que tenía siempre entre manos, veíasele irse sucesivamente

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DE HISTORIA NATURAL.
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que tenía siempre entre manos, veíasele irse sucesivamente
animando su fisonomía, cobrar cada vez más fuerza y seguridad su voz, erguir su cuerpo y relucir sus ojos despejados al
través de los cristales de sus g-afas, de modo que acababan los
oyentes por hacerse la ilusión de que estaban hablando con
u n alma joven escondida detrás del arrugado semblante de
u n viejo octogenario.
Muchos son los títulos que llegó á reunir M. Berthelot como
premio de sus constantes-trabajos: en 1840 fué nombrado secretario general de la Sociedad geográfica de París, cargo que
desempeñó hasta 1844; algunos años después fué nombrado
vicecónsul de Francia en Santa Cruz de Tenerife ; era caballero de la Legión de Honor, comendador de la Orden de Isabel la Católica, oficial de la Academia francesa, miembro h o norario de la Sociedad de aclimatación de París, etc., etc.
Además de muchos artículos en Revistas y otros trabajos
importantes, publicó un volumen de 487 páginas titulado
Études sur les peches maritimes dans la Mediterrannée et l'Océan,
y dos volúmenes de 419 y 326 páginas, titulados Oiseaux voyageurs et Poissons de passage. La obra, sin embargo, que más
fama universal le dio fué la que escribió en colaboración con
Mr. Barker-Webb y otros afamados naturalistas, titulada Histoire naturelle des îles Canaries. Hacer aquí un elogio de esta
obra monumental lo considero poco menos que supérfluo,
pues todos mis consocios de seguro la conocerán y sabrán
apreciarla mejor que yo en lo mucho que vale.
De falta de originalidad han sido tildadas algunas de las
obras de M. S. Berthelot, así como de poca profundidad en
algunos puntos de las cuestiones científicas e n l a s mismas
tratadas; pero nosotros, que no pretendemos ni nos suponemos capaces para hacer un juicio crítico de las mismas, sólo
nos creemos autorizados para hacer notar el sentimiento p r o fundo de la naturaleza que en todas ellas rebosa al través de
un estilo fluido, sencillo, elegante y en nada empalagoso.
Con lo dicho creemos haber cumplido con el sagrado deber
de tributar Un recuerdo después de la muerte al que en vida
fué un cariñoso maestro y un afectuoso amigo para todos los
que siguieron sus pasos en el estudio déla especial naturaleza
de las islas Canarias.»
—El señor Presidente muestra á la Sociedad una numerosa
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