PDF (Capítulo 15)

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Auge, crisis y disolución de la ANP.
Álzate- de hombre-masa a
escritor político
XV
La agitación intelectual, realizada hasta ahora
d e n t r o de l a s c o l u m n a s de p r e n s a o en
conferencias de profundo calado pronunciadas
en teatros y circos de las grandes ciudades,
cierra su primera etapa para comenzar la
segunda en la plaza pública. La plaza pública
es el segundo jalón en está lucha decisiva que
h a b r á de c u l m i n a r con la restauración de
Colombia a a q u e l l o s días gloriosos,
desaparecidos de secta, que p a r a nosotros
reclamaba, ya al borde del sepulcro, el Padre
de la Patria [...] No os aconsejamos el reposo,
sino la lucha, no os predicamos la resignación,
sino la victoria. Por plazas, teatros, villas y
veredas irán n u e s t r o s a u t o r e s a decir su
verdad, a recordar a nuestros compatriotas el
compromiso de h o n o r que c o n t r a s t a con
Colombia desde el instante inmaculado en que
los proceres nos hicieron libres. 1
El nacionalismo en las calles.
Domingo de Resurrección en los municipios caldenses.
Gracias al nacionalismo, Manizales y el departamento de Caldas gozaron de una
visibibdad y una resonancia no conocidas hasta entonces. La ciudad se había convertido
en la guía espiritual de la derecha en Colombia. En los líderes manizalitas tenía el
derechismo colombiano prestigiosos capitanes de alta sofisticación política e ideológica.
El 7 de mayo de 1938, La Patria anunció el reinicio de las actividades políticas del
movimiento nacionalista. Neira, Aranzazu y Anserma contarían con la presencia de
los carismáticos líderes del nacionalismo. Fernando Londoño estuvo en Anserma.
Allí intervino ante copartidarios que arribaron de los municipios de Riosucio, Guática,
Quinchía, Mocatán, Risaralda y Apía, y de los corregimientos de La Virginia, San
7
La Patria, mayo 9 de 1938, p. 3.
Clemente y Viterbo. En el Parque Robledo, Londoño exaltó a Bolívar, a Colombia y a
las falanges españolas de Francisco Franco ante un auditorio de cinco mil
simpatizantes, según anotaba el reportero. Decía, además, que se trataba del mayor
conglomerado humano recogido en la ciudad desde su fundación en los tiempos de la
Conquista. Londoño tomó juramento a los comandos nacionalistas masculino y
femenino, y asistió a una velada cultural amenizada por la banda Santa Cecilia, de
la municipalidad. A diferencia de no lejanos tiempos, durante la misma República
Liberal, esa vez el saboteo corrió no por cuenta de los liberales, sino de los laureanistas,
que prohibieron a sus copartidarios asistir a la manifestación. 2
Mientras tanto, Arturo Arango Uribe y Silvio Villegas llegaron a Aranzazu a bordo de
una de las vagonetas del cable aéreo. La multitud los recibió ondeando las banderas
verde y negra del movimiento nacionaüsta, el brazo en alto y cantando el himno nacional.
En el desfile hacia la plaza principal de Aranzazu, la banda municipal entonaba el
himno de la Falange española. El reportero calculó en dos mil personas los asistentes a
la manifestación. En su intervención, Arango abordó la cuestión agraria y convocó a los
pobladores a vincularse a las filas nacionalistas. Por su parte, Villegas habló de las
tácticas y objetivos ideológicos del movimiento, y también con el brazo en alto, hizo
jurar al pueblo defender hasta la muerte el ideario nacionalista.
El denominado "nacionalismo en la calle" había comenzado. Justamente, La Patria
estimó lo siguiente: "La agitación intelectual, realizada hasta ahora dentro de las
columnas de la prensa o en conferencias radiales de profundo calado pronunciadas en
circos y teatros de las grandes ciudades, cierra su primera etapa, para comenzar la
segunda en plaza pública".3 Las giras de Londoño, Arango y Villegas obedecían a tal
estrategia: la del desplazamiento de los líderes nacionalistas por municipios,
corregimientos y veredas de Caldas, llevando la buena nueva a las masas de las
poblaciones pequeñas y medias. Esta labor servía, además, para que los dirigentes
nacionalistas desmintieran los ataques de sus adversarios. Ante las arremetidas de la
prensa conservadora oficial, los derechistas sabían que la aproximación a las masas
rurales les podría significar no sólo nuevas adhesiones, sino que, así mismo, tendrían
la oportunidad de desvirtuar los señalamientos que mostraban a un Partido Conservador
atacado sin razón, y a un movimiento nacionalista atraído por los pensamientos
totalitarios europeos. Por ello, para la comunidad nacionalista era de gran importancia
demostrar su identidad con la historia, cultura e idiosincrasia colombianas:
Nos calumnian de buena fe —pero no nos calumnian— quienes señalan a este movimiento
tutores intelectuales de ultramar, cuyos nombres escriben o pronuncian, sin saber a que hacen
referencia. Ni Hitler, ni Mussolini, ni los grandes teorizantes del nacionalismo francés tienen
nada que decirnos en cuanto a la solución de nuestros problemas propios, terrígenos, raciales,
autóctonos (...] El fascismo de Mussolini, sería torpe aconsejarlo a Colombia, en donde no
tenemos ni ambiciones ni necesidades coloniales. El fascismo italiano fue determinado, más
que otra cosa, por la demografía y la conformación geográfica de aquel pueblo. Es un nacionalismo
expansionista, en tanto que nosotros predicamos un colombianismo defensivo. Pero quedan
descalificados nuestros calumniadores de mala y de buena fe, porque casi todos ellos miran con
frenético regocijo el avance de Franco y el constante debilitamiento de las líneas estratégicas
de los rojos españoles. Si fuéramos a aplicar el mismo torpe y torcido criterio de aquellos
censores de pega-pega, de inmodificable ignorancia o de incurable perfidia les diríamos que sus
ideas son falangistas, porque aplauden a rabiar los éxitos de los soldados que en la Península
2
7
Véase ibid.. pp. 1-2,
Ibid. p. 3.
436 El porvenir del pasado
está restableciendo, entre ríos de sangre y rosario de heroísmo, el Imperio de la Cruz y el
espíritu de la hispanidad. 4
Era un decir que se dedicarían a la plaza pública únicamente. Por el contrario,
artículos densos continuaron apareciendo en sus periódicos. Los editoriales y las
columnas de los ideólogos siguieron escribiéndose para señalar derroteros. Las
correrías nutrían a la teorización y esta, a su vez, a las correrías. Gracias a las
giras, los jefes nacionalistas palpaban las realidades de la comarca, y en torno a ellas
elaboraban sus propuestas. Los paradigmas del pensamiento derechista universal
no desaparecieron. Las nuevas correrías se justificaban en la "política de misión" de
Eugenio D'Ors, y en la democracia cristiana. Cada paso victorioso de los falangistas
en la guerra civil española era celebrado, concelebrado y difundido.
"Conserve su derecha".
Lejos de temer nosotros ¡a competencia en
un t e r r e n o q u e h e m o s m o n o p o l i z a d o
prácticamente en las derechas colombianas,
aceptamos el reto y vamos a disputarnos las
m a s a s en la plaza pública. El nacionalismo
es una g r a n política procesional. N u e s t r a s
ideas tienen un invencible poder de contagio
porque no apelan a los mitos caducos del siglo
XIX, sino a ¡as necesidades colectivas y a los
intereses individuales. Donde los otros dicen'Palonegro,
La
Humareda,
libertad,
d e m o c r a c i a , n o s o t r o s h a b l a m o s de p a n ,
higiene, educación y trahajoP
Fueron movidos los últimos días de López en el poder. De pronto, reverdeció el
movimiento estudiantil con la conmemoración de un nuevo aniversario de la muerte
del estudiante Gonzalo Bravo Pérez. Desde los balcones del Diario Nacional, los
estudiantes arengaron a la población. La conmemoración coincidió con una huelga
nacional de alumnos de segunda enseñanza y universitarios en contra del año
preparatorio y del examen de revisión, introducido como requisito para ingresar a la
universidad. En respuesta, el gobierno de Alfonso López Pumarejo emitió el decreto
849 del 12 de mayo de 1938, que prohibía las manifestaciones públicas y la transmisión
por estaciones radiodifusoras del país de noticias relacionadas con el orden público.
El movimiento fue duramente reprimido en Bogotá, Cúcuta, Cartagena, Popayán,
Manizales, Barranquilla, Medellín y Pasto. En Popayán, los líderes nacionalistas
estuvieron a la cabeza de la protesta, Hernando Glano Cruz, entre ellos. Eran
simpáticas las consignas: "Santa Lucía, líbranos de la policía", "figuras de la Pasión,
líbranos de la revisión", "san Gregorio, líbranos del preparatorio". 6 En Manizales, la
movilización estudiantil coincidió con la celebración de los cinco mil números de La
P a t r i a . Ambas partes resultaron reprimidas, curiosamente. U n a comisión,
conformada por Eduardo Santos, Alberto Lleras Camargo y Mariano Ospina Pérez
4
Ibid
'• Ibid.. julio 9 do 1938, p, 3.
77
Véase ibid., mayo 9 de 1938, p. 2.
El porvenir del pasado 437
para estudiar los motivos del conflicto, conjuró la protesta estudiantil el 5 de junio.
Gracias a la derogación del mencionado decreto represivo, en julio de 1938 los
nacionalistas pudieron reiniciar su campaña proselitista como si estuvieran próximos
a elecciones, cuando apenas acababan de pasar las presidenciales y el Presidente electo
no se había posesionado aún. Los nacionalistas utilizarán para sus giras los días
domingos, precisos para pregonar sus tesis, cuando los pobladores estaban en las plazas
de mercado, saliendo de misa, descansando o, simplemente, dispuestos a divertirse.
Era la política, entre otras cosas, fuente de esparcimiento en la provincia colombiana de
entonces. En medio del ambiente dominguero, los nacionalistas concienciaban a los
pobladores, los introducían en la pobtica y los ponían al tanto de los conflictos ideológicos.
A su manera, desde la derecha, hacían democracia, y ocupaban los lugares de la
democracia, que no cedían ni renunciaban a ellos. Elegido Santos, derrotados en el
interior del conservatismo, decidieron conquistar Caldas. Sus visitas, esa vez, no
padecieron la violencia. Eran recibidos como gobernantes, y como tales se comportaban,
recibían el saludo de alcaldes liberales, eran llevados a escuelas y colegios, los niños
declamaban ante ellos, y al caer la noche, en bailes de gala, compartían con la flor y
nata de los municipios. Es posible que el tránsito hacia el nuevo Gobierno, pronto a
iniciarse, haya influido en la calma que encontraron los nacionalistas en sus correrías.
"El Concejo, el alcalde, la junta bberal, los jefes izquierdistas, nos recibieron con gallardía
de paladines que estrechan la mano del adversario antes de partir el campo con él. Y la
sociedad toda, sin distinción de colores políticos, tuvo para con nosotros delicadas
atenciones, de las que no se olvidan nunca", 7 escribía el editorialista de La Patria
después de una gira de los jefes del nacionalismo.
El domingo 3 de julio de 1938, los nacionalistas se movilizaron por la región. Silvio
Villegas y Arturo Arango Uribe visitaron, con éxito, Filandia. Difundieron el programa
agrario del nacionalismo en plaza pública e instalaron los comandos de los
corregimientos de San Luis y Samaría. Álzate Avendaño, por su parte, estuvo en la
valluna localidad de Sevilla. Lo acompañó Jorge Mejía Palacio. Los ilustres visitantes
fueron recibidos por los comandos local y departamental. Álzate, que hacía su primera
aparición después del incidente que lo llevó a guardar cama, era presa codiciada de
la curiosidad pública. El esperado orador explicó paso a paso los contenidos de la
propuesta nacionalista, y peroró: "Para precaver los descarrilamientos revolucionarios,
dominando la algarabía de las guacamayas democráticas, nosotros gritamos al país :
'Conserve su derecha'. A los faraones inertes y a los estáticos bonzos del Partido
Conservador los increpamos: 'Es prohibido estacionarse'". 8 Álzate, en compañía de
dirigentes locales, José Cardona Hoyos, entre ellos, se dirigió, en horas de la tarde, al
municipio de Caicedonia.
El domingo 10 de julio, la cita de los nacionalistas fue en Santa Rosa de Cabal. Hacia
esa población se dirigieron Silvio Villegas, Arturo Arango Uribe, Antonio Alvarez
Restrepo y Jorge Mejía Palacio. En la localidad de Tarapacá, fueron esperados por
una comitiva que, en una caravana de automóviles y en medio de vítores y saludos
desde los balcones de las casas, los introdujo en la plaza principal de la ciudad. Los
oradores explicaron sus tesis corporativistas y nacionalistas. Gran importancia le
dio el comando nacionalista de Caldas a la programación de una manifestación en
Neira, el domingo 17 de julio. Se anunciaron discursos ideológicos y doctrinarios por
parte de la plana mayor nacionalista. Más que en cualquier otra localidad, esa vez se
7
4
/i)id..julio21 de 1938. p. 3.
Ibid.. julio 7 de 1938, p. 2.
438 El porvenir del pasado
pondría énfasis en la lucha contra el comunismo, el lopismo y la República Liberal.
Y así fue. Resultó una concentración apoteósica, saturada de la elocuencia de Fernando
Londoño Londoño, Antonio Alvarez Restrepo, Jorge Mejía Palacio, Arturo Arango Uribe
y Bernardo Zapata. Como era ya costumbre, Silvio Vibegas, ante el busto del Libertador
de la Plaza Mayor, hizo jurar a los concurrentes defender el movimiento y estar siempre
firmes en la fe nacionalista. 9 Y así continuaron las giras. El 19 de julio, Silvio Villegas
y Jorge Mejía Palacio se trasladaron a Mocatán, gran centro cafetero risaraldense. El
23 de julio, los delegados nacionalistas estuvieron en el norte del departamento: Pacora,
Salamina y Aguadas. En todas partes, predicaron y fueron recibidos como personabdades
de renombre. En Aguadas, el director de El Nacionalista, Aristóbulo Botero, sacó una
edición bolivariana especial con motivo de la ilustre visita. De otra parte, el Concejo
Municipal declaró huéspedes de honor a la alta comitiva, integrada esa vez por Silvio
Villegas, Londoño Londoño, Estrada Monsalve y Arturo Arango Uribe, entre otros. El
31 de julio, los jefes nacionalistas estuvieron en la empinada población de Filandia,
donde fueron recibidos por manifestantes que cantaban el himno de la Falange española.
Elias Salazar García saludó a la ilustre visita en nombre del Comando nacionalista
local. Expusieron los contenidos del programa nacionalista Joaquín Estrada Monsalve,
Jorge Mejía Palacio y Silvio Villegas.
EL 7 de agosto, el dirigente caldense Jorge Mejía Palacio acompañó un mitin
nacionalista realizado en la población de Ulloa, al norte del departamento del Valle.
Alternó el uso de la palabra con los nacionalistas Elias Salazar García y José Cardona
Hoyos, este último jefe político de la población de Sevilla, a cuyo cargo estuvo la
exposición de las nuevas doctrinas que comprendía el movimiento nacionalista. En
su discurso, Mejía Palacio fustigó a los dos partidos tradicionales y llamó a la población
a unirse al nuevo movimiento.
Álzate y el redescubrimiento del Libertador.
Es fácil comprobar que la historia colombiana
tiene renacimientos y letargos, alboradas y
crepúsculos, según predomine el conductor
b o l i v a r i a n o o se i m p o n g a n ¡os n o t a b l e s
granadinos. Con aquel el país despierta y con
estos se echa a dormir.10
Los nacionalistas, como era de esperarse, le confirieron gran atención al aniversario
155 del natalicio de Simón Bolívar. Programaron, donde pudieron, la Semana del
Héroe, dedicada no sólo a honrar su memoria, sino también a presentarlo, sustentarlo
y refrendarlo como el héroe del nacionalismo, que debía ser, también, el de todos los
colombianos. En Cali, el comando de la ANP organizó por radio u n a "hora
nacionalista", en la que alternaron discursos con los himnos nacionales de los países
que otrora conformaban la Gran Colombia. En Manizales, el Comando nacionalista
le confirió a Álzate la responsabilidad de la celebración. A las once y media de la
mañana del domingo 24 de julio, el controvertido dirigente leyó por los micrófonos de
Radio Manizales un trascendental ensayo suyo, que lo había tenido concentrado en
los últimos tiempos: "El redescubrimiento del Libertador". 11
77
777
77
Véanse las ediciones de ibid.. julio 15 de 1938, p. 5: julio 16 de 1938. p. I7 yjulio 18 de 19,38. pp. 1 y 1,
Álzate Avendaño, Gilberto, Obras selectas.... p. 1 7.
El ensayo fue publicado en la La Patria, julio 30 de 1938, pp. 9, 10 y 12.
El porvenir del pasado 439
El escrito no era un "chispazo" de Álzate, no lo compuso por esnobismo, no era una
inspiración poética más. La revisión bolivariana estaba en apogeo en todo el continente.
Se trataba, más bien, de un documento al que llegaba Álzate después de en un largo
momento de elaboración y búsqueda teóricas. El texto tenía su impronta, pero era,
casi podría decirse, un trabajo colectivo. Era el acercamiento al Bolívar que los
nacionalistas venían construyendo, al Bolívar que necesitaban. En él están presente
Álzate, su generación, la sensibilidad leoparda, sus vocabularios y sus culturas; todo
el espectro nacionalista desfila en la disertación. Y, más que nada, está la concepción
del héroe que el nacionalismo elaboraba de tiempo atrás; y está el héroe ansiado:
Bolívar; necesariamente muerto para que sirviera de catalizador, de unificador, en
un país dividido en dos parcialidades políticas.
Álzate aceptó el reto de la historiografía, que clamaba por un Bolívar genuino y
autóctono. Por ello, acudió a Sarmiento: "Bolívar es todavía un cuento forjado sobre
datos inciertos. Al héroe verdadero no lo conoce aún el mundo. Es muy probable que
cuando lo traduzcan al idioma propio, con decorados y trajes americanos, aparezca
más sorprendente y genial".12 Le pareció, entonces, que Rodó había puesto las cosas
en su sitio, cuando ubicó a Bolívar como actor entre las "montoneras cerriles". Álzate
profundizará estas hipótesis extraídas de sus paradigmas. Pondrá a Bolívar en la
geografía política de los Llanos: "Allí adquirió el hábito de la autoridad como gobernador
de greyes [...] El jefe de clan, que sobrepuja a los demás en virtudes y fortalezas, lo
gobierna patriarcalmente, con enteriza voluntad de mando". 13 Hay, pues, un rescate
del caudillismo, de su función social, que, al parecer, tendría vigencia en Colombia.
Más que del redescubrimiento del Libertador, se trata de una adecuación funcional a
los intereses de su sensibilidad política e ideológica que, por cierto, no estaban lejanos,
ni podían estarlo, del pensamiento real del paradigmático personaje. "En Simón
Bolívar hay un ciudadano por origen y formación mental, pero el subsuelo telúrico
de su ser lo empuja hacia el agro. Como participa interiormente de la índole de
ambas, logra conciliar y reunir las dos vertientes complementarias de la revolución
—ciudad y campo, conciencia y fuerza, claros raciocinios y pasiones feroces— bajo
su comando. Por eso fue el Libertador",14 escribía Álzate, como si estuviera explicando
las tesis de la Acción Nacionalista Popular. Y era que la parábola bolivariana le
servía de pies a cabeza. La búsqueda de algo propio, producto de las condiciones
particulares que habían apasionado a Bolívar, le permitía persuadir a destinatarios
y contradestinatarios de su mensaje, de que en ese paradigma estaba lo que buscaba
y no en los nacionalismos totalitarios de la época. Así, escribió:
No necesitamos introducir ninguna tesis de los movimientos contrarrevolucionarios de ultramar,
porque en Bolívar están todos los ingredientes para formar el Estado nuevo, si se exceptúa el
régimen corporativo de la economía, ya que el dramático conflicto entre capital y trabajo sólo
se ha agudizado en los umbrales de este siglo, cuando los fenómenos sociales demuestran que
la libre concurrencia es una prima otorgada a los más fuertes. El corporativismo organiza las
clases económicas al servicio del interés nacional. No lucha de clases, sino colaboración de
clases. Solución fascista, pero también tesis social-católica. 15
Álzate escribió su texto en la coyuntura 1937-1938, divorciado del Partido Conservador,
organizando y acuerpando la ANP como un movimiento que debía erigirse sobre las
ruinas de los partidos, que justamente habían dividido a los colombianos en dos
modos de concebir las cosas. Era en ese momento cuando José Antonio Primo de
17
Álzate Avendaño, Gilberto. Obras selectas.... p. 4.
Ibid., p. 5.
Ibid.
' I b i d . p. 20.
77
4
440 El porvenir del pasado
Rivera, antipartido por excelencia, podía entrar de cuerpo entero y coincidir con la
prédica nacionalista, y no antes, cuando Álzate hablaba desde el Partido Conservador.
Pero las críticas duras y contundentes que se le hacía al nacionalismo colombiano
por importar el totalitarismo de la derecha occidental impedía que el pensamiento
del ideólogo ibérico calara con sosiego; en cambio, Bolívar fluía con porvenir: "En el
Libertador —decía Álzate—, aparece por primera vez un sentido total de la Nación,
defendida en su plenitud interior contra el movimiento centrífugo de los partidos". 16
Ese Bolívar, que quería construir naciones por encima de las parcialidades políticas,
y que pensaba que no bastaba decretar para crear, es el que Álzate estaba
redescubriendo. El joven dirigente se colocó por encima de las agrias polémicas
entabladas por los Leopardos, décadas atrás, contra Vasconcelos. Al contrario de sus
copartidarios en esos momentos, compartía con el intelectual mexicano su concepción
de la raza cósmica. Además, revivía los temas de las discusiones de tiempos recientes
y lejanos, que sólo sus lectores y escuchas sabían y podían recordar, ubicar e incorporar
a la interpretación. Así, Bolívar, a diferencia de Laureano Gómez, no juzgaba ineptos
para una cultura superior y sofisticada a los países ecuatoriales, antes bien, en ese
sentido era optimista: "sentía en cuerpo y alma la potencia germinal del trópico.
Estaba seguro de que una nueva sociedad se incubaba en su violento marco físico,
entre los grandes ríos, las llanuras cálidas, los valiosos contrafuertes y la selva
alucinada y sagrada", 17 escribía. El mesianismo característico de la sensibilidad
leoparda lo veía Álzate en el Bolívar que estudiaba, y también encontraba allí los
componentes del corporativismo. Su concepción de la democracia la identificó en
Bolívar, un demonio que defendía a los de abajo contra las oligarquías parlamentarias.
Desde entonces, Álzate invitó a pensar en los conceptos que se usaban sin significado
preciso. Lo mismo se confesaban demócratas los regímenes soviético, francés o inglés
que los totalitarios. En el fondo, Álzate defendía la versión totalitaria de la democracia,
en la cual el héroe encarnaba la expresión y las ansias populares; por eso, sostenía
que Alemania, Italia y Portugal eran países democráticos. En ellos reinaba una
especie de nuevo cesarismo, en donde el César dirigía la democracia. Y sostenía
Álzate su postura, como siempre acostumbraba a hacerlo, basándose en una literatura
de procedencia contraria a la de sus paradigmas, como en este caso, en el que apeló
a Georges Roux, un intelectual republicano. Le interesaba fundamentar un héroe
antiparlamentario, providencial, que hubiera construido lazos extrarracionales con
el pueblo, un héroe espiritual, siguiendo la clasificación de Unamuno, alejado del
intelectual propiamente dicho, pero ligado a los hombres naturales, es decir, a las
masas. "El intelectual a secas, una clase media de la cultura, está provisto de
imágenes, plasmas y fórmulas rígidas, que lo inhiben para servir de intermediario
entre el espíritu y la naturaleza, porque se interpone el artificio de los sistemas", 18
escribía. Pensaba que Bolívar, desconfiado de las constituciones escritas, había intuido
esto. Sostuvo en su ensayo que los procesos políticos eran de naturaleza psicológica"•
"Unas cuantas palabras elementales y anodinas pueden inflamar el corazón combustible de las muchedumbres y determinar una mitología popular, mejor que la
más armoniosa doctrina, porque la política se nutre de sentimientos. Las ideas influyen
cuando se cargan de potencia emotiva". 19 El líder nacionalista, a lo mejor, consciente
de la situación material en que vivía la gente común de su época, pensaba, ante todo,
en el aspecto subjetivo de los procesos históricos. Para él, lo importante era apuntalar
su concepción del héroe necesario. El liderazgo totalitario de derecha reinante en
Ibid. p. 21.
Ibid.. p. 9.
Ibid.. p 14.
7
' Ibid.
7
4
El porvenir del pasado 441
Europa occidental era el pertinente, lo decía, las más de las veces, eufemísticamente,
quizás por la polémica desgastadora que estaba implicando reconocerse fascista en
la coyuntura de 1938. Esta vez, comparte a Vallenilla Lanz de cuerpo entero. Como
este, cree que la ley bolivariana es una constante política y necesaria en el continente:
"Solamente cuando prevalece la ley bobvariana estas naciones logran equilibrio pobtico
y fecundo sosiego",20 anota. Comparte también el pensamiento de Francisco García
Calderón, cuando declaraba que la historia de las repúblicas latinoamericanas era la
biografía de hombres representativos que encarnaban el querer de las mayorías.
Álzate encuentra en el presidencialismo colombiano aplicación de la ley bolivariana,
que constituye un avance en caso de que el nacionalismo llegara al poder:
El Presidente colombiano es un dictador legal, aun sin el refuerzo de las facultades extraordinarias.
En línea vertical nombra y remueve a los funcionarios del Estado, pues no existe un escalafón
administrativo estable. Distribuye privilegios financieros, contratos de vías públicas y concesiones
sobre el subsuelo. Es constitucionalmente el comandante de los ejércitos de mar, tierra y aire.
Maneja las relaciones exteriores sin consultar a las cámaras. Puede turbar el orden público a su
antojo, suspendiendo el vigor del estatuto jurídico, sin salirse de la legalidad. Sus ministros no
e s t á n expuestos al veto p a r l a m e n t a r i o . Tiene derecho a convocar e x t r a o r d i n a r i a m e n t e al
Congreso y está facultado para objetar las leyes. Por tiempos, si hay crisis económicas, un
conflicto político de magnitud, una tensión internacional o u n pretexto cualquiera, se hace
investir de prerrogativas discrecionales. Así el reparto funcional del Estado en tres órdenes es
apenas un simulacro. Aunque el ejercicio de la soberanía se distribuya nominativamente entre
ellos, el ejecutivo ocupa el vértice del poder, con los máximos tributos. No hay más protagonista
que el Presidente en el escenario. El Parlamento, al fondo, actúa como una comparsa. 21
En Colombia la ley bolivariana existía, la hegemonía conservadora, entonces, no la
había aplicado y estaba presta a su uso. "La república —decía— sólo adquiere vuelco
vital cuando sobreviene el caudillo eficaz, con alamares castrenses o atuendo civil".22
En ese marco habían gobernado Mosquera, Núñez, Reyes y Ospina.
Hablando en nombre del nacionalismo popular, decía Álzate que su objetivo, lo mismo
que el de su generación, era Uamar a las cosas por su nombre y desmontar la fraseología
superpuesta, para que el país se conociera a sí mismo, en su faz auténtica, sin
metáforas y circunloquios; para que el país se pusiera en claro consigo mismo. Creía
que este comportamiento se debía a la mentalidad abogadil de los colombianos, un
legado psicológico de la hipocresía granadina. Sostenía que en Colombia andaban en
pugna el país legal y el país real. De tal manera que el Bolívar que los colombianos
conocían era un Libertador embalsamado, con mortaja neogranadina e imágenes
postizas. Su nacionalismo popular, entonces, se proponía sacarlo de su "yerto
catafalco", para que recorriera de nuevo "la vía de su pasión, atravesando el corazón
de estos pueblos".23
La generación de la sensibilidad leoparda se proponía como tarea, y así se lo hizo
saber Álzate a quienes lo escuchaban, una "revancha postuma": continuar la obra
inconclusa y rota de Bolívar organizando a Colombia a imagen y semejanza de los
sueños que había tenido el Libertador. "Todos los campeadores de alcurnia genial
ganan estas victorias históricas después de muertos", 24 señalaba. El pensamiento
bobvariano constituía un yacimiento en donde se encontraban los que serían "gérmenes
vivos para la grandeza de la nacionalidad". No era Colombia, como pensaba Alfonso
"Ibid..
47
Ibid..
12
Ibid..
-" Ibid.
'-'' Ibid..
p. 15.
p. 16.
p 17.
p, 19.
442 El porvenir del pasado
López, un país descollante, ahora que él estaba en el Gobierno. Sólo con Bolívar el
país había tenido su única época cenital,
[...] cuando los ejércitos grancolombianos, realizaban homéricas empresas por el continente, y
Bolívar era arbitro entre los pueblos, obedientes a su voluntad imperial. Eran tiempos de
cíclopes, en que desde esta esquina territorial de América se podía pensar continentalmente,
con grandes magnitudes históricas. El Libertador, lo mismo promovía el congreso de Panamá
p a r a fundar un derecho americano, que proyectaba la federación de los Andes, como una
constelación política con Colombia en el centro. 25
En cambio, habían sido distintas las cosas después de su muerte: "Donde dejó una
potente nación, hoy existen cuatro repúbbcas diminutas, recelosas y hostiles".26 Y seguían
siendo peores las cosas en 1938, cuando no existía, siquiera, una política internacional.
Así, el líder de la ANP creía haber redescubierto a Bolívar. Por lo menos, su análisis
del pensamiento del Libertador le había permitido poner en claro tópicos claves de la
polémica en que el nacionalismo estaba inmerso: 1. No eran los nacionalistas quienes
importaban teorías y posturas! la "democracia inorgánica", es decir, la de los partidos
pobticos tradicionales colombianos, era una invención, un plagio histórico y la tradición
indígena que sustentaba la clase dirigente del país, una superstición importada; 2.
En cambio, el nacionalismo colombiano era más original al basar su pensamiento en
Simón Bolívar; 3. El tiempo pasado influía sobre el presente y este sobre aquel,
animándolo y aclarándolo; 4. El pensamiento político del Libertador y la doctrina
social de la Iglesia constituían los manantiales ideológicos de que se nutría la ANP.
"Una pausa", fue el titular del editorial de La Patria que saludó el discurso de
posesión del nuevo Presidente. Al periódico nacionalista le gustó el tono y el
distanciamiento que tomó desde un principio Santos respecto del Gobierno y del
"extravagante" estilo de López Pumarejo. Salvo el nombre de Carlos Lozano en el
Ministerio de Gobierno, los demás le parecieron señal de buenos augurios. 27 El Siglo
también se congratuló: "Porque sería inútil desconocer que hay muchas esperanzas
fincadas en el doctor Eduardo Santos para la enmienda varonil de los múltiples
yerros cometidos por su antecesor en el Gobierno".28
El P r i m e r Congreso Obrero Nacional Católico
y la Acción Nacionalista Popular.
En el marco del cuarto centenario de la fundación de Bogotá, las calles de la ciudad
fueron empapeladas con carteles que rezaban: "Primer Congreso de la Juventud
Obrera Católica; por el retorno a Cristo y por un orden social nuevo".29 Se trataba del
primer congreso nacional de las juventudes obreras y campesinas, que sesionó en la
capital entre el 12 y el 15 de agosto. El evento fue organizado en la Universidad
Javeriana por la Juventud Obrera Católica del Centro Yocista adscrito a la comunidad
jesuíta. 30 Exaltando a Cristo como obrero, el Congreso abordó la cuestión social, la
familia y el trabajo de la mujer, y presentó a los obreros el corporativismo como
alternativa frente el comunismo.
"' Ibid.
• ibid.
7
Véase La Patria, agosto 9 de 1938. p. 3,
" Eí Siglo, agosto 8 de 1938, p. 4.
' Ibid.. agosto 15 de 1938, p. 4.
La juventud yocista fue creada en 1933 por Luis Murcia. Proveniente de una tradición jesuíta, esta organización fue una imitación de
los movimientos yocistas europeos que incorporaban los postulados del corporativismo y de la Doctrina Social de la Iglesia. Ante la
temida amenaza comunista, el movimiento yocista elaboró una plataforma doctrinal dirigida a satisfacer las necesidades de campesinos,
obreros, y empleados no cualificados, para clamar por la organización sindical. El yocismo adoptó una organización militar jerárquica
y la simbología del fascismo internacional. En 1938, el yocismo contaba en Colombia con los semanarios El Trabajo y El Bien Social
El porvenir del pasado 443
El conservatismo estaba implicado en la marcha del Congreso. Las páginas de El
Siglo cubrieron con generosidad las deliberaciones. Para los conservadores, apoyar
el Congreso significaba evitar que los jóvenes alb convocados cayeran bajo la influencia
de la ANP.
El 14 de agosto, en horas de la noche, el yocismo, en desfile de antorchas por las
principales calles de Bogotá, hizo una demostración de su adopción de la simbología
fascista: brazo en alto, que los manifestantes mezclaban con himnos, vivas a Cristo
Rey y a la religión católica. Los trabajadores iban en correcta y disciplinada formación
de seis en fondo, uniformados de pantalón negro, camisa blanca y boina negra. De
un momento a otro, los yocistas fueron atacados por miembros de la juventud
comunista, por trabajadores del Diario Nacional y por agentes de la policía, que
vivaban a López Pumarejo. Los enfrentamientos dejaron un saldo de treinta heridos.
El 15 de agosto, en el acto de cierre del Congreso en el Circo de Santa María, el
yocismo demostró de nuevo su disciplina militar: formaciones, himnos, marchas y
uniformes, estuvieron presentes. El arzobispo González Arbeláez proclamó la grandeza
de la doctrina social católica y lanzó la Plataforma Económico-Social de la Juventud
Obrera Católica, en la cual se lee: "La solución del problema social descansa en la
realización plena del cristianismo mediante la organización de un nuevo orden social
fundado sobre los principios del catolicismo social que el yocismo profesa".31
Se trataba de un amplio programa que abarcaba desde el problema del alcoholismo
hasta el control por parte del Estado de la información y de los sitios que frecuentaban
los trabajadores; la defensa de una educación integral; ascenso social para los
trabajadores; la legislación laboral; un programa de prevención de accidentes; y
recreación para los obreros católicos.
El 12 de agosto de 1938, dirigido por Alberto Lleras Camargo, salió la primera
edición de El Liberal, expresión de la corriente lopista en el liberalismo. De este
diario provino la crítica al despliegue del yocismo : "Pretenden edificar una nueva
Colombia sobre las bases de la juventud católica y la organización nacionalista", 32
tituló El Liberal, que cuestionó al yocismo y a la Acción Nacionalista Popular no
por la difusión del pensamiento corporativista que realizaban, sino por la
estructuración militarista que las conformaban. El periódico recordó, en este sentido,
el papel que venía desempeñando monseñor J u a n Manuel González Arbeláez desde
1933 con la formación de los sindicatos católicos: "En todos los campos, a todas
horas y con cualquier pretexto, se organizan escuadrones religiosos de sentido político
y algunos con carácter paramilitar", 33 señalaba el periódico. Sobre el yocismo, el
diario liberal dijo:
Todos los jóvenes que pertenecen a aquella institución se preparan cuidadosamente para el
ataque y la defensa por medio de prácticas militares, de ju-jist, esgrima, etc. Una prueba de esto
es el hecho de que al lado del desfile de antorchas de los yocistas desfilaba una brigada de choque
encargada de hacer guardar el orden y de castigar a aquellas personas que de alguna manera
expresaran su descontento por la demostración de la fuerza de que hacían gala los desfilantes. 34
Sobre la Acción Nacionalista Popular, agregó: "En el lugar donde más intensificación
ha tenido la actividad derechista es en Caldas. Por medio de concentraciones de
masas derechistas sucesivas en las principales poblaciones del departamento se
77
El Siglo, agosto 15 de 1938. p. 4.
El Liberal, agosto 16 de 1938. p. 14.
" Ibid.
'• Ibid.
74
:
444 El porvenir del pasado
redobla cada día la propaganda". 30 El Liberal reseñó con preocupación la evolución
de los jóvenes nacionalistas desde el sentido republicano de la democracia hacia un
aspecto militarista que actuaba dentro de ella. Los nacionalistas habían incorporado
el discurso y las tácticas militaristas a sus filas, como anotó el diario lopista :
Los jóvenes de la derecha nacionalistas eran conservadores distinguidos y más bien demócratas.
Llegaron a tener en un momento la dirección de la comunidad en sus manos, pero fueron
arrojados de ella porque estaban realizando el programa que meses más tarde habría de
emprender con todo el ardor de un descubrimiento el que así los estigmatizaba. Esos jóvenes
conservadores no quisieron correr la contingencia de ser despreciados como insurgentes dentro
de la tradicional colectividad. Y se lanzaron a la empresa de crear un partido nuevo, que tiene
de nuevo en Colombia el brazo extendido, la l i t e r a t u r a grecolatina, el nombre de las
manifestaciones que se llaman concentraciones, y, en general, la nomenclatura de los antiguos
comités, juntas políticas, directorios, que ahora son comandos, brigadas de choque, célula, etc. 36
Las actividades del yocismo estaban en concordancia con las de la sensibibdad leoparda.
A finales de agosto, el sacerdote Félix Restrepo pronunció en Buga la conferencia
"Corporativismo gremial y corporativismo sindical", reseñada así en La Patria: "La
conferencia del padre Félix Restrepo sobre el Estado corporativo, es, por así decirlo, la
armadura del programa nacionabsta que nosotros preconizamos para Colombia. Nadie
ha interpretado en forma tan exacta nuestras ideas. Nosotros recomendamos
especialmente su lectura y difusión a todos los comandos del país".37 El acercamiento
programático corporativista de los nacionalistas con el yocismo se extendió hasta la
campaña electoral de marzo de 1939. De ahí que no resulte extraño la invitación que el
23 de noviembre de 1938 hizo La Patria:
Hoy a las 6 de la tarde, el gran orador sagrado presbítero Félix Restrepo S. J., dictará por los
micrófonos de La Voz de Colombia una trascendental conferencia, la cual versará sobre el
palpitante tema : 'Corporativismo y democracia'. Esperamos que todos los receptores sintonicen
La Voz de Colombia para escuchar la voz erudita de uno de los más destacados miembros del
clero colombiano. 38
La conferencia, que le servía al sacerdote para ingresar a la Academia de Jurisprudencia
de Bogotá, produjo un telegrama de adhesión expresa del nacionabsmo ; "Su conferencia
es la afortunada síntesis de nuestras aspiraciones nacionalistas. Cordialmente
saludárnoslo. Silvio Villegas, Fernando Londoño Londoño, Gilberto Álzate Avendaño,
Arturo Arango Uribe, Antonio Alvarez Restrepo".39 Este mismo día, en las páginas
interiores de La Patria se publicó, junto al texto de la conferencia del padre Félix
Restrepo, el insigne editorial-programa "Germinal" de Silvio Villegas, que acogía la
sensibibdad leoparda, para que los lectores tuvieran oportunidad de comparar y reafirmar
los postulados nacionalistas. 40
C a m p a ñ a electoral del nacionalismo en los finales de 1938.
Mientras avanzó el Primer Congreso de Obreros Católicos, los nacionalistas
continuaron su campaña. El 12 de agosto, Silvio Villegas y Joaquín Estrada Monsalve
estuvieron en Manzanares. Villegas expuso ante la población conservadora de la
localidad que la "nueva Colombia" se fundamentaba en el falangismo y en el
pensamiento bolivariano. Así mismo, el director de La Patria tomó el juramento de
77
Ibid.
"' Ibid.. septiembre 1° de 1938. p. 5
77
La Patria, noviembre 23 de 1938, p. 1.
•4 Ibid.. p. 1.
74
Ibid.. diciembre 3 de 1938. p. 1.
171
Ibid.. pp. 5. 6 y 8,
El porvenir del pasado 445
lealtad a las masas nacionalistas. Al otro día, Estrada y Villegas, en compañía de
Néstor Ramírez Vélez, se dirigieron a Pensilvania. La acogida de la gente en estas
poblaciones produjo la sensación en los nacionalistas de haber conquistado el oriente
del departamento: "Manzanares es hoy nuestra más erguida fortaleza en el oriente
de Caldas. Pensilvania es en el oriente del departamento, como Pacora en el norte, el
cuartel general de las derechas. Pensilvania es una falange nacionalista compacta
como un proyectil".41 El 15 de agosto, Fernando Londoño Londoño, Jorge Mejía Palacio
y Jesús Giraldo presidieron la concentración nacionalista de Balboa. El 21 de agosto,
Silvio Villegas, Jorge Mejía Palacio, Hernán Jaramillo Ocampo y Elias Salazar García
estuvieron en Palestina llevando el mensaje nacionalista.
Una de las manifestaciones más importantes de la región se desarrolló en Armenia
el 28 de agosto. Por tratarse de la segunda ciudad del departamento, los dirigentes
locales, encabezados por Joaquín Estrada Monsalve, le prestaron especial atención a
su organización. Estaban presentes delegaciones de todo Caldas. Del Valle concurrieron
nacionalistas de Caicedonia, Roldanillo, Sevilla y Cerrito, entre otros municipios.
Hubo palabras de encomio para el habitante de la región quindiana. Hernán Jaramillo
Ocampo expresó:
La manifestación que se verifica hoy en Armenia, tiene los perfiles de una cruzada. Sede del
Quindío pujante y agrícola, donde la riqueza se ha creado no sobre el crepitar férreo de las
fábricas, sino sobre la tierra y con un paisaje de montañas, Armenia es el símbolo de la raza
en su labor de cultivo. El Quindío es la mejor parcela económica de Caldas, y lo mejor de la
raza antioqueña sentó allí sus reales para demostrarle a la historia, que la riqueza es una
labor del hombre y no un caso fortuito. Cada capitán de vereda reconstruye en su vida la
epopeya colonizadora y entrega a sus hijos el legado justísimo de su honorabilidad y limpieza.
El Quindío sólo ambiciona u n a t r e g u a en las l u c h a s s e c t a r i a s . L i b e r a l e s y a p e n i n o s ,
conservadores y nacionalistas rompen sus lanzas guerreras, sus apetitos de venganza cuando
se t r a t a de salvar la heredad, y fortalecer el porvenir de su comarca. El nacionalismo está
más allá de los partidos políticos. Si su esfuerzo proselitista se circunscribiera a predicar los
viejos odios, y a recrudecer las pasiones de fin de siglo, su papel como fuerza nacional estaría
limitado por las cercas tradicionales, por los rótulos que aún tienen sonoridades sangrientas
e incitan al duelo y a la muerte."12
Hacia las once de la mañana ingresó a la ciudad la plana mayor del Alto Comando
Nacionalista de Caldas: Silvio Villegas, Gilberto Álzate Avendaño, Fernando Londoño
Londoño, Antonio Alvarez Restrepo y Arturo Arango Uribe, quienes iban acompañados
por Hernán Jaramillo Ocampo, Jorge Mejía Palacio, Arturo Cardona Jaramillo y
Bernardo Zapata. Los invitados se estacionaron en la Plaza de Bolívar, la cual estaba
decorada con carteles de adhesión y propaganda nacionalista de los comandos
municipales presentes, que así decían: "No más odios políticos; Colombia sobre los
partidos", "El poder, el poder, todo el poder", "Por Cristo, por Bolívar, por Colombia",
"Filandia presente", "Circasia firme", "Pereira firme", "Calarcá firme", "Montenegro
presente". 43 Desde los balcones del Hotel Imperial, sitio donde se habían instalado los
micrófonos de La Voz de Armenia, Antonio Alvarez Restrepo empezó la serie de
discursos nacionalistas. Lo siguieron, en su orden, Fernando Londoño, Jorge Mejía
Palacio y Silvio Villegas, quienes expusieron los fundamentos del nacionalismo
colombiano. El evento llegó a su máximo furor cuando Villegas tomó el juramento
nacionalista de las masas que abarrotaron la Plaza de Bolívar.44
77
Ibid..
Ibid.
"Ibid..
77
Ibid..
12
agosto
agosto
agosto
agosto
13 de
28 de
29 de
31 de
1938. p. 3.
1938, p. 3.
19.38, p. 4,
1938. p. 5.
446 El porvenir del pasado
Las actividades nacionalistas prosiguieron sin pausa durante septiembre. El día 4,
Silvio Villegas, Joaquín Estrada Monsalve, Jorge Mejía Palacio y Hernán Jaramillo
Ocampo presidieron la concentración nacionalista de Marsella, donde tomaron el
juramento nacionalista a los asistentes. El 11 y el 18, Villegas y Estrada Monsalve
dirigieron las manifestaciones de la ANP en Santuario y Quimbaya. El 22, el Comando
Nacionabsta del Cauca, presidido por Ebas Salazar García, concurrió a una concentración
nacionalista en Piendamó. Dos días después, Vülegas y Londoño Londoño estuvieron en
Timbío. La intensidad prosebtista de septiembre culminó con concentraciones presididas
por Villegas y Ovidio Rincón en Risaralda, Guática y Anserma.
La Acción Nacionalista Popular se consolidaba como un partido político en expansión.
El 29 de septiembre, La Patria publicó un informe sobre el desarrollo del movimiento
nacionalista en todo el país. En Antioquia, los nacionalistas se lamentaron de no
tener un comando departamental con el mismo vigor del caldense. En aquel
departamento, los líderes nacionalistas descollaban por su intenso trabajo intelectual,
pero carecían de la mística en el contacto popular que existía en Caldas. Contaban
con tres publicaciones periódicas: La Tradición, dirigida por Félix Ángel Vallejo y
Abel Naranjo Villegas; Avance, semanario de los estudiantes universitarios; y Legión
Femenina, revista que dirigía Graciela Escobar. En Popayán, los estudiantes
nacionalistas de la Universidad del Cauca mantuvieron la organización de la Acción
Nacionalista Popular en el departamento.
La Patria informó también sobre el desarrollo de la Acción Nacionalista Popular en
los departamentos de la Costa Atlántica, región en la cual la expansión nacionalista
tuvo menor despliegue que el de sus pares del occidente del país. En el Magdalena,
en la mayoría de los municipios se organizaron comandos locales. 45 En el Atlántico,
el Comando Departamental estaba en cabeza de Armando Zabaraín y Juan J. Vásquez.
En Bolívar, la Acción Nacionalista Popular era más reciente. Sus núcleos de apoyo
se encontraban en la universidad y contó con la colaboración de Alfonso Amado Claros,
Marcos García B. y Tomás Osorio.46
En octubre continuó la campaña sin pausa. Los dirigentes estuvieron hablando,
organizando, instalando comandos, tomando juramentos y repartiendo carnés en
Circasia, Salento, Pijao, Marulanda, Caicedonia y Sevilla. En noviembre visitaron
Córdoba, Calarcá, Pueblo Rico, La Dorada, Victoria, SamanáyMarquetaba. Finalmente,
el nacionalismo se consolidó con la creación de nuevos órganos: El Nacionabsta,
revista surgida en Bogotá el 5 de agosto; Lucha, semanario manizalita dirigido por
Ernesto Castaño Giraldo, aparecido a comienzos de octubre de 1938; y Amanecer,
semanario payanes dirigido por César Garrido, en circulación desde diciembre de 1938.
Los nacionalistas p e r m a n e c e n
en el G r a n Consejo Electoral (GCE).
Laureano Gómez exigió al Gobierno Nacional el ingreso del conservatismo al Gran
Consejo Electoral. Sin embargo, como ya hemos señalado en capítulos anteriores, los
tres espacios destinados para el conservatismo fueron ocupados en junio de 1937 por
líderes contrarios al laureanismo: Silvio Villegas, Fernando Gómez Martínez y
l7>
El Comando Departamental estaba dirigido por Pablo Torregoza Pérez, .losé Constante Bolaños, Néstor Serge y Máximo Visbal.
"• La Patria, septiembre 29 de 1938. p. 8.
El porvenir del pasado 447
Primitivo Crespo. Quince meses después, tales espacios estaban distribuidos así:
Silvio Villegas, nacionalista; Fernando Gómez Martínez, conservador autónomo; y
Primitivo Crespo, laureanista en ese momento. Laureano Gómez quería reconquistar
todos los cupos para su corriente, razón por la cual argumentó que Gómez Martínez
y Villegas no representaban al conservatismo. Así, los nacionalistas, incluyendo al
director de El Colombiano, quedaron desautorizados para participar en las reuniones
del Gran Consejo Electoral, que habrían de celebrarse a comienzos de octubre. Gómez
Martínez dejó en claro que él nunca había sido nacionalista y que, por el contrario,
había seguido dentro del conservatismo manteniendo una posición autónoma y
pregonando una reforma interna:
Lo que sí pienso es que el Partido Conservador debe remozar más sus programas, como lo está
haciendo, porque, con la mentalidad antigua se estaba pareciendo demasiado al antiguo Partido
Liberal. Cosa que no he hecho, ni haré quizás, es agraviar como agravian otros a los conmilitones
de ayer, a esos viejos amigos con quienes me ligan caros afectos y a quienes quiero ver
reintegrados un día a las viejas toldas conservadoras, ya que son unas mismas, como lo expresó
fielmente Guillermo Valencia, las bases filosóficas de su pensamiento y el nuestro. 47
No obstante los reparos de Laureano Gómez, los líderes nacionalistas asistieron al
Gran Consejo Electoral a defender a su nuevo partido. El 29 de septiembre llegó a
Bogotá Gilberto Álzate Avendaño, y se reunió con el ministro de gobierno, con quien
conversó sobre la expansión del nacionalismo y los problemas electorales. Laureano
Gómez señaló que si no se seguían irrestrictamente sus recomendaciones ante el
GCE, el Directorio Nacional Conservador decretaría la abstención electoral. 48
La presencia de los líderes nacionalistas en Bogotá sirvió para efectuar reuniones
entre nacionalistas de todo el país y conceder entrevistas a los medios. El 30 de
septiembre, Villegas y Álzate Avendaño se reunieron con Augusto Ramírez Moreno,
Eliseo Arango y Ernesto Martínez Capella, entre otros. Gilberto Álzate Avendaño,
por ejemplo, en entrevista a El Liberal el primero de octubre de 1938, defendió a la
ANP como un nuevo partido político, y dio razones para participar en las elecciones
y en los órganos del poder electoral:
Nosotros constituimos una nueva agrupación politica, exenta de complejidades con los viejos
partidos. Nada es común con ellos. Es absurdo que se nos catalogue como u n a disidencia
conservadora. Silvio en el Gran Consejo Electoral es el personero del movimiento. No representa
allí las viejas clientelas electorales. El clan de Gómez ha dicho torpemente que Silvio se está
abrogando la representación de la recua bovina de los notables. N a d a m á s inexacto. Los
partidos constituyen conglomerados voluntarios y no son entidades de derecho público, ni
categorías jurídicas, ni órganos constitucionales del poder. Las leyes no crean artificialmente
un conservatismo y un liberalismo con los cuales funciona la maquinaria política. Silvio actúa
en el Gran Consejo como ciudadano, simplemente, pero respaldado por la ingente fuerza
numérica de la Acción Nacionalista Popular. Sería estúpido suponer que quienes se separen de
los dos partidos históricos, se colocan en incapacidad legal de elegir, ser elegidos y escrutar.
Además, nosotros somos hoy los únicos portavoces de la oposición contra el régimen, porque
las mermadas huestes ortodoxas de los Gómez son políticamente un apéndice del Gobierno e
ideológicamente una sucursal del liberalismo. Programáticamente no existe diferencia entre
el apenismo y el laureanismo. 49
47
Diario del Pacifico, septiembre 29 de 1939, p. 4.
'-" El Liberal, septiembre 29 de 1938. p. S.
'" La Patria, octubre 2 de 1938, p. 2.
448 El porvenir del pasado
Por su lado, Villegas manifestó a El Espectador que los partidos políticos ya habían
cumplido su misión histórica y que era la hora del nacionalismo, el de la Acción
Nacionalista Popular, muy diferente al de las vertientes desarrolladas en países de
Europa:
Cuando nosotros invocamos un nacionalismo integral, suprimiendo los partidos políticos, no
tenemos que apelar a Roma o a Berlín, sino a los más vigorosos pensadores del continente. El
mayor flagelo de la América india han sido los bandos irreconciliables, que tejen su historia con
un hilo de púrpura. El nacionalismo en el nuevo mundo es el bautismo de la paz. Nosotros
aspiramos a que se nos combata por lo que decimos y no por lo que nuestros impugnadores
suponen que vamos a decir. No creemos que en el actual momento histórico el país necesite
una dictadura ni menos que pueda aspirarse a ella. La dictadura es la cirugía política, y como la
cirugía, es la solución de emergencia. El error viene de que la armadura de nuestro programa
es un régimen corporativo, pero ya han demostrado el padre Félix Restrepo y Abel Carbonell
que corporativismo no es dictadura. Oliveira Salazar no acepta la solución fascista ni la solución
hitlerista. Nosotros no aceptamos sino la solución colombiana. Dentro del régimen político y
económico la Constitución del 86, con todas sus modificaciones, no es posible resolver los
problemas sociales sino cediendo a la presión cada día mayor de los sindicatos, como se ha
venido haciendo en los últimos años, o resistiendo a pie firme, como las bananeras. Ambos
métodos despejan el camino a la violencia proletaria y a la lucha de clases. Por esto ha dicho
Mussolini que la democracia liberal es la a n t e s a l a histórica del comunismo. El régimen
corporativo armoniza los intereses de obreros y patrones, de trabajadores y capitalistas,
reemplazando el 'salario político' de los agitadores por el 'salario económico' de los constructores. 50
Finalmente, Villegas hizo un resumen de las actividades proselitistas por el occidente
del país : "Hemos recorrido ya veinticinco municipios, hablando en todas las plazas
públicas, aún en los sitios de mayor peligro, y apenas estamos empezando. Tenemos
ya organizados todos los comandos locales y hay municipios en los que tenemos
catorce comandos en las veredas". 51 Villegas señaló los derroteros para el futuro del
nacionalismo después de las elecciones: "Pasadas las elecciones de abril recorreremos
el país organizando los comandos departamentales que hacen falta. El oportunismo
dentro de muy poco tiempo será estar con nosotros". 52
Las presiones del conservatismo ante el Gran Consejo Electoral continuaron. Laureano
Gómez exigió a Gómez Martínez que votara junto a Primitivo Crespo por las listas
del Partido Conservador. En una actitud gallarda, Gómez Martínez señaló que
accedería con la condición de que el Directorio Nacional Conservador se retractara
de las acusaciones hechas a la anterior directiva conservadora. Así, el 3 de octubre,
se reunió el GCE con la asistencia de tres representantes conservadores y cinco
liberales. Se eligió como presidente a Pedro J u a n Navarro. Un día después, el GCE
sesionó para elegir a los consejeros departamentales. La minoría política, representada
en los conservadores y los nacionalistas, llegó fragmentada a la última reunión: el
conservatismo laureanista, encabezado por Crespo; el conservatismo doctrinal,
representado por Gómez Martínez; y el nacionalismo, dirigido por Villegas. Los
resultados finales mostraron como gran perdedor a Laureano Gómez. El Liberal
destacó que el nacionalismo había logrado doce consejeros,53 Gómez Martínez siete 54
y el laureanismo diez.55 La Patria, sumando los de Gómez Martínez, totalizó en
diecinueve los consejeros departamentales nacionalistas, y en once los de Laureano." 6
,77
Ibid. p. 3.
Ibid., p. 5,
"- Ibid.
77
Delegados en los departamentos de Atlántico, Bolívar, Caldas, Cauca, Huila, Magdalena. Santander. Norte de Santander, Tolima y la
intendencia de Chocó.
77
Delegados en Valle del Cauca. Boyacá, Caldas. Cauca, Huila, Magdalena. Nariño y Santander del Sur.
'"'Atlántico, Antioquia. Bolívar, Boyacá, Cundinamarca. Nariño, Santander del Norte. Tolima. Valle del Cauca y la intendencia de Chocó.
'* La Patria, octubre 5 de 1938, p. 1,
57
El porvenir del pasado 449
Los resultados desencadenaron el ataque endiablado de Laureano Gómez, que tildó a
Gómez Martínez de "traidor, personalista y apóstata". Así mismo, pidió a los consejeros
conservadores que r e n u n c i a r a n a sus puestos en los consejos electorales
departamentales, y amenazó con retornar a la abstención electoral. Alo que Álzate
Avendaño replicó: "Laureano Gómez no será capaz de contener a las masas para
evitar sus concurrencia a los próximos comicios".07 Finalmente, al doctor Laureano
Gómez le pasó la ira y no volvió a mencionar el retorno a la abstención.
La nueva mitología política y la configuración del alzatismo.
La campaña electoraí de 1939 será torrencial,
arrolladora, perentoria. No habrá peügro que
no estemos dispuestos a desafiar, ni obstáculo
que no nos sintamos capaces de vencer. El
nacionalismo p a r t i c i p a en la acción de la
naturaleza del relámpago. Con listas propias
iremos a las urnas, siguiendo la noble consigna
de José Antonio.1'6
El ágape nacionalista de principios de año.
A mediados de diciembre, una amplia delegación de derechistas bogotanos se trasladó
al departamento de Caldas con el fin de contribuir a la organización de la campaña
electoral del movimiento nacionalista. Ala cabeza de la comitiva estaba el secretario
general de la ANP, Rodrigo Jiménez Mejía, acompañado por Alfonso Muñoz Botero,
Carlos López García y Carlos Echeverri Herrera. Los líderes bogotanos se unirían a
una correría proselitista por la comarca. Jiménez declaró que irían a las elecciones
de marzo siguiente con listas propias, sin apelar a los nombres de ninguno de los dos
partidos tradicionales. Predijo, incluso, que en Caldas sacarían cuatro diputados,
dos representantes a la Cámara y un senador.
El Espectador divulgó el programa de la ANP, el mismo que había elaborado Jiménez,
que circulaba en folleto y que estaba ya publicado en Tradición y en Presente, la
página de la ANP que circulaba en el interior de El Colombiano. El documento fue
presentado por el diario capitalino como el programa electoral de la ANP.
Las celebraciones del final de año, y el advenimiento de 1939, estuvieron, para los
líderes nacionalistas, pasadas por la política. El primero de enero se organizó en las
horas de la tarde un "ágape nacionalista" en el casino de la ciudad, con asistencia de
los dirigentes de la amplia comarca del occidente colombiano. Estaban allí, entre
tantos, Rodrigo Jiménez Mejía, en representación del Alto Comando de la ANP, Elias
y Gustavo Salazar García, Rafael Lema Echeverri; había gente nueva, por ejemplo,
Jaime Sanz Hurtado, dirigente pereirano; y, por supuesto, asistía la plana mayor del
nacionalismo: Álzate Avendaño, Silvio Villegas, Antonio Alvarez Restrepo, Fernando
Londoño Londoño, todos recibidos por los asistentes con el brazo en alto. El denominado
"ágape nacionalista" abrió y cerró con la entonación del himno nacional seguido del
57
Ibid., p. 1.
" Ibid., enero 2 de 1939. p. 3.
450 El porvenir del pasado
de la Falange. Fue un derroche de la palabra: casi todos pronunciaron el discurso de
sus vidas, según anotaba el reportero. Sanz Hurtado avanzó la tesis nacionalista de
hacer de Colombia una potencia, "hacer de ella la primera nación de Sur América, en
industrias, explotación de materias primas y también en poderío militar". 59 Silvio
Villegas, que le dio a su intervención un tono mesiánico ("Me siento misionero de
Cristo y de Bolívar. Yo le contagiaré a la juventud y a las masas esta fiebre ardiente
por la salvación de Colombia que está quemando mi carne"), 6 " acudió a la memoria
de la independencia:
Nosotros somos herederos históricos de la generación libertadora. No estamos aquí para
continuar un siglo de errores políticos y de luchas fratricidas sino para agruparnos en torno a
la figura cesárea de Bolívar y prolongar sus hazañas inmortales. El héroe no es para nosotros
una figura estatuaria sino la revelación de las virtudes latentes de la raza. El Libertador es un
ejemplo, un estímulo."'
Las intervenciones fueron transmitidas por Radio Manizales y por la emisora Voces
de la Ciudad. El entusiasmo del primero de enero lo expresaban en vivas a Cristo, al
nacionalismo, a Colombia y a Bolívar. Todos, al unísono, gritaban "no al comunismo".
Para cerrar el acto de inicio de la campaña electoral de 1939, los asistentes escucharon
"Germinal", el editorial-programa de Silvio Villegas, juraron lealtad, sinceridad y
firmeza a Cristo, al nacionalismo, y a los destinos imperiales de América, y "salieron
a la calle, brazo vertical —como una espada— cantando el himno nacional, el himno
de la Falange española, vivando a Colombia una, grande y libre, y al generalísimo
Franco, caudillo de la hispanidad". 62 Dejó dicho Silvio Villegas que la participación
del nacionalismo en estas elecciones era apenas la primera etapa de un largo proceso:
"De las próximas elecciones no saldrá la nueva Colombia, ni allí está nuestro marco
[...] no constituyen sino un episodio de la gran lucha que nos espera", 63 manifestó.
Empezaba así el año, con entusiasmo desbordante, sin descanso, con una mística
política jamás vista en las formas de hacer la política en el siglo XX. 'Luis Yagarí'
escribía, por ejemplo, en su primera crónica del año: "No hay nada mejor que el gozo
de ser nacionalista. En mi vida hay dos recuerdos que se juntan: el día en que me
puse el primer chaleco y aquel en que me hice nacionalista. Es una alegría toráxica.
Lo primero que se advierte al tomar la nueva fe, es que el pecho se ensancha, se
crece el corazón".64
En amplia entrevista, Rodrigo Jiménez Mejía se refirió en La Patria a las elecciones
de 1939 y a los objetivos que perseguían los nacionalistas que participaron en ellas.
Posesionado de su nueva identidad, manifestó que, mientras los partidos tradicionales
entendían la política como una manera de reclutar votos para llegar a los cuerpos
legislativos y devengar grandes sueldos, ellos aprovecharían las elecciones para
difundir su doctrina por campos y veredas. Sostuvo que, en caso de tener éxito, sus
voceros en los cuerpos colegiados protestarían permanentemente contra los sistemas
legislativo y ejecutivo vigentes. Y agregó que si no lo tenían no importaba, pues
cuando las ideas nacionalistas primaran constituirían un congreso corporativo donde
estuvieran representados los intereses vitales del país. 65 Esta idea la compartía y
desarrollaba Silvio Villegas:
7
Ibid., p. 8,
Ibid., p. 3,
ibid,
7
Ibid., p. 2.
7
Ibid., p, 3.
7
Ibid.
7
Véase ibid
7
7
El porvenir del pasado 451
Para el nacionalismo las próximas elecciones son un espectáculo detestable al que concurrirá por
necesidad. Iremos a las urnas, que son un medio para establecer desde el gobierno conquistado
en la plaza pública la república autoritaria, corporativa y técnica. Un médico no puede renunciar
a salvar a un enfermo disculpándose en el mal olor de las llagas. El deber es más fuerte que las
ideas. Aceptamos los hechos cumplidos y aprovechamos los portillos que nos ofrecen la constitución
y las leyes. La diferencia fundamental entre nosotros, los nacionalistas, y los otros que llegan a
las elecciones, es que estos arriban a un fin y nosotros alcanzamos allí un medio.'7'1
En estas condiciones desarrolló la ANP su campaña electoral: recibiendo dardos del
sistema bipartidista. Los nacionalistas desarrollaron con intensidad su campaña en
cuatro departamentos: Caldas, Antioquia, Valle y Cauca, justamente la región
occidental, donde los nacionalistas tenían un trabajo acumulado de casi una década.
Pero existían comandos organizados y funcionando para la campaña en Barranquilla,
Cúcuta, Bucaramanga y Pasto; y en algunas ciudades de Cundinamarca y Boyacá
también los hubo. La campaña obligó a usar una nomenclatura distinta a la del
Partido Conservador: Comando, para los comités; Consejo General de Comandos o
Alto Consejo de Comandos, que cubría una representación mayor y que equivalía a
los directorios en los partidos tradicionales. Los dirigentes locales fueron llamados
capitanes de zona. Toda una nomenclatura militar importada de la Falange española.
La ANP se valió de su propia prensa, grande y pequeña. La primera estaba conformada
por La Patria y El Colombiano/ la pequeña por El Nacionalista, de Cali y de
Aguadas, entre otros. La radio fue bastante utilizada en Caldas, Antioquia y Valle,
donde emitían La Hora Nacionalista por distintas emisoras, como Radio Manizales,
y La Voz de Antioquia, Ecos de la Montaña y Voces de la Ciudad, de Medellín. Se
constituyeron también casas de la Falange y casas nacionalistas desde donde se
impartían las directrices. Los miembros de la ANP fueron carnetizados. Con ello se
lograba amarrar la militancia y, de paso, se conseguían recursos para la campaña.
El Comando Nacionalista de Caldas acudió a la conferencia radial como mecanismo
de propaganda por excelencia, en el cual eran expertos los nacionalistas. La oficina
de abogado de Gilberto Álzate Avendaño sirvió como base de operaciones. El joven
dirigente se sentía a gusto en el papel que le complacía desempeñar. Las conferencias
políticas serían los domingos, como era ya costumbre, y se transmitirían por Radio
Manizales. 67 Ante el activismo de los nacionalistas, el Directorio Conservador de
Caldas llamó a la ciudadanía caldense para que participara en las elecciones
respaldando al verdadero conservatismo. La Voz de Caldas atacó al nacionalismo
por el flanco más vulnerable: su imitación de los modelos totalitarios de Alemania e
Italia. En uno de sus editoriales leemos:
"jArmas a discreción!", les decimos nosotros a los conservadores para que marchen a la defensa
de las libertades públicas amenazadas, de la dignidad humana prostituida, del derecho individual
convertido en una añagaza, de la propiedad vuelta escombros, de la libertad de trabajo sometida
a la voluntad de un hombre, de la libertad de prensa estrangulada por la inquisición totalitarista,
de la libertad religiosa puesta debajo de la bota de un dictador que no tiene mas ética que su
omnímoda voluntad europea. "¡Armas a discreción!", decimos nosotros a los conservadores de
Caldas para que marchen a defender la vieja trinchera gloriosa: para que los neonacionalistas
les señalen el sitio que corresponde a los iscariotes, y para que cierren filas en torno a la
doctrina conservadora y coronen la próxima jornada electoral con la más estupenda victoria. 68
147
i b i d , enero 7 de 1939. p. 3.
El ciclo de conferencias se programó de la siguiente manera 7 8 de enero. Antonio Alvarez Restrepo y Hernán Álzate Avendaño: 15 de
enero, Gilberto Álzate Avendaño y Carlos López García: 22 de enero. Fernando Londoño Londoño y Alfonso Muñoz Botero: y 29 de
enero, Arturo Arango Uribe y Marco Álzate Avendaño
,7
" í.a Voz de Caldas, enero 3 de 1939. p. 7.
777
452 El porvenir del pasado
Curiosamente, la lucha política en este departamento no era entre liberales y
conservadores, y los términos de referencia eran más violentos entre conservadores
que entre las dos colectividades tradicionales. El oficialismo conservador les compitió
a los nacionalistas organizando también conferencias, que transmitían por la radio,
no los domingos como aquellos, sino los sábados en la tarde.
El ambiente caldense estaba así saturado de política. El 8 de enero, Silvio Villegas y
Gustavo Salazar García presidieron la concentración nacionalista de La Celia. Rodrigo
Jiménez Mejía y Carlos López García marcharon hacia Aranzazu, donde dirigieron la
congregación nacionalista. Ese mismo día, en Manizales, Hernán Álzate Avendaño y
Antonio Alvarez Retrepo dieron comienzo a las conferencias nacionalistas por Radio
Manizales. El 12 de enero, Fernando Londoño y Antonio Alvarez Restrepo presidieron
una reunión nacionalista en Manizales. El 15 de enero, Alfonso Muñoz Botero, Diego
Duque Botero y Arturo Arango Uribe presidieron la concentración en la vereda Alto
Bonito, mientras que Silvio Villegas y Jaime Sáenz se dirigieron a la vereda La Cabana,
ambas en jurisdicción de Manizales. El mismo día, le correspondió a Gilberto Álzate
Avendaño dirigirse a la población por los micrófonos de Radio Manizales.
"La revolución está a la derecha".
El h o m b r e p u e d e s e r definido como un
animal que recuerda. En la memoria reside
la eminencia de la especie. Las bestias no
a c u m u l a n historia, no a v a n z a n sobre sí
mismas, no a u m e n t a n su caudal instintivo.
Sin un sentido histórico, subsistiría el remoto
h a b i t a n t e de l a s c a v e r n a s . H a b r í a vidas
i n d i v i d u a l e s d e s p a r r a m a d a s , p e r o no un
destino ascendente de ¡a h u m a n i d a d sobre
el planeta. 69
Fue ese el título que escogió Álzate para su alocución. Como Canal Ramírez, el dirigente
nacionalista echó mano del concepto revolución, monopolio de la sensibilidad de
izquierda. Se trataba de labrar una nueva identidad, trabajar sobre nuevas
identidades, diferenciarse en este momento ya no sólo de los liberales, sino también
del viejo conservatismo. Para ello, reiteró posturas y tesis, construidas unas
individualmente y otras en colectivo, la mayoría ya expuestas de manera escrita y
oral. Consciente de tener en las masas conservadoras a su principal destinatario
positivo, confesó la saudade que le había implicado, a su comunidad ideológica,
renunciar al Partido Conservador:
No es posible negar que dejamos el vetusto caserón solariego con una áspera melancolía. Allí
nos quedaban pertinaces memorias [...] La ruptura nos produjo un desgarramiento interno,
un traumatismo sentimental, pero nos la imponía nuestro ideario misionero [...] Cada uno de
nosotros, en el confín insobornable de su espíritu, pudo decir aquella despedida final: 'Me voy,
como quien se desangra'. 7 "
1
La Paíría. enero 17 de 1939, p. 2.
Ibid.
El porvenir del pasado 453
Era esta la estrategia: mostrar que no había sido fácil salir de la casa paterna, que el
sacrificio había costado, y que no había sido por culpa de ellos el abandono del partido:
Antes del rompimiento definitivo, nosotros quisimos irrigar de savias vivas la reseca encina
h e g e m ó n i c a . Pero los notables apeninos, los sobrevivientes del diván republicano, los
demagogos en t r a m o n t o y la oscura galería de figurones que se hicieron fuertes en las
directivas, sabotearon nuestro designio con pretextos de homogeneidad doctrinaria. Nuestras
ideas n u e v a s e r a n decomisadas como mercancía de contrabando, así t u v i e r a n u n limpio
abolengo bolivariano o fluyesen de los m a n a n t i a l e s católicos. Nos asfixiaba una pesada
atmósfera de recelos seniles. La gerontocracia que explota a ese partido, se opuso a que le
l i m p i á r a m o s el orín y la carcoma. El conservatismo se hacía cada vez m á s yermo, m á s
estático, más enquistado en sus formas pretéritas. 7 1
Es muy posible que la crisis personal por la que estaba pasando el liderazgo nacionalista
la estuviesen viviendo sus seguidores y admiradores. Álzate se mostraba humano
como ellos. Leía, explicaba y se desahogaba:
Durante ocho años montamos guardia al pie de la bandera estrujada, acosando y devastando al
régimen [...] En 1930 encontramos unas masas en desbandada, un pardo montón de empleados
cesantes, los remanentes de un partido desmoralizado por la derrota y huérfano de conductores.
Con ellos improvisamos una milicia, un núcleo de resistencia, que se batía a intemperie contra
la nueva iniquidad [...] Para nosotros nunca hubo la resortada blandura de las curules, sino el
rudo tránsito por la plaza pública, jalonado de riesgos. No hemos vivido de la política sino para
ella. Desde nuestras mocedades la entendimos como un servicio, como un deber sin gozo, como
una vivencia tremenda. 7 2
La culpa de la caída del conservatismo, lo mismo que su comportamiento durante la
República Liberal, la tenía el republicanismo, que se había infiltrado en el partido
como una tendencia y costumbre: armisticio de las ideas, complicidad mental y
reparto burocrático. Esa manera republicana de concebir la política había contagiado
al Partido Conservador y lo había convertido en un liberalismo atemperado, en una
disidencia liberal. Álzate sostuvo también que ambos partidos tradicionales se
movieron en el pasado en la órbita de la Revolución Francesa, pero que, en cambio,
en ese momento, cuando las masas habían entrado en escena, desesperadas ante los
abusos de la libre concurrencia y la neutralidad del Estado abstencionista, los partidos
modernos se movían en ciclo de la Revolución Rusa.
Se necesitaba entonces un nuevo partido. Ellos, los nacionalistas, habían tratado de
adecuar el conservatismo a los nuevos tiempos, necesidades y condiciones, pero no
fueron comprendidos. Sólo la apelación popular podía entender, justificar y legitimar
una prédica, a todas luces, justa; traída del espíritu combativo del siglo XIX, pero
alejada de la ideología liberaloide de entonces. Y alejada también de la naturaleza
perversa de ese momento:
Los partidos son agencias de colocaciones para su respectiva clientela. Dentro de tan sórdida
disputa, el poder consiste en los empleos [...] No es posible que las gentes continúen matándose
por un cupo en la burocracia. El país necesita oráculos más altos que la vigencia fiscal. Es
preciso darles a los compatriotas grandes ideales, una voluntad trascendente de servicio, un
sentido de misión nacional, una fe histórica por la cual se pueda vivir y morir. En vez de
emborrachar a las masas con alcoholes sectarios, convocarlas bajo los tres colores de la bandera
para una expedición solidaria sobre el futuro. 73
77
777
77
Ibid.
Ibid.
Ibid.
454 El porvenir del pasado
El llamado era trascendental: "Sabemos que la sangre es el aceite que lubrica los
goznes del mundo. Nada se crea históricamente sin un sentido trágico de la vida.
Hay que parir con dolor. El nacionalismo restablece los conceptos de sacrificio, fatiga,
ofrenda y mérito".7'1
Creía Álzate en el mito, lo consideraba fundamental en y para la política. En él se
condensaba la voluntad colectiva a través de ideas-fuerza, síntesis y esquemas
mentales. Decía al respecto:
El mito es el pensamiento que se carga con un potencial de fe, la creencia militante, el concepto
o principio que abandona su limbo teórico para convertirse en una feraz evidencia del corazón.
Ninguna política, por vertebrada y sólida que sea su ideología puede realizarse sin que sus tesis
adquieran la sublimación política. Sólo así los programas, los lemas, los rótulos, albergados en
el yo profundo de las masas, tienen fuerza motriz para desencadenar los actos. 75
Al número ya abultado de programas debía sumarse la construcción de mitos que
amarraran la teoría a los sentimientos. Dijo Álzate en su intervención que el pueblo
no necesitaba solamente opiniones y que era indispensable un encuentro nupcial de
las ideas con los sentimientos para poder hacer grandes los acontecimientos históricos.
"La mentalidad popular se prende a las fórmulas simples, a las versiones esquemáticas
del pensamiento, pues ella procede por relámpagos intuitivos o representaciones
simbólicas". 76 Y, precisamente, en los movimientos y paradigmas que condenaba,
Álzate encontraba la justificación de sus argumentos. La Revolución Francesa y el
marxismo fueron posibles como fenómenos populares gracias a que sus ideólogos los
vincularon a los sentimientos de los pueblos. Pero las cosas debían cambiar 1 "Ahora
deben retirarse del servicio activo las grandes palabras míticas de la Revolución
Francesa, para dar curso a los nuevos vocablos representativos: orden, jerarquía,
disciplina, servicio, integración, gremio, justicia, estado, imperio. Sobre todo, Dios".77
Es decir, era necesaria una nueva mitología política.
"La tradición también fluye". En pro de un nuevo estilo.
Nuestro estilo literario participa de ese tenso
estado de espíritus. Es recogido como un puño,
sin aflojamientos ni molicies. Ama los verbos
duros y metálicos, los sustantivos que son como
cabezas de familias m e n t a l e s . Sobre todo,
aludiendo al signo profundo de esta tarea, está
repleto de todas ¡as voces que se refieren a
renacer, despertar, combatir, creer y crear.
Nuestra prosa —corno nuestro espíritu— se
encuentra transida de primaveras y vendimias,
anunciaciones y epifanías, oráculos y banderas.
En el toque de alborada se resume un sentido
matinal y marcial de ¡a vida.16
Ibid.
Ibid.
' Ibid.
Ibid.
Ibid
El porvenir del pasado 455
Álzate reiteraba y profundizaba sobre ideas ya esbozadas. Las presentaba maduras,
trabajadas, reflexionadas. Expuso, con amplitud y suficiencia, su concepción dialéctica
de la tradición: "Las formas se suceden. Unas nacen y otras mueren. Sólo quedan en
vigor algunos cimientos. Las raíces esenciales y fecundas. El único modo de conservar
la tradición es insertar en las nuevas condiciones del mundo, no su aparato externo,
sino su sustancia. Así ella renace". 79 Lo hacía para que no se pensara que él y su
movimiento constituían un tradicionalismo estancado: "Lo que importa es buscar
tiempo arriba la sabia germinativa del pasado, la esencia del acontecer histórico, el
genio nacional que se manifiesta a través del torrente de los hechos. La tradición
apenas se refiere a valores profundos, permanentes, intransferibles. Es la yema, sin
cascaras ni cortezas", 80 decía. Dándole un nuevo aliento a la tradición, la ofrecía
como transmisión, prosecución, y no inercia! y, en tal sentido, llamaba a inventariar
y deducir su pasivo. Decía:
La tradición va fluyendo. Es una esencia que se continúa y perdura sobre las formas perecederas.
No es una cisterna de aguas muertas. Tampoco se compone del aluvión de escorias que deja el
tiempo. Si así fuese, tendríamos un caos de tradiciones contradictorias, muiscas e hispanas,
chapetonas y criollas, revolucionarias y reaccionarias, estáticas y dinámicas, católicas y
anticlericales, pacíficas y guerreras, liberales y conservadoras. Un heterogéneo surtido de
ejemplos para justificar históricamente todos los extravíos. 81
Álzate reconocía dos tradiciones congruentes y vivas en el país, cuyas matrices habrían
de plasmar la historia nueva : el catolicismo y el pensamiento político del Libertador,
El primero debía servir como norma moral de conducta y como herramienta de
pacificación de las clases sociales; y el segundo "debería representar el destino mayor
de la República, potente y orgánica, frente al movimiento centrífugo de los partidos".82
En su intervención, Álzate se preocupó por transmitirle a la audiencia la necesidad
de un estilo propio de hacer política, de militar, de afrontar las adversidades. Anotaba
al respecto:
El estilo es más que una voluntad de forma, es la cruz plástica del carácter. Es la personalidad
en acción. Es nuestra actitud definitiva. Ante el universo, que irradia en las más grandes obras
y en los más triviales ademanes, comunicándoles un sello propio, un aire de familia, ese callado
ritmo que constituye la unidad vital. Cada política tiene su estilo, sus modos peculiares de
actuar y expresarse, que sirven como marca y contraseña. 83
Y ese estilo lo importaba el joven dirigente de la España nacionalista, de sus mártires:
José Antonio Primo de Rivera, de quien tomó y recomendó: "Tenemos que adoptar
ante la vida entera, en cada uno de nuestros actos, una actitud humana, profunda y
total. Esa actitud es el espíritu de servicio y sacrificio, el sentido ascético y militar de
la vida". 84 Se trataba, pues, de optar por una nueva manera de ser, que tuviera que
ver, además, con las enseñanzas de Eugenio D'Ors: la política como misión, Y en esa
dirección, los nacionalistas colombianos debían encarnar una política misionera que
les imponía una disciplina moral de cruzados, "un heroísmo penitente, la mente y el
corazón en armas. 'La vida es milicia', gritamos con los falangistas". 80 Y agregaba:
"Nuestra misión es convertir a las gentes, hablarles sobre un credo de salvación
nacional, remover las almas resecas y asentar simientes. Más que a la captura
electoral del poder, nuestra cruzada se dirige al descubrimiento, la conquista o la
74
"
'2
"
"
47
Ibid.
Ibid.
Ibid
Ibid.
Ibid.
Ibid.
Ibid.
456 El porvenir del pasado
creación del colombiano del porvenir, digno de sus libertadores. No es solamente una
política, sino una ideología".86
Álzate, recogiendo el pensamiento que él y sus amigos habían ido elaborando, aspiraba
con sus palabras de síntesis coadyuvar a la formación, a la transformación del nuevo
cuadro político de la derecha. Habló de la necesidad de un nuevo dirigente al que le
caracterizara el fanatismo de la verdad y el amor por los valores absolutos; que se
sintiera convocado por la voz profética que resonaba en los héroes, que conociera su
deber y no dimitiera, que presintiera las grandezas de las afirmaciones cuya garantía
eran el dolor y la sangre. Por eso, sacaba a relucir, una y otra vez, el paradigma: "El
valor histórico de esta generación —exponía con voz honda José Antonio, fundador,
testigo y mártir de la nueva era— consiste en que percibe el sentido trágico de la
época y no sólo acepta, sino que reclama para ella la responsabilidad del desenlace".87
La propuesta de Álzate Avendaño.
Nosotros le hemos dado a nuestra política un
e n t r a ñ a b l e a c e n t o a g r a r i o , p u e s p a r a el
nacionalismo el regreso a la tierra es una
cuestión de r i t m o . H a y que volver a ¡a
s e m e n t e r a , ¡a d e h e s a y el a s e r r í o , p a r a
encontrar las definiciones de un país pastoril.
No basta descuartizar latifundios y adjudicar
baldíos, fomentando una clase de pequeños
propietarios rústicos. Es menester elevar el
nivel humano total del campesino. 66
Frente a la democracia formal, o representativa, Álzate trabajó y profundizó la tesis
nacionalista de la democracia funcional, en la cual el Estado fuera la doctrina en
acción; y sintetizó sus contenidos. Ante todo, la propuesta apuntaba al campo como
alternativa a la ciudad o, por lo menos, a u n punto medio entre ambas realidades.
Abogó, entonces por el hombre de la aldea ; "donde los labriegos llevan una existencia
infrahumana de acémilas, sin tierras, sin higiene rural, sin crédito agrícola, sin
escuelas y sin garantías, porque el régimen demagógico apenas se preocupa por
aumentar su ingente burocracia, abastecer el ocio de las ciudades parasitarias y
aplacar la insurgencia de los obreros urbanos". 89
Al fracasado Estado liberal debía suceder el Estado corporativo, que reglamentaría
los oficios, sobre el encuadramiento profesional, en organismos corporativos. Expbcaba
Álzate que la Revolución Francesa, al disolver las corporaciones y las guildas, había
producido la anarquía del sindicato obrero, organizado para defenderse de la libre
concurrencia, pero que proliferaba sin ordenamiento constitucional. La salida para
este mal era el régimen corporativo, que los vinculará orgánicamente a la estructura
del naciente Estado. El nuevo sistema político reemplazaría la lucha de clases por
una colaboración de clases. Con los dos miembros de la producción, el capital y el
trabajo, se crearía una síntesis dinámica. En sus desacuerdos intervendría el Estado
como poder arbitral, mediante los comités paritarios y la magistratura del trabajo.
7777
ibid
Ibid.
•-• Ibid.
" Ibid.
47
El porvenir del pasado 45'
Quedaba prohibida la huelga de los obreros y el cierre de los industriales, porque
ambos paros, opinaba Álzate, perjudicaban y menguaban la economía nacional. 90
Recalcaba Álzate que el corporativismo, compatible con la democracia funcional,
implicaba el ordenamiento del Estado, cuyo centro de gravedad no descansaba en los
partidos, sino en los cuadros sindicales. Así, la corporación sustituiría al partido
como órgano, vehículo o estamento del poder. Para que el corporativismo fuera posible,
indicaba, era necesaria "la autoridad de un Estado unitario, una sociedad cohesiva
sin particularismos de bandería y un clima de alta tensión ideal". 91
Entre los documentos programáticos del nacionalismo que circulaban, Álzate destacó
"Germinal", el artículo-editorial de Silvio Villegas. Dijo que ningún nombre resultaba
etimológicamente más adecuado. "Germinal es el misterio gozoso de los surcos, la
respiración de las semillas, el reventar de las cosechas, el campo que grana. El
vocablo traduce esta siembra de verdades activas, palabras como gémulas, en el
alma popular". 92 Comparando este documento con los antiguos y nuevos programas
liberales y conservadores, consideró a "Germinal" como el mejor programa político
que circulaba en el país.
En su alocución, Álzate opuso a las reformas liberales un cambio integral del Estado.
Señaló que los principios básicos de la Revolución en Marcha:
[...] hieden a la cadaverina de la Revolución Francesa, una vieja carroña que ambula por las
calles sin resignarse a bajar al pudridero. La libre concurrencia económica, la concepción
atomística de la sociedad, el estado neutral, la democracia inorgánica, el régimen parlamentario
y la mecánica pendular de los partidos pertenecen a un ciclo histórico que se va. Las épocas
también nacen, crecen y perecen. 93
Y reiteró que los partidos, incluyendo las izquierdas, eran versiones distintas del
mismo liberalismo doctrinal, aferrados a formas estatales caducas, y declaró algo
novísimo para el movimiento nacionalista:
Solamente nuestro movimiento asume una actitud revolucionaria al plantear radicalmente el
tránsito de un estado a otro, del sistema liberal al régimen corporativo. Con nosotros, la revolución
está a la derecha [...] Es necesario reivindicar ese vocablo cachorro y rampante, que inspira a las
gentes un terror supersticioso y que ha sido monopolio verbal del frente rojo. No siempre la
revolución tiene un compás catastrófico. Puede ser la vehemente sacudida hacia un orden nuevo
[...] Revolucionario, en nombre de la verdad, fue Jesucristo, al derrumbar los valores del mundo
antiguo y desatar esa revancha de amor sobre las almas. Era revolucionario Bolívar cuando
rompió el vínculo secular con España e hizo estallar los vestigios del decrépito Virreinato. Hay
revoluciones benéficas y revoluciones nefastas. Las hay pacíficas y guerreras. Unas que aspiran
dominar en las plazas y otras que quieren tomar posesión de los espíritus. Nuestra revolución
radica en el advenimiento de un orden auténtico sobre los desórdenes habituales, sobre la
anarquía vuelta estatuto. Para ello no tenemos que buscar teorías de emergencia y préstamos
políticos ultramarinos. Nos basta izar la cruz católica como mástil y amarrarle el trapo tricolor de
la bandera. Con semejante velamen queremos surcar los trabajos y los días. Tesis cristianas e
ideales bolivarianos. Nada más. En todos los pueblos colombianos, en la plaza mayor, existe un
templo de Cristo y una estatua del Libertador, Las gentes cruzan sin percatarse muchas veces
ante esos monumentos pétreos e inmóviles. Pues en nuestro corazón empiezan a andar, a
animarse, a encarnarse, plenos de sentido augural. Somos, pues, revolucionarios. Pero es preciso
fijar los contornos de esa palabra. Con ella no queremos incurrir en un pronunciamiento verbal,
en una denotación fonética, tan usuales en aquellos políticos que quieren tomarse el Estado con
7,7
ibid.
Ibid, p. 3,
Ibid.
'•"' Ibid.
777
777
458 El porvenir del
heroicos derramamientos de tinta o saliva. El país está mitridatizado contra los vocablos patéticos,
contra las descargas oratorias. Nadie toma en serio esos toques de botasilla y somatén. Por eso
nos limitamos a decir sobriamente, lacónicamente, seguramente, nuestra verdad sin permitir
que las palabras vayan más aprisa que los actos.9'1
Álzate desmitificó, también, la acusación que se le hacía a su comunidad de querer
importar a Colombia la dictadura:
¡Hipocresías granadinas! El país ha tenido muchas dictaduras, desde las que apareja el régimen
presidencial, hasta las que resultan del monopolio político de los partidos. La presidencia de
Olaya Herrera fue una dictadura encuadrada dentro de la Constitución. La república liberal es
la dictadura del tumulto. A los colombianos no los atemoriza la dictadura, sino el vocablo que la
designa. Nosotros, sin supersticiones verbales, planteamos escuetamente el problema, nadie
ha propuesto soluciones dictatoriales, sino un Estado fuerte, un poder coactivo, una disciplina
tutelar. La dictadura depende de las circunstancias: es una política quirúrgica. Es posible que a
veces el orden nuevo necesite p a r a nacer de la operación cesárea. No hay que confundir
entonces la laparotomía con el degüello, ni al cirujano político con Jack el Destapador. 95
Para finalizar su intervención, Álzate puso a quienes lo escuchaban frente al siguiente
dilema: "Que las gentes escojan. El régimen corporativo o la lucha de clases. El ideal
social católico o los excesos plutocráticos. El poder de las facciones hostiles o el Estado
nacional. La grandeza bolivariana de Colombia, o su rango servil de país vasallo". 96
Gachetá : entre la táctica de la legítima defensa,
la táctica de la calle y la convivencia.
La sangre derramada en Gacheta el domingo,
reclama vindicta.91
El domingo 8 de enero, una manifestación conservadora fue abaleada en la plaza principal
de Gacheta, la capital de la provincia del Guavio. La asamblea, que reunía a cientos de
conservadores, estuvo presidida por los miembros del Directorio Conservador de
Cundinamarca y destacados dirigentes del partido. 98 Una puja de liberales y
conservadores por el espacio político en la región, y por su electorado, fue la causa de la
tragedia. Cualquier intento de continuar una estrategia de convivencia entre gobierno
y oposición tendrá en los sucesos de Gacheta el principal obstáculo. Fueron once los
muertos y más de cincuenta los heridos. 99 Por supuesto, el conservatismo capitalizó el
acontecimiento, y culpó a los liberales y a la policía del insuceso: "la lluvia de balas era
tan intensa que nadie podía atravesar la plaza sin ser herido de manera irremisible,
pues aparte del pelotón de policía que disparaba desde el costado oriental hacia el
occidental, otro pelotón descargaba sus fusiles desde la Casa Consistorial de sur a norte
quedando cruzada la plaza en todo sentido por el fuego de la fusilería".100
Laureano Gómez se reunió con Eduardo Santos y exigió del Gobierno un escarmiento
ejemplar a los culpables. Los nacionalistas, a su vez, aprovecharon los sucesos de
Gacheta para caerle a Laureano Gómez y fortalecer la legitimidad de su prédica:
En repetidos editoriales hemos dicho que no es posible derribar un régimen adulándolo [...]
Nosotros, en cambio, declaramos que no es posible hacer más mientras no se organicen las
744
Ibid.
"• Ibid.
%
Ibid.
" El Siglo, enero 10 de 1939, p. 3.
7,77
Entre ellos los generales Eduardo Ortiz Borda y Amadeo Rodríguez, J u a n Uribe Cualla, Camilo de Brigard, Jorge Leyva, Carlos
Monroy Reyes, Guillermo Camacho Montoya y Francisco Fandiño Silva.
7477
Según la versión de El Siglo.
17777
Ibid., enero 10 de 1939, p. 3.
El porvenir del pasado 459
brigadas de choque que nuestro movimiento preconiza. Como nacionalistas protestamos contra
este crimen horrendo que prolonga el hilo púrpura que va marcando el paso de las derechas
colombianas en esta aciaga época de la vida nacional. La oposición no tendrá garantías distintas
de las que sepa conquistar por medio de la organización y del arrojo.101
Reafirmaron su descontento con la política de convivencia sostenida por Santos y
Gómez, a quienes tildaron de líderes tradicionales que pregonaban las mismas ideas
políticas y simbolizaban la descomposición de los viejos partidos; 102 mientras que la
ANP fue presentada como un movimiento de reconciliación política ubicado más allá
de los partidos políticos.103
El 13 de enero, Aquilino Villegas propuso la adopción, de nuevo, por parte del Partido
Conservador, de una táctica de legítima defensa, y recomendó el final de la convivencia
nacional, mientras clamaba por una estrategia política más dinámica para su partido:
Y ahora: si la convivencia es imposible porque la chusma liberal logra espantar al gobierno del
señor Santos y obligarle a replegarse con sus ideas de respeto por los derechos de los conservadores,
no nos queda más recurso que el derecho natural a la propia defensa, y debemos aconsejar a
todos nuestros copartidarios a una serie de medidas elementales, mostrando que no somos
mancos y dondequiera que podamos ser fuertes, rescataremos por la fuerza nuestro derecho, y
que es peligroso atentar contra nosotros, más peligroso para los jefes que para las turbas. 104
El llamado a la legítima defensa fue tenido en cuenta por el conservatismo
cundinamarqués. El 19 de enero se reunió en Bogotá una Convención Conservadora
de Cundinamarca y de la intendencia del Meta, convocada para tomar medidas que
garantizaran "los derechos del partido violados por el crimen y la impunidad". 105 La
Asamblea, que contó con la participación del DNC y de 190 delegados, adoptó la
táctica de la legítima defensa e hizo un juramento del siguiente tenor:
[...] los delegados de los municipios del departamento de Cundinamarca y de la intendencia del
Meta, que integran esta convención, juran solemnemente, del modo más explícito, ante Dios,
ante el país entero y por el honor del partido que la representación política de la provincia del
Guavio será conservadora y por tanto no se permitirá que en los cuerpos electivos nacional y
departamental sea usurpada por sujetos que no pertenezcan a nuestra colectividad política. En
fe de lo cual los representantes auténticos del partido en el departamento, al estampar sus
firmas en este documento, comprometen no sólo su honor personal sino el de toda la colectividad
en la puntual y rigurosa ejecución de esta medida, que se toma con pleno conocimiento de
causa, después de grave y detenida meditación y en vista de que la colectividad está oprimida
h a s t a la desesperación por la impunidad sistemática y que los altos principios que tiene la
misión de defender para salvar en el país la cultura cristiana no pueden ser abandonados y
desamparados ante la insolencia de los asesinos. Publíquese por la prensa y por carteles.1ÜG
Luego de los sucesos de Gacheta, los nacionalistas declararon que el enemigo ya no
estaba a la izquierda sino a la derecha, y auguraron que en las próximas elecciones
el Partido Conservador sería vencido en los catorce departamentos por la "convivencia
armada" del presidente Santos. El 'Tigre' José Agustín Noriega dijo que el crimen
execrable de Gacheta demostraba que por los caminos de la mentida democracia
jamás se obtendría el imperio de la justicia.107 Los nacionalistas intentaron aprovechar
la coyuntura política para canalizar el descontento y vincular gente a la ANP. A la
táctica de la legítima defensa opusieron la suya, la de la conquista de la calle:
7777
La Patria, enero 10 de 1939. p. 3.
Véase ibid., enero 12 de 1939. p. 3.
Véase ibid., enero 11 de 1939, p. 3.
77,4
El Siglo, enero 16 de 1939. p. 4.
7
'"' 7bid„ enero 22 de 1939. p. 1.
7077
77774
7,777
Zbi'd., p . 4.
7777
La Patria, enero 16 de 1939, p. 3.
460 El porvenir del
En La P a t r i a hemos propugnado una política de beligerancia, procesional, aguerrida, que
invada las plazas públicas y se tome los derechos ciudadanos en mítines y en elecciones. Una
organización de masas, un clima de himnos y de banderas, un ambiente de heroicidad, de ardor
místico, de fe, algo por lo cual se pueda vivir o morir sin fastidio ni fatiga. Algo grande, nacional,
no partidista. Los brazos de la Nación armados en lucha y enardecidos contra la disocíadora
tarea de los partidos políticos. Un gran programa que arraigue por igual en el ánimo político y
en el espíritu religioso de las gentes, una manera de vivir digna de una buena muerte [...] Todo
problema de táctica e n t r a ñ a una cuestión de doctrina. Un partido que se llama civilista y
democrático no puede decretar la retaliación, porque en el caso imposible de que se llegara al
poder por este medio sólo podría conservarla implantando la dictadura. La violencia es todo un
estilo político que exige desarrollar previamente una mística en las masas, un clima de juventud,
la creación de mitos imperiales y guerreros. El nacionalismo deriva lógicamente hacia allá.
Pero a masas formadas dentro del respeto a la ley y en una escuela de convivencia no puede
infundírsele esta voluntad heroica. La violencia, en caso de que llegara a ser practicada,
implicaría la muerte civil del conservatismo y lo llevaría necesariamente a la abstención. No es
posible pensar que una colectividad inerme, sin preparación previa alguna, sin brigada de
choque, pueda enfrentársele a un gobierno poderosamente armado, resuelto a hacer el uso de
la fuerza sin timideces [...] A la violencia no puede apelar un partido de oposición sino cuando
se siente preparado para ir a la guerra civil.108
El uso de la violencia como política de partido, propuesta por Aquilino Villegas y
adoptada por la Convención de Cundinamarca, causó estupor en el seno mismo del
conservatismo. Así lo apreciarnos en un manifiesto del 25 de enero, producido en el
seno de la comunidad que giraba alrededor de El Colombiano:
Creemos que una norma semejante de conducta política desdiría de la índole misma de nuestro
partido, eminentemente civil [...] y de otro lado, aquella manera de proceder sería ocasionada
por la agravación del mismo mal cuyo correctivo se busca, pues fácilmente daría margen al
peligro de que actos de barbarie como el que t a n h o n d a m e n t e deploramos se repitiesen y
generalizasen con perjuicio de la tranquilidad pública y con desdoro del hombre colombiano. 109
Así, mientras estos eventos se presentaban en la política conservadora, los
nacionalistas prosiguieron con su campaña de difusión ideológica de cara a las
elecciones. Los días 21 y 22 de marzo, Silvio Villegas, Joaquín Estrada Monsalve y
Rodrigo Jiménez Mejía presidieron concentraciones en Aranzazu y Salamina. Mientras
tanto, en Manizales, el prosebtismo pobtico continuó por la radio. La caída de Barcelona
en poder del generabsimo Franco les brindó a los nacionabstas caldenses la oportunidad
de darle brillo a su campaña electoral. En solemne acto celebrado el 26 de enero en el
auditorio de Radio Manizales, los líderes nacionalistas se dirigieron a la población
del occidente del país para anunciarle el regocijo que les producía el triunfo nacionabsta
español. Álzate tituló su intervención: "La gesta de la Falange española". Era el
nombre apropiado a su estilo y a lo que quería decir:
Nosotros, los nacionalistas de Colombia, queremos adoctrinarnos en el espíritu y el estilo de la
Falange, aunque nuestro programa no sea copia extranjera, sino respuesta a las ecuaciones
peculiares de nuestro país [...] España es un ejemplo, una advertencia y una consigna. Nosotros
queremos que el heroísmo de la Falange española irrigue las fuerzas contrarrevolucionarias
del país. Que la nueva E s p a ñ a nos envíe sus efluvios salubres por la misma r u t a de las
carabelas, sobre cuyos velámenes hacía motines jubilosos el viento. 110
77)77
17777
710
Ibid., enero 25 de 1939, p. 3.
El Colombiano, enero 29 de 1939, p. 5.
La Patria, enero 27 de 1939, p. 3.
El porvenir del pasado 461
El entretenido acto, lleno de poesía, cantos corales e himnos, fue considerado una
"jornada decisiva" en la campaña electoral del movimiento nacionalista.
El 28 de enero, dos comitivas se desplazaron por la región. Una encabezada por
Álzate partió para Pacora, y la otra, comandada por Silvio Villegas, habló en Mocatán
y Riosucio. En tanto, en Manizales hablaron por Radio Manizales Marco Álzate
Avendaño y Arturo Arango Uribe. Una manifestación en Anserma, presidida por
Joaquín Estrada Monsalve el día 30, cerró el denso mes de enero. En febrero, la
campaña proselitista continuó con el mismo brío. El Alto Comando Nacionalista
decidió reforzar la estrategia de las conferencias como mecanismo de difusión política
e ideológica. Comunicó a la militancia que los miércoles a las nueve y treinta de la
noche estaría al aire la voz de la Acción Nacionalista Popular,111 de tal manera que el
elenco todo de líderes nacionalistas hizo uso de este medio.
Mientras tanto, continuaron las giras por la provincia. Carlos López García y Gilberto
Álzate Avendaño se dirigieron a Filandia. Allí, este último reafirmó sus tesis como si
fuera la primera vez que lo hacía, pero con la experiencia de estarlo diciendo en todo
momento. Aclaró que la reconquista del poder se haría a través de la Acción
Nacionalista Popular.
La táctica de la legítima defensa.
Nuevo desencuentro de la sensibilidad leoparda con Laureano Gómez
La legítima defensa no es una tesis académica,
sino un recurso extremo ante un sistema de
iniquidad que debe concluir para el bien de la
Patria. 112
El Partido Conservador realizó una Convención Nacional en Bogotá, entre el 4 y el 7
de febrero de 1939. El evento, que transcurrió en el Teatro Colón, fue presidido, en
principio, por el general Pedro Justo Berrío. Los sucesos de Gacheta, las declaraciones
de Aquilino Villegas y el manifiesto del Directorio Conservador de Cundinamarca
prepararon las condiciones para dotar al partido de nuevas tácticas de lucha, entre
las cuales se encontraba la de la legítima defensa y la acción intrépida. El periódico
oficial del conservatismo consignó, a propósito, lo siguiente:
Corresponde ahora a la Convención Nacional Conservadora ratificar o improbar el decreto de
la Convención de Cundinamarca, y, en este último caso, señalar los medios para impedir que
un crimen abominable se convierta en fuente de derechos para sus autores. Se trata de poner
un dique al ejercicio de la violencia como instrumento de dominación política. Por primera vez
el Partido Conservador adopta la línea de conducta distinta del memorial de agravios enérgico
y palabrero, que de ordinario no merece el honor de una respuesta. La guerra civil es imposible
porque constituimos un gran partido sin a r m a s , y no se justifica porque en ella perecen
millares de inocentes. 113
En el curso de las deliberaciones, las divergencias salieron a flote. La Convención,
convocada, ante todo, por los laureanistas para imponer las nuevas tácticas, tuvo en
777
772
7777
ibid.. febrero 1" de 19.39, p. 1.
El Siglo, febrero 4 de 1939. p. 4.
Ibid.
462 El porvenir del pasado
la delegación antioqueña, que era el espíritu que quedaba de la sensibilidad leoparda
en el conservatismo, el principal contradictor. Antes de la Convención, el general
Berrío le había manifestado a Gómez su desacuerdo con tal medida, que, según él,
violaba los principios democráticos del conservatismo: "Las doctrinas conservadoras,
sus principios eminentemente civiles y legalistas, las tradiciones de mi vida pública
en servicio de esos ideales, me impiden aprobar en su integridad la resolución de la
Convención Conservadora de Cundinamarca, suficientemente conocida, y en conciencia
no puedo solidarizarme con ella".114 El comportamiento de Gómez en la convención
no se diferenció del que había tenido en las anteriores: esquivo, irascible, displicente
y distante; hasta desaparecer. Pero tenía un sólido cuerpo de tenientes que por él se
la jugaban, y que la sensibilidad leoparda denominó los "plutodaureanistas". Los
plutos, como se les terminó llamando, entraron en franco enfrentamiento con la
delegación de Antioquia hasta conseguir la aprobación de la táctica de la legítima
defensa. Tal desenlace provocó el retiro del general Berrío de la Convención, quien
fue despedido con gritos de "¡abajo el cacique provinciano, analfabeta y cobarde!". Le
siguieron Ospina Pérez y demás miembros de la delegación antioqueña.
Abel Carbonell, quien ocupó el asiento abandonado por Berrío, puso en consideración
de la Convención una proposición, presentada por Primitivo Crespo, que le otorgaba
la jefatura única a Laureano Gómez:
Sabemos que usted hubiera deseado la unanimidad para el apoyo a su política de enérgica y
legítima defensa que usted considera vinculada a las declaraciones de la Convención de
Cundinamarca sobre el abominable crimen de Gacheta; pues bien: en nuestro sentir, dicha
unanimidad se ha realizado al proclamar la Convención Nacional del partido, con el voto de la
totalidad de los delegados, que usted es el jefe supremo del partido y al ratificarle solemnemente
la confianza plena de la colectividad; pues dicha moción fue votada afirmativamente aún por
nuestros ilustres copartidarios de la delegación de Antioquia, antes de su retiro de la corporación. 115
Los delegados antioqueños, aunque por fuera de la Convención, dieron su aval, pues,
como lo anotó el editorialista de El Colombiano:
La jefatura única de Laureano Gómez lo hace responsable exclusivo de las orientaciones que
le imprima a la comunidad. Para él son desde hoy la honra de las victorias y el mérito de los
éxitos, pero al mismo tiempo la carga íntegra de las responsabilidades. Ahora a los conservadores
sometidos a su disciplina no les queda sino obedecer. No hay derecho a deliberar. Es una de las
ventajas de esa clase de jefaturas. 116
Y, como siempre sucedía, Gómez desistió de este ofrecimiento, pues con él o sin él,
como tal ejercía y sin la responsabilidad de ser el jefe único. Y sin haber culminado
el magno evento conservador el jefe supremo desapareció. Nadie sabía de su paradero.
Corrían rumores: que había salido para Panamá rumbo a Suiza, que había dejado
dicho que se retiraba por completo de la política; que no, que estaba en Bogotá, en
fin. Una comisión de convencionistas fue designada con la consigna de agotar todos
sus esfuerzos para encontrarlo.
El final de la Convención fue dramático. La confirmación del viaje de Laureano
Gómez al exterior confundió y anarquizó a sus tenientes, al punto de no llevarse a
cabo la sesión de la mañana del día 7 de febrero. En la que hubo por la tarde, se le
77
fbjd.. febrero 7 de 1939. p, 3.
""' Ibid.. febrero 8 de 1939. p. 4.
77r
' El Colombiano, febrero 7 de 1939, p, 5,
El porvenir del pasado 463
pidió a Berrío y a la delegación antioqueña que regresaran a las deliberaciones, pero
no accedieron. Así, sin Berrío y sin Gómez, en medio de zambras, el conservatismo
adoptó la táctica de la legítima defensa ante el fracaso de la convivencia nacional
proclamada por el presidente Santos, y aprobó una nueva plataforma inspirada en
las tesis del corporativismo. ¡Las cosas de las ideologías! Al igual que el nacionalismo,
en noviembre de 1938 el conservatismo oficial protocolizó la adopción del
corporativismo. Por ello, por estar sus tesis presentes en las deliberaciones de los
conservadores, los nacionalistas siguieron con interés el desarrollo de la Convención
Nacional Conservadora:
Todos los pasos que da la Convención Nacional tienen como punto de partida nuestra táctica
y n u e s t r a doctrina. Convencidos de que los viejos programas —el de Caro y Ospina, el de
José María Samper, el de los parlamentarios de 1930— no valen absolutamente nada, y son
incapaces de apasionar a las multitudes, han tenido que redactar a última hora una inocua
declaración de principios sobre cuestiones sociales y económicas. Esto es como pretender
resucitar un cadáver con inyecciones de agua tibia. Lo que las masas exigen es una revolución
profunda en las estructuras del Estado, cambiando la constitución individualista de 1910 por
un estatuto orgánico corporativista. 117
Se t r a t a b a , como se advierte, de un juego de intertextualidades o, mejor, de
architextualidades, elevadas sobre el hipotexto de los programas conservadores. El
hipertexto que terminaba manejando el conservatismo oficial era una parodia del de
los nacionalistas, y estos, no obstante, estaban por fuera del partido. Esto indicaba
que el talante en la dirección de la colectividad, y los intereses de grupo, a la larga,
pesaban más que la ideología en construcción.
Jorge Vélez fue nombrado para despachar los asuntos urgentes del partido mientras
Gómez asumía la jefatura única. El conservatismo antioqueño, que representó en la
Convención el eco del nacionalismo, no enmudeció. En un manifiesto titulado
"Rechazamos la pobtica de violencia pregonada por don Laureano Gómez", el Directorio
Conservador de Antioquia declaró: "Habiéndose empeñado una gran mayoría en
sostener la resolución aprobada por la asamblea de Cundinamarca, con cuyos
procedimientos no podemos solidarizarnos, y en proclamar la candidatura única del
doctor Laureano Gómez como ratificación de la política de violencia y del atentado
personal, nos vimos obligados a retirarnos de la Convención, después de agotar
esfuerzos para salvar la unión del partido". 118
Así, de crisis en crisis, el conservatismo atravesaba la década y cedía todo el espacio de
la política para que el sólido liberalismo reinara. Realmente, se complicaban las cosas,
y las elecciones, que tendrían lugar en cuarenta días, se anunciaban violentas, máxime
cuando el Directorio Conservador de Cundinamarca ratificó lo siguiente después de la
Convención Nacional: "Nuestra campaña electoral continuará desarrollándose en
Cundinamarca con toda actividad, celo y vigor, y corresponde al gobierno la
responsabilidad de mantener el orden público, si las fuerzas revolucionarias del
bberabsmo pretenden impedir por la violencia el acceso de nuestros amigos a las urnas".119
La Iglesia rechazó las pretensiones conservadoras. Ismael Perdomo, arzobispo primado
de Bogotá, consideró ibcito y, por ello, sin obbgación, el juramento de los convencionistas
de Cundinamarca y Meta, y declaró que las prácticas de la legítima defensa y la acción
17
777
7,77
La Patria, febrero 7 de 1939. p. 3.
El Colombiano, febrero 7 de 1939, p. 1.
El Siglo, febrero 10 de 1939. p. 3.
464 El porvenir del pasado
intrépida eran ajenas al legado democrático de esa colectividad y la hacían retroceder a
épocas de barbarie. 120 La Patria, compartiendo las opiniones del prelado, señaló que la
acción intrépida había convertido a los miembros del Partido Conservador en "una
cuadrilla de malhechores, igualmente condenada por el Estado y por la Iglesia".121 El
nacionalismo encontró en el desenlace de la Convención un material precioso para
justificarse y legitimarse. La reciente historia pasó a ser parte del análisis, los
nacionalistas lo habían predicho todo, el Partido Conservador naufragaba, entraba en
franca disolución. Silvio Villegas habló por la radio sobre la coyuntura conservadora.
Llamó a Laureano traidor, y su viaje al exterior lo catalogó de fuga. "Nosotros estamos
aquí esta noche para consolar a las derechas colombianas, para infundirles nueva
esperanza y nueva vida, para darles una fe profunda en los destinos de la patria eterna.
Aquí estamos sin odio y sin pasión, para ofrecerles nuestra arca de salud a todas las
víctimas del naufragio",122 dijo. No se refirió el leopardo a los conservadores, sino a la
derecha colombiana, cuyo nicho era justamente el Partido Conservador. Llamó a todos
los descontentos con la política laureanista para que se vincularan al movimiento
nacionabsta. "Sólo nosotros podemos luchar eficazmente contra el régimen porque tenemos
una doctrina de bronce y un equipo de jefes, escritores y tribunos que le hace honor a
varias generaciones colombianas",123 manifestó.
El leopardo Augusto Ramírez Moreno retorna...
pero a la política conservadora.
El contagio de los dirigentes no ha ¡legado a las
masas, que son solidarias: la afanosa discordia
no la e n t i e n d e n quienes viven unidos por
i d é n t i c o s m a r t i r i o s y p o r ¡as m i s m a s
esperanzas. Si se me injuria por ¡os propios,
permaneceré mudo'- doctrina y unión son ¡os
postulados de mi alma y el anhelo de nuestra
raza política. Mi ejemplo será tan alto como el
corazón de ¡a juventud y como ¡a inteligencia
de¡ pueblo. No r e p r e s e n t o ¡a violencia, ni
represento la entrega 1 soy la Acción. No ofrezco
ortigas ni tiendo a nadie la rama de olivo porque
nací para el laurel. 124
Finalizada la Convención, ausente Laureano del país, el 8 de febrero de 1939, Augusto
Ramírez Moreno anunció su retorno a la política. Tenía el propósito de contribuir a
la cohesión doctrinal, táctica y estratégica del Partido Conservador. 'Volveré a
intervenir en la política. Próximamente recorreré el país en gira de propaganda
conservadora a fin de organizar al partido, en vista de la orfandad en que lo ha
dejado el doctor Laureano Gómez", declaró a El Colombiano. 126 Se presentaba
temerario, anunciaba su visita a Gacheta, y en su solicitud al ministro de Gobierno
le decía : "Iré inerme, acompañado de mi esposa y de tres o cuatro amigos. No creo
que ocurra nada; pero si algo ocurre no me escondo; mis amigos y yo estamos resueltos
a morir en la tribuna". 126
7717
ibid.
La Patria, febrero 12 de 1939. p. 3.
Ibid., febrero 9 de 1939. p. 3.
•'"' Ibid.
747
El Colombiano, febrero 10 de 1939, p. 2.
2:7
Ibid.. febrero 8 de 1939, p. 5.
7477
Ibid.. febrero 10 de 1939, p. 4.
727
7277
El porvenir del pasado 465
La prensa liberal se congratuló por el regreso del leopardo. Estaba acostumbrada a
saludar al nacionalismo cuando el laureanismo se ponía en contraría de sus intereses,
y a este cuando sucedía lo propio con los primeros.
El 19 de febrero, Ramírez Moreno presidió un mitin en la martirizada población de
Gacheta, y le habló a la gente en los tonos barresianos de su sensibilidad, rindiendo
culto y convirtiendo a los caídos en héroes:
Ahí tenéis la muerte de los sacrificados del 8 de enero. Ellos le sonrieron a la mañana con un
gesto augural. Cumplían el deber ciudadano de ostentar sus ideales y de recibir a sus jefes. Los
animaba la certidumbre honda de que eran entraña de la patria e hijos de la sagrada religión.
¿Cómo vieron la muerte? Como un tributo a la causa esbeltísima de Arboleda y Caro, de Suárez
y los Ospina, la miraron como el primer paso de la verdadera redención. 127
Ramírez Moreno habló en contra de la táctica de la legítima defensa, a la que opuso
la convivencia política como táctica general: entre los conservadores mismos, entre
ellos y el Gobierno liberal:
He sido tan fiel a los otros como lo soy conmigo mismo: hostil personalmente a las directivas,
aplaudí su política de convivencia porque soy equitativo.y justiciero. Traicionarse a sí propio es
una falta que se paga. Hoy quiero practicar como político conservador lo que antes aplaudí en mis
perseguidores como ciudadano conservador, mitigando las exageraciones amorosas que tuvo en
su lenguaje la convivencia y haciéndola más previsora y eficaz en la defensa de los conservadores. 128
De acuerdo con este argumento, Ramírez Moreno adhirió a la posición de la Iglesia
Católica y desestimó la legítima defensa, a la vez que criticó a sus detractores dentro
del Directorio Conservador de Cundinamarca:
Cuando la Iglesia romana define temas de moral, creóme obligado a rendirme sin discusión a su
enseñanza, porque soy fiel a mis convicciones religiosas: y si el primado de Colombia condena el
a t e n t a d o personal, yo tengo que rechazarlo, al tiempo que miro con tristeza cómo algunos
católicos no atienden esa ley, esa definición de la Maestra Indiscutible y Única. No fue nunca el
conservatismo chusma de asesinos: presentarlo como tal e incorporarle como tesis táctica una
grave apostasía, es traicionarlo [...] Intrépida acción la de esos capitanes —los Directorios
Conservadores Nacionales y de Cundinamarca—, porque en vez de usar como instrumento a
quienes les obedecen se ofrecen a cumplir los juramentos y a sobrellevar los castigos. 129
Ramírez Moreno echó de menos a sus amigos nacionalistas:
Aquí debo l a m e n t a r el grave, el hondo vacío que se observa en n u e s t r o s cuadros con la
ausencia de Silvio Villegas, de Fernando Londoño, de Gilberto Álzate, de Antonio Alvarez
Restrepo, de Arturo Arango Uribe y de sus compañeros. El odio de los propios, su impaciencia,
el orgullo de todos, nos rompieron esos fuertes soportes, nos cercenaron el alma, ahora cuando
se abre frente a nosotros la gran llanura del Porvenir, y en ella el ancho camino de la Historia
rumorosa de gloria y de dolor.130
Finalmente exhortó a los conservadores a no dejarse llevar por los odios y venganzas
personales.
El 26 de febrero, Ramírez se trasladó a Manta, Cundinamarca. El leopardo sostuvo
en esa población que el regreso al poder debía ser por métodos democráticos. "El
727
7277
729
730
Ibid., febrero 20 de 1939, p. 7.
Ibid.
Ibid.
Ibid.
466 El porvenir del pasado
Poder no podemos reconquistarlo por medio de las pistolas [...] La impunidad es
enemiga de la Convivencia al mismo título que las pistolas. Yo me declaró por la
Convivencia". 131 Volvía a jugar la sensibilidad leoparda en el interior del Partido
Conservador, que no respaldó las tesis conciliadoras de Ramírez. Los respaldos
provendrían de donde siempre. José Mejía Mejía afirmó que el conservatismo no se
reconstruía con base en una política de ostracismo y exilios para sus subditos, sino
"mediante una política de acercamiento, conciliación y suma de todos los equipos
beligerantes tangenciales". 132 La democracia de la sensibilidad leoparda, que se
expresaba en la actividad de Ramírez Moreno y en la de los conservadores de El
Colombiano, tendía de nuevo puentes de acercamiento al liberalismo.
Álzate gaitaneando. "Vieja y nueva política".
El populismo conservador de la ANP.
Hubimos de soltar a m a r r a s y seguir solos
n u e s t r a travesía, haciendo con ¡a b a n d e r a
n a c i o n a l un velamen, con l a s encíclicas
pontificias un cuaderno de bitácora y con el
magnífico numen bolivariano una brújula de
marear. Por eso, en la total catástrofe, sólo
permanece en marcha nuestra proa, erguido
nuestro palo de mesana, ondeantes nuestros
pendones. Desde el puesto de mando arrojamos
salvavidas a los náufragos. 133
El miércoles 8 de febrero, cuando terminaba la Convención oficial conservadora,
Ramírez Moreno regresaba al conservatismo y Laureano Gómez se alejaba del país.
Gilberto Álzate Avendaño en La Hora Nacionalista, el nuevo programa radial que
iba en la noche, leyó un discurso de afirmación ideológica titulado "Vieja y nueva
política". Se trataba, una vez más, de hacer balances, de analizar el "caos", el
"desplome" conservador; de continuar la prédica de justificación y legitimación del
movimiento nacionalista. Era necesario profundizar y desmentir: "Al golpear
hercúleamente contra Gómez, nosotros no ejecutábamos una represalia privada,
sino que combatíamos un sistema catastrófico, cuyas incongruencias se agravaban
por la inverosímil ineptitud del demagogo crepuscular". 134 De lo que se trataba, no
era del problema de la crisis en la que se encontraba el conservatismo, sino de pensar
el desplome total de una política que era necesario cambiar con una fuerza de relevo.
El texto que leía esa noche Álzate era el mejor discurso de cuantos había escrito y
pronunciado en su carrera pobtica. Estaba en un momento de productividad intelectual
excelente. Terminaba un texto, lo difundía de forma verbal y escrita, y emprendía la
redacción del siguiente. En este se percibe que el joven dirigente había puesto un
empeño extraordinario en su confección. En él estaba sintetizado su pregón y el de su
sensibilidad y sociabilidad. Su palabra fluyó diáfana y contundente, la dialéctica era
el eje de la disertación. El líder nacionalista apuntó:
177
Ibid.. febrero 27 de 1939, p. 7,
Ibid.. febrero 21 de 1939, p. 5.
La Patria, febrero 11 de 1939, p. 3.
77
Ibid.
72
77
El porvenir del pasado 467
Exploramos, tiempo arriba, los yacimientos históricos, buscando definiciones y pautas acordes
con el genio propio, el carácter peculiar y el ritmo profundo de la república. Se ha dicho que
todos los pueblos deben volver por épocas a sus orígenes. Nuestra política tiene ese signo de
rectificación y retorno, que supera el ayer marchito, en pos de la historia mayor. Ella ha ido
hasta el pensamiento de los libertadores, para rescatar su verdad olvidada. Abandonando las
supersticiones y los extravíos de nuestros inmediatos predecesores, el movimiento nacionalista
inicia un regreso a la auténtica colombianidad, a los valores intransferibles y las raíces genitales
de la patria. Ese es el porvenir del pasado, la tradición vuelta destino. 135
Aunque reiteraba las posturas que venía sosteniendo en pueblos y veredas, esta vez
se tomó tiempo para entrar en preciosos detaUes, que llenaban de democracia popular
sus planteamientos: "Ahora que la política tiene un acento social e irrumpen los de
abajo en la escena histórica, nosotros predicamos un credo antiguo y nuevo,
contemporáneo de todas las épocas, cuyas raíces arrancan del Sermón de la Montaña,
conservan su fertilidad a través de los siglos y mitigan el áspero clamor de las
muchedumbres desamparadas". 136 Quería meter a todos en el universo político:
No puede nadie ponerse al margen de la política, porque no existe un lugar fuera del Estado,
donde el ciudadano se aisle. Hoy la política es el destino. Ella interviene en todo, en lo que
comemos y en lo que pensamos. Ni siquiera el que se entrega a cultivar rábanos en su huerta
recoleta, puede escapar a los hechos políticos, que repercuten h a s t a en el precio de las
verduras. La historia, según Spengler, nos obliga a participar del acontecer militante, como
objetos o como sujetos. El que no se esfuerza en ser historia p a r a los demás, tiene que
padecer la historia de ellos. 137
Rescataba para la política y para su heterodoxia los contenidos del cristianismo, los
sacaba de las iglesias y los ponía a la consideración de las masas. Decía encontrar
más contenido humano, más justicia y más garantías para los proletarios en el
evangelio y en las doctrinas esparcidas por la Iglesia Católica que en el Manifiesto
comunista y en la demagogia de la revolución soviética. Las soluciones de los
problemas sociales, para Álzate, radicaban en relación con un regreso al cristianismo,
y pensaba que en las doctrinas de la Iglesia estaba la fórmula. Y con su ayuda el
joven dirigente nacionalista emprendió su crítica a la economía liberal.
Se pasmarían si alguien les expusiera la teoría del bien común en Santo Tomás, que establece
la propiedad de los bienes necesarios y la simple gerencia de los superfluos, grabados con una
servidumbre social [...1 El cristianismo empieza por elevar el rango social del trabajo. No lo
considera una mercancía inerte, sino como algo que suda, que padece, que piensa. Es un
hombre, una criatura de Dios, que en su lucha económica desigual debe ser fortalecido por las
leyes, para restablecer el equilibrio. Ante la quiebra de la economía liberal que se encuentra en
los antípodas del Evangelio, ha de sobrevenir un orden nuevo, auténticamente cristiano [...] La
doctrina sociahcatólica tiene su ápice en el corporativismo, que evita el desbordamiento de la
lucha de clases, mediante una colaboración orgánica del capital y el trabajo. Es un regreso al
idilio medieval de los oficios corporados. El régimen corporativo entraña un nuevo ordenamiento
del Estado. Es incompatible dentro de la mecánica p e n d u l a r de los partidos políticos. El
corporativismo implica una democracia funcional, articulada económicamente, pero destruye
el sufragio inorgánico y las clientelas electorales. Mientras el Estado liberal se apoya sobre la
actividad contradictoria de los partidos, el Estado corporativo tiene su centro de gravedad en
los sindicatos verticales. Por eso no se puede plantear el corporativismo desde la vieja política.
Hay que renunciar a la concepción partidista si se adopta ese orden económico y social que es
la fórmula del porvenir, pues resuelve la tensión polar de las clases. Nosotros hemos dicho
dialécticamente: individualismo: tesis: comunismo: antítesis: síntesis: el régimen corporativo. 138
175
771
777
748
Ibid.
Ibid.
Ibid.
Ibid.
468 El porvenir del pasado
Recabó Álzate en el tema agrario, tópico de identidad en el nacionalismo de la
sensibilidad leoparda. Sabía, a lo mejor, que iba en contravía del desarrollo que
había tomado el país, y quizás era consciente de su costo político, pero, por una ética
de convicción y de responsabilidad que lo enaltece, defendía el regreso a la tierra y al
sentido campesino de la vida colombiana. Se autoproclamaba personero de los intereses
rurales y sostenía que en Colombia todas las formas políticas había que pensarlas
desde el agro y no desde las ciudades consumidoras. Fundamentaba su postura así:
Los fisiócratas califican únicamente como clase productiva a los labriegos, que con el cultivo del
suelo crean los bienes anuales del país. Las demás clases eran estipendiarías y estériles. Esa
clasificación entre nosotros es exacta. Nuestro campesino se encorva de sol a sol en la santidad
de la fatiga para abastecer los ocios de una copiosa burocracia citadina. Suda plusvalía en
provecho de la urbe parasitaria. El Estado se preocupa escasamente de esa vasta humanidad
rural, que ha carecido siempre de higiene, crédito, escuelas y garantías laborales. Basta leer el
código del trabajo para darse cuenta de la desigualdad ante la ley que existe entre el exiguo
proletariado industrial y los jornaleros rústicos, porque el oportunismo de los gobiernos busca
alagar la demagogia urbana y convertirla en clientela electoral. 139
Si los gobiernos de la República Liberal habían incorporado al obrero a los goces de la
sociedad, Álzate intercedía por la fuerza laboral que había quedado por fuera de lo
social. Por ello, al sostener que salirse de la tierra era un descarrilamiento histórico y
que el país sólo podía prosperar sobre una agricultura floreciente, proponía descuartizar
latifundios y socolar baldíos para que los campesinos se convirtieran en propietarios, ya
que, según decía, todo poseedor era "un pilar estable del orden". Hablaba de extender la
propiedad y no aniquilarla. 'Mientras el comunismo quiere que todos sean proletarios,
nuestro designio es que todos sean propietarios",140 enfatizaba.
Emergía Álzate con un planteamiento popubsta surgido desde una raíz de pensamiento
cristiano y conservador, y como el equivalente a Jorge Eliécer Gaitán en la comunidad
conservadora. Clamó por una activa asistencia médica en las veredas, que defendiera
la raza contra las inclemencias del trópico, que destruía endémicamente las reservas
humanas. Habló de la importancia de una enseñanza rural práctica, que dotara a la
niñez campesina de conocimientos útiles sobre la tierra, que estableciera métodos
racionales en los cultivos y acabara con las supersticiones heredadas. "Sin máquinas
de labor, sin abonos químicos, sin regadío para las zonas de secano, los labriegos se
d e s g a s t a n i n ú t i l m e n t e sobre el suelo avaro", 1 4 1 s o s t e n í a . Y p r o m e t í a el
intervencionismo de Estado para el campo:
Nosotros sostenemos una política agraria que beneficie los productos terrígenas, que los proteja
con tarifas aduaneras, que funde cooperativas rurales y que eleve el nivel humano total del
campesino. Hay que librar cuanto antes a los labradores del agio aldeano, mediante el concurso
más amplio del Estado. La producción se torna macilenta cuando falta el riego económico del
crédito p a r a las clases medias rurales. Los propietarios de los pequeños fundos no tienen
ahorros disponibles para mejorar sus siembras, introducir maquinaria y pagar sus peones
antes de la cosecha. Sin un sistema amplio de préstamos agrarios, sobreviene el colapso de la
agricultura, que según Rouz es una industria cuyas fábricas se extienden horizontalmente con
el sol por motor [...] Agrónomos y no abogados. Semillas y no literatura. Técnica y no burocracia.
Eso es lo que el país necesita y nuestras voces reclaman. Un acto de contrición con la tierra y
un acercamiento vivaz a las aldeas donde una raza patriarcal sufre, lucha y espera [...] Si
alguna vez las derechas reconquistan el dominio del Estado, esa empresa restauradora ha de
714
ibid.
•7" Ibid.
'" Ibid.
El porvenir del pasado 469
partir de las aldeas, espiritualmente intactas, donde decanta la tradición sus mejores
No serán los parlamentos parleros, ni los papagayos demagógicos, ni las clientelas
ni los motines urbanos, los que salven al país e inauguren un nuevo ritmo histórico.
campesinos rudos y lentos, fuertes haces labriegos, varones de mano callosa que
en silencio la patria. 142
sustancias.
electorales,
Han de ser
construyen
La guerra sucia del adversario.
Conservadores y nacionalistas confeccionan sus listas.
Los nacionalistas continuaron recorriendo el departamento de Caldas, en giras que se
combinaban con exposiciones radiales desde Manizales. El 14 de febrero se instaló la
Casa Nacionalista. El 15, La Voz de Caldas y Diario del Pacífico publicaron
declaraciones del arzobispo Juan Manuel González Arbeláez, en las que este afirmó que
simpatizaba con el nacionalismo que se daba en España y Portugal, pero no con el
colombiano que pregonaba Silvio Villegas. Más adelante fueron divulgadas declaraciones
de Diego María Gómez, obispo de Pasto, en las que criticaba al nacionalismo liderado
por Álzate y Villegas. Los nacionalistas capotearon la situación. La Patria publicó
otras declaraciones de González Arbeláez a Somatén, en las cuales había afirmado que
condenar a la extrema derecha colombiana le parecía torpe e injusto. Así mismo, el
Comando Nacionalista de Caldas envió un telegrama al obispo de Pasto en el que le
pedían expbcación sobre sus declaraciones pobticas, al tiempo que expusieron al prelado
el significado del nacionabsmo: "Nuestro ideario es sociabcristiano, corporativo, agrario,
bolivariano. Ninguna autoridad eclesiástica podría entonces mirarlo siquiera con
desvío".143 Finalmente, La Patria publicó la respuesta del obispo de Pasto a los
nacionalistas, en la que desautorizaba a La Voz de Caldas.
En medio de la guerra sucia del adversario conservador, los nacionalistas redoblaron
sus esfuerzos por cubrir un espacio mayor al de las orillas de Manizales. El 18 de
febrero, Silvio Villegas, Leonardo Tafur Garcés, Eduardo Franco Cardona y Elias
Salazar García presidieron una gira por las ciudades vallecaucanas de Toro, Obando,
Ansermanuevo y Cartago. El 19, Fernando Londoño, Jorge Mejía Palacio y 'Luis
Yagarí' presidieron la reunión nacionalista de Chinchiná; Gilberto Álzate Avendaño,
Evelio Henao y Gustavo Salazar hicieron lo mismo en Filandiaí mientras que Ovidio
Rincón, Néstor Ramírez Vélez y Eliseo Arango pronunciaron sus conferencias por
Radio Manizales. El 20 de febrero, Alfonso Muñoz Botero, Carlos López García y
Joaquín Estrada Monsalve presidieron las concentraciones nacionalistas de Guachita,
San Clemente y Quinchía. El 25 de febrero, Fernando Londoño y Arturo Arango
Uribe dirigieron la concentración de Salamina, mientras que Silvio Villegas, Rodrigo
Jiménez Mejía y Alfonso Muñoz Botero estuvieron de gira por Marquetaba y Samaná.
El 26 de febrero se presentaron las concentraciones de La Linda, Pensilvania y
Manzanares, dirigidas por Silvio Villegas, Rodrigo Jiménez Mejía y Alfonso Muñoz
Botero; y Santa Rosa de Cabal, presidida por Gilberto Álzate, Jorge Mejía Palacio,
Evelio Henao y Carlos López García.
A principios de marzo, conservadores oficialistas y nacionalistas caldenses estuvieron
dedicados a la confección de las bstas de sus candidatos para las elecciones legislativas
del 19 de marzo. Los conservadores tuvieron una Convención Departamental, que
sesionó desde el 2 de marzo. Aquilino Villegas se dirigió a los convencionistas en la
742
777
Ibid., p. 9.
Ibid., febrero 19 de 1939, p. 1.
470 El porvenir del pasado
víspera de su instalación llamando a la disciplina, la obediencia y la sumisión que
necesitaba el partido, que regresaba de la abstención.144 Los conservadores caldenses
escogieron a Emilio Arias Mejía para que encabezara la plancha a la Cámara, y a
José Restrepo Restrepo para la de la Asamblea. Guillermo Gutiérrez, presidente del
Directorio y jefe único regional, cerró el evento con un editorial de La Voz de Caldas,
donde le atribuía a su parcialidad los tintes de un movimiento democrático por
excelencia: "¡Oh, democracia, así te atiendo yo! ¡Así te venero y amo!",146 expresión
que hacía honor a la forma cómo, según él, se había realizado la escogencia de los
candidatos. Eran los conservadores oficiales los demócratas y los nacionalistas los
antidemócratas:
Para ellos [los neonacionalistas] que abominan la democracia, para ellos que dicen que los jefes
no se equivocan, para ellos que aman a los dictadores, para ellos que son, según la frase ya
célebre, los mensajeros del Espíritu Santo. Nosotros los conservadores nos quedamos con la
democracia, luchando con el pueblo y para el pueblo, sintiendo los dolores y las alegrías de la
masa, prefiriendo engañarnos con el pueblo, o haciendo su felicidad.'"'
Protocolizaba el conservatismo oficial caldense a los nacionalistas, que en medio de
todo eran sangre de su sangre, como los contradestinarios de su prédica política. El
otrora adversario, el liberalismo, quedaba a sus anchas, sin enemigo a la vista.
Los supuestos antidemócratas nacionalistas se pronunciaron sobre la Convención
conservadora. Hablaron de desorganización, intriga, rebatiña e imposición de nombres
para las listas. Hicieron el balance en oposición a La Voz de Caldas y a los deseos
de Aquilino Villegas. Por ninguna parte vieron desprendimiento y grandeza, sino
ambiciones y apetitos personales. 147 Para mostrar cosa diferente, el 3 de marzo de
1939, en horas de la noche, se reunió el Consejo General de Comandos Nacionalistas
de Caldas, uno de cuyos propósitos fue proclamar sus planchas democráticamente.
Presidió la magna reunión, que contaba con la participación de cuarenta delegados
municipales, Silvio Villegas, quien fue recibido con salvas de reconocimiento. Como
todos los actos nacionalistas, este lo fue también de la palabra, de los discursos.
Londoño Londoño, primero en hablar, se refirió a la obra tribunicia de Villegas, a la
que calificó de "sin par" en Colombia, e hizo u n a radiografía del movimiento
nacionalista en el país: "En el Valle, canta su himno triunfal! en Popayán se recluye
y recoge en la universidad, y en todo el país se adueña de las universidades y centros
educacionales que engendran la miel del porvenir".148
Londoño acusó al Gobierno liberal de hacer creer a todos los colombianos que la
derecha cristiana era enemiga de los desvalidos, cuando, justamente, en el
pensamiento cristiano se encontraba "la fraternidad, la dulcedumbre de la concordia
entre los hombres y la reivindicación de los pobres".149 Londoño se defendía de ataques
recientes; quienes lo escuchaban lo sabían'- "Nuestro movimiento es una cruzada en
la cual se reúne toda la pasión, el espíritu y el estilo de lo que es la derecha bien
entendida y practicada, con toda la responsabilidad de hacer de la tarea una obra de
cristianismo y humanidad". 130 Aprovechó la oportunidad para llenar de contenidos el
significante plutocrático que habían encontrado para los laureanistas: "han hecho
que todo el poder vaya a los que tienen fortuna y representación en las inversiones y
las utilidades de las sociedades anónimas". 151 Se refirió al olvido en que había caído el
4
La Voz de Caldas, marzo l77 de 1939. p. 3,
ibid., marzo 6 de 1939, p. 3.
77
Ibid.
7
La Patria, marzo 3 de 1939. p. 3.
" Ibid.. marzo 4 de 1939. p. 4.
s
Ibid.
° Ibid.
7
Ibid.
5
El porvenir del pasado 471
culto a los héroes, y comprometió al nacionalismo en su restablecimiento. Explicó y
justificó la participación en las elecciones y la conquista de curules como medio y no
como fin. Un medio para hacer desaparecer "la ruindad" de la política. Por ello
entendía Londoño la rebatiña por las curules, el canje de posiciones, la compra de
votos, "el doy para que me des". Y enfatizaba: "Entre nosotros no hay canjes, ni
prebendas ni entreveros. Si cumplís fielmente con este mandato podemos decir que
ha amanecido una generación que rompe con el pasado y marcha hacia el futuro".1"2
Seguidamente, fue presentada la lista de los candidatos: encabezaba la plancha a la
Cámara Silvio Villegas, con la suplencia de Álzate. En segundo y tercer renglón iban
Joaquín Estrada Monsalve y Rodrigo Jiménez Mejía, respectivamente. Fernando
Londoño Londoño, a su vez, encabezaba la plancha a la Asamblea departamental con
la suplencia de Pablo Emilio Duque. En el segundo renglón estaba el nombre de
Antonio Alvarez Restrepo. Y para que no quedaran dudas y evitar la contrapropaganda
desde el adversario conservador, la reunión nacionalista hizo constar:
El Consejo de Comandos de Caldas, en su primera sesión, ratifica solemnemente su adhesión
a los principios tutelares de la Iglesia Católica; reconoce que el catolicismo es en Colombia el
p r i m e r aglutinante de la unidad nacional y como tal debe ser defendido contra todos los
movimientos disolventes que puedan amenazarlo; declara que toda la actividad del movimiento
nacionalista en el terreno de las reivindicaciones sociales se inspira en las solemnes normas de
verdad y de justicia contenidas en las encíclicas de los pontífices, y afirma que el cristianismo
representa en el mundo contemporáneo la salvaguardia más segura de los valores humanos. 163
Agregaron que la exégesis del nacionalismo estaba en las encíclicas Rerum Novarum,
Quadragesimo Anno y Divini Redemptoris. 1 0 4 Finalmente, los nacionalistas
reafirmaron el conocido editorial "Germinal", de Silvio Villegas, como la plataforma
política del movimiento.
El nacionalismo intensificó su campaña proselitista. Nuevas giras y nuevas
conferencias de radio fueron programadas. Gilberto Álzate Avendaño y Jorge Mejía
Palacio visitaron Marsella, donde fueron recibidos como héroes. Álzate exaltó la
obra de los libertadores y el pensamiento profético de Bobvar, evocó la época grandiosa
de la Gran Colombia y prometió regresar a ese diseño imperial. Se refirió a los
problemas del campo y definió el nacionalismo como un movimiento agrario. Sostuvo
que la doctrina sociabcatólica, incorporada a los postulados del nacionalismo, se
encontraba en los evangelios y en las encíclicas y no en la demagogia revolucionaria
de las izquierdas. 155
El 5 de marzo se celebró en Buga el Consejo General del Comando del Valle, con la
presencia de Fernando Londoño Londoño como invitado especial.156 Fueron aprobados
los nombres de Eliseo Arango y Silvio Villegas para encabezar las planchas de Cámara
y Asamblea respectivamente.
Decantación del nacionalismo antioqueño. La lucha contra el "viejo
Faraón". Nace la Acción Popular Conservadora (APC).
Como habrá constatado el lector, el nacionalismo antioqueño no se expresaba sólo a
través de la ANP regional. Parte importante se encontraba en la sociabilidad que
774
Ibid.
'••' I b i d .
771
77,s
777(7
Ibid, p, 3.
Véase íbj'd., marzo 6 de 1939, p. 2.
Esta reunión fue presidida por el Comando Departamental, del cual hacían parte Leonardo Tafur Garcés, Alvaro Calero Tejada, Ciro
Molina Garcés y J u a n Antonio Bonilla, y el cual contó con la participación de 177 delegados municipales.
472 El porvenir del pasado
rodeaba la figura del general Pedro J. Berrío. El desenlace y los resultados de la
convención realizada hacía poco en Bogotá habían consolidado al conservatismo
antioqueño. Sin embargo, cuando llegó el momento de la confección de listas, el
astuto y curtido general impuso sus candidatos, dejando de lado la sensibilidad leoparda
que, como sabemos, estaba representada por El Colombiano, es decir, por Gómez
Martínez. Una disidencia se veía llegar: la Acción Popular Conservadora.
Gilberto Álzate Avendaño, en conferencia radial, se pronunció a favor de Gómez
Martínez, y convocó a los núcleos universitarios y a las muchedumbres tradicionalistas
a incorporarse bajo las banderas nuevas del nacionalismo para derrotar a los viejos
faraones de la política antioqueña. 157 El 2 de marzo de 1939, la Acción Popular
Conservadora tuvo su primera reunión en la oficina de Guillermo Fonnegra Sierra,
la cual contó con la asistencia de Fernando Gómez Martínez, delegados de la Acción
Nacionalista Popular y capitanes conservadores de zona descontentos con la política
de Berrío. Se habló de la política interna del conservatismo y se trazaron las pautas
del nuevo movimiento. El director de El Colombiano manifestó que la actitud
tomada por el Directorio Conservador de Antioquia provocaría en algunas partes
abstención, y en otras proliferación de listas disidentes. Por ello consideró que "si de
está reunión sale la decisión de que debe mantenerse una acción permanente o que
las fuerzas conservadoras independientes deben lanzarse a la lucha electoral, estaría
dispuesto a aceptar la jefatura del debate". 108
La recién nacida Acción Popular Conservadora explicó la presencia de la ANP:
"Queremos un gran movimiento de acción en donde se alternarán en un mismo
plano de camarería intelectuales y obreros [...] No les tenemos asco a los nacionalistas.
Al contrario: aceptamos sus programas y los hemos llamado porque en ellos creemos
encontrar la sensibilidad social que necesita la clase trabajadora en las luchas
presentes". 159 A lo que la ANP contestó:
Si nos habéis llamado porque encontráis mayor vigencia histórica en nuestro programa, en
nuestros símbolos y en nuestra mística, acá estamos para actuar en este movimiento en una
forma autónoma, con nuestro rótulo y nuestros programas. Es infantil llamarnos renegados,
apóstatas o herejes: estas manifestaciones nos están demostrando la comunidad de espíritu
que hay entre nosotros y las masas del viejo partido. Vamos a luchar contra el liberalismo
acantonado en el poder y en la mentalidad burguesa de las castas privilegiadas que están
dirigiendo al conservatismo de Antioquia. 160
Una comisión de la ANP antioqueña, integrada por J u a n Roca Lemus y Jorge Luis
Arango, cursó invitación a Silvio Villegas y a Álzate Avendaño para que presidieran
el 7 de marzo la Convención del nacionalismo regional, que escogería candidatos.
Una alianza electoral con la Acción Popular Conservadora se preveía. Cabe señalar
que, aunque el director de El Colombiano no se vinculó a la ANP en la Convención
de Portobelo, era un hombre cercano a la sensibilidad leoparda y había abierto espacios
en su diario a los nacionalistas del departamento: "El grupo político que capitanea
Fernando Gómez Martínez ha sido noblemente generoso con nosotros. Allí se les han
abierto ampliamente las puertas a nuestras ideas y a nuestros hombres. El
Colombiano ha sido siempre fiel a la fórmula no hay enemigos a la derecha. En
Medellín se ha constituido un comité de acción política que anhela la organización de
un cartel de derechas para quebrantar electoralmente la dictadura del general
77
Véase Ea Patria, marzo l'7 de 1939. pp 1 y 4
El Colombiano, marzo 3 de 1939, p. 4.
Ibid.
"'" Ibid.
7,77
74
El porvenir del pasado 473
Berrío". 161 Cuando los dos eminentes nacionalistas arribaron a la ciudad fueron
recibidos con ruido. La recepción, a cargo de José Luis Aramburo, estaba conformada
por amas de casa, campesinos, obreros y estudiantes universitarios. Una caravana
de ochenta carros y catorce buses acompañaron a los ilustres invitados hasta el
Hotel Continental. En horas del mediodía, Álzate y Villegas conferenciaron con los
militantes de la ANP. A las tres, lo hicieron con los líderes del nacionalismo
departamental. En la noche, la Legión Femenina Nacionabsta les ofreció un banquete
en el que Álzate y Villegas llevaron la palabra. Asistieron Abel Naranjo Villegas y Femando
Gómez Martínez, entre otros. En su discurso, el director de El Colombiano dio a
entender que la alianza de los dos movimientos nacionalistas de Antioquia era una
realidad: 'Me siento absolutamente identificado con las ideas fundamentales del
nacionalismo. Si acaso la táctica nos separa, la ideología nos unifica".162 Al día siguiente,
al finalizarla tarde, los jefes nacionalistas caldenses intervinieron en un acto público
celebrado en el Teatro Bolívar. Sus discursos emocionados sintetizaron sus ya conocidos
tópicos: la descentrabzación administrativa y económica que permitirían la autonomía
provincial; la democracia orgánica y el parlamento técnico como los componentes del
sistema político que necesitaba el país ante la amenaza comunista; y el corporativismo
como doctrina socio-económica que abviaría las preocupaciones de los sectores campesinos
y obreros. Los oradores destacaron del pensamiento bolivariano la esencia müitar de su
antiimperialismo, que preveía un ejército que mantuviera el orden en el interior y la
paz en las fronteras y le garantizara a Colombia la supremacía en el continente. Vülegas
se valía de Bolívar para legitimar su propia prédica.
A esa altura de lo corrido de la campaña, tanto Villegas como el resto de ideólogos
nacionalistas no habían vuelto sobre las imágenes de las recias personalidades del
fascismo genérico. Bolívar había ocupado cuantitativamente ese lugar:
Hace u n año en San Pedro Alejandrino comprendí el hálito de la grandeza del Libertador y pedí
al Padre que me diera una ráfaga de inspiración para salvar a Colombia. Desde aquel momento,
cada hora de mi vida es una hora tormentosa, yo ya no encuentro paz ni sosiego; un día en
Cartagena y otro en Medellín, siento la necesidad de cumplir está gran misión. En el silencio de
la noche siento una voz misteriosa que me grita: "jAdelante, adelante!". He tenido que sacar
energía de donde no la tengo para realizar esta obra que me propongo en el país. 163
Seguidamente, los nacionalistas antioqueños ebgieron el nuevo Comando Nacionalista
del departamento, el cual quedó integrado por Gilberto Álzate Avendaño, Félix Ángel
Vallejo, Juan Roca Lemus, Clímaco Velásquez, Jorge Luis Arango Jaramillo y César
Ruiz, en calidad de principales. Como secretario general fue escogido José Luis
Aramburo. 164 El nombre de Álzate Avendaño como jefe del nacionalismo antioqueño
se debió a su conocimiento de la región, a su papel como organizador allí de la
resistencia conservadora en los primeros años de la república liberal. Eso le permitía
reafirmar: "Antioquia está mejor preparada que Caldas para u n a campaña
nacionalista. Su organización familiar, su sentido cristiano de la vida, la inmensa
miseria de los campos abandonados, su amor a la jerarquía y al orden, la impulsan
hacia nuestras tesis bolivarianas y católicas".' 65 Álzate y Villegas se comprometieron
a regresar al departamento para consolidar el nacionalismo: "Pasadas las elecciones,
nosotros rcabzaremos una correría por Antioquia organizando en una forma autónoma
todos los comandos nacionalistas para las elecciones de octubre".166 La reunión terminó
con una corta oración de Álzate Avendaño, la cual fue aclamada por el púbbco presente.
1177
La Patria, marzo 7 de 1939, p. 3,
Ibid.. marzo 8 de 1939. p. 4.
Ibid., marzo 9 de 1939. p. 2.
7&!
Como suplentes fueron elegidos Víctor Carvajal Ortega. Abel Naranjo Villegas, Gabriel Henao Mejía, Alberto Gómez Montoya,
Guillermo Botero y Arturo González.
'"'• La Patria, marzo 7 de 1939. p. 3.
477
ibid.
7772
7777
474 El porvenir del pasado
Finalmente, el 9 de marzo, Álzate Avendaño y Villegas instalaron el nuevo Comando
Nacionalista de Antioquia y contribuyeron a la conformación de los comandos
municipales. En horas de la noche, por los micrófonos de La Voz de Antioquia, Álzate
Avendaño habló a los antioqueños y reveló las planchas nacionalistas de candidatos
a la Asamblea y a la Cámara por Antioquia. No obstante las cercanías ideológicas, la
alianza electoral entre la Acción Nacionalista Popular y la Acción Popular
Conservadora no se materializó. Fernando Gómez Martínez, director de El
Colombiano, señaló en uno de sus editoriales las divergencias principales entre
uno y otro movimiento: "El nacionalismo no nos alarma como idea. Estamos cerca de
él, de su programa, de sus mitos, de su estilo. Nos contagia su mística. Pero el
nacionalismo rompe la unidad del Partido Conservador —y la rompe de manera
permanente— sin afectar para nada al Partido Liberal". 167 Así, cada una de las dos
organizaciones presentó planchas por aparte. La ANP encabezó lista para la Cámara
con el nombre del leopardo Eliseo Arango. En la de la Asamblea estaban los nombres
de Silvio Villegas, Fernando Londoño, Joaquín Estrada Monsalve y Antonio Alvarez
Restrepo. Lo que pudo haberse entendido como una conquista caldense de Antioquia.
La Acción Popular Conservadora lanzó su plancha a la Cámara con el nombre del
leopardo Augusto Ramírez Moreno y José Mejía Mejía.
En la confección de sus listas, el nacionalismo mostró que se trataba, ante todo, de
un movimiento de líderes interesados a toda costa en su promoción. Encabezaron las
planchas en cuatro de los departamentos de su influencia aspirando a vencer en uno
o en otro a cómo diera lugar. Sólo ellos aparecieron, no dieron oportunidad a nombres
menores. Su mesianismo, es decir la solución de los problemas nacionales, estaba
estrechamente vinculado a sus propios nombres. Incluso en el Cauca, la plancha
para la Cámara estaba en cabeza de Joaquín Estrada Monsalve y la de la Asamblea
en la de Fernando Londoño Londoño.
Se aproximaba el día de elecciones. El conservatismo, aunque descuartizado, hacía
interesante el proceso democrático. Para el nacionalismo independiente era su
oportunidad. Su trabajo electoral había sido intenso y razones tenía para estar optimista.
También los conservadores oficiabstas habían trabajado duro, no obstante la ausencia
del jefe único, "el fugitivo", como le decían algunos. Desde finales de febrero, líderes
jóvenes del partido expusieron sus puntos de vista por los micrófonos de La Voz de
Colombia: Guillermo Camacho Montoya, Francisco Fandiño Silva y Francisco Plata
Bermúdez, entre otros. El conservatismo de Cundinamarca y Bogotá se enfrentó a las
pretensiones de Augusto Ramírez Moreno, quien el 11 de marzo presentó su nombre a
la Cámara, compitiéndole a Laureano Gómez el electorado conservador. En manifiesto
de advertencia para la militancia, el DNC declaró: "Unidos como estamos todos en el
credo de nuestro partido, sin discrepancias ideológicas de ningún género, toda disidencia
motivada por consideraciones personales debe rechazarse como funesta a nuestra causa
y como contraria a la disciplina, que hoy más que nunca es cuestión de vida o muerte
para el futuro de nuestra comunidad política".168
El conservatismo caldense también hizo un llamado a la disciplina y al orden. El 15
de marzo fue publicado el Manifiesto de la Convención Conservadora de Caldas, en el
cual se desautorizaba cualquier disidencia que pudiera poner en peligro la unidad
del conservatismo departamental:
" 2 El Colombiano, marzo 12 de 1939. p. 3,
7I7
" El Siglo, marzo 11 de 1939, p . 4 .
El porvenir del pasado 475
En el Partido Conservador no puede haber ninguna disidencia, ninguna debilidad. Toda disidencia
es una traición. Lo sepan o no, lo confiesen o no lo confiesen, todo disidente, todo neorromanista,
todo moderado, todo neutral, está trabajando en contra de los intereses del Partido Conservador
[...] nos permitimos alertaros acerca de las listas que, encabezadas respectivamente por Silvio
Villegas y Fernando Londoño Londoño, que no sólo no son conservadoras sino que constituyen
un reto para nuestra causa ya que dichas planchas son el fruto del odio, de la traición y de la
vileza contra nuestros jefes más esclarecidos como los doctores Laureano Gómez y Aquilino
Villegas, y contra nuestro credo político y doctrinario". 169
Los resultados de las elecciones del 19 de marzo de 1939.
¡Dios mío, Dios Mío! Acuérdate de nosotros y
dadnos el triunfo que merece la República de
Cohmbia. 11 "
El resultado de las urnas el día de mañana
tendrá repercusiones profundas en el futuro
de la vida nacional y se abrirá en ¡a historia del
país un capítulo nuevo en el cual h a b r á de
r e g i s t r a r s e la j o r n a d a nacionalista como el
principio de la revolución de las almas. 111
Y llegó el día de elecciones. No faltaron los perentorios llamados de último momento:
"Nacionalistas de Caldas, Antioquia, Cauca y Valle, el país os mira: ¡Cumplid! Colombia hace un acto de fe y de esperanza en la jerarquía y en el movimiento
nacionalista". 1 '2 El evento, de veras, era de gran importancia para el nacionalismo
colombiano, pues se trataba de sus primeras elecciones, iban a ser contados, los
significados eran de gran consideración. Cada militante nacionalista era considerado
jefe de debate y tenía el deber moral de conseguir tres electores. "!Arriba Colombia!",
"¡Por Cristo, por Colombia y por Bolívar!", decían los carteles. La Patria no circuló
el domingo de las elecciones, pero las oficinas de Gilberto Álzate Avendaño y Fernando
Londoño Londoño estuvieron abiertas, y desde ellas el nacionalismo cubrió la jornada.
Todos los sectores conservadores emplearon la metáfora de la guerra en sus
convocatorias finales: "Estaremos en las urnas mañana, con el inquieto gozo de la
primera batalla", 173 escribió el editorialista de La Patria, mientras que el de El
Siglo anotó: "hoy el Partido Conservador va a tomar las posiciones más importantes
para la batalla definitiva".17'1
Los nacionalistas tuvieron conciencia de haber desarrollado un buen trabajo. Lo
repetirán una y mil veces : "Es la campaña más ruda, más brillante y sostenida que
se haya verificado en el país, por su intrepidez, su altura mental y su sentido
apostólico",175 recordaría Álzate poco después. Villegas también evocaría: "En diez
meses recorrí todas las ciudades y todos los pueblos de Caldas. Mis palabras llenaron
todo el territorio caldense enseñando a las gentes un nuevo evangelio que tenía también
poder bíblico. Mi actividad me llevó a pronunciar en un solo día quince discursos en
diferentes pueblos". 176 Y José Mejía Mejía, un nacionalista amigo, contribuiría al
"''" La Voz de Caldas, marzo 15 de 1939, p. 3.
7
" Palabras de Guillermo Gutiérrez Vélez, presidente del Directorio Departamental de Caldas. La Voz de Caldas, marzo 6 de 1939, p. 3.
77
La Patria, marzo 14 de 1939. p. 3.
74
Ibid.. marzo 18 de 1939, p. 1.
774
Ibid.. p, 3.
774
El Siglo, marzo 19 de 1939. p. 4.
El Liberal, noviembre 3 de 1939, p. 15
"' La Razón, julio ISde 1939, p. 11.
476 El porvenir del pasado
recuerdo: "El dogma nacionalista no fue un secreto de familia sino una doctrina
política que alcanzó la más terca, ancha y longitudinal de las promulgaciones
populares".177
Aunque la prensa liberal destacó el orden y la tranquilidad durante los comicios, los
conservadores no compartieron ese balance. La Voz de Caldas reportó que en Bogotá,
Amadeo Gutiérrez e Ignacio Escallón fueron atacados por liberales; que en Toledo.
Santander, el conservatismo se había abstenido de sufragar por amenazas de la pobcía;
que en Soatá, Boyacá, los conservadores fueron ultrajados por la policía con un saldo de
un muerto y un herido; y que en Santander de Quilichao, en Marsella y en Anserma
también hubo bajas conservadoras, producto de confrontaciones con los liberales.
En Manizales, en cambio, las elecciones transcurrieron en calma. En horas de la
tarde, cerradas las votaciones, y conocidos los primeros 1.147 votos, los nacionalistas
se precipitaron a celebrar. Gritos de vivas a la nueva Colombia y al comando de
Caldas se escucharon en la Casa Nacionalista. La edición de La Patria del 20 de
marzo dio cuenta del resultado local: "6.666 colombianos contestaron a la Colombia
Bolivariana: '¡Presente!' ".178
No se compadecieron los votos con las energías, con el gran esfuerzo desplegado por
los dirigentes nacionalistas. La palabra trascendente, arrogante, imponente y
apocalíptica no recibió en votos el respaldo ansiado. Pero a la hora del raciocinio,
Silvio Villegas no renunció a ella ;
Si otros se ufanan de éxitos electorales nosotros sentimos el legítimo orgullo de tener a
nuestro lado a siete mil corazones ardientes, siete mil espíritus inconformes, siete mil cruzados
bolivarianos que aspiran como el Libertador a romper toda esta costra de democracia podrida,
de politiquería, de partidismo, de parlamentarismo. Sueñan ellos con la gloriosa restauración
de unos principios que sean cristianos, auténticamente cristianos, desfigurados hoy y puestos
al servicio de una politica que se asienta sobre el odio y se subleva contra la justicia social.179
Los cabalísticos 6.666 votos nacionalistas de Caldas sirvieron apenas para un escaño
en la Cámara de Rrepresentantes para Silvio Villegas, y uno para Fernando Londoño
Londoño en la Asamblea de Caldas. En Antioquia, los nacionalistas de la ANP
alcanzaron 2.324 votos y la Acción Popular Conservadora 1.551. En el Valle el
nacionalismo sólo logró 943 sufragios, y en el Cauca a duras penas alcanzaron el
respaldo de cuarenta simpatizantes. El leopardo Augusto Ramírez Moreno consiguió
en Cundinamarca 2.722 sufragios frente a los 46.414 de la lista laureanista. Muchos
votos, los de Ramírez, diría uno, si tenemos en cuenta que el comunismo, que llevaba
más tiempo en la brega política, alcanzó en la región 3.078 votos. En total, la
sensibilidad nacionalista sumó entonces 14.246 votos. Lastimosamente, no se
conocieron los votos nacionalistas de la Costa Atlántica.
El consolidado nacional se tradujo en 592.283 votos para el liberalismo y 322.825 para
el conservatismo. 180 Los nacionalistas consiguieron los 14.246 votos anotados y los
comunistas 4.459. Así las cosas, el nacionalismo alcanzó el 1.52 % del electorado
colombiano. Respecto de la votación total conservadora, el nacionalismo llegó al 4.41 %.
777
El Colombiano, julio 19 de 1939. p. 5.
La Patria, marzo 20 de 1939. p. 1,
Ibid.. p. 3.
77711
Seis reformas estructurales..., p. 641,
774
74
El porvenir del pasado 477
Votación en el d e p a r t a m e n t o de Caldas
en las elecciones del 19 de marzo de 1939
Nacionalistas:
X"
6.666
Municipio
Conservadores
Nacionalistas
Liberales
Liberales7
44.755
1
Manizales
2.422
1.147
4.623
Conservadores7
27.880
2
Guática
698
72
361
3
Supía
321
39
603
4
Apía
385
424
1.468
5
Balboa
156
79
841
6
Calarcá
1441
53
3.435
;
Marmato
108
54
429
8
Marulanda
260
160
134
9
Quimbaya
581
115
1.241
10
Pacora
980
486
733
11
Pijao
351
30
1.154
VI
Filadelfia
344
107
765
13
Mistrató
14
445
14
Salcnto
115
34
543
15
Marquetalia
256
2
345
16
Victoria
32
6
127
17
La Dorada
52
6
533
18
Riosucio
2.092
73
1.473
19
Neira
1.156
214
503
20
Aguadas
960
388
286
•2]
Arma
45
19
139
22
Aranzazu
1.137
220
212
23
Manzanares
1.011
119
523
24
Mocatán
408
109
712
25
Pereira
1438
200
5,986
26
Montenegro
311
27
1.288
27
Filandia
339
133
747
28
Belalcázar
436
174
1.454
29
Armenia
1.468
309
2.706
30
Santuario
665
176
1.528
31
Genova
180
10
77)
32
Anserma
984
140
1.206
33
Virginia
1
48
810
34
Chinchiná
341
187
362
35
María
88
193
511
36
Marsella
470
1 75
929
37
Palestina
59
123
280
38
Quinchía
288
55
1.672
39
Salamina
945
174
1.180
40
Santa Rosa
1.905
445
1.209
41
Balboa
156
79
811
42
Pueblo Rico
259
18
127
43
Pensilvania
1.144
85
206
44
Samaná
273
6
43
43
Circasia
247
90
825
46
Risaralda
546
56
1.660
Izquierdistas7
Rarresristas7
962
2.831
478 El porvenir del pasado
El liberalismo triunfó en trece departamentos y en una intendencia, mientras que el
conservatismo venció en Huila, donde obtuvo 17.011 votos frente a 16.284. En los
departamentos del occidente del país, el liberalismo ganó holgadamente en Caldas:
49.891 contra 36.191. En Cauca: 29.242 contra 15,517. En Nariño: 22.126 frente a
18.607. Y en el Valle del Cauca: 56,043 contra 28.362.181
En Antioquia, la victoria liberal fue estrecha: 62.815 contra 61.101, pero llena de
significados. El liberalismo conquistaba finalmente el mayor baluarte conservador
del país. En los departamentos del centro oriente y de la Costa Atlántica, los liberales
ganaron también. De tal manera, la representación política en la Cámara de
Representantes quedó distribuida así: 77 liberales, 40 conservadores y un nacionabsta.
Mientras que para las asambleas departamentales el liberalismo contaría con 172
diputados, el conservatismo con 94 y los nacionalistas con uno.
En Caldas, el liberalismo salió victorioso en 34 municipios y el conservatismo en 12.
En Manizales, los liberales obtuvieron 4,623 votos, los conservadores 2.422 y los
nacionalistas 1.147. El Partido Conservador triunfó en poblaciones que se creían
baluartes del nacionalismo. Se trató, en general, del mayor triunfo electoral del
liberalismo en la historia de este departamento. Por primera vez la contienda no se
desarrolló contra el adversario históricamente constituido, sino entre el oficialismo
conservador y su disidencia. En Marsella, un enfrentamiento entre las dos partes
terminó con el saldo de un muerto nacionalista.
El gran vencedor de las elecciones fue el bipartidismo, y en su interior el Partido
Liberal. Se sellaba definitivamente, y al parecer sin retorno, la consolidación del
electorado liberal como el mayoritario en el país. El triunfo del conservatismo oficial
sobre la disidencia conservadora nacionalista opacó la tremenda derrota del
conservatismo, disminuido en Huila y Valle del Cauca, perdedor en Nariño, Caldas
y Magdalena, otrora baluartes del partido.
El 21 de marzo, Gómez retornó a Bogotá y reclamó como suyo el triunfo conservador
sobre el nacionabsmo : "El Partido Conservador ha demostrado en el debate del domingo
disciplina y entusiasmo. Su mayoría es más evidente que nunca. Los resultados
electorales justifican la gran esperanza que tengo de mayores triunfos en el futuro",
escribió en un editorial. 182 Un copartidario le envío un curioso telegrama: "Salud,
cóndor andino; recoge bajo tus alas nuestro partido". 183 El dirigente había entrado
por el sur del país procedente de Ecuador.
La prensa laureanista, como era de esperarse, le cayó al nacionalismo. Así, por lo
menos, tenía cómo esconder la gran derrota que le había propinado el liberalismo:
Ante las tempestades que levantaba el periódico La Patria y que hacían galopar por los aires
las radiodifusoras r o m a n i s t a s , nosotros llevamos n u e s t r a i n g e n u i d a d h a s t a creer que
verdaderamente, en este Departamento, el conservatismo era un cadáver. Pero los resultados
electorales le p r u e b a n al pueblo colombiano que ese periódico, y que esas radiodifusoras,
capitalizaron durante veinticuatro meses consecutivos todas las mentiras y toda la chismografía,
y todas las murmuraciones que se puedan producir en este país. 184
7
Ibid.
El Siglo, marzo 22 de 1939, p. 1.
El Liberal, marzo 27 de 1939, p. 5.
1
La Voz de Caldas, marzo 20 de 1939, p. 3.
7
7
El porvenir del pasado 479
Los nacionalistas oscilarán, en el inmediato futuro, entre el análisis de la derrota y
su conversión en victoria: "Porque estamos convencidos de que trabajamos sobre
ideas eternas y sobre principios inmutables, nuestra actividad no puede cesar un
sólo día ni las urnas pueden ser medida a nuestros pertinaces propósitos. El
nacionalismo más que muchos otros movimientos contemporáneos de derecha, sabe
que cualquier resultado en las urnas es incidental, porque no es de ellas de donde ha
de surgir la gran revolución que propugnamos", 186 escribió el editorialista de La
Patria después de la jornada electoral. Pero encontraron razones para explicarse el
inesperado resultado. Alegaban que habían sido sometidos al asedio por los
conservadores doctrinarios, quienes "trataban de hacernos aparecer como aliados
del comunismo, como enemigos de la religión de Cristo, como emisarios de poderes
extranjeros". 186 En uno de los editoriales poselectorales leemos: "Para reducirnos a
cenizas, el doctor Laureano Gómez recolectó en Bogotá la suma de cinco mil pesos,
que fueron tripbcados por el acaudalado plutócrata que preside el directorio laureanista
de Caldas". 187 De los municipios llegaron quejas en la misma dirección. De Sevilla,
Valle, un militante informó: "Los plutos nos sabotearon en todas las formas a su
alcance. Pusieron pregoneros a anunciar que los nacionalistas éramos tránsfugas,
traidores, enemigos de Dios y su religión". 188 'Rubayata' declaró que en Marinilla un
sacerdote suelto, que tenía dos sobrinos en las listas conservadoras, calificándolo de
masón, prohibió que se sufragara por la lista que encabezaba su nombre. 189 Un
miembro del Comando Nacionalista de Antioquia declaró a La Razón : "Esperábamos
mayor número de votos porque a base de números teníamos hechos los cálculos.
Pero la campaña sorda del clero se desató sobre nuestros principios, perturbando
nuestras masas, en su mayoría de campesinos, quienes recibieron el ultimátum de
la excomunión eclesiástica".190
Muchos años después, a raíz de la muerte de Álzate, Londoño Londoño, recordó:
Nos lanzábamos [la ANP] a las primeras elecciones. Silvio Villegas encabezó la lista para la
Cámara y yo la de diputados. Álzate era el jefe general del debate. Hasta la noche del sábado,
nuestro triunfo era un hecho tangible, y con cada noticia subían nuestros cálculos en la escala
móvil de cuociente electoral. En la m a ñ a n a del domingo, sin embargo, en cada pueblo el
patriarca godo generalmente respetado y ampliamente analfabeto se parapetó en el atrio de la
iglesia del bracete con el párroco local. Y, con el grito de "¡viva el Partido Conservador! ¡Viva la
Iglesia Católica!", fuimos despanzurrados. Se había hecho correr sigilosamente la voz de que
nuestro culto por Cristo y la falta de alusión siquiera a María Santísima, probaba que éramos
una secta protestante. No nos quedó ni siquiera la semilla de nuestro "movimiento" en el
terreno comicial, pues con los 6.666 votos en todo Caldas apenas hubo un cuociente de diputado
para mí, un apretado residuo para la curul de Silvio Villegas en la Cámara. 191
Entre la autonomía y el retorno.
El 19 de m a r z o es uno de los m o m e n t o s
estelares de Colombia. En esta fecha quedó
inscrita el acta de bautismo del movimiento
nacionalista y con ella una nueva etapa en la
historia del país. Ni el nacionalismo alemán, ni
el italiano, ni el español registran un ascenso
tan vertiginoso como el nuestro. El porvenir
de n u e s t r a c a u s a queda d e f i n i t i v a m e n t e
asegurado. 192
Hf
' La Patria, marzo 20 de 1939, p. 3.
"' Ibid.
•' Ibid.. marzo 21 de 1939. p. 3
" Ibid.. marzo 22 de 1939, p. 2.
"' El Liberal, agosto 29 de 1939, p. 6.
747
La Razón, marzo 21 de 1939. p. 10.
7,1
Álzate Avendaño, Gilberto. Variaciones en torno a un nombre..
2
" La Patria, marzo 21 do 1 939, p. 3.
480 El porvenir del pasado
Aparentemente, los dirigentes nacionalistas hicieron de la derrota una victoria.
Creyeron, a lo mejor, que se había tratado de un triunfo. Había razones para que
pensaran de esa manera. El secretario general del nacionalismo antioqueño justificó
así los resultados: "En una campaña realizada en seis días escasos, sin prensa, sin
dinero y con la hostilidad de todas las fuerzas reaccionarias, logramos colocar más
de dos mil votos que son la primera levadura para lo que mañana será la nueva
Colombia".191 Escuchemos, desde Cali, una voz nueva, la de un joven universitario
llamado Alvaro Calero Tejada:
El 19 de marzo nos dio por primera vez la sensación del número. Si hace diez años éramos solo
un puñado de ilusos los que nos atrevíamos a hablar en un idioma nacional, franco y erguido,
¿quién que no desvaríe, puede llamar fracaso a la conquista de 11.000 hombres? Este es el
hecho político que nosotros planteamos a los recelosos desconfiados e incrédulos. Éramos diez,
a lo sumo veinte. Ahora somos una legión, tras una breve faena de diez meses. Supóngase
usted las sorpresas del futuro. 194
Realmente, habían pasado sólo dos años desde que el nacionalismo había dejado el
"vetusto caserón". La campaña electoral fue una proeza comparada con años de
historia conservadora. En síntesis, el movimiento nacionalista obtuvo más de 13.000
votos, cifra no despreciable para un movimiento disidente de escasa trayectoria, y en
contravía de la inercia política cultural. Respecto a los datos publicados en La Patria,
los nacionalistas les ganaron a los conservadores en cuatro poblaciones: Apía,
Palestina, La Virginia y Mistrató. En ninguno de los municipios a donde repetidas
veces fueron los nacionalistas a hacer política lograron ganarle al oficialismo
conservador. La curiosidad pública los acompañó masivamente en Pacora, Aranzazu,
Marulanda, Manzanares, Santa Rosa, Pueblo Rico, Pensilvania y Samaná, pero los
votos fueron para el oficialismo.
En Caldas constituyeron el 23.9 % del total de los votos conservadores y el 8.02 % de
la votación total. En Manizales, alcanzaron el 47.35 % del total conservador, y el
10.48 % de la votación general. Respecto al total conservador, lograron en Apía el
52.41 %, en Palestina el 67.58 %, en la Virginia el 97.95 %. En Mistrató sólo
participaron los nacionalistas. 19 " Pero vale anotar que la sensibilidad nacionalista,
que era absorbida en los programas del propio conservatismo, se expresaba también
en las disidencias conservadoras que se presentaron con listas propias. En Huila,
por ejemplo, la disidencia conservadora alcanzó 7.575 votos. Faltaría, por supuesto,
un mejor análisis al respecto. La Patria, por ende, consideró que en el conservatismo
que iba a la Cámara y al Senado en 1939, el nacionalismo no se expresaba tan sólo en
la voz de Silvio Villegas. Otras voces concurrían desde Antioquia y Santander con el
mismo propósito.
Los nacionalistas, entusiastas, se propusieron difundir a todo el país el movimiento.
En abril se reanudarían las conferencias por radio y la agitación en la plaza pública.
Empezarían por Antioquia y Tolima. El Comando de Antioquia anunció que iba a
recorrer todos los municipios: "Nuestro sitio está al aire libre, bajo la noche clara y
lo alto de las estrellas", declaró. 196 Al Valle iría Álzate, a Antioquia Silvio Villegas, y
así s u c e s i v a m e n t e h a s t a cubrir el t e r r i t o r i o nacional. La P a t r i a publicó
ininterrumpidamente "Germinal", para que la militancia tuviera presente la vigencia
de las tesis del movimiento.
7,77
Tradición. N°43. marzo 25 de 1939, p. 1.163. Véase también La Patria, marzo 21 de 1939, p. 3.
La Patria, mayo 6 de 1939, p. 3.
" Ibid.. marzo 20 de 1939, p. 3.
77777
Tradición. N" 43. marzo 25 de 1939. p. 1.163.
741
77 7
El porvenir del pasado 481
Autonomía o regreso: ¡he ahí el dilema!.
Empero, las prometidas giras y las conferencias radiales se dilataron. A medida que
fueron pasando los días, los conservadores comprendieron la dimensión no de la
derrota nacionalista, sino la del conservatismo mismo. De 384.948 votos en 1931
había descendido a 322.825 en 1939, mientras el liberalismo llegaba a 600 mil
electores. "La realidad dura, cruel e innegable, demuestra que estamos perdiendo
masas, perdiendo hombres, perdiendo la influencia en la vida nacional", 19 ' escribía el
editorialista de El Colombiano. Muy posiblemente, la estrategia de esta comunidad
estuvo diseñada para producir el regreso del nacionalismo al conservatismo. José
Mejía Mejía sostuvo que el resultado electoral de Caldas no podía ser halagüeño para
los líderes nacionalistas que esperaban un éxito proporcional y equivalente a las
energías derrochadas, y aventuró razones para explicar el fracaso. Para él, las masas
políticas del país estaban dominadas "por una voluntad interior pétrea y estratificada
que se mueve viciosamente sobre los rieles de la oxidada disciplina de nuestras
comunidades históricas [...] Seguramente las masas aplauden una bella imagen
literaria, pero sólo obedecen a un directorio. Y el nacionalismo fue un tanto irrespetuoso
con los jefes y con las jerarquías oficiales del Partido Conservador. Casi estaba
convirtiéndose en antrlaureanismo". 198 Ironizaba, con humor negro, por supuesto, el
jerárquico antioqueño. Explicaba Mejía que las tesis nacionalistas se introducían
poco a poco en los programas conservadores; de hecho, el programa conservador
aprobado en la Convención Nacional de febrero último se había inspirado en el
nacionalismo. Recordó que, sin renunciar al partido, él mismo había luchado para
incorporarle el ideario de las derechas. "El apodo derechista tuvo en el conservatismo
sus fechas de auge, de monetización y de crisis. Hoy es, si se quiere, un apellido
político náufrago y en ruinas, pero su contenido subsiste en nosotros como torso
doctrinario de lo que anhelamos para informar la bandería tradicional", 199 escribía.
Mejía calificó al nacionalismo caldense como el grupo doctrinal de avanzada del
Partido Conservador. Considerando absurdo el desgaj amiento del nacionalismo de
esa colectividad, abogó por su retorno:
Frente a los nacionalistas del departamento de Caldas, el conservatismo no puede continuar
asumiendo una actitud repelente, agresiva y hostil, como si se tratara de un adversario histórico
cuyas ideas merecen en todo instante una guerra sin piedad. El programa nacionalista puede
denominarse anticonservador, pero la contextura ortodoxa católica de sus dogmas nos coloca
en una misma línea de combate intelectual contra las vertientes de la heterodoxia. 200
Para demostrar que se podía seguir luchando por los ideales nacionalistas dentro del
Partido Conservador, Mejía dictó una conferencia en la Casa Conservadora, en la
cual planteó la cuestión social como preocupación no sólo de las izquierdas, sino
también de su partido. Demostró cómo el conservatismo había contribuido
históricamente a su resolución a través de leyes desde el Congreso, y aprovechó para
recalcar el estado en que se encontraba el programa doctrinario del partido:
Una ilustre convención nacional conservadora estatuyó muy sabiamente que entre la revolución
igualitaria, materialista y utópica del comunismo marxista, y la doctrina individualista, burguesa
y no menos utópica del liberalismo tradicional, nosotros defendemos y proclamamos la norma
de la justicia cristiana que, respetando el principio, el derecho de propiedad privada, impone a
los ricos la obligación de hacer partícipes de sus bienes superfluos a los pobres. 201
7,7
El Colombiano, marzo 23 de 1939, p. 3.
"" Ibid.. julio 19 de 1939. p. 5.
Ibid., abril 12 de 1939, p. 5.
: 7
'" Ibid.
2771
Ibid., octubre l 7, de 1939, p. 4.
77777
482 El porvenir del
El comportamiento del nacionalista Fernando Londoño Londoño en la Asamblea
Departamental de Caldas constituyó un síntoma importante. En las elecciones de
senadores por el departamento de Caldas, el diputado votó por Aquilino Villegas, el
verdugo del nacionalismo, como bien lo afirmó El Colombiano:
El doctor Londoño Londoño votó nada menos que por el doctor Aquilino Villegas, el
más infatigable y violento enemigo de las juventudes derechistas. El doctor Aquilino
Villegas ha llegado hasta descuidar su pluma frente a las ocurrencias peligrosas del
régimen liberal para afilarla diariamente contra juventudes que, como Londoño y
Londoño, se siguen mostrando como defensores impertérritos de la patria, llegando
hasta dar certeramente su voto por su implacable opositor.202
Resonaban en la memoria nacionalista las palabras de un vibrante editorial:
El nacionalismo se presenta en la Asamblea de Caldas con el primero de sus oradores políticos:
Fernando Londoño. Su responsabilidad es tan augusta como su misión. La tarea de agitación
continua que veníamos realizando en las plazas y calles se cumplirá ahora en el recinto de la
Asamblea, con mayor ámbito y resonancia. El porvenir de nuestro movimiento depende en
gran parte de su obra. Las derechas de Caldas tienen en Londoño su conciencia y su escudo. 203
Las divisiones internas emergieron. En el editorial "Las derechas colombianas",
Villegas, informando que el conservatismo se encontraba en "un proceso de
depuración", del cual Caldas hacía parte, destacó que doce congresistas conservadores
de su misma sensibilidad arribaban con él al Parlamento. 204 Apoyándose en el clamor
de sectores conservadores por el regreso de los nacionalistas al partido, y fiel a su
consigna de "no hay enemigos a la derecha", Silvio Villegas vacilaba. No faltaron las
presiones y las estrategias para desarticular el movimiento nacionalista. Venían de
todas partes: del liberalismo, del conservatismo y de la Iglesia. El Liberal, por
ejemplo, con base en la información que circulaba sobre las contradicciones en el
interior de la ANP, trazó diferencias artificiales: mientras Álzate era nacionalista,
sin vínculos con el Partido Conservador, Villegas había entrado al nacionalismo por
"un accidente de tránsito"; el segundo era un demócrata, el primero no! Álzate creía
en la violencia y la ponía en práctica, VUlegas sólo escribía sobre ella, pero le repugnaba
cuando alguien la ejercía.205 En su afán de desarticular el nacionalismo, el periódico
prestó oídos a las voces de descontento en el interior del movimiento y subió el volumen
a sus altoparlantes: que Álzate Avendaño sería nombrado führer en la próxima
convención de la ANP, y que iría a la Cámara en vez de Villegas. Rumor que aprovechó
para decir: "Álzate en la Cámara no podrá ofrecer un espectáculo de masas, como
conviene a un partido miliciano, pero lo simulará muy bien; en cambio, si Villegas
concurriera a la Cámara, vacilaría su frágil y recién nacida conciencia totalitaria". 206
Álzate en la Cámara se dedicaría a atacar a Laureano Gómez para cobrarle su
expulsión de la Secretaría del partido, y sería secundado por el suplente del 'Tigre'
Noriega, Carlos Vesga Duarte. Decía, además, el diario liberal que en la próxima
convención nacionalista los militantes flexibles, como quienes pregonaban la política
de "no hay enemigos a la derecha" serían arrojados del movimiento.207 Y a la estrategia
ayudaban los titulares: "Álzate Avendaño será führer nacionalista". Este titular estaba
acompañado de subtítulos: "Reemplazará a Silvio Villegas, que no va a la Cámara.
Convención nacionalista en Bogotá el 24 de julio". Y, encima de la fotografía de
2772
Jbíd., abril 27 de 1939, p. 5.
La Patria, abril 20 de 1939, p. 3.
' " I b i d . mayo 6 de 1939, p. 3.
2775
ElLiheral. mayo 16de 1939, p. 5.
m
Ibid.
2717
Ibid., mayo 15 de 1939, p. 3.
2077
El porvenir del pasado 483
Álzate, una leyenda en mayúsculas: "Preparan una 'purga' ",208 El primero de junio,
El Liberal abrió la página tercera con un destacado titular: "Desertaron los
'Nacionalistas'. Prefirieron volver al conservatismo. Triunfa la política de sabotaje
del señor Leyva y del padre jesuita Félix Restrepo". 209
El conservatismo de Bogotá y Cundinamarca, donde militaba un núcleo considerable
de jóvenes cercanos al fascismo, que había logrado convivir con el laureanismo, ofició
también en el propósito de desarticular el nacionalismo. El Liberal mencionó el
protagonismo, en esta tarea, de Jorge Leyva, Ernesto Martínez Capella y el padre Félix
Restrepo, quienes lograron efectivamente la deserción de algunos militantes de la ANP.
De otra parte, a finales de mayo, Silvio Villegas confirmó que él y no Álzate iría a la
Cámara. Agregó, que sostendría allí las ideas del grupo político al que pertenecía. 210
Francisco José Ocampo, el aliado de otros tiempos, también de regreso al "viejo
caserón", fungió como clave principal en el retorno de la militancia de la ANP al
conservatismo. Entre el 7 y el 8 de junio de 1939, el conservatismo caldense realizó
una convención en las instalaciones de La Voz de Caldas, a la que concurrieron 37
delegados municipales. Ocampo, que asistía en representación de Manizales, fue
elegido vicepresidente del evento, y como presidente fue escogido Guillermo Gutiérrez
Vélez, quien declaró: "Fue brillante el triunfo que obtuvimos, pues si no vencimos a
todos nuestros adversarios, sí echamos los cimientos para ese futuro triunfo".211 Pero
el dirigente local tuvo el valor de reconocer que "el nacionalismo nos restó no sólo las
cifras de sus más de seis mil y tantos votos, sino, y esto fue lo peor, infundió gran
frialdad a una buena parte de nuestras masas, que entristecidas por lo que ellas
llamaban división, no quisieron votar. Pero todo esto se ha acabado, o está por acabarse,
y debemos prepararnos para e n r u t a r debidamente el viejo y fuerte Partido
Conservador". 2 1 2 El presidente del directorio conservador declaró algo que
probablemente estaba ya adelantado: "Los jefes nacionalistas quieren incorporarse
al conservatismo, 3' nuestro partido los debe recibir! el cómo se ha de hacer esta
reincorporación, es lo que le toca resolver a las entidades directivas. Quizá esta
franqueza es para conversarla, no para hacerla pública, con todo, lo hago así porque
no me gusta otra política que la de las puertas abiertas". 213
La Convención Conservadora de Caldas ebgió nuevo Directorio, presidido por Francisco
José Ocampo. El presidente tomó en serio el regreso del contingente nacionalista al
partido. En una primera declaración política, leemos:
Anhelamos que todas las fuerzas conservadoras de Caldas que hubieran podido dispersarse en
corrientes adventicias o se hubieren abstenido por una u otra razón, permaneciendo al margen
del pasado debate, regresen a la casa común y se congreguen bajo la tradicional bandera, sin
recriminaciones y depuestas transitorias diferencias que no tienen razón de subsistir. El
momento es propicio, porque no sólo ese fue el ánimo que predominó en la convención de junio
sino porque el partido ha sabido remozar en el ostracismo sus principios, alimentando los
renuevos de su ideología con la savia de sus profundas raíces, que se hunden en la entraña
misma de los eternos principios cristianos. 2 "
Finalmente, la Convención Conservadora destacó y lamentó el cierre de La Voz de
Caldas.
" ' I b i d . . p. 1.
27
" ' Ibid.. junio T d e 1939. p. 3.
2
" Véase Ibid.
" La Voz de Caldas, jumo 8 de 1939, p. 4.
274
Ibid.
47
27
• Ibid.
Ibid.. junio 9 de 1939. p. 3.
484 El porvenir del pasado
Silvio Villegas desmintió las declaraciones hechas por el ex presidente del Directorio
regional: "No somos un apéndice del Partido Conservador, pero sí la vanguardia de
las derechas colombianas. Aceptamos en su totalidad la fórmula 'no hay enemigos a
la derecha' como tesis genérica; a lo que no estamos dispuestos ni hoy ni nunca, es a
someternos a pequeñas gentes, llenas de rencores que confunden la acción política
con sus odios personales". 215 Villegas demostró, entonces, el laudable y meritorio
papel del nacionalismo en la política conservadora, a diferencia del magro desempeño
del Directorio caldense:
A pesar de los magros guarismos electorales, todas las victorias son nuestras. Obligamos al
conservatismo a levantar la abstención, que lo estaba destruyendo: logramos que oficialmente
sus directivas se incorporaran en el poder electoral; al sacar nuestras masas a la calle sacamos
también las suyas: la última convención conservadora aprobó, en parte, nuestro programa,
aceptando las ideas corporativistas. Le hemos impuesto al conservatismo nuestro vocabulario,
nuestro estilo y nuestras ideas. A una colectividad pétrea, impermeable, le injertamos una vida
nueva. Desde esta arrogante posición insular hemos tenido más influencia que cuando estaban
en nuestras manos algunas de las palancas de mando". 210
Así que de conservatismo nada tenían que enseñarle los nuevos jefes.
"Una pausa" fue el titular que utilizó Silvio Villegas en su editorial del 15 de julio de
1939, para despedirse del periódico. El ilustre director declaró que asumía su curul en
la Cámara de Representantes, en nombre de todo el pueblo caldense. Escribiendo en
plural, agregó que desde el Congreso lucharía por las ideas de su sensibilidad política
expuestas en la campaña electoral, algunos de cuyos ejes giraron alrededor de la
descentralización, desarrollo de la infraestructura regional, elevación del nivel de las
instituciones armadas, oposición a los impuestos de exportación del café y a los elevados
sueldos de los parlamentarios, y establecimiento de una marina mercante nacional.
Pero aclaró que se comportaría de acuerdo a su consigna de "no hay enemigos a la
derecha". Y en esta dirección no descartó la posibilidad de apoyar al laureanismo en sus
propósitos de revisar las reformas de los congresos liberales homogéneos. Le reconocía,
curiosamente, al régimen de la revolución en marcha avances sociales como el de la
tributación, pero rechazaba la ley de tierras por efectos, según argüía, contraproducentes
para los campesinos y por haber creado la inseguridad que en ese momento padecía la
Nación. Sorpresivamente, declaró: "El país sabe que no somos reaccionarios, ni queremos
una vuelta al pasado, sino que aspiramos a una patria mejor".217 Sin embargo, enfatizó
que haría una oposición sistemática al Gobierno y la justificó así: "La oposición atrae
los mejores espíritus de cada época, es decir, los más desinteresados, los más dignos, los
que no le tienen miedo a la intemperie. Todas las oposiciones tienen razón porque
representan un ideal de perfeccionamiento humano". 218 Se trataba de un texto nuevo,
más dúctil, lleno de los intereses del también nuevo Silvio Villegas.
Quedó La Patria, entonces, bajo la dirección de Arturo Arango Uribe, quien, al
asumir funciones, declaró que dirigiría el diario manizalita bajo la fórmula, también,
de "no hay enemigos a la derecha". Anunció que Francisco José Ocampo escribiría
los editoriales y que continuaría recibiendo la colaboración de Fernando Londoño
Londoño, Antonio Alvarez Restrepo y Joaquín Estrada Monsalve. De Álzate Avendaño
no dijo nada. 219
417
La Patria, junio 21 de 1939, p. 1,
Ibid.. p. 2.
Véase ibid.. julio 15 de 1939, p. 3,
274
Ibid.
2774
Aid., julio Kide 19,39. p, 3,
217
217
El porvenir del pasado 485
El 17 de julio, en vísperas de su posesión en el Congreso, Villegas concedió una
entrevista a La Razón, en la cual ratificó que la preocupación fundamental del
nacionalismo en el Congreso sería la descentralización administrativa y fiscal de los
departamentos. Pero se retractó de lo afirmado en su último editorial de La Patria,
respecto a la colaboración con el conservatismo en el Parlamento: "No sé siquiera
qué planes de acción parlamentaria tenga el conservatismo. No he asistido a ninguna
reunión, ni he conversado con ningún jefe conservador. Mi actitud en el Parlamento
dependerá de circunstancias especiales, las normas que deben seguirse me la darán
los días que pasan. Sólo puedo anunciar que tengo el mejor ánimo de trabajar con
gran intensidad para lo cual dejo transitoriamente la dirección de La Patria". 220
El 23 de agosto de 1939, Diario del Pacífico publicó u n a e n t r e v i s t a que
supuestamente Gilberto Álzate Avendaño le había concedido a Antonio Llano,
periodista del diario caleño y amigo personal suyo. Según el reportero, el dirigente le
había pedido no hacer uso de sus declaraciones, pero justificó su actitud: "Un periodista
que no cuenta lo que sabe, lo que le dicen en privado sus amigos no merece el título
de tal [...I el periodismo es el arte de la infidencia".221
Los contenidos del reportaje conmocionaron a propios y extraños. La novedad noticiosa
hizo que parte o la totalidad de la entrevista fuera reproducida en otros diarios.
Álzate declaraba liquidado el movimiento nacionalista por "profundas causas
históricas" y afirmaba que, frente a la disolución del nacionalismo, las masas
conservadoras y liberales de la ANP se desplazaban hacia sus partidos. Confesó que
había entrado en desencuentros con Fernando Londoño Londoño y Silvio Villegas.
Con el primero, a raíz de su voto por Aquilino Villegas en la Asamblea Departamental.
En cuanto al segundo, declaró: "No puedo decir el diálogo que sostuve con Silvio
Villegas, y desde ese día quedamos separados. Silvio es un profesional de la política,
incapaz de ganarse la vida en otra cosa, y volverá de nuevo al conservatismo. La
Patria, su periódico, irá retornando lentamente al conservatismo. El nacionalismo
fue para ese periódico un fracaso".222 Vaticinó Álzate que los intelectuales Gerardo
Valencia y Eduardo Carranza se irían hacia la izquierda. Y se tomó su tiempo para
hablar largamente de sí mismo:
A mí me ligaban con el conservatismo ciertos lazos de s e n t i m i e n t o s e ideas. Como soy
p r o f u n d a m e n t e anti-liberal, j a m á s me d e s p l a z a r é hacia la izquierda. Hoy podía hacer
tranquilamente el tránsito hacia la izquierda, sin que nadie pudiera acusarme de ninguna
concupiscencia. Soy f u n d a m e n t a l m e n t e un hombre puro [...] Yo sé que t a r d e o t e m p r a n o
desempeñaré un papel histórico en el país. Alfonso López me ofreció varias posiciones en el
exterior y no quise aceptar ninguna. No las necesito. Pero yo estoy llamado a cumplir una
misión histórica en este país de sabandijas, de gentes mediocres, de intelectuales analfabetos.
Yo soy el único hombre que podía reemplazar a Laureano Gómez en el conservatismo, pero no
quise hacerlo. Tengo una profunda fe en mi propia inteligencia y en mis propias fuerzas de
combate [...] Yo vivo en Manizales solitariamente. Hay días en que no converso con nadie [...]
He hecho de mi profesión un negocio brillantísimo, y actualmente mi oficina de abogados de
Caldas es la oficina que centraliza todos los negocios judiciales de ese departamento. 223
Álzate reconoció en López a una personalidad histórica fuerte, se declaró anti nazi, y
agregó: "En la actualidad soy el mejor escritor político de Colombia, y algunos de los
mejores editoriales que se publicaron en La Patria, como soy un fugitivo, se los
2277
77777
222
424
La Razón, julio 18 de 1939, p, 11.
Diario del Pacifico, agosto 23 de 1939. p. 2.
Ibid. p. 2.
Ibid.
486 El porvenir del pasado
escribí a Silvio Villegas".224 Finalmente, el líder nacionalista exteriorizó sus deseos
de viajar a Europa y alejarse de la política.
Álzate Avendaño entró en ira: "Acepto que se me ataque, pero no que se parapeten en
mi nombre para decir mezquindades y estupideces",226 dijo. El dirigente nacionalista
envió telegramas a Cali para desmentir la autenticidad de la entrevista y rechazar
sus contenidos, que calificó de apócrifos. "Entrevista falsa, malévola, matrera, baja
y ruin", escribió a los editores del diario caleño. 226 Señaló que su charla con el poeta
Antonio Llano había girado sobre temas intelectuales y literarios, mas no sobre
política, puesto que consideraba inapropiado dar declaraciones a un medio de
comunicación de diferente parecer ideológico. Finalmente, Álzate enfatizó en que sus
relaciones con Silvio Villegas eran invulnerables, y que el nacionalismo concurriría
a las próximas elecciones. Llanos se defendió de las acusaciones hechas por Álzate
Avendaño y ratificó sus contenidos: "No sólo declaróme que le había hecho los mejores
editoriales a Silvio Villegas, sino que igualmente le escribió las dos mejores conferencias
que pronunció durante el debate nacionalista, o sea las de Cartagena y Cali".227
El Espectador, al destacar la noticia, abrió su página séptima del 23 de agosto con
foto de Álzate. La noticia estaba en grandes caracteres: "El nacionalismo está liquidado
y Villegas volverá al conservatismo". El contenido de la nota recogía la información
sin duda alguna, sin advertencia ninguna. En cambio, la réplica de Álzate se publicó
de manera reducida, en la parte inferior de la página séptima, tres días después. Ya
el mal estaba hecho.
La Acción Nacionalista Popular y las elecciones municipales.
Juzgo las elecciones municipales como las más
importantes. La fuerza política del municipio
constituye el núcleo germinal de la comunidad.
Sólo el comité vive vida de trincheras. Debemos
robustecer la organización política municipal,
no sólo en vista del éxito inmediato, sino en
previsión de cualquier emergencia nacional del
Partido Conservador. 2 ' 26
Así, el nacionalismo vivía un dilema: autonomía o retorno. El conflicto entre
conservadores amortiguó la intensidad del debate electoral para las elecciones
municipales de octubre. La ANP descuidó la campaña, casi podría decirse que no la
hizo. La deserción y el deslizamiento de líderes y masas se convirtió en un fenómeno
irreversible: Gustavo Salazar García, Alfonso Rincón Zamora, regresaron al partido;
Víctor Carvajal Ortega, dirigente nacionalista antioqueño, se convirtió en jefe del
debate conservador en su departamento. "Aquí no hay enemigos a la derecha", le
escribió a Silvio Villegas. "Dentro de un conservatismo, ajeno a toda política
exclusivista, podemos luchar por el triunfo de ideas que nos son comunes", le contestó
el leopardo. 229 Y Mejía Mejía explicó las cosas: "Conservatismo y nacionalismo no
constituyen unos rótulos hostiles ni dos frentes políticos abiertos". 230
7724
Ibid.
El Liberal, agosto 24 de 1939, p. 7.
Ibid. El Espectador del 26 de agosto, en su página 7, informó que Álzate había presentado denuncia por calumnia contra Diario del
Pacíñco, ante el Juzgado Segundo Penal del Circuito.
227
Diario del Pacíñco, agosto 25 de 1939, p. 5.
228
De Joaquín Estrada Monsalve al conservatismo del Quindío, En La Patria, septiembre 27 de 1939, p. 8.
"• La Patria, septiembre 7 de 1939, p. 8.
2770
El Colombiano, septiembre 14 de 1939, p. 3.
226
2217
El porvenir del pasado 487
En medio de contradicciones e incertidumbres, la Convención nacionalista, que se
había anunciado para el 24 de julio, se reunió entre el 29 de agosto y el primero de
septiembre, en momentos en que se incendiaba Europa. Con este motivo, los
nacionalistas derechistas que estaban dentro del conservatismo en Antioquia, es
decir, la comunidad política que giraba en torno a El Colombiano, se dirigieron a
los 95 delegados que concurrieron al evento. Y, entre otras cosas, les decían:
Biológicamente, nosotros somos la continuación ideológica y la prolongación espiritual del
Partido Conservador [...] El nacionalismo necesariamente tiene que volver sobre sí mismo,
r e c u p e r a r su c e n t r o de g r a v e d a d y e n t r a r en un periodo político de rectificaciones.
Rectificaciones que no son propiamente claudicaciones. Debemos borrar todo lo que nos divide
y afirmar todo lo que nos une. La fórmula "no hay enemigos a la derecha" enarbolada por un
jefe nacionalista y aceptada por el conservatismo, debe tener algún sentido para sus inventores. 231
La Convención intentó la reestructuración de cara a las elecciones municipales que
se realizarían justamente el mes siguiente. Álzate Avendaño asistió como delegado
de Caldas y como figura nacionalista reconocida. Quepa señalar que dos años atrás
la Convención de las derechas nacionales, que había dado origen a la Acción
Nacionalista Popular, contó con mayor número de delegados y gran despliegue
periodístico; caso que contrastaba con la que se reunía por esos días, desapercibida
por la prensa, posiblemente por el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, que
opacó su cubrimiento. La Convención designó un nuevo Comando Nacional, integrado
por Gilberto Álzate Avendaño, Félix Ángel Vallejo, Felipe Antonio Molina, Alfonso
Muñoz Botero, Abel Naranjo Villegas, Rodrigo Jiménez Mejía, Eduardo Carranza y
Alberto Duran Laserna, y como secretario general fue escogido Jorge Guerrero, quien
quedó facultado para nombrar comandos departamentales.
La Convención proclamó la autonomía e independencia absoluta del nacionalismo
frente a otros movimientos internacionales, y ratificó su vocación anti-individuabsta
y anti-marxista. Al tiempo, se comprometió a propugnar por una socialización
nacionalista, y en tal razón se declaró a favor de un socialismo nacional anti-marxista.
Aclaró que el nacionalismo no era un movimiento eleccionario, pero facultó al Comando
Nacional para tratar con Silvio Villegas lo relativo a la labor que este debía desarrollar
en el Congreso Nacional. Finalmente, la Convención nacionalista ordenó activar la
campaña nacionalista en todo el país. 232
A esta altura de los acontecimientos, a finales de agosto el Alto Comando Nacionalista
de Caldas, integrado por Londoño Londoño, Álzate Avendaño, Alvarez Restrepo y
Arango Uribe. puso en circulación una resolución que delegaba en los comandos
municipales la facultad de ordenar, previo estudio de las condiciones particulares de
cada núcleo electoral, la concurrencia al debate con candidatos propios. O, en su
defecto, decretar la abstención colectiva, formar planchas mixtas en alianza con
corrientes políticas afines, siempre y cuando se preservara la autonomía y el decoro
del nacionalismo. 233
De otro lado, el conservatismo manizalita convocó a la militancia a votar por la lista
al Concejo municipal, que encabezaba Francisco José Ocampo: "Invitamos a todas
las fuerzas afines a nuestros postulados y a quienes su vida política los ha tenido
27,1
272
2777
Ibid.
Véase Tradición. X" 45. septiembre 24 de 1939, pp. 1.278-1.279.
La Patria, septiembre 9 de 1939, p. 1.
488 El porvenir del pasado
ligados al conservatismo para que concurran en nuestra compañía al debate comicial.
Pensamos que las fuerzas de orden deben procurar una cooperación estrecha. La
divisa política que nos distingue nos obliga a todos por igual. Esperamos que todos
estén presentes en esta cita cordial".234 Ese mismo día, 23 de septiembre, Joaquín
Estrada Monsalve, uno de los principales líderes del nacionalismo caldense, habló
como conservador, por la radio, a la región del Quindío:
Hombre de lucha, no convengo con la abejadiza displicencia de las masas, juzgo suicida la
abstención e improcedente toda actitud deliberadora del partido. Lo único imperdonable es la
lucha estéril. Es necesario infundirle al conservatismo un heroico espíritu antrderrotista. Una
raza fuerte no tiene porque temerle a la adversidad: la historia parece haberse escrito sólo para
enseñarnos que la derrota no es sino una forma estratégica de la victoria [...] Pregono la
unidad plena: contra la guerrilla de grupos, la generosa consolidación; contra la anarquía de
programas, un decálogo unitario; contra la pugna de generaciones, la continuidad biológica de
ellas; sobre el pasado, el porvenir. El conservatismo debe ser un continente y no un archipiélago.
En torno a los jefes naturales, lo enrularemos al poder. Esta ambición que se adueñó de mí
desde que nací a la política, constituye la razón de ser de mi espíritu y la explicación de la
permanente intervención en la vida pública colombiana. 235
A su vez, Silvio Villegas invitó a votar dentro de la fórmula "no hay enemigos a la
derecha". 236 Tradición comunicó que iba a las elecciones con autonomía, y llamó a
cada militante a comportarse como un "soldado de la nueva Colombia"237. El 25 de
septiembre de 2007 se reunieron los dirigentes nacionalistas de Caldas: Álzate
Avendaño, Londoño Londoño, Alvarez Restrepo, Arango Uribe, Mejía Palacio y Alberto
Hoyos y emitieron una declaración, en uno de cuyos apartes decía: "Decretar la
abstención total en las próximas elecciones para concejales dentro del municipio de
Manizales. Prevenir a los militantes del nacionalismo contra posibles sorpresas y
engaños, advirtiéndoles que el nacionalismo no ha inscrito ni ha autorizado lista
alguna de candidatos en Manizales, y por lo tanto, deben abstenerse disciplinariamente
de sufragar el domingo próximo"238
El primero de octubre de 1939 se llevaron a cabo las elecciones de concejales
municipales. Salvo algunos hechos violentos en Piendamó, Covarachía, Mutiscua y
Chía, los comicios se desarrollaron en calma.
En los catorce departamentos y en las ciudades capitales, el liberalismo ganó frente
al conservatismo. En Antioquia, los liberales obtuvieron una estrecha victoria: 56.160
votos frente a 49.827. En el Valle del Cauca los resultados fueron implacables: 47.705
votos liberales frente a 22.709 conservadores. En Caldas, los liberales también
triunfaron holgadamente: 46.250 votos frente a 27.493 conservadores.239 Los primeros
obtuvieron el triunfo en treinta municipios, mientras los segundos sólo en trece. En
Manizales, los liberales lograron 3.952 frente a 2.648 de los conservadores. Caldas,
el departamento fortín del nacionalismo presentó un cuadro desolador para este
movimiento: 693 votos, los cuales les permitieron elegir a únicamente tres concejales,
dispersos en Aranzazu, Pacora y Santa Rosa de Cabal. 240 Electoralmente, la Acción
Nacionalista Popular se encontraba derruida. En los municipios de Manzanares,
Santa Rosa de Cabal, Aranzazu se contabilizaron 44, 233 y 115 votos nacionalistas,
respectivamente. En el municipio de Marulanda, dos. Si del todo no se acató la orden
234
Ibid., septiembre 24 de 1939. p, 1.
Ibid.. septiembre 27 de 1939, p. 8.
Ibid. Véase, además, ibid., septiembre 28 de 1939, p. 1,
2777
Véase Tradición, N° 45, septiembre 24 de 1939, p. 1.293.
2
" El Liberal, septiembre 26 de 1939, p. 16.
27777
Eastman. Jorge Mario. Seis Reformas estructurales... p. 353.
2I
" Ibid.
2:75
27777
El porvenir del pasado 489
de abstención, el papel de la Acción Nacionalista Popular contribuyó a la disminución
del voto conservador. Mientras que en las elecciones municipales de 1937 los
conservadores habían obtenido 37.439 votos en Caldas, en las del primero de octubre
de 1939 apenas lograron 27.493. 241 Si comparamos estos resultados de elecciones
para concejos con las de marzo del mismo año para Asamblea y Cámara, se puede
apreciar que, en efecto, la abstención nacionalista fue uno de los factores que más
incidieron en la caída vertiginosa del conservatismo en este departamento. La
abstención de la ANP en Caldas, sin duda, diezmó al conservatismo: "Nuestra
abstención produjo un descenso vertical de los guarismos conservadores en Caldas
[...] En Manizales nos abstuvimos dos mil electores de derecha", 242 declaró Álzate
Avendaño. La crisis del nacionalismo tuvo en el siguiente episodio su epílogo definitivo.
Silvio Villegas retorna al Partido Conservador.
Nuestros guarismos electorales, esplendidos
p a r a un movimiento recién nacido fueron
empero inferiores a n u e s t r o s cálculos. Así
empezó a desfallecer nuestro apóstol desnudo.
Villegas empezó a liar bártulos hacia otros
confínes más propicios a su espíritu tornadizo.
Otros nos q u e d a m o s , l e a l e s a los equipos
universitarios y a las masas aguerridas que
nos acompañaron, realizando aquella
admonición de R a m í r e z M o r e n o que nos
aconseja p e r m a n e c e r al p i e de n u e s t r a s
palabras como si fuesen banderas. 243
El comportamiento de Villegas en la Cámara, su protagonismo y su doble papel de
nacionalista y conservador al mismo tiempo, lo fueron constituyendo en el líder de la
bancada conservadora. El espectro de su discurso bifronte, que utilizaba con audacia,
era la expresión, de todas maneras, del conservatismo colombiano. Una declaración
política de la ANP, en la que se anunciaba su expulsión del movimiento, provocó la
ira del parlamentario: "Desconozco toda autoridad al directorio de la Acción
Nacionalista Popular", 244 declaró en el recinto de la Cámara. Villegas hizo alusión a
la pretensión que tenía la ANP, según decía, de llamarse nacional-socialista en ese
momento. Aunque admirador de los movimientos nacionalistas europeos influenciados
por la doctrina social católica, como el de Francisco Franco, Oliveira Salazar y Benito
Mussolini, no admitía a los sistemas políticos que fueran en contravía de sus principios
católicos: "Hoy el nacional-socialismo es tan contrario a mis ideas, como el comunismo
[...] Como católico, como cristiano y como hombre yo nunca he aceptado, ni podré
aceptar teoría racistas". 245 Aprovechó la supuesta nueva denominación p a r a
argumentar sus distanciamientos. Habló ahora, en su nueva posición, en contra del
nazismo, como cuando lo designaron otrora director de El Debate, cuando la emprendió
contra Maurras y la Acción Francesa. Confesando su animadversión hacia la ideología
de Hitler, declaró: "el nazismo con su teoría racista es u n a a m e n a z a de esclavitud
para la América Latina, ya que ha levantado el grito de que África empieza en el Rin,
247
Véase Eastman, Jorge Mario. Seis reformas... pp. 326-327, 353.
El Liberal, octubre 29 de 1939, p. 16.
La Patria, octubre 28 de 1939. p. 4.
'"' Ibid.
245
Ibid.
242
2,3
490 El porvenir del pasado
y porque la doctrina racista es contraria a la independencia de América Latina, una
teoría anticristiana, porque el catolicismo proclama la igualdad y la fraternidad de
todos los hombres, y Jesucristo instituyó para todos los hombres una madre común
que significa la especie humana". 246 Villegas, fiel a su tendencia de aprenderle al
liberalismo métodos y formas de hacer política, confesó que había aspirado a un
conservatismo de matices, como lo era el Partido Liberal, donde concurrían corrientes
diversas: la oficial del Presidente Santos, con las del expresidente López y la del
dirigente popular Jorge Eliécer Gaitán, voceros de las izquierdas. 247 Anotaba, con
aire de defensa: "Desde mi ingreso a la política conservadora proclamé tesis
nacionalistas para el Partido Conservador, no he negado de este, porque no podría
hacerlo con el partido donde me formé intelectual y moralmente [...] No estoy de
regreso a mi hogar político. Estaba en otros apartamentos de la vieja heredad". 248
Los dirigentes nacionalistas Ignacio Pineros Suárez y Alberto Duran Laserna
contestaron a la réplica de Villegas. Desmintieron las acusaciones que se les hacía de
haber adherido al nacional-socialismo:
En los manifiestos últimos que hemos dado a la prensa se dice que propugnamos por un
nacionalismo de tipo nacionalista, colombiano, criollo, no por un nacional-socialismo alemán.
Socialismos nacionalistas son, en Indo-América, el de Lázaro Cárdenas en México, o el del
malogrado coronel Germán Busch en Bolivia: los admiramos por su lucha contra el imperialismo
y por su programa de nacionalización de los petróleos. Pero arquetipos de gobiernos europeos no
hemos acogido en nuestro programa. El nacionalismo proclama los valores de la nacionalidad y
sostiene que el perfeccionamiento de estos valores debe fundarse en una reintegración del
espíritu nacional. Junto por rechazar todo criterio internacional expansionista o agresivo, propugna
una sana política nacionalista, que restituya a Colombia su poderío material y cultural y le dé, en
el plano continental, un rol orientador y constructivo. Naturalmente, este nacionalismo nuestro
es muy distinto al nacionalismo "lírico" de Barres, de que tan enamorado vive el doctor Villegas.249
A su vez, Gilberto Álzate Avendaño respondió desde Manizales, en entrevista a El
Liberal. Declaró a Villegas traidor de una generación que había depositado su
confianza en él. Paso a paso, Álzate reconstruyó la historia de la Acción Nacionalista
Popular. Reconoció la trayectoria de Villegas como seguidor del pensamiento derechista,
pero recalcó su vinculación tardía a la Acción Nacionalista Popular, y agregó:
Yo comprendo que en política no existen obligaciones irredimibles. Pero tampoco puede ser ella
un cómodo hospedaje en todas las estaciones de veraneo. La vida pública de Villegas, que quiere
presentar como una parábola ascendente, es un zig-zag extravagante, que va del diletantismo
barresiano a la república financiera y llega, entre corbetas, a la Acción Nacionalista Popular,
escarpado islote de rebeldía. La bajamar lo devuelve como una resaca a su vieja querencia. 250
Álzate afirmó que los resultados electorales del 19 marzo de 1939 habían dividido al
nacionalismo, y que las actuaciones de Villegas al restringir en La Patria la
publicación de noticias sobre la Acción Nacionalista Popular sorprendieron a la
militancia. Dijo que, desde La Patria, Villegas se propuso desmoralizar y disolver
el movimiento. Pero exaltó la política de abstención de la ANP en las elecciones
municipales: ""Nuestra abstención produjo un descenso vertical de los guarismos
conservadores en 20.000 sufragios menos sobre las antiguas estadísticas".251 Sabéndose
del morbo del escándalo, Álzate hizo un balance de lo acontecido:
2
" Ibid.. p, 1.
La confección de la lista para Concejo de Bogotá, por ejemplo, tuvo un proceso largo y cupieron en ella realmente todas las corrientes
liberales 7 Gaitán, Alberto Lleras. Jorge Bejarano, Antonio Garcia, Lucas Caballero y Jorge Villaveces, entre otros,
''" La Patria, octubre 28 de 1939. p. 1.
7,s
• El Liberal, octubre 29 de 1939, p. 15,
J7
" JJjid.. p. 16.
477
Jbid,
247
El porvenir del pasado 491
Nuestra experiencia nos deja la certidumbre de la pasividad de las multitudes colombianas, sin
voluntad política auténtica, sin anhelos, embutidas dentro de las más férreas estructuras
electorales e ignorantes de sus propios intereses. No es posible modificar una política que no se
guía por convicciones profundas, sino por posiciones larvadas. Nosotros sabemos que una
revolución histórica sólo pueden hacerla en Colombia las minorías egregias. La misma epopeya
emancipadora fue obra de un núcleo de letrados, cumplida a pesar de las lentas muchedumbres
estólidas diseminadas en el Virreinato. 2 '' 2
Así, Villegas, sin pundonor y en afrenta a la política de misión que defendía desde
meses atrás, había caído en el juego del bipartidismo.
No obstante las actuaciones de Villegas, Álzate Avendaño defendió la autonomía de la
Acción Nacionalista Popular y contrapuso su concepción del verdadero nacionalista:
"Nosotros no entendemos la vida pública como el arte de ir a la Cámara. Esta es la
diferencia que existe entre quienes viven para la política y quienes viven de ella".253
Finalmente, el jefe nacionalista instó a Silvio Villegas a que renunciara a su curul
de representante a la Cámara, aludiendo que se encontraba impedido para seguir
llevando la voz del nacionalismo. En esa dirección, propuso que se organizara un
tribunal de honor, integrado por Luis Cano, Abel Carbonell y Fernando Londoño,
representantes de los tres partidos, para que dirimieran el asunto. Los comandos
nacionalistas central y departamentales apoyaron la iniciativa de Álzate. Exigieron
ante el Congreso la renuncia de Villegas a la curul y que la cediera a su suplente,
Gilberto Álzate Avendaño.
Silvio Villegas se defendió. El 3 de noviembre, en un discurso en la Cámara de
Representantes, contestó a los señalamientos de Álzate. El leopardo se autoproclamó
fundador del nacionalismo y reiteró que su retorno al conservatismo no era una
fuga, porque ese partido era la casa de toda su vida, su hogar, su refugio espiritual,
contra el cual no podía rebelarse jamás. Declaró que a nadie debía su presencia en la
Cámara, sino a su esfuerzo propio y al prestigio de su talento. Dijo: "Yo he luchado
solo, sin otro apoyo que mi inteligencia, y me siento con derecho a declarar que soy
como un atlas sosteniendo el universo, porque sólo he tenido que dar la impresión de
que el nacionalismo existió como partido de avanzada". 254 Agregó que el nacionalismo
había sido un fósforo incendiado en la noche, y que tenía la certidumbre de que si lo
apagaba, como lo estaba haciendo, no se volvería a prender jamás. 255 Finalmente,
Villegas citó la experiencia del unirismo, y mostró cómo Gaitán, su fundador, había
vuelto a su viejo partido, dentro del cual se había convertido en una importante
figura nacional.
Álzate Avendaño respondió esa misma noche a los argumentos de Villegas, a quien
trató de ingenioso truhán.
Todo el estado mayor nacionalista sabe que yo revisaba, corregía y aumentaba las conferencias
políticas de Villegas. Yo inspiraba y escribía sus editoriales sobre temas sustantivos. Durante el
debate preparatorio de las elecciones, le impuse mi voluntad a gritos. Villegas se batía con mis
frases, que renovaban sus viejos trucos literarios [...] Villegas se ha sostenido siempre con
empréstitos mentales. Su profusa obra de escritor y orador es un ejemplo típico de la prosperidad
a debe. 2 '"
' Ibid.
7
Ibid.
1
Ibid.. noviembre 4 de 1939. p, 12
7
Ibid.
" Ibid.. p, 4
492 El porvenir del pasado
Curiosamente, la simibtud de las recriminaciones contra Silvio Villegas no difería mucho
del contenido del reportaje de Diario del Pacífico, calificado meses atrás por Álzate
como apócrifo. Por el contrario, encajaba a cababdad con lo que ahora declaraba.
José Mejía Mejía, de regreso de la Acción Popular Conservadora, después de las elecciones
de marzo, terció a favor de Villegas: "Nunca leímos otra cosa que doctrina conservadora
en los editoriales nacionalistas de La Patria de Manizales. El nacionalismo de Silvio
Villegas no fue otra cosa que una predicación conservadora al margen de las directivas
supremas del partido. Hoy regresa a la disciplina, y no a la doctrina".257 En cambio, los
comandos de la ANP antioqueña, luego de rechazar los argumentos esgrimidos por
Silvio Villegas para justificar su retiro, le dijeron en un largo telegrama:
Su afán de asimilarnos ahora nazismo, fascismo, falange, es recurso oportunista indigno sus
antecedentes intelectuales. Usted sábelo con evidencia nuestra antipatía por transplantaciones
e x t r a ñ a s . S u g e r e n c i a s p a r a hacernos aparecer p u g n a catolicismo son m e z q u i n a s y sin
equivalencia entre nuestra propaganda y la suya. Nosotros hemos luchado por algo y no contra
algo. Esa es la diferencia. Usted trabaja con el movimiento caldense contra cierto caudillo
conservatismo que para nosotros es apenas un incidente. Si su egregia inteligencia, ilustración,
no sírvenle para recoger dialéctica pensamiento, en puro sentido colombiano, es gallardo
e n t r e g u e curul n u e s t r o genuino vocero doctor Álzate Avendaño. Sus actuaciones contra
movimiento no liquídanlo sino vigorízanlo certidumbre de que políticos son los destructores de
la Patria. Cristo y Bolívar enjuicien su conciencia por juramentos traicionados. Saludárnoslo. 2 '' 8
El comando de la ANP de Pereira se manifestó así: "Representación suya nacionalismo
es deshonrosa. Quien como usted recibió en carne viva el látigo infamante es indigno
actuales circunstancias usurpar derechos Cámara a los que traidoramente asesinó".209
Desde Cali, los indignados seguidores del movimiento nacionalista también se
pronunciaron: "Le pediríamos que nos respondiera en qué ocasión fue más sincero,
si cuando se salió espectacularmente de 'la casa de los muertos' o ahora que ha
retornado humilde a ella. Con la frase demoledora que el maestro Valencia le dedicó
recientemente, usted sigue siendo la veleta que señala todos los vientos. Por elemental
decoro debía abandonar la curul nacionalista que desprestigia su caracterizada
endeblez".260 Los dirigentes de la Acción Nacionalista Popular de Bogotá dirigieron a
la Cámara de Representantes una solicitud cuyos contenidos rezaban'A nombre del movimiento nacionalista colombiano os pedimos que declaréis, públicamente,
que en el seno de vuestra corporación tenemos conquistada actualmente una curul nacionalista
p a r a exponer nuestro programa ante los legisladores y ante el país. Es público el hecho,
confirmado por confesión propia hecha ante vosotros, que el señor Silvio Villegas ha abandonado
su posición de nacionalista para regresar a su viejo Partido Conservador. Nosotros creemos
que el Congreso cumpliría un elemental deber de honradez al no permitir que comparta el
carácter de representante quien traiciona a su representado en forma ostentosa. El Congreso
cumpliría también con su elemental deber de moralidad sancionando debidamente uno de los
más afrentosos ultrajes que haya sufrido el poder público en los últimos años de vida nacional. 261
José Mejía y Mejía, el viejo amigo, antioqueño y nacionalista, el camarada presente
siempre en las cosas de Álzate, no podía quedarse callado. En carta abierta, le dijo:
"Tus declaraciones contra Silvio Villegas son injustas [...] Fue nacionalista sin
hipotecarse a una generación". 262 Le reconocía a Álzate lo de siempre, aunque no
2,7
El Colombiano, noviembre 5 de 1939, p, 3.
'""" El Liberal, noviembre 5 de 1939, p. 10. El telegrama estaba firmado, entre otros, por Félix Ángel Vallejo, Antonio Osorio Isaza,
Alberto Gómez Montoya. Gabriel Henao Mejía. Abel Naranjo Villegas, José Luis Aramburo, Jorge Luis Arango, Alejandro Muñera.
Guillermo Botero. Belisario Betancur, Marco Tulio Ceballos (siguen dieciocho nombres más).
259
Ibid.. noviembre 6 de 1939. p. 10,
2
'" Ibid.. noviembre 10 de 1939. p. 10.
277
Ibid., noviembre 6 de 1939, p. 15. Firmaron Rodrigo Jiménez Mejía, Ignacio Pineros Suárez. José V. Sánchez. Eduardo Carranza. Felipe
A. Molina, Carlos Martín, Alberto Duran Laserna. Jaime Sáenz, Jorge Guerrero y Carlos Ortiz Silva.
2772
El Colombiano, noviembre 3 de 1939, p. 3.
El porvenir del pasado 493
creemos que el dirigente lo compartiera: "Yo siempre he afirmado que el movimiento
nacionalista tiene en ti a su caudillo nato y neto, brazo y ensueño, músculo y poesía;
tú, amigo Gilberto, le das al nacionalismo una realidad que pudiéramos llamar
material y lírica. Su contenido, sentido, acción y dinámica emanan de una silenciosa
y cuajada labor hecha por tu mística"; 263 en cambio, para Mejía, Villegas había sido
el verbo del nacionalismo: "Sus predicaciones en la plaza pública, la dictadura de su
idioma en el agora partidista caldense y el formidable prestigio de su nombre fueron
la más orgullosa contribución al empollamiento de una idea que con otros artesanos
intelectuales hubiera perecido en forma incuestionable".264 Que Álzate fuera el músculo
y Villegas el verbo del nacionalismo era demasiado. Justamente, el jefe de la ANP lo
estaba desvirtuando con sus declaraciones, de pronto, apresuradas, pero no injustas.
Sin embargo, tenía razón Mejía cuando consideraba que el error suyo y de Álzate fue
haber pensado veinticuatro horas antes que los demás la cristianización programática
del partido, es decir, antes de tiempo. Hablando de ambos, decía: "Queríamos que
nuestra colectividad izara en sus estatutos una justicia social fiera, rotunda e
inequívoca, capaz de competir con los más agudos cánones ideológicos de la extrema
izquierda revolucionaria".265 Para Mejía, la plataforma, los idearios del nacionalismo,
incluso gran parte de su gente, estaban ya en la colectividad: "Hoy el conservatismo
levanta, yergue y prohija, como dogma propio, todas nuestras herejías de aquella
época".266 Reconocía sí, en todo esto, un proceso dramático, pero el papel transformador
y revolucionario de Álzate estaba cumplido. "El nacionalismo no desfallece con la
fuga de Silvio Villegas, ni tampoco renace con la presencia de tu caudillaje solitario.
Ala Acción Nacionalista le llegará inevitablemente su hora", le decía Mejía a Álzate,
y a todo el país. 267 Y, claro, esa hora llegaría cuando el conservatismo regresara al
poder. Tanto Mejía como Villegas estaban alejados de la idea de un partido nuevo. El
primero nunca sacó su nacionalismo del conservatismo y el segundo lo pensó como
estrategia disidente, a lo Gaitán, para regresar fortalecido, con programas y masas.
Sólo que Villegas no era Gaitán, ni Laureano Gómez era Alfonso López, ni el
conservatismo estaba en el poder. En la frialdad de su estilo cínico, Gómez, en medio
del sonado escándalo nacionalista, manifestó que a los nacionalistas no se les podía
tener confianza por "sus muchas veleidades". 268 Más tarde declaró no estar enterado
de nada de lo que había dicho "el señor Villegas".269
Pese a los justos reclamos, la Acción Nacionalista Popular no consiguió recuperar su
curul. Villegas siguió en el Parlamento cosechando éxitos. En julio de 1940, por
ejemplo, fue elegido vicepresidente de la Cámara. Empero, un sabor amargo, una
sombra rara acompañará el resto de su carrera política. La vida no le dará el beneficio
que le permitió a Gaitán borrar su aventura unirista.
"Me quedo solo y mío".
No importa. El tiempo y yo contra todos, como
dijo el antiguo. E n t r e t a n t o me quedo solo y
mío.2'"
Álzate se declaró disgustado con él mismo por haberse referido a su intervención en los
discursos y editoriales de Silvio Villegas. Se excusó, pero no se retractó: "Lo hice por un
2777
Ibid.
'"" Ibid.
"" Ibid.
2
"' Ibid.
2(77
7bid., noviembre 3 de 1939. p. 3. Véase también El Liberal, noviembre 5 de 1939, p. 10.
m
La Razón, octubre 25 de 1939, p. 11.
27777
El Liberal, noviembre 1° de 1939, p. 5,
2771
Ibid.. noviembre 5 de 1939, p. 8.
494 El porvenir del pasado
arrebato momentáneo al oír el fanfarrón discurso de ViUegas. Me abochorna y deprime
la pequenez de ese alarde fatuo y cierto, pero no quise ahorrarle a Villegas ninguna
verdad, para desbaratar el escenario de sus trucos, poniendo al descubierto los bastidores
y el consueta".271 No nos extraña la intervención de Álzate en los documentos que saban
de La Patria, mientras Villegas recorría el país. El concepto de sensibilidad leoparda
surgió justamente para referirnos a un grupo homogéneo con una identificación de
ideas e intereses jamás vista en la historia intelectual de Colombia.
Villegas regresaba al conservatismo, quizá muy temprano. El trascendental e intenso
discurso colectivo del nacionalismo estaba todavía en la memoria reciente de quienes
lo habían escuchado y oído. ¿Dónde quedaban aquellas palabras dichas el primero de
enero de 1939?: "De las próximas elecciones no saldrá la nueva Colombia, ni allí está
nuestro marco [...] no constituyen sino un episodio de la gran lucha que nos espera".272
Resultaba paradójico que quien acostumbraba a tomar el juramento de fidelidad en
las concentraciones nacionalistas fuera el primero en desertar. Era eso, un desertor,
apurado tal vez, pero no un traidor.
Se trató de una situación muy difícil para la sensibilidad leoparda, una de las partes de
la ANP, la más importante, a lo mejor. Álzate había Uevado el discurso de esta sensibüidad
a niveles muy altos de sofisticación ideológica, muy comprometedores con una manera
particular y nueva de concebir la política. En ese momento, podía autoproclamarse el
mejor escritor político del país, pues, con la Acción Nacionalista Popular, se había
convertido en un excelente comunicador de la política. La ANP lo completó, y entonces
ya no era solamente el hombre-masa, el gran organizador y conductor, sino un ideólogo.
Por ello hacía las veces de puente entre la generación de los Leopardos y la de los
jóvenes que impulsaban el ala radical de la ANP, que lo veían como tal, pero que, sobre
todo, intuían en él un tránsito hacia una comunidad política distinta a los partidos
tradicionales. Después de tan elevado esfuerzo, Álzate estaba éticamente impedido a
desertar! no podía regresar a toda máquina, sin negociación, sin ser llamado ni esperado.
Quedar a disposición de Laureano Gómez, el enemigo fabricado con creces, no creemos
que le sedujera. Le convenía más pensar en un aforismo que se evocaba en circunstancias
parecidas: la política es el arte de esperar.
Villegas, al contrario, regresaba como si nada se hubiera conquistado y como si nada
hubiera costado. Endosaba su lucha y la de los nacionalistas al desprecio del
energúmeno que lo ignoraba y despreciaba. Álzate, en cambio, prefirió alejarse de la
política y refugiarse en Manizales, en su práctica profesional. Sus compañeros de
viaje, los de la sensibilidad leoparda: Antonio Alvarez Restrepo, Fernando Londoño
Londoño y Joaquín Estrada Monsalve, sin el ruido de Villegas, irán desertando poco
a poco. Regresarán al "vetusto caserón", algunos incluso, como Estrada Monsalve, se
volverán furibundos laureanistas, y los más se acomodarán en la nueva casa en
construcción, en obra negra : el ospinismo. Augusto Ramírez Moreno retornó a la
política conservadora de Antioquia. Fernando Gómez Martínez, José Mejía Mejía,
'Rubayata' y J u a n Zuleta Ferrer continuaron dando la pelea por el nacionalismo
desde El Colombiano, pero dentro del conservatismo. Los jóvenes derechistas de
sensibilidad laureanista, Guillermo Camacho Montoya y Francisco Fandiño Silva,
siguieron vinculados a El Siglo, y Rafael Azula Barrera era flamante representante
a la Cámara por el laureanismo boyacense. De los más radicales de la derecha,
477
272
Ibid
La Patria, enero 2 de 1939, p. 2,
El porvenir del pasado 495
Carlos Vesga Duarte terminó de aliado del 'Tigre' Noriega, y con él llegaron a la
Cámara en 1939, no sin justificar su deserción. Afirmó que el nacionalismo había
sido una válvula de escape a la exasperación de la juventud conservadora. Sostuvo
que con ellos había pasado lo mismo que con la juventud liberal en décadas pasadas,
en las que había fundado varias veces el Partido Socialista para regresar luego a las
viejas toldas liberales. Y agregó: "Hay una edad en que necesitamos inventar el
porvenir a fuerza de reunir un exhausto pasado. Pero este se defiende, disfrazándose
de presente hasta que la fuerza de los hechos históricos lo violenta y elimina".273 Pero
de esta vertiente radical de la ANP, que fue su núcleo originario, el mismo que había
llamado a Álzate a dirigirlos, emana otro tipo de pensamiento que podemos advertir
desde las conclusiones de su última convención en Bogotá, de sus comunicados en
respuesta a las acusaciones de nacionabsocialistas, y de una declaración producida
en el remolino de la crisis:
La Acción Nacionalista Popular, considerando, que son causa de preocupación y estudio por
parte de los legisladores y del pueblo de Colombia, aspectos trascendentales del Derecho Social,
se hace necesario dar a conocer el pensamiento nacionalista sobre estos problemas. Declara 1 I o
La ANP solicita el apoyo al sindicalismo. Por tanto ve con agrado la ayuda y respaldo que se
presten al Congreso Sindical próximo a reunirse en la ciudad de Barranquilla; 2" La ANP
reafirma su adhesión inmutable al siguiente postulado programático: queremos, en lugar de la
economía incoherente e i n h u m a n a del sistema capitalista, otra basada en la noción de las
necesidades públicas, en el principio de la responsabilidad y en una organización sindical:
sistema este el único acto para encuadrar el trabajo, la producción y el reparto de bienes,
informado en las ideas del Socialismo Nacionalista que predicamos; 3 o La ANP renueva su fe a
este punto vertebral de su doctrina: pedimos devoción permanente para el campesino haciéndolo
propietario de la tierra y estímulo para el obrero, haciéndolo copartícipe de la fábrica; 4o La ANP
ratifica la razón primordial de su existencia: la Acción Nacionalista Popular de Colombia, es un
movimiento independiente y autónomo: sin nexos de ninguna naturaleza con movimientos
políticos internacionales o de otra índole y opuesto a ellos. Combate a los partidos y sectas de
todas clases y la función es integrarse en el todo que es la Patria. Su campo de acción es
Colombia y su meta y destino en el espacio es la reintegración del bloque gran-colombiano; 5o
La ANP rechaza y condena el empleo de su nombre para titular, inspirar o patrocinar campañas
reaccionarias que además de desvirtuar el ideal nacionalista, falsifican y traicionan el profundo
sentido revolucionario de su misión.27'1
Como advertirá el lector, esta corriente de la ANP no se refería al nacional-socialismo
como habían hecho aparecer las cosas Mejía Mejía y Villegas,275 sino al socialismo
nacional. Y, como ellos mismos lo afirmaron, en ese momento no abrevaban en el
influjo del nazismo, sino en corrientes del nacionalismo latinoamericano, una de las
cuales era la del coronel boliviano Germán Busch, quien se había suicidado el 23 de
agosto de 1939.27G Pero esa novísima y atrevida propuesta había nacido en el proceso
dialógico entre las corrientes que conformaban la ANP y sus adversarios y entre ellas
mismas. Es posible que esta propuesta apareciera menos seductora para las masas
nacionalistas que la de la sensibilidad leoparda, pero era también emanación suya. El
curso y desarrollo de la Segunda Guerra Mundial crearán nuevas condiciones. El jefe
del Alto Comando de la ANP, Rodrigo Jiménez Mejía fundó, por ejemplo, en diciembre
de 1939, la revista Presencia, y con ella adhirió y apoyó el regreso de Alfonso López
Pumarejo al poder. Tampoco estará alejado del lopismo Gilberto Álzate Avendaño. La
cosas de la historia: lo que se gesta, lo que se produce. El flujo de la dialéctica que hace
27:7
Estampa, octubre 7 de 1939, pp. 39, 45.
La declaración fue firmada el 26 de octubre de 1939 por el Alto Comando Nacional, integrado por Rodrigo Jiménez. Mejía. Alfonso
Muñoz Botero. Eduardo Carranza, .Alberto Duran Laserna y Felipe Antonio Molina, y con Jorge Guerrero como secretario general.
El Liberal, octubre 27 de 1939, p. 5.
7771
Véase la columna "Rúbrica", de Mejía Mejía en El Colombiano, primero de noviembre de 1939. p. 5.
477
Díaz Machicao, Porfirio, Historia de Bolivia. Toro. Busch. Quintanilla 1936-1940. La Paz. Editorial Juventud. 1957.
277
496 El porvenir del pasado
coincidir extremos. ¿Extremos? Gracias a esta especie de microhistoria que aquí hemos
adelantado, podemos concluir que desde la derecha de los años treinta se contribuyó, a
veces por el camino de la negación, a sostener el proceso democrático que permitió que
la Revolución en Marcha tuviera otra oportunidad. Pero esto y mucho más, son episodios
que corresponden a nuevas investigaciones. La historia continúa.
El porvenir del pasado 497
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