Auge, crisis y disolución de la ANP. Álzate- de hombre-masa a escritor político XV La agitación intelectual, realizada hasta ahora d e n t r o de l a s c o l u m n a s de p r e n s a o en conferencias de profundo calado pronunciadas en teatros y circos de las grandes ciudades, cierra su primera etapa para comenzar la segunda en la plaza pública. La plaza pública es el segundo jalón en está lucha decisiva que h a b r á de c u l m i n a r con la restauración de Colombia a a q u e l l o s días gloriosos, desaparecidos de secta, que p a r a nosotros reclamaba, ya al borde del sepulcro, el Padre de la Patria [...] No os aconsejamos el reposo, sino la lucha, no os predicamos la resignación, sino la victoria. Por plazas, teatros, villas y veredas irán n u e s t r o s a u t o r e s a decir su verdad, a recordar a nuestros compatriotas el compromiso de h o n o r que c o n t r a s t a con Colombia desde el instante inmaculado en que los proceres nos hicieron libres. 1 El nacionalismo en las calles. Domingo de Resurrección en los municipios caldenses. Gracias al nacionalismo, Manizales y el departamento de Caldas gozaron de una visibibdad y una resonancia no conocidas hasta entonces. La ciudad se había convertido en la guía espiritual de la derecha en Colombia. En los líderes manizalitas tenía el derechismo colombiano prestigiosos capitanes de alta sofisticación política e ideológica. El 7 de mayo de 1938, La Patria anunció el reinicio de las actividades políticas del movimiento nacionalista. Neira, Aranzazu y Anserma contarían con la presencia de los carismáticos líderes del nacionalismo. Fernando Londoño estuvo en Anserma. Allí intervino ante copartidarios que arribaron de los municipios de Riosucio, Guática, Quinchía, Mocatán, Risaralda y Apía, y de los corregimientos de La Virginia, San 7 La Patria, mayo 9 de 1938, p. 3. Clemente y Viterbo. En el Parque Robledo, Londoño exaltó a Bolívar, a Colombia y a las falanges españolas de Francisco Franco ante un auditorio de cinco mil simpatizantes, según anotaba el reportero. Decía, además, que se trataba del mayor conglomerado humano recogido en la ciudad desde su fundación en los tiempos de la Conquista. Londoño tomó juramento a los comandos nacionalistas masculino y femenino, y asistió a una velada cultural amenizada por la banda Santa Cecilia, de la municipalidad. A diferencia de no lejanos tiempos, durante la misma República Liberal, esa vez el saboteo corrió no por cuenta de los liberales, sino de los laureanistas, que prohibieron a sus copartidarios asistir a la manifestación. 2 Mientras tanto, Arturo Arango Uribe y Silvio Villegas llegaron a Aranzazu a bordo de una de las vagonetas del cable aéreo. La multitud los recibió ondeando las banderas verde y negra del movimiento nacionaüsta, el brazo en alto y cantando el himno nacional. En el desfile hacia la plaza principal de Aranzazu, la banda municipal entonaba el himno de la Falange española. El reportero calculó en dos mil personas los asistentes a la manifestación. En su intervención, Arango abordó la cuestión agraria y convocó a los pobladores a vincularse a las filas nacionalistas. Por su parte, Villegas habló de las tácticas y objetivos ideológicos del movimiento, y también con el brazo en alto, hizo jurar al pueblo defender hasta la muerte el ideario nacionalista. El denominado "nacionalismo en la calle" había comenzado. Justamente, La Patria estimó lo siguiente: "La agitación intelectual, realizada hasta ahora dentro de las columnas de la prensa o en conferencias radiales de profundo calado pronunciadas en circos y teatros de las grandes ciudades, cierra su primera etapa, para comenzar la segunda en plaza pública".3 Las giras de Londoño, Arango y Villegas obedecían a tal estrategia: la del desplazamiento de los líderes nacionalistas por municipios, corregimientos y veredas de Caldas, llevando la buena nueva a las masas de las poblaciones pequeñas y medias. Esta labor servía, además, para que los dirigentes nacionalistas desmintieran los ataques de sus adversarios. Ante las arremetidas de la prensa conservadora oficial, los derechistas sabían que la aproximación a las masas rurales les podría significar no sólo nuevas adhesiones, sino que, así mismo, tendrían la oportunidad de desvirtuar los señalamientos que mostraban a un Partido Conservador atacado sin razón, y a un movimiento nacionalista atraído por los pensamientos totalitarios europeos. Por ello, para la comunidad nacionalista era de gran importancia demostrar su identidad con la historia, cultura e idiosincrasia colombianas: Nos calumnian de buena fe —pero no nos calumnian— quienes señalan a este movimiento tutores intelectuales de ultramar, cuyos nombres escriben o pronuncian, sin saber a que hacen referencia. Ni Hitler, ni Mussolini, ni los grandes teorizantes del nacionalismo francés tienen nada que decirnos en cuanto a la solución de nuestros problemas propios, terrígenos, raciales, autóctonos (...] El fascismo de Mussolini, sería torpe aconsejarlo a Colombia, en donde no tenemos ni ambiciones ni necesidades coloniales. El fascismo italiano fue determinado, más que otra cosa, por la demografía y la conformación geográfica de aquel pueblo. Es un nacionalismo expansionista, en tanto que nosotros predicamos un colombianismo defensivo. Pero quedan descalificados nuestros calumniadores de mala y de buena fe, porque casi todos ellos miran con frenético regocijo el avance de Franco y el constante debilitamiento de las líneas estratégicas de los rojos españoles. Si fuéramos a aplicar el mismo torpe y torcido criterio de aquellos censores de pega-pega, de inmodificable ignorancia o de incurable perfidia les diríamos que sus ideas son falangistas, porque aplauden a rabiar los éxitos de los soldados que en la Península 2 7 Véase ibid.. pp. 1-2, Ibid. p. 3. 436 El porvenir del pasado está restableciendo, entre ríos de sangre y rosario de heroísmo, el Imperio de la Cruz y el espíritu de la hispanidad. 4 Era un decir que se dedicarían a la plaza pública únicamente. Por el contrario, artículos densos continuaron apareciendo en sus periódicos. Los editoriales y las columnas de los ideólogos siguieron escribiéndose para señalar derroteros. Las correrías nutrían a la teorización y esta, a su vez, a las correrías. Gracias a las giras, los jefes nacionalistas palpaban las realidades de la comarca, y en torno a ellas elaboraban sus propuestas. Los paradigmas del pensamiento derechista universal no desaparecieron. Las nuevas correrías se justificaban en la "política de misión" de Eugenio D'Ors, y en la democracia cristiana. Cada paso victorioso de los falangistas en la guerra civil española era celebrado, concelebrado y difundido. "Conserve su derecha". Lejos de temer nosotros ¡a competencia en un t e r r e n o q u e h e m o s m o n o p o l i z a d o prácticamente en las derechas colombianas, aceptamos el reto y vamos a disputarnos las m a s a s en la plaza pública. El nacionalismo es una g r a n política procesional. N u e s t r a s ideas tienen un invencible poder de contagio porque no apelan a los mitos caducos del siglo XIX, sino a ¡as necesidades colectivas y a los intereses individuales. Donde los otros dicen'Palonegro, La Humareda, libertad, d e m o c r a c i a , n o s o t r o s h a b l a m o s de p a n , higiene, educación y trahajoP Fueron movidos los últimos días de López en el poder. De pronto, reverdeció el movimiento estudiantil con la conmemoración de un nuevo aniversario de la muerte del estudiante Gonzalo Bravo Pérez. Desde los balcones del Diario Nacional, los estudiantes arengaron a la población. La conmemoración coincidió con una huelga nacional de alumnos de segunda enseñanza y universitarios en contra del año preparatorio y del examen de revisión, introducido como requisito para ingresar a la universidad. En respuesta, el gobierno de Alfonso López Pumarejo emitió el decreto 849 del 12 de mayo de 1938, que prohibía las manifestaciones públicas y la transmisión por estaciones radiodifusoras del país de noticias relacionadas con el orden público. El movimiento fue duramente reprimido en Bogotá, Cúcuta, Cartagena, Popayán, Manizales, Barranquilla, Medellín y Pasto. En Popayán, los líderes nacionalistas estuvieron a la cabeza de la protesta, Hernando Glano Cruz, entre ellos. Eran simpáticas las consignas: "Santa Lucía, líbranos de la policía", "figuras de la Pasión, líbranos de la revisión", "san Gregorio, líbranos del preparatorio". 6 En Manizales, la movilización estudiantil coincidió con la celebración de los cinco mil números de La P a t r i a . Ambas partes resultaron reprimidas, curiosamente. U n a comisión, conformada por Eduardo Santos, Alberto Lleras Camargo y Mariano Ospina Pérez 4 Ibid '• Ibid.. julio 9 do 1938, p, 3. 77 Véase ibid., mayo 9 de 1938, p. 2. El porvenir del pasado 437 para estudiar los motivos del conflicto, conjuró la protesta estudiantil el 5 de junio. Gracias a la derogación del mencionado decreto represivo, en julio de 1938 los nacionalistas pudieron reiniciar su campaña proselitista como si estuvieran próximos a elecciones, cuando apenas acababan de pasar las presidenciales y el Presidente electo no se había posesionado aún. Los nacionalistas utilizarán para sus giras los días domingos, precisos para pregonar sus tesis, cuando los pobladores estaban en las plazas de mercado, saliendo de misa, descansando o, simplemente, dispuestos a divertirse. Era la política, entre otras cosas, fuente de esparcimiento en la provincia colombiana de entonces. En medio del ambiente dominguero, los nacionalistas concienciaban a los pobladores, los introducían en la pobtica y los ponían al tanto de los conflictos ideológicos. A su manera, desde la derecha, hacían democracia, y ocupaban los lugares de la democracia, que no cedían ni renunciaban a ellos. Elegido Santos, derrotados en el interior del conservatismo, decidieron conquistar Caldas. Sus visitas, esa vez, no padecieron la violencia. Eran recibidos como gobernantes, y como tales se comportaban, recibían el saludo de alcaldes liberales, eran llevados a escuelas y colegios, los niños declamaban ante ellos, y al caer la noche, en bailes de gala, compartían con la flor y nata de los municipios. Es posible que el tránsito hacia el nuevo Gobierno, pronto a iniciarse, haya influido en la calma que encontraron los nacionalistas en sus correrías. "El Concejo, el alcalde, la junta bberal, los jefes izquierdistas, nos recibieron con gallardía de paladines que estrechan la mano del adversario antes de partir el campo con él. Y la sociedad toda, sin distinción de colores políticos, tuvo para con nosotros delicadas atenciones, de las que no se olvidan nunca", 7 escribía el editorialista de La Patria después de una gira de los jefes del nacionalismo. El domingo 3 de julio de 1938, los nacionalistas se movilizaron por la región. Silvio Villegas y Arturo Arango Uribe visitaron, con éxito, Filandia. Difundieron el programa agrario del nacionalismo en plaza pública e instalaron los comandos de los corregimientos de San Luis y Samaría. Álzate Avendaño, por su parte, estuvo en la valluna localidad de Sevilla. Lo acompañó Jorge Mejía Palacio. Los ilustres visitantes fueron recibidos por los comandos local y departamental. Álzate, que hacía su primera aparición después del incidente que lo llevó a guardar cama, era presa codiciada de la curiosidad pública. El esperado orador explicó paso a paso los contenidos de la propuesta nacionalista, y peroró: "Para precaver los descarrilamientos revolucionarios, dominando la algarabía de las guacamayas democráticas, nosotros gritamos al país : 'Conserve su derecha'. A los faraones inertes y a los estáticos bonzos del Partido Conservador los increpamos: 'Es prohibido estacionarse'". 8 Álzate, en compañía de dirigentes locales, José Cardona Hoyos, entre ellos, se dirigió, en horas de la tarde, al municipio de Caicedonia. El domingo 10 de julio, la cita de los nacionalistas fue en Santa Rosa de Cabal. Hacia esa población se dirigieron Silvio Villegas, Arturo Arango Uribe, Antonio Alvarez Restrepo y Jorge Mejía Palacio. En la localidad de Tarapacá, fueron esperados por una comitiva que, en una caravana de automóviles y en medio de vítores y saludos desde los balcones de las casas, los introdujo en la plaza principal de la ciudad. Los oradores explicaron sus tesis corporativistas y nacionalistas. Gran importancia le dio el comando nacionalista de Caldas a la programación de una manifestación en Neira, el domingo 17 de julio. Se anunciaron discursos ideológicos y doctrinarios por parte de la plana mayor nacionalista. Más que en cualquier otra localidad, esa vez se 7 4 /i)id..julio21 de 1938. p. 3. Ibid.. julio 7 de 1938, p. 2. 438 El porvenir del pasado pondría énfasis en la lucha contra el comunismo, el lopismo y la República Liberal. Y así fue. Resultó una concentración apoteósica, saturada de la elocuencia de Fernando Londoño Londoño, Antonio Alvarez Restrepo, Jorge Mejía Palacio, Arturo Arango Uribe y Bernardo Zapata. Como era ya costumbre, Silvio Vibegas, ante el busto del Libertador de la Plaza Mayor, hizo jurar a los concurrentes defender el movimiento y estar siempre firmes en la fe nacionalista. 9 Y así continuaron las giras. El 19 de julio, Silvio Villegas y Jorge Mejía Palacio se trasladaron a Mocatán, gran centro cafetero risaraldense. El 23 de julio, los delegados nacionalistas estuvieron en el norte del departamento: Pacora, Salamina y Aguadas. En todas partes, predicaron y fueron recibidos como personabdades de renombre. En Aguadas, el director de El Nacionalista, Aristóbulo Botero, sacó una edición bolivariana especial con motivo de la ilustre visita. De otra parte, el Concejo Municipal declaró huéspedes de honor a la alta comitiva, integrada esa vez por Silvio Villegas, Londoño Londoño, Estrada Monsalve y Arturo Arango Uribe, entre otros. El 31 de julio, los jefes nacionalistas estuvieron en la empinada población de Filandia, donde fueron recibidos por manifestantes que cantaban el himno de la Falange española. Elias Salazar García saludó a la ilustre visita en nombre del Comando nacionalista local. Expusieron los contenidos del programa nacionalista Joaquín Estrada Monsalve, Jorge Mejía Palacio y Silvio Villegas. EL 7 de agosto, el dirigente caldense Jorge Mejía Palacio acompañó un mitin nacionalista realizado en la población de Ulloa, al norte del departamento del Valle. Alternó el uso de la palabra con los nacionalistas Elias Salazar García y José Cardona Hoyos, este último jefe político de la población de Sevilla, a cuyo cargo estuvo la exposición de las nuevas doctrinas que comprendía el movimiento nacionalista. En su discurso, Mejía Palacio fustigó a los dos partidos tradicionales y llamó a la población a unirse al nuevo movimiento. Álzate y el redescubrimiento del Libertador. Es fácil comprobar que la historia colombiana tiene renacimientos y letargos, alboradas y crepúsculos, según predomine el conductor b o l i v a r i a n o o se i m p o n g a n ¡os n o t a b l e s granadinos. Con aquel el país despierta y con estos se echa a dormir.10 Los nacionalistas, como era de esperarse, le confirieron gran atención al aniversario 155 del natalicio de Simón Bolívar. Programaron, donde pudieron, la Semana del Héroe, dedicada no sólo a honrar su memoria, sino también a presentarlo, sustentarlo y refrendarlo como el héroe del nacionalismo, que debía ser, también, el de todos los colombianos. En Cali, el comando de la ANP organizó por radio u n a "hora nacionalista", en la que alternaron discursos con los himnos nacionales de los países que otrora conformaban la Gran Colombia. En Manizales, el Comando nacionalista le confirió a Álzate la responsabilidad de la celebración. A las once y media de la mañana del domingo 24 de julio, el controvertido dirigente leyó por los micrófonos de Radio Manizales un trascendental ensayo suyo, que lo había tenido concentrado en los últimos tiempos: "El redescubrimiento del Libertador". 11 77 777 77 Véanse las ediciones de ibid.. julio 15 de 1938, p. 5: julio 16 de 1938. p. I7 yjulio 18 de 19,38. pp. 1 y 1, Álzate Avendaño, Gilberto, Obras selectas.... p. 1 7. El ensayo fue publicado en la La Patria, julio 30 de 1938, pp. 9, 10 y 12. El porvenir del pasado 439 El escrito no era un "chispazo" de Álzate, no lo compuso por esnobismo, no era una inspiración poética más. La revisión bolivariana estaba en apogeo en todo el continente. Se trataba, más bien, de un documento al que llegaba Álzate después de en un largo momento de elaboración y búsqueda teóricas. El texto tenía su impronta, pero era, casi podría decirse, un trabajo colectivo. Era el acercamiento al Bolívar que los nacionalistas venían construyendo, al Bolívar que necesitaban. En él están presente Álzate, su generación, la sensibilidad leoparda, sus vocabularios y sus culturas; todo el espectro nacionalista desfila en la disertación. Y, más que nada, está la concepción del héroe que el nacionalismo elaboraba de tiempo atrás; y está el héroe ansiado: Bolívar; necesariamente muerto para que sirviera de catalizador, de unificador, en un país dividido en dos parcialidades políticas. Álzate aceptó el reto de la historiografía, que clamaba por un Bolívar genuino y autóctono. Por ello, acudió a Sarmiento: "Bolívar es todavía un cuento forjado sobre datos inciertos. Al héroe verdadero no lo conoce aún el mundo. Es muy probable que cuando lo traduzcan al idioma propio, con decorados y trajes americanos, aparezca más sorprendente y genial".12 Le pareció, entonces, que Rodó había puesto las cosas en su sitio, cuando ubicó a Bolívar como actor entre las "montoneras cerriles". Álzate profundizará estas hipótesis extraídas de sus paradigmas. Pondrá a Bolívar en la geografía política de los Llanos: "Allí adquirió el hábito de la autoridad como gobernador de greyes [...] El jefe de clan, que sobrepuja a los demás en virtudes y fortalezas, lo gobierna patriarcalmente, con enteriza voluntad de mando". 13 Hay, pues, un rescate del caudillismo, de su función social, que, al parecer, tendría vigencia en Colombia. Más que del redescubrimiento del Libertador, se trata de una adecuación funcional a los intereses de su sensibilidad política e ideológica que, por cierto, no estaban lejanos, ni podían estarlo, del pensamiento real del paradigmático personaje. "En Simón Bolívar hay un ciudadano por origen y formación mental, pero el subsuelo telúrico de su ser lo empuja hacia el agro. Como participa interiormente de la índole de ambas, logra conciliar y reunir las dos vertientes complementarias de la revolución —ciudad y campo, conciencia y fuerza, claros raciocinios y pasiones feroces— bajo su comando. Por eso fue el Libertador",14 escribía Álzate, como si estuviera explicando las tesis de la Acción Nacionalista Popular. Y era que la parábola bolivariana le servía de pies a cabeza. La búsqueda de algo propio, producto de las condiciones particulares que habían apasionado a Bolívar, le permitía persuadir a destinatarios y contradestinatarios de su mensaje, de que en ese paradigma estaba lo que buscaba y no en los nacionalismos totalitarios de la época. Así, escribió: No necesitamos introducir ninguna tesis de los movimientos contrarrevolucionarios de ultramar, porque en Bolívar están todos los ingredientes para formar el Estado nuevo, si se exceptúa el régimen corporativo de la economía, ya que el dramático conflicto entre capital y trabajo sólo se ha agudizado en los umbrales de este siglo, cuando los fenómenos sociales demuestran que la libre concurrencia es una prima otorgada a los más fuertes. El corporativismo organiza las clases económicas al servicio del interés nacional. No lucha de clases, sino colaboración de clases. Solución fascista, pero también tesis social-católica. 15 Álzate escribió su texto en la coyuntura 1937-1938, divorciado del Partido Conservador, organizando y acuerpando la ANP como un movimiento que debía erigirse sobre las ruinas de los partidos, que justamente habían dividido a los colombianos en dos modos de concebir las cosas. Era en ese momento cuando José Antonio Primo de 17 Álzate Avendaño, Gilberto. Obras selectas.... p. 4. Ibid., p. 5. Ibid. ' I b i d . p. 20. 77 4 440 El porvenir del pasado Rivera, antipartido por excelencia, podía entrar de cuerpo entero y coincidir con la prédica nacionalista, y no antes, cuando Álzate hablaba desde el Partido Conservador. Pero las críticas duras y contundentes que se le hacía al nacionalismo colombiano por importar el totalitarismo de la derecha occidental impedía que el pensamiento del ideólogo ibérico calara con sosiego; en cambio, Bolívar fluía con porvenir: "En el Libertador —decía Álzate—, aparece por primera vez un sentido total de la Nación, defendida en su plenitud interior contra el movimiento centrífugo de los partidos". 16 Ese Bolívar, que quería construir naciones por encima de las parcialidades políticas, y que pensaba que no bastaba decretar para crear, es el que Álzate estaba redescubriendo. El joven dirigente se colocó por encima de las agrias polémicas entabladas por los Leopardos, décadas atrás, contra Vasconcelos. Al contrario de sus copartidarios en esos momentos, compartía con el intelectual mexicano su concepción de la raza cósmica. Además, revivía los temas de las discusiones de tiempos recientes y lejanos, que sólo sus lectores y escuchas sabían y podían recordar, ubicar e incorporar a la interpretación. Así, Bolívar, a diferencia de Laureano Gómez, no juzgaba ineptos para una cultura superior y sofisticada a los países ecuatoriales, antes bien, en ese sentido era optimista: "sentía en cuerpo y alma la potencia germinal del trópico. Estaba seguro de que una nueva sociedad se incubaba en su violento marco físico, entre los grandes ríos, las llanuras cálidas, los valiosos contrafuertes y la selva alucinada y sagrada", 17 escribía. El mesianismo característico de la sensibilidad leoparda lo veía Álzate en el Bolívar que estudiaba, y también encontraba allí los componentes del corporativismo. Su concepción de la democracia la identificó en Bolívar, un demonio que defendía a los de abajo contra las oligarquías parlamentarias. Desde entonces, Álzate invitó a pensar en los conceptos que se usaban sin significado preciso. Lo mismo se confesaban demócratas los regímenes soviético, francés o inglés que los totalitarios. En el fondo, Álzate defendía la versión totalitaria de la democracia, en la cual el héroe encarnaba la expresión y las ansias populares; por eso, sostenía que Alemania, Italia y Portugal eran países democráticos. En ellos reinaba una especie de nuevo cesarismo, en donde el César dirigía la democracia. Y sostenía Álzate su postura, como siempre acostumbraba a hacerlo, basándose en una literatura de procedencia contraria a la de sus paradigmas, como en este caso, en el que apeló a Georges Roux, un intelectual republicano. Le interesaba fundamentar un héroe antiparlamentario, providencial, que hubiera construido lazos extrarracionales con el pueblo, un héroe espiritual, siguiendo la clasificación de Unamuno, alejado del intelectual propiamente dicho, pero ligado a los hombres naturales, es decir, a las masas. "El intelectual a secas, una clase media de la cultura, está provisto de imágenes, plasmas y fórmulas rígidas, que lo inhiben para servir de intermediario entre el espíritu y la naturaleza, porque se interpone el artificio de los sistemas", 18 escribía. Pensaba que Bolívar, desconfiado de las constituciones escritas, había intuido esto. Sostuvo en su ensayo que los procesos políticos eran de naturaleza psicológica"• "Unas cuantas palabras elementales y anodinas pueden inflamar el corazón combustible de las muchedumbres y determinar una mitología popular, mejor que la más armoniosa doctrina, porque la política se nutre de sentimientos. Las ideas influyen cuando se cargan de potencia emotiva". 19 El líder nacionalista, a lo mejor, consciente de la situación material en que vivía la gente común de su época, pensaba, ante todo, en el aspecto subjetivo de los procesos históricos. Para él, lo importante era apuntalar su concepción del héroe necesario. El liderazgo totalitario de derecha reinante en Ibid. p. 21. Ibid.. p. 9. Ibid.. p 14. 7 ' Ibid. 7 4 El porvenir del pasado 441 Europa occidental era el pertinente, lo decía, las más de las veces, eufemísticamente, quizás por la polémica desgastadora que estaba implicando reconocerse fascista en la coyuntura de 1938. Esta vez, comparte a Vallenilla Lanz de cuerpo entero. Como este, cree que la ley bolivariana es una constante política y necesaria en el continente: "Solamente cuando prevalece la ley bobvariana estas naciones logran equilibrio pobtico y fecundo sosiego",20 anota. Comparte también el pensamiento de Francisco García Calderón, cuando declaraba que la historia de las repúblicas latinoamericanas era la biografía de hombres representativos que encarnaban el querer de las mayorías. Álzate encuentra en el presidencialismo colombiano aplicación de la ley bolivariana, que constituye un avance en caso de que el nacionalismo llegara al poder: El Presidente colombiano es un dictador legal, aun sin el refuerzo de las facultades extraordinarias. En línea vertical nombra y remueve a los funcionarios del Estado, pues no existe un escalafón administrativo estable. Distribuye privilegios financieros, contratos de vías públicas y concesiones sobre el subsuelo. Es constitucionalmente el comandante de los ejércitos de mar, tierra y aire. Maneja las relaciones exteriores sin consultar a las cámaras. Puede turbar el orden público a su antojo, suspendiendo el vigor del estatuto jurídico, sin salirse de la legalidad. Sus ministros no e s t á n expuestos al veto p a r l a m e n t a r i o . Tiene derecho a convocar e x t r a o r d i n a r i a m e n t e al Congreso y está facultado para objetar las leyes. Por tiempos, si hay crisis económicas, un conflicto político de magnitud, una tensión internacional o u n pretexto cualquiera, se hace investir de prerrogativas discrecionales. Así el reparto funcional del Estado en tres órdenes es apenas un simulacro. Aunque el ejercicio de la soberanía se distribuya nominativamente entre ellos, el ejecutivo ocupa el vértice del poder, con los máximos tributos. No hay más protagonista que el Presidente en el escenario. El Parlamento, al fondo, actúa como una comparsa. 21 En Colombia la ley bolivariana existía, la hegemonía conservadora, entonces, no la había aplicado y estaba presta a su uso. "La república —decía— sólo adquiere vuelco vital cuando sobreviene el caudillo eficaz, con alamares castrenses o atuendo civil".22 En ese marco habían gobernado Mosquera, Núñez, Reyes y Ospina. Hablando en nombre del nacionalismo popular, decía Álzate que su objetivo, lo mismo que el de su generación, era Uamar a las cosas por su nombre y desmontar la fraseología superpuesta, para que el país se conociera a sí mismo, en su faz auténtica, sin metáforas y circunloquios; para que el país se pusiera en claro consigo mismo. Creía que este comportamiento se debía a la mentalidad abogadil de los colombianos, un legado psicológico de la hipocresía granadina. Sostenía que en Colombia andaban en pugna el país legal y el país real. De tal manera que el Bolívar que los colombianos conocían era un Libertador embalsamado, con mortaja neogranadina e imágenes postizas. Su nacionalismo popular, entonces, se proponía sacarlo de su "yerto catafalco", para que recorriera de nuevo "la vía de su pasión, atravesando el corazón de estos pueblos".23 La generación de la sensibilidad leoparda se proponía como tarea, y así se lo hizo saber Álzate a quienes lo escuchaban, una "revancha postuma": continuar la obra inconclusa y rota de Bolívar organizando a Colombia a imagen y semejanza de los sueños que había tenido el Libertador. "Todos los campeadores de alcurnia genial ganan estas victorias históricas después de muertos", 24 señalaba. El pensamiento bobvariano constituía un yacimiento en donde se encontraban los que serían "gérmenes vivos para la grandeza de la nacionalidad". No era Colombia, como pensaba Alfonso "Ibid.. 47 Ibid.. 12 Ibid.. -" Ibid. '-'' Ibid.. p. 15. p. 16. p 17. p, 19. 442 El porvenir del pasado López, un país descollante, ahora que él estaba en el Gobierno. Sólo con Bolívar el país había tenido su única época cenital, [...] cuando los ejércitos grancolombianos, realizaban homéricas empresas por el continente, y Bolívar era arbitro entre los pueblos, obedientes a su voluntad imperial. Eran tiempos de cíclopes, en que desde esta esquina territorial de América se podía pensar continentalmente, con grandes magnitudes históricas. El Libertador, lo mismo promovía el congreso de Panamá p a r a fundar un derecho americano, que proyectaba la federación de los Andes, como una constelación política con Colombia en el centro. 25 En cambio, habían sido distintas las cosas después de su muerte: "Donde dejó una potente nación, hoy existen cuatro repúbbcas diminutas, recelosas y hostiles".26 Y seguían siendo peores las cosas en 1938, cuando no existía, siquiera, una política internacional. Así, el líder de la ANP creía haber redescubierto a Bolívar. Por lo menos, su análisis del pensamiento del Libertador le había permitido poner en claro tópicos claves de la polémica en que el nacionalismo estaba inmerso: 1. No eran los nacionalistas quienes importaban teorías y posturas! la "democracia inorgánica", es decir, la de los partidos pobticos tradicionales colombianos, era una invención, un plagio histórico y la tradición indígena que sustentaba la clase dirigente del país, una superstición importada; 2. En cambio, el nacionalismo colombiano era más original al basar su pensamiento en Simón Bolívar; 3. El tiempo pasado influía sobre el presente y este sobre aquel, animándolo y aclarándolo; 4. El pensamiento político del Libertador y la doctrina social de la Iglesia constituían los manantiales ideológicos de que se nutría la ANP. "Una pausa", fue el titular del editorial de La Patria que saludó el discurso de posesión del nuevo Presidente. Al periódico nacionalista le gustó el tono y el distanciamiento que tomó desde un principio Santos respecto del Gobierno y del "extravagante" estilo de López Pumarejo. Salvo el nombre de Carlos Lozano en el Ministerio de Gobierno, los demás le parecieron señal de buenos augurios. 27 El Siglo también se congratuló: "Porque sería inútil desconocer que hay muchas esperanzas fincadas en el doctor Eduardo Santos para la enmienda varonil de los múltiples yerros cometidos por su antecesor en el Gobierno".28 El P r i m e r Congreso Obrero Nacional Católico y la Acción Nacionalista Popular. En el marco del cuarto centenario de la fundación de Bogotá, las calles de la ciudad fueron empapeladas con carteles que rezaban: "Primer Congreso de la Juventud Obrera Católica; por el retorno a Cristo y por un orden social nuevo".29 Se trataba del primer congreso nacional de las juventudes obreras y campesinas, que sesionó en la capital entre el 12 y el 15 de agosto. El evento fue organizado en la Universidad Javeriana por la Juventud Obrera Católica del Centro Yocista adscrito a la comunidad jesuíta. 30 Exaltando a Cristo como obrero, el Congreso abordó la cuestión social, la familia y el trabajo de la mujer, y presentó a los obreros el corporativismo como alternativa frente el comunismo. "' Ibid. • ibid. 7 Véase La Patria, agosto 9 de 1938. p. 3, " Eí Siglo, agosto 8 de 1938, p. 4. ' Ibid.. agosto 15 de 1938, p. 4. La juventud yocista fue creada en 1933 por Luis Murcia. Proveniente de una tradición jesuíta, esta organización fue una imitación de los movimientos yocistas europeos que incorporaban los postulados del corporativismo y de la Doctrina Social de la Iglesia. Ante la temida amenaza comunista, el movimiento yocista elaboró una plataforma doctrinal dirigida a satisfacer las necesidades de campesinos, obreros, y empleados no cualificados, para clamar por la organización sindical. El yocismo adoptó una organización militar jerárquica y la simbología del fascismo internacional. En 1938, el yocismo contaba en Colombia con los semanarios El Trabajo y El Bien Social El porvenir del pasado 443 El conservatismo estaba implicado en la marcha del Congreso. Las páginas de El Siglo cubrieron con generosidad las deliberaciones. Para los conservadores, apoyar el Congreso significaba evitar que los jóvenes alb convocados cayeran bajo la influencia de la ANP. El 14 de agosto, en horas de la noche, el yocismo, en desfile de antorchas por las principales calles de Bogotá, hizo una demostración de su adopción de la simbología fascista: brazo en alto, que los manifestantes mezclaban con himnos, vivas a Cristo Rey y a la religión católica. Los trabajadores iban en correcta y disciplinada formación de seis en fondo, uniformados de pantalón negro, camisa blanca y boina negra. De un momento a otro, los yocistas fueron atacados por miembros de la juventud comunista, por trabajadores del Diario Nacional y por agentes de la policía, que vivaban a López Pumarejo. Los enfrentamientos dejaron un saldo de treinta heridos. El 15 de agosto, en el acto de cierre del Congreso en el Circo de Santa María, el yocismo demostró de nuevo su disciplina militar: formaciones, himnos, marchas y uniformes, estuvieron presentes. El arzobispo González Arbeláez proclamó la grandeza de la doctrina social católica y lanzó la Plataforma Económico-Social de la Juventud Obrera Católica, en la cual se lee: "La solución del problema social descansa en la realización plena del cristianismo mediante la organización de un nuevo orden social fundado sobre los principios del catolicismo social que el yocismo profesa".31 Se trataba de un amplio programa que abarcaba desde el problema del alcoholismo hasta el control por parte del Estado de la información y de los sitios que frecuentaban los trabajadores; la defensa de una educación integral; ascenso social para los trabajadores; la legislación laboral; un programa de prevención de accidentes; y recreación para los obreros católicos. El 12 de agosto de 1938, dirigido por Alberto Lleras Camargo, salió la primera edición de El Liberal, expresión de la corriente lopista en el liberalismo. De este diario provino la crítica al despliegue del yocismo : "Pretenden edificar una nueva Colombia sobre las bases de la juventud católica y la organización nacionalista", 32 tituló El Liberal, que cuestionó al yocismo y a la Acción Nacionalista Popular no por la difusión del pensamiento corporativista que realizaban, sino por la estructuración militarista que las conformaban. El periódico recordó, en este sentido, el papel que venía desempeñando monseñor J u a n Manuel González Arbeláez desde 1933 con la formación de los sindicatos católicos: "En todos los campos, a todas horas y con cualquier pretexto, se organizan escuadrones religiosos de sentido político y algunos con carácter paramilitar", 33 señalaba el periódico. Sobre el yocismo, el diario liberal dijo: Todos los jóvenes que pertenecen a aquella institución se preparan cuidadosamente para el ataque y la defensa por medio de prácticas militares, de ju-jist, esgrima, etc. Una prueba de esto es el hecho de que al lado del desfile de antorchas de los yocistas desfilaba una brigada de choque encargada de hacer guardar el orden y de castigar a aquellas personas que de alguna manera expresaran su descontento por la demostración de la fuerza de que hacían gala los desfilantes. 34 Sobre la Acción Nacionalista Popular, agregó: "En el lugar donde más intensificación ha tenido la actividad derechista es en Caldas. Por medio de concentraciones de masas derechistas sucesivas en las principales poblaciones del departamento se 77 El Siglo, agosto 15 de 1938. p. 4. El Liberal, agosto 16 de 1938. p. 14. " Ibid. '• Ibid. 74 : 444 El porvenir del pasado redobla cada día la propaganda". 30 El Liberal reseñó con preocupación la evolución de los jóvenes nacionalistas desde el sentido republicano de la democracia hacia un aspecto militarista que actuaba dentro de ella. Los nacionalistas habían incorporado el discurso y las tácticas militaristas a sus filas, como anotó el diario lopista : Los jóvenes de la derecha nacionalistas eran conservadores distinguidos y más bien demócratas. Llegaron a tener en un momento la dirección de la comunidad en sus manos, pero fueron arrojados de ella porque estaban realizando el programa que meses más tarde habría de emprender con todo el ardor de un descubrimiento el que así los estigmatizaba. Esos jóvenes conservadores no quisieron correr la contingencia de ser despreciados como insurgentes dentro de la tradicional colectividad. Y se lanzaron a la empresa de crear un partido nuevo, que tiene de nuevo en Colombia el brazo extendido, la l i t e r a t u r a grecolatina, el nombre de las manifestaciones que se llaman concentraciones, y, en general, la nomenclatura de los antiguos comités, juntas políticas, directorios, que ahora son comandos, brigadas de choque, célula, etc. 36 Las actividades del yocismo estaban en concordancia con las de la sensibibdad leoparda. A finales de agosto, el sacerdote Félix Restrepo pronunció en Buga la conferencia "Corporativismo gremial y corporativismo sindical", reseñada así en La Patria: "La conferencia del padre Félix Restrepo sobre el Estado corporativo, es, por así decirlo, la armadura del programa nacionabsta que nosotros preconizamos para Colombia. Nadie ha interpretado en forma tan exacta nuestras ideas. Nosotros recomendamos especialmente su lectura y difusión a todos los comandos del país".37 El acercamiento programático corporativista de los nacionalistas con el yocismo se extendió hasta la campaña electoral de marzo de 1939. De ahí que no resulte extraño la invitación que el 23 de noviembre de 1938 hizo La Patria: Hoy a las 6 de la tarde, el gran orador sagrado presbítero Félix Restrepo S. J., dictará por los micrófonos de La Voz de Colombia una trascendental conferencia, la cual versará sobre el palpitante tema : 'Corporativismo y democracia'. Esperamos que todos los receptores sintonicen La Voz de Colombia para escuchar la voz erudita de uno de los más destacados miembros del clero colombiano. 38 La conferencia, que le servía al sacerdote para ingresar a la Academia de Jurisprudencia de Bogotá, produjo un telegrama de adhesión expresa del nacionabsmo ; "Su conferencia es la afortunada síntesis de nuestras aspiraciones nacionalistas. Cordialmente saludárnoslo. Silvio Villegas, Fernando Londoño Londoño, Gilberto Álzate Avendaño, Arturo Arango Uribe, Antonio Alvarez Restrepo".39 Este mismo día, en las páginas interiores de La Patria se publicó, junto al texto de la conferencia del padre Félix Restrepo, el insigne editorial-programa "Germinal" de Silvio Villegas, que acogía la sensibibdad leoparda, para que los lectores tuvieran oportunidad de comparar y reafirmar los postulados nacionalistas. 40 C a m p a ñ a electoral del nacionalismo en los finales de 1938. Mientras avanzó el Primer Congreso de Obreros Católicos, los nacionalistas continuaron su campaña. El 12 de agosto, Silvio Villegas y Joaquín Estrada Monsalve estuvieron en Manzanares. Villegas expuso ante la población conservadora de la localidad que la "nueva Colombia" se fundamentaba en el falangismo y en el pensamiento bolivariano. Así mismo, el director de La Patria tomó el juramento de 77 Ibid. "' Ibid.. septiembre 1° de 1938. p. 5 77 La Patria, noviembre 23 de 1938, p. 1. •4 Ibid.. p. 1. 74 Ibid.. diciembre 3 de 1938. p. 1. 171 Ibid.. pp. 5. 6 y 8, El porvenir del pasado 445 lealtad a las masas nacionalistas. Al otro día, Estrada y Villegas, en compañía de Néstor Ramírez Vélez, se dirigieron a Pensilvania. La acogida de la gente en estas poblaciones produjo la sensación en los nacionalistas de haber conquistado el oriente del departamento: "Manzanares es hoy nuestra más erguida fortaleza en el oriente de Caldas. Pensilvania es en el oriente del departamento, como Pacora en el norte, el cuartel general de las derechas. Pensilvania es una falange nacionalista compacta como un proyectil".41 El 15 de agosto, Fernando Londoño Londoño, Jorge Mejía Palacio y Jesús Giraldo presidieron la concentración nacionalista de Balboa. El 21 de agosto, Silvio Villegas, Jorge Mejía Palacio, Hernán Jaramillo Ocampo y Elias Salazar García estuvieron en Palestina llevando el mensaje nacionalista. Una de las manifestaciones más importantes de la región se desarrolló en Armenia el 28 de agosto. Por tratarse de la segunda ciudad del departamento, los dirigentes locales, encabezados por Joaquín Estrada Monsalve, le prestaron especial atención a su organización. Estaban presentes delegaciones de todo Caldas. Del Valle concurrieron nacionalistas de Caicedonia, Roldanillo, Sevilla y Cerrito, entre otros municipios. Hubo palabras de encomio para el habitante de la región quindiana. Hernán Jaramillo Ocampo expresó: La manifestación que se verifica hoy en Armenia, tiene los perfiles de una cruzada. Sede del Quindío pujante y agrícola, donde la riqueza se ha creado no sobre el crepitar férreo de las fábricas, sino sobre la tierra y con un paisaje de montañas, Armenia es el símbolo de la raza en su labor de cultivo. El Quindío es la mejor parcela económica de Caldas, y lo mejor de la raza antioqueña sentó allí sus reales para demostrarle a la historia, que la riqueza es una labor del hombre y no un caso fortuito. Cada capitán de vereda reconstruye en su vida la epopeya colonizadora y entrega a sus hijos el legado justísimo de su honorabilidad y limpieza. El Quindío sólo ambiciona u n a t r e g u a en las l u c h a s s e c t a r i a s . L i b e r a l e s y a p e n i n o s , conservadores y nacionalistas rompen sus lanzas guerreras, sus apetitos de venganza cuando se t r a t a de salvar la heredad, y fortalecer el porvenir de su comarca. El nacionalismo está más allá de los partidos políticos. Si su esfuerzo proselitista se circunscribiera a predicar los viejos odios, y a recrudecer las pasiones de fin de siglo, su papel como fuerza nacional estaría limitado por las cercas tradicionales, por los rótulos que aún tienen sonoridades sangrientas e incitan al duelo y a la muerte."12 Hacia las once de la mañana ingresó a la ciudad la plana mayor del Alto Comando Nacionalista de Caldas: Silvio Villegas, Gilberto Álzate Avendaño, Fernando Londoño Londoño, Antonio Alvarez Restrepo y Arturo Arango Uribe, quienes iban acompañados por Hernán Jaramillo Ocampo, Jorge Mejía Palacio, Arturo Cardona Jaramillo y Bernardo Zapata. Los invitados se estacionaron en la Plaza de Bolívar, la cual estaba decorada con carteles de adhesión y propaganda nacionalista de los comandos municipales presentes, que así decían: "No más odios políticos; Colombia sobre los partidos", "El poder, el poder, todo el poder", "Por Cristo, por Bolívar, por Colombia", "Filandia presente", "Circasia firme", "Pereira firme", "Calarcá firme", "Montenegro presente". 43 Desde los balcones del Hotel Imperial, sitio donde se habían instalado los micrófonos de La Voz de Armenia, Antonio Alvarez Restrepo empezó la serie de discursos nacionalistas. Lo siguieron, en su orden, Fernando Londoño, Jorge Mejía Palacio y Silvio Villegas, quienes expusieron los fundamentos del nacionalismo colombiano. El evento llegó a su máximo furor cuando Villegas tomó el juramento nacionalista de las masas que abarrotaron la Plaza de Bolívar.44 77 Ibid.. Ibid. "Ibid.. 77 Ibid.. 12 agosto agosto agosto agosto 13 de 28 de 29 de 31 de 1938. p. 3. 1938, p. 3. 19.38, p. 4, 1938. p. 5. 446 El porvenir del pasado Las actividades nacionalistas prosiguieron sin pausa durante septiembre. El día 4, Silvio Villegas, Joaquín Estrada Monsalve, Jorge Mejía Palacio y Hernán Jaramillo Ocampo presidieron la concentración nacionalista de Marsella, donde tomaron el juramento nacionalista a los asistentes. El 11 y el 18, Villegas y Estrada Monsalve dirigieron las manifestaciones de la ANP en Santuario y Quimbaya. El 22, el Comando Nacionabsta del Cauca, presidido por Ebas Salazar García, concurrió a una concentración nacionalista en Piendamó. Dos días después, Vülegas y Londoño Londoño estuvieron en Timbío. La intensidad prosebtista de septiembre culminó con concentraciones presididas por Villegas y Ovidio Rincón en Risaralda, Guática y Anserma. La Acción Nacionalista Popular se consolidaba como un partido político en expansión. El 29 de septiembre, La Patria publicó un informe sobre el desarrollo del movimiento nacionalista en todo el país. En Antioquia, los nacionalistas se lamentaron de no tener un comando departamental con el mismo vigor del caldense. En aquel departamento, los líderes nacionalistas descollaban por su intenso trabajo intelectual, pero carecían de la mística en el contacto popular que existía en Caldas. Contaban con tres publicaciones periódicas: La Tradición, dirigida por Félix Ángel Vallejo y Abel Naranjo Villegas; Avance, semanario de los estudiantes universitarios; y Legión Femenina, revista que dirigía Graciela Escobar. En Popayán, los estudiantes nacionalistas de la Universidad del Cauca mantuvieron la organización de la Acción Nacionalista Popular en el departamento. La Patria informó también sobre el desarrollo de la Acción Nacionalista Popular en los departamentos de la Costa Atlántica, región en la cual la expansión nacionalista tuvo menor despliegue que el de sus pares del occidente del país. En el Magdalena, en la mayoría de los municipios se organizaron comandos locales. 45 En el Atlántico, el Comando Departamental estaba en cabeza de Armando Zabaraín y Juan J. Vásquez. En Bolívar, la Acción Nacionalista Popular era más reciente. Sus núcleos de apoyo se encontraban en la universidad y contó con la colaboración de Alfonso Amado Claros, Marcos García B. y Tomás Osorio.46 En octubre continuó la campaña sin pausa. Los dirigentes estuvieron hablando, organizando, instalando comandos, tomando juramentos y repartiendo carnés en Circasia, Salento, Pijao, Marulanda, Caicedonia y Sevilla. En noviembre visitaron Córdoba, Calarcá, Pueblo Rico, La Dorada, Victoria, SamanáyMarquetaba. Finalmente, el nacionalismo se consolidó con la creación de nuevos órganos: El Nacionabsta, revista surgida en Bogotá el 5 de agosto; Lucha, semanario manizalita dirigido por Ernesto Castaño Giraldo, aparecido a comienzos de octubre de 1938; y Amanecer, semanario payanes dirigido por César Garrido, en circulación desde diciembre de 1938. Los nacionalistas p e r m a n e c e n en el G r a n Consejo Electoral (GCE). Laureano Gómez exigió al Gobierno Nacional el ingreso del conservatismo al Gran Consejo Electoral. Sin embargo, como ya hemos señalado en capítulos anteriores, los tres espacios destinados para el conservatismo fueron ocupados en junio de 1937 por líderes contrarios al laureanismo: Silvio Villegas, Fernando Gómez Martínez y l7> El Comando Departamental estaba dirigido por Pablo Torregoza Pérez, .losé Constante Bolaños, Néstor Serge y Máximo Visbal. "• La Patria, septiembre 29 de 1938. p. 8. El porvenir del pasado 447 Primitivo Crespo. Quince meses después, tales espacios estaban distribuidos así: Silvio Villegas, nacionalista; Fernando Gómez Martínez, conservador autónomo; y Primitivo Crespo, laureanista en ese momento. Laureano Gómez quería reconquistar todos los cupos para su corriente, razón por la cual argumentó que Gómez Martínez y Villegas no representaban al conservatismo. Así, los nacionalistas, incluyendo al director de El Colombiano, quedaron desautorizados para participar en las reuniones del Gran Consejo Electoral, que habrían de celebrarse a comienzos de octubre. Gómez Martínez dejó en claro que él nunca había sido nacionalista y que, por el contrario, había seguido dentro del conservatismo manteniendo una posición autónoma y pregonando una reforma interna: Lo que sí pienso es que el Partido Conservador debe remozar más sus programas, como lo está haciendo, porque, con la mentalidad antigua se estaba pareciendo demasiado al antiguo Partido Liberal. Cosa que no he hecho, ni haré quizás, es agraviar como agravian otros a los conmilitones de ayer, a esos viejos amigos con quienes me ligan caros afectos y a quienes quiero ver reintegrados un día a las viejas toldas conservadoras, ya que son unas mismas, como lo expresó fielmente Guillermo Valencia, las bases filosóficas de su pensamiento y el nuestro. 47 No obstante los reparos de Laureano Gómez, los líderes nacionalistas asistieron al Gran Consejo Electoral a defender a su nuevo partido. El 29 de septiembre llegó a Bogotá Gilberto Álzate Avendaño, y se reunió con el ministro de gobierno, con quien conversó sobre la expansión del nacionalismo y los problemas electorales. Laureano Gómez señaló que si no se seguían irrestrictamente sus recomendaciones ante el GCE, el Directorio Nacional Conservador decretaría la abstención electoral. 48 La presencia de los líderes nacionalistas en Bogotá sirvió para efectuar reuniones entre nacionalistas de todo el país y conceder entrevistas a los medios. El 30 de septiembre, Villegas y Álzate Avendaño se reunieron con Augusto Ramírez Moreno, Eliseo Arango y Ernesto Martínez Capella, entre otros. Gilberto Álzate Avendaño, por ejemplo, en entrevista a El Liberal el primero de octubre de 1938, defendió a la ANP como un nuevo partido político, y dio razones para participar en las elecciones y en los órganos del poder electoral: Nosotros constituimos una nueva agrupación politica, exenta de complejidades con los viejos partidos. Nada es común con ellos. Es absurdo que se nos catalogue como u n a disidencia conservadora. Silvio en el Gran Consejo Electoral es el personero del movimiento. No representa allí las viejas clientelas electorales. El clan de Gómez ha dicho torpemente que Silvio se está abrogando la representación de la recua bovina de los notables. N a d a m á s inexacto. Los partidos constituyen conglomerados voluntarios y no son entidades de derecho público, ni categorías jurídicas, ni órganos constitucionales del poder. Las leyes no crean artificialmente un conservatismo y un liberalismo con los cuales funciona la maquinaria política. Silvio actúa en el Gran Consejo como ciudadano, simplemente, pero respaldado por la ingente fuerza numérica de la Acción Nacionalista Popular. Sería estúpido suponer que quienes se separen de los dos partidos históricos, se colocan en incapacidad legal de elegir, ser elegidos y escrutar. Además, nosotros somos hoy los únicos portavoces de la oposición contra el régimen, porque las mermadas huestes ortodoxas de los Gómez son políticamente un apéndice del Gobierno e ideológicamente una sucursal del liberalismo. Programáticamente no existe diferencia entre el apenismo y el laureanismo. 49 47 Diario del Pacifico, septiembre 29 de 1939, p. 4. '-" El Liberal, septiembre 29 de 1938. p. S. '" La Patria, octubre 2 de 1938, p. 2. 448 El porvenir del pasado Por su lado, Villegas manifestó a El Espectador que los partidos políticos ya habían cumplido su misión histórica y que era la hora del nacionalismo, el de la Acción Nacionalista Popular, muy diferente al de las vertientes desarrolladas en países de Europa: Cuando nosotros invocamos un nacionalismo integral, suprimiendo los partidos políticos, no tenemos que apelar a Roma o a Berlín, sino a los más vigorosos pensadores del continente. El mayor flagelo de la América india han sido los bandos irreconciliables, que tejen su historia con un hilo de púrpura. El nacionalismo en el nuevo mundo es el bautismo de la paz. Nosotros aspiramos a que se nos combata por lo que decimos y no por lo que nuestros impugnadores suponen que vamos a decir. No creemos que en el actual momento histórico el país necesite una dictadura ni menos que pueda aspirarse a ella. La dictadura es la cirugía política, y como la cirugía, es la solución de emergencia. El error viene de que la armadura de nuestro programa es un régimen corporativo, pero ya han demostrado el padre Félix Restrepo y Abel Carbonell que corporativismo no es dictadura. Oliveira Salazar no acepta la solución fascista ni la solución hitlerista. Nosotros no aceptamos sino la solución colombiana. Dentro del régimen político y económico la Constitución del 86, con todas sus modificaciones, no es posible resolver los problemas sociales sino cediendo a la presión cada día mayor de los sindicatos, como se ha venido haciendo en los últimos años, o resistiendo a pie firme, como las bananeras. Ambos métodos despejan el camino a la violencia proletaria y a la lucha de clases. Por esto ha dicho Mussolini que la democracia liberal es la a n t e s a l a histórica del comunismo. El régimen corporativo armoniza los intereses de obreros y patrones, de trabajadores y capitalistas, reemplazando el 'salario político' de los agitadores por el 'salario económico' de los constructores. 50 Finalmente, Villegas hizo un resumen de las actividades proselitistas por el occidente del país : "Hemos recorrido ya veinticinco municipios, hablando en todas las plazas públicas, aún en los sitios de mayor peligro, y apenas estamos empezando. Tenemos ya organizados todos los comandos locales y hay municipios en los que tenemos catorce comandos en las veredas". 51 Villegas señaló los derroteros para el futuro del nacionalismo después de las elecciones: "Pasadas las elecciones de abril recorreremos el país organizando los comandos departamentales que hacen falta. El oportunismo dentro de muy poco tiempo será estar con nosotros". 52 Las presiones del conservatismo ante el Gran Consejo Electoral continuaron. Laureano Gómez exigió a Gómez Martínez que votara junto a Primitivo Crespo por las listas del Partido Conservador. En una actitud gallarda, Gómez Martínez señaló que accedería con la condición de que el Directorio Nacional Conservador se retractara de las acusaciones hechas a la anterior directiva conservadora. Así, el 3 de octubre, se reunió el GCE con la asistencia de tres representantes conservadores y cinco liberales. Se eligió como presidente a Pedro J u a n Navarro. Un día después, el GCE sesionó para elegir a los consejeros departamentales. La minoría política, representada en los conservadores y los nacionalistas, llegó fragmentada a la última reunión: el conservatismo laureanista, encabezado por Crespo; el conservatismo doctrinal, representado por Gómez Martínez; y el nacionalismo, dirigido por Villegas. Los resultados finales mostraron como gran perdedor a Laureano Gómez. El Liberal destacó que el nacionalismo había logrado doce consejeros,53 Gómez Martínez siete 54 y el laureanismo diez.55 La Patria, sumando los de Gómez Martínez, totalizó en diecinueve los consejeros departamentales nacionalistas, y en once los de Laureano." 6 ,77 Ibid. p. 3. Ibid., p. 5, "- Ibid. 77 Delegados en los departamentos de Atlántico, Bolívar, Caldas, Cauca, Huila, Magdalena. Santander. Norte de Santander, Tolima y la intendencia de Chocó. 77 Delegados en Valle del Cauca. Boyacá, Caldas. Cauca, Huila, Magdalena. Nariño y Santander del Sur. '"'Atlántico, Antioquia. Bolívar, Boyacá, Cundinamarca. Nariño, Santander del Norte. Tolima. Valle del Cauca y la intendencia de Chocó. '* La Patria, octubre 5 de 1938, p. 1, 57 El porvenir del pasado 449 Los resultados desencadenaron el ataque endiablado de Laureano Gómez, que tildó a Gómez Martínez de "traidor, personalista y apóstata". Así mismo, pidió a los consejeros conservadores que r e n u n c i a r a n a sus puestos en los consejos electorales departamentales, y amenazó con retornar a la abstención electoral. Alo que Álzate Avendaño replicó: "Laureano Gómez no será capaz de contener a las masas para evitar sus concurrencia a los próximos comicios".07 Finalmente, al doctor Laureano Gómez le pasó la ira y no volvió a mencionar el retorno a la abstención. La nueva mitología política y la configuración del alzatismo. La campaña electoraí de 1939 será torrencial, arrolladora, perentoria. No habrá peügro que no estemos dispuestos a desafiar, ni obstáculo que no nos sintamos capaces de vencer. El nacionalismo p a r t i c i p a en la acción de la naturaleza del relámpago. Con listas propias iremos a las urnas, siguiendo la noble consigna de José Antonio.1'6 El ágape nacionalista de principios de año. A mediados de diciembre, una amplia delegación de derechistas bogotanos se trasladó al departamento de Caldas con el fin de contribuir a la organización de la campaña electoral del movimiento nacionalista. Ala cabeza de la comitiva estaba el secretario general de la ANP, Rodrigo Jiménez Mejía, acompañado por Alfonso Muñoz Botero, Carlos López García y Carlos Echeverri Herrera. Los líderes bogotanos se unirían a una correría proselitista por la comarca. Jiménez declaró que irían a las elecciones de marzo siguiente con listas propias, sin apelar a los nombres de ninguno de los dos partidos tradicionales. Predijo, incluso, que en Caldas sacarían cuatro diputados, dos representantes a la Cámara y un senador. El Espectador divulgó el programa de la ANP, el mismo que había elaborado Jiménez, que circulaba en folleto y que estaba ya publicado en Tradición y en Presente, la página de la ANP que circulaba en el interior de El Colombiano. El documento fue presentado por el diario capitalino como el programa electoral de la ANP. Las celebraciones del final de año, y el advenimiento de 1939, estuvieron, para los líderes nacionalistas, pasadas por la política. El primero de enero se organizó en las horas de la tarde un "ágape nacionalista" en el casino de la ciudad, con asistencia de los dirigentes de la amplia comarca del occidente colombiano. Estaban allí, entre tantos, Rodrigo Jiménez Mejía, en representación del Alto Comando de la ANP, Elias y Gustavo Salazar García, Rafael Lema Echeverri; había gente nueva, por ejemplo, Jaime Sanz Hurtado, dirigente pereirano; y, por supuesto, asistía la plana mayor del nacionalismo: Álzate Avendaño, Silvio Villegas, Antonio Alvarez Restrepo, Fernando Londoño Londoño, todos recibidos por los asistentes con el brazo en alto. El denominado "ágape nacionalista" abrió y cerró con la entonación del himno nacional seguido del 57 Ibid., p. 1. " Ibid., enero 2 de 1939. p. 3. 450 El porvenir del pasado de la Falange. Fue un derroche de la palabra: casi todos pronunciaron el discurso de sus vidas, según anotaba el reportero. Sanz Hurtado avanzó la tesis nacionalista de hacer de Colombia una potencia, "hacer de ella la primera nación de Sur América, en industrias, explotación de materias primas y también en poderío militar". 59 Silvio Villegas, que le dio a su intervención un tono mesiánico ("Me siento misionero de Cristo y de Bolívar. Yo le contagiaré a la juventud y a las masas esta fiebre ardiente por la salvación de Colombia que está quemando mi carne"), 6 " acudió a la memoria de la independencia: Nosotros somos herederos históricos de la generación libertadora. No estamos aquí para continuar un siglo de errores políticos y de luchas fratricidas sino para agruparnos en torno a la figura cesárea de Bolívar y prolongar sus hazañas inmortales. El héroe no es para nosotros una figura estatuaria sino la revelación de las virtudes latentes de la raza. El Libertador es un ejemplo, un estímulo."' Las intervenciones fueron transmitidas por Radio Manizales y por la emisora Voces de la Ciudad. El entusiasmo del primero de enero lo expresaban en vivas a Cristo, al nacionalismo, a Colombia y a Bolívar. Todos, al unísono, gritaban "no al comunismo". Para cerrar el acto de inicio de la campaña electoral de 1939, los asistentes escucharon "Germinal", el editorial-programa de Silvio Villegas, juraron lealtad, sinceridad y firmeza a Cristo, al nacionalismo, y a los destinos imperiales de América, y "salieron a la calle, brazo vertical —como una espada— cantando el himno nacional, el himno de la Falange española, vivando a Colombia una, grande y libre, y al generalísimo Franco, caudillo de la hispanidad". 62 Dejó dicho Silvio Villegas que la participación del nacionalismo en estas elecciones era apenas la primera etapa de un largo proceso: "De las próximas elecciones no saldrá la nueva Colombia, ni allí está nuestro marco [...] no constituyen sino un episodio de la gran lucha que nos espera", 63 manifestó. Empezaba así el año, con entusiasmo desbordante, sin descanso, con una mística política jamás vista en las formas de hacer la política en el siglo XX. 'Luis Yagarí' escribía, por ejemplo, en su primera crónica del año: "No hay nada mejor que el gozo de ser nacionalista. En mi vida hay dos recuerdos que se juntan: el día en que me puse el primer chaleco y aquel en que me hice nacionalista. Es una alegría toráxica. Lo primero que se advierte al tomar la nueva fe, es que el pecho se ensancha, se crece el corazón".64 En amplia entrevista, Rodrigo Jiménez Mejía se refirió en La Patria a las elecciones de 1939 y a los objetivos que perseguían los nacionalistas que participaron en ellas. Posesionado de su nueva identidad, manifestó que, mientras los partidos tradicionales entendían la política como una manera de reclutar votos para llegar a los cuerpos legislativos y devengar grandes sueldos, ellos aprovecharían las elecciones para difundir su doctrina por campos y veredas. Sostuvo que, en caso de tener éxito, sus voceros en los cuerpos colegiados protestarían permanentemente contra los sistemas legislativo y ejecutivo vigentes. Y agregó que si no lo tenían no importaba, pues cuando las ideas nacionalistas primaran constituirían un congreso corporativo donde estuvieran representados los intereses vitales del país. 65 Esta idea la compartía y desarrollaba Silvio Villegas: 7 Ibid., p. 8, Ibid., p. 3, ibid, 7 Ibid., p. 2. 7 Ibid., p, 3. 7 Ibid. 7 Véase ibid 7 7 El porvenir del pasado 451 Para el nacionalismo las próximas elecciones son un espectáculo detestable al que concurrirá por necesidad. Iremos a las urnas, que son un medio para establecer desde el gobierno conquistado en la plaza pública la república autoritaria, corporativa y técnica. Un médico no puede renunciar a salvar a un enfermo disculpándose en el mal olor de las llagas. El deber es más fuerte que las ideas. Aceptamos los hechos cumplidos y aprovechamos los portillos que nos ofrecen la constitución y las leyes. La diferencia fundamental entre nosotros, los nacionalistas, y los otros que llegan a las elecciones, es que estos arriban a un fin y nosotros alcanzamos allí un medio.'7'1 En estas condiciones desarrolló la ANP su campaña electoral: recibiendo dardos del sistema bipartidista. Los nacionalistas desarrollaron con intensidad su campaña en cuatro departamentos: Caldas, Antioquia, Valle y Cauca, justamente la región occidental, donde los nacionalistas tenían un trabajo acumulado de casi una década. Pero existían comandos organizados y funcionando para la campaña en Barranquilla, Cúcuta, Bucaramanga y Pasto; y en algunas ciudades de Cundinamarca y Boyacá también los hubo. La campaña obligó a usar una nomenclatura distinta a la del Partido Conservador: Comando, para los comités; Consejo General de Comandos o Alto Consejo de Comandos, que cubría una representación mayor y que equivalía a los directorios en los partidos tradicionales. Los dirigentes locales fueron llamados capitanes de zona. Toda una nomenclatura militar importada de la Falange española. La ANP se valió de su propia prensa, grande y pequeña. La primera estaba conformada por La Patria y El Colombiano/ la pequeña por El Nacionalista, de Cali y de Aguadas, entre otros. La radio fue bastante utilizada en Caldas, Antioquia y Valle, donde emitían La Hora Nacionalista por distintas emisoras, como Radio Manizales, y La Voz de Antioquia, Ecos de la Montaña y Voces de la Ciudad, de Medellín. Se constituyeron también casas de la Falange y casas nacionalistas desde donde se impartían las directrices. Los miembros de la ANP fueron carnetizados. Con ello se lograba amarrar la militancia y, de paso, se conseguían recursos para la campaña. El Comando Nacionalista de Caldas acudió a la conferencia radial como mecanismo de propaganda por excelencia, en el cual eran expertos los nacionalistas. La oficina de abogado de Gilberto Álzate Avendaño sirvió como base de operaciones. El joven dirigente se sentía a gusto en el papel que le complacía desempeñar. Las conferencias políticas serían los domingos, como era ya costumbre, y se transmitirían por Radio Manizales. 67 Ante el activismo de los nacionalistas, el Directorio Conservador de Caldas llamó a la ciudadanía caldense para que participara en las elecciones respaldando al verdadero conservatismo. La Voz de Caldas atacó al nacionalismo por el flanco más vulnerable: su imitación de los modelos totalitarios de Alemania e Italia. En uno de sus editoriales leemos: "jArmas a discreción!", les decimos nosotros a los conservadores para que marchen a la defensa de las libertades públicas amenazadas, de la dignidad humana prostituida, del derecho individual convertido en una añagaza, de la propiedad vuelta escombros, de la libertad de trabajo sometida a la voluntad de un hombre, de la libertad de prensa estrangulada por la inquisición totalitarista, de la libertad religiosa puesta debajo de la bota de un dictador que no tiene mas ética que su omnímoda voluntad europea. "¡Armas a discreción!", decimos nosotros a los conservadores de Caldas para que marchen a defender la vieja trinchera gloriosa: para que los neonacionalistas les señalen el sitio que corresponde a los iscariotes, y para que cierren filas en torno a la doctrina conservadora y coronen la próxima jornada electoral con la más estupenda victoria. 68 147 i b i d , enero 7 de 1939. p. 3. El ciclo de conferencias se programó de la siguiente manera 7 8 de enero. Antonio Alvarez Restrepo y Hernán Álzate Avendaño: 15 de enero, Gilberto Álzate Avendaño y Carlos López García: 22 de enero. Fernando Londoño Londoño y Alfonso Muñoz Botero: y 29 de enero, Arturo Arango Uribe y Marco Álzate Avendaño ,7 " í.a Voz de Caldas, enero 3 de 1939. p. 7. 777 452 El porvenir del pasado Curiosamente, la lucha política en este departamento no era entre liberales y conservadores, y los términos de referencia eran más violentos entre conservadores que entre las dos colectividades tradicionales. El oficialismo conservador les compitió a los nacionalistas organizando también conferencias, que transmitían por la radio, no los domingos como aquellos, sino los sábados en la tarde. El ambiente caldense estaba así saturado de política. El 8 de enero, Silvio Villegas y Gustavo Salazar García presidieron la concentración nacionalista de La Celia. Rodrigo Jiménez Mejía y Carlos López García marcharon hacia Aranzazu, donde dirigieron la congregación nacionalista. Ese mismo día, en Manizales, Hernán Álzate Avendaño y Antonio Alvarez Retrepo dieron comienzo a las conferencias nacionalistas por Radio Manizales. El 12 de enero, Fernando Londoño y Antonio Alvarez Restrepo presidieron una reunión nacionalista en Manizales. El 15 de enero, Alfonso Muñoz Botero, Diego Duque Botero y Arturo Arango Uribe presidieron la concentración en la vereda Alto Bonito, mientras que Silvio Villegas y Jaime Sáenz se dirigieron a la vereda La Cabana, ambas en jurisdicción de Manizales. El mismo día, le correspondió a Gilberto Álzate Avendaño dirigirse a la población por los micrófonos de Radio Manizales. "La revolución está a la derecha". El h o m b r e p u e d e s e r definido como un animal que recuerda. En la memoria reside la eminencia de la especie. Las bestias no a c u m u l a n historia, no a v a n z a n sobre sí mismas, no a u m e n t a n su caudal instintivo. Sin un sentido histórico, subsistiría el remoto h a b i t a n t e de l a s c a v e r n a s . H a b r í a vidas i n d i v i d u a l e s d e s p a r r a m a d a s , p e r o no un destino ascendente de ¡a h u m a n i d a d sobre el planeta. 69 Fue ese el título que escogió Álzate para su alocución. Como Canal Ramírez, el dirigente nacionalista echó mano del concepto revolución, monopolio de la sensibilidad de izquierda. Se trataba de labrar una nueva identidad, trabajar sobre nuevas identidades, diferenciarse en este momento ya no sólo de los liberales, sino también del viejo conservatismo. Para ello, reiteró posturas y tesis, construidas unas individualmente y otras en colectivo, la mayoría ya expuestas de manera escrita y oral. Consciente de tener en las masas conservadoras a su principal destinatario positivo, confesó la saudade que le había implicado, a su comunidad ideológica, renunciar al Partido Conservador: No es posible negar que dejamos el vetusto caserón solariego con una áspera melancolía. Allí nos quedaban pertinaces memorias [...] La ruptura nos produjo un desgarramiento interno, un traumatismo sentimental, pero nos la imponía nuestro ideario misionero [...] Cada uno de nosotros, en el confín insobornable de su espíritu, pudo decir aquella despedida final: 'Me voy, como quien se desangra'. 7 " 1 La Paíría. enero 17 de 1939, p. 2. Ibid. El porvenir del pasado 453 Era esta la estrategia: mostrar que no había sido fácil salir de la casa paterna, que el sacrificio había costado, y que no había sido por culpa de ellos el abandono del partido: Antes del rompimiento definitivo, nosotros quisimos irrigar de savias vivas la reseca encina h e g e m ó n i c a . Pero los notables apeninos, los sobrevivientes del diván republicano, los demagogos en t r a m o n t o y la oscura galería de figurones que se hicieron fuertes en las directivas, sabotearon nuestro designio con pretextos de homogeneidad doctrinaria. Nuestras ideas n u e v a s e r a n decomisadas como mercancía de contrabando, así t u v i e r a n u n limpio abolengo bolivariano o fluyesen de los m a n a n t i a l e s católicos. Nos asfixiaba una pesada atmósfera de recelos seniles. La gerontocracia que explota a ese partido, se opuso a que le l i m p i á r a m o s el orín y la carcoma. El conservatismo se hacía cada vez m á s yermo, m á s estático, más enquistado en sus formas pretéritas. 7 1 Es muy posible que la crisis personal por la que estaba pasando el liderazgo nacionalista la estuviesen viviendo sus seguidores y admiradores. Álzate se mostraba humano como ellos. Leía, explicaba y se desahogaba: Durante ocho años montamos guardia al pie de la bandera estrujada, acosando y devastando al régimen [...] En 1930 encontramos unas masas en desbandada, un pardo montón de empleados cesantes, los remanentes de un partido desmoralizado por la derrota y huérfano de conductores. Con ellos improvisamos una milicia, un núcleo de resistencia, que se batía a intemperie contra la nueva iniquidad [...] Para nosotros nunca hubo la resortada blandura de las curules, sino el rudo tránsito por la plaza pública, jalonado de riesgos. No hemos vivido de la política sino para ella. Desde nuestras mocedades la entendimos como un servicio, como un deber sin gozo, como una vivencia tremenda. 7 2 La culpa de la caída del conservatismo, lo mismo que su comportamiento durante la República Liberal, la tenía el republicanismo, que se había infiltrado en el partido como una tendencia y costumbre: armisticio de las ideas, complicidad mental y reparto burocrático. Esa manera republicana de concebir la política había contagiado al Partido Conservador y lo había convertido en un liberalismo atemperado, en una disidencia liberal. Álzate sostuvo también que ambos partidos tradicionales se movieron en el pasado en la órbita de la Revolución Francesa, pero que, en cambio, en ese momento, cuando las masas habían entrado en escena, desesperadas ante los abusos de la libre concurrencia y la neutralidad del Estado abstencionista, los partidos modernos se movían en ciclo de la Revolución Rusa. Se necesitaba entonces un nuevo partido. Ellos, los nacionalistas, habían tratado de adecuar el conservatismo a los nuevos tiempos, necesidades y condiciones, pero no fueron comprendidos. Sólo la apelación popular podía entender, justificar y legitimar una prédica, a todas luces, justa; traída del espíritu combativo del siglo XIX, pero alejada de la ideología liberaloide de entonces. Y alejada también de la naturaleza perversa de ese momento: Los partidos son agencias de colocaciones para su respectiva clientela. Dentro de tan sórdida disputa, el poder consiste en los empleos [...] No es posible que las gentes continúen matándose por un cupo en la burocracia. El país necesita oráculos más altos que la vigencia fiscal. Es preciso darles a los compatriotas grandes ideales, una voluntad trascendente de servicio, un sentido de misión nacional, una fe histórica por la cual se pueda vivir y morir. En vez de emborrachar a las masas con alcoholes sectarios, convocarlas bajo los tres colores de la bandera para una expedición solidaria sobre el futuro. 73 77 777 77 Ibid. Ibid. Ibid. 454 El porvenir del pasado El llamado era trascendental: "Sabemos que la sangre es el aceite que lubrica los goznes del mundo. Nada se crea históricamente sin un sentido trágico de la vida. Hay que parir con dolor. El nacionalismo restablece los conceptos de sacrificio, fatiga, ofrenda y mérito".7'1 Creía Álzate en el mito, lo consideraba fundamental en y para la política. En él se condensaba la voluntad colectiva a través de ideas-fuerza, síntesis y esquemas mentales. Decía al respecto: El mito es el pensamiento que se carga con un potencial de fe, la creencia militante, el concepto o principio que abandona su limbo teórico para convertirse en una feraz evidencia del corazón. Ninguna política, por vertebrada y sólida que sea su ideología puede realizarse sin que sus tesis adquieran la sublimación política. Sólo así los programas, los lemas, los rótulos, albergados en el yo profundo de las masas, tienen fuerza motriz para desencadenar los actos. 75 Al número ya abultado de programas debía sumarse la construcción de mitos que amarraran la teoría a los sentimientos. Dijo Álzate en su intervención que el pueblo no necesitaba solamente opiniones y que era indispensable un encuentro nupcial de las ideas con los sentimientos para poder hacer grandes los acontecimientos históricos. "La mentalidad popular se prende a las fórmulas simples, a las versiones esquemáticas del pensamiento, pues ella procede por relámpagos intuitivos o representaciones simbólicas". 76 Y, precisamente, en los movimientos y paradigmas que condenaba, Álzate encontraba la justificación de sus argumentos. La Revolución Francesa y el marxismo fueron posibles como fenómenos populares gracias a que sus ideólogos los vincularon a los sentimientos de los pueblos. Pero las cosas debían cambiar 1 "Ahora deben retirarse del servicio activo las grandes palabras míticas de la Revolución Francesa, para dar curso a los nuevos vocablos representativos: orden, jerarquía, disciplina, servicio, integración, gremio, justicia, estado, imperio. Sobre todo, Dios".77 Es decir, era necesaria una nueva mitología política. "La tradición también fluye". En pro de un nuevo estilo. Nuestro estilo literario participa de ese tenso estado de espíritus. Es recogido como un puño, sin aflojamientos ni molicies. Ama los verbos duros y metálicos, los sustantivos que son como cabezas de familias m e n t a l e s . Sobre todo, aludiendo al signo profundo de esta tarea, está repleto de todas ¡as voces que se refieren a renacer, despertar, combatir, creer y crear. Nuestra prosa —corno nuestro espíritu— se encuentra transida de primaveras y vendimias, anunciaciones y epifanías, oráculos y banderas. En el toque de alborada se resume un sentido matinal y marcial de ¡a vida.16 Ibid. Ibid. ' Ibid. Ibid. Ibid El porvenir del pasado 455 Álzate reiteraba y profundizaba sobre ideas ya esbozadas. Las presentaba maduras, trabajadas, reflexionadas. Expuso, con amplitud y suficiencia, su concepción dialéctica de la tradición: "Las formas se suceden. Unas nacen y otras mueren. Sólo quedan en vigor algunos cimientos. Las raíces esenciales y fecundas. El único modo de conservar la tradición es insertar en las nuevas condiciones del mundo, no su aparato externo, sino su sustancia. Así ella renace". 79 Lo hacía para que no se pensara que él y su movimiento constituían un tradicionalismo estancado: "Lo que importa es buscar tiempo arriba la sabia germinativa del pasado, la esencia del acontecer histórico, el genio nacional que se manifiesta a través del torrente de los hechos. La tradición apenas se refiere a valores profundos, permanentes, intransferibles. Es la yema, sin cascaras ni cortezas", 80 decía. Dándole un nuevo aliento a la tradición, la ofrecía como transmisión, prosecución, y no inercia! y, en tal sentido, llamaba a inventariar y deducir su pasivo. Decía: La tradición va fluyendo. Es una esencia que se continúa y perdura sobre las formas perecederas. No es una cisterna de aguas muertas. Tampoco se compone del aluvión de escorias que deja el tiempo. Si así fuese, tendríamos un caos de tradiciones contradictorias, muiscas e hispanas, chapetonas y criollas, revolucionarias y reaccionarias, estáticas y dinámicas, católicas y anticlericales, pacíficas y guerreras, liberales y conservadoras. Un heterogéneo surtido de ejemplos para justificar históricamente todos los extravíos. 81 Álzate reconocía dos tradiciones congruentes y vivas en el país, cuyas matrices habrían de plasmar la historia nueva : el catolicismo y el pensamiento político del Libertador, El primero debía servir como norma moral de conducta y como herramienta de pacificación de las clases sociales; y el segundo "debería representar el destino mayor de la República, potente y orgánica, frente al movimiento centrífugo de los partidos".82 En su intervención, Álzate se preocupó por transmitirle a la audiencia la necesidad de un estilo propio de hacer política, de militar, de afrontar las adversidades. Anotaba al respecto: El estilo es más que una voluntad de forma, es la cruz plástica del carácter. Es la personalidad en acción. Es nuestra actitud definitiva. Ante el universo, que irradia en las más grandes obras y en los más triviales ademanes, comunicándoles un sello propio, un aire de familia, ese callado ritmo que constituye la unidad vital. Cada política tiene su estilo, sus modos peculiares de actuar y expresarse, que sirven como marca y contraseña. 83 Y ese estilo lo importaba el joven dirigente de la España nacionalista, de sus mártires: José Antonio Primo de Rivera, de quien tomó y recomendó: "Tenemos que adoptar ante la vida entera, en cada uno de nuestros actos, una actitud humana, profunda y total. Esa actitud es el espíritu de servicio y sacrificio, el sentido ascético y militar de la vida". 84 Se trataba, pues, de optar por una nueva manera de ser, que tuviera que ver, además, con las enseñanzas de Eugenio D'Ors: la política como misión, Y en esa dirección, los nacionalistas colombianos debían encarnar una política misionera que les imponía una disciplina moral de cruzados, "un heroísmo penitente, la mente y el corazón en armas. 'La vida es milicia', gritamos con los falangistas". 80 Y agregaba: "Nuestra misión es convertir a las gentes, hablarles sobre un credo de salvación nacional, remover las almas resecas y asentar simientes. Más que a la captura electoral del poder, nuestra cruzada se dirige al descubrimiento, la conquista o la 74 " '2 " " 47 Ibid. Ibid. Ibid Ibid. Ibid. Ibid. Ibid. 456 El porvenir del pasado creación del colombiano del porvenir, digno de sus libertadores. No es solamente una política, sino una ideología".86 Álzate, recogiendo el pensamiento que él y sus amigos habían ido elaborando, aspiraba con sus palabras de síntesis coadyuvar a la formación, a la transformación del nuevo cuadro político de la derecha. Habló de la necesidad de un nuevo dirigente al que le caracterizara el fanatismo de la verdad y el amor por los valores absolutos; que se sintiera convocado por la voz profética que resonaba en los héroes, que conociera su deber y no dimitiera, que presintiera las grandezas de las afirmaciones cuya garantía eran el dolor y la sangre. Por eso, sacaba a relucir, una y otra vez, el paradigma: "El valor histórico de esta generación —exponía con voz honda José Antonio, fundador, testigo y mártir de la nueva era— consiste en que percibe el sentido trágico de la época y no sólo acepta, sino que reclama para ella la responsabilidad del desenlace".87 La propuesta de Álzate Avendaño. Nosotros le hemos dado a nuestra política un e n t r a ñ a b l e a c e n t o a g r a r i o , p u e s p a r a el nacionalismo el regreso a la tierra es una cuestión de r i t m o . H a y que volver a ¡a s e m e n t e r a , ¡a d e h e s a y el a s e r r í o , p a r a encontrar las definiciones de un país pastoril. No basta descuartizar latifundios y adjudicar baldíos, fomentando una clase de pequeños propietarios rústicos. Es menester elevar el nivel humano total del campesino. 66 Frente a la democracia formal, o representativa, Álzate trabajó y profundizó la tesis nacionalista de la democracia funcional, en la cual el Estado fuera la doctrina en acción; y sintetizó sus contenidos. Ante todo, la propuesta apuntaba al campo como alternativa a la ciudad o, por lo menos, a u n punto medio entre ambas realidades. Abogó, entonces por el hombre de la aldea ; "donde los labriegos llevan una existencia infrahumana de acémilas, sin tierras, sin higiene rural, sin crédito agrícola, sin escuelas y sin garantías, porque el régimen demagógico apenas se preocupa por aumentar su ingente burocracia, abastecer el ocio de las ciudades parasitarias y aplacar la insurgencia de los obreros urbanos". 89 Al fracasado Estado liberal debía suceder el Estado corporativo, que reglamentaría los oficios, sobre el encuadramiento profesional, en organismos corporativos. Expbcaba Álzate que la Revolución Francesa, al disolver las corporaciones y las guildas, había producido la anarquía del sindicato obrero, organizado para defenderse de la libre concurrencia, pero que proliferaba sin ordenamiento constitucional. La salida para este mal era el régimen corporativo, que los vinculará orgánicamente a la estructura del naciente Estado. El nuevo sistema político reemplazaría la lucha de clases por una colaboración de clases. Con los dos miembros de la producción, el capital y el trabajo, se crearía una síntesis dinámica. En sus desacuerdos intervendría el Estado como poder arbitral, mediante los comités paritarios y la magistratura del trabajo. 7777 ibid Ibid. •-• Ibid. " Ibid. 47 El porvenir del pasado 45' Quedaba prohibida la huelga de los obreros y el cierre de los industriales, porque ambos paros, opinaba Álzate, perjudicaban y menguaban la economía nacional. 90 Recalcaba Álzate que el corporativismo, compatible con la democracia funcional, implicaba el ordenamiento del Estado, cuyo centro de gravedad no descansaba en los partidos, sino en los cuadros sindicales. Así, la corporación sustituiría al partido como órgano, vehículo o estamento del poder. Para que el corporativismo fuera posible, indicaba, era necesaria "la autoridad de un Estado unitario, una sociedad cohesiva sin particularismos de bandería y un clima de alta tensión ideal". 91 Entre los documentos programáticos del nacionalismo que circulaban, Álzate destacó "Germinal", el artículo-editorial de Silvio Villegas. Dijo que ningún nombre resultaba etimológicamente más adecuado. "Germinal es el misterio gozoso de los surcos, la respiración de las semillas, el reventar de las cosechas, el campo que grana. El vocablo traduce esta siembra de verdades activas, palabras como gémulas, en el alma popular". 92 Comparando este documento con los antiguos y nuevos programas liberales y conservadores, consideró a "Germinal" como el mejor programa político que circulaba en el país. En su alocución, Álzate opuso a las reformas liberales un cambio integral del Estado. Señaló que los principios básicos de la Revolución en Marcha: [...] hieden a la cadaverina de la Revolución Francesa, una vieja carroña que ambula por las calles sin resignarse a bajar al pudridero. La libre concurrencia económica, la concepción atomística de la sociedad, el estado neutral, la democracia inorgánica, el régimen parlamentario y la mecánica pendular de los partidos pertenecen a un ciclo histórico que se va. Las épocas también nacen, crecen y perecen. 93 Y reiteró que los partidos, incluyendo las izquierdas, eran versiones distintas del mismo liberalismo doctrinal, aferrados a formas estatales caducas, y declaró algo novísimo para el movimiento nacionalista: Solamente nuestro movimiento asume una actitud revolucionaria al plantear radicalmente el tránsito de un estado a otro, del sistema liberal al régimen corporativo. Con nosotros, la revolución está a la derecha [...] Es necesario reivindicar ese vocablo cachorro y rampante, que inspira a las gentes un terror supersticioso y que ha sido monopolio verbal del frente rojo. No siempre la revolución tiene un compás catastrófico. Puede ser la vehemente sacudida hacia un orden nuevo [...] Revolucionario, en nombre de la verdad, fue Jesucristo, al derrumbar los valores del mundo antiguo y desatar esa revancha de amor sobre las almas. Era revolucionario Bolívar cuando rompió el vínculo secular con España e hizo estallar los vestigios del decrépito Virreinato. Hay revoluciones benéficas y revoluciones nefastas. Las hay pacíficas y guerreras. Unas que aspiran dominar en las plazas y otras que quieren tomar posesión de los espíritus. Nuestra revolución radica en el advenimiento de un orden auténtico sobre los desórdenes habituales, sobre la anarquía vuelta estatuto. Para ello no tenemos que buscar teorías de emergencia y préstamos políticos ultramarinos. Nos basta izar la cruz católica como mástil y amarrarle el trapo tricolor de la bandera. Con semejante velamen queremos surcar los trabajos y los días. Tesis cristianas e ideales bolivarianos. Nada más. En todos los pueblos colombianos, en la plaza mayor, existe un templo de Cristo y una estatua del Libertador, Las gentes cruzan sin percatarse muchas veces ante esos monumentos pétreos e inmóviles. Pues en nuestro corazón empiezan a andar, a animarse, a encarnarse, plenos de sentido augural. Somos, pues, revolucionarios. Pero es preciso fijar los contornos de esa palabra. Con ella no queremos incurrir en un pronunciamiento verbal, en una denotación fonética, tan usuales en aquellos políticos que quieren tomarse el Estado con 7,7 ibid. Ibid, p. 3, Ibid. '•"' Ibid. 777 777 458 El porvenir del heroicos derramamientos de tinta o saliva. El país está mitridatizado contra los vocablos patéticos, contra las descargas oratorias. Nadie toma en serio esos toques de botasilla y somatén. Por eso nos limitamos a decir sobriamente, lacónicamente, seguramente, nuestra verdad sin permitir que las palabras vayan más aprisa que los actos.9'1 Álzate desmitificó, también, la acusación que se le hacía a su comunidad de querer importar a Colombia la dictadura: ¡Hipocresías granadinas! El país ha tenido muchas dictaduras, desde las que apareja el régimen presidencial, hasta las que resultan del monopolio político de los partidos. La presidencia de Olaya Herrera fue una dictadura encuadrada dentro de la Constitución. La república liberal es la dictadura del tumulto. A los colombianos no los atemoriza la dictadura, sino el vocablo que la designa. Nosotros, sin supersticiones verbales, planteamos escuetamente el problema, nadie ha propuesto soluciones dictatoriales, sino un Estado fuerte, un poder coactivo, una disciplina tutelar. La dictadura depende de las circunstancias: es una política quirúrgica. Es posible que a veces el orden nuevo necesite p a r a nacer de la operación cesárea. No hay que confundir entonces la laparotomía con el degüello, ni al cirujano político con Jack el Destapador. 95 Para finalizar su intervención, Álzate puso a quienes lo escuchaban frente al siguiente dilema: "Que las gentes escojan. El régimen corporativo o la lucha de clases. El ideal social católico o los excesos plutocráticos. El poder de las facciones hostiles o el Estado nacional. La grandeza bolivariana de Colombia, o su rango servil de país vasallo". 96 Gachetá : entre la táctica de la legítima defensa, la táctica de la calle y la convivencia. La sangre derramada en Gacheta el domingo, reclama vindicta.91 El domingo 8 de enero, una manifestación conservadora fue abaleada en la plaza principal de Gacheta, la capital de la provincia del Guavio. La asamblea, que reunía a cientos de conservadores, estuvo presidida por los miembros del Directorio Conservador de Cundinamarca y destacados dirigentes del partido. 98 Una puja de liberales y conservadores por el espacio político en la región, y por su electorado, fue la causa de la tragedia. Cualquier intento de continuar una estrategia de convivencia entre gobierno y oposición tendrá en los sucesos de Gacheta el principal obstáculo. Fueron once los muertos y más de cincuenta los heridos. 99 Por supuesto, el conservatismo capitalizó el acontecimiento, y culpó a los liberales y a la policía del insuceso: "la lluvia de balas era tan intensa que nadie podía atravesar la plaza sin ser herido de manera irremisible, pues aparte del pelotón de policía que disparaba desde el costado oriental hacia el occidental, otro pelotón descargaba sus fusiles desde la Casa Consistorial de sur a norte quedando cruzada la plaza en todo sentido por el fuego de la fusilería".100 Laureano Gómez se reunió con Eduardo Santos y exigió del Gobierno un escarmiento ejemplar a los culpables. Los nacionalistas, a su vez, aprovecharon los sucesos de Gacheta para caerle a Laureano Gómez y fortalecer la legitimidad de su prédica: En repetidos editoriales hemos dicho que no es posible derribar un régimen adulándolo [...] Nosotros, en cambio, declaramos que no es posible hacer más mientras no se organicen las 744 Ibid. "• Ibid. % Ibid. " El Siglo, enero 10 de 1939, p. 3. 7,77 Entre ellos los generales Eduardo Ortiz Borda y Amadeo Rodríguez, J u a n Uribe Cualla, Camilo de Brigard, Jorge Leyva, Carlos Monroy Reyes, Guillermo Camacho Montoya y Francisco Fandiño Silva. 7477 Según la versión de El Siglo. 17777 Ibid., enero 10 de 1939, p. 3. El porvenir del pasado 459 brigadas de choque que nuestro movimiento preconiza. Como nacionalistas protestamos contra este crimen horrendo que prolonga el hilo púrpura que va marcando el paso de las derechas colombianas en esta aciaga época de la vida nacional. La oposición no tendrá garantías distintas de las que sepa conquistar por medio de la organización y del arrojo.101 Reafirmaron su descontento con la política de convivencia sostenida por Santos y Gómez, a quienes tildaron de líderes tradicionales que pregonaban las mismas ideas políticas y simbolizaban la descomposición de los viejos partidos; 102 mientras que la ANP fue presentada como un movimiento de reconciliación política ubicado más allá de los partidos políticos.103 El 13 de enero, Aquilino Villegas propuso la adopción, de nuevo, por parte del Partido Conservador, de una táctica de legítima defensa, y recomendó el final de la convivencia nacional, mientras clamaba por una estrategia política más dinámica para su partido: Y ahora: si la convivencia es imposible porque la chusma liberal logra espantar al gobierno del señor Santos y obligarle a replegarse con sus ideas de respeto por los derechos de los conservadores, no nos queda más recurso que el derecho natural a la propia defensa, y debemos aconsejar a todos nuestros copartidarios a una serie de medidas elementales, mostrando que no somos mancos y dondequiera que podamos ser fuertes, rescataremos por la fuerza nuestro derecho, y que es peligroso atentar contra nosotros, más peligroso para los jefes que para las turbas. 104 El llamado a la legítima defensa fue tenido en cuenta por el conservatismo cundinamarqués. El 19 de enero se reunió en Bogotá una Convención Conservadora de Cundinamarca y de la intendencia del Meta, convocada para tomar medidas que garantizaran "los derechos del partido violados por el crimen y la impunidad". 105 La Asamblea, que contó con la participación del DNC y de 190 delegados, adoptó la táctica de la legítima defensa e hizo un juramento del siguiente tenor: [...] los delegados de los municipios del departamento de Cundinamarca y de la intendencia del Meta, que integran esta convención, juran solemnemente, del modo más explícito, ante Dios, ante el país entero y por el honor del partido que la representación política de la provincia del Guavio será conservadora y por tanto no se permitirá que en los cuerpos electivos nacional y departamental sea usurpada por sujetos que no pertenezcan a nuestra colectividad política. En fe de lo cual los representantes auténticos del partido en el departamento, al estampar sus firmas en este documento, comprometen no sólo su honor personal sino el de toda la colectividad en la puntual y rigurosa ejecución de esta medida, que se toma con pleno conocimiento de causa, después de grave y detenida meditación y en vista de que la colectividad está oprimida h a s t a la desesperación por la impunidad sistemática y que los altos principios que tiene la misión de defender para salvar en el país la cultura cristiana no pueden ser abandonados y desamparados ante la insolencia de los asesinos. Publíquese por la prensa y por carteles.1ÜG Luego de los sucesos de Gacheta, los nacionalistas declararon que el enemigo ya no estaba a la izquierda sino a la derecha, y auguraron que en las próximas elecciones el Partido Conservador sería vencido en los catorce departamentos por la "convivencia armada" del presidente Santos. El 'Tigre' José Agustín Noriega dijo que el crimen execrable de Gacheta demostraba que por los caminos de la mentida democracia jamás se obtendría el imperio de la justicia.107 Los nacionalistas intentaron aprovechar la coyuntura política para canalizar el descontento y vincular gente a la ANP. A la táctica de la legítima defensa opusieron la suya, la de la conquista de la calle: 7777 La Patria, enero 10 de 1939. p. 3. Véase ibid., enero 12 de 1939. p. 3. Véase ibid., enero 11 de 1939, p. 3. 77,4 El Siglo, enero 16 de 1939. p. 4. 7 '"' 7bid„ enero 22 de 1939. p. 1. 7077 77774 7,777 Zbi'd., p . 4. 7777 La Patria, enero 16 de 1939, p. 3. 460 El porvenir del En La P a t r i a hemos propugnado una política de beligerancia, procesional, aguerrida, que invada las plazas públicas y se tome los derechos ciudadanos en mítines y en elecciones. Una organización de masas, un clima de himnos y de banderas, un ambiente de heroicidad, de ardor místico, de fe, algo por lo cual se pueda vivir o morir sin fastidio ni fatiga. Algo grande, nacional, no partidista. Los brazos de la Nación armados en lucha y enardecidos contra la disocíadora tarea de los partidos políticos. Un gran programa que arraigue por igual en el ánimo político y en el espíritu religioso de las gentes, una manera de vivir digna de una buena muerte [...] Todo problema de táctica e n t r a ñ a una cuestión de doctrina. Un partido que se llama civilista y democrático no puede decretar la retaliación, porque en el caso imposible de que se llegara al poder por este medio sólo podría conservarla implantando la dictadura. La violencia es todo un estilo político que exige desarrollar previamente una mística en las masas, un clima de juventud, la creación de mitos imperiales y guerreros. El nacionalismo deriva lógicamente hacia allá. Pero a masas formadas dentro del respeto a la ley y en una escuela de convivencia no puede infundírsele esta voluntad heroica. La violencia, en caso de que llegara a ser practicada, implicaría la muerte civil del conservatismo y lo llevaría necesariamente a la abstención. No es posible pensar que una colectividad inerme, sin preparación previa alguna, sin brigada de choque, pueda enfrentársele a un gobierno poderosamente armado, resuelto a hacer el uso de la fuerza sin timideces [...] A la violencia no puede apelar un partido de oposición sino cuando se siente preparado para ir a la guerra civil.108 El uso de la violencia como política de partido, propuesta por Aquilino Villegas y adoptada por la Convención de Cundinamarca, causó estupor en el seno mismo del conservatismo. Así lo apreciarnos en un manifiesto del 25 de enero, producido en el seno de la comunidad que giraba alrededor de El Colombiano: Creemos que una norma semejante de conducta política desdiría de la índole misma de nuestro partido, eminentemente civil [...] y de otro lado, aquella manera de proceder sería ocasionada por la agravación del mismo mal cuyo correctivo se busca, pues fácilmente daría margen al peligro de que actos de barbarie como el que t a n h o n d a m e n t e deploramos se repitiesen y generalizasen con perjuicio de la tranquilidad pública y con desdoro del hombre colombiano. 109 Así, mientras estos eventos se presentaban en la política conservadora, los nacionalistas prosiguieron con su campaña de difusión ideológica de cara a las elecciones. Los días 21 y 22 de marzo, Silvio Villegas, Joaquín Estrada Monsalve y Rodrigo Jiménez Mejía presidieron concentraciones en Aranzazu y Salamina. Mientras tanto, en Manizales, el prosebtismo pobtico continuó por la radio. La caída de Barcelona en poder del generabsimo Franco les brindó a los nacionabstas caldenses la oportunidad de darle brillo a su campaña electoral. En solemne acto celebrado el 26 de enero en el auditorio de Radio Manizales, los líderes nacionalistas se dirigieron a la población del occidente del país para anunciarle el regocijo que les producía el triunfo nacionabsta español. Álzate tituló su intervención: "La gesta de la Falange española". Era el nombre apropiado a su estilo y a lo que quería decir: Nosotros, los nacionalistas de Colombia, queremos adoctrinarnos en el espíritu y el estilo de la Falange, aunque nuestro programa no sea copia extranjera, sino respuesta a las ecuaciones peculiares de nuestro país [...] España es un ejemplo, una advertencia y una consigna. Nosotros queremos que el heroísmo de la Falange española irrigue las fuerzas contrarrevolucionarias del país. Que la nueva E s p a ñ a nos envíe sus efluvios salubres por la misma r u t a de las carabelas, sobre cuyos velámenes hacía motines jubilosos el viento. 110 77)77 17777 710 Ibid., enero 25 de 1939, p. 3. El Colombiano, enero 29 de 1939, p. 5. La Patria, enero 27 de 1939, p. 3. El porvenir del pasado 461 El entretenido acto, lleno de poesía, cantos corales e himnos, fue considerado una "jornada decisiva" en la campaña electoral del movimiento nacionalista. El 28 de enero, dos comitivas se desplazaron por la región. Una encabezada por Álzate partió para Pacora, y la otra, comandada por Silvio Villegas, habló en Mocatán y Riosucio. En tanto, en Manizales hablaron por Radio Manizales Marco Álzate Avendaño y Arturo Arango Uribe. Una manifestación en Anserma, presidida por Joaquín Estrada Monsalve el día 30, cerró el denso mes de enero. En febrero, la campaña proselitista continuó con el mismo brío. El Alto Comando Nacionalista decidió reforzar la estrategia de las conferencias como mecanismo de difusión política e ideológica. Comunicó a la militancia que los miércoles a las nueve y treinta de la noche estaría al aire la voz de la Acción Nacionalista Popular,111 de tal manera que el elenco todo de líderes nacionalistas hizo uso de este medio. Mientras tanto, continuaron las giras por la provincia. Carlos López García y Gilberto Álzate Avendaño se dirigieron a Filandia. Allí, este último reafirmó sus tesis como si fuera la primera vez que lo hacía, pero con la experiencia de estarlo diciendo en todo momento. Aclaró que la reconquista del poder se haría a través de la Acción Nacionalista Popular. La táctica de la legítima defensa. Nuevo desencuentro de la sensibilidad leoparda con Laureano Gómez La legítima defensa no es una tesis académica, sino un recurso extremo ante un sistema de iniquidad que debe concluir para el bien de la Patria. 112 El Partido Conservador realizó una Convención Nacional en Bogotá, entre el 4 y el 7 de febrero de 1939. El evento, que transcurrió en el Teatro Colón, fue presidido, en principio, por el general Pedro Justo Berrío. Los sucesos de Gacheta, las declaraciones de Aquilino Villegas y el manifiesto del Directorio Conservador de Cundinamarca prepararon las condiciones para dotar al partido de nuevas tácticas de lucha, entre las cuales se encontraba la de la legítima defensa y la acción intrépida. El periódico oficial del conservatismo consignó, a propósito, lo siguiente: Corresponde ahora a la Convención Nacional Conservadora ratificar o improbar el decreto de la Convención de Cundinamarca, y, en este último caso, señalar los medios para impedir que un crimen abominable se convierta en fuente de derechos para sus autores. Se trata de poner un dique al ejercicio de la violencia como instrumento de dominación política. Por primera vez el Partido Conservador adopta la línea de conducta distinta del memorial de agravios enérgico y palabrero, que de ordinario no merece el honor de una respuesta. La guerra civil es imposible porque constituimos un gran partido sin a r m a s , y no se justifica porque en ella perecen millares de inocentes. 113 En el curso de las deliberaciones, las divergencias salieron a flote. La Convención, convocada, ante todo, por los laureanistas para imponer las nuevas tácticas, tuvo en 777 772 7777 ibid.. febrero 1" de 19.39, p. 1. El Siglo, febrero 4 de 1939. p. 4. Ibid. 462 El porvenir del pasado la delegación antioqueña, que era el espíritu que quedaba de la sensibilidad leoparda en el conservatismo, el principal contradictor. Antes de la Convención, el general Berrío le había manifestado a Gómez su desacuerdo con tal medida, que, según él, violaba los principios democráticos del conservatismo: "Las doctrinas conservadoras, sus principios eminentemente civiles y legalistas, las tradiciones de mi vida pública en servicio de esos ideales, me impiden aprobar en su integridad la resolución de la Convención Conservadora de Cundinamarca, suficientemente conocida, y en conciencia no puedo solidarizarme con ella".114 El comportamiento de Gómez en la convención no se diferenció del que había tenido en las anteriores: esquivo, irascible, displicente y distante; hasta desaparecer. Pero tenía un sólido cuerpo de tenientes que por él se la jugaban, y que la sensibilidad leoparda denominó los "plutodaureanistas". Los plutos, como se les terminó llamando, entraron en franco enfrentamiento con la delegación de Antioquia hasta conseguir la aprobación de la táctica de la legítima defensa. Tal desenlace provocó el retiro del general Berrío de la Convención, quien fue despedido con gritos de "¡abajo el cacique provinciano, analfabeta y cobarde!". Le siguieron Ospina Pérez y demás miembros de la delegación antioqueña. Abel Carbonell, quien ocupó el asiento abandonado por Berrío, puso en consideración de la Convención una proposición, presentada por Primitivo Crespo, que le otorgaba la jefatura única a Laureano Gómez: Sabemos que usted hubiera deseado la unanimidad para el apoyo a su política de enérgica y legítima defensa que usted considera vinculada a las declaraciones de la Convención de Cundinamarca sobre el abominable crimen de Gacheta; pues bien: en nuestro sentir, dicha unanimidad se ha realizado al proclamar la Convención Nacional del partido, con el voto de la totalidad de los delegados, que usted es el jefe supremo del partido y al ratificarle solemnemente la confianza plena de la colectividad; pues dicha moción fue votada afirmativamente aún por nuestros ilustres copartidarios de la delegación de Antioquia, antes de su retiro de la corporación. 115 Los delegados antioqueños, aunque por fuera de la Convención, dieron su aval, pues, como lo anotó el editorialista de El Colombiano: La jefatura única de Laureano Gómez lo hace responsable exclusivo de las orientaciones que le imprima a la comunidad. Para él son desde hoy la honra de las victorias y el mérito de los éxitos, pero al mismo tiempo la carga íntegra de las responsabilidades. Ahora a los conservadores sometidos a su disciplina no les queda sino obedecer. No hay derecho a deliberar. Es una de las ventajas de esa clase de jefaturas. 116 Y, como siempre sucedía, Gómez desistió de este ofrecimiento, pues con él o sin él, como tal ejercía y sin la responsabilidad de ser el jefe único. Y sin haber culminado el magno evento conservador el jefe supremo desapareció. Nadie sabía de su paradero. Corrían rumores: que había salido para Panamá rumbo a Suiza, que había dejado dicho que se retiraba por completo de la política; que no, que estaba en Bogotá, en fin. Una comisión de convencionistas fue designada con la consigna de agotar todos sus esfuerzos para encontrarlo. El final de la Convención fue dramático. La confirmación del viaje de Laureano Gómez al exterior confundió y anarquizó a sus tenientes, al punto de no llevarse a cabo la sesión de la mañana del día 7 de febrero. En la que hubo por la tarde, se le 77 fbjd.. febrero 7 de 1939. p, 3. ""' Ibid.. febrero 8 de 1939. p. 4. 77r ' El Colombiano, febrero 7 de 1939, p, 5, El porvenir del pasado 463 pidió a Berrío y a la delegación antioqueña que regresaran a las deliberaciones, pero no accedieron. Así, sin Berrío y sin Gómez, en medio de zambras, el conservatismo adoptó la táctica de la legítima defensa ante el fracaso de la convivencia nacional proclamada por el presidente Santos, y aprobó una nueva plataforma inspirada en las tesis del corporativismo. ¡Las cosas de las ideologías! Al igual que el nacionalismo, en noviembre de 1938 el conservatismo oficial protocolizó la adopción del corporativismo. Por ello, por estar sus tesis presentes en las deliberaciones de los conservadores, los nacionalistas siguieron con interés el desarrollo de la Convención Nacional Conservadora: Todos los pasos que da la Convención Nacional tienen como punto de partida nuestra táctica y n u e s t r a doctrina. Convencidos de que los viejos programas —el de Caro y Ospina, el de José María Samper, el de los parlamentarios de 1930— no valen absolutamente nada, y son incapaces de apasionar a las multitudes, han tenido que redactar a última hora una inocua declaración de principios sobre cuestiones sociales y económicas. Esto es como pretender resucitar un cadáver con inyecciones de agua tibia. Lo que las masas exigen es una revolución profunda en las estructuras del Estado, cambiando la constitución individualista de 1910 por un estatuto orgánico corporativista. 117 Se t r a t a b a , como se advierte, de un juego de intertextualidades o, mejor, de architextualidades, elevadas sobre el hipotexto de los programas conservadores. El hipertexto que terminaba manejando el conservatismo oficial era una parodia del de los nacionalistas, y estos, no obstante, estaban por fuera del partido. Esto indicaba que el talante en la dirección de la colectividad, y los intereses de grupo, a la larga, pesaban más que la ideología en construcción. Jorge Vélez fue nombrado para despachar los asuntos urgentes del partido mientras Gómez asumía la jefatura única. El conservatismo antioqueño, que representó en la Convención el eco del nacionalismo, no enmudeció. En un manifiesto titulado "Rechazamos la pobtica de violencia pregonada por don Laureano Gómez", el Directorio Conservador de Antioquia declaró: "Habiéndose empeñado una gran mayoría en sostener la resolución aprobada por la asamblea de Cundinamarca, con cuyos procedimientos no podemos solidarizarnos, y en proclamar la candidatura única del doctor Laureano Gómez como ratificación de la política de violencia y del atentado personal, nos vimos obligados a retirarnos de la Convención, después de agotar esfuerzos para salvar la unión del partido". 118 Así, de crisis en crisis, el conservatismo atravesaba la década y cedía todo el espacio de la política para que el sólido liberalismo reinara. Realmente, se complicaban las cosas, y las elecciones, que tendrían lugar en cuarenta días, se anunciaban violentas, máxime cuando el Directorio Conservador de Cundinamarca ratificó lo siguiente después de la Convención Nacional: "Nuestra campaña electoral continuará desarrollándose en Cundinamarca con toda actividad, celo y vigor, y corresponde al gobierno la responsabilidad de mantener el orden público, si las fuerzas revolucionarias del bberabsmo pretenden impedir por la violencia el acceso de nuestros amigos a las urnas".119 La Iglesia rechazó las pretensiones conservadoras. Ismael Perdomo, arzobispo primado de Bogotá, consideró ibcito y, por ello, sin obbgación, el juramento de los convencionistas de Cundinamarca y Meta, y declaró que las prácticas de la legítima defensa y la acción 17 777 7,77 La Patria, febrero 7 de 1939. p. 3. El Colombiano, febrero 7 de 1939, p. 1. El Siglo, febrero 10 de 1939. p. 3. 464 El porvenir del pasado intrépida eran ajenas al legado democrático de esa colectividad y la hacían retroceder a épocas de barbarie. 120 La Patria, compartiendo las opiniones del prelado, señaló que la acción intrépida había convertido a los miembros del Partido Conservador en "una cuadrilla de malhechores, igualmente condenada por el Estado y por la Iglesia".121 El nacionalismo encontró en el desenlace de la Convención un material precioso para justificarse y legitimarse. La reciente historia pasó a ser parte del análisis, los nacionalistas lo habían predicho todo, el Partido Conservador naufragaba, entraba en franca disolución. Silvio Villegas habló por la radio sobre la coyuntura conservadora. Llamó a Laureano traidor, y su viaje al exterior lo catalogó de fuga. "Nosotros estamos aquí esta noche para consolar a las derechas colombianas, para infundirles nueva esperanza y nueva vida, para darles una fe profunda en los destinos de la patria eterna. Aquí estamos sin odio y sin pasión, para ofrecerles nuestra arca de salud a todas las víctimas del naufragio",122 dijo. No se refirió el leopardo a los conservadores, sino a la derecha colombiana, cuyo nicho era justamente el Partido Conservador. Llamó a todos los descontentos con la política laureanista para que se vincularan al movimiento nacionabsta. "Sólo nosotros podemos luchar eficazmente contra el régimen porque tenemos una doctrina de bronce y un equipo de jefes, escritores y tribunos que le hace honor a varias generaciones colombianas",123 manifestó. El leopardo Augusto Ramírez Moreno retorna... pero a la política conservadora. El contagio de los dirigentes no ha ¡legado a las masas, que son solidarias: la afanosa discordia no la e n t i e n d e n quienes viven unidos por i d é n t i c o s m a r t i r i o s y p o r ¡as m i s m a s esperanzas. Si se me injuria por ¡os propios, permaneceré mudo'- doctrina y unión son ¡os postulados de mi alma y el anhelo de nuestra raza política. Mi ejemplo será tan alto como el corazón de ¡a juventud y como ¡a inteligencia de¡ pueblo. No r e p r e s e n t o ¡a violencia, ni represento la entrega 1 soy la Acción. No ofrezco ortigas ni tiendo a nadie la rama de olivo porque nací para el laurel. 124 Finalizada la Convención, ausente Laureano del país, el 8 de febrero de 1939, Augusto Ramírez Moreno anunció su retorno a la política. Tenía el propósito de contribuir a la cohesión doctrinal, táctica y estratégica del Partido Conservador. 'Volveré a intervenir en la política. Próximamente recorreré el país en gira de propaganda conservadora a fin de organizar al partido, en vista de la orfandad en que lo ha dejado el doctor Laureano Gómez", declaró a El Colombiano. 126 Se presentaba temerario, anunciaba su visita a Gacheta, y en su solicitud al ministro de Gobierno le decía : "Iré inerme, acompañado de mi esposa y de tres o cuatro amigos. No creo que ocurra nada; pero si algo ocurre no me escondo; mis amigos y yo estamos resueltos a morir en la tribuna". 126 7717 ibid. La Patria, febrero 12 de 1939. p. 3. Ibid., febrero 9 de 1939. p. 3. •'"' Ibid. 747 El Colombiano, febrero 10 de 1939, p. 2. 2:7 Ibid.. febrero 8 de 1939, p. 5. 7477 Ibid.. febrero 10 de 1939, p. 4. 727 7277 El porvenir del pasado 465 La prensa liberal se congratuló por el regreso del leopardo. Estaba acostumbrada a saludar al nacionalismo cuando el laureanismo se ponía en contraría de sus intereses, y a este cuando sucedía lo propio con los primeros. El 19 de febrero, Ramírez Moreno presidió un mitin en la martirizada población de Gacheta, y le habló a la gente en los tonos barresianos de su sensibilidad, rindiendo culto y convirtiendo a los caídos en héroes: Ahí tenéis la muerte de los sacrificados del 8 de enero. Ellos le sonrieron a la mañana con un gesto augural. Cumplían el deber ciudadano de ostentar sus ideales y de recibir a sus jefes. Los animaba la certidumbre honda de que eran entraña de la patria e hijos de la sagrada religión. ¿Cómo vieron la muerte? Como un tributo a la causa esbeltísima de Arboleda y Caro, de Suárez y los Ospina, la miraron como el primer paso de la verdadera redención. 127 Ramírez Moreno habló en contra de la táctica de la legítima defensa, a la que opuso la convivencia política como táctica general: entre los conservadores mismos, entre ellos y el Gobierno liberal: He sido tan fiel a los otros como lo soy conmigo mismo: hostil personalmente a las directivas, aplaudí su política de convivencia porque soy equitativo.y justiciero. Traicionarse a sí propio es una falta que se paga. Hoy quiero practicar como político conservador lo que antes aplaudí en mis perseguidores como ciudadano conservador, mitigando las exageraciones amorosas que tuvo en su lenguaje la convivencia y haciéndola más previsora y eficaz en la defensa de los conservadores. 128 De acuerdo con este argumento, Ramírez Moreno adhirió a la posición de la Iglesia Católica y desestimó la legítima defensa, a la vez que criticó a sus detractores dentro del Directorio Conservador de Cundinamarca: Cuando la Iglesia romana define temas de moral, creóme obligado a rendirme sin discusión a su enseñanza, porque soy fiel a mis convicciones religiosas: y si el primado de Colombia condena el a t e n t a d o personal, yo tengo que rechazarlo, al tiempo que miro con tristeza cómo algunos católicos no atienden esa ley, esa definición de la Maestra Indiscutible y Única. No fue nunca el conservatismo chusma de asesinos: presentarlo como tal e incorporarle como tesis táctica una grave apostasía, es traicionarlo [...] Intrépida acción la de esos capitanes —los Directorios Conservadores Nacionales y de Cundinamarca—, porque en vez de usar como instrumento a quienes les obedecen se ofrecen a cumplir los juramentos y a sobrellevar los castigos. 129 Ramírez Moreno echó de menos a sus amigos nacionalistas: Aquí debo l a m e n t a r el grave, el hondo vacío que se observa en n u e s t r o s cuadros con la ausencia de Silvio Villegas, de Fernando Londoño, de Gilberto Álzate, de Antonio Alvarez Restrepo, de Arturo Arango Uribe y de sus compañeros. El odio de los propios, su impaciencia, el orgullo de todos, nos rompieron esos fuertes soportes, nos cercenaron el alma, ahora cuando se abre frente a nosotros la gran llanura del Porvenir, y en ella el ancho camino de la Historia rumorosa de gloria y de dolor.130 Finalmente exhortó a los conservadores a no dejarse llevar por los odios y venganzas personales. El 26 de febrero, Ramírez se trasladó a Manta, Cundinamarca. El leopardo sostuvo en esa población que el regreso al poder debía ser por métodos democráticos. "El 727 7277 729 730 Ibid., febrero 20 de 1939, p. 7. Ibid. Ibid. Ibid. 466 El porvenir del pasado Poder no podemos reconquistarlo por medio de las pistolas [...] La impunidad es enemiga de la Convivencia al mismo título que las pistolas. Yo me declaró por la Convivencia". 131 Volvía a jugar la sensibilidad leoparda en el interior del Partido Conservador, que no respaldó las tesis conciliadoras de Ramírez. Los respaldos provendrían de donde siempre. José Mejía Mejía afirmó que el conservatismo no se reconstruía con base en una política de ostracismo y exilios para sus subditos, sino "mediante una política de acercamiento, conciliación y suma de todos los equipos beligerantes tangenciales". 132 La democracia de la sensibilidad leoparda, que se expresaba en la actividad de Ramírez Moreno y en la de los conservadores de El Colombiano, tendía de nuevo puentes de acercamiento al liberalismo. Álzate gaitaneando. "Vieja y nueva política". El populismo conservador de la ANP. Hubimos de soltar a m a r r a s y seguir solos n u e s t r a travesía, haciendo con ¡a b a n d e r a n a c i o n a l un velamen, con l a s encíclicas pontificias un cuaderno de bitácora y con el magnífico numen bolivariano una brújula de marear. Por eso, en la total catástrofe, sólo permanece en marcha nuestra proa, erguido nuestro palo de mesana, ondeantes nuestros pendones. Desde el puesto de mando arrojamos salvavidas a los náufragos. 133 El miércoles 8 de febrero, cuando terminaba la Convención oficial conservadora, Ramírez Moreno regresaba al conservatismo y Laureano Gómez se alejaba del país. Gilberto Álzate Avendaño en La Hora Nacionalista, el nuevo programa radial que iba en la noche, leyó un discurso de afirmación ideológica titulado "Vieja y nueva política". Se trataba, una vez más, de hacer balances, de analizar el "caos", el "desplome" conservador; de continuar la prédica de justificación y legitimación del movimiento nacionalista. Era necesario profundizar y desmentir: "Al golpear hercúleamente contra Gómez, nosotros no ejecutábamos una represalia privada, sino que combatíamos un sistema catastrófico, cuyas incongruencias se agravaban por la inverosímil ineptitud del demagogo crepuscular". 134 De lo que se trataba, no era del problema de la crisis en la que se encontraba el conservatismo, sino de pensar el desplome total de una política que era necesario cambiar con una fuerza de relevo. El texto que leía esa noche Álzate era el mejor discurso de cuantos había escrito y pronunciado en su carrera pobtica. Estaba en un momento de productividad intelectual excelente. Terminaba un texto, lo difundía de forma verbal y escrita, y emprendía la redacción del siguiente. En este se percibe que el joven dirigente había puesto un empeño extraordinario en su confección. En él estaba sintetizado su pregón y el de su sensibilidad y sociabilidad. Su palabra fluyó diáfana y contundente, la dialéctica era el eje de la disertación. El líder nacionalista apuntó: 177 Ibid.. febrero 27 de 1939, p. 7, Ibid.. febrero 21 de 1939, p. 5. La Patria, febrero 11 de 1939, p. 3. 77 Ibid. 72 77 El porvenir del pasado 467 Exploramos, tiempo arriba, los yacimientos históricos, buscando definiciones y pautas acordes con el genio propio, el carácter peculiar y el ritmo profundo de la república. Se ha dicho que todos los pueblos deben volver por épocas a sus orígenes. Nuestra política tiene ese signo de rectificación y retorno, que supera el ayer marchito, en pos de la historia mayor. Ella ha ido hasta el pensamiento de los libertadores, para rescatar su verdad olvidada. Abandonando las supersticiones y los extravíos de nuestros inmediatos predecesores, el movimiento nacionalista inicia un regreso a la auténtica colombianidad, a los valores intransferibles y las raíces genitales de la patria. Ese es el porvenir del pasado, la tradición vuelta destino. 135 Aunque reiteraba las posturas que venía sosteniendo en pueblos y veredas, esta vez se tomó tiempo para entrar en preciosos detaUes, que llenaban de democracia popular sus planteamientos: "Ahora que la política tiene un acento social e irrumpen los de abajo en la escena histórica, nosotros predicamos un credo antiguo y nuevo, contemporáneo de todas las épocas, cuyas raíces arrancan del Sermón de la Montaña, conservan su fertilidad a través de los siglos y mitigan el áspero clamor de las muchedumbres desamparadas". 136 Quería meter a todos en el universo político: No puede nadie ponerse al margen de la política, porque no existe un lugar fuera del Estado, donde el ciudadano se aisle. Hoy la política es el destino. Ella interviene en todo, en lo que comemos y en lo que pensamos. Ni siquiera el que se entrega a cultivar rábanos en su huerta recoleta, puede escapar a los hechos políticos, que repercuten h a s t a en el precio de las verduras. La historia, según Spengler, nos obliga a participar del acontecer militante, como objetos o como sujetos. El que no se esfuerza en ser historia p a r a los demás, tiene que padecer la historia de ellos. 137 Rescataba para la política y para su heterodoxia los contenidos del cristianismo, los sacaba de las iglesias y los ponía a la consideración de las masas. Decía encontrar más contenido humano, más justicia y más garantías para los proletarios en el evangelio y en las doctrinas esparcidas por la Iglesia Católica que en el Manifiesto comunista y en la demagogia de la revolución soviética. Las soluciones de los problemas sociales, para Álzate, radicaban en relación con un regreso al cristianismo, y pensaba que en las doctrinas de la Iglesia estaba la fórmula. Y con su ayuda el joven dirigente nacionalista emprendió su crítica a la economía liberal. Se pasmarían si alguien les expusiera la teoría del bien común en Santo Tomás, que establece la propiedad de los bienes necesarios y la simple gerencia de los superfluos, grabados con una servidumbre social [...1 El cristianismo empieza por elevar el rango social del trabajo. No lo considera una mercancía inerte, sino como algo que suda, que padece, que piensa. Es un hombre, una criatura de Dios, que en su lucha económica desigual debe ser fortalecido por las leyes, para restablecer el equilibrio. Ante la quiebra de la economía liberal que se encuentra en los antípodas del Evangelio, ha de sobrevenir un orden nuevo, auténticamente cristiano [...] La doctrina sociahcatólica tiene su ápice en el corporativismo, que evita el desbordamiento de la lucha de clases, mediante una colaboración orgánica del capital y el trabajo. Es un regreso al idilio medieval de los oficios corporados. El régimen corporativo entraña un nuevo ordenamiento del Estado. Es incompatible dentro de la mecánica p e n d u l a r de los partidos políticos. El corporativismo implica una democracia funcional, articulada económicamente, pero destruye el sufragio inorgánico y las clientelas electorales. Mientras el Estado liberal se apoya sobre la actividad contradictoria de los partidos, el Estado corporativo tiene su centro de gravedad en los sindicatos verticales. Por eso no se puede plantear el corporativismo desde la vieja política. Hay que renunciar a la concepción partidista si se adopta ese orden económico y social que es la fórmula del porvenir, pues resuelve la tensión polar de las clases. Nosotros hemos dicho dialécticamente: individualismo: tesis: comunismo: antítesis: síntesis: el régimen corporativo. 138 175 771 777 748 Ibid. Ibid. Ibid. Ibid. 468 El porvenir del pasado Recabó Álzate en el tema agrario, tópico de identidad en el nacionalismo de la sensibilidad leoparda. Sabía, a lo mejor, que iba en contravía del desarrollo que había tomado el país, y quizás era consciente de su costo político, pero, por una ética de convicción y de responsabilidad que lo enaltece, defendía el regreso a la tierra y al sentido campesino de la vida colombiana. Se autoproclamaba personero de los intereses rurales y sostenía que en Colombia todas las formas políticas había que pensarlas desde el agro y no desde las ciudades consumidoras. Fundamentaba su postura así: Los fisiócratas califican únicamente como clase productiva a los labriegos, que con el cultivo del suelo crean los bienes anuales del país. Las demás clases eran estipendiarías y estériles. Esa clasificación entre nosotros es exacta. Nuestro campesino se encorva de sol a sol en la santidad de la fatiga para abastecer los ocios de una copiosa burocracia citadina. Suda plusvalía en provecho de la urbe parasitaria. El Estado se preocupa escasamente de esa vasta humanidad rural, que ha carecido siempre de higiene, crédito, escuelas y garantías laborales. Basta leer el código del trabajo para darse cuenta de la desigualdad ante la ley que existe entre el exiguo proletariado industrial y los jornaleros rústicos, porque el oportunismo de los gobiernos busca alagar la demagogia urbana y convertirla en clientela electoral. 139 Si los gobiernos de la República Liberal habían incorporado al obrero a los goces de la sociedad, Álzate intercedía por la fuerza laboral que había quedado por fuera de lo social. Por ello, al sostener que salirse de la tierra era un descarrilamiento histórico y que el país sólo podía prosperar sobre una agricultura floreciente, proponía descuartizar latifundios y socolar baldíos para que los campesinos se convirtieran en propietarios, ya que, según decía, todo poseedor era "un pilar estable del orden". Hablaba de extender la propiedad y no aniquilarla. 'Mientras el comunismo quiere que todos sean proletarios, nuestro designio es que todos sean propietarios",140 enfatizaba. Emergía Álzate con un planteamiento popubsta surgido desde una raíz de pensamiento cristiano y conservador, y como el equivalente a Jorge Eliécer Gaitán en la comunidad conservadora. Clamó por una activa asistencia médica en las veredas, que defendiera la raza contra las inclemencias del trópico, que destruía endémicamente las reservas humanas. Habló de la importancia de una enseñanza rural práctica, que dotara a la niñez campesina de conocimientos útiles sobre la tierra, que estableciera métodos racionales en los cultivos y acabara con las supersticiones heredadas. "Sin máquinas de labor, sin abonos químicos, sin regadío para las zonas de secano, los labriegos se d e s g a s t a n i n ú t i l m e n t e sobre el suelo avaro", 1 4 1 s o s t e n í a . Y p r o m e t í a el intervencionismo de Estado para el campo: Nosotros sostenemos una política agraria que beneficie los productos terrígenas, que los proteja con tarifas aduaneras, que funde cooperativas rurales y que eleve el nivel humano total del campesino. Hay que librar cuanto antes a los labradores del agio aldeano, mediante el concurso más amplio del Estado. La producción se torna macilenta cuando falta el riego económico del crédito p a r a las clases medias rurales. Los propietarios de los pequeños fundos no tienen ahorros disponibles para mejorar sus siembras, introducir maquinaria y pagar sus peones antes de la cosecha. Sin un sistema amplio de préstamos agrarios, sobreviene el colapso de la agricultura, que según Rouz es una industria cuyas fábricas se extienden horizontalmente con el sol por motor [...] Agrónomos y no abogados. Semillas y no literatura. Técnica y no burocracia. Eso es lo que el país necesita y nuestras voces reclaman. Un acto de contrición con la tierra y un acercamiento vivaz a las aldeas donde una raza patriarcal sufre, lucha y espera [...] Si alguna vez las derechas reconquistan el dominio del Estado, esa empresa restauradora ha de 714 ibid. •7" Ibid. '" Ibid. El porvenir del pasado 469 partir de las aldeas, espiritualmente intactas, donde decanta la tradición sus mejores No serán los parlamentos parleros, ni los papagayos demagógicos, ni las clientelas ni los motines urbanos, los que salven al país e inauguren un nuevo ritmo histórico. campesinos rudos y lentos, fuertes haces labriegos, varones de mano callosa que en silencio la patria. 142 sustancias. electorales, Han de ser construyen La guerra sucia del adversario. Conservadores y nacionalistas confeccionan sus listas. Los nacionalistas continuaron recorriendo el departamento de Caldas, en giras que se combinaban con exposiciones radiales desde Manizales. El 14 de febrero se instaló la Casa Nacionalista. El 15, La Voz de Caldas y Diario del Pacífico publicaron declaraciones del arzobispo Juan Manuel González Arbeláez, en las que este afirmó que simpatizaba con el nacionalismo que se daba en España y Portugal, pero no con el colombiano que pregonaba Silvio Villegas. Más adelante fueron divulgadas declaraciones de Diego María Gómez, obispo de Pasto, en las que criticaba al nacionalismo liderado por Álzate y Villegas. Los nacionalistas capotearon la situación. La Patria publicó otras declaraciones de González Arbeláez a Somatén, en las cuales había afirmado que condenar a la extrema derecha colombiana le parecía torpe e injusto. Así mismo, el Comando Nacionalista de Caldas envió un telegrama al obispo de Pasto en el que le pedían expbcación sobre sus declaraciones pobticas, al tiempo que expusieron al prelado el significado del nacionabsmo: "Nuestro ideario es sociabcristiano, corporativo, agrario, bolivariano. Ninguna autoridad eclesiástica podría entonces mirarlo siquiera con desvío".143 Finalmente, La Patria publicó la respuesta del obispo de Pasto a los nacionalistas, en la que desautorizaba a La Voz de Caldas. En medio de la guerra sucia del adversario conservador, los nacionalistas redoblaron sus esfuerzos por cubrir un espacio mayor al de las orillas de Manizales. El 18 de febrero, Silvio Villegas, Leonardo Tafur Garcés, Eduardo Franco Cardona y Elias Salazar García presidieron una gira por las ciudades vallecaucanas de Toro, Obando, Ansermanuevo y Cartago. El 19, Fernando Londoño, Jorge Mejía Palacio y 'Luis Yagarí' presidieron la reunión nacionalista de Chinchiná; Gilberto Álzate Avendaño, Evelio Henao y Gustavo Salazar hicieron lo mismo en Filandiaí mientras que Ovidio Rincón, Néstor Ramírez Vélez y Eliseo Arango pronunciaron sus conferencias por Radio Manizales. El 20 de febrero, Alfonso Muñoz Botero, Carlos López García y Joaquín Estrada Monsalve presidieron las concentraciones nacionalistas de Guachita, San Clemente y Quinchía. El 25 de febrero, Fernando Londoño y Arturo Arango Uribe dirigieron la concentración de Salamina, mientras que Silvio Villegas, Rodrigo Jiménez Mejía y Alfonso Muñoz Botero estuvieron de gira por Marquetaba y Samaná. El 26 de febrero se presentaron las concentraciones de La Linda, Pensilvania y Manzanares, dirigidas por Silvio Villegas, Rodrigo Jiménez Mejía y Alfonso Muñoz Botero; y Santa Rosa de Cabal, presidida por Gilberto Álzate, Jorge Mejía Palacio, Evelio Henao y Carlos López García. A principios de marzo, conservadores oficialistas y nacionalistas caldenses estuvieron dedicados a la confección de las bstas de sus candidatos para las elecciones legislativas del 19 de marzo. Los conservadores tuvieron una Convención Departamental, que sesionó desde el 2 de marzo. Aquilino Villegas se dirigió a los convencionistas en la 742 777 Ibid., p. 9. Ibid., febrero 19 de 1939, p. 1. 470 El porvenir del pasado víspera de su instalación llamando a la disciplina, la obediencia y la sumisión que necesitaba el partido, que regresaba de la abstención.144 Los conservadores caldenses escogieron a Emilio Arias Mejía para que encabezara la plancha a la Cámara, y a José Restrepo Restrepo para la de la Asamblea. Guillermo Gutiérrez, presidente del Directorio y jefe único regional, cerró el evento con un editorial de La Voz de Caldas, donde le atribuía a su parcialidad los tintes de un movimiento democrático por excelencia: "¡Oh, democracia, así te atiendo yo! ¡Así te venero y amo!",146 expresión que hacía honor a la forma cómo, según él, se había realizado la escogencia de los candidatos. Eran los conservadores oficiales los demócratas y los nacionalistas los antidemócratas: Para ellos [los neonacionalistas] que abominan la democracia, para ellos que dicen que los jefes no se equivocan, para ellos que aman a los dictadores, para ellos que son, según la frase ya célebre, los mensajeros del Espíritu Santo. Nosotros los conservadores nos quedamos con la democracia, luchando con el pueblo y para el pueblo, sintiendo los dolores y las alegrías de la masa, prefiriendo engañarnos con el pueblo, o haciendo su felicidad.'"' Protocolizaba el conservatismo oficial caldense a los nacionalistas, que en medio de todo eran sangre de su sangre, como los contradestinarios de su prédica política. El otrora adversario, el liberalismo, quedaba a sus anchas, sin enemigo a la vista. Los supuestos antidemócratas nacionalistas se pronunciaron sobre la Convención conservadora. Hablaron de desorganización, intriga, rebatiña e imposición de nombres para las listas. Hicieron el balance en oposición a La Voz de Caldas y a los deseos de Aquilino Villegas. Por ninguna parte vieron desprendimiento y grandeza, sino ambiciones y apetitos personales. 147 Para mostrar cosa diferente, el 3 de marzo de 1939, en horas de la noche, se reunió el Consejo General de Comandos Nacionalistas de Caldas, uno de cuyos propósitos fue proclamar sus planchas democráticamente. Presidió la magna reunión, que contaba con la participación de cuarenta delegados municipales, Silvio Villegas, quien fue recibido con salvas de reconocimiento. Como todos los actos nacionalistas, este lo fue también de la palabra, de los discursos. Londoño Londoño, primero en hablar, se refirió a la obra tribunicia de Villegas, a la que calificó de "sin par" en Colombia, e hizo u n a radiografía del movimiento nacionalista en el país: "En el Valle, canta su himno triunfal! en Popayán se recluye y recoge en la universidad, y en todo el país se adueña de las universidades y centros educacionales que engendran la miel del porvenir".148 Londoño acusó al Gobierno liberal de hacer creer a todos los colombianos que la derecha cristiana era enemiga de los desvalidos, cuando, justamente, en el pensamiento cristiano se encontraba "la fraternidad, la dulcedumbre de la concordia entre los hombres y la reivindicación de los pobres".149 Londoño se defendía de ataques recientes; quienes lo escuchaban lo sabían'- "Nuestro movimiento es una cruzada en la cual se reúne toda la pasión, el espíritu y el estilo de lo que es la derecha bien entendida y practicada, con toda la responsabilidad de hacer de la tarea una obra de cristianismo y humanidad". 130 Aprovechó la oportunidad para llenar de contenidos el significante plutocrático que habían encontrado para los laureanistas: "han hecho que todo el poder vaya a los que tienen fortuna y representación en las inversiones y las utilidades de las sociedades anónimas". 151 Se refirió al olvido en que había caído el 4 La Voz de Caldas, marzo l77 de 1939. p. 3, ibid., marzo 6 de 1939, p. 3. 77 Ibid. 7 La Patria, marzo 3 de 1939. p. 3. " Ibid.. marzo 4 de 1939. p. 4. s Ibid. ° Ibid. 7 Ibid. 5 El porvenir del pasado 471 culto a los héroes, y comprometió al nacionalismo en su restablecimiento. Explicó y justificó la participación en las elecciones y la conquista de curules como medio y no como fin. Un medio para hacer desaparecer "la ruindad" de la política. Por ello entendía Londoño la rebatiña por las curules, el canje de posiciones, la compra de votos, "el doy para que me des". Y enfatizaba: "Entre nosotros no hay canjes, ni prebendas ni entreveros. Si cumplís fielmente con este mandato podemos decir que ha amanecido una generación que rompe con el pasado y marcha hacia el futuro".1"2 Seguidamente, fue presentada la lista de los candidatos: encabezaba la plancha a la Cámara Silvio Villegas, con la suplencia de Álzate. En segundo y tercer renglón iban Joaquín Estrada Monsalve y Rodrigo Jiménez Mejía, respectivamente. Fernando Londoño Londoño, a su vez, encabezaba la plancha a la Asamblea departamental con la suplencia de Pablo Emilio Duque. En el segundo renglón estaba el nombre de Antonio Alvarez Restrepo. Y para que no quedaran dudas y evitar la contrapropaganda desde el adversario conservador, la reunión nacionalista hizo constar: El Consejo de Comandos de Caldas, en su primera sesión, ratifica solemnemente su adhesión a los principios tutelares de la Iglesia Católica; reconoce que el catolicismo es en Colombia el p r i m e r aglutinante de la unidad nacional y como tal debe ser defendido contra todos los movimientos disolventes que puedan amenazarlo; declara que toda la actividad del movimiento nacionalista en el terreno de las reivindicaciones sociales se inspira en las solemnes normas de verdad y de justicia contenidas en las encíclicas de los pontífices, y afirma que el cristianismo representa en el mundo contemporáneo la salvaguardia más segura de los valores humanos. 163 Agregaron que la exégesis del nacionalismo estaba en las encíclicas Rerum Novarum, Quadragesimo Anno y Divini Redemptoris. 1 0 4 Finalmente, los nacionalistas reafirmaron el conocido editorial "Germinal", de Silvio Villegas, como la plataforma política del movimiento. El nacionalismo intensificó su campaña proselitista. Nuevas giras y nuevas conferencias de radio fueron programadas. Gilberto Álzate Avendaño y Jorge Mejía Palacio visitaron Marsella, donde fueron recibidos como héroes. Álzate exaltó la obra de los libertadores y el pensamiento profético de Bobvar, evocó la época grandiosa de la Gran Colombia y prometió regresar a ese diseño imperial. Se refirió a los problemas del campo y definió el nacionalismo como un movimiento agrario. Sostuvo que la doctrina sociabcatólica, incorporada a los postulados del nacionalismo, se encontraba en los evangelios y en las encíclicas y no en la demagogia revolucionaria de las izquierdas. 155 El 5 de marzo se celebró en Buga el Consejo General del Comando del Valle, con la presencia de Fernando Londoño Londoño como invitado especial.156 Fueron aprobados los nombres de Eliseo Arango y Silvio Villegas para encabezar las planchas de Cámara y Asamblea respectivamente. Decantación del nacionalismo antioqueño. La lucha contra el "viejo Faraón". Nace la Acción Popular Conservadora (APC). Como habrá constatado el lector, el nacionalismo antioqueño no se expresaba sólo a través de la ANP regional. Parte importante se encontraba en la sociabilidad que 774 Ibid. '••' I b i d . 771 77,s 777(7 Ibid, p, 3. Véase íbj'd., marzo 6 de 1939, p. 2. Esta reunión fue presidida por el Comando Departamental, del cual hacían parte Leonardo Tafur Garcés, Alvaro Calero Tejada, Ciro Molina Garcés y J u a n Antonio Bonilla, y el cual contó con la participación de 177 delegados municipales. 472 El porvenir del pasado rodeaba la figura del general Pedro J. Berrío. El desenlace y los resultados de la convención realizada hacía poco en Bogotá habían consolidado al conservatismo antioqueño. Sin embargo, cuando llegó el momento de la confección de listas, el astuto y curtido general impuso sus candidatos, dejando de lado la sensibilidad leoparda que, como sabemos, estaba representada por El Colombiano, es decir, por Gómez Martínez. Una disidencia se veía llegar: la Acción Popular Conservadora. Gilberto Álzate Avendaño, en conferencia radial, se pronunció a favor de Gómez Martínez, y convocó a los núcleos universitarios y a las muchedumbres tradicionalistas a incorporarse bajo las banderas nuevas del nacionalismo para derrotar a los viejos faraones de la política antioqueña. 157 El 2 de marzo de 1939, la Acción Popular Conservadora tuvo su primera reunión en la oficina de Guillermo Fonnegra Sierra, la cual contó con la asistencia de Fernando Gómez Martínez, delegados de la Acción Nacionalista Popular y capitanes conservadores de zona descontentos con la política de Berrío. Se habló de la política interna del conservatismo y se trazaron las pautas del nuevo movimiento. El director de El Colombiano manifestó que la actitud tomada por el Directorio Conservador de Antioquia provocaría en algunas partes abstención, y en otras proliferación de listas disidentes. Por ello consideró que "si de está reunión sale la decisión de que debe mantenerse una acción permanente o que las fuerzas conservadoras independientes deben lanzarse a la lucha electoral, estaría dispuesto a aceptar la jefatura del debate". 108 La recién nacida Acción Popular Conservadora explicó la presencia de la ANP: "Queremos un gran movimiento de acción en donde se alternarán en un mismo plano de camarería intelectuales y obreros [...] No les tenemos asco a los nacionalistas. Al contrario: aceptamos sus programas y los hemos llamado porque en ellos creemos encontrar la sensibilidad social que necesita la clase trabajadora en las luchas presentes". 159 A lo que la ANP contestó: Si nos habéis llamado porque encontráis mayor vigencia histórica en nuestro programa, en nuestros símbolos y en nuestra mística, acá estamos para actuar en este movimiento en una forma autónoma, con nuestro rótulo y nuestros programas. Es infantil llamarnos renegados, apóstatas o herejes: estas manifestaciones nos están demostrando la comunidad de espíritu que hay entre nosotros y las masas del viejo partido. Vamos a luchar contra el liberalismo acantonado en el poder y en la mentalidad burguesa de las castas privilegiadas que están dirigiendo al conservatismo de Antioquia. 160 Una comisión de la ANP antioqueña, integrada por J u a n Roca Lemus y Jorge Luis Arango, cursó invitación a Silvio Villegas y a Álzate Avendaño para que presidieran el 7 de marzo la Convención del nacionalismo regional, que escogería candidatos. Una alianza electoral con la Acción Popular Conservadora se preveía. Cabe señalar que, aunque el director de El Colombiano no se vinculó a la ANP en la Convención de Portobelo, era un hombre cercano a la sensibilidad leoparda y había abierto espacios en su diario a los nacionalistas del departamento: "El grupo político que capitanea Fernando Gómez Martínez ha sido noblemente generoso con nosotros. Allí se les han abierto ampliamente las puertas a nuestras ideas y a nuestros hombres. El Colombiano ha sido siempre fiel a la fórmula no hay enemigos a la derecha. En Medellín se ha constituido un comité de acción política que anhela la organización de un cartel de derechas para quebrantar electoralmente la dictadura del general 77 Véase Ea Patria, marzo l'7 de 1939. pp 1 y 4 El Colombiano, marzo 3 de 1939, p. 4. Ibid. "'" Ibid. 7,77 74 El porvenir del pasado 473 Berrío". 161 Cuando los dos eminentes nacionalistas arribaron a la ciudad fueron recibidos con ruido. La recepción, a cargo de José Luis Aramburo, estaba conformada por amas de casa, campesinos, obreros y estudiantes universitarios. Una caravana de ochenta carros y catorce buses acompañaron a los ilustres invitados hasta el Hotel Continental. En horas del mediodía, Álzate y Villegas conferenciaron con los militantes de la ANP. A las tres, lo hicieron con los líderes del nacionalismo departamental. En la noche, la Legión Femenina Nacionabsta les ofreció un banquete en el que Álzate y Villegas llevaron la palabra. Asistieron Abel Naranjo Villegas y Femando Gómez Martínez, entre otros. En su discurso, el director de El Colombiano dio a entender que la alianza de los dos movimientos nacionalistas de Antioquia era una realidad: 'Me siento absolutamente identificado con las ideas fundamentales del nacionalismo. Si acaso la táctica nos separa, la ideología nos unifica".162 Al día siguiente, al finalizarla tarde, los jefes nacionalistas caldenses intervinieron en un acto público celebrado en el Teatro Bolívar. Sus discursos emocionados sintetizaron sus ya conocidos tópicos: la descentrabzación administrativa y económica que permitirían la autonomía provincial; la democracia orgánica y el parlamento técnico como los componentes del sistema político que necesitaba el país ante la amenaza comunista; y el corporativismo como doctrina socio-económica que abviaría las preocupaciones de los sectores campesinos y obreros. Los oradores destacaron del pensamiento bolivariano la esencia müitar de su antiimperialismo, que preveía un ejército que mantuviera el orden en el interior y la paz en las fronteras y le garantizara a Colombia la supremacía en el continente. Vülegas se valía de Bolívar para legitimar su propia prédica. A esa altura de lo corrido de la campaña, tanto Villegas como el resto de ideólogos nacionalistas no habían vuelto sobre las imágenes de las recias personalidades del fascismo genérico. Bolívar había ocupado cuantitativamente ese lugar: Hace u n año en San Pedro Alejandrino comprendí el hálito de la grandeza del Libertador y pedí al Padre que me diera una ráfaga de inspiración para salvar a Colombia. Desde aquel momento, cada hora de mi vida es una hora tormentosa, yo ya no encuentro paz ni sosiego; un día en Cartagena y otro en Medellín, siento la necesidad de cumplir está gran misión. En el silencio de la noche siento una voz misteriosa que me grita: "jAdelante, adelante!". He tenido que sacar energía de donde no la tengo para realizar esta obra que me propongo en el país. 163 Seguidamente, los nacionalistas antioqueños ebgieron el nuevo Comando Nacionalista del departamento, el cual quedó integrado por Gilberto Álzate Avendaño, Félix Ángel Vallejo, Juan Roca Lemus, Clímaco Velásquez, Jorge Luis Arango Jaramillo y César Ruiz, en calidad de principales. Como secretario general fue escogido José Luis Aramburo. 164 El nombre de Álzate Avendaño como jefe del nacionalismo antioqueño se debió a su conocimiento de la región, a su papel como organizador allí de la resistencia conservadora en los primeros años de la república liberal. Eso le permitía reafirmar: "Antioquia está mejor preparada que Caldas para u n a campaña nacionalista. Su organización familiar, su sentido cristiano de la vida, la inmensa miseria de los campos abandonados, su amor a la jerarquía y al orden, la impulsan hacia nuestras tesis bolivarianas y católicas".' 65 Álzate y Villegas se comprometieron a regresar al departamento para consolidar el nacionalismo: "Pasadas las elecciones, nosotros rcabzaremos una correría por Antioquia organizando en una forma autónoma todos los comandos nacionalistas para las elecciones de octubre".166 La reunión terminó con una corta oración de Álzate Avendaño, la cual fue aclamada por el púbbco presente. 1177 La Patria, marzo 7 de 1939, p. 3, Ibid.. marzo 8 de 1939. p. 4. Ibid., marzo 9 de 1939. p. 2. 7&! Como suplentes fueron elegidos Víctor Carvajal Ortega. Abel Naranjo Villegas, Gabriel Henao Mejía, Alberto Gómez Montoya, Guillermo Botero y Arturo González. '"'• La Patria, marzo 7 de 1939. p. 3. 477 ibid. 7772 7777 474 El porvenir del pasado Finalmente, el 9 de marzo, Álzate Avendaño y Villegas instalaron el nuevo Comando Nacionalista de Antioquia y contribuyeron a la conformación de los comandos municipales. En horas de la noche, por los micrófonos de La Voz de Antioquia, Álzate Avendaño habló a los antioqueños y reveló las planchas nacionalistas de candidatos a la Asamblea y a la Cámara por Antioquia. No obstante las cercanías ideológicas, la alianza electoral entre la Acción Nacionalista Popular y la Acción Popular Conservadora no se materializó. Fernando Gómez Martínez, director de El Colombiano, señaló en uno de sus editoriales las divergencias principales entre uno y otro movimiento: "El nacionalismo no nos alarma como idea. Estamos cerca de él, de su programa, de sus mitos, de su estilo. Nos contagia su mística. Pero el nacionalismo rompe la unidad del Partido Conservador —y la rompe de manera permanente— sin afectar para nada al Partido Liberal". 167 Así, cada una de las dos organizaciones presentó planchas por aparte. La ANP encabezó lista para la Cámara con el nombre del leopardo Eliseo Arango. En la de la Asamblea estaban los nombres de Silvio Villegas, Fernando Londoño, Joaquín Estrada Monsalve y Antonio Alvarez Restrepo. Lo que pudo haberse entendido como una conquista caldense de Antioquia. La Acción Popular Conservadora lanzó su plancha a la Cámara con el nombre del leopardo Augusto Ramírez Moreno y José Mejía Mejía. En la confección de sus listas, el nacionalismo mostró que se trataba, ante todo, de un movimiento de líderes interesados a toda costa en su promoción. Encabezaron las planchas en cuatro de los departamentos de su influencia aspirando a vencer en uno o en otro a cómo diera lugar. Sólo ellos aparecieron, no dieron oportunidad a nombres menores. Su mesianismo, es decir la solución de los problemas nacionales, estaba estrechamente vinculado a sus propios nombres. Incluso en el Cauca, la plancha para la Cámara estaba en cabeza de Joaquín Estrada Monsalve y la de la Asamblea en la de Fernando Londoño Londoño. Se aproximaba el día de elecciones. El conservatismo, aunque descuartizado, hacía interesante el proceso democrático. Para el nacionalismo independiente era su oportunidad. Su trabajo electoral había sido intenso y razones tenía para estar optimista. También los conservadores oficiabstas habían trabajado duro, no obstante la ausencia del jefe único, "el fugitivo", como le decían algunos. Desde finales de febrero, líderes jóvenes del partido expusieron sus puntos de vista por los micrófonos de La Voz de Colombia: Guillermo Camacho Montoya, Francisco Fandiño Silva y Francisco Plata Bermúdez, entre otros. El conservatismo de Cundinamarca y Bogotá se enfrentó a las pretensiones de Augusto Ramírez Moreno, quien el 11 de marzo presentó su nombre a la Cámara, compitiéndole a Laureano Gómez el electorado conservador. En manifiesto de advertencia para la militancia, el DNC declaró: "Unidos como estamos todos en el credo de nuestro partido, sin discrepancias ideológicas de ningún género, toda disidencia motivada por consideraciones personales debe rechazarse como funesta a nuestra causa y como contraria a la disciplina, que hoy más que nunca es cuestión de vida o muerte para el futuro de nuestra comunidad política".168 El conservatismo caldense también hizo un llamado a la disciplina y al orden. El 15 de marzo fue publicado el Manifiesto de la Convención Conservadora de Caldas, en el cual se desautorizaba cualquier disidencia que pudiera poner en peligro la unidad del conservatismo departamental: " 2 El Colombiano, marzo 12 de 1939. p. 3, 7I7 " El Siglo, marzo 11 de 1939, p . 4 . El porvenir del pasado 475 En el Partido Conservador no puede haber ninguna disidencia, ninguna debilidad. Toda disidencia es una traición. Lo sepan o no, lo confiesen o no lo confiesen, todo disidente, todo neorromanista, todo moderado, todo neutral, está trabajando en contra de los intereses del Partido Conservador [...] nos permitimos alertaros acerca de las listas que, encabezadas respectivamente por Silvio Villegas y Fernando Londoño Londoño, que no sólo no son conservadoras sino que constituyen un reto para nuestra causa ya que dichas planchas son el fruto del odio, de la traición y de la vileza contra nuestros jefes más esclarecidos como los doctores Laureano Gómez y Aquilino Villegas, y contra nuestro credo político y doctrinario". 169 Los resultados de las elecciones del 19 de marzo de 1939. ¡Dios mío, Dios Mío! Acuérdate de nosotros y dadnos el triunfo que merece la República de Cohmbia. 11 " El resultado de las urnas el día de mañana tendrá repercusiones profundas en el futuro de la vida nacional y se abrirá en ¡a historia del país un capítulo nuevo en el cual h a b r á de r e g i s t r a r s e la j o r n a d a nacionalista como el principio de la revolución de las almas. 111 Y llegó el día de elecciones. No faltaron los perentorios llamados de último momento: "Nacionalistas de Caldas, Antioquia, Cauca y Valle, el país os mira: ¡Cumplid! Colombia hace un acto de fe y de esperanza en la jerarquía y en el movimiento nacionalista". 1 '2 El evento, de veras, era de gran importancia para el nacionalismo colombiano, pues se trataba de sus primeras elecciones, iban a ser contados, los significados eran de gran consideración. Cada militante nacionalista era considerado jefe de debate y tenía el deber moral de conseguir tres electores. "!Arriba Colombia!", "¡Por Cristo, por Colombia y por Bolívar!", decían los carteles. La Patria no circuló el domingo de las elecciones, pero las oficinas de Gilberto Álzate Avendaño y Fernando Londoño Londoño estuvieron abiertas, y desde ellas el nacionalismo cubrió la jornada. Todos los sectores conservadores emplearon la metáfora de la guerra en sus convocatorias finales: "Estaremos en las urnas mañana, con el inquieto gozo de la primera batalla", 173 escribió el editorialista de La Patria, mientras que el de El Siglo anotó: "hoy el Partido Conservador va a tomar las posiciones más importantes para la batalla definitiva".17'1 Los nacionalistas tuvieron conciencia de haber desarrollado un buen trabajo. Lo repetirán una y mil veces : "Es la campaña más ruda, más brillante y sostenida que se haya verificado en el país, por su intrepidez, su altura mental y su sentido apostólico",175 recordaría Álzate poco después. Villegas también evocaría: "En diez meses recorrí todas las ciudades y todos los pueblos de Caldas. Mis palabras llenaron todo el territorio caldense enseñando a las gentes un nuevo evangelio que tenía también poder bíblico. Mi actividad me llevó a pronunciar en un solo día quince discursos en diferentes pueblos". 176 Y José Mejía Mejía, un nacionalista amigo, contribuiría al "''" La Voz de Caldas, marzo 15 de 1939, p. 3. 7 " Palabras de Guillermo Gutiérrez Vélez, presidente del Directorio Departamental de Caldas. La Voz de Caldas, marzo 6 de 1939, p. 3. 77 La Patria, marzo 14 de 1939. p. 3. 74 Ibid.. marzo 18 de 1939, p. 1. 774 Ibid.. p, 3. 774 El Siglo, marzo 19 de 1939. p. 4. El Liberal, noviembre 3 de 1939, p. 15 "' La Razón, julio ISde 1939, p. 11. 476 El porvenir del pasado recuerdo: "El dogma nacionalista no fue un secreto de familia sino una doctrina política que alcanzó la más terca, ancha y longitudinal de las promulgaciones populares".177 Aunque la prensa liberal destacó el orden y la tranquilidad durante los comicios, los conservadores no compartieron ese balance. La Voz de Caldas reportó que en Bogotá, Amadeo Gutiérrez e Ignacio Escallón fueron atacados por liberales; que en Toledo. Santander, el conservatismo se había abstenido de sufragar por amenazas de la pobcía; que en Soatá, Boyacá, los conservadores fueron ultrajados por la policía con un saldo de un muerto y un herido; y que en Santander de Quilichao, en Marsella y en Anserma también hubo bajas conservadoras, producto de confrontaciones con los liberales. En Manizales, en cambio, las elecciones transcurrieron en calma. En horas de la tarde, cerradas las votaciones, y conocidos los primeros 1.147 votos, los nacionalistas se precipitaron a celebrar. Gritos de vivas a la nueva Colombia y al comando de Caldas se escucharon en la Casa Nacionalista. La edición de La Patria del 20 de marzo dio cuenta del resultado local: "6.666 colombianos contestaron a la Colombia Bolivariana: '¡Presente!' ".178 No se compadecieron los votos con las energías, con el gran esfuerzo desplegado por los dirigentes nacionalistas. La palabra trascendente, arrogante, imponente y apocalíptica no recibió en votos el respaldo ansiado. Pero a la hora del raciocinio, Silvio Villegas no renunció a ella ; Si otros se ufanan de éxitos electorales nosotros sentimos el legítimo orgullo de tener a nuestro lado a siete mil corazones ardientes, siete mil espíritus inconformes, siete mil cruzados bolivarianos que aspiran como el Libertador a romper toda esta costra de democracia podrida, de politiquería, de partidismo, de parlamentarismo. Sueñan ellos con la gloriosa restauración de unos principios que sean cristianos, auténticamente cristianos, desfigurados hoy y puestos al servicio de una politica que se asienta sobre el odio y se subleva contra la justicia social.179 Los cabalísticos 6.666 votos nacionalistas de Caldas sirvieron apenas para un escaño en la Cámara de Rrepresentantes para Silvio Villegas, y uno para Fernando Londoño Londoño en la Asamblea de Caldas. En Antioquia, los nacionalistas de la ANP alcanzaron 2.324 votos y la Acción Popular Conservadora 1.551. En el Valle el nacionalismo sólo logró 943 sufragios, y en el Cauca a duras penas alcanzaron el respaldo de cuarenta simpatizantes. El leopardo Augusto Ramírez Moreno consiguió en Cundinamarca 2.722 sufragios frente a los 46.414 de la lista laureanista. Muchos votos, los de Ramírez, diría uno, si tenemos en cuenta que el comunismo, que llevaba más tiempo en la brega política, alcanzó en la región 3.078 votos. En total, la sensibilidad nacionalista sumó entonces 14.246 votos. Lastimosamente, no se conocieron los votos nacionalistas de la Costa Atlántica. El consolidado nacional se tradujo en 592.283 votos para el liberalismo y 322.825 para el conservatismo. 180 Los nacionalistas consiguieron los 14.246 votos anotados y los comunistas 4.459. Así las cosas, el nacionalismo alcanzó el 1.52 % del electorado colombiano. Respecto de la votación total conservadora, el nacionalismo llegó al 4.41 %. 777 El Colombiano, julio 19 de 1939. p. 5. La Patria, marzo 20 de 1939. p. 1, Ibid.. p. 3. 77711 Seis reformas estructurales..., p. 641, 774 74 El porvenir del pasado 477 Votación en el d e p a r t a m e n t o de Caldas en las elecciones del 19 de marzo de 1939 Nacionalistas: X" 6.666 Municipio Conservadores Nacionalistas Liberales Liberales7 44.755 1 Manizales 2.422 1.147 4.623 Conservadores7 27.880 2 Guática 698 72 361 3 Supía 321 39 603 4 Apía 385 424 1.468 5 Balboa 156 79 841 6 Calarcá 1441 53 3.435 ; Marmato 108 54 429 8 Marulanda 260 160 134 9 Quimbaya 581 115 1.241 10 Pacora 980 486 733 11 Pijao 351 30 1.154 VI Filadelfia 344 107 765 13 Mistrató 14 445 14 Salcnto 115 34 543 15 Marquetalia 256 2 345 16 Victoria 32 6 127 17 La Dorada 52 6 533 18 Riosucio 2.092 73 1.473 19 Neira 1.156 214 503 20 Aguadas 960 388 286 •2] Arma 45 19 139 22 Aranzazu 1.137 220 212 23 Manzanares 1.011 119 523 24 Mocatán 408 109 712 25 Pereira 1438 200 5,986 26 Montenegro 311 27 1.288 27 Filandia 339 133 747 28 Belalcázar 436 174 1.454 29 Armenia 1.468 309 2.706 30 Santuario 665 176 1.528 31 Genova 180 10 77) 32 Anserma 984 140 1.206 33 Virginia 1 48 810 34 Chinchiná 341 187 362 35 María 88 193 511 36 Marsella 470 1 75 929 37 Palestina 59 123 280 38 Quinchía 288 55 1.672 39 Salamina 945 174 1.180 40 Santa Rosa 1.905 445 1.209 41 Balboa 156 79 811 42 Pueblo Rico 259 18 127 43 Pensilvania 1.144 85 206 44 Samaná 273 6 43 43 Circasia 247 90 825 46 Risaralda 546 56 1.660 Izquierdistas7 Rarresristas7 962 2.831 478 El porvenir del pasado El liberalismo triunfó en trece departamentos y en una intendencia, mientras que el conservatismo venció en Huila, donde obtuvo 17.011 votos frente a 16.284. En los departamentos del occidente del país, el liberalismo ganó holgadamente en Caldas: 49.891 contra 36.191. En Cauca: 29.242 contra 15,517. En Nariño: 22.126 frente a 18.607. Y en el Valle del Cauca: 56,043 contra 28.362.181 En Antioquia, la victoria liberal fue estrecha: 62.815 contra 61.101, pero llena de significados. El liberalismo conquistaba finalmente el mayor baluarte conservador del país. En los departamentos del centro oriente y de la Costa Atlántica, los liberales ganaron también. De tal manera, la representación política en la Cámara de Representantes quedó distribuida así: 77 liberales, 40 conservadores y un nacionabsta. Mientras que para las asambleas departamentales el liberalismo contaría con 172 diputados, el conservatismo con 94 y los nacionalistas con uno. En Caldas, el liberalismo salió victorioso en 34 municipios y el conservatismo en 12. En Manizales, los liberales obtuvieron 4,623 votos, los conservadores 2.422 y los nacionalistas 1.147. El Partido Conservador triunfó en poblaciones que se creían baluartes del nacionalismo. Se trató, en general, del mayor triunfo electoral del liberalismo en la historia de este departamento. Por primera vez la contienda no se desarrolló contra el adversario históricamente constituido, sino entre el oficialismo conservador y su disidencia. En Marsella, un enfrentamiento entre las dos partes terminó con el saldo de un muerto nacionalista. El gran vencedor de las elecciones fue el bipartidismo, y en su interior el Partido Liberal. Se sellaba definitivamente, y al parecer sin retorno, la consolidación del electorado liberal como el mayoritario en el país. El triunfo del conservatismo oficial sobre la disidencia conservadora nacionalista opacó la tremenda derrota del conservatismo, disminuido en Huila y Valle del Cauca, perdedor en Nariño, Caldas y Magdalena, otrora baluartes del partido. El 21 de marzo, Gómez retornó a Bogotá y reclamó como suyo el triunfo conservador sobre el nacionabsmo : "El Partido Conservador ha demostrado en el debate del domingo disciplina y entusiasmo. Su mayoría es más evidente que nunca. Los resultados electorales justifican la gran esperanza que tengo de mayores triunfos en el futuro", escribió en un editorial. 182 Un copartidario le envío un curioso telegrama: "Salud, cóndor andino; recoge bajo tus alas nuestro partido". 183 El dirigente había entrado por el sur del país procedente de Ecuador. La prensa laureanista, como era de esperarse, le cayó al nacionalismo. Así, por lo menos, tenía cómo esconder la gran derrota que le había propinado el liberalismo: Ante las tempestades que levantaba el periódico La Patria y que hacían galopar por los aires las radiodifusoras r o m a n i s t a s , nosotros llevamos n u e s t r a i n g e n u i d a d h a s t a creer que verdaderamente, en este Departamento, el conservatismo era un cadáver. Pero los resultados electorales le p r u e b a n al pueblo colombiano que ese periódico, y que esas radiodifusoras, capitalizaron durante veinticuatro meses consecutivos todas las mentiras y toda la chismografía, y todas las murmuraciones que se puedan producir en este país. 184 7 Ibid. El Siglo, marzo 22 de 1939, p. 1. El Liberal, marzo 27 de 1939, p. 5. 1 La Voz de Caldas, marzo 20 de 1939, p. 3. 7 7 El porvenir del pasado 479 Los nacionalistas oscilarán, en el inmediato futuro, entre el análisis de la derrota y su conversión en victoria: "Porque estamos convencidos de que trabajamos sobre ideas eternas y sobre principios inmutables, nuestra actividad no puede cesar un sólo día ni las urnas pueden ser medida a nuestros pertinaces propósitos. El nacionalismo más que muchos otros movimientos contemporáneos de derecha, sabe que cualquier resultado en las urnas es incidental, porque no es de ellas de donde ha de surgir la gran revolución que propugnamos", 186 escribió el editorialista de La Patria después de la jornada electoral. Pero encontraron razones para explicarse el inesperado resultado. Alegaban que habían sido sometidos al asedio por los conservadores doctrinarios, quienes "trataban de hacernos aparecer como aliados del comunismo, como enemigos de la religión de Cristo, como emisarios de poderes extranjeros". 186 En uno de los editoriales poselectorales leemos: "Para reducirnos a cenizas, el doctor Laureano Gómez recolectó en Bogotá la suma de cinco mil pesos, que fueron tripbcados por el acaudalado plutócrata que preside el directorio laureanista de Caldas". 187 De los municipios llegaron quejas en la misma dirección. De Sevilla, Valle, un militante informó: "Los plutos nos sabotearon en todas las formas a su alcance. Pusieron pregoneros a anunciar que los nacionalistas éramos tránsfugas, traidores, enemigos de Dios y su religión". 188 'Rubayata' declaró que en Marinilla un sacerdote suelto, que tenía dos sobrinos en las listas conservadoras, calificándolo de masón, prohibió que se sufragara por la lista que encabezaba su nombre. 189 Un miembro del Comando Nacionalista de Antioquia declaró a La Razón : "Esperábamos mayor número de votos porque a base de números teníamos hechos los cálculos. Pero la campaña sorda del clero se desató sobre nuestros principios, perturbando nuestras masas, en su mayoría de campesinos, quienes recibieron el ultimátum de la excomunión eclesiástica".190 Muchos años después, a raíz de la muerte de Álzate, Londoño Londoño, recordó: Nos lanzábamos [la ANP] a las primeras elecciones. Silvio Villegas encabezó la lista para la Cámara y yo la de diputados. Álzate era el jefe general del debate. Hasta la noche del sábado, nuestro triunfo era un hecho tangible, y con cada noticia subían nuestros cálculos en la escala móvil de cuociente electoral. En la m a ñ a n a del domingo, sin embargo, en cada pueblo el patriarca godo generalmente respetado y ampliamente analfabeto se parapetó en el atrio de la iglesia del bracete con el párroco local. Y, con el grito de "¡viva el Partido Conservador! ¡Viva la Iglesia Católica!", fuimos despanzurrados. Se había hecho correr sigilosamente la voz de que nuestro culto por Cristo y la falta de alusión siquiera a María Santísima, probaba que éramos una secta protestante. No nos quedó ni siquiera la semilla de nuestro "movimiento" en el terreno comicial, pues con los 6.666 votos en todo Caldas apenas hubo un cuociente de diputado para mí, un apretado residuo para la curul de Silvio Villegas en la Cámara. 191 Entre la autonomía y el retorno. El 19 de m a r z o es uno de los m o m e n t o s estelares de Colombia. En esta fecha quedó inscrita el acta de bautismo del movimiento nacionalista y con ella una nueva etapa en la historia del país. Ni el nacionalismo alemán, ni el italiano, ni el español registran un ascenso tan vertiginoso como el nuestro. El porvenir de n u e s t r a c a u s a queda d e f i n i t i v a m e n t e asegurado. 192 Hf ' La Patria, marzo 20 de 1939, p. 3. "' Ibid. •' Ibid.. marzo 21 de 1939. p. 3 " Ibid.. marzo 22 de 1939, p. 2. "' El Liberal, agosto 29 de 1939, p. 6. 747 La Razón, marzo 21 de 1939. p. 10. 7,1 Álzate Avendaño, Gilberto. Variaciones en torno a un nombre.. 2 " La Patria, marzo 21 do 1 939, p. 3. 480 El porvenir del pasado Aparentemente, los dirigentes nacionalistas hicieron de la derrota una victoria. Creyeron, a lo mejor, que se había tratado de un triunfo. Había razones para que pensaran de esa manera. El secretario general del nacionalismo antioqueño justificó así los resultados: "En una campaña realizada en seis días escasos, sin prensa, sin dinero y con la hostilidad de todas las fuerzas reaccionarias, logramos colocar más de dos mil votos que son la primera levadura para lo que mañana será la nueva Colombia".191 Escuchemos, desde Cali, una voz nueva, la de un joven universitario llamado Alvaro Calero Tejada: El 19 de marzo nos dio por primera vez la sensación del número. Si hace diez años éramos solo un puñado de ilusos los que nos atrevíamos a hablar en un idioma nacional, franco y erguido, ¿quién que no desvaríe, puede llamar fracaso a la conquista de 11.000 hombres? Este es el hecho político que nosotros planteamos a los recelosos desconfiados e incrédulos. Éramos diez, a lo sumo veinte. Ahora somos una legión, tras una breve faena de diez meses. Supóngase usted las sorpresas del futuro. 194 Realmente, habían pasado sólo dos años desde que el nacionalismo había dejado el "vetusto caserón". La campaña electoral fue una proeza comparada con años de historia conservadora. En síntesis, el movimiento nacionalista obtuvo más de 13.000 votos, cifra no despreciable para un movimiento disidente de escasa trayectoria, y en contravía de la inercia política cultural. Respecto a los datos publicados en La Patria, los nacionalistas les ganaron a los conservadores en cuatro poblaciones: Apía, Palestina, La Virginia y Mistrató. En ninguno de los municipios a donde repetidas veces fueron los nacionalistas a hacer política lograron ganarle al oficialismo conservador. La curiosidad pública los acompañó masivamente en Pacora, Aranzazu, Marulanda, Manzanares, Santa Rosa, Pueblo Rico, Pensilvania y Samaná, pero los votos fueron para el oficialismo. En Caldas constituyeron el 23.9 % del total de los votos conservadores y el 8.02 % de la votación total. En Manizales, alcanzaron el 47.35 % del total conservador, y el 10.48 % de la votación general. Respecto al total conservador, lograron en Apía el 52.41 %, en Palestina el 67.58 %, en la Virginia el 97.95 %. En Mistrató sólo participaron los nacionalistas. 19 " Pero vale anotar que la sensibilidad nacionalista, que era absorbida en los programas del propio conservatismo, se expresaba también en las disidencias conservadoras que se presentaron con listas propias. En Huila, por ejemplo, la disidencia conservadora alcanzó 7.575 votos. Faltaría, por supuesto, un mejor análisis al respecto. La Patria, por ende, consideró que en el conservatismo que iba a la Cámara y al Senado en 1939, el nacionalismo no se expresaba tan sólo en la voz de Silvio Villegas. Otras voces concurrían desde Antioquia y Santander con el mismo propósito. Los nacionalistas, entusiastas, se propusieron difundir a todo el país el movimiento. En abril se reanudarían las conferencias por radio y la agitación en la plaza pública. Empezarían por Antioquia y Tolima. El Comando de Antioquia anunció que iba a recorrer todos los municipios: "Nuestro sitio está al aire libre, bajo la noche clara y lo alto de las estrellas", declaró. 196 Al Valle iría Álzate, a Antioquia Silvio Villegas, y así s u c e s i v a m e n t e h a s t a cubrir el t e r r i t o r i o nacional. La P a t r i a publicó ininterrumpidamente "Germinal", para que la militancia tuviera presente la vigencia de las tesis del movimiento. 7,77 Tradición. N°43. marzo 25 de 1939, p. 1.163. Véase también La Patria, marzo 21 de 1939, p. 3. La Patria, mayo 6 de 1939, p. 3. " Ibid.. marzo 20 de 1939, p. 3. 77777 Tradición. N" 43. marzo 25 de 1939. p. 1.163. 741 77 7 El porvenir del pasado 481 Autonomía o regreso: ¡he ahí el dilema!. Empero, las prometidas giras y las conferencias radiales se dilataron. A medida que fueron pasando los días, los conservadores comprendieron la dimensión no de la derrota nacionalista, sino la del conservatismo mismo. De 384.948 votos en 1931 había descendido a 322.825 en 1939, mientras el liberalismo llegaba a 600 mil electores. "La realidad dura, cruel e innegable, demuestra que estamos perdiendo masas, perdiendo hombres, perdiendo la influencia en la vida nacional", 19 ' escribía el editorialista de El Colombiano. Muy posiblemente, la estrategia de esta comunidad estuvo diseñada para producir el regreso del nacionalismo al conservatismo. José Mejía Mejía sostuvo que el resultado electoral de Caldas no podía ser halagüeño para los líderes nacionalistas que esperaban un éxito proporcional y equivalente a las energías derrochadas, y aventuró razones para explicar el fracaso. Para él, las masas políticas del país estaban dominadas "por una voluntad interior pétrea y estratificada que se mueve viciosamente sobre los rieles de la oxidada disciplina de nuestras comunidades históricas [...] Seguramente las masas aplauden una bella imagen literaria, pero sólo obedecen a un directorio. Y el nacionalismo fue un tanto irrespetuoso con los jefes y con las jerarquías oficiales del Partido Conservador. Casi estaba convirtiéndose en antrlaureanismo". 198 Ironizaba, con humor negro, por supuesto, el jerárquico antioqueño. Explicaba Mejía que las tesis nacionalistas se introducían poco a poco en los programas conservadores; de hecho, el programa conservador aprobado en la Convención Nacional de febrero último se había inspirado en el nacionalismo. Recordó que, sin renunciar al partido, él mismo había luchado para incorporarle el ideario de las derechas. "El apodo derechista tuvo en el conservatismo sus fechas de auge, de monetización y de crisis. Hoy es, si se quiere, un apellido político náufrago y en ruinas, pero su contenido subsiste en nosotros como torso doctrinario de lo que anhelamos para informar la bandería tradicional", 199 escribía. Mejía calificó al nacionalismo caldense como el grupo doctrinal de avanzada del Partido Conservador. Considerando absurdo el desgaj amiento del nacionalismo de esa colectividad, abogó por su retorno: Frente a los nacionalistas del departamento de Caldas, el conservatismo no puede continuar asumiendo una actitud repelente, agresiva y hostil, como si se tratara de un adversario histórico cuyas ideas merecen en todo instante una guerra sin piedad. El programa nacionalista puede denominarse anticonservador, pero la contextura ortodoxa católica de sus dogmas nos coloca en una misma línea de combate intelectual contra las vertientes de la heterodoxia. 200 Para demostrar que se podía seguir luchando por los ideales nacionalistas dentro del Partido Conservador, Mejía dictó una conferencia en la Casa Conservadora, en la cual planteó la cuestión social como preocupación no sólo de las izquierdas, sino también de su partido. Demostró cómo el conservatismo había contribuido históricamente a su resolución a través de leyes desde el Congreso, y aprovechó para recalcar el estado en que se encontraba el programa doctrinario del partido: Una ilustre convención nacional conservadora estatuyó muy sabiamente que entre la revolución igualitaria, materialista y utópica del comunismo marxista, y la doctrina individualista, burguesa y no menos utópica del liberalismo tradicional, nosotros defendemos y proclamamos la norma de la justicia cristiana que, respetando el principio, el derecho de propiedad privada, impone a los ricos la obligación de hacer partícipes de sus bienes superfluos a los pobres. 201 7,7 El Colombiano, marzo 23 de 1939, p. 3. "" Ibid.. julio 19 de 1939. p. 5. Ibid., abril 12 de 1939, p. 5. : 7 '" Ibid. 2771 Ibid., octubre l 7, de 1939, p. 4. 77777 482 El porvenir del El comportamiento del nacionalista Fernando Londoño Londoño en la Asamblea Departamental de Caldas constituyó un síntoma importante. En las elecciones de senadores por el departamento de Caldas, el diputado votó por Aquilino Villegas, el verdugo del nacionalismo, como bien lo afirmó El Colombiano: El doctor Londoño Londoño votó nada menos que por el doctor Aquilino Villegas, el más infatigable y violento enemigo de las juventudes derechistas. El doctor Aquilino Villegas ha llegado hasta descuidar su pluma frente a las ocurrencias peligrosas del régimen liberal para afilarla diariamente contra juventudes que, como Londoño y Londoño, se siguen mostrando como defensores impertérritos de la patria, llegando hasta dar certeramente su voto por su implacable opositor.202 Resonaban en la memoria nacionalista las palabras de un vibrante editorial: El nacionalismo se presenta en la Asamblea de Caldas con el primero de sus oradores políticos: Fernando Londoño. Su responsabilidad es tan augusta como su misión. La tarea de agitación continua que veníamos realizando en las plazas y calles se cumplirá ahora en el recinto de la Asamblea, con mayor ámbito y resonancia. El porvenir de nuestro movimiento depende en gran parte de su obra. Las derechas de Caldas tienen en Londoño su conciencia y su escudo. 203 Las divisiones internas emergieron. En el editorial "Las derechas colombianas", Villegas, informando que el conservatismo se encontraba en "un proceso de depuración", del cual Caldas hacía parte, destacó que doce congresistas conservadores de su misma sensibilidad arribaban con él al Parlamento. 204 Apoyándose en el clamor de sectores conservadores por el regreso de los nacionalistas al partido, y fiel a su consigna de "no hay enemigos a la derecha", Silvio Villegas vacilaba. No faltaron las presiones y las estrategias para desarticular el movimiento nacionalista. Venían de todas partes: del liberalismo, del conservatismo y de la Iglesia. El Liberal, por ejemplo, con base en la información que circulaba sobre las contradicciones en el interior de la ANP, trazó diferencias artificiales: mientras Álzate era nacionalista, sin vínculos con el Partido Conservador, Villegas había entrado al nacionalismo por "un accidente de tránsito"; el segundo era un demócrata, el primero no! Álzate creía en la violencia y la ponía en práctica, VUlegas sólo escribía sobre ella, pero le repugnaba cuando alguien la ejercía.205 En su afán de desarticular el nacionalismo, el periódico prestó oídos a las voces de descontento en el interior del movimiento y subió el volumen a sus altoparlantes: que Álzate Avendaño sería nombrado führer en la próxima convención de la ANP, y que iría a la Cámara en vez de Villegas. Rumor que aprovechó para decir: "Álzate en la Cámara no podrá ofrecer un espectáculo de masas, como conviene a un partido miliciano, pero lo simulará muy bien; en cambio, si Villegas concurriera a la Cámara, vacilaría su frágil y recién nacida conciencia totalitaria". 206 Álzate en la Cámara se dedicaría a atacar a Laureano Gómez para cobrarle su expulsión de la Secretaría del partido, y sería secundado por el suplente del 'Tigre' Noriega, Carlos Vesga Duarte. Decía, además, el diario liberal que en la próxima convención nacionalista los militantes flexibles, como quienes pregonaban la política de "no hay enemigos a la derecha" serían arrojados del movimiento.207 Y a la estrategia ayudaban los titulares: "Álzate Avendaño será führer nacionalista". Este titular estaba acompañado de subtítulos: "Reemplazará a Silvio Villegas, que no va a la Cámara. Convención nacionalista en Bogotá el 24 de julio". Y, encima de la fotografía de 2772 Jbíd., abril 27 de 1939, p. 5. La Patria, abril 20 de 1939, p. 3. ' " I b i d . mayo 6 de 1939, p. 3. 2775 ElLiheral. mayo 16de 1939, p. 5. m Ibid. 2717 Ibid., mayo 15 de 1939, p. 3. 2077 El porvenir del pasado 483 Álzate, una leyenda en mayúsculas: "Preparan una 'purga' ",208 El primero de junio, El Liberal abrió la página tercera con un destacado titular: "Desertaron los 'Nacionalistas'. Prefirieron volver al conservatismo. Triunfa la política de sabotaje del señor Leyva y del padre jesuita Félix Restrepo". 209 El conservatismo de Bogotá y Cundinamarca, donde militaba un núcleo considerable de jóvenes cercanos al fascismo, que había logrado convivir con el laureanismo, ofició también en el propósito de desarticular el nacionalismo. El Liberal mencionó el protagonismo, en esta tarea, de Jorge Leyva, Ernesto Martínez Capella y el padre Félix Restrepo, quienes lograron efectivamente la deserción de algunos militantes de la ANP. De otra parte, a finales de mayo, Silvio Villegas confirmó que él y no Álzate iría a la Cámara. Agregó, que sostendría allí las ideas del grupo político al que pertenecía. 210 Francisco José Ocampo, el aliado de otros tiempos, también de regreso al "viejo caserón", fungió como clave principal en el retorno de la militancia de la ANP al conservatismo. Entre el 7 y el 8 de junio de 1939, el conservatismo caldense realizó una convención en las instalaciones de La Voz de Caldas, a la que concurrieron 37 delegados municipales. Ocampo, que asistía en representación de Manizales, fue elegido vicepresidente del evento, y como presidente fue escogido Guillermo Gutiérrez Vélez, quien declaró: "Fue brillante el triunfo que obtuvimos, pues si no vencimos a todos nuestros adversarios, sí echamos los cimientos para ese futuro triunfo".211 Pero el dirigente local tuvo el valor de reconocer que "el nacionalismo nos restó no sólo las cifras de sus más de seis mil y tantos votos, sino, y esto fue lo peor, infundió gran frialdad a una buena parte de nuestras masas, que entristecidas por lo que ellas llamaban división, no quisieron votar. Pero todo esto se ha acabado, o está por acabarse, y debemos prepararnos para e n r u t a r debidamente el viejo y fuerte Partido Conservador". 2 1 2 El presidente del directorio conservador declaró algo que probablemente estaba ya adelantado: "Los jefes nacionalistas quieren incorporarse al conservatismo, 3' nuestro partido los debe recibir! el cómo se ha de hacer esta reincorporación, es lo que le toca resolver a las entidades directivas. Quizá esta franqueza es para conversarla, no para hacerla pública, con todo, lo hago así porque no me gusta otra política que la de las puertas abiertas". 213 La Convención Conservadora de Caldas ebgió nuevo Directorio, presidido por Francisco José Ocampo. El presidente tomó en serio el regreso del contingente nacionalista al partido. En una primera declaración política, leemos: Anhelamos que todas las fuerzas conservadoras de Caldas que hubieran podido dispersarse en corrientes adventicias o se hubieren abstenido por una u otra razón, permaneciendo al margen del pasado debate, regresen a la casa común y se congreguen bajo la tradicional bandera, sin recriminaciones y depuestas transitorias diferencias que no tienen razón de subsistir. El momento es propicio, porque no sólo ese fue el ánimo que predominó en la convención de junio sino porque el partido ha sabido remozar en el ostracismo sus principios, alimentando los renuevos de su ideología con la savia de sus profundas raíces, que se hunden en la entraña misma de los eternos principios cristianos. 2 " Finalmente, la Convención Conservadora destacó y lamentó el cierre de La Voz de Caldas. " ' I b i d . . p. 1. 27 " ' Ibid.. junio T d e 1939. p. 3. 2 " Véase Ibid. " La Voz de Caldas, jumo 8 de 1939, p. 4. 274 Ibid. 47 27 • Ibid. Ibid.. junio 9 de 1939. p. 3. 484 El porvenir del pasado Silvio Villegas desmintió las declaraciones hechas por el ex presidente del Directorio regional: "No somos un apéndice del Partido Conservador, pero sí la vanguardia de las derechas colombianas. Aceptamos en su totalidad la fórmula 'no hay enemigos a la derecha' como tesis genérica; a lo que no estamos dispuestos ni hoy ni nunca, es a someternos a pequeñas gentes, llenas de rencores que confunden la acción política con sus odios personales". 215 Villegas demostró, entonces, el laudable y meritorio papel del nacionalismo en la política conservadora, a diferencia del magro desempeño del Directorio caldense: A pesar de los magros guarismos electorales, todas las victorias son nuestras. Obligamos al conservatismo a levantar la abstención, que lo estaba destruyendo: logramos que oficialmente sus directivas se incorporaran en el poder electoral; al sacar nuestras masas a la calle sacamos también las suyas: la última convención conservadora aprobó, en parte, nuestro programa, aceptando las ideas corporativistas. Le hemos impuesto al conservatismo nuestro vocabulario, nuestro estilo y nuestras ideas. A una colectividad pétrea, impermeable, le injertamos una vida nueva. Desde esta arrogante posición insular hemos tenido más influencia que cuando estaban en nuestras manos algunas de las palancas de mando". 210 Así que de conservatismo nada tenían que enseñarle los nuevos jefes. "Una pausa" fue el titular que utilizó Silvio Villegas en su editorial del 15 de julio de 1939, para despedirse del periódico. El ilustre director declaró que asumía su curul en la Cámara de Representantes, en nombre de todo el pueblo caldense. Escribiendo en plural, agregó que desde el Congreso lucharía por las ideas de su sensibilidad política expuestas en la campaña electoral, algunos de cuyos ejes giraron alrededor de la descentralización, desarrollo de la infraestructura regional, elevación del nivel de las instituciones armadas, oposición a los impuestos de exportación del café y a los elevados sueldos de los parlamentarios, y establecimiento de una marina mercante nacional. Pero aclaró que se comportaría de acuerdo a su consigna de "no hay enemigos a la derecha". Y en esta dirección no descartó la posibilidad de apoyar al laureanismo en sus propósitos de revisar las reformas de los congresos liberales homogéneos. Le reconocía, curiosamente, al régimen de la revolución en marcha avances sociales como el de la tributación, pero rechazaba la ley de tierras por efectos, según argüía, contraproducentes para los campesinos y por haber creado la inseguridad que en ese momento padecía la Nación. Sorpresivamente, declaró: "El país sabe que no somos reaccionarios, ni queremos una vuelta al pasado, sino que aspiramos a una patria mejor".217 Sin embargo, enfatizó que haría una oposición sistemática al Gobierno y la justificó así: "La oposición atrae los mejores espíritus de cada época, es decir, los más desinteresados, los más dignos, los que no le tienen miedo a la intemperie. Todas las oposiciones tienen razón porque representan un ideal de perfeccionamiento humano". 218 Se trataba de un texto nuevo, más dúctil, lleno de los intereses del también nuevo Silvio Villegas. Quedó La Patria, entonces, bajo la dirección de Arturo Arango Uribe, quien, al asumir funciones, declaró que dirigiría el diario manizalita bajo la fórmula, también, de "no hay enemigos a la derecha". Anunció que Francisco José Ocampo escribiría los editoriales y que continuaría recibiendo la colaboración de Fernando Londoño Londoño, Antonio Alvarez Restrepo y Joaquín Estrada Monsalve. De Álzate Avendaño no dijo nada. 219 417 La Patria, junio 21 de 1939, p. 1, Ibid.. p. 2. Véase ibid.. julio 15 de 1939, p. 3, 274 Ibid. 2774 Aid., julio Kide 19,39. p, 3, 217 217 El porvenir del pasado 485 El 17 de julio, en vísperas de su posesión en el Congreso, Villegas concedió una entrevista a La Razón, en la cual ratificó que la preocupación fundamental del nacionalismo en el Congreso sería la descentralización administrativa y fiscal de los departamentos. Pero se retractó de lo afirmado en su último editorial de La Patria, respecto a la colaboración con el conservatismo en el Parlamento: "No sé siquiera qué planes de acción parlamentaria tenga el conservatismo. No he asistido a ninguna reunión, ni he conversado con ningún jefe conservador. Mi actitud en el Parlamento dependerá de circunstancias especiales, las normas que deben seguirse me la darán los días que pasan. Sólo puedo anunciar que tengo el mejor ánimo de trabajar con gran intensidad para lo cual dejo transitoriamente la dirección de La Patria". 220 El 23 de agosto de 1939, Diario del Pacífico publicó u n a e n t r e v i s t a que supuestamente Gilberto Álzate Avendaño le había concedido a Antonio Llano, periodista del diario caleño y amigo personal suyo. Según el reportero, el dirigente le había pedido no hacer uso de sus declaraciones, pero justificó su actitud: "Un periodista que no cuenta lo que sabe, lo que le dicen en privado sus amigos no merece el título de tal [...I el periodismo es el arte de la infidencia".221 Los contenidos del reportaje conmocionaron a propios y extraños. La novedad noticiosa hizo que parte o la totalidad de la entrevista fuera reproducida en otros diarios. Álzate declaraba liquidado el movimiento nacionalista por "profundas causas históricas" y afirmaba que, frente a la disolución del nacionalismo, las masas conservadoras y liberales de la ANP se desplazaban hacia sus partidos. Confesó que había entrado en desencuentros con Fernando Londoño Londoño y Silvio Villegas. Con el primero, a raíz de su voto por Aquilino Villegas en la Asamblea Departamental. En cuanto al segundo, declaró: "No puedo decir el diálogo que sostuve con Silvio Villegas, y desde ese día quedamos separados. Silvio es un profesional de la política, incapaz de ganarse la vida en otra cosa, y volverá de nuevo al conservatismo. La Patria, su periódico, irá retornando lentamente al conservatismo. El nacionalismo fue para ese periódico un fracaso".222 Vaticinó Álzate que los intelectuales Gerardo Valencia y Eduardo Carranza se irían hacia la izquierda. Y se tomó su tiempo para hablar largamente de sí mismo: A mí me ligaban con el conservatismo ciertos lazos de s e n t i m i e n t o s e ideas. Como soy p r o f u n d a m e n t e anti-liberal, j a m á s me d e s p l a z a r é hacia la izquierda. Hoy podía hacer tranquilamente el tránsito hacia la izquierda, sin que nadie pudiera acusarme de ninguna concupiscencia. Soy f u n d a m e n t a l m e n t e un hombre puro [...] Yo sé que t a r d e o t e m p r a n o desempeñaré un papel histórico en el país. Alfonso López me ofreció varias posiciones en el exterior y no quise aceptar ninguna. No las necesito. Pero yo estoy llamado a cumplir una misión histórica en este país de sabandijas, de gentes mediocres, de intelectuales analfabetos. Yo soy el único hombre que podía reemplazar a Laureano Gómez en el conservatismo, pero no quise hacerlo. Tengo una profunda fe en mi propia inteligencia y en mis propias fuerzas de combate [...] Yo vivo en Manizales solitariamente. Hay días en que no converso con nadie [...] He hecho de mi profesión un negocio brillantísimo, y actualmente mi oficina de abogados de Caldas es la oficina que centraliza todos los negocios judiciales de ese departamento. 223 Álzate reconoció en López a una personalidad histórica fuerte, se declaró anti nazi, y agregó: "En la actualidad soy el mejor escritor político de Colombia, y algunos de los mejores editoriales que se publicaron en La Patria, como soy un fugitivo, se los 2277 77777 222 424 La Razón, julio 18 de 1939, p, 11. Diario del Pacifico, agosto 23 de 1939. p. 2. Ibid. p. 2. Ibid. 486 El porvenir del pasado escribí a Silvio Villegas".224 Finalmente, el líder nacionalista exteriorizó sus deseos de viajar a Europa y alejarse de la política. Álzate Avendaño entró en ira: "Acepto que se me ataque, pero no que se parapeten en mi nombre para decir mezquindades y estupideces",226 dijo. El dirigente nacionalista envió telegramas a Cali para desmentir la autenticidad de la entrevista y rechazar sus contenidos, que calificó de apócrifos. "Entrevista falsa, malévola, matrera, baja y ruin", escribió a los editores del diario caleño. 226 Señaló que su charla con el poeta Antonio Llano había girado sobre temas intelectuales y literarios, mas no sobre política, puesto que consideraba inapropiado dar declaraciones a un medio de comunicación de diferente parecer ideológico. Finalmente, Álzate enfatizó en que sus relaciones con Silvio Villegas eran invulnerables, y que el nacionalismo concurriría a las próximas elecciones. Llanos se defendió de las acusaciones hechas por Álzate Avendaño y ratificó sus contenidos: "No sólo declaróme que le había hecho los mejores editoriales a Silvio Villegas, sino que igualmente le escribió las dos mejores conferencias que pronunció durante el debate nacionalista, o sea las de Cartagena y Cali".227 El Espectador, al destacar la noticia, abrió su página séptima del 23 de agosto con foto de Álzate. La noticia estaba en grandes caracteres: "El nacionalismo está liquidado y Villegas volverá al conservatismo". El contenido de la nota recogía la información sin duda alguna, sin advertencia ninguna. En cambio, la réplica de Álzate se publicó de manera reducida, en la parte inferior de la página séptima, tres días después. Ya el mal estaba hecho. La Acción Nacionalista Popular y las elecciones municipales. Juzgo las elecciones municipales como las más importantes. La fuerza política del municipio constituye el núcleo germinal de la comunidad. Sólo el comité vive vida de trincheras. Debemos robustecer la organización política municipal, no sólo en vista del éxito inmediato, sino en previsión de cualquier emergencia nacional del Partido Conservador. 2 ' 26 Así, el nacionalismo vivía un dilema: autonomía o retorno. El conflicto entre conservadores amortiguó la intensidad del debate electoral para las elecciones municipales de octubre. La ANP descuidó la campaña, casi podría decirse que no la hizo. La deserción y el deslizamiento de líderes y masas se convirtió en un fenómeno irreversible: Gustavo Salazar García, Alfonso Rincón Zamora, regresaron al partido; Víctor Carvajal Ortega, dirigente nacionalista antioqueño, se convirtió en jefe del debate conservador en su departamento. "Aquí no hay enemigos a la derecha", le escribió a Silvio Villegas. "Dentro de un conservatismo, ajeno a toda política exclusivista, podemos luchar por el triunfo de ideas que nos son comunes", le contestó el leopardo. 229 Y Mejía Mejía explicó las cosas: "Conservatismo y nacionalismo no constituyen unos rótulos hostiles ni dos frentes políticos abiertos". 230 7724 Ibid. El Liberal, agosto 24 de 1939, p. 7. Ibid. El Espectador del 26 de agosto, en su página 7, informó que Álzate había presentado denuncia por calumnia contra Diario del Pacíñco, ante el Juzgado Segundo Penal del Circuito. 227 Diario del Pacíñco, agosto 25 de 1939, p. 5. 228 De Joaquín Estrada Monsalve al conservatismo del Quindío, En La Patria, septiembre 27 de 1939, p. 8. "• La Patria, septiembre 7 de 1939, p. 8. 2770 El Colombiano, septiembre 14 de 1939, p. 3. 226 2217 El porvenir del pasado 487 En medio de contradicciones e incertidumbres, la Convención nacionalista, que se había anunciado para el 24 de julio, se reunió entre el 29 de agosto y el primero de septiembre, en momentos en que se incendiaba Europa. Con este motivo, los nacionalistas derechistas que estaban dentro del conservatismo en Antioquia, es decir, la comunidad política que giraba en torno a El Colombiano, se dirigieron a los 95 delegados que concurrieron al evento. Y, entre otras cosas, les decían: Biológicamente, nosotros somos la continuación ideológica y la prolongación espiritual del Partido Conservador [...] El nacionalismo necesariamente tiene que volver sobre sí mismo, r e c u p e r a r su c e n t r o de g r a v e d a d y e n t r a r en un periodo político de rectificaciones. Rectificaciones que no son propiamente claudicaciones. Debemos borrar todo lo que nos divide y afirmar todo lo que nos une. La fórmula "no hay enemigos a la derecha" enarbolada por un jefe nacionalista y aceptada por el conservatismo, debe tener algún sentido para sus inventores. 231 La Convención intentó la reestructuración de cara a las elecciones municipales que se realizarían justamente el mes siguiente. Álzate Avendaño asistió como delegado de Caldas y como figura nacionalista reconocida. Quepa señalar que dos años atrás la Convención de las derechas nacionales, que había dado origen a la Acción Nacionalista Popular, contó con mayor número de delegados y gran despliegue periodístico; caso que contrastaba con la que se reunía por esos días, desapercibida por la prensa, posiblemente por el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, que opacó su cubrimiento. La Convención designó un nuevo Comando Nacional, integrado por Gilberto Álzate Avendaño, Félix Ángel Vallejo, Felipe Antonio Molina, Alfonso Muñoz Botero, Abel Naranjo Villegas, Rodrigo Jiménez Mejía, Eduardo Carranza y Alberto Duran Laserna, y como secretario general fue escogido Jorge Guerrero, quien quedó facultado para nombrar comandos departamentales. La Convención proclamó la autonomía e independencia absoluta del nacionalismo frente a otros movimientos internacionales, y ratificó su vocación anti-individuabsta y anti-marxista. Al tiempo, se comprometió a propugnar por una socialización nacionalista, y en tal razón se declaró a favor de un socialismo nacional anti-marxista. Aclaró que el nacionalismo no era un movimiento eleccionario, pero facultó al Comando Nacional para tratar con Silvio Villegas lo relativo a la labor que este debía desarrollar en el Congreso Nacional. Finalmente, la Convención nacionalista ordenó activar la campaña nacionalista en todo el país. 232 A esta altura de los acontecimientos, a finales de agosto el Alto Comando Nacionalista de Caldas, integrado por Londoño Londoño, Álzate Avendaño, Alvarez Restrepo y Arango Uribe. puso en circulación una resolución que delegaba en los comandos municipales la facultad de ordenar, previo estudio de las condiciones particulares de cada núcleo electoral, la concurrencia al debate con candidatos propios. O, en su defecto, decretar la abstención colectiva, formar planchas mixtas en alianza con corrientes políticas afines, siempre y cuando se preservara la autonomía y el decoro del nacionalismo. 233 De otro lado, el conservatismo manizalita convocó a la militancia a votar por la lista al Concejo municipal, que encabezaba Francisco José Ocampo: "Invitamos a todas las fuerzas afines a nuestros postulados y a quienes su vida política los ha tenido 27,1 272 2777 Ibid. Véase Tradición. X" 45. septiembre 24 de 1939, pp. 1.278-1.279. La Patria, septiembre 9 de 1939, p. 1. 488 El porvenir del pasado ligados al conservatismo para que concurran en nuestra compañía al debate comicial. Pensamos que las fuerzas de orden deben procurar una cooperación estrecha. La divisa política que nos distingue nos obliga a todos por igual. Esperamos que todos estén presentes en esta cita cordial".234 Ese mismo día, 23 de septiembre, Joaquín Estrada Monsalve, uno de los principales líderes del nacionalismo caldense, habló como conservador, por la radio, a la región del Quindío: Hombre de lucha, no convengo con la abejadiza displicencia de las masas, juzgo suicida la abstención e improcedente toda actitud deliberadora del partido. Lo único imperdonable es la lucha estéril. Es necesario infundirle al conservatismo un heroico espíritu antrderrotista. Una raza fuerte no tiene porque temerle a la adversidad: la historia parece haberse escrito sólo para enseñarnos que la derrota no es sino una forma estratégica de la victoria [...] Pregono la unidad plena: contra la guerrilla de grupos, la generosa consolidación; contra la anarquía de programas, un decálogo unitario; contra la pugna de generaciones, la continuidad biológica de ellas; sobre el pasado, el porvenir. El conservatismo debe ser un continente y no un archipiélago. En torno a los jefes naturales, lo enrularemos al poder. Esta ambición que se adueñó de mí desde que nací a la política, constituye la razón de ser de mi espíritu y la explicación de la permanente intervención en la vida pública colombiana. 235 A su vez, Silvio Villegas invitó a votar dentro de la fórmula "no hay enemigos a la derecha". 236 Tradición comunicó que iba a las elecciones con autonomía, y llamó a cada militante a comportarse como un "soldado de la nueva Colombia"237. El 25 de septiembre de 2007 se reunieron los dirigentes nacionalistas de Caldas: Álzate Avendaño, Londoño Londoño, Alvarez Restrepo, Arango Uribe, Mejía Palacio y Alberto Hoyos y emitieron una declaración, en uno de cuyos apartes decía: "Decretar la abstención total en las próximas elecciones para concejales dentro del municipio de Manizales. Prevenir a los militantes del nacionalismo contra posibles sorpresas y engaños, advirtiéndoles que el nacionalismo no ha inscrito ni ha autorizado lista alguna de candidatos en Manizales, y por lo tanto, deben abstenerse disciplinariamente de sufragar el domingo próximo"238 El primero de octubre de 1939 se llevaron a cabo las elecciones de concejales municipales. Salvo algunos hechos violentos en Piendamó, Covarachía, Mutiscua y Chía, los comicios se desarrollaron en calma. En los catorce departamentos y en las ciudades capitales, el liberalismo ganó frente al conservatismo. En Antioquia, los liberales obtuvieron una estrecha victoria: 56.160 votos frente a 49.827. En el Valle del Cauca los resultados fueron implacables: 47.705 votos liberales frente a 22.709 conservadores. En Caldas, los liberales también triunfaron holgadamente: 46.250 votos frente a 27.493 conservadores.239 Los primeros obtuvieron el triunfo en treinta municipios, mientras los segundos sólo en trece. En Manizales, los liberales lograron 3.952 frente a 2.648 de los conservadores. Caldas, el departamento fortín del nacionalismo presentó un cuadro desolador para este movimiento: 693 votos, los cuales les permitieron elegir a únicamente tres concejales, dispersos en Aranzazu, Pacora y Santa Rosa de Cabal. 240 Electoralmente, la Acción Nacionalista Popular se encontraba derruida. En los municipios de Manzanares, Santa Rosa de Cabal, Aranzazu se contabilizaron 44, 233 y 115 votos nacionalistas, respectivamente. En el municipio de Marulanda, dos. Si del todo no se acató la orden 234 Ibid., septiembre 24 de 1939. p, 1. Ibid.. septiembre 27 de 1939, p. 8. Ibid. Véase, además, ibid., septiembre 28 de 1939, p. 1, 2777 Véase Tradición, N° 45, septiembre 24 de 1939, p. 1.293. 2 " El Liberal, septiembre 26 de 1939, p. 16. 27777 Eastman. Jorge Mario. Seis Reformas estructurales... p. 353. 2I " Ibid. 2:75 27777 El porvenir del pasado 489 de abstención, el papel de la Acción Nacionalista Popular contribuyó a la disminución del voto conservador. Mientras que en las elecciones municipales de 1937 los conservadores habían obtenido 37.439 votos en Caldas, en las del primero de octubre de 1939 apenas lograron 27.493. 241 Si comparamos estos resultados de elecciones para concejos con las de marzo del mismo año para Asamblea y Cámara, se puede apreciar que, en efecto, la abstención nacionalista fue uno de los factores que más incidieron en la caída vertiginosa del conservatismo en este departamento. La abstención de la ANP en Caldas, sin duda, diezmó al conservatismo: "Nuestra abstención produjo un descenso vertical de los guarismos conservadores en Caldas [...] En Manizales nos abstuvimos dos mil electores de derecha", 242 declaró Álzate Avendaño. La crisis del nacionalismo tuvo en el siguiente episodio su epílogo definitivo. Silvio Villegas retorna al Partido Conservador. Nuestros guarismos electorales, esplendidos p a r a un movimiento recién nacido fueron empero inferiores a n u e s t r o s cálculos. Así empezó a desfallecer nuestro apóstol desnudo. Villegas empezó a liar bártulos hacia otros confínes más propicios a su espíritu tornadizo. Otros nos q u e d a m o s , l e a l e s a los equipos universitarios y a las masas aguerridas que nos acompañaron, realizando aquella admonición de R a m í r e z M o r e n o que nos aconseja p e r m a n e c e r al p i e de n u e s t r a s palabras como si fuesen banderas. 243 El comportamiento de Villegas en la Cámara, su protagonismo y su doble papel de nacionalista y conservador al mismo tiempo, lo fueron constituyendo en el líder de la bancada conservadora. El espectro de su discurso bifronte, que utilizaba con audacia, era la expresión, de todas maneras, del conservatismo colombiano. Una declaración política de la ANP, en la que se anunciaba su expulsión del movimiento, provocó la ira del parlamentario: "Desconozco toda autoridad al directorio de la Acción Nacionalista Popular", 244 declaró en el recinto de la Cámara. Villegas hizo alusión a la pretensión que tenía la ANP, según decía, de llamarse nacional-socialista en ese momento. Aunque admirador de los movimientos nacionalistas europeos influenciados por la doctrina social católica, como el de Francisco Franco, Oliveira Salazar y Benito Mussolini, no admitía a los sistemas políticos que fueran en contravía de sus principios católicos: "Hoy el nacional-socialismo es tan contrario a mis ideas, como el comunismo [...] Como católico, como cristiano y como hombre yo nunca he aceptado, ni podré aceptar teoría racistas". 245 Aprovechó la supuesta nueva denominación p a r a argumentar sus distanciamientos. Habló ahora, en su nueva posición, en contra del nazismo, como cuando lo designaron otrora director de El Debate, cuando la emprendió contra Maurras y la Acción Francesa. Confesando su animadversión hacia la ideología de Hitler, declaró: "el nazismo con su teoría racista es u n a a m e n a z a de esclavitud para la América Latina, ya que ha levantado el grito de que África empieza en el Rin, 247 Véase Eastman, Jorge Mario. Seis reformas... pp. 326-327, 353. El Liberal, octubre 29 de 1939, p. 16. La Patria, octubre 28 de 1939. p. 4. '"' Ibid. 245 Ibid. 242 2,3 490 El porvenir del pasado y porque la doctrina racista es contraria a la independencia de América Latina, una teoría anticristiana, porque el catolicismo proclama la igualdad y la fraternidad de todos los hombres, y Jesucristo instituyó para todos los hombres una madre común que significa la especie humana". 246 Villegas, fiel a su tendencia de aprenderle al liberalismo métodos y formas de hacer política, confesó que había aspirado a un conservatismo de matices, como lo era el Partido Liberal, donde concurrían corrientes diversas: la oficial del Presidente Santos, con las del expresidente López y la del dirigente popular Jorge Eliécer Gaitán, voceros de las izquierdas. 247 Anotaba, con aire de defensa: "Desde mi ingreso a la política conservadora proclamé tesis nacionalistas para el Partido Conservador, no he negado de este, porque no podría hacerlo con el partido donde me formé intelectual y moralmente [...] No estoy de regreso a mi hogar político. Estaba en otros apartamentos de la vieja heredad". 248 Los dirigentes nacionalistas Ignacio Pineros Suárez y Alberto Duran Laserna contestaron a la réplica de Villegas. Desmintieron las acusaciones que se les hacía de haber adherido al nacional-socialismo: En los manifiestos últimos que hemos dado a la prensa se dice que propugnamos por un nacionalismo de tipo nacionalista, colombiano, criollo, no por un nacional-socialismo alemán. Socialismos nacionalistas son, en Indo-América, el de Lázaro Cárdenas en México, o el del malogrado coronel Germán Busch en Bolivia: los admiramos por su lucha contra el imperialismo y por su programa de nacionalización de los petróleos. Pero arquetipos de gobiernos europeos no hemos acogido en nuestro programa. El nacionalismo proclama los valores de la nacionalidad y sostiene que el perfeccionamiento de estos valores debe fundarse en una reintegración del espíritu nacional. Junto por rechazar todo criterio internacional expansionista o agresivo, propugna una sana política nacionalista, que restituya a Colombia su poderío material y cultural y le dé, en el plano continental, un rol orientador y constructivo. Naturalmente, este nacionalismo nuestro es muy distinto al nacionalismo "lírico" de Barres, de que tan enamorado vive el doctor Villegas.249 A su vez, Gilberto Álzate Avendaño respondió desde Manizales, en entrevista a El Liberal. Declaró a Villegas traidor de una generación que había depositado su confianza en él. Paso a paso, Álzate reconstruyó la historia de la Acción Nacionalista Popular. Reconoció la trayectoria de Villegas como seguidor del pensamiento derechista, pero recalcó su vinculación tardía a la Acción Nacionalista Popular, y agregó: Yo comprendo que en política no existen obligaciones irredimibles. Pero tampoco puede ser ella un cómodo hospedaje en todas las estaciones de veraneo. La vida pública de Villegas, que quiere presentar como una parábola ascendente, es un zig-zag extravagante, que va del diletantismo barresiano a la república financiera y llega, entre corbetas, a la Acción Nacionalista Popular, escarpado islote de rebeldía. La bajamar lo devuelve como una resaca a su vieja querencia. 250 Álzate afirmó que los resultados electorales del 19 marzo de 1939 habían dividido al nacionalismo, y que las actuaciones de Villegas al restringir en La Patria la publicación de noticias sobre la Acción Nacionalista Popular sorprendieron a la militancia. Dijo que, desde La Patria, Villegas se propuso desmoralizar y disolver el movimiento. Pero exaltó la política de abstención de la ANP en las elecciones municipales: ""Nuestra abstención produjo un descenso vertical de los guarismos conservadores en 20.000 sufragios menos sobre las antiguas estadísticas".251 Sabéndose del morbo del escándalo, Álzate hizo un balance de lo acontecido: 2 " Ibid.. p, 1. La confección de la lista para Concejo de Bogotá, por ejemplo, tuvo un proceso largo y cupieron en ella realmente todas las corrientes liberales 7 Gaitán, Alberto Lleras. Jorge Bejarano, Antonio Garcia, Lucas Caballero y Jorge Villaveces, entre otros, ''" La Patria, octubre 28 de 1939. p. 1. 7,s • El Liberal, octubre 29 de 1939, p. 15, J7 " JJjid.. p. 16. 477 Jbid, 247 El porvenir del pasado 491 Nuestra experiencia nos deja la certidumbre de la pasividad de las multitudes colombianas, sin voluntad política auténtica, sin anhelos, embutidas dentro de las más férreas estructuras electorales e ignorantes de sus propios intereses. No es posible modificar una política que no se guía por convicciones profundas, sino por posiciones larvadas. Nosotros sabemos que una revolución histórica sólo pueden hacerla en Colombia las minorías egregias. La misma epopeya emancipadora fue obra de un núcleo de letrados, cumplida a pesar de las lentas muchedumbres estólidas diseminadas en el Virreinato. 2 '' 2 Así, Villegas, sin pundonor y en afrenta a la política de misión que defendía desde meses atrás, había caído en el juego del bipartidismo. No obstante las actuaciones de Villegas, Álzate Avendaño defendió la autonomía de la Acción Nacionalista Popular y contrapuso su concepción del verdadero nacionalista: "Nosotros no entendemos la vida pública como el arte de ir a la Cámara. Esta es la diferencia que existe entre quienes viven para la política y quienes viven de ella".253 Finalmente, el jefe nacionalista instó a Silvio Villegas a que renunciara a su curul de representante a la Cámara, aludiendo que se encontraba impedido para seguir llevando la voz del nacionalismo. En esa dirección, propuso que se organizara un tribunal de honor, integrado por Luis Cano, Abel Carbonell y Fernando Londoño, representantes de los tres partidos, para que dirimieran el asunto. Los comandos nacionalistas central y departamentales apoyaron la iniciativa de Álzate. Exigieron ante el Congreso la renuncia de Villegas a la curul y que la cediera a su suplente, Gilberto Álzate Avendaño. Silvio Villegas se defendió. El 3 de noviembre, en un discurso en la Cámara de Representantes, contestó a los señalamientos de Álzate. El leopardo se autoproclamó fundador del nacionalismo y reiteró que su retorno al conservatismo no era una fuga, porque ese partido era la casa de toda su vida, su hogar, su refugio espiritual, contra el cual no podía rebelarse jamás. Declaró que a nadie debía su presencia en la Cámara, sino a su esfuerzo propio y al prestigio de su talento. Dijo: "Yo he luchado solo, sin otro apoyo que mi inteligencia, y me siento con derecho a declarar que soy como un atlas sosteniendo el universo, porque sólo he tenido que dar la impresión de que el nacionalismo existió como partido de avanzada". 254 Agregó que el nacionalismo había sido un fósforo incendiado en la noche, y que tenía la certidumbre de que si lo apagaba, como lo estaba haciendo, no se volvería a prender jamás. 255 Finalmente, Villegas citó la experiencia del unirismo, y mostró cómo Gaitán, su fundador, había vuelto a su viejo partido, dentro del cual se había convertido en una importante figura nacional. Álzate Avendaño respondió esa misma noche a los argumentos de Villegas, a quien trató de ingenioso truhán. Todo el estado mayor nacionalista sabe que yo revisaba, corregía y aumentaba las conferencias políticas de Villegas. Yo inspiraba y escribía sus editoriales sobre temas sustantivos. Durante el debate preparatorio de las elecciones, le impuse mi voluntad a gritos. Villegas se batía con mis frases, que renovaban sus viejos trucos literarios [...] Villegas se ha sostenido siempre con empréstitos mentales. Su profusa obra de escritor y orador es un ejemplo típico de la prosperidad a debe. 2 '" ' Ibid. 7 Ibid. 1 Ibid.. noviembre 4 de 1939. p, 12 7 Ibid. " Ibid.. p, 4 492 El porvenir del pasado Curiosamente, la simibtud de las recriminaciones contra Silvio Villegas no difería mucho del contenido del reportaje de Diario del Pacífico, calificado meses atrás por Álzate como apócrifo. Por el contrario, encajaba a cababdad con lo que ahora declaraba. José Mejía Mejía, de regreso de la Acción Popular Conservadora, después de las elecciones de marzo, terció a favor de Villegas: "Nunca leímos otra cosa que doctrina conservadora en los editoriales nacionalistas de La Patria de Manizales. El nacionalismo de Silvio Villegas no fue otra cosa que una predicación conservadora al margen de las directivas supremas del partido. Hoy regresa a la disciplina, y no a la doctrina".257 En cambio, los comandos de la ANP antioqueña, luego de rechazar los argumentos esgrimidos por Silvio Villegas para justificar su retiro, le dijeron en un largo telegrama: Su afán de asimilarnos ahora nazismo, fascismo, falange, es recurso oportunista indigno sus antecedentes intelectuales. Usted sábelo con evidencia nuestra antipatía por transplantaciones e x t r a ñ a s . S u g e r e n c i a s p a r a hacernos aparecer p u g n a catolicismo son m e z q u i n a s y sin equivalencia entre nuestra propaganda y la suya. Nosotros hemos luchado por algo y no contra algo. Esa es la diferencia. Usted trabaja con el movimiento caldense contra cierto caudillo conservatismo que para nosotros es apenas un incidente. Si su egregia inteligencia, ilustración, no sírvenle para recoger dialéctica pensamiento, en puro sentido colombiano, es gallardo e n t r e g u e curul n u e s t r o genuino vocero doctor Álzate Avendaño. Sus actuaciones contra movimiento no liquídanlo sino vigorízanlo certidumbre de que políticos son los destructores de la Patria. Cristo y Bolívar enjuicien su conciencia por juramentos traicionados. Saludárnoslo. 2 '' 8 El comando de la ANP de Pereira se manifestó así: "Representación suya nacionalismo es deshonrosa. Quien como usted recibió en carne viva el látigo infamante es indigno actuales circunstancias usurpar derechos Cámara a los que traidoramente asesinó".209 Desde Cali, los indignados seguidores del movimiento nacionalista también se pronunciaron: "Le pediríamos que nos respondiera en qué ocasión fue más sincero, si cuando se salió espectacularmente de 'la casa de los muertos' o ahora que ha retornado humilde a ella. Con la frase demoledora que el maestro Valencia le dedicó recientemente, usted sigue siendo la veleta que señala todos los vientos. Por elemental decoro debía abandonar la curul nacionalista que desprestigia su caracterizada endeblez".260 Los dirigentes de la Acción Nacionalista Popular de Bogotá dirigieron a la Cámara de Representantes una solicitud cuyos contenidos rezaban'A nombre del movimiento nacionalista colombiano os pedimos que declaréis, públicamente, que en el seno de vuestra corporación tenemos conquistada actualmente una curul nacionalista p a r a exponer nuestro programa ante los legisladores y ante el país. Es público el hecho, confirmado por confesión propia hecha ante vosotros, que el señor Silvio Villegas ha abandonado su posición de nacionalista para regresar a su viejo Partido Conservador. Nosotros creemos que el Congreso cumpliría un elemental deber de honradez al no permitir que comparta el carácter de representante quien traiciona a su representado en forma ostentosa. El Congreso cumpliría también con su elemental deber de moralidad sancionando debidamente uno de los más afrentosos ultrajes que haya sufrido el poder público en los últimos años de vida nacional. 261 José Mejía y Mejía, el viejo amigo, antioqueño y nacionalista, el camarada presente siempre en las cosas de Álzate, no podía quedarse callado. En carta abierta, le dijo: "Tus declaraciones contra Silvio Villegas son injustas [...] Fue nacionalista sin hipotecarse a una generación". 262 Le reconocía a Álzate lo de siempre, aunque no 2,7 El Colombiano, noviembre 5 de 1939, p, 3. '""" El Liberal, noviembre 5 de 1939, p. 10. El telegrama estaba firmado, entre otros, por Félix Ángel Vallejo, Antonio Osorio Isaza, Alberto Gómez Montoya. Gabriel Henao Mejía. Abel Naranjo Villegas, José Luis Aramburo, Jorge Luis Arango, Alejandro Muñera. Guillermo Botero. Belisario Betancur, Marco Tulio Ceballos (siguen dieciocho nombres más). 259 Ibid.. noviembre 6 de 1939. p. 10, 2 '" Ibid.. noviembre 10 de 1939. p. 10. 277 Ibid., noviembre 6 de 1939, p. 15. Firmaron Rodrigo Jiménez Mejía, Ignacio Pineros Suárez. José V. Sánchez. Eduardo Carranza. Felipe A. Molina, Carlos Martín, Alberto Duran Laserna. Jaime Sáenz, Jorge Guerrero y Carlos Ortiz Silva. 2772 El Colombiano, noviembre 3 de 1939, p. 3. El porvenir del pasado 493 creemos que el dirigente lo compartiera: "Yo siempre he afirmado que el movimiento nacionalista tiene en ti a su caudillo nato y neto, brazo y ensueño, músculo y poesía; tú, amigo Gilberto, le das al nacionalismo una realidad que pudiéramos llamar material y lírica. Su contenido, sentido, acción y dinámica emanan de una silenciosa y cuajada labor hecha por tu mística"; 263 en cambio, para Mejía, Villegas había sido el verbo del nacionalismo: "Sus predicaciones en la plaza pública, la dictadura de su idioma en el agora partidista caldense y el formidable prestigio de su nombre fueron la más orgullosa contribución al empollamiento de una idea que con otros artesanos intelectuales hubiera perecido en forma incuestionable".264 Que Álzate fuera el músculo y Villegas el verbo del nacionalismo era demasiado. Justamente, el jefe de la ANP lo estaba desvirtuando con sus declaraciones, de pronto, apresuradas, pero no injustas. Sin embargo, tenía razón Mejía cuando consideraba que el error suyo y de Álzate fue haber pensado veinticuatro horas antes que los demás la cristianización programática del partido, es decir, antes de tiempo. Hablando de ambos, decía: "Queríamos que nuestra colectividad izara en sus estatutos una justicia social fiera, rotunda e inequívoca, capaz de competir con los más agudos cánones ideológicos de la extrema izquierda revolucionaria".265 Para Mejía, la plataforma, los idearios del nacionalismo, incluso gran parte de su gente, estaban ya en la colectividad: "Hoy el conservatismo levanta, yergue y prohija, como dogma propio, todas nuestras herejías de aquella época".266 Reconocía sí, en todo esto, un proceso dramático, pero el papel transformador y revolucionario de Álzate estaba cumplido. "El nacionalismo no desfallece con la fuga de Silvio Villegas, ni tampoco renace con la presencia de tu caudillaje solitario. Ala Acción Nacionalista le llegará inevitablemente su hora", le decía Mejía a Álzate, y a todo el país. 267 Y, claro, esa hora llegaría cuando el conservatismo regresara al poder. Tanto Mejía como Villegas estaban alejados de la idea de un partido nuevo. El primero nunca sacó su nacionalismo del conservatismo y el segundo lo pensó como estrategia disidente, a lo Gaitán, para regresar fortalecido, con programas y masas. Sólo que Villegas no era Gaitán, ni Laureano Gómez era Alfonso López, ni el conservatismo estaba en el poder. En la frialdad de su estilo cínico, Gómez, en medio del sonado escándalo nacionalista, manifestó que a los nacionalistas no se les podía tener confianza por "sus muchas veleidades". 268 Más tarde declaró no estar enterado de nada de lo que había dicho "el señor Villegas".269 Pese a los justos reclamos, la Acción Nacionalista Popular no consiguió recuperar su curul. Villegas siguió en el Parlamento cosechando éxitos. En julio de 1940, por ejemplo, fue elegido vicepresidente de la Cámara. Empero, un sabor amargo, una sombra rara acompañará el resto de su carrera política. La vida no le dará el beneficio que le permitió a Gaitán borrar su aventura unirista. "Me quedo solo y mío". No importa. El tiempo y yo contra todos, como dijo el antiguo. E n t r e t a n t o me quedo solo y mío.2'" Álzate se declaró disgustado con él mismo por haberse referido a su intervención en los discursos y editoriales de Silvio Villegas. Se excusó, pero no se retractó: "Lo hice por un 2777 Ibid. '"" Ibid. "" Ibid. 2 "' Ibid. 2(77 7bid., noviembre 3 de 1939. p. 3. Véase también El Liberal, noviembre 5 de 1939, p. 10. m La Razón, octubre 25 de 1939, p. 11. 27777 El Liberal, noviembre 1° de 1939, p. 5, 2771 Ibid.. noviembre 5 de 1939, p. 8. 494 El porvenir del pasado arrebato momentáneo al oír el fanfarrón discurso de ViUegas. Me abochorna y deprime la pequenez de ese alarde fatuo y cierto, pero no quise ahorrarle a Villegas ninguna verdad, para desbaratar el escenario de sus trucos, poniendo al descubierto los bastidores y el consueta".271 No nos extraña la intervención de Álzate en los documentos que saban de La Patria, mientras Villegas recorría el país. El concepto de sensibilidad leoparda surgió justamente para referirnos a un grupo homogéneo con una identificación de ideas e intereses jamás vista en la historia intelectual de Colombia. Villegas regresaba al conservatismo, quizá muy temprano. El trascendental e intenso discurso colectivo del nacionalismo estaba todavía en la memoria reciente de quienes lo habían escuchado y oído. ¿Dónde quedaban aquellas palabras dichas el primero de enero de 1939?: "De las próximas elecciones no saldrá la nueva Colombia, ni allí está nuestro marco [...] no constituyen sino un episodio de la gran lucha que nos espera".272 Resultaba paradójico que quien acostumbraba a tomar el juramento de fidelidad en las concentraciones nacionalistas fuera el primero en desertar. Era eso, un desertor, apurado tal vez, pero no un traidor. Se trató de una situación muy difícil para la sensibilidad leoparda, una de las partes de la ANP, la más importante, a lo mejor. Álzate había Uevado el discurso de esta sensibüidad a niveles muy altos de sofisticación ideológica, muy comprometedores con una manera particular y nueva de concebir la política. En ese momento, podía autoproclamarse el mejor escritor político del país, pues, con la Acción Nacionalista Popular, se había convertido en un excelente comunicador de la política. La ANP lo completó, y entonces ya no era solamente el hombre-masa, el gran organizador y conductor, sino un ideólogo. Por ello hacía las veces de puente entre la generación de los Leopardos y la de los jóvenes que impulsaban el ala radical de la ANP, que lo veían como tal, pero que, sobre todo, intuían en él un tránsito hacia una comunidad política distinta a los partidos tradicionales. Después de tan elevado esfuerzo, Álzate estaba éticamente impedido a desertar! no podía regresar a toda máquina, sin negociación, sin ser llamado ni esperado. Quedar a disposición de Laureano Gómez, el enemigo fabricado con creces, no creemos que le sedujera. Le convenía más pensar en un aforismo que se evocaba en circunstancias parecidas: la política es el arte de esperar. Villegas, al contrario, regresaba como si nada se hubiera conquistado y como si nada hubiera costado. Endosaba su lucha y la de los nacionalistas al desprecio del energúmeno que lo ignoraba y despreciaba. Álzate, en cambio, prefirió alejarse de la política y refugiarse en Manizales, en su práctica profesional. Sus compañeros de viaje, los de la sensibilidad leoparda: Antonio Alvarez Restrepo, Fernando Londoño Londoño y Joaquín Estrada Monsalve, sin el ruido de Villegas, irán desertando poco a poco. Regresarán al "vetusto caserón", algunos incluso, como Estrada Monsalve, se volverán furibundos laureanistas, y los más se acomodarán en la nueva casa en construcción, en obra negra : el ospinismo. Augusto Ramírez Moreno retornó a la política conservadora de Antioquia. Fernando Gómez Martínez, José Mejía Mejía, 'Rubayata' y J u a n Zuleta Ferrer continuaron dando la pelea por el nacionalismo desde El Colombiano, pero dentro del conservatismo. Los jóvenes derechistas de sensibilidad laureanista, Guillermo Camacho Montoya y Francisco Fandiño Silva, siguieron vinculados a El Siglo, y Rafael Azula Barrera era flamante representante a la Cámara por el laureanismo boyacense. De los más radicales de la derecha, 477 272 Ibid La Patria, enero 2 de 1939, p. 2, El porvenir del pasado 495 Carlos Vesga Duarte terminó de aliado del 'Tigre' Noriega, y con él llegaron a la Cámara en 1939, no sin justificar su deserción. Afirmó que el nacionalismo había sido una válvula de escape a la exasperación de la juventud conservadora. Sostuvo que con ellos había pasado lo mismo que con la juventud liberal en décadas pasadas, en las que había fundado varias veces el Partido Socialista para regresar luego a las viejas toldas liberales. Y agregó: "Hay una edad en que necesitamos inventar el porvenir a fuerza de reunir un exhausto pasado. Pero este se defiende, disfrazándose de presente hasta que la fuerza de los hechos históricos lo violenta y elimina".273 Pero de esta vertiente radical de la ANP, que fue su núcleo originario, el mismo que había llamado a Álzate a dirigirlos, emana otro tipo de pensamiento que podemos advertir desde las conclusiones de su última convención en Bogotá, de sus comunicados en respuesta a las acusaciones de nacionabsocialistas, y de una declaración producida en el remolino de la crisis: La Acción Nacionalista Popular, considerando, que son causa de preocupación y estudio por parte de los legisladores y del pueblo de Colombia, aspectos trascendentales del Derecho Social, se hace necesario dar a conocer el pensamiento nacionalista sobre estos problemas. Declara 1 I o La ANP solicita el apoyo al sindicalismo. Por tanto ve con agrado la ayuda y respaldo que se presten al Congreso Sindical próximo a reunirse en la ciudad de Barranquilla; 2" La ANP reafirma su adhesión inmutable al siguiente postulado programático: queremos, en lugar de la economía incoherente e i n h u m a n a del sistema capitalista, otra basada en la noción de las necesidades públicas, en el principio de la responsabilidad y en una organización sindical: sistema este el único acto para encuadrar el trabajo, la producción y el reparto de bienes, informado en las ideas del Socialismo Nacionalista que predicamos; 3 o La ANP renueva su fe a este punto vertebral de su doctrina: pedimos devoción permanente para el campesino haciéndolo propietario de la tierra y estímulo para el obrero, haciéndolo copartícipe de la fábrica; 4o La ANP ratifica la razón primordial de su existencia: la Acción Nacionalista Popular de Colombia, es un movimiento independiente y autónomo: sin nexos de ninguna naturaleza con movimientos políticos internacionales o de otra índole y opuesto a ellos. Combate a los partidos y sectas de todas clases y la función es integrarse en el todo que es la Patria. Su campo de acción es Colombia y su meta y destino en el espacio es la reintegración del bloque gran-colombiano; 5o La ANP rechaza y condena el empleo de su nombre para titular, inspirar o patrocinar campañas reaccionarias que además de desvirtuar el ideal nacionalista, falsifican y traicionan el profundo sentido revolucionario de su misión.27'1 Como advertirá el lector, esta corriente de la ANP no se refería al nacional-socialismo como habían hecho aparecer las cosas Mejía Mejía y Villegas,275 sino al socialismo nacional. Y, como ellos mismos lo afirmaron, en ese momento no abrevaban en el influjo del nazismo, sino en corrientes del nacionalismo latinoamericano, una de las cuales era la del coronel boliviano Germán Busch, quien se había suicidado el 23 de agosto de 1939.27G Pero esa novísima y atrevida propuesta había nacido en el proceso dialógico entre las corrientes que conformaban la ANP y sus adversarios y entre ellas mismas. Es posible que esta propuesta apareciera menos seductora para las masas nacionalistas que la de la sensibilidad leoparda, pero era también emanación suya. El curso y desarrollo de la Segunda Guerra Mundial crearán nuevas condiciones. El jefe del Alto Comando de la ANP, Rodrigo Jiménez Mejía fundó, por ejemplo, en diciembre de 1939, la revista Presencia, y con ella adhirió y apoyó el regreso de Alfonso López Pumarejo al poder. Tampoco estará alejado del lopismo Gilberto Álzate Avendaño. La cosas de la historia: lo que se gesta, lo que se produce. El flujo de la dialéctica que hace 27:7 Estampa, octubre 7 de 1939, pp. 39, 45. La declaración fue firmada el 26 de octubre de 1939 por el Alto Comando Nacional, integrado por Rodrigo Jiménez. Mejía. Alfonso Muñoz Botero. Eduardo Carranza, .Alberto Duran Laserna y Felipe Antonio Molina, y con Jorge Guerrero como secretario general. El Liberal, octubre 27 de 1939, p. 5. 7771 Véase la columna "Rúbrica", de Mejía Mejía en El Colombiano, primero de noviembre de 1939. p. 5. 477 Díaz Machicao, Porfirio, Historia de Bolivia. Toro. Busch. Quintanilla 1936-1940. La Paz. Editorial Juventud. 1957. 277 496 El porvenir del pasado coincidir extremos. ¿Extremos? Gracias a esta especie de microhistoria que aquí hemos adelantado, podemos concluir que desde la derecha de los años treinta se contribuyó, a veces por el camino de la negación, a sostener el proceso democrático que permitió que la Revolución en Marcha tuviera otra oportunidad. Pero esto y mucho más, son episodios que corresponden a nuevas investigaciones. La historia continúa. El porvenir del pasado 497