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REVISTO QUinCEIiñL ILUSTRñDñ
AÑO V
NUM. 136
Palma 30 de Abril de 1921
LUGARES' DE MALLORCA
•••-\fc
LA C A S A DEL A R C H I D U Q U E , e n
Mir3.mar.—Foto
Grop
Senatxo.
eo
cts.
BALEARES
Almacenes de Mercería
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que pronto se abrirán al público,
convenientemente reformados
FRANCISCO
FORTEZA
Calle de Colon, 14
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LITERA
L O S C H O R R O S DE B A I B A R
Escondida en un repliegue del manto verde
esmeralda de vides lozanas, granados, liigueras, zarzamoras, copudos olivos y espesos
algarrobos, una enorme masa de agua se despeña como si de improviso faltara la tierra
bajo su cauce tranquilo, por tremendo cataclismo geológico.
Tal es la impresión que causa en el ánimo
del espectador el contemplar los famosos
«Chorros de baibar». Se llega a ellos bordeando las márgenes de un manso arroyo que desliza sus claras y frescas linfas entre colmas
vestidas de viñedos, bosquecillos de frutales
y huertas frondosísimas. De súbito, el viajero
se detiene junto a la cortadura por la cual se
precipitan las aguas, viendo a sus pies el
enorme peldaño carcomido por el agua, por el
tiempo y por la tradición...
¿Queréis oir una de ellas, la que da nombre
a la escondida catarata? Una ráfaga de poesía
cruzó aquellos lugares un día primaveral, y
prendió en ellos perfumando con aromas de
leyenda clásica, una historia de amores que
diríais traída del promontorio de Léucade o
de los bosquecilios de Pafos.
Las gentes del país, en su manía de atribuir
origen «moro» a todo lo viejo, sea cacharro
o leyenda, torreón o moneda, cuentan la historia colgándosela «al moro Baibar» o «Bal
ba». Bastará referirla para que el más ignorante la tenga por hija legítima del ingenio
h e l é n i c o - q u e tan a maravilla arraigó en los
pueblos celtiberos—mejor que de la fantasía
muelle y sensual de los hijos del profeta.
Y la leyenda es esta:
Los «Chorros de Baibar» están entre los
dos pintorescos pueblos valencianos de Buñol
y Alborache, más cerca—y en término de éste—que de aquel. Buñol, que es el más antiguo, significa en la lengua primitiva de los
íberos «bullidor de aguas» y es famosa la
abundancia de fuentes riquísimas en su término: por centenares se cuentan. Alborache, en
lengua arábica, vale tanto como «alborada», y
le conviene este nombre porque es eí pueblo
de la Hoya que está situado al oriente de los
demás.
En uno de los quebrados barrancos que
rodean a Alboraig o Alborache, están los famosos chorros y recogí la poética leyenda.
A la mitad de la cortadura y debajo mismo
del impetuoso torrente, nace un manantial
TURE
copioso que se une a la cascada, cayendo los
dos sobre un pequeño estanque bordeado de
rocas musgosas. A la izquierda de la fuente,
una angosta hendidura señala la entrada de
una gruta, en la que penetra el agua del estanque y cuyas paredes gotean agua cristalina e irisada como el rocío de la aurora.
Es un pequeño palacio de crital. El suelo,
está cubierto por frescas hondas cristalinas;
del techo gotean límpidas perlas.que se deslizan por los almohadillados y musgosos muros
y colgantes estalactitas, y comunican vida,
luz y colores a los caprichosos arabescos de
la prehistórica gruta.
La voz sorda de la cascada resuena en el
subterráneo palacio de cristal como eco armonioso de música lejana o coro de muchedumbre que vitorea, allá lejos, en el circo o en el
teatro ..
En esta gruta se>efugiaba el pastor Baibar
en los días estivales, huyendo de los rigores
de un sol de fuego, gustando de la música de
aquellas voces imprecisas que resonaban en
la cueva como ecos de un mundo lejano...
Las cabras y las ovejas pacían a su antojo
por los riscos próximos, apagaban su sed en
el estanque y representaban su idilio salvaje
con toda la simplicidad del instinto de reproducción.
Baibar, mientras tanto, soñaba en la gruta
de cristal.
¡Soñaba! Un amanecer, pacían sus ovejas
cerca de los chorros. Al ir a beber de las claras y frescas linfas creyó percibir tenues y
cristalinas risas y rumor de una veste que se
arrastraba sobre las zarzamoras que festoneaban las alturas riscosas de la cascada. Alzó
los ojos y vio envuelta en las espumas d'1
torrente una forma blanca, femenina, que cayó blandamente sobre las ondas del estanque
y huyó apresuradamente, riendo voluptuosa,
por la oquedad de la gruta.
Lanzóse en seguimiento de la fantástica
aparición el audaz mancebo; entró en el estanque, paso bajo los chorros que le envolvieron en finísimo polvo de agua, y p e n e t r ó
en la gruta... a tiempo que la fugitiva se disolvía en los antros tenebrosos de aquélla, dejando tras de sí, como una blanca estela, húmeda niebla, vapores de agua.
Muchas horas ha, brillaba el sol en en cielo
en un cielo de radiante azul, franjeado de nubes albas, cuando desesperanzado salía Baibar
de la cueva enamorado para siempre de la
BALEARES
divina aparición... Había registrado todos los Antes de estallar nuestro primer beso de amor
ámbitos de la gruta; preguntó a todas las ya me habría desvanecido en tus brazos ..
perlas de rocío irisado si habían visto pasar
¡Triste sino el mió: vivir menos que un espaspor allí a aquella mujer de sus ensueños, y mo de amor!...
las líquidas perlas se deslizaban sin responder
—¡Espera... no huyas! Por Apolo, deten tu
a sus quejas dolientes.
paso...—grita el desesperado mancebo.—
Al día siguiente acudió a la cascada antes ¡Eres un imposible... y yo, como los poetas,
del amanecer. Llevaba una antorcha a preven- amo lo imposible!
ción. Encendió una pequeña fogata en la oque—¡Loco... loco! ¡Eres loco!...—dice la voz
dad de dos rocas y esperó. Poco antes de debilitándose, perdiéndose en las concavidanacer el sol vio llegar, flotando como una des de la gruta, confundiéndose con el rumor
bruma sobre el manso arroyo y precipitarse de las voces de misterio de la cascada:—Ya
por las rocas, a la misteriosa ninfa. Encendió no puedo oirtt! Hoy me detuve un instante
epresiiradamente la antorcha y fué tras la apa- más... porque Apolo se durmió en los brazos
rición encendL'o de amores.
de Venus y anduvo perezoso atándose sus
El iluso no se detuvo a pensar que la casca- sandalias de oro... Pero ya oigo rodar su cada apagaría su antorcha... y al verla en sus rro de fuego... Adics; olvídame... No seas
esquivo con las cariñosas zagalas que acuden
manos mojada y humeante, la arrojó con ira al
a ordeñar tus ovejas... Amalas a todas, canta
estanque y entró resueltamente en la gruta.
tus amores... y olvídame!
No vio traza alguna de la ninfa fugitiva; ni
siquiera su estela de brumas... Pero al dulce
Perdióse la voz de la diosa y quedó atónito
lamentar del enamorado pastorcico replicó una el mancebo... Pasado su estupor y herido por
voz perdida en los profundos pasadizos y ga- el despecho, pensó tomar audaz venganza de
lerías de aquel palacio de ondinas, y que las burlas de la diosa ¿Que no discurrirían un
resonó confundida con el bramar del to
loco o un enamorado burlador, si, por añadirrente:
dura, el loco lo era de amor y el enamorado
—¡Pobre Baibar, enamorado pastor! Me de la locura?
persigues en vano... No soy una mortal y jaA la mañana siguiente se emboscó Baibar
más seré tuya... ¡Soy la Aurora, la hermana en las breñas de la alta cascada, que ventían
de Apolo, que después de anunciar la venida enmarañadas cabelleras de zarzamoras y gradel carro de fuego que rige el dios se refugia nados silvestres, y esperó, ojo avizor y el
en éste su palacio de cristal!
corazón agitado, la venida de la rosada Auro— ¡Ah! ¡Eres una diosa! ¡Por eso te amaba ra. Y, apenas lució por Oriente el primer desyo... que soy poeta, aunque pastor!—replica tello de luz irisada, vio venir flotando como
enardecido Baldar, al saber que el objeto de una bruma sobre el manso arroyo a la diosa
de sus amores. Llegó a las rocas que coronasus amores no es una vulgar mortal.
—¡Ni a ios poetas puedo amar... aunque ban la cascada... y al pasar ante las asombrasean pastorcicos tan bellos como tú... No me das pupilas del poeta-pastor como imagen de
busques... Soy luz fugitiva que brilla, un luz bellísima, tendió él la diestra crispada y
un instante no más, entre las últimas sombras arenazóla por las irisadas vestiduras atrayéndola ferozmente hacia sí.
de la noche y las primeras claridades del dia.
— ¡Eres mia!—gritó loco y jubiloso.
Mi vida es fugaz; más breve aún que la de las
Al sentir la diosa manos mortales sobre su
rosas ¡pobre Baibar! ¡Te enamoraste de un
haz de luz irisada! Yo no puedo ser tuya ¡ni cuerpo divino, lanzó un tenue quejido y se
de nadie! Estoy condenada a vivir, todos los dejó caer al torrente.
días, un instante brevísimo y a desvanecerme
Baibar, que retenía en sus callosas manos
en lasljces del día, apenas nacida. En un tor- el manto irisado de la Aurora, fué arrastrado
mento renacer para morir, brillar un instante en la caída... y cayó al fondo «como cuerpo
y pasar... sin dejar apenas huella de mi paso muerto cae», aferrado al manto de luz de su
sobre la tierra!
inmortal amada.
Una carcajada cristalina resonó en la entra— ¡Para mí vivirás eternamente!... Te he
da de la gruta al mismo tiempo que el cuerpo
visto ese instante y ya tienes ün ;i!tar eternal
en mi alma... ¡Espera aún... óyeme, ven!...— de Baibar el infeliz se estrellaba sobre las
rocas que ceñían las márgenes del estanque
gime el enamorado.
—¡Adiós ,. no puedo! ¡No seré tuya jamás! y éste se teñía de rojo, con la sangra del
BALEARES
audaz mancebo, que quedó sin vida, porque
osó desgarrar ia veste sagrada de la diosa.
Las cabras y las ovejas de Baibar lanzaban
desgarradores y tristísimos balidos en torno
del tronco inanimado del impenitente soñador.
Allí le encontraran las linda zagalas que acudían solícitas a ordeñar la sabrosa leche de
las ovejas para regalar al desabrido pastor
natas y quesos, más dulces que miel de Hiíneto; en cambio de las canciones del rústico
poeta,
_
*
Al llevar los'ojos cuajados en llanto, inquiriendo la causa de la muerte de Baibar, vieron
asombradas, en lo últo, brillando a la luz del
sol con mágicas irisaciones, el manto de la
diosa tendido sobre las turbulentas aguas de
la catarata, y que para memoria del audaz
hecho quedó allí eternamente, señalando el
paso de la fugitiva Aurora por aquel lugar,
antes apacible, y desde aquel día trágico teatro de los amores de Baibar, el pastor-poeta.
Por eso, si vais a contemplar alguna vez
los «Chorros de Baibar», veréis desde los
peñascos fronteros, si el sol ilumina la cascada,
siempre luminoso, mágico, irisado, magnífico
de luz y de color, un girón del manto de la
Aurora que envuelve las agitadas aguas, recordando la trágica aventura de lyi poeta rústico, audaz y soñador,
B, M, S. M.
VIDA
SOCIAL
Sin incidentes de monta por lo que a la
Vida iS'ociaJ ixtsiíe, ha transcurrido la s e g u n d a q u i n c e n a de Abril, esa etapa poética
y sugestiva p r e á m b u l o del mes poético
por excelencia: el mes de oaayo.
Sin e m b a r g o el t i e m g o ha seguido m o s trándose i n s e g u r o y solo en unos contados
dias se nos reveló la Primavera toda radiante luciendo el sol e s p l é n d i d a m e n t e , en un
cielo límpido y m u y a z u l , m u y e a a r m o nía con las galas que ya luce ahora nuestra
esplendida naturaleza. Mas luefro tornaron
las n u b e s invernales y la lluvia tristona,
como si el i n v i e r n o , el i n t e r m i n a b l e invierno de este a ñ o no quisiera a b a n d o n a r
n u e s t r a isla de ordinario tan risueña.
Tal vez a esta i n s e g u r i d a d del t i e m p o a
m á s del alto precio do los pasaj>>8, sea debido el desusado retraimiento quo so nota
por parte de los turistas que otros a ñ o s , en
esta época l l e g a b a n , en c o n t i n u a s y n u t r i das l e g i o n e s .
_
.,
Por lo que a la vida local se refiere, a q u í
van a l g u n a s noticias.
La primera que hay que c o n s i g n a r es el
homenaje al i l i e s t r o Marqués función c e lebrada a beneficio del Patronato antituberculofo en nuestro teatro Principal y que
convocó en aquel coliseo a lo más selecto
y d i s t i n g u i d o de la sociedad palmesana
llenándose por completo el teatro.
El p r o g r a m a fué m u y escogido y las d i s t i n g u i d a s d a m a s y señoritas y los disting u i d o s aficionados al l/el caiilo que tomaron parte en la función oyeron m u c h o s y
merecidlfimos aplausos.
Los cuadros p'ásticos dirigidos y c o m binados por nuestro d i s t i n g u i d o redactor
artístico ü . Ptsdro Biírce'ó constituyeron uu
gran éxito y en ellos tomarou parte bellas
señoritas luciendo artísticos trajes, result a n d o el conjunto una maravilla de luz y
do color.
Capítulo da boJap.
En el Real Monasterio de Nuestra S . ñ o ra de Monserrat (Cataluña)
contrajeron
m a t r i m o n i o la bella señorita María Obach
ü b a c h y nuestro d i s t i n g u i d o a m i g o el
notario da Bdllver Ü. B u e n a v e n t u r a Barceló Oliver.
Actuaron de padrinos por parte de la novia BU h e r m a n o el industrial D. Emilio y el
comerciante D. J o t e Obach. tio de la novia
y por parte del novio, su señora m a d r e d o ña J u a n a OÜver V J a . de Barceló y eu
h e r m a n o el catedrático de la Escuela de
Artes y Oficios y redactor artístico de B A Lií.-iHEs. I). Pedro.
Fueron los testigos el d i p u t a d o por Seo
de Urge! D. J u a n Serradell y el i n i u s t r i a l
D. Sfbistián Obach tio de la desposada.
—Eo la iglesia de Sao Francisco, de esta
ciudad se celebró el eulace de la bella y dist i n g u i d a señorita Luisa Estarellas Mir, hija
de n u e s t r o a m i g o el capitán del vapor «Jaime 1», con el joven profesor de 1.'' e n s e ñanza D. Gabriel Daviu Bibiloni, a c t u a n d o
de padrinos por parte de la novia eus tios
D. Ricardo y D. Magin Et<taba y por parte
del novio el C o m a n d a n t e de Infaoteiia dou
.luán Fiol Conrado y el médico de Santa
María D. J o t é Verd,
T a m b i é n se ha celebrado la boda de la
distinguida y bella señorita Doloiea Ripoll
Fargae, con el corredor de Comercio don
J a i m e L, Pou Moragues. Bendijo la u n i ó n
el vicario de la parroquia de San J a i m e
R i o . D, Francisco Pou, en la capilla del
BALEARES
S a n t í s i m o S a c r a m e n t o de dicha iglesia p a rroquial.
E n la propia iglesia se u n i e r o n en el
i n d i s o l u b l e lazo la a g r a c i a d a señorita A n tonia Perelló Gelabert con D, Benito Oliver
R a m i s , hijo del ex-alcalde de L l u b i don
Jaime.
Otras b o d a s :
L a de la bella y s i m p á t i c a señorita María
F o r n a r i s con el d i s t i n g u i d o i n g e n i e r o don
Narciso BofiU; y la de la bella y d i s t i n g u i da señorita María R i u t o r t Antelm con el
d i s t i n g u i d o Capitán de Artilleria D. F r a n cisco G i m é n e z .
Desea el cronista a las noveles parejas
inacabables dichas.
Peticiones de m a n o : La de la bella señ o r i t a Asunción Salcedo G a r r i g a p a r a el
j o v e n propietario g r a n a d i n o D. Vicente
Martínez F e r n a n d e z , y para el j o v e n i n d u s trial D. R a m ó n Casasnovas R o g c h e r la de
la s i m p á t i c a señorita Rosita González Aicart.
En la crónica triste entre otras m u y
sensibles p é r d i d a s hay q u e c o n s i g n a r el
fallecimiento del L m o . Sr. D. G u i l l e r m o
Montis Allende Salazar, Marqués de la
B a s t i d a acaecido en Soria d o n d e d e s e m p e ñ a b a el c a r g o de Delegado de Hacienda y
la del M. I. Sr. D. Miguel Roca, Deán de
n u e s t r a iglesia Catedral B i s í i i c a .
Las relevantes dotes de los finados h a n
hecho q u e s u s m u e r t e s h a y a n sido m u y sentida. U n a oración por s u s a l m a s y n u e s t r o
c o n d u e l o a las d i s t i n g u i d a s familias de los
fallecidos.
Otras n o t i c i a s :
El éxito b r i l l a n t e o b t e n i d o por el l a u r e a do p i n t o r y Director de n u e s t r a Escuela de
Artes y Oficios, D. L o r e n z o Cerda, con su
exposición pictórica celebrada r e c i e n t e m e n te en el salón de '^La Veda» fué celebrado
con u o b a n q u e t e q u e los a m i g o s y a d m i r a dores del prestigioso artista le ofrecieron,
celebrándose en la serré del Hotel Alhamb r a . H u b o brindis efusivos y el Sr. Cerda
recibió a d e m á s m u c h a s felicitaciones a las ]
q u e u n i m o s la n u e s t r a cordial.
j
H e m o s recibido c o r r e c t a m e n t e inpreso el
j u g u e t e cómico «La c u r d a de Benito» orig i n a l de los d i s t i n g u i d o s a u t o r e s Sres, Manz a n e q u e y Maquerie, e x t r e n a d o con l i s o n j e r o éxito en el teatro Lírico. M u c h o a g r a decemos la a t e n c i ó n .
i
El retraso de u n o s dias con q u e aparece
este n ú m e r o nos da pie para cerrar esta
cróneca, c o n s i g n a n d o el éxito q u e la c o m pañía de ópera del g r a n teatro del Liceo de
Barcelona, va l o g r a n d o en n u e s t r o primer
coliseo, d o n d e a c t u a l m e n t e a c t ú a . Loa aficcionados al bel canto están de e n h o r a b u e n a
y todas las noches ofrece la sala de espectáculos un b r i l l a n t e g o l p e de vista, pues q u e
en ella se ccjpgrega lo m á s d i s t i n g u i d o de
n u e s t r a sociedad.
Y n a d a m á s por h o y .
CIRANO.
LOS C U A T R O " A S E S , ,
DEL T O C A D O R
(Marya Products. American Co.)
SOBtRANO
CONTRA^
S^TODOSIOS ENEMIGOS DEl CUTIS
Í^^X>^••.•
DECISIVO CQHTRA105 G U A N O S
JM^ffitoa^^
^asSS.
Mantiene el cutis puro y joven. Evita las arrugas.
Evita ios granos. Indispensable después de afeitarse.
~aK53¡?
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c R E ^1 e
® ROYAUI N E
CRtMft UNIVERSAL DE. BtLLEZfl
U » , ,
"-A M A S E l F I C A Z
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Da un cutis de seda. Fija b i e n i o s polvos. Embellecedor instantáneo insuperable.
SAVIA o
ALMENDRÓN
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REDACELÓD 7 ITOINLSTRACLÓN
Maiquldi I . EntU. D i r i c h i
HOMS DE DESPACHO
MTÑINT, de 11 T I
TIRDE, de 4 a 6
No l a da«ueWin tot «rigin a i i t ni sa l o s t i t n i eorraspondvnola sobra los mismos.
BALEARES
REVISTA QUINCENAL ILUSTRADA
DI R E C T O R - P R O P I E T A R I O
ENRIQUE VIVES
VERGER
EN ESPAÑA
Un mes. . . . TQOPUs
Trimestre
. . 3 00 •
Semestre . . . 6 OO >
Un aflo. . .
12'00 .
EXTRANJERO
Un afio . . . IS'OO Ptas.
Número susito 69 Ctt.
Número atrasado S'SS
PAGOS ADELANTADOS
MALLORCA PINTORESCA
J a r d i n e s de
M\ramar.-Foto
Gi-02}
Sencixo.
LOS TRANVÍAS
ELÉCTRICOS
A v e n i d a p r i n c i p a l d e la C i u d a d J a r d í n , q u e c r u z a l a n u e v a l i n e a d e t r a n v í a s e l é c t r i c o s d e Falma a l «Coll d' E n R e b a s s a » , q u e s e i n a u g u r ó el p a s a d o m e s .
Fot. J. Af.'' Taronjl.
INAUGURACIÓN DEL TRANVÍA
DEL C O L L DE 'EN REBASSA
A ¡as tres y media de la tarde del día 7 del
actual tuvo lugar la salida de la Plaza de
Cort, de dos coches motores con sus correspondientes arrastres, nuevos y espaciosos, por
cierto, en los que tomaron asiento las autoridades, elemento directivo de la Sociedad de
Tranvías e invitados, para asistir a la inauguración del nuevo ramal del Coll de 'n Rebassa.
El recorrido se verificó en medio de la mayor animación y exento de ninguna clase de
incidentes, patentizando los propietarios de
los innumerables huertos que en tal recorrido
se presentan a la vista su entusiasmo por medio de banderas y adornos que se veían en las
entradas a sus propiedades.
Después de pasar el puente que existe poco
antes de llegar al popular caserío, tuerce la
línea hacia la Ciudad Jardín, en cuyas inmediaciones se había congregado una gran multitud, d é l a que se destacaba un grupo de niños de la escuela que en el Coll de'n Rebassa
dirige el maestro don Antonio Mercadal, quienes ai paso de los coches entonaron cantos escolares.
El tranvía, siguiendo su marcha hacia el final de su trayecto, llegó en pocos momentos
al Coll de'n Rebassa.
Todo el vecindario se hallaba congregado
en espera de los tranvías, para demostrar su
satisfacción por la nueva mejora implantada.
Innumerables adornos daban al caserío la
nota de un dia de fiesta. Los acordes pasodoble lanzados al aire por una banda de música, daba mayor relieve al entusiasmo.
Los aplausos se iban sucediendo, llegando
a su período culminante cuando se pararon los
coches al final de su trayecto; destacándose
una comisión compuesta del Alcalde pedáneo
del Coll d e ' n Rebassa don José Serra Juan, el
Vicario Rdo. Sr. D. Miguel Cifre, los Reverendos don Pedro Quetglas y don Manuel
March y los vecinos don Miguel García Salva,
don Jaime Garau Cervera, don Pedro Antonio Thomás, don Miguel Vicens y don Jaime
Serra, quienes testimoniaron a las autoridades sus rtspetos, y su agradecimiento al Presidente de la Sociedad General de Tranvías,
don José Socías, lo mismo que al Director
Gerente don José Esteva Boscana.
Seguidamente y a los acordes de la banda
de música, se dirigieron todos a la Iglesia en
donde se cantó una Salve, en acción de gracias.
En el interior del templo, como apuntábamos anteriormente, puede decirse que se hallaba congregado todo el vecindario, más los
colegios de niños y niñas, con sus correspondientes estandartes, dirigidos los primeros
A C T U A L I D A D
por el señor Mercadal
y las segundas por la
maestra doña Teresa
Aguiló y varias Religiosas Hermanas de
la Caridad.
A continuación tuvo lugar en la terraza
del café de Miguel
Más (a) Ca '/z poca
roba un lunch consistente en galletas,
confites y licores con
que el vecindario obsequiaba a los visitantes, siendo además
obsequiadas las señoras con artísticos ramilletes de flores.
El primero en hacer uso de la palabra
L a s a u t o r i d a d e s e i n v i t a d o s p o r la C o r a p a u i a d e T r a n v í a s , e x a m i fué el Vicario Reven a n d o los n u e v a s c a s e t a s I n s t a l a d a s e n l a p l a y a d e la C i u d a d J a r d í n .
rendo don Miguel CiFot. J. M!>- Taronjl.
fre, quien en frases
Los esfuerzos son recibidos con aplauso g e
sentidísimas expresó en nombre del vecinneral,
dario la gratitud por la mejora llevada a cabo,
saludando a todos con palabras llenas de galanía y emoción.
EL AMAZONAS
El Alcalde de Palma señor Barceló y Caimari hizo resaltar la labor llevada a cabo en
poco tiempo por la Compañía de Tranvías, a
El mayor río del mundo es el Amazonas,
pesar de la crisis industrial que se ha venido
que tiene un desarrollo total de 5.800 kilóatravesando, agradeciendo en nombre.del vemetros, lo que equivale a dos veces el curso
cindario el sacrificio de la Compañía.
del Danubio y vez y media el del Volga.
El Presidente de ia Sociedad de Tranvías
Sus fuentes nacen entre 2.000 y 4.300 me don José Socías hizo patente que lo único que tros de altitud; pero, de salto en salto y d e
hay que agradecer es la tenacidad hija solacatarata en catarata, la altura del río va d e s mente del impulso del corazón, que fué lo úni- cendiendo hasta llegar, a su salida del país
co que calculó lo que Palma deseaba: dar
montañoso, solamente a 200 metros sobre el
abrazos por medio de líneas de acero para
nivel del mar.
unirnos a todos.
La amplitud, la profundidad y el volumen
Al r gresar detuvieron los coches breves
de las aguas del Amazonas responden al
minutos en la Ciudad Jardín, donde se pudo
número, la longitud y el caudal de sus afluencontemplar la magnificencia de aquella playa
tes.
oreada por los cuatro vientos, la que de seguEn Tabatinja, la anchura del río es de
ro hará que en verano sea el punto más agra2 500 metros, y hay sitios en que produce la
dable y fresco.
Los coches con los invitados, estuvieron de misma impresión que el mar, pues no se al regreso, en la Plaza de Cort, a las cinco y canza a ver sus orillas.
Naturalmente, la profundidad es variable, y
media de la tarde.
Al felicitar a la Compañía de Tranvías, ha- se estima, por término medio, en 75 a 100
metros.
cemos votos para que ei éxito le acompañe en
La masa de agua que el amazonas vierte en
su laudable labor de dotar a la población y a
los caseríos de servicio tan cómodo y útil coel Atlántico se calcula en 300-000 metros cúmo los tranvías.
bicos por segundo.
A C T U A L I D A D
MARTIN,
«EL EMPECINADO»;
Quijano, fué devuelto a su casa por otroPedro Alonso, que para él lo fué su padre,
quien lo consiguió alegando la corta edad del
recluta.
A la manera que el hidalgo manchego se
Había necesitado el peregrino hidalgo deentregaba a la lectura de los l¡b,os de cabavanarse la sesera para ponerse un mote que
llería, con tanta afición y gusto que olvidó revelase su linaje y patria; el sencillo lacasi de todo punto el ejercicio de la caza y
briego no necesitó inventar ninguno, porque
aún la administración de la hacienda, un joven
naturalmente llevaba el que a todos sus conabrador castellano se enfusiafmhba hasta la
vecinos ponían en los pueblos comarcanos,
exaltación leyendo cuantos impresos caían
tomándolo del negruzco lodo o pecina caracen sus manos con las noticias de las guerras
terístico de los arroyos que cruzaban y cruzan
que los ejércitos
el suyo.
napoleónicos sosLo mismo que en
tenían allende
las causas y perilos Pirineos, intepecias de sus corrumpiendo las faemienzos, hay ciernas agrícolas con
to parecido (aunprolongados des
que con la diferencansos hasta termicia que va de lo
nar de leer la desvivo a lo pintado
cripción de alguna
y de la caricatura
descomunal bata
al verdadero retralia, y descuidando
to del tipo clásico
poco a poco las laespañol) entre las
bores de las fincas
aventuras sucesi
paternas.
vas del arrogante
hidalgo y las del
Y del mismo mo
no menos decidido
do que al ingenioso
.Salida d e l a s a u t o r i d a d e s d e l a i g l e s i a d e l Coll,
d e s p u é s d e l Te Deum q u e s e c a n t ó e l d i a d e l a
fabrador.
hidalgo se le llenai n a u g u r a c i ó n . — í ' o í . J. Soler
Este fué, como
ba la fantasía de
' aquél, víctima de
aquellas s o ñ a d a s
las lecturas a que se dedicaba; ostentó un mote
invenciones de encantamientos, pendencias
revelador de su naturaleza y patria; se endesafies, requiebros, amores, tormentas y
contró con sus mercaderes toledanos y con
disparates imposibles, que él juzgaba verdasus arrieros yagü^ses en los campos de Caderas quiso imitar así por el aun ento de su
bezón y Rioseco; sufrió el pesar de saber,
honra como para el servicio de su re,3ública.
no que estaba encantada por ningún sabio la
al campesino de Castillo de Duero (donde
nació Don Juan Martín Diaz, El Empecinado,
dama de sus pensamientos, sino presa por
el 2 de Septiembre de 1775) le embargaban sus enemigos la reina legítima de su corazón,
el ánimo hasta sorberle los sesos las descripsu madre; fueron tres las salidas que hizo: ja
ciones verídicas de las hazañas reales de los
primera contra la voluntad del autor de sus
héroes de Montenotte, MelteSimo, Dego,
días, la segunda como soldado y la tercera
Mondoni, Lodi, Taglamento, Malta, Abukir,
como voluntario guerrillero; se vio encerrado
Zurich, Marengo, Hohenlinden, Austerliz,
en una jaula y expuesto, no a la burla comJena, y de tantos otros combates como enpasiva de corteses caminantes, sino a las iras
sangrentaban los c mpos de Europa y de
de una multitud fanática y soez; y, por último,
África, hazañas gloriosas que él soñaba emu- hasta en la hora de la muerte, asi como a la
lar.
memoria del manchego se le ofreció el cuadro
tristísimo de sus pasadas locuras, al nunca
De tai modo llegó a tener vuelto el juicio
bien ponderado castellano se le presentó
con aquellas lecturas que tanto le seducían,
ante los propios ojos el más doloroso aún
que al salir una mañana del apero, en vez
de la antigua deshonra de su hogar por asisde dirigirse al sitio de la labranza, cambió la
estepa por un viejo trabuco y marchó a sen- tir a presenciar su ejecución su infiel esposa
Catalina de la Fuente, vecina de Fuentecén,
tar plaza en la guarnición más próxima, que
donde vivió algún tiempo Don Juan Martín
ara la de Valladolid, Pero, como el buen
JUAN
A C T U A L I D A D
tardó en fugarse, y con tres hermanos suyos
y otros muchos camaradas que se pusieron
a sus órdenes, formó pronto una partida que,
emboscada en los alrededores de Madrid,
inició sus correrías matando a un correo y
quitando a otros los despachos. Después, se
dedicó a la empresa de convoyes, con tal
destreza y denuedo que entre los muchos
apresados no tardó en figurar uno importantísimo, defendido por algunos millares de
Contrariado vivía en su lugar, después de
haber servido al rey al tocarle la suerte, y franceses mandados por el general Moncey a
venció.
lejos de las batallas en que había soñado en- quién el Empecinado
contrarse, cuando
Su temeridad no
ocurrió el levantareconocía límites,
miento general de
y a causa de ella
todas las provinvolvió a ser hecias españolas concho prisionero y
tra Francia, y pudo
encerrado en la
el
Empecinado
cárcel de Burgo de
ser alistado sin
Osma. Pero un día
obstáculo en el rerompió sus cadegimiento de caba
nas, abrió las puerHería de España;
tas ddl calabozo,
pero hasta el 12 de
y ya en
i lena
Junio de 1808 no
calle peleó c.erpo
recibió, como guea cuerpo con los
rrillero, su deseag e n d a r m e s que
do bautizo de sanquisieron detenergre, que sufrió a
le, consiguió arroA s p e c t o d e la t e r r a z a d o n d e s e s i r v i ó e l lunch c o n
orillas del Pisuerjar a uno del caq u e se o b s e q u i ó a las a u t o r i d a d e s e invitados.
ga, en el combate
ballo, y montando
Fot. J. Soler.
de Cabezón, tan
en la cabalgadura
desdichadamente dirigido por Don Gregorio del caído escapó a todo correr, para continuar
siendo el azote de los ejércitos de Napoleón.
de la Cuesta, a quien derrotaron Merle y
Lassalle.
Tan pronto como se vio en libertad, empeAsistió después, el día 14 de Julio, bajo el
zó a recorrer, sin descanso, las comarcas de
mando de tan desacertado general, a la no Aranda, Segovia y Sepúlveda, haciendo primenos desafortunada batalla de Rioseco, don- sioneros, entreteniendo considerables fuerzas
de los españoles fueron vencidos por Bessié- destacadas en su persecución y burlando
res, debiéndose el triunfo al talento militar diestramente al enemigo cuando más acosado
de éste más que al valor de sus tropas, pues parecía verse de él.
en los actos de arrojo llegaron a tal grado
Ambas Castillas fueron teatro de sus innulos vencidos que solo un pelotón de ellos,
merables proezas; y cuando la Junta Central
entre los que iba Juan Martín, arremetió con reconociendo que las guerrillas eran los enetal ímpetu contra las avanzadas francesas migos más terribles de los invasores, procuque sembró el espanto en ellas y se apoderó ró fomentar aquellas que llamaba «fuerzas
de una batería.
sutiles del país», encargó al Empecinado la
Ya desde esta batalla empezó a demostrar organización de las más importantes, confiel Empecinado
su desprecio a la vida, su
riéndole el mando de capitán.
coraje y sus dotes de estratega; y en cuantas
Llamado por las autoridapes de Quadalalibró después fué confirmando más y más la
jara para que organizase también las suyas,
Valentía, la serenidad ante el peligro, la assa puso al frente de éstas y no dejó a los
tucia y el instinto guerrero que habían de
franceses un momento de reposo, sostenien
inmortalizarle.
do con ellos rudos y biillantes encuentros
hasta hacerles huir de la provincia. Durante
Perseguido y preso por los franceses, no
después de su segunda salida. Más a pesar de
las indicadas coincidencias, siendo natural que
todo fruto responda a la calidad de la semilla,
así como las hazañas del manchego, inspiradas
en falsas leyendas, fueron disparatadas y estériles, las del castellano, como inspiradas en
relatos verdaderos, fueron bien encaminadas y
fructíferas.
A C T U A L I D A D
gran parte del año 1811 no salió de la Manla provincia de Guadalajara, bajo las órdenes
cha una división del cuarto cuerpo invasor
del conde del Montijo, por disposición de
(encargado de mantener expeditas las coBlake.
municaciones entre Madrid y Andalucía, ex:
A principios de Febrero de 1812 se vio el
tendiéndose también a esta región las opeEmpecinado
en grave aprieto, hallándose
raciones del ejército del centro bajo las
en Rebollar de Sigüenza, a donde lo había
inmediatas órdenes del rey José), a la que
llevado con engaños Don Santiago Albuin,
no se opusieran los movimientos del bravo
el Manco. Este empezaba a empañar su anDon Juan Martín, el cual se encontraba en
terior patriótica conducta convirtiéndose, a
todas partes, corriéndose unas veces a Araúltima hora, en cómplice y espía de los frangón y poniendo en grave aprieto la guarniceses y procurando perder a su antiguo amigo
ción del castillo de
y superior.
Molina, volviendo
En la noche del 7
otras a Guadalajara,
de Febrero descansaya reconquistando Siban en dicho pueblo
giienza y Cuenca deslas tropas del Empepués de destruir sus
cinado, a quien guiaguarniciones, ya solo,
ba el Manco a un suya unido a D. Pedro
puesto paraje donde
Villacampa, con el que
sorprendería al enedesalojó la guarnición
migo. Pero, lejos de
francesa de Auñón,
ser asi, lo que procuró
llevándose innumerafué preparar una embles prisioneros.
boscada, y mientras
No sabiendo el enedormían los españoles
migo cómo dominar
mandó a v i s o a los
los bríos del infatigafranceses, que estable Empecinado, reban apostados en las
currió nada menos que Otro a s p e c t o d e l a t e r r a z a d u r a n t e a c e l e b r a c i ó n cercanías del Rebodel luncli.—Fot. J. Soler.
a poner en rehén a su
llar, para que cayesen
madre.
sobre la población.
G r a n d e l u é aquel golpe para el invencible
Cuando el Empecinado despertó, alarmado
caudillo: pero ni aún así se dió a partido.
por el estruendo de la caballería invasora,
Para Don Juan Martín, los sentimientos del era ya tarde para organizar la resistencia;
deber y de la independencia de la patria es- le mataron mucha gente, le hicieron más de
taban por encima de todos los afectos huma- mil prisioneros y él, para salvarse, tuvo que
nos. Entonces, discurrieron sus adversarios echarse a rodar por un despeñadero.
otro medio: dieron la orden de que fueran
Pronto se repuso de las pérdidas sufridas
ahorcados, sin compasión, todos los guerri- en aquella trágica noche, y el 9 de Mayo pelleros de su partida que capturasen. El indo- netró en la ciudad de Cuenca, defendida por los
mable castellano contestó a esta orden con imperiales, derrotándolos en todos los encuenla de arcabucear a tres franceses por cada tros y obligándolos a encerrarse en los fuertes.
español que aquellos ejecutaran.
En la mañana del 12 de Agosto (a los dos
Mientras Lacy, Eróles, Manso y Milans días de salir el rey José) entraron en la corte
reorganizaban los somatenes catalanes y de- de las Españas el Empecinado y Wellington,
rrotaban a Decaen en las alturas de Garriga a quienes salió a recibii el nuevo Ayuntamiendejando libre el campo y la ciudad de Vich, to, llevándolos a la Casa de la Villa, donde
el Empecinado
tomaba por asalto a Catala- fueron muy agasajados. A peticiones del
yud, el 4 de Octubre de 1811, haciendo pri- pueblo, se asomaron los dos al balcón que da
sionera su guarnición, y el 6 de Noviembre a la plaza, y ambos fueron muy ovacionados.
Mientras el generalísimo de los aliados recirecuperaba la Almunia, copandp a todos sus
defensores; dedicando el resto del otoño, a bía justos aplausos de los habitantes de Mainterceptar las comunicaciones entre Valencia drid, el Empecinado volvía enseguida al camy Aragón, hasta que en el mes de Diciembre, po y reconquistaba a Guadalajara, rindiéndose
y como general en jefe que había llegado a el general Preux con toda la guarnición.
ser de un importante cuerpo, pasó otra vez a
J O S É C Á S C A L E S MUÑOZ.
A C T U A L I D A D
REVELACIÓN
propia emoción la emoción delirante de Hamlet, de Romeo, de Paolo, de todos los héroes
galantes del amor, y pensé en una cita en su
Una tarde, Ainelita, entre curiosa y senti- ventana florida, y en una mirada de sus ojos
mental, me preguntó:
y en un beso de sus labios.
—¿Cuándo descubrió V. que era poeta?
¡Pensando en tíi Y me repetía aquella frase
Luego me mira con la dulzura triste de sus saboreando su dulzura y su pasión. Y juré que
ojos nostálgicos, que ya no llamean ni tienen la amaba, ingenuamente, como a mis hermailuminaciones de oro en las pupilas.
nas las. estrellas y a mis tiernas hijitas las
— Entonces, amiga mía, era yo muy niño. flores. Y aquel vals, divino, tímido, desfalleAmaba a mis hermanas las estrellas, a mis ciente, que iba derramando en su armonía
tiernas hijitas las flores, y me fascinaba el
toda la pena de mi loco amor. Cuando me revuelo de las mariposas y los gorjeos de u n * tiré a mi alcoba, escribí, escribí, escribí, in
fuente. Y amaba
.
mensamente, locatodo esto porque
mente, dolorosaera bello. Enconmente. La llamé
traba la vida más
ingrata, cruel, diintensa, amando a
vina. Al terminar
los jardines, a las
aquella locura emaves, a las estrebriagadora y exalllas y a las mujetada hice el descures. Una noche, en
brimiento más dola penumbra de un
loroso de mi niñez.
salón cinematográ— ¡Yo e r a un
fico, bajo la caricia
poeta!
de unos ojos crueE. S. BELAVAL.
les, vino la revelación atormentada
de mi nueva vida.
C U E N T O IDEAL
Dilatándose en la
N i ñ o s y n i ñ a s d e l a s e s c u e l a s p i i b l i c a s d e l Coll d' e a .
voluptuosidad de
Cuando la jovenRebassa, estacionados en la Ciudad Jardín, s a l u d a n
las sombras, venían
e l p a s o d e l t r a n v í a e l é c t r i c o el d i a d e l a i n a u g u r a cita llegó a la gran
de los vioiines las
c i ó n . — í V i í . J. Soler.
ciudad, se halló en
notas arpadas, pula mitad de las turras, cristalinas, como son las de los susbulentas calles como aturdida con el marcador
piros y los sollozos. Era un vals viejo y
vaivén de las mismas.
apasionado. Se llamaba: «Pensando en tí».
—¿Cómo lo haré, pobre de mi—dijo apesaImpulsaba las lágrimas a salir de los ojos, los
dumbrada—para encontrar entre tantas cosas
suspiros del pecho, los ensueños brotan de
aquella en que yo he de ir a posar?
nuestras pupilas dilatadas, las manos a unirse
A poco vio un bellísimo joven cubierto de
en un largo gesto de adoración ingenua, y las
palabras a salir de los labios con toda la pena oro y de perlas que la miraba sonriente. La
jovencita, tímidamente, se le acercó.
recóndita de los amores íntimos. Y yo me sentí
—Señor—le dijo—¿es usted conocedor de
muy pequeño pero muy puro y muy bueno.
Comprendí que hay siglos que se viven en un esta ciudad?
—La conozco toda—contestó el gallardo
solo minuto, que hay momentos de emociones
joven.
inmensas, que hay dolores que revelan las ma—¿Y tiene usted muchas relaciones?
ravillosas transformaciones cantadas por Bec—Si, tengo mucha gente que me conoce.
quer, y que hay otras vidas más bellas y más
—¿Podría usted, pues, hacerme el favor
profundas, paralelas a las nuestras. De los
de indicarme las personas a quienes mi buena
labios se me escapó su nombre como un seestrella y consejera me indica que rae acoja?
creto violado. ¡Pensando en tí! ¿Qué decía
—Seguro que puedo.
aquella música que parecía tener alma para
—Pues bien, hágame el obsequio de decirsuspirar? ¡Cuántas cosas delicadas surgieron
de mi mente! En un momento condensé en mi me dónde habita el amante «Sueño».
—En mi casa—respondió el joven.
A C T U A L I D A D
CHASCARRILLOS
—Dime, Teresita, ¿Tú no vas nunca
al colegio?
—No, señor, porque mi papá no quieque aprenda a leer.
— ¡Cómo es eso! ¿Tu papá no quiere
que sepas una cosa tan útil?
- N o quiere que sepa leer para que
no haga como mi mamá, que le abre
todas las cartas.
A s p e c t o d e la p ' ü z a d e l a C i u d a d J a r d í n c o n
l a s n u e v a s c a s e t a s i n s t a l a d a s poi- l<a s o c i e d a d
« P r g r e s o U r b a n o » , q u e lüi l l e v a d o a c a b o el
p r o y e c t o de construcción de la n u e v a c i u d a d .
— ¿Por qué no vive usted con sus
padres?
—Porque no puedo. Cuando no estoy
preso, lo están ellos, y cuando ellos salen, entro yo.
Fot. J. Soler.
— ¡Ah! He tenido, pues, un encuentro afortu
nado. ¿Y la «Delicia»?
— El) mi casa.
- M e j o r que mejor.—¿Y la «Felicidad»?
—Está tan:l:ifn en mi domicilio.
— ¡Oh! eslo es iorprcndente, t xclamó la jovencita fijando sus ojos en el 1ICIIIIO;Ü joven. Acompáñeme, pues, a su casa.
— Con mucho gusto, chiquilla. Vamos.
Pusiéronse en marche; pero a medida que iban
adelantando camino, se iba nublando el semblante
de la muchacha.
—¡Ah!—dice—aquellos a cuyo lado me conduces,
no son los únicos a quienes debo visitar. Mi buena
estrella me encargó que visitara otras personas
menos amables, pero a quienes nadie en el mundo
puede dejar de conocer.
—Pues bien, dime el nombre de esas personas.
—La primera es el «Sentimiento». ¿Sabe usted
dónde habita?
— Seguro, en mi casa.
— ¿De veras? ¿Y la «Melancolía».
—En mi casa también.
—¿Y el «Dolor»?
—En mi casa.
La jovencita quedóse maravillada y dijo:
—Pero, es muy extraño, que habiten todos en su
casa. ¿Quién es usted, pues?
—¿Yo? Soy el «Amor», exclamó el rubio y sonriente jovenzuelo.
CATULLE M E N D E S .
P l a n o del Restauí'ant q u e se está constvtiyendo en la n u e v a Ciudad Jardín,
original del arquitecto municipal don
J a i m e A l e ñ a , e l e g i d o por la J u n t a d e l a
S o c i e d a d « P r o g r e s o U r b a n o » e n t r e los
q u e se presentaron a concurso.
Fot. Guardia
Amer.
TEA T R ALES'
COMO SE HACEN
tela barnizada y el mástic hacen que aquélla
se adhiera fuertemente al hierro, y entonces
sólo queda hacer girar la rueda, mientras se
procura tener la tira de tela muy tirante, a
Las envueltas de los neumáticos, no son exclusivamente de caucho; en ellas entra tam- fin de que no haga arrugas y se extienda bien
bién la lona,
por igual. De
p r e p a r a d a de
este modo se
un modo espeponen tres, cuacial. Para ello,
tro o más capas
se barniza con
de lona barniuna solución de
zada alrededor
caucho y bendel molde, procina, hasta que
curando que las
el líquido peuniones de los
netra bien en el
exlren.os cointejido, y luego
cidan bien, pauna de sus cara que no reras es entera
sulte ninguna
mente revestidesigualdad.
da de caucho.
Los p l i e g u e s
La lona así
que por la forp r e p a r a d a se
ma de media
corta al sesgo
caña de la Hanen tiras de 45
ta, hace la tela
centímetros de
a uno y otro laancho por medo, desaparetro y medio de
cen componienlargo, que se
do un todo comtransportan sopacto por la nabre bandas de
turaleza misma
algodón, hasta
del material, y
el departamencontribuyendo
to de la fábrica
también a ello
donde s e da
el estar cortado
forma a ios neuel sesgo.
máticos.
Mientras se
Allí, el opevan poniendo
a r l o dispone
las d i f e r e n t e s
de una rueda
capas de tela,
de hierro colase coloca a caCesare Formichi, eminente barítono que con éxito grand e h a c a n t a d o l a c e l e b r a d a ó p e r a Thais d e M a s s e n e t
do cuya llanta
da lado el reborsirve de molde
de que permite
y que puede girar sobre un plano perpendi- asegurar los neumáticos en las ruedas de los
cular al de la rueda.
automóviles.
ffay que advertir que la lona preparada
Cada reborde es un aro de caucho, genecon caucho es muy pegadiza, lo que permite ralmente reforzado con alambre, que se pone
formar tiras muy largas con sólo juntar los entre los bordes sobrantes de una y otras tiextremo de dos bandas y apretar un poco en ras; las orillas de éstas se remeten bien por
el punto de unión. Porsi esto no fuese bastandentro del reborde, y por medio de una ruéte, lo primero que se hace al confeccionar una decilla montada en un mango corto, se planenvoltura es dar a la llanta-molde una mano chan las arrugas que forman al doblarse. Hade cierto mástic. El operador se hechu ense- cho esto, no falta más que sacar la envoltura
de su molde, después de someterla a la opeguida al hombro una tira del material, y apliración del cocido.
ca al canto de la rueda de hierro el extremo
bue pende por delante. La pegajosidad de la
Los inconvenientes que se encuentran a es-
LOS NEUMÁTICOS
T E A T R A L E S
te procedimiento, son que el trabajo manual
no puede ser nunca tan uniforme como el mecánico.
Eso no obstante, son todavía pocas las fábricas que han tdoptado las máquinas para
sustituir al sistema descrito.
--^
Entonces todos los vecinos dijeron: «Si ese
inútil cerezo no hubiese estado allí, jamás se
hubiera derribado la casa». Hubo muchas discusiones; pero jamás ocurrió a los vecinos ni
a nadie que el bonzo y la tempestad eran los
únicos culpables; él por haber tenido la ocurrencia de plantarlo en ese lugar, y la tempestad por haberlo
El joven y ia gelsha
azotado y arrastrado de raíz.
Un joven esAhora bien:
taba tan inmenvos sois la cas a m e n t e enasa de campo del
morado de una
bonzo y yo soy
muchacha gei
el cerezo.
sha, que le ofreSi n u e s t r o
ció a su dueño,
matrimonio nos
propietario de
trae la infeliciuna casa de té,
dad, entonces
u n a grandiosa
todo el mundo
cantidad de dime culpará, conero para mamo culparon al
numitirla y poárbol. Dirán —
der casarse con
lo sé bien:—
ella. Cuando la
«una geisha lo
muchaha geiha arruinado»,
sha lo supo, disobre mí caerá
jo al joven:
la lluvia de im«—Con vuesproperios.
Si
tro p e r m i s o ,
compráis mi livoy a contaros
bertad ahora,
una historia:
os asemejaréis
Un b o n s o ,
a un hombre
que s e había
que lleva una
construido una
antorcha contra
casa de campo
el
viento: muy
en las orillas de
pronto
estaríaun río, fué un
mos los dos en
hermoso dia de
la obscuridad.
primavera a las
Por lo tanto,
mon ta ñas. En
esperad un año.
su camino enMientras se
contró un cerecumple el plazo en plena floW a l t e r Kirchoff, notabtlisimo tenor q u e h a de c a n t a r
zo, g u a r d a d
rescencia, y su
Tristan en n u e s t r o T e a t r o P r i n c i p a l ,
cui
dado samencorazón
se
te vuestro dinero, y si al fin de este tiempo
abrió ante su belleza. Y se dijo: Voy a plandeseáis plantarme en vuestro jardín, os quetar en mi jardín un árbol como éste, para que
daré eternamente agradecida».
me pueda recrear en él mañana y tarde; porSiguiendo el consejo el joven, al cabo del
que no hay nada aquí abajo más bello que este
árbol. En seguida contrató hortelano, se hizo año casóse con la geisha y fueron felicísimos:
Nada sobrepasa la sabiduría y la bondad de
plantar un cerezo en su jardín, con lo que reesta geisha común, ni la prudencia con que el
creaba su vista.
Pero una noche se desató una tempestad joven siguió el consejo, Pero creo que esta
que azotó al árbol contra la casa y acabo por clase de cosas sólo sucedían en los viejos
tiempos de antaño,—H.
destruirla.
INVITACIÓN AL BESO
Por primera vez Ana María me mintió. Fué
un embuste tímido, bello, femenino. Nuestra
Señora de los Ojos Verdes, como le llamaba
yo, tenía la llave de los siete alcaceres de la
serenidad. Cuando el embuste manchó sus
labios, con el zumo color de rosa de su intención, sonrióse tristemente, casi con pena, como si un embuste de novia fuera un delito
atroz. Y era que Ana María, a pesar de sus
quince años, tenía un alma recién nacida.
Aquellos que no la conocieran, pensarían en
una flor de hospicio de gravedad melancólica
y de triste sonrisa, ¡Oh, aquella dulzura maternal de hermana de la caridad de mi amada!
Nunca sus ojos dieron permiso a mis labios
puros de niño para besar sus mejillas de porcelana. Era su amor un amor fuerte, noble,
sincero, tranquilo, sin emociones violentas,
sin alegrías destempladas. ¡Amor de serenidad!
Nunca una expansión de angustia, de celo,
de amargura ni alegría rompió aquella paz
absoluta de nuestro amor, ilusionado y tranquilo, que nacía en las primeras sonrisas de
nuestros labios inviolados, en las primeras
floraciones místicas de nuestras almas irreveladas.
Yo esperé de su amor algunas lágrimas,
para enjugarlas con mis besos, como un broche
de su perdón. Las reconciliaciones dulces de
las novelas eróticas devoradas a hurtadillas,
me hacía ambicionar un pequeño y mimoso
dolor para nuestro idilio sosegado y sencillo.
Apenas sabía hablar de amor. ¡Era tan pequeño! La miraba mucho, le decía que cuandc las
almas se aman, nunca Dios las separa, y en
las despedidas, frente a la verja del colegio y
d e su casa, le apretaba aquella manecita suya.
tan suave y olorosa, con cruel ternura, como
para perfumar con su recuerdo y su esencia
las cortas horas de ausencia que mediaban
entre los dos.
Los domingos iba a la iglesia, con su mamá,
vestida de blanco, con su palidez iluminada, y
su cuerpo esbelto y armonioso en su delgadez
aristocrática. Nunca sus labios dejaron de
murmurar un rezo para dirigirme una sonrisa.
Sus catorce años eran reflexivos, graves, serenos. No sentía inquietud por el pecadillo
de tener un novio. Aquella serenidad elevada
de su carácter tranquilo, era como un escudo
para sus inquietudes; la ingenuidad melancólica de su corazón, aseguraba nuestro amor,
bueno y desinteresado, de las asechanzas familiares, que sufrían las audaces Julietas de
mis doce años, de aqueilas muñecas muy locas y bonitas que tenían a Othello por abuelo,
y en cuyas esquinas, la pechera inmaculada
de una camisa blanca, denunciaba el encantador espionaje del elegido.
Alma serena; ojos serenos; ideas serenas.
En mis primeros versos locos y torturados
fué Ana María, la musa de los éxtasis, la abadesa de la catedral de la ilusión, la golondrina de las aviaciones tranquilas, la mujer con
alma de piano; sí, alma dulce, grave, melancólica, armoniosa, apacible.
Con sus ojos verdes, que eran de ámbar en
la tarde, de azur en la mañana, y de crisopacio en la noche, iba filtrando en mis estrofas
ingrávidas, todo el poema vigoroso de su
amor, puro y tranquilo. Eran lentas filtraciones de rara atracción magnética, como si
fueran nuestras pupilas, dos chorros de luz
que al unirse, produjeran la vislumbración
refulgente del paraíso prometido. Todo lo
que callaba su voz de dulzura maternal, me lo
decían aquellos ojos elocuentes de mi novia.
F O O T - B A L L
Concurso i-Copa Ayuntamiento^). — Primer e q u i p o d e i a R e a l S o c i e d a d ;
«Alfonso X I I I » , q u e h a s t a el p r e s e n t e o c u p a u n o de los primeros puestos.
Fot. Grop Senatxo.
que nunca se ruborizaron ante mís miradas de
embeleso, propios del niño, y del poeta torturado que iba floreciendo en el niño.
Ana María escuchaba mis palabras apasionadas con una gran naturalidad. Junto conmigo esperó en el silencio cansino de las tardes primaverales, las arcanas revelaciones
de la poesía salvaje y hermosa de la naturaleza. Espíritu multiforme y severo, era su alma
un gran molde espiritual para las e.Tiociones
supremas de la poesía Ana María tinía el perfil romántico, que creó mi imaginación al despertar con el grito formidable del poeta. Maestra de la suprema serenidad, con la luz de
sus pupilas venció la voz de las atormentaciones y los sonidos violentos que derramaron
las metálicas enunciaciones de la nueva vida
del espíritu y el corazón, que celebró con su
dualidad poética, la misa extraña y dolorosa
que condena al hombre a soñar.
Una tarde, tras las enredaderas de su casa,
inicié la primera audacia formal de aquel amor
otoñal.
—¿No me das un beso?
Mi novia me miró agradecida. Luego sonriéndome con maliciosa promesa, así me dijo:
—Hay en mi mente un pensamiento que
siempre lo he ocultado.
—¿Cual, Ana María?
[
!
—¡Ana María!
-¡Si!
— ¡Al fin he encontrado en tí una mujer!
—Es por lo único que acepto que se pierda
el mundo, añadió sonriendo tristemente, ¡Es
tan hermoso dar un beso!
Y ante el pacto del embuste de pensamiento
que siempre me guardó la serenidad ultraterrena de mi novia, vino aquel primer beso
nuestro, tembloroso, tímido y asustadizo que
fué la primera revelación terrena de su alma
de mujer,,.
E.
S.
BELAVAL.
PASATIEMPO
En una escuela de párvulos;
En la cartera de los libros de un alumno,
el maestro acaba de hallar un gran pedazo
de pan, y montrándoselo a dicho alumno, le
pregunta:
—¿Qué libro es este?
— Es un fragmento de libro nada más.
—¿Un fragmento de libro?
—Si, señor. Un fragmento de la Doctrina
cristiana: aquel que dice; «el pan nuestro de
cada día».
P O E S Í A
EL P O B L É
El poblé té un carrers llígats en I' estretor,
que pugen, desiguals, entre ennegrides cases,
•'Is teulats, el matí, s' ofereixen com brases
d' un Ilumines caliu a tota la blavor.
I s' está en els penyals hont mostra I' etzevara
com llanca migeval el séu pal enflocat;
s' assoleia i s' acata 'I parral de moscat
al damunt de les gorgues de la ribera clara.
S' espolsa en son iglesia un retaula brillant
que guarda, en el teixit d' escenes complicades,
Sant Sebastiá nafrat per les fletxes malvades;
i les velles hi passen el diumenge, pregant.
Els poals trenquen el raig de fresques fonta[neller,
i pugen els perfums de 1' userda amb el vent.
Té'ls seus horts tot a vora i'ls seus camps de
[froment,
i'ls olius escampats en els terrers d' abelles.
Canigó, cap al tart, s'hi veu violetejar;
una rega de llum, cap al tart, el retalla;
es llevors que s' en tornen pagesos ab la dalla,
i un hom ou les reinetes, amistoses, cantar.
LA VELLA
En la cadira baixa s' está al pás de la porta,
la que r hivern guardava 'I recó de la llar,
i mira 'I sol brunzent, la rosa, 'I Iliri ciar,
com un Uumenet d'oli sa pupila m i g m o r t a .
Fent ressaltar sa cara té son caire nuat,
i en els genolls reposen ses dos mans arrufi[des...
endreca a neis mainatges páranles atendrides,
mes les troben estranyes i plenes de passat.
Allá baix r aigua corre entremig deis herbat[ges,
i brillen les axades sota 'l.fullam deis horts;
la vella, en sa cadira, rumia sos recorts,
sola en la quietut daurada del vilatge...
Troba qu 'es bell el plá de nostre Rosselló;
potser no sab si hi ha térra enlla de les mun[tanyes...
S ' e s t á al pás de la porta... son mortes ses
[companyes;
en un tupí escuat s' és hadada una flor.
Ara un fum blavenc puja de cada ximenella:
ses nétes a la font se 'n baixen amb el poal...
Totduna, la campana, ab un so sempre igual,
sona per el rosari; s' es moguda la vella...
A UN EIXAM D' ABELLES
Oh joventut! Les fontanelles
ais roquissers relliscarán,
lleugeres... tot murmurejant
flota un feliq eixam d' abelles.
Sonriu la porpra de les flors
dement deis correes de muntanya.
El meu salut us acompanya,
abelles del Maig géneros.
He sentit vostra melodía
des del replá del meu jardí,
omplint tot r aire... 1 avui en mi
r eixam deis somnis se congria.
En la delicia del matí
anéuvos penjolar. brunzentes,
oh gaspa alada i resplendenta,
a r emetller d" un hort vehí.
Mos somnis fan mes liare viatge:
ondegen a ran del cel ros
fins un terrer mes amorós,
hont solen tJobar llur hostatge.
Allá hont r Albera ha desplegat
ses penyes color de viola,
r eixam de mos somnis tremola,
i flota en 1' aire iluminat!
J . S.
PONS.
DULCES CADENAS
Tiene la jaula abierta tu jilguero
y desplegar sus alas no ha querido;
son tus labios más bellos que su nido:
es tu alcoba más linda que su otero.
Precia más él tu aliento lisonjero
que los perfumes del vergel florido;
sólo por regalar tu casto oído,
es feliz, siendo un libre prisionero...
Yo también estoy preso en tus amores
y desprecio la gloria con sus flores,
el invicto laurel, la egregia palma.
Porque bajo la fronda de tus ojos,
tengo yo el nido de tus labios rojos...
¡soy el feliz jilguero de tu alma!
PEDRO JARA
CARRILLO.
BALEARES
DOS LIBROS NUEVOS
Ei s e c r e t o d e la P e d r i z a
por Adolfo V á z q u e z .
No ha mostrado predilección la nueva generación literaria, en Mallorca, por el difícil género novelesco. Por esto es más de celebrar
todo intento en este sentido y más si el autor
es forastero y aja pintura de nuestros paisajes
y al bosquejo de nuestros caracteres dedica
sus aptitudes.
El nombre de Adolfo Vazquer era con antelación a la novela que ahora nos ofrece conocido en el campo de las letras. Con buen éxito ensayo antes sus aptitudes en el arte dramático.
«El secreto de la Pedriza» es, como la titula
sn autor, una novela de ambiente mallorquín.
La acción se desarrolla particularmente en la
brava costa valldemosina y la versión de aquellos parajes hs sido con donaire elevada a las
páginas del libro.
La vida del contrabandista sirve de eje a
la acción y las figuras de «En Toni de Son
Morades» y de Magdalena, su hermana, culminantes en la novela, están bien dibujadas.
El relato, no obstante ciertas proligidades,
al describir la manera como se hva aquí el
contrabando logra despertar ti interés del
lector.
El final es intensamente trágico; el autor
sabe preparar bien la acción para llegar al
fatal desenlace y la descripción es entonces
rica en colorido.
La fluidez del estilo hace amable la lectura
de la novela en conjunto que es una gallarda
muestra de las estimables aptitudes que el
Sr. Vázquez posee para el cultivo de tan difícil arte.
Lleva la obra un prólogo del literato den
Gabriel Alomar.
A las muchas felicitaciones que ha recibido
el autor de «E! secreto de la Pedrisa» por el
éxito de su novela, une BALEARES la suya
muy efusiva.
G e n o v a p o r A n t o n i o Mulet,
El encastillado caserío de Genova uno
de los mas frondosos y sugestivos rincones que no obstante su proximidada Palma bien parece un paraje de la brava sierra, inspiró al atildado escritor Antonio Mulet una serie de interesantes artículos que
fueron apareciendo en las columnas de La
Almudaina y que ahora ha reunido el autor
formando un pulcro libro que lleva una portada a la pluma muy adeaiada, obra del propio autor de «Genova»,
Está enamorado de aquellas deliciosas perspectivas supo llevar a las cuartillas las dulces
emociones que aquellas le inspiraran.
El estilo es galano, las descripciones muy
interesantes y bien enfocados los asuntos.
Otra de las características de Mulet en su
libro es la acertada descripción de los personajes y sabe hacerla con sobrio trazado,
pero de verde efecto,
Prologuea el libro el escritor D, José María
Tous y Maroto.
«Genova» ha tenido un verdadero éxito
de librería y el Sr. Mulet ha recibido muchas
felicitaciones,
BALEARES se complace también en felicitarle.
RECUERDO DE AMOR
Salí de la fonda en q u e me hospedaba
decidido a c o n s a g r a r la t a r d e a los recuerdos.
U n a a v e n t u r a de amor trágico, que est i g m ó p r o f u n d a m e n t e mi alma, dejando
indelebles huellas de dolor, nae atraía
ahora, en la proximidad del l u g a r , con
fuerte fascinación; con ese morboso deleite
que nos dan las cosas que fueron testigos
de nuestros actos,..
Me e n c a m i n é al barrio de la V i ñ a . Bajo
el fondo azul claro de su cielo, aparecían
eus casas de un solo piso, con sus fachadas
p i n t a d a s de blanco, de azulados tonos, h a ciendo resaltar el verdoso m a n c h ó n de BUS
rejas cuajadas de flores, donde la m a d r e selva y la enredadera tejían polícromos y
arabescos dibujos, por entre cuyos calados
asomaban m o n t o n e s de claveles y rosas, de
diferentes tonos, j u n t o a j a z m i n e s de p e n e t r a n t e aroma y de tal b l a n c u r a , que los
destacaba del fondo semejando u n a lluvia
de a l a r g a d a s perlillas.
Presentaba la m i s m a nota de color, de
vida, de alegrÍH; e n t o r n a n d o un poco los
ojo?, parecían los zig zas que formaban las
calles, un revoUiño de cintas de i n m a c u lada blancura, desprendidas suavemente del
cuerpo de u n a diosa que h u b i e r a hecho de
aquel sitio su lecho de a m o r .
Al otro lado, enfrente, tras la alta m u r a -
BALEARES
l i a . 88 e x t e n d í a e l m a r m o v i d o p o r u n a l i gera brisa, q u e levantaba
ondulaciones
suaves, que e n su perezosa marcha, sucediéodose siempre unas a otras, morían al
chocar contra las rocas convirtiéndose al
romperse s u rizada cresta e n caprichosos
dibujos.
Y el s o l , casi perpendícula. tendía s u s
ardientes rayos, que rielaban sobre eljagua,
semejando bruñidas cuchillas q u e m a n o s
igootasesgrimieran con rítmico compás.
¡Qué sensación t a n a g r a d a b l e , el ir recordando aquellos queridos lugares
donde
pasé u n a época d e m i vida! Cada sitio, cada
detalle q u e r e c o n o c í a , m e traía a la m e m o ria r e c u e r d o s d e u n a m o r . . . ¡elú n i c o d e m i
'ida! p r o d u c i é n d o m e la tristeza dulzona,
CDeláncólica, q u e dejan a s u paso las cosas
q u e fueron, las cosas m u e r t a s . . .
Ds n u e v o aparecían a n t e m i vista a q u e llos h o m b r e s d e b r o n c e a d a piel, n a r i z a g u i leña, ojos negros d e mirada soñadora, y
boca e n c u y o p l i e g ú e s e lela el g e s t o h a l l a do y desdeñoso d e u n rey; tendidos o sent a d o s e n los z a g u a n e s d e u m b r o s a luz, c o n
eus babosos cigarros, cuyo h u m o al elevarse hacia g u i ñ a r el ojo a l f u m a d o r c o n
truhanesca malicia; gallardos e n s u indo
lencia, s o ñ a n d o despiertos, a ñ o r a n d o zambras y
fiestas.
A.traveséel ancho espacio q u e mediaba
entre la m u r a l l a y las primeras casas; m e
d i r i g í a l a m á s b a j a . JVIe a c o r d a b a . E r a l a
d e l tio Frasquito.
N o tuve necesidad d e
lámar, estaba en la puerta, echado sobre
u n a silla recostada e n la pared, d u r m i e n d o
la siesta c o n t o d a l a t r - m q u i l i d a d d e s u s
noventa años, conservando n oobstante en
su postura cierta a r r o g a n c i a d e viejo león.
E o s u j u v e n t u d , h a b l a s i d o d e l o s d e l bronce,
y hasta los sesenta, época e n q u e y o lo c o nocí, conservaba d i g n a m e n t e , el título d e
decano q i e le correspondía.
Era y o asiduo concurrente de
Cintila,
u n a vieja s i m p á t i c a y alegre, m u yd a d a a l
jolgorio, y a cuya casa acudían todas las
mosiias y mositos d e l b a r r i o , o r g a n i z á n d o se z a m b r a s y
fiestas.
AHÍ conocí y trabé g r a n amistad con el
tio Frasquito,
viejo d e a g r a d a b l e y noble
aspecto, dicharachero y alegre, y al q u e
todos queiian y respetaban.
T e n í a c o m o a h i j a d a a R o s a la
Clavelina,
morena, d ecara preciosa, y e n c u y o cuerpo p a r e c í a q u e todos los á n g e l e s del c i e l o
habían puesto sus gracias para adornarla.
E r a h u é r f a n a d e u o c o m p a d r e d e l tio
Frasquito, d e u n t a l R a f a e l i y o e l Coquinero.
Al m o r i r , le e n c a r g ó q u e n o d e s a m p a r a r a a
su capuijií/o de rosa, q u e d e j a b a
abandonaiio.
E m p e z ó l a juerga
aquella noche. Rosa
estaba m á s hermosa y provocadora q u e
n u n c a ; lucía e n s u preciosa cabeza, cubierta d e ñores, u n c o m p l i c a d o y artistico p e i n a d o d e o n d a s y rizos, q u e servían d e m a g nifico m a r c o al perfecto óvalo d e s u cara;
reluciin sus ojos g r a n d e s , m á s negros q u e
l a n o c h e , l o s c u a l e s , a l d e c i r d e l tio Frasquito, « h a c í a n a m p o l l a s d o n d e m i r a b a n » .
Y HU b o c a , d e g r u e s o s y r o j o s l a b i o s , m o s traba al sonreir unos dientes iguales y perfectos, d e n a c a r a d a b l a n c u r a .
Ei vestido rosa pálido con menuditos lu-
FOTOGRAFÍA SPORTIVA
-
DE
-
A. Q I L R U I Z
RAMB LA, N.° \. Al lado de la "Cruz Roja,,
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n a r e s blancos, dejaba a d i v i n a r en su a t r e vido escote, mal cubierto por un pañuelo
blanco de flecos, un seno perfectamente
modelado, de t u r g e n t e s pechos; seguia la
linea o n d u l a d a de su cuerpo hasta las caderas fuertes y bien modeladas, y t e r m i n a ban en u n a lluvia de encajes y volantes,
por entre los que asomaba un d i m i n u t o y
regordete pie d e n t r o de un monísimo zapato de charol escotado.
Se babla puesto en el pecho u n a rosa de
té, para mostrar su m^yor h e r m o s u r a , Al
T A L L e R E S
separarse la Clavelina de nosotros aquella
noch», dt-oDi él de saludarnos, me dijo el
lio Frasquito dejando de eonreir.
— Por esa flor va a ocurrir a r g u n a esaborición esta n o c h e .
F u é una profecía,
(Concluirá).
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