PARANINFO DIGITAL MONOGRÁFICOS DE INVESTIGACIÓN EN SALUD ISSN: 1988-3439 - AÑO IX – N. 22 – 2015 Disponible en: http://www.index-f.com/para/n22/499.php PARANINFO DIGITAL es una publicación periódica que difunde materiales que han sido presentados con anterioridad en reuniones y congresos con el objeto de contribuir a su rápida difusión entre la comunidad científica, mientras adoptan una forma de publicación permanente. Este trabajo es reproducido tal y como lo aportaron los autores al tiempo de presentarlo como COMUNICACIÓN DIGITAL en FORO I+E “Impacto social del conocimiento” - II Reunión Internacional de Investigación y Educación Superior en Enfermería – II Encuentro de Investigación de Estudiantes de Enfermería y Ciencias de la Salud, reunión celebrada del 12 al 13 de noviembre de 2015 en Granada, España. En su versión definitiva, es posible que este trabajo pueda aparecer publicado en ésta u otra revista científica. Enfermería en los trastornos disfuncionales sexuales femeninos de causa no orgánica Autores Beatriz Ortega Moreno Título Centro/institución Ciudad/país Dirección e-mail Enfermera Especialista en Salud Mental, Hospital General Universitario Reina Sofía Murcia, España [email protected] TEXTO DE LA COMUNICACIÓN Introducción Los trastornos disfuncionales sexuales son alteraciones en las fases de la respuesta sexual que impiden o dificultan disfrutar satisfactoriamente de la sexualidad. El DSM-IV, manual diagnóstico de trastornos mentales, las clasifica con base a alteraciones del ciclo de respuesta sexual: deseo, excitación y orgasmo. Añade, además, una categoría adicional en la que se incluyen aquellas disfunciones que suponen, más que alteración de una fase de la respuesta, la aparición de dolor en cualquier momento de la actividad sexual. (1) El primer paso que recomienda el algoritmo del trastorno sexual del DSM-IV es que se debe considerar el papel de una enfermedad orgánica o del consumo de sustancias y si la disfunción sexual se explica mejor por la presencia de otro trastorno mental. Una vez descartados, considera estas cuatro categorías principales de disfunciones: Trastornos del deseo sexual, con el deseo sexual inhibido o hipoactivo y el trastorno por aversión al sexo; Trastornos de la excitación sexual, en el hombre (disfunción eréctil) y en la mujer; Trastornos del orgasmo, diferenciando entre disfunción orgásmica femenina y masculina (eyaculación precoz); Trastornos sexuales por dolor, como son la dispareunia y el vaginismo en la mujer. (1) Así, al igual que los hombres, las mujeres pueden tener dificultades con el deseo sexual y la actividad sexual con sus parejas. Investigaciones recientes sugieren que aproximadamente el 40% de las mujeres pueden verse afectadas por alguna disfunción sexual. (2) La sexualidad es algo único a cada persona, al igual que su tratamiento. Las mujeres se diferencian en sus valores, su enfoque sexual, su ámbito social y cultural y en sus situaciones de pareja. Buscar ayuda para su tratamiento puede resultar difícil y vergonzante. La terapia empleada se enfocará y ajustará según las necesidades de cada mujer. Objetivos - Describir las disfunciones sexuales femeninas de origen psicológico. - Exponer el abordaje y tratamiento de este trastorno sexual, desde la perspectiva de enfermería. Metodología Se realiza una revisión sistemática a través de una búsqueda bibliográfica en las principales bases de datos de carácter científico (Pubmed, Dialnet, Scielo, CUIDEN, CINHAL). Los criterios de inclusión son: idioma en español y en inglés; preferentemente publicados entre los años 2010 y 2015; relacionados con la temática; y procedentes de fuentes primarias. Se utilizan las palabras clave: Disfunciones Sexuales, Psicológicas, Enfermería, Salud Mental, Tratamiento, Educación Sexual, Sexual Diysfunctions, Psychological, Nursing, Mental Health, Treatment, Sex Education. Con los criterios de inclusión y utilizando las diferentes palabras clave, se obtuvieron un total de 149 artículos en los buscadores no específicos de Enfermería, de los cuales 75 trataban sobre las disfunciones sexuales femeninas, encontrando solamente 8 sobre las de causa no orgánica. En cuanto a bases de datos de Enfermería, se obtuvieron 14 sobre disfunciones sexuales femeninas, cumpliendo 2 los criterios de inclusión. Del total de 10 artículos encontrados, se utlizan 5. Resultados La conducta sexual viene determinada por factores a analizar para lograr el diagnóstico correcto de disfunción sexual. Los contextos social, ecológico y cultural le dan forma a la sexualidad de nuestros cuerpos. A partir de esto, se construyen nuestras biografías sexuales, condicionadas a su vez por el entorno donde nos desarrollamos: familia, discurso social, grupos de relación, etc.; y nuestras experiencias (positivas y negativas) en la infancia, adolescencia, y en todo nuestro ciclo vital. (3) En cada interacción sexual, además, se presentan estímulos y situaciones eróticas específicas, como son el tipo de respuesta fisiológica, la propiocepción, miedos, sensaciones, expectativas, afectos, etc. Respecto al género, hay diferencias entre la sexualidad del hombre y la de la mujer. El estilo erótico de la mujer se basa en la necesidad de una atmósfera sexual global y la presencia y selección de un hombre que la conquiste. Su deseo no viene dado por un estímulo físico único, siendo más sensible a la ternura. Requiere intimidad y la estimulación es táctil y auditiva. El hombre es diferente al ser menos emocional y más sensible a estímulos visuales, pudiendo excitarse con estímulos solo parciales y con un conocimiento bajo de la sexualidad global, son básicamente genitales y no recurren a prolegómenos. En el coito, el hombre puede permanecer excitado aunque cese la estimulación, y la mujer necesita un estímulo continuo y cualquier acción inoportuna (como dolor, una caricia brusca o una palabra inadecuada) puede hacer que la excitación descienda hasta interrumpir el orgasmo, necesitando además un mayor tiempo para la excitación. Las disfunciones sexuales femeninas son trastornos psicosomáticos que impiden realizar el coito o disfrutar de la relación sexual. Según la National Health and Social Life Survey de Estados Unidos, en un estudio elaborado en 2002 con mujeres de entre 18 y 59 años diagnosticadas de disfunción sexual no orgánica, se concluyó que las causas son: el 32% por ausencia de interés sexual; un 28% afirmó que nunca habían tenido un orgasmo; el 21% refirió dolor durante el coito; 22% veían el sexo como algo no placentero; un 16% admitió inseguridad durante la práctica sexual; y el 7% lo relacionó con una lubricación vaginal insuficiente. Las disfunciones sexuales femeninas de origen psicológico constituyen más del 90% del total. De forma general, se clasifican atendiendo a la fase de la interacción sexual donde se presenten: deseo, excitación y orgasmo. (4) Deseo Se pueden encontrar problemas tanto por exceso (hiperactivo) como por déficit (hipoactivo). El deseo sexual hipoactivo es la ausencia permanente y persistente de fantasías eróticas y motivación para acceder a las relaciones sexuales. La prevalencia en mujeres varía de 5 a 50%. Su etiología psicológica comprende ansiedad, estrés, depresión y conflictos de pareja. El deseo hiperactivo en la mujer comprende las conductas compulsivas o adictivas, considerado así por la persona o pareja. El trastorno por aversión al sexo se caracteriza por la aversión y la evitación activa del contacto sexual genital con la pareja. Excitación El trastorno de la excitación sexual en la mujer es “la incapacidad, persistente o recurrente, para obtener o mantener la respuesta de lubricación propia de la fase de excitación, hasta la terminación de la actividad sexual”. La prevalencia es del 25%. Orgasmo El trastorno orgásmico femenino, o anorgasmia, es una ausencia o un retraso persistente o recurrente del orgasmo, o disminución de su intensidad, pese a una adecuada fase de excitación sexual. También pueden aparecer trastornos por dolor no ligados a ninguna fase de la relación: el vaginismo y la dispareunia. El vaginismo consiste en la contracción espasmódica de la musculatura de la vagina, cuando se va a iniciar el coito o ante la idea de una posible penetración. La prevalencia es de entre 2% - 5%. Su etiología psicológica se puede deber a fobias, miedo al dolor, ansiedad, agresión, etc. La dispareunia es dolor genital recurrente o persistente asociado al coito y no debido a vaginismo o a lubricación insuficiente. Su prevalencia aumenta con la edad y la etiología psicológica se puede deber a problemas emocionales o traumas. (1) Tratamiento El tratamiento de las disfunciones no orgánicas consiste en el seguimiento por psiquiatría y psicoterapia. El tratamiento psicoterapéutico se puede abordar como terapia individual (basada en terapia cognitivo-conductual desarrollada por Beck), o terapias vinculares, supervisadas o no (terapias de pareja). Los objetivos de los métodos psicoterapéuticos son: modificar el trastorno disfuncional; lograr la colaboración y participación de la pareja; proporcionar información sexual adecuada; modificar actitudes y cogniciones disfuncionales; y desarrollar habilidades relacionales y sexuales coherentes. (5) La terapia de pareja, intervención en que participan ambos miembros de la pareja, es una forma de resolver las tensiones o los conflictos de la relación. (6) Puede indicarse por tensión emocional, falta de confianza o dificultades sexuales. El objetivo principal es cambiar las conductas problemáticas y los patrones disfuncionales. Respecto a conflictos sexuales, de elección es la terapia de relaciones matrimoniales. (6) La terapia individual congnitivo- conductual de Beck se basa en detectar y trabajar cogniciones de base como baja motivación o miedo al fracaso. El tratamiento puede ser: tomando conciencia de las cogniciones y ofrecer alternativas; pidiendo a la pareja que determine los pasos; e interviniendo en otros aspectos de la relación. Los principios de la terapia cognitiva se asientan en que una experiencia sexual positiva es más que una buena técnica sexual. Las principales cogniciones implicadas pueden ser errores perceptuales (distorsiones cognitivas), o evaluativos (creencias irracionales de autoevaluación negativa). (5) Como distorsiones cognitivas destacan: la abstracción selectiva, la inferencia arbitraria, la sobregeneralización y la polarización. La desensibilización sistemática es una estrategia sexológica procedente abordajes cognitivos-conductuales. Es la aproximación escalonada a situaciones que producen una reacción aversiva, para conseguir respuestas adecuadas ante ciertos estímulos, por ejemplo, en el vaginismo. El entrenamiento asertivo pretende que la persona sea capaz de expresar deseos, emociones y sentimientos, que la posibiliten a sobre-ponerse en situaciones aversivas. (4) La estimulación erótica gradual y progresiva es un proceso gradual para autoconocerse y aprender a no anticipar respuestas, consolidando etapas. De utilidad es la enseñanza por parte de Enfermería de los ejercicios con la musculatura pubo-coxígea, o maniobras de Kegel, para el fortalecimiento y mejor control de músculos implicados en la excitación y el orgasmo. Además, la labor de enfermería también incluye la educación para la salud sexual en colegios y la comunidad en general. Educará dando información, promoción y prevención, fomentará la autoexploración sexual y entrenará la detención de pensamientos no productivos, y en la realización de psicoterapia. Conclusiones Las mujeres no suelen revelar que tienen un problema o disfunción sexual, por vergüenza, temor o pudor. Desconocen que pueden tener acceso a un profesional de la salud cualificado de la medicina sexual y la terapia psicosexual. La mayor parte de las disfunciones sexuales femeninas son multicausales, por lo que habrá que considerar los diferentes determinantes de la conducta sexual para su diagnóstico y tratamiento. El abordaje del problema, en todo caso, se desarrollará desde la perspectiva de equipo transdisciplinar, con enfermeras especialistas en salud mental, psiquiatras y psicólogos, para el tratamiento psicoterapéutico y psicofarmacológico. Bibliografía 1. American Ppsychiatric Association (APA). Trastornos sexuales y de la identidad sexual. En: DSM-IV-TR: Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Barcelona: Masson; 1996. p. 505-551. 2. Laumann EO, Paik A, Rosen RC. Sexual Dysfunction in the United States prevalence and predictors. JAMA; 1999. 281: 537-544. 3. Carrobles JA. Biología y Psicofisiología de la conducta sexual. Madrid: Fund. Universidad y Empresa; 1990. 4. Alcoba SL, García-Giralda L, San Martín C. Atención Primaria de Calidad: Guía de Buena Práctica Clínica en Disfunciones Sexuales. Madrid: Ministerio de Sanidad y Consumo; 2004. 5. Labrador FJ, Crespo M. Tratamientos psicológicos eficaces para las disfunciones sexuales. Psicothema; 2001. 13: 428-441. 6. Shives LR. Terapia de pareja y de familia. En: Enfermería psiquiátrica y de salud mental: conceptos básicos. 6ª ed. Madrid: McGraw-Hill Interamericana de España S.L.; 2007.p.173-185.