juan , según dices tú, Xo quieres ¡ por Belcebú! Que se roce con la gente Humilde. ¡ Pues no es verdad Que yo pretenda tal cosa! La modestia es muy hermosa, Y es muy santa la igualdad ; Pero ha de ser siempre y cuando A ese nivel que pretendo Lleguemos todos subiendo: Xo si llegamos bajando. ¡ La igualdad no está en la jerga Que ladra la gente chusca! ; Al pueblo no se le busca, En los goces de laju e r g a ! Y tu simpático J uan Revuelve en lodo maldito Los vicios del señorito Con los vicios del barbián! Ateniéndose á las censuras que lanza Echegaray por boca del protagonista de su drama contra uno de los vicios que más contribuyen en nuestros días á degradar las costumbres públicas y á prostituir á las personas decentes que tienen la flaqueza de incurrir en él, hubo quien presumiera que M anantial que no ac agola iba á dirigirse de un modo exclusivo a con­ denar y satirizar ese funesto contagio. Animados de tal idea, forjáronse algunos una fábula distinta de la imaginada por el célebre poeta, adecuándola en sus arbitrarias figuraciones al objeto que le suponían. Esta circunstancia es tal vez. la que lia dado margen al rigor con que ciertos críticos han juzgado el nuevo drama. Los que creyeron desde un principio adivinar el pensamiento de Echegaray, al verle seguir otro de­ rrotero no le han perdonado el chasco. Sin embargo, semejante suposición era infundada. Echegaray no se había propuesto como asunto principal de su obra flagelar el vicio en cuestión, ni trazar el cuadro de sus desastrosas consecuencias. Fuera de que poemas dramáticos semejantes al que se necesitaba componer para realizar ese buen propósito no son los que me­ jor cuadran con la índole y genio de nuestro autor. Agradezcámosle que haya tenido el buen acuerdo de fustigar incidentalmente la plaga del ftamenqnismt), cada vez más general y vergonzosa, y volvamos al argumento de su drama. Despechado por la traición de Petra, D. Anselmo buscó lenitivo á sus amarguras entablando relaciones ilícitas con una muchacha del pueblo llamada Dolo­ res: pero la abandonó muy pronto dejándole por única herencia un hijo, fruto de tan pasajero amor. Años después, acompañando con otros cofrades de la Paz y Caridad á un reo que marchaba al patíbulo, distinguió entre la multitud que se agrupaba en la carrera á una joven que levantaba en sus brazos un niño, para que viese mejor el cortejo fúnebre, y ex­ clamaba con dolorido acento: Así puedes verte un día, Si tu padre te abandona ! Aquella mujer cuya exclamación le llegó al alma, despertando en ella crueles remordimientos, érala desdichada con quien tuvo amores y que había dado al olvido. Desde entonces se afanó constantemente por encontrarla, pero todas sus pesquisas fueron in­ útiles; y cuando acaba de referir á D. Leandro estos sucesos, para desahogar sus penas comunicándolas á un amigo, le anuncian que un joven más audaz que bien educado desea verlo y entregarle una carta. La carta era de Dolores: el portador, su hijo Ramiro. La infeliz madre la había escrito momentos antes de morir, recomendando con angustiosa solicitud el hijo de sus entrañas al hombre que le dió el ser. Fá­ cilmente se comprenderán las encontradas emocio­ nes que despierta en el alma de D. Anselmo la lec­ tura de esa epístola. Sobreponiéndose á la agitación que experimenta, manda entrar al mancebo y le re­ cibe por secretario, reservando para ocasión más oportuna revelarle el secreto de su origen. Así termina el primer acto en el cual hay escenas que abundan en bellas descripciones y en rasgos de verdadera poesía, y al que lia tributado la prensa grandes elogios considerándolo como un modelo de buenos actos de exposición. ( C oncluirá .) M anuel C añete . A N T Ó N E L D E LO S C A N T A R E S . (A N T O N IO DE T R tíE R A .) «S in l-iilro ilcl almn . I’nirón Iwnjiio Dv la famosa villa Donrlc he naculo; De ni aureola Dame un niv. que brille Para m¡ gloria <f t / P 5 y-)oX esa asPirac‘ón ambiciosa de adolesX Ce,Ue 9 °Plero ma<Jrileño, conquisté hace i h ¿ i i' -v a tre'nta >' dos años la amistad sincera , ¿ y el protector compañerismo de AntoIlio <le Trucha, que ya entonces era legftimo 0rg ull° dt; la tierra vizcaína y anun"■ ció de una de las más puras glorias de la (Y España literaria. * El santo Patrón de mi famosa villa había ya bendecido los laureles primeros de aquel «An­ tón de los cantares» que tenía.su pobre casita blanca entre las frescas arboledas de San Antonio de la Flo­ rida. por recordar en su amorosa nostalgia la her­ mosura de su valle nativo. En esos treinta y dos años, la amistad y el com­ pañerismo se fueron fortaleciendo en las dulces ex­ pansiones de un cariño fraternal, que se avivaban en mis frecuentes visitas á la tierra vascongada. Xo hace todavía tres meses que, en una carta es­ crita desde su lecho de dolor, me hacía entrever la esperanza de hallarle más sano y alegre, entre sus dos nietecillos, en las fiestas que en Agosto dedican los bilbaínos á su adorada Virgen de Begoña. .Y .va hoy me abrumo con la dolorosa"tarea de es­ cribir estas desordenadas notas necrológicas para L a I lustración en que él publicaba hace mes y medio sus «Xotas autobiográficas» en un tono sereno de despedida solemne que invadió mi alma con honda tristeza. Atribuid al dolor el desorden de las ideas, la con­ tusión de los apuntes, lo abigarrado de las frases de esta especie de semblanza del más popular de los poetas españoles. En los instantes supremos de la vida, nuestro idio­ ma, con ser tan rico, pide siempre limosna al senti­ miento, y éste es hoy el que habla en mi, al hablar de Antonio de Trucha. Sus «Notas autobiográficas» son una especie de confesión ingenua, en que se transparenta el alma del hombre honrado y del escritor cuya vida y cuyo ingenio se han consagrado dulce y constantemente á las clases populares. Sus primeros recuerdos son para su origen de po­ bre labrador y para su adolescencia trabajosa de hu­ milde dependiente del comercio. Su instinto y su vocación de poeta, despertados ya casi en su infancia entre las enamoradas mozas dé­ las Encartaciones, se rebelan al fin contra su apa­ rente destino, y á los quince años de penosa vida en Madrid, rompe á cantar, como él dice, «á la buena de Dios, como canta el pueblo, como cantan los pá­ jaros.» r De 1*50 á 1*52 se agotaron dos numerosas edicio­ nes de su Libro de los cantares, pedestal firmísimo de su bien ganada gloria. E l pueblo le agradeció con toda su alma aquel li­ bro precioso de geniales glosas de los derroches de su anónima musa, que acompaña con la guitarra la viva expresión de sus penas y de sus alegrías. El poeta glosador y el poeta glosado se confundían en el fondo del sentimiento como dos pájaros que cantan sus pri­ maverales amores en el mismo robledal que á un tiempo sombreó sus nidos. E l Retiro, la Casa de Campo, la Florida, las Vis­ tillas, Lavapiés; donde cantan pájaros y ostenta el pueblo sus ncios y virtudes; allí ños dice que tenía su medio ambiente nuestro poeta, y por eso cantaba lo que sentía y como lo sentía el pueblo. Ese fue el secreto de la popularidad de Beranger en Francia, á quien nos representa un precioso gra­ bado paseando meditabundo por umbrosa alameda, tras uno de cuyos árboles le atisban curiosas dos ri­ sueñas campesinas. Y Antón el de tos Cantares está olvidado desdeñosaínente por la crítica sabia de nuestros días, como mi inolvidable Ventura Aguilera, el cantor de las Elegías y de los Ecos nacionales. Los dos poetas que lian penetrado más en la entraña de nuestro pueblo, Por tanto, los que llegarán más natural y más dulcemente desde éstas á las futuras generaciones. /;/ Labro de tos cantares tuvo después, mucho después, un hermano digno en E l Libro de las mon­ tañas, en que se siente ya la consistencia del hierro de la tierra nativa del poeta. Pero su infancia literaria, que empezó para él á la edad de treinta años, con un corazón verdadera­ mente de niño, necesitaba agitarse en una atmósfera pura, donde viviesen las letras de su mismo jugo, del jugo del sentimiento. Y, ya popular por sus cantares, Antón (Antonio IV LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA. 9 * de Trucha) entró providencialmente con su gloria y con un amor naciente, el único de su vida, el de su Teresa, en el hogar pobre y retirado donde se for­ maba aquel poeta dramático que, en 1853, empezó su carrera de triunfos con I ’enlacies amargas. Luis Eguilaz vivía, escribía y soñaba encerrado en su casa de la calle de Lope de Vega, y allí iba todos los días con sus hermosos sueños de gloria y amor el que pronto había de hacer de Teresa la compañera de su vida y la musa casta de sus preciosos Cuentos de color de rosa. Luis, mucho más joven que Antonio, llegó, sin embargo, á tener sobre é l, por su carácter austero, la influencia de un cariñoso hermano mayor, y además el ascendiente de compañero sujeto á trabajos más rudos y objeto de triunfos más ruidosos. Antes que las lágrimas del público sancionasen los éxitos de L a Cruz del matrimonio y de Los Solda­ dos de plomo, los ojos humedecidos de Trueba habían sido ya una hermosa revelación para Eguilaz, que le leía sus obras, más que como autor, como hermano que habla en íntima y grave confidencia. Diego Luque, el inseparable de Eguilaz, seguía enternecido los movimientos del ánimo del poeta que escuchaba al poeta. ¡ Ah ! ¡si yo, contertulio de Antonio en las her­ mosas veladas de Eguilaz, pudiese aquí decir cuánto aprendí en ellas, y qué hermoso espectáculo me ofre­ cían aquellos dos corazones que se unían en un mis­ mo sentimiento del arte!.... Había allí también momentos de discusión y hasta de lucha; de lucha de ideas entre buenos hermanos, que acababa algunas veces con una nota cómica del autor dramático, quien, desesperado ya de convencer á Antonio, concluía diciéndole: «Mira, calla, coge un libro y lee ; que esta noche vienes vizcaíno.» Y el vizcaíno, constante y firme en sus amores como en sus ideas, en un arranque viril de compa­ siva ternura, puso aquéllos al amparo de Eguilaz y precipitó su deseada boda con Teresa, teniendo por padrino á Castro y Serrano, que también lo fué del único fruto de bendición, y así pudo después hablar como compadre con Antonio en sus primorosas Car­ tas trascendentales. Más tarde, cuando con su Teresa y su Ascensión vivía ya patriarcalmente en su tierra, llamado A ella amorosamente con los honrosos títulos de Cronista y Archivero del Señorío, la desastrosa guerra civil, que devastaba los campos y cubría de luto las ciuda­ des de Vizcaya, trajo accidental y tristemente á Ma­ drid á Antón el de los Cantares. Y antes que acabasen los horrores de la lucha en­ tre hermanos, vi á Antonio cerca de mi, cubierto el corazón de luto . inclinándose, como un sauce tras­ plantado de un valle sombrío, sobre el lecho mor­ tuorio del poeta de las Verdades amargas y de las Dulces mentiras. Y , acabada la guerra, tuve yo ocasión de visitar y acompañar en su casa de Bilbao al autor de los in­ mortales Cantares y Cuentos, que constituyen glo­ rias legítimas de nuestra literatura. Y , paseando una tarde por el estrecho y solitario valle de Tturrigorri (Fuente bermeja), contemplamos el cauce de aquel arroyo que baja despeñado, y en los rojos sedimentos del hierro parecía que vetamos, con el corazón oprimido, aquella sangre derramada en las luchas entre hijos de una misma madre. En aquellos paseos por los campos vascos pude convencerme de la entrañable popularidad que en aquella tierra gozaba el poeta, orgullo acariciado á todas horas con veneración por los labradores como por la gente de la ciudad. En ésta, sentado en su sitial de Archivero del Se­ ñorío, he visto yo á Trueba interrumpir cien veces su trabajo, ó su atractiva conversación literaria, para recibir á humildes labradores que se deleitaban en echar con él un párrafo. Párrafos eran los suyos siempre graciosos, siem­ pre pintorescos, en cuyo fondo se reflejaba sencilla­ mente, pero con energía, aquel acendrado amor á la tierra, tan inagotable en su corazón como el hie­ rro en las entrañas de aquellos montes. Ese amor, traducido ha quedado en sus libros, en sus últimas tareas de cronista vasco, en sus trabajos de consejero áulico y de redactor jefe de E l Noticiero Bilbaíno. Sus Cuentos, en que á las tradiciones populares ha llevado la fuerza de su inventiva, y la gracia inimitable y fresca de su ingenio, y su mismo cora­ zón de poeta, son superiores por todo eso á los popu­ lares cuentos alemanes ele los hermanos Grimm, y en Alemania, como en otros países, se traducen y se leen con encanto. Esos libros de cuentos, como E l Libro délos Can­ tares (publicados al fin en forma popular por el edi­ tor Guijarro), como las preciosas novelas dadas á luz por la empresa de L a I l u s t r a c ió n E s p a ñ o l a , han mantenido constante y vivamente las relaciones es­ pirituales de los vasco-navarros de Sud-América con su hermano predilecto el poeta. Las horas de consuelo que le deben á Trueba en las tristezas nostálgicas de su expatriación volunta­ ria ; la admiración y el orgullo que sienten por las glorias de Antón el de los Cantares, les hizo dar á éste un testimonio de amor de coterráneos, con una suscriciún que ha de levantar una casa, de que ya no podrá ser alegría el padre de la buena hija, el cari­ ñoso abuelo cíe Inesilla y Fernando, aquel poeta que cantó con el pueblo desde aquella otra casita blanca de mi alegre San Antonio de la Florida. Pero la casa que ha de levantar el cariño y la ad­ miración regional será templo consagrado á la me­ moria de mi inolvidable hermano, alimentada con fuego purísimo de vestal por el amor de la noble fa­ milia del poeta. A Ascensión, á Julián y á sus nietos; á su madre la hermosa Vizcaya, y á sus hermanos en el puro sentimiento de la poesía, nos habrá dicho al partir Antonio, como la tierna Carolina Coronado al frente de las Elegías de A guilera: «Se va mi sombra, pero yo me quedo.» E d u a r d o B u s t i u .o . M adrid, 12 de Marzo 1SS9. REAPARICIÓN DE LA CRISIS DE ORIENTE. SUMARIO. La abdicación dc-1 rey M ilano.— E l jaren Alejandro I.— E l recente R i-iich.— LI matrimonio morganàtico de Aleiandro de Battenberg-— Conflictos, religiosos en Sofía y Stiunbul.— t a s esperanzas de la G recia.— Rusia en Oriente. o se había calm ado todavía la im presión pro­ ducida en el palacio de Y ild íz por la catás­ trofe del archiduque R o d o lfo , em oción que debía ser intensa en C onstantinop la, donde tod o el m undo co n o d a la familia de la linda griega-h ún gara, triste heroína del drama de M e y e rlin g , y cuyos padres habitaron largo tiem po uno de los más bellos konaks del B os­ foro, cuando en m edio de las fiestas á q u e se presta en Starnimi el recien te m atrim onio de cuatro prin­ cesas, herm anas ó hijas ilei S u ltán , viene á sorpren­ der á éste la abdicación del re y M ilano en ese konak-palacio de B elgrado que el ghazi y generalísim o Osm án Bajá cañ on eab a, en unión de la fortaleza , hace un cuarto de s ig lo , cuando la Servia era un hajaluio depen­ diente de la Sublim e P u erta. La probabilidad grandísim a do que este suceso va á abrir de nu evo la cuestión de O rie n te , exp lica bien la sensación inm ensa causada por acon tecim iento tan inesperado. Con razón m e decía un alto visir otom an o, á quien hace un lustro hablaba de lo difícil que era á mis ojos que la T u rq u ía saliese de su decadencia actual m ientras no pudiera m odificarse, al m enos en la parte de E u ro p a, su existen cia social, problem a g r a v e , aun cuando no sea ab­ solutam ente contrario al C o rá n . que 110 era más peligrosa la institución del h arén , m odificándose todos los d ia s e n sentirlo de la familia cristian a, que los hábitos europeos y la vida alegre de ciertos príncipes y soberanos de E uropa. En pocas sem anas, una pasión rom ántica, sobreponiéndose á la religión del cristia n o , hace desaparecer, á los treinta años de edad, y dejando una Princesa abandonada y una inocente niña archiduquesa h uérfan a, al heredero de uno de los prim eros im perios del mundo. Q u in ce dias d esp u és, el ven cedor ríe los servio s, aquel principe A lejan dro de B atten b erg en derredor del cual se formó la leyenda más sim pática, por la injusta conspiración m oscovita que lo aleja de Sofía, por su llam am iento e n tu ­ siasta nuevam ente á B u lga ria, por el sacrificio heroico que hace abdicando la corona para evita r que la guerra estalle en O rie n te , v por el am or verdaderam ente poético de la princesa V ictoria de A lem an ia: ese caudillo q u e se creía m odelo de soberanos y de am antes, encuentra en el p intoresco M entón una jo v e n can tatriz, conocida a orillas del R hin : y olvidando g lo r ia s , ju ra m e n to s, esperanzas, se entrega á la pasión am orosa, sin saberse si d en tro de p o ­ cos m eses abandonará á su esposa m organàtica, la linda L o essin g er, com o lia abandonado á la hija de F ederico III. M enos infeliz ésta que la archiduquesa Stefan ia, V ictoria de H ohen zollern, q u e ha despreciado por él los enlaces más brillantes, ha visto ju stificarse las previsiones del P rin cipe de B ism arck y de su herm ano el em perador G u i­ llerm o II sobre la constancia de su infiel am ante. O tra victim a del am or, la reina N atalia de S e rv ia , era objeto hace pocos m eses de las sim patías de todas las al­ mas generosas. Abandonada por su esposo el R e y , se ha visto sacrificada por M ilan o, cu yo divorcio dicese no ha tenido otra causa verdadera que sus amores con la esposa del E m bajador de Servia en A lem ania. H a sido la últim a una de las aventuras frecuentes del galante Soberano, aun cuando se ha querido explicar la separación de los jóven es p rín cip es, cu yo casam iento fué un idilio de am or, por una disidencia politica en tre la R e in a , partidaria de la Rusia, y el R ey , favorable al A ustria. Prueba de que sem ejante causa indignam ente exp lo­ tada por el Senado s e r v io , que no supo resistir á las pasiones del M onarca, era el pretexto del d ivo rcio regio, q u e ahora, al abdicar el trono para viv ir libre de los debe­ res soberanos, M ilano confia la regencia del reino á R istich, partidario de la influencia m oscovita en la península de ¡os Balkanes. E n la prim era semana de M arzo se celebraba en la c a ­ tedral de B elg rad o , antigua m ezq u ita, el séptim o an iver­ sario de la proclam ación de M ilano com o re y de Servia, cuando el E x a rca y R istich fueron llam ados al konak re­ g io para conocer la voluntad suprem a de un monarca 159 cu ya coronación debía celebrarse tam bién la prim avera próxim a en esc m onasterio de Z e ith , verdadero nido de águilas en los m ontes K arpatos , y donde la tradición h is­ tórica de los siglos m edios establecía la consagración de los soberanos de la gran S e rv ia , antes de la derrota de K o ro sk o , segu ida de la servidum bre por la Turquía, y que ha cesado en nuestros dias después de cin co siglos tic d o ­ minación. N i los ruegos del M etropolitano de Belgrado, ni las consideraciones expuestas más ó menos sinceram ente por el futuro regen te R istich , lograron cam biar la resolu ­ ción del P rin cip e, que nervioso desde sus prim eros años, fantástico y dado á cierta clase de aventuras en los ú lti­ mos tiem p os, aventuras q u e han traído su ruina financie­ ra , sólo (leseaba libertarse de las enojosas tarcas del g o ­ b iern o, com plicadísim as b o y en S ervia , y g o za r, probable­ m ente en la A m érica , y de seguro lejos de B elgrad o, del am or y de las riquezas que parece posee la divorciada e s­ posa de C h risticli, representante, com o hem os dich o, del rev M ilano en B erlin. Su M ajestad, q u e tenia escrito ya el m anifiesto á los pueblos y designada la regencia, com puesta de R is tic h , que ya un día gob ern ó la S e rv ia : de Protich, presidente del nuevo C onsejo de M inistros, y de Bclem arkow ies, m inistro de la G u erra y del Interior, procedió in ­ m ediatam ente al acto solem ne de la ab dicación, jurando fidelidad, de rodillas y en presencia del E xarca de la Ig le ­ sia b úlgara, á su hijo A lejandro 1 , niño de trece años y que asistía á ia cerem onia con em oción indescriptible. Los tres regen tes y los principales dignatarios dei E stado j u ­ raban fidelidad también al tierno Soberano. N o hace un año todavía , describía en las colum nas de L a I l u s t r a c i ó n la escena desgarradora de (pie era teatro un hotel d e W iesb ad en , á orillas riel R h in , cuando la po­ licía germ ánica invadía la m orada de la reina N atalia, y sin dar oidos d las súplicas, ni conm overse ante las lágrimas de la m adre, arrancaba de su lado al hijo ú n ico , niño de doce años, á quien c-1 recibim iento triunfal que su padre le pre­ paró en Belgrado no pudo hacerle olvid ar, com o no ha o l­ vidado d esp u és, los am orosos cuidados de q uien le dio el ser. D icese, y esto dism in u id a un tanto las grandes res­ ponsabilidades del que fué M ilano I , que viendo que la salud de su h ijo prim ogénito y ú n ico , sucesor de la c o ro ­ na, em peoraba diariam ente, y no atreviéndose á deshacer el divorcio regio consum ado, ó á d evolver el hijo á la m a­ dre, había influido esto tam bién en sti abdicación. Porque no querem os adm itir la versión , acogida por algún diario eu rop eo, de que una de las condiciones pactadas entre el R ey y el R eg en te, aparte la partición por mitad de la d o ­ tación regia entre padre é h ijo, sea la prohibición de que la rein a Natalia vuelva á S ervia , ni A lejandro 1 pueda ver á su madre dentro ni fuera de las fronteras del reino. C o n ­ dición inhum ana q u e , com o la corona de M ilano, barrería la voluntad de la n ación , donde va á predom inar induda­ blem ente la influencia de la R u sia, tan favorable á la Reina de Servia. E ste rey M ilan o, que con clu ye su reinado tan n oveles­ cam en te, ha tenido desde su infancia una vida de aventu ­ ras. Había nacido en 1854, en Jassy , m etrópoli de la M old avia, que, com o la S e rv ia , era entonces uno de esos principados autónom os sujetos á la autoridad soberana del S u ltá n : M ilosch , su padre, hijo del cam pesino Efrain O brenovich y hospedar de uno de los estados del Danubio, lo dejó huérfano y en el destierro, con su m ad re, Maria, de ilustre familia rum ana en la M oldavia. A un allí lo p ersigu ió, niño, el destino : pues en una de las revolucion es tan frecuentes en los Principados D anu­ bianos, cayendo del poder su p rotector el hospodar A le ­ jandro C eiza , m adre é h ijo tu vieron que h uir de la R u ­ mania. R efugiad o de nuevo en F ran cia, sabido es que se educó en los prim eros colegios de P aris, y q u e cuando menos lo esperaba, su tio el principe M igu el O b ren ovich , que había arrojado de Servia á su herm ano, 110 teniendo hijos, lo llamó á la sucesión del P rincipado, siem pre som etido á la alta soberanía del S u ltán , m onarca á quien los triunfos de la guerra de C rim ea habían renovado una som bra del p o ­ der de los antiguos em peradores otom anos en O l iente. Sabido es igualm ente que en 1868 el principe M iguel cayó en el parque de T op sch id e bajo el puñal de una banda conspiradora, dejando la co ro n a, no reg ia , sino de p rin cip e, pues la Servia no era reino tod avía, á Milano, proclam ado á la tiern a edad de catorce años por la Skupt chin a ó asam blea de representantes servios. E ra entonces un niño precioso, aunque sintiendo ya los prim eros sinto­ nías de una enferm edad nerviosa, que las desventuras de su fam ilia, coronadas por la m uerte de su amada m adre, habian introducido cual germ en fatal en la naturaleza del joven , im prim iéndole un carácter hasta cierto punto fantás­ tico. A él obedeció su casam ien to, casi adolescente to d a­ v ía , con N a ta lia , hija del coronel m oscovita IC esch k o .á quien había conocido niño en F lo ren cia , donde en los jardines de la preciosa villa D em idoff, los dos infantiles am antes parecían evocar la leyenda popular de P a b lo y V ir g in ia . D urante la m enor edad del P rin cip e, que en Servia c o n ­ clu ye á los diez y ocho añ os, y que por lo tanto duró casi un lustro, com o durará la de su único hijo A lejandro si 110 surgen tem idas com plicaciones en O rien te, desempeñaron la regen cia B lazn avac, G av rilo vich y este m ism o Ristich, verdadero dictador h oy de la Servia y que entonces sólo contaha trein ta y seis años. Juan R istich , nacido en 1832, y q u e por tanto está h oy en toda la m adurez necesaria al hom bre de esta d o , es indudablem ente el prim er politico de la S e rv ia , y educado en la célebre U niversidad germ á­ nica de H eidelberg y en la A cadem ia diplom ática de Paris, com pletó después sus conocim ientos y relaciones europeas con larga residencia en V ien a y B erlin . N o obstante lo c u a l, ha sido desde su ju ven tu d , com o el búlgaro Khazof, partidario ardiente de la alianza con R u sia, á la cual creen estos politicos de la peninsula de los Balkanes se debe la independencia de su patria y el puesto con que la Servia soñó un día en O rien te, esperando im itar los destinos del B K L I. A S C A B E /. A T) I R U J O O R I G I N A I.. A R T K S DE IJ E E S T U DIO. H K R M A N N C II W K R Z K )■ * P C 7 2 ri O £ V O y V O < S'. < I $ CQ tí f—i X ! w Q ! w' < •"» P tf HH- c: O W tí r.i U-. O O c- CO O H ■« H-H H O C/-' r-“ r~. O « P < •—* CJ X < V < O r* 102 LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA. N.° X la renuncia al trono b ú lgaro de W aldem aro de Dinamarca, y a d ifu n to , escribía de v e z en cuando algún articulo en hace difícil toda otra solución aceptada por E uropa. son de apasionada censura ó de elogio desm edido relativa­ P ero no puede ocultarse q u e el jo ven P rin cipe se ha mente á las poderosas Com pañías industriales, figuraba en creado grandes dificultades por su lucha recien te con el candidatura para concejal ó diputado p rovin cial, ó altos sacerdocio griego, q u e acusa á Fernando de C ob u rgo, com o cargos retrib u id o s, y recibía en su casa bastante gente, á la princesa C lem en tin a, no sólo de p ro teger el catolicis­ atraída por la amabilidad de la señora, la gracia y gen tileza mo en la Bulgaria, sino de preferir á los griegos, los g re g o ­ de la hija y la franqueza v cordialidad del hom bre político, rianos, y aun á los m usulm anes , en daño de la Iglesia búl­ que se daba aires de influ yen te cerca de los M in istros, y gara. A unque esta acusación nos parece exagerad isim a, es de am igo do todo el mundo visible. N ad ie sabia á ciencia indudable a u e en ella se ve la antigua guerra hecha p or el cierta en qué consistía el haber de D. P erfecto de A lb u r v arzobispo C lem en te, m etropolitano de Sofia, ayudado hoy G a llo , y m uchos sospechaban que precisam ente sus apelli­ del Sínodo b ú lg a ro , y secundando los planes del elem ento dos paterno y m aterno tenian singulares conexiones con el slavo-m oscovita en B ulgaria. origen de sus recursos. L o cierto es q u e en casa de don E stas cuestion es religiosas van intim am ente enlazadas P erfecto se notaban todas las señales de la h o lg u ra , por­ con la política en O rien te. que la hija era una de las señoritas más lindam ente atavia­ N o hace m uchos días estallaba en Stam bul una conspira­ das. y la m adre y ella frecuentaban los teatros y los pa­ ción religiosa de los Sofías ó estudiantes de T e o lo g ía , equi­ seos. y tenían dos criadas y criado, y el cuarto de la calle valentes á nuestros sem inaristas eclesiásticos, quienes con del Principe en que viv ía n no costaría menos de catorce mil reales. m otivo de la m uerte del jefe de los u lem as, y queriendo favorecer á uno de sus profesores, aspirante á la sucesión Pepe fué m uy bien r e c ib id o ; á la m am á le hizo m ucha del destinado á vela r por q u e el S u ltán , com o los turcos gracia por su carácter fra n c o , por su anim ada y agradable tod os, cum plan con los preceptos del C o rán , acusaban á co n v ersa ció n , y al papá le pareció un m ozo q u e iria lejos, A bdul llu m id de p roteger excesivam ente á los cristianos porque tenia desparpajo y buen a ire , y hablaba de todo de su Im perio. R ecien tem en te, tam bién el G ith o U c o s ó P o n ­ con sin igual desem barazo, y se m ostraba conform e con las tífice de los arm enios g reg o rian o s, q u e , com o los profetas ideas políticas de D. P erfecto, q u e era un gran liberal, pero a n tig u o s, viv e en cierto m isterio, habitando un m onaste­ de orden, eso si, de m ucho orden..... rio antiquísim o en las cum bres de A s ia , donde dice la le­ A l cabo de seis m eses, P ep e, que disfrutaba un modesto yenda arm enia que se posó el arca de N o é salvado del destino en H acienda y acababa de lograr un ascenso,quiso dilu vio, á pretexto de contestar una bellísim a encíclica de ascender tam bién de novio á m arido, y pidió con la m ayor L eón X I 11 expresando su noble deseo do ver cesar el di­ form alidad la m ano de In o cen cia , que le fué otorgada. vorcio y el cism a entre las Iglesias de O rien te y de O cci­ Y entonces supo que la novia no tenia d o te , pero estaba d en te, un día u n id a s, excita en una alocución apasionada dem asiado enam orado para que le contrariase una peque­ todos los exclu sivism os de secta y el fanatism o de sus c o ­ nez sem ejante. rreligion arios en A rm enia com o en Stam bul. P o r último, — U sted— le dijo 1). P erfecto— es jo ven , in teligen te v no es un secreto para nadie que las próxim as bodas del lis to , y tiene un gran porvenir. H ay que saber v iv ir en él heredero del trono de G re c ia , C onstantino, con la h er­ m undo, no ser en cogido y pusilánim e, m irar siem pre alto mana del E m perador de A lem an ia, Sofia, nom bres ambos y hablar gordo, no achicarse jam ás, y no m am arse el dedo. que resucitan los más grandes recuerdos del Imperio b i­ Y o seré diputado otra vez un día ú otro, y si 110 se hubiera zantino, y las del gran duque Pablo, herm ano del Czar, m uerto aquel grande hom bre que me trajo al C on greso en con la princesa helena A lejan d ra, han aum entado las e s­ tina elección p a rcial, dos sem anas antes de cerrarse las peranzas con la am bición del nuevo reino, q u e aspira tam ­ C o rte s , crea usted q u e á estas horas ya me habría calzado bién á la sucesión de los turcos en Europa. con una cartera. P ero no ten ga usted cu id ad o, que todo U nase á esto que, de algunos dias á esta p a rte, el em ba­ se andará. jador m oscovita cerca de la Sublim e P u erta , el inteligente E so s i, I). P erfecto en aquella circunstancia tu vo sin N elidoff, aprem ia sin cesar para que ei exh au sto tesoro o to ­ duda la protección decidida de sus dos apellid os, porque mano satisfaga los vencidos plazos de la cuantiosa indem ­ puso una casa m u v m ona á los n o v io s, con m uebles ele­ nización de g u e rra , estipulada en el tratado de San Steg an tes, y vistió á Inocencia con la m ayor esplendidez. D e fano. E n su últim a nota dejó adivinar q u e de no cum plirse suerte que cuantos tu vim os la fortuna de asistir á la boda, estas ob ligacion es, el C za r, su soberano, se vería obligado quedam os persuadidos de que era el padre hom bre de re­ a ex ig ir otras com pensaciones en A sia ó en la T u rq u ía de cursos sobrados y de bastante buen gusto. N o he visto E uropa. E s un sintonía más que se une á la crisis que se nido nupcial más bello q u e el en tresu elo en la calle del abre en Servia y q u e 110 está cerrada en Bulgaria. Prado en que se instalaron P e p e y su m ujer, después de ¿Será esta eterna cuestión de O rien te la que de nuevo un gran banquete con que D. P erfecto celebró en su casa perturbe á E u rop a, cuando la E xp osición U n iv e rs a l, que el fausto acontecim iento. se a p ro xim a, aleja al parecer tod o conflicto en tre Francia Por cierto que formaban una gentil pareja Inocencia y y A lem an ia, y hasta la misma agitación b oulangerista, sin P e p e , y daba gusto verlos en el teatro los prim eros dias, desaparecer cierta m en te, marca un aplazam iento a n te la cuchicheando com o dos tievnisim os enam orados, y luego energía desplegada por los m inistros del presidente C a r­ en Y ien a tom ando el chocolate con bizcoch itos, y dándose n e t, disolviendo la L ig a de los patriotas, la que turbe de sopitas de la manera más encantadora q u e pueden ustedes n u evo la paz del inundo? im aginar. ¡ Y qué elegante y bizarra y distinguida siem pre Esperem os que la influencia preponderante de la A lem a­ la señora! C om prendíase q u e P e p e estuviera orgulloso de nia im pida un conflicto entre el A u stria y la R u s ia , y lo­ p resen taren público tan soberana herm osura. gre reunir esta prim avera en B erlin á los soberanos de los Fil verano lo pasaron en San Sebastián, y en el invierno dos grandes Im p erios cu y a influencia no puede ni debe sigu ien te m e los encontré en el Real. D ijom e P ep e que ser exclu siva en O rien te. habían tom ado ab ono, porque Inocencia no podia pasar C o n d e de Ugello. sin óp era, y le felicité, suponiendo q u e se hallaba bien de dinero; pero no quiso dejarm e en este error, y me confesó Ilonin, 2 ile M m zo iSX". q u e estaba más apurado que nu n ca, y q u e para el abono hablase visto precisado á tom ar dinero de uno que lo daba.....al cin co por ciento al mes. A este y otros sacrifi­ T I P O S M A D R IL E Ñ O S. cios le obligaba c la m o r que profesaba á su m u jer, q u e era la más bonita de M adrid , á q uien no se atrevía á co n tra ­ t 'N A DE ESAS. riar negándole la satisfacción de sus caprichos.— « P u es, h ijo , le d ije , ten cuidado, porque vendrá á ser un proble­ ma insoluble el de satisfacer todos los caprichos q u e pueda ^ IRa qué herm osísim a m ujer vien e hacia nosten er tu m ujer, si no cuentas con todo el dinero que cues­ i W f f i m otros. ten.» Y P epe no pudo con ten er un suspiro con q u e ciara— M u y h erm osa, en efecto .....P e ro vá­ m ente me declaraba cuánto le preocupaba y a la solución m onos á la otra acera , q u e no la q uiero sadel pavoroso problem a de q u e y o le había hablado. Quiso . L d a r. o o o aquella noche q u e les acom pañara á cen ar después de la > ■ ***>'* — ¿ L a conoces ? función, porque Inocencia, m uy desganada, m e d ijo , en su Difícil nos parece predecir qué consecuencias va á tener — Si. P or eso , porque la conozco. casa, únicam ente á las altas horas de la noche sentía a p eti­ una abdicación á la cual segu irá , hágase lo que se quiera, — ¿ T e ha ofendido acaso?..... to. Desde el teatro R eal fuim os a Fornos; allí, en gab in ete la vu elta á B elgrad o en tiem po no lejano de la reina N ata­ Jg - N o,' pero me es m uy antipática. p a rticu la r, Inocencia pidió cosas tan caras com o indiges­ lia, conocida por sus sim patías m oscovitas, y que hoy, d es­ V — ¡C a ra m b a ! pues serás el único á quien no le tas á tales h oras, y ella y su m arido saborearon con deleite pués de haber sido obsequiadisim a por el C zar y la C za ­ r g u ste m ujer de tan bizarro aspecto. ¿Q u ién es?. las ricas ostras de A rca ch ó n , el sabroso jam ón cru d o , los rin a , espera los acontecim ientos en el lindo palacio de ¿ C óm o se llam a ?.....Supon go que será casada ó viuda. frescos langostinos, el Hsenil gíacé, el Santerne y no sé L iv a d ia , puesto á su disposición por los E m peradores en — Se llam a In o cen cia, v e s casada. cuántas cosas m ás de co m er, beber v a rd er: to ta lí vein ti­ C rim ea. Su conducta hasta ahora correctísim a, negándose — ¿ Y su m arido ? cin co pesetas con la propina: por donde calculé que si sólo á entrar en conspiraciones contra el R e y su esposo, y pi­ — Su m arido está ausente por catorce años. en cenar se gastaba P epe vein ticin co pesetas, la vida le diendo tan sólo v e r de vez en cuando á su hijo y alcanzar — ¡O u é ausencia tan favorable para un conquistador debía salir por una friolera. del E xa rca servio, q u e com o patriarca de la Iglesia griega afortunado! ¿ H as pretendido g a la n te a rá esa m ujer?..... anule un divo rcio injustam ente pronunciado por prelados — ¿ Y o ? D ios me libre de tan mal pensam iento. M uchas veces encontré á P ep e solo ó con su m ujer, y que cedieron á la vio len cia, no h a hecho m ás que acrecen­ — P ues ¿qué esp ecie de m onstruo es esa m ujer tan siem pre los hallé tan bien aderezados com o de costum bre, tar su popularidad. hermosa ?..... y otra n och e, en el teatro, vi en las dim inutas orejas y en H em os aludido antes á la en trevista q u e el jefe del par­ — ¿ Q u ieres saberlo ?..... la m uñeca y en el pecho de Inocencia deslum bradores"bri­ tid o ruso en B ulgaria había tenid o recien tem en te con el — Y a lo creo. M e has puesto en gran curiosidad. llantes q u e , aunque so y poco perito en cosas de jo yería, em perador A lejandro, y en la cual el C za r habría declarado — P u es o ye. P ep e— P ep e es su m arido— la conoció en me pareció que debían valer un dineral. A la salida vi que no abandona la causa de la B u lga ria, la cual debe á un baile de máscaras en el teatro R ea l, un baile de bene­ cóm o P ep e é Inocencia m ontaban en una elegan te berlina. R u sia su independencia. Su principe Fernando de C oburficencia, al que concurrió la flor v nata de la sociedad P epe me d ijo : — « H em os tom ado un m edio abono.» Con g o , secundado con gran talento y energía por su m adre la m adrileña. P ep e se prendó de su elegan te y distinguido lo que no pude m enos de sospechar q u e la fortuna había princesa C lem entina, no perdona esfuerzo para luchar con ­ p orte, de su agudo in g en io , de aquellos ojos cu ya mirada concedido sus favores á mi a m ig o , y m e h olgu é de ello, tra esta e n e m ig a , captándose, hasta donde le es posible, el relam pagueaba bajo la finísima ca re ta , y á e lla , sin duda, para sostener un lujo tan desacorde con sus m edios con o­ am or de los búlgaros, m ejorando su ejército y consagrando la enam oró P e p e , q u e era un jo ven sim pático y buen cidos. P e ro , por otra p arte, ad vertí con pena que Pepe e s­ hasta la fortuna particular de su m adre á la conclusión fe­ m ozo, y m uy perito en el arte de agradar á las m ujeres. taba m uy desm ejorado. Su rostro palidecía, sus ojos pare­ liz de esa gran linea internacional que enlaza y a Lisboa Del baile salió com pletam ente loco : ella le había indicado cían fatigados por el insom nio, y en su sonrisa, antes franca con Constantinopla. los nom bres de varias personas q u e podrían presentarle á y exp an siva, habia así com o ironía ó am argura, y en su R ecientem ente, las cuarenta y una ciudades y villas más sus p adres, v ocho dias después Pepe hacia su prim era manera misma de expresarse chocábam e una volubilidad im portantes de la Bulgaria y de la R um elia O riental han visita á aquellos señores. P arecíale á P epe y á todo el sin g u lar, asi com o si su pensam iento no estuviera acorde festejado el vigésim o octavo cum pleaños de su Principe m undo que los padres de Inocencia se hallaban en ex c e ­ con sus palabras. Y en la bella Inocencia advertí asim ism o soberano. Y la locura amorosa consum ada por el único lente posición. E l padre, hom bre político de tercera ó una estudiada gravedad con q u e, sin du da, pretendía dar principe que podia disputarle el am or de los búlgaros, cuarta fila, bullía m ucho, frecuentaba el C on greso, por ha­ a entender la m ayor im portancia que le daba su cam bio A lejan dro de B atten b erg, sup rim e un rival tem ible : com o b er sido diputado años atrás por influencia de un personaje de fortuna. P iam o n te on Italia. Porque este sentim iento de la g ra n ­ deza de su país., es el rasgo distintivo de ¡a vida toda de R istich . E l principe M ig u e l, an teceso r, com o liem os d ic h o .d e M ilano, después de la guerra de 1865, precursora de la que dos lustros después debía ten e r lu g a r, con igual éxito in­ fe liz , durante el Principado de su sobrino, y cuando Osm án B ajá había cañoneado á B elgrado y vencido a los servios; R istich fue en viad o a Stam bul para co n se g u ir, no sólo la paz con la T u rqu ía, sino el abandono por los turcos de la fortaleza que dom ina la capital de S e rv ia , convertida hoy en konak-palacio del R e y . El encargado de m isión tan p elig ro sa, encerrado en las famosas siete torres que toda­ vía se alzan en la derruida m uralla que rodea a S ta m b u l, y donde durante siglos han vegetado hasta su m uerte tantos principes v aun em bajadores, debió á s u talento insi­ nuante, que agradó m ucho al sultán A b d til-A zzis, no sólo escapar con vid a , sino obtener del ven cedor concesiones favorables á los servios. Fue este el o rigen de su gran po­ pularidad, y de que, cuatro veces presidente del C onsejo y m inistro de N e g o cio s E xtranjeros, haya sido va dos regente de Servia. V o lvien d o al jo ve n principe M ilano, (¡tic en t « - ’ . mav o r de edad, subía al tro n o , v e n 1875 realizaba su n o­ vela infantil casándose con N atalia, no fue feliz, ni en su prim er cam paña con T u rq u ía , ni con la proclam ación de rey de S ervia , titu lo que ni R u sia ni el Im perio otom ano quisieron reconocer. Para fortuna suya, la guerra en tre la T u rq u ía y la R u sia , estallando en 1877 , h izo que el apoyo dado por servios y rum anos al ejército m oscovita, co n tri­ b uyend o poderosam ente á la tom a de P lew n a , le afirmase la protección del C za r, quien en el tratado de San Stefan o, y más tarde en el congreso de B erlín , lo g ró , no sólo q u e la S ervia se declarase independiente de la dom inación otom ana, sino que su joven Soberano fuese reconocido com o rey por la Europa. L o cual no im pidió que cu países tan agitados com o los E stad os balkánicos, conspiraciones y atentados viniesen, com o en el an tiguo P rin cipado, á interrum pir el renaci­ m iento del n u evo R ein o , q u e extendiendo sus aspiracio­ nes á la M acedonia y á la B u lgaria, reivindicaba, com o lie­ m os d ich o , la grandeza de la an tigu a S e rvia en la Edad M edia. D e estos atentados fué el principal el de Isaicor, donde el caudillo de la co n sp iració n , M a rk o vics, ven cid o, pagó su delito en el cad also , no sin que su esp osa, meses des­ p u é s , quisiese v e n g a r su m uerte hiriendo con el puñal á M ilano en la misma catedral de B elgrado. Las aspiracio­ nes del joven S oberan o, a las cuales no era tal vez extraña la misma reina N atalia, trajeron la guerra con la B ulgaria, que a pesar de verse sorprendida por los num erosos ejér­ cito s servio s, no sólo se defendió h eroicam en te, sino que en la batalla de P irot estu vo á punto de acabar con la in ­ dependencia de la S ervia , salvada únicam ente por la in­ tervención poderosa del A ustria. L o que m ás agravó la situación de M ilano y fué tam bién m o tiv o , aparte sus aventuras am orosas, de las discordias con la reina Natalia, fué que m ientras ésta dio gran prueba de patriotism o en los m om entos suprem os para la nación, desafiando los pe­ ligros y socorriendo á los heridos en los h ospitales, un R e y joven y am bicioso, en v e z de p e le a r, com o su rival A lejandro de B atte rib e rg , esquivó en lo posible las b ata­ lla s, com o y a lo habla hecho en la gu erra de 1875 con T u rqu ía. Pero lo que acabó con toda la popularidad de un P rín cip e adam adísim o al subir al trono, fué su fatal d iv o r­ cio con la reina N a ta lia , querida de sus pueblos, y calda victim a, no sólo de los am ores del R e y . sino de sus sim pa­ tías á Rusia. E s preciso co n fe sa r. sin e m b a rg o , que aparte la gratitu d debida al A u stria, q u e habia salvado á la Ser­ v ia , después de P ir o t, com o R u sia la salvó en 1876, el gran progreso del jo v e n E stad o , que por sus ferrocarriles y la navegación del D anubio ha ven ido á ser el cen tro y lazo de unión en tre O ccid ente y O rie n te , se debe á los c a ­ pitales de V ie n a y B u d a-P esth .si bien el go b iern o del joven y desventurado Principe ha intentado trasform ar dem a­ siado rápidam ente un pueblo tan m odesto, y aun hoy en gran manera m usulm án, com o el de B elg rad o , en una na­ ción que de un salto ha querido rivalizar con la H u n gría y la Rum enia. N.° X LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA. mosura, ponía el pie en la fatal pendiente que termina en Pasó bastante tiem po sin que vo lviera :i hablar con P ep e este abismo de vergüenza y de dolor?....» ni con Inocen cia. L o s solia v e r en berlina ó en victoria en los paseos, y en palco en los estrenos de los tea tro s, v a l­ — V erdaderam ente que es una triste historia la de tu gunas veces leia en ¡ .a C o r re s p o n d e n c ia que habían asistido a m ig o : p ero , eso s i, su m ujer es una hem bra de prim er á tal ó cual fiesta, ó q u e el in teligen te funcionario D . José orden. B obin , que este apellido tenia P e p e , habla hecho esto ó — Pues, hijo, sentiría que te enamorases de ella. lo o tr o , con aplauso de sus jefes, y todo en beneficio de la adm inistración pública, en que. al parecer, era sum am ente — No tengas cuidado: además de que mis severos princi­ pios de moral me vedan codiciar la mujer del prójimo, una entendido el esposo de Inocencia. que ha hecho parar en presidio á su marido hay que verla Un dia encontré al suegro y le pregu nté por Pepe. y, si es tan bella y airosa como Inocencia, admirarla á — E se — me d ijo — esta com o q uiere. Y a dije y o cuando honesta distancia. le conocí q u e era un m ozo listo. Y o se lim ita sólo al em ­ pleo com o uno ile tantos cm pleadillos vulgares que con el C arlos F r o n tavr a . sueldo pelado tienen fiambre para hoy y necesidad para mañana. E l, yo no sé cóm o se las com pone, pero q u e gana dinero es e v id e n te , porque para v iv ir com o él v iv e no se P O ST T E N E B R A S .... gasta m enos de cuatro ó cin co mil duros al a ñ o , y me quedo corto. — Se dedica á los negocios con fortu na, por lo visto. Ju n to á la o jiv a , en el vetu sto m uro — Y o no sé fijam ente á qué se d ed ica , porqu e él es m uy P o r el ram aje espeso defendido, E l pájaro gentil cuelga su nido, reservad o : pero en verdad d ig o ¿ usted q u e le reconozco una habilidad p rodigiosa, porque, mire u sted , a sacar d i­ B uscando a su quietud p uerto seguro. nero aunque sea de las piedras crei q u e no habría quien Del fresco m anantial el caudal puro me gan ara, y él me gana. Mi hija Inocencia no pudo dar L am e el tronco del árbol carcom ido: con m ejor m arido que Pepe. E lla , tan aficionada al lujo v Y las llores de pétalo encendido tan e x igen te en esta m ateria, lo habría pasado m uy mal O rlan trepando el torreón obscuro. con m arido menos e x p erto en el arte de hacer dinero. Asi T o d o por le y constante se r e n u e v a : está ella de contenta y satisfecha. Y o si que no e sto y c o n ­ L a flor q u e su m atiz lució á la aurora, A la tarde verá su cáliz seco: tento. Donde un astro se oculta otro se eleva. — ¿P u es q u é le pasa á u ste d ?— pregu nté á D. Perfecto. ¡ F e liz q uien al llegar su últim a hora — Q u e el G o b iern o m e entretiene sin darm e el distrito L o g ra dejar de su m em oria un eco ! para ser diputado. Y a se ha hecho elección parcial en tres, v siem pre me dicen q u e en el prim er distrito que resulteA n to n io Z o z a y a . vacante. ¡ A un hom bre com o y o ! A l fin tendré que en se­ ñar las uñas al G obierno. Y las ten ia m uy sucias D. Perfecto. — A q u í— continuó— hay que hacerse tem er, y si no, está LA ESCUELA OFICIAL DE GIMNÁSTICA DE MADRID. usted perdido. — U ste d , q u e no y o , am igo D. P erfecto — le dije— por­ que no te n g o tan altas aspiraciones com o usted. , A E scu ela C en tral de profesoras y profesores Y nos despedim os. de í íinm ástiea, prem iada con m edalla de oro T re s años duró la buena fortuna de P e p e , y en este e " 'a Exposición U niversal de B arcelon a, v tie m p o , á pesar de las m ayores venturas que aparente­ '• cu -v a organiz:ición interior representa el gram ente disfrutaba, perdió su agradable carácter, nublóse su bailo de la pág. 165, es uno de los estabíecifre n te , se entenebreció su m irada, palidecieron sus labios, t m i e m o s oficiales de enseñanza de reciente y v a n o era el hom bre sim p ático, alegre y regocijado á creación que por m odo más elocu en te dem uesquien tanto querían sus am igos, sino un joven aviejado, tra el progreso iniciado en nuestra instrucción tacitu rno y som brío, ensim ism ado y receloso. Y formaban pública y en los sistem as educativos de nuestra juun contraste singular él y su m u jer, que cada dia se pre­ V Í ven tad . sentaba más risueña y más fastuosa y más preciada de su El mismo desequilibrio, la m ism a falta de ponde­ herm osura y de su lujo. ración entre lo esp ecu lativo y lo práctico q u e lia cam peado Pero todo aquel bello edificio de ficticia felicidad vino á y aun cam pea en las enseñanzas de nuestras universidades tierra en m enos que tardo en contarlo. I .a C m c s p i n d a i c i a é institutos ( y á los q u e se debe el escaso va ler ó pocas publicó una noche un suelto en que anunciaba haberse garantías de suficiencia q u e á nuestros títu los académ icos descubierto una i r r e g u la r id a d en la A dm in istración pú­ se concede en la práctica d ia ria ), ad viértese tam bién en blica, v que para ocultarla se habían suplantado cifras, tal cuanto á la falta de arm onía q u e ex iste en tre el c u ltiv o de sificado firm as, sustitu id o n om bres; en fin , se habían las facultades intelectuales v el de las fuerzas físicas de com etido graves d elito s, todo con una habilidad extrao rd i­ esta ju ven tu d española. naria : pero no había sido tan com pleta la habilidad que no A trasada bajo este aspecto cual en ningún otro de la quedase al descubierto la torpeza del delincuente; que por educación g e n e r a l, España ha perm anecido por largo tiem ­ le y p ro vid e n cia l, quien com ete una mala acción con todas po indiferente á la reacción operada en las dem ás naciones las precauciones y todas las astucias más refinadas, siem ­ europeas cu cuanto al v a lo r á con ceder y á ia necesidad de pre ha de olvidar un detalle por donde se descubre lo que aplicar y difundir el cu ltivo de las fuerzas corporales como hizo. Publicaba el periódico adem ás las iniciales de los que co rrectivo al exceso perniciosísim o de labor intelectual á hablan perpetrado el d e lito , y las de uno de ellos co rres­ que vien e condenado el individuo de las m odernas socie­ pondían al nom bre y apellido de mi pobre P ep e, de quien dades, v sobre todo de los grandes centros de población: decía que había desaparecido. pero, por una lev tan natural com o com pensadora, al atraso — P ero l fué habido? y abandono en tal punto lia correspondido el inapreciable — S í, P epe fué preso cuando iba á em barcarse para bien de poder adoptar todo lo m ás acabado y perfecto que A m érica. Interpusiéronse en su favor grandes inlluencias, en lo relativo á educación física se halla hoy im plantado pero no hubo manera de evita r la condena. P ep e, hom bre en los países más cultos y á dem ostrar y dar á conocer tal de buenos sen tim ien tos, de nobles y elevadas id eas, hijo verdad propende en prim er térm ino el trabajo descriptivo de honradísim os padres, á quien todos creíam os incapaz que en este m om ento nos ocupa. de com eter una acción fea, y lo era , en e fe c to , antes de Y o existiría aú n , probablem ente, la E scu ela C en tral de casarse con Inocencia, cayó tan bajo y se perdió para siem ­ G im nástica si la iniciativa in teligen te y vigorosa del actual pre por no haber tenido energía bastante para obligar á su m inistro de U ltram ar, Sr. B e ce rra , no hubiera traducido m ujer á la vida de la m odestia y de la honradez, por haber tan beneficioso pensam iento en una proposición presentada cedido á sus caprichos y á sus ex ig en cia s, m ostrando una y defendida en el C ongreso, y apoyada con tod o entusias­ debilidad indigna de un hom bre bien nacido. Y e lla , luego mo v eficacia por los entonces diputados señores C an ale­ que vio á su desventurado m arido bajo el peso de la fea y ja s, C arvajal. De G abriel y A p od aca, B aselga y otros v a ­ grave culpa (él m ism o me lo dijo con lágrim as en los ojos) rio s, que suscribieron de una parte tal p rop osición , y que no tu vo para él una frase de piedad , no se confesó culpable em itieron de otra el favorable dictam en q u e después fué tanto ó acaso más q u e él: pero si tu vo la crueldad de q u e­ elevado á lev por el voto unánim e de la C ám ara v por el jarse de su propia d esgracia, no de la trem enda que afligía apoyo decidido q u e desde luego prestara al p royecto el al preso. M ientras duró aquella locura de escandaloso des­ m inistro de F om en to Sr. A lbarcila v su sucesor Sr. G am apilfarro, m ientras recibió de su m arido regalos costosísim os zo, á quien cupo la g lo ria de autorizar con su firma ley tan y gozó el producto del abom inable d e lito , no le preguntó fecunda en beneficios. por qué m edios obtenía sem ejantes p ro vech o s, y de tal E m pero faltaba aún darla cum plim iento y realización , y suerte la cegaba la soberbia y la vanidad, q u e le impidió por esa lam entable propensión de nuestro carácter y esp e­ ver en el rostro de su com pañero la pesadum bre inm ensa cial m anera de ser de nuestra adm inistración p úb lica, la que le abrum aba, y si la vió, no trató de averigu ar el mis­ ejecución de la le y quedó durante tres años aplazada, y tal terioso origen de mudanza tan notable. vez lo estaría a ú n , y por largo tiem po, á no haber en co n ­ Y o despedí á P epe cuando con otros crim inales, cu sto ­ trado en su ap oyo el espirita am pliam ente innovador y progresivo de los m inistros de Fom ento señores M ontero diado por la G uardia c iv il, salió de la cárcel para el Penal R íos y Y a v a rro R odrigo, y la actividad incansable y fe­ á que lu é destinado. Sólo D . P e rfecto , el padre que tan cunda con que im prim ió huella tan lum inosa de su paso m alam ente educó á su h ija, y y o fuim os á estrech ar la por la D irección de la Instrucción pública española el hoy m ano del infeliz rem atado. A penas alboreaba el día. Pepe, senador y catedrático insigne de M edicina Dr. D. Julián su cio , dem acrado, inclinada la herm osa cabeza sobre el pecho, ahogándole la vergüen za y el llanto, estrechó nues­ Calleja. D estinada la E scu ela asi creada á form ar profesores y tras m anos, y nos dijo: — «D ecid á Inocencia que me per­ done com o y o la perdono; que piense que todo lo he he­ profesoras de gim nástica para los institutos y escuelas su ­ cho por ella sola, y por ella lo he perdido todo, todo lo que periores y elem en tales, liase dispuesto cuidadosam ente más am a el hombre, la honra y la libertad. Y y a q u e no me por la ley y los reglam entos y program as en q u e después ama, que me compadezca.» se ha desarrollado, un racional v m uy com p leto plan de — • ¡ Pobre h o m b re ! enseñanza, en q u e resulta perfectam ente arm onizado y — H ace un año le vi en el Penal. AU[ se utilizan sus ser­ ponderado todo lo teórico y todo lo práctico q u e á una vicios en la o ficina, v se le estim a por su humildad v su educación de tal Índole y de tales fines corresponde. resignación. « ¿ Y ella ?— me p regu n tó.— O lvídala — le con ­ L a A natom ía y la F isiología, en cuanta extensión es ne­ testé.— X o p uedo, porque no puedo olvidar mi culpa. ¡A y ! cesaria para conocer el m odo de ser y funcionar de este am igo m ío , -qu ién había de p e n sa rla noche del baile en nuestro organism o, y en lo que tal estudio tien e de aplica­ el teatro R e a l, q u e , en m edio de fiesta tan b rillan te y ción á la m ecánica viv ien te y hum ana; los preceptos hi­ seductora, loco de am or por aquella m ujer de soberana her­ gién icos que ha de tener en cuenta y ha de observar quien 1G3 pretenda influir beneficiosamente sobre el cuerpo humano, mediante los agentes modificadores que sobre él actúan; ios ejercicios libres y ordenados, colectivos é individuales, que constituyen la gimnasia denominada de sala, y los que se practican con diversas máquinas y aparatos, y son para el vulgo la única y verdadera gimnasia: la esgrima del sa­ ble, espada, fusil y palo, la esgrima en general, que des­ arrolla la agilidad á la par que la fuerza, que aguza la vista y los demás sentidos, v que presta al hombre esa pruden­ cia y esa reflexión que nacen del propio valor y del con­ vencimiento de los medios conque pueden repelerse, en un momento dado, las injustas v ajenas agresiones; la Pe­ dagogía gimnástica, en fin, que tiene como alta misión el conocer v enseñar bien la educación física racional que debe darse al organismo delicado v dúctil del niño, para qnc mañana resulte el hombre vigoroso, longevo y exento de enfermedades: todas estas tan importantes materias, clasificadas en sus asignaturas correspondientes, desarro­ lladas en programas muy completos y adecuados y distri­ buidas en los dos cursos que constituyen esta nueva carre­ ra, son el objeto de estudio tan acabado y bien dispuesto de que antes hicimos mérito. U nidas á tales enseñanzas, q u e son, sin du da, las funda­ m entales de las que reciben estos futuros profesores de educación física, cuidóse tam bién m uy m ucho la lev de es­ tablecer otras varias q u e no porque aparezcan á prim era vista com o de m enos frecuente aplicación y utilidad dejan de ser en el fondo de necesidad grandísim a, bien para co­ rregir defectos corporales m uy gen eralizad os, bien para dotar al individuo de gran perfectibilidad corpórea, bien para procurarle m ayores m edios de adaptación y de de­ fensa con tra esas mil distintas circunstancias propias de la accidentada vida hum ana, ó b ie n .c n fin, para prepararle sin esfuerzo ni apresuram ientos al cum plim iento de aqu e­ llos deberes sociales q u e , com o el del servicio universal de las arm as, hoy se im pone por la razón v mañana se im pon­ drá por la fuerza de las circunstancias. L a equitación v la n a ta c ió n : los ejercicios de la vista y el oido para m edir al turas y distancias y apreciar la form a, la coloración y es­ tado de los cuerpos, y la d irecció n , ritm o y tonalidad de los s o n id o s : y los ejercicios m ilitares, en fin, que á la par que robustecen al niño preparan gradualm ente el soldado para el m añana, de m odo que se haga innecesaria esa larga perm anencia en las lilas q u e priva á la A gricu ltu ra v á la Industria de sus brazos más jó ven es y fuertes : todas estas enseñanzas, rep etim os, son el m odelo más acabado q u é presentar podem os de las consideradas com o secunda­ rias en el reglam ento de la E sc u e la , y q u e, sin em bargo, tan im portante papel lian de desem peñar en esta nueva y docente Institución. Y o todo el plan do enseñanza que los legisladores con ­ cibieran y la lev consignara base llevado aún á la práctica, por cuanto el m uy e x ig u o presupuesto que los apuros de nuestra H acienda im ponen á este com o á los dem ás centros de instrucción, no perm ite en m odo alguno procurarle los locales am p lios, m ú ltip les, bañados de espléndida luz y de condiciones tan especiales y variadas com o demandan im ­ periosam ente las prácticas gim násticas: las enseñanzas de la esgrim a, la equitación y la n atación : los ejercicios de tiro al blanco (que es de desear adquieran pronto en E s ­ paña la im portancia q u e tienen en el tiro nacional de Sui za , F ran cia, A lem ania y otras m uchas naciones); los va­ riadísim os juegos corp orales, q u e deben entrar por parte tan principal én la educación física de la n iñ ez, v todos aquellos otros ejercicios activos, com o el salto, la carrera, el b a ile, el velocíp ed o y los patines de ruedas q u e , en cuanto son h igiene y forman parte de la gim nasia, figurar deben necesariam ente en una E scu ela norma) de su género. Y de lam entar es tanto más en este caso la falta de loca­ le s, por cuanto concediendo la le y á este centro de en se­ ñanza una escuela agregada de niños y otra de niñas para la práctica de pedagogía gim nástica, fácil sería, á la p a rq u e se cum plía este fin d o cen te, extend er los beneficios de la g im n a sia, com o h igiene y com o m edio cu ra tivo , á tantos niños y ninas lin fá tico s, escrofulosos, raq u ítico s, que au­ mentan su m iseria fisiológica v se predisponen más v m ás á enferm ar con su prolongada perm anencia en el local insa­ lubre de m uchas escu elas, y con un régim en de estudios excesivo á las veces y m uy mal distribuido casisiem p re. Pero no obstante tales dificultades de Índole adm inis­ trativa y las q u e son inherentes á todo nu evo organism o, la E scu ela C entral de G im nástica viv e y a una vid a regular y de crecientes prosperidades, bajo la*acertada dirección de su actual delegado regio d irecto r, el em inente catedratic o de M edicina I). A lejandro San M artin ; y de esperar es q u e , con el ap oyo del G o b iern o , de la opinión v de to ­ dos los amantes de la educación p ú b lica, v con los lauda­ bles esfuerzos de su profesorado, pueda alcanzar m uy pron­ to los altos fines en q u e está inspirada su le y de creación. Y q u e esta Escuela v iv e ya una vida regu lar y próspera lo dem uestra con sobrada elocu en cia el hecho dé q u e, ape­ nas en el segundo año de su existen cia, hanse presentado ya para sufrir los exám enes q u e la v ig en te legislación pre­ ceptúa para la validez académ ica de los estudios privados, cien to trece alum nos v ocho alum nas, figurando entre aquéllos vein tioch o doctores y licenciados en m edicina v c ir u g ía , y alcanzando tan sólo el deseado titu lo de profesor de gim nástica treinta de los prim eros y cuatro de las se­ gundas. Y en cuanto á la m atricula oficial, ofrece tam bién com o dato de interés el estar constituida en la actualidad por diez y siete alum nos y cuatro alum nas en el prim er a ñ o , y vein tioch o y siete respectivam ente en el segundo, constituyendo en conjun to un agradable cuadro de jóven es vigorosos, bien com portados, instruidos y entusiastas por su nueva carrera, oficiales del ejército algunos, poseedores de titulos de m éd ico, bachilleres en artes y maestros n or­ m ales o tro s, y de in stitutrices y m aestras superiores m u­ chas de las a lu m n a s; todo lo que perm ite abrigar las más fundadas y lisonjeras esperanzas de los frutos que han de reportar estos futuros profesores, llevando m uy en breve los beneficios de la educación física d los institutos y á to ­ das las escuelas. 164 N.° X LA ILUSTRACION ESPAÑOLA Y AMERICANA. p r S. A. Y R. E L A R C H I D U Q U E H E R M A N O DK S . M. El CARLOS S A. I. Y R. E L A R C H I D U Q U E F R A N C I S C O F E R N A N D O , LUIS, HI JO PR IM O G E N IT O D EL A R C H ID U Q U E C A R LO S L U IS. EM PER A D O R DE AUSTRIA. PRESUNTOS HEREDEROS DE I. A COROXA DE A U STRIA. ) f RECUERDOS DE VIAJE A (.De .M ÉJICO. — u n fo to g ra fía de la p u e n t e casa a n t ig u o P e lla n d in i.) en el estado de v ek a c r u z . * N.° X 105 LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA. D IV E R S O S K J K K C IC IO S P R Á C T IC O S PE LO S ALUM NO S V ALUM NAS DE P R IM E R CURSO ! CLASE ( D ib u jo de A lfr e d o P erea ) D íi G IM N A S IA S IN APARATOS V CLASE DE E S G R IM A . 166 N.° X LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA. Muchas son las reformas y mejoras que esla Escuela introduce á diario en sus medios de enseñanza yen su ré­ gimen interior, no obstante las deficiencias y malas con­ diciones de sus locales, pudiendo citarse como la más recíente é importante de las realizadas la instalación de una sala de reconocimientos y medidas de las aptitudes físicas, en la que, con dinamómetros muy perfectos y de varias clases, básculas automáticas, espirómetros de diferentes sistemas, cirtómctros, esfigmógrafos, cardiógrafos, escalas visuales y auditivas, v otros varios aparatos y medios de exploración, se podrá reunir muy en breve un riquísimo caudal de observaciones, no sólo referentes á los alumnos de esta Escuela, sino que extensivas también á los de los demás establecimientos de enseñanza, y cuyas observaciones servirán para formar cuadros gráficos y demostra­ tivos de inmenso valor en cuanto á las condiciones de vigor de nuestra juventud, y para deducir de ellos las mo­ dificaciones que deben llevarse á los sistemas educativos de la misma. 1 ] ' 1 Iíastará todo lo que antecedí' para que se comprenda cuán digna es esta naciente institución del apoyo de los Gobiernos v del concurso siempre eficaz de la opinión pu­ blica, concurso que seguramente no le será negado apenas tal establecimiento de enseñanza sea bien conocido, y tan pronto como se sepa también que esta Escuela oficial no pretende restablecer el bárbaro imperio de la fuerza cor­ poral que caracterizó á otros pueblos y á otros tiempos, ni fomentar la monstruosa y perjudicial gimnástica acrobá­ tica de los circos, sino que persigue como único ideal rea­ lizable el restablecimiento del justo equilibrio que debe existir entre la naturaleza material y psíquica del hombre para que la labor intelectual producida por un cerebro bien nutrido y normalizado ni redunde en perjuicio do la salud corpórea ni se parezca en nada, en cuanto ásus resultados. ! á esas quiméricas y funestas concepciones de los cerebros exaltados y enfermizos. A lfredo S errano F a t ig a t i. L IB R O S P R E S E N T A D O S l ’ . i s i i i i i «!«• v i e j o , d r a m a e n tre s .-veos y en p ro sa o r i g i n a l d e D o n J osé F e r n á n d e z B r e m o n ; r e p re se n ta d o por p r im e r a v e z e n e l tea tro d e la C o m e d i a , d e .M adrid, e l d í a t o d e F e b r e r o d e tS&Q. I m p r e s a e s l a n u e v a o b r a d r a m á t i c a d e n u es tro a m i g o v c o m p a ñ e r o F e r n á n d e z B r e m o n , v é n d e s e en las p r i n c i p a l e s lib r e r ía s v en la A d m i n i s t r a c i ó n d e la g a l e r í a d r a m á t i c a y lí­ ric a E l T e a t r o , M a d r i d ( P e z , 4 0 , y P o z a s , 2 , s e g u n d o ) . P ie d a d M ic h o d i e r e . :\j Vino de Quinium de A . Labarruq ue m ie m b ro d é l a A c a d e m ia d e M e d icin a d e P a r ís , e s u n m e d ica m e n to e n é rg ic o y . . d u l c e á la v e z , q u e c o n v ie n e á t o d a s la s p e r s o n a s d e b ilita d a s ; á lo s a d o le s c e n t e s fatig a d o s p o r u n c r e c i m i e n t o m u y r á p i d o ; :i l a s m u c h a c h a s , q u e e n c u e n tr a n d ificu lta d en fo rm a rs e y d e s a r ­ r o l l a r s e ; á l a s s e ñ o r a s q u e a c a b a n d e d a r á luz. y ñ la s n o d riz a s ; a lo s a n c ia n o s d e b ilita d o s p o r la ( 'd a d ; á lo s d i a b é t i c o s , á lo s c o n v a l e c i e n t e s d e c a le n tu ra s tifo id e a s,d e p n e u m o n ia s, y en g e n e ra l, á lo s q u e p a d e c e n : d e l E s t ó m a g o ; d e A n e m i a , de A g o ta m ie n to d e F u e r z a s ; de F ie b r e s . En ra zón á su e n e rg ía e l v in o d e Q u in iu m so tom a á la tlo sí? d e u n a c o p a d e la s d e l i c o r d e t- p u é s d e elida c o m i d a . — S e v e n d e e n t o d a s l a s fin irfáeias y e n P a i is , 11), r a e J a c o b . T I c z « - l i l l ; i ( c r i t i c a y s á t i r a ) , p o r Clarín. F s t e n u e v o libro del señ o r D. L e o p o l d o A l a s e s u n a c o l e c c i ó n d e art n u l o s c r í t i c o s ( s e g ú n lo in d i c a s u t í t u l o ) , e s c r i t o s c o n m u c h a corrección , m u y e r u d i t o s y m u v d o n o s o s : lo s d e n o m i n a d o s i c e t u r a s , B a n d e lu i r e , A l f o n s o D a n d o ! , E l / 'e n t r o c l a n, r o la , y a l g ú n otro, i n ­ ter es a n d e sd e la p r i m e r p a g i n a u| le c to r i m p a r c i á l , y es g r a ­ c i o s í s im o el t i t u l a d o E a /u /ite . T e n d r á a c e p t a c i ó n e sa n u e v a o b ra d e C l a r í n . V é n d e s e , a 3.50 pesetas, en la l i b r e r í a d e don F e r n a n d o F e , M a d r i d ( C a r r e r a d e S a n J e r ó n i m o , 2). n rñ u * A C A D E M I A y d e l a F A C U L T A D D E M E D I C I N A DE P A R I S S u su p eriorid a d probada por s u boga ha su scita d o n u m e ­ rosa s m u t a c io n e s n o c iv a s ó sin n in g u n a virtu d , y Para e v ita r la s, e s m e n e s t e r e x ig ir co n f - z v c a í a frasco e l p ro sp ecto q u e llevará S t f / 'í A / t c o m o e l r ó t u l o l a A r m a ................................. ** PAUIS, aña, Iluo St-Uonoré, r ENCASA IiBLOSPKi.NCIP.lLCS UOMEKCUHTEt. muy apreciada para el tocador y lloubigant, per- _ para los baños, E AU D-_ ^19,____ Faubourg Sl Honoré. turnista, l 'a n V. J.Í J\ . J» I » . B E N E D I C T T C I \ i n o d o l i l o d i g e s t i v o «lo C T i a s s a i n g - fné o b j e t o e n 1864 d e in fo rm e f a v o r a b i l í s i m o en la A c a d e m i a d e M e d i c i n a d e Paris, V d e s d e a q u e l l a finora se h a l l a u n i v e r s a l m e n t e pre srri'.o co n tr a la s d i g e s t i o n e s d i f í c i l e s , l a d is p e p s i a y e n f e r m e d a d e s del e s t ó ­ m a g o . D e v u e l v e e l a p e t i t o y r e p a r a la- f u e r z a s , f a c i l i t a n d o la a s im ila c ió n d e lo s a lim e n to s . D e s c o m i e s e d e las falsificaciones. P a r í s , 6 , A v c n u e V i c t o r i a , y e n t o d a s las farm acias. l'Ol.Vn l'AIl \ KMU IIIAIL d e t o d o s m a t i r e s ; l a c a j a ; fr. Píll.VO IH PII,ATOMO, el ntás e fi c a z ; l a c a ja 15 fr. M m u l l e r o n , p e r l u m i s t a , 5 2 , r u é D u n k e r q u e , P a r ís . A G U A DE TOCADOR J .O * AGU A nB O T O T K T 2 q u e p o s e e la d o b le a p r o b a c ió n d e la I l i - i o i - i . i «l«-I i i u t i g i i o E g i p t o , p o r J o r g e R a w l i n s o n , v e r ­ sió n e s p a ñ o l a p o r D. E d u a r d o T o d a , i n d i v i d u o c o r r e s p o n ­ d i e n t e d e la R e a l A c a d e m i a d e la H is t o r ia . E x c e leu l e o b r a p u ­ b lic a d a por E l / ’ 'o g r o ^ E d i t o r i a l , p r im e r a d e la b ib lio te c a d e ­ n o m i n a d a H i s t o r i a d e t a s ,\ 'a c io n e s , l a c u a l c o n s t a r á d e 15 á 20 volú m en es en 8 " m a y o r , d é j e o a 6co p áginas cad a u n o , e le ­ g a n t e m e n t e Im presos é i l u s t r a d o s c o n b u e n o s g r a b a d o s . P r ec io d e s u s c r i c ió n : 6 p e s e .a s e l t o m o e n r ú s t i c a , y 7 p e s e ta s l u j o s a ­ m e n t e e n c u a d e r n a d o . D i r í j a n s e lo s p e d i d o s á la ca s a e d ito r ia l m e n c i o n a d a , M a d r i d ( P r a d o , 22). D E le n g u a f r a n c e s a P e r f u m e r í a e x A tica S E N E T , 3 5 , ru e d u Q u a t r e S e p t e m b r e , Pa rís. ( I V a n se tos a n u n c io s .') N O * de la A B A D Í A D E S O U L A C (G iro n d e P r o d u c t o in c o m p a r a b l e . — E x p e r i m e n t a r l o e q u i v a l e á a d o p ­ tad .. r a la - n a d o [ o r e l P r t . r D U .M M A G l ’ E L O N N E . y P e r f u m e r í a M in a n . V'- L E C O N T E E T C ' ° , 3 1 , n i e d u Q u a t r e S e p t e m b r e , P a r ís . ( V é a n s e lo s a n u n c i o s .) Anemia, Fiebres, Convalecencias, Males de Estómago fi N U E S T R A S L E C T O R A S . P a r a poseer las v e r d a d e r a s r e c e ta s d e j u v e n t u d h e rm o s u r a , ve n id a s en linea re cta d e N i u o n de envíos y e n c o n t r a d a s por el d o c t o r I eco lite, asi co m o lo s otros p r o d u c io s a u tén tico s d e la P a r f u n t e r ie A ¡n o n . p e d id lo s ú n ica m e n te á e sta ca s a d e P a r í s , 3 1 , ru é du 4 S e p te in b r e. S i n te n e r n u n ca n a j a q u e te m e r d e las falsificaciones, e n c o n tra ré is a l lí la V é r i t a b l e L a i t M a m ó l a p a r a re ­ c o n s t i t u i r e! p ech o sin n e ce s id ad d e r e c u i r i r al a lg o d ó n ni a l c a o u tch o u c ni a los a h u e cad ores d e las b a lle n a s del c o r s é ; la V é r i t a b l e e a t t d e N i n o n , q u e purifica la piel y os p erm ite d e sa lia r las a r r u g a s en cu a lq u ie r e d ad ; e l D l i v e t d e N i n o n , el más sano d e los polvos d e a rro z, co m o lo ha p robado e l sabio d o cto r C o n s t a n t i n o J a m e s e n sus c o n fe r e n c ia s , q u e c o m u n ic a al ro stro u n a b la n c u ra ide al; la S ó v e s o u r c i l l i é r e , que h a ce bro ta r sin artificio las cejas y la s p estañ a s.— 1.a P a r f t m e r i e N i n o n m a n d a á todos lo s p a í s e s los p r o d u c to s q u e s e le p id e n , cu a n d o a c o m p a ñ a al p ed id o un c h i q u e sobre u n B a n c o d e P a r ís .— L a P a r f u m e r i e N in o n e x p i d e á to das p a r l e s s us p ro s ­ p e cto s y p recio s corrien tes. D e p ó s ito s e n M a d r i d : P a s c u a l , A r e n a l , 2; A r t a z a , A l c a l á , 23, p r a l . i z q . ; A p a r r e y M o lin o , p e r f u m e ­ r í a O r ie n t a l , P r e c i a d o s , 1; F e d e r ic o O r o s , p e r f u ­ m e r ía U r q u io la , M a y o r , 1; R o m e r o y V ic e n te , p e r . f u m e r i a I n g l e s a , C a r r e r a d e S a n J e r ó n t m o , 3, y e n B a r c e l o n a , en c a s a d e J o s é L a fo n t , 2 2 , c a lle d e l C a l i , en la I X . ' i u ' l a s u p e r i o r «I«, aceptaría un pensionista extranjero. Clases comerciales de la Escuela, ó estudios clásicos. Dirigirse á las oficinas de este periódico en París, 4, r i t e d e la I- i i g i i c l c s , p o r D. J. P é r e z B a lle s te r o s . C o l e c c i ó n d e p o es ía s g a l l e g a s p u b l i c a d a s e n b e llo o p ú s c u l o p o r e l e d i t o r d e la R e ­ v is t a d e G a l i c i a , D. A n d r é s M a r t í n e z , á q u i e n se d i r i g i r á n los p ed id o s . C o r u ñ a ( L u c h a n a , 16). I ’ l s i u l o g - i a , I l i g i e u « * y .>l«‘d i « ‘ i n n d o m é s l i e j i , p o r don M a n u e l d e S o t o y A e r i a l , l i c e n c ia d o en M e d i c i n a y C i r u ­ g í a E s u n a re co p ila ció n d e e s t u d io s f i s io l ó g ic o s ; c o n ti e n e t o d o s lo s p re cep to s h i g i é n i c o s q u e I n e x p e r i e n c i a lia a r r e d i l a d o , y e s g u i a p a r a c o m b a t i r v a r ia s e n f e r m e d a d e s , r a d ic a lm e n t e unas, y o t ra s h a s ta r e c ib ir lo s a u x i l i o s m é d ico s . P e r t e u e . e a la B d d i o i e c a U t i l , y se s u s c r i b e e n c a s a d e D . E u g e n i o S o b r i n o , e d i t o r ( C a ñ o s , (i, M a d r i d ; . y e n c u i t a g e n e r a l « le í T i e n t e d e El profesor de C o m e r c i o «le l * a r í s ( . a l e l o g a l l e g o , p o r D. J u a n N e i r a y C a n c e l a . E s e l v o l u ­ m e n 18 d e la B i b l i o t e c a C a lla ,'.1, y le fo rm an li n d í s i m o s b o c e to s d e co s t u m b re s y d e i m p r e s io n e ? d e v i a j e , d i b u j a d o s c o n n a t u ­ ra lid a d y g r a c é i o . D i r í j a n s e lo s p e d i d o s a l e d ito r , D . A n d r é s M a r t í n e z , 1. a C o r u í i a ( L u c h a n a . 16). Á ESTA REDACCIÓN POR ACTORES Ó EDITORES. M e m o r ia En M a d r id : perfumería Oriental .-Preciados, 1; de Fortis, Puerta del Sol, 2; Ibera, Carmen, 1 ; Pascual, Arenal, 2; Urquiola, Mayor, 1 ; Romero V Vicente, Carrera de San Jeróni­ mo, 5.— Bar ce lo n a : V. Lafont é hijos, y en todas las buenas perfumerías.— Venta al por mayor, J. líijo n , ainé, Bordeaux. C a j o d e A h o r r o s d e M a d r i d , c o r r e s p o n d ie n te s al a ñ o 1S88, a d i ­ c i o n a d a s con a l g u n a s n o t i c i a s s o b r e los d e m á s M o n t e s d e P i e ­ d a d y C a j a s d e A h o rr o s. F ie m o s re c ib id o , c o n a t e n t o B. I.. M. d e l s e ñ o r d ir e c t o r g e r e n t e d e lo s d o s e s t a b l e c i m i e n t o s , D. B r a u ­ lio A n t ó n R a m í r e z , un e j e m p l a r d e d i c h a M e m o r i a , c u y o s p r i n c i p a l e s c a p í t u l o s c o n t i e n e n : R e s e ñ a g e n e r a l ; P r é s ta m o s, d e s e m p e ñ o s y v e n ta s : C a j a d e A h o r r o s , i m p o s i c io n e s , r e i n te ­ gros \ n ú m e r o v ciases de im p o n e n te s; Productos v gastos; R e s ú m e n e s , b a la n c e s , e x t r a c t o d e c u e n t a s c o r r i e n t e s .'d a t o s es­ t a d í s t i c o s , etc. Del b a la n c e d e s it u a c ió n e n 31 d e D i c i e m b r e d e 1888, re s u lt a n los s i g u i e n t e s d a t o s : P r é s t a m o s s o b re a l h a ­ j a s , ro p a s y e f e c t o s . 7.218.037 p e s e t a s ; P r é s t a m o s s o b re v a l o ­ res p ú b l i c o s , 32.37z.4q 1 p e s e t a s ; Im p o s icio n e s en la C a j a d e A h o r r o s , 3q.989.loq p es e ta s ; F o n d o s d e p a r t ic u l a r e s e n c u e n ­ tas. sin in terés, 441.963 p e s e ta s ; F i a n z a s d e e m p l e a d o s , e n m e t d i c o v en v a lo r e s p ú b lico s , 224.351. R e u n i d a s t o d a s l a s p a r ti­ d a s . e l b a l a n c e a r r o j a un a c t i v o i g u a l al p a s i v o , d e p esetas 49.67t.624 y 30 c é n t i m o s . D u r a n t e e l a ñ o 18 * 8 , se ha n veriU1 a d o en el M o n t e d e P i e d a d p i é s t a m o ? s o b re a l h a j a s y ro p a s p o r v a l o r d e 10.O89.712 p e s e t a s y d e s e m p e ñ o s d e las m is m a s cla se s p o r v a l o r d e 10.520.870 p e -c t a s , y en la C a j a d e A h o rr o s im p o s i c io n e s p o r v a l o r d e 2n.328.606 p e s e ta s . Il u s t r a la M e m o ­ r i a un c u a d r o g r á f i c o , en c o l o r e s , v la a m p l í a n t r e s in te re s an í e s A p é n d ic e s . M a d r i d , e s t a b l e c i m i e n t o t i p o g r á fi c o S u c e s o r e s d e R i v a d e n e y r a , im p re s o r e s d e la R e a l C a s a ( P a s e o d e S a n V i ­ c e n t e , n ú m . 20). Í PILD ORASFERRUGINOSASDEDERVINA (Á BASE DE CLORURO FERROSO.) E l e n f e r m o q u e n e c e s ite h a c e r u s o d e l hierro, c o n s e g u i r á i n f a l i b l e m e n t e su c u r a c ió n e n un mes. P r e c i ó : 5 pesetas. P o r m a y o r , M e l c h o r G a r c í a , C a p e l l a n e s , I. R IC H A R D G D T P E R L B , su cesor. LE I1LA1VC (iHAMÍElí. I TONICO P O Unico deposito al por menor en París, Fl* Leheault, 5éf, Rue Reaumur. R : P . L E B E A U L T & C , 5 , R U E B O U R G - L ’ A B B A Y O LA URBANA DE PARIS T :«». «-alie «le A léala, o d a p e r n i i l a c a m b ia n d o o v o iu lie n d o E. H A Y N , B E R L IN , N . 24. É , P A R I S fflM M Ü K — O•••M M t( Médaille dOr EXPOSITION CroixdeChevalier! UNIVERS101878. LES PLUS HAUTES RÉCOMPENSES 4t U(JS E INDUSTRIALES J T o m o n n e to d a s c la s e s d e sy ste m a s 2 « MEDALLAS. 1“ PREMIOS, *DIPI DEHONOR DE LOS PROCEDIMIENTOS PRIVILFG1AD0S ■ UTariía-Albnmde225 p»r-J 600 grabados SE ENVIA FRANCO COSTRA 6 5 ••*' T IE R S O T , M A D I IIK 1 A O MEDALLAS DE ORO G a ra n tiza d o s p o r d ie z años P arís 19, ruó (lo Grammont, PARIS SE VENDEN En'T a FABRICA jparis “ P o lv o JABONERÍA d e A r r o z e s p e c ia l Diez medallas—Casa fundada en 1S01—Cruz de la Legión de Honor PREPARADO AL BISMUTO O TARA TOILETTE Y B.vSOS v vi P R O D U C T O S * E S P E C I A L E S JABON do LACTEINA. para oí tocador. 'CREMA? POLVOS Je JABON de LACTEINA para la barba POMADA a la LACTEINA para el cabello. COSMETICO a la LACTEINA para alisar el cabello. AliUA de LACTEINA para el tocador. ACEITE de LACTEINA para embellecer el cabello. ESENCIA de LACTEINA para el pañuelo POLVOS y AliUA DENTIFRICOS A- LACTEINA. CREMA LACTEINA llamada raso del cutis. 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I ¿ m ir e s ; Véndese en ias Peluquerías y Perfumen F a c u lta d d e P a n s 16* N.° X LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA. V IA JE KL « V AC TH » K KAL DE S. « V IC T O R IA M. A N D LA R E IN A A L B E R T » , FO N D EAD O (D ib u jo VIGOR del CABELLO del Dr. AYER JOYAS Y OBRAS DE Je I N G L A T E R R A . AC J VA LM E NT E EN AG UAS DE B IA R R ITZ . C aula.) DE A R T E EN C A B E L L O S . MEDALLAl'E OROESLAEXPOSICIONHEBARCELONA ¿v x — — LA1T ANTEPHÉLTQtR — U ’ rL A L E C H E A N T E F É L IC A p u r a O m e z c la d a c o n a g u a , d i s i p a CHARLEUX JEAUDONNENC, S PECAS. LE N TE JA S . TEZ ASO LEAD A S A R P U L L ID O S , T E Z B A R R O S A A A R R U G A S PRECOCES E F L O R E S C E N C IA S *s¿-y<v R O JE C E S PRIVILEGIADO u c e s o r ABASTECEDOR DE S. M. L. R. C r I S T I N A DE E s P A Ñ A . Recompensado «n las Kxposiciones de Parí:, v en la de 1878. I t diplomas de honor, !¿r> m edallas de or**, plata y bronce. 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