Inversión en capital riesgo y defensa de la competencia (II) Responsabilidad de las ERC por actos contrarios al Derecho de la competencia cometidos por la participada. RESUMEN Las infracciones del Derecho de la competencia –tanto nacional como comunitario- cometidas por una sociedad filial de una ECR pueden afectar directamente a su matriz, tanto a efectos del cálculo de la sanción como de su pago, siempre que se demuestre que la ECR conforma junto con las filiales que cometieron el ilícito una misma unidad económica según las normas del Derecho de la competencia. En el presente artículo se analizan los principales vínculos organizativos, jurídicos y económicos que se deben tener en cuenta para que la Comisión Europea y la Comisión Nacionl de la Competencia española (la CNC) puedan imputar a las ECR la responsabilidad por los ilícitos cometidos por sus participadas así como las consecuencias derivadas de ello. PALABRAS CLAVE Capital riesgo; Derecho de la competencia; ilícitos contrarios a la competencia; responsabilidad matriz-filial; unidad económica. TEXTO 1. INTRODUCCIÓN En el anterior artículo se abordaron las implicaciones de la normativa de control de concentraciones para las entidades de capital riesgo (“ECR”) cuando las mismas realizan operaciones de inversión en distintos tipos de empresas. Fundamentalmente se expusieron aquellas condiciones bajo las cuales dichas operaciones requieren autorización de la Comisión Nacional de la Competencia (“CNC”) o de la Comisión Europea así como los mecanismos previstos en la Ley para agilizar el proceso y las posibles consecuencias de la falta de notificación. Se trata en todo caso de un análisis previo a la inversión y por tanto a la ejecución de la eventual operación de concentración, que tras ser examinada por las autoridades de competencia puede autorizarse, prohibirse o sujetarse a condiciones o a la aceptación de compromisos. Por tanto, es un procedimiento de autorización que responde a una regulación específica y muy distinta a la de los procedimientos sancionadores previstos en la Ley 15/2007, de 3 de julio, de Defensa de la Competencia (“LDC”) (aunque puede haber sanciones derivadas de la falta de notificación o de la ejecución anticipada de la concentración). En el presente artículo sin embargo se van a analizar las consecuencias para la ECR en cuanto matriz de una o varias empresas que han realizado conductas contrarias al Derecho de la competencia (en particular, acuerdos entre competidores para alterar la competencia en el mercado) y específicamente las condiciones para que las autoridades de competencia imputen a la matriz responsabilidad respecto de la posible sanción1. Se trata por tanto de un análisis en el marco de procedimientos sancionadores, que pueden afectar a la ECR en muy diversos escenarios, como veremos más adelante. En este sentido cabe anticipar la existencia de consecuencias severas para las ECR que tienen en su cartera de inversiones participaciones en empresas cuyas actuaciones impiden o restringen la competencia en los mercados. En la sección 2 se explica la responsabilidad general de la empresa matriz por ilícitos de sus filiales en el Derecho de la competencia comunitario y cómo afecta a los casos de operaciones de inversión de capital riesgo. En la sección 3 se tratan aquellos casos en los que la empresa matriz, en este caso la ECR, posee el 100% del capital de la filial. Como se explicará, cuando se da esta situación la Comisión Europea, respaldada por la jurisprudencia comunitaria, ha invertido de facto la carga de la prueba, de forma que debe ser la matriz quien aporte pruebas que demuestren que no dirige las actuaciones de la filial en el mercado, para poder evitar así su imputación como responsable del ilícito. 1 Las conductas contrarias al Derecho de la competencia más habituales están recogidas en los artículos 1 LDC y 101 del TFUE (que tratan sobre las conductas colusorias, tales como los acuerdos entre competidores para fijar precios, repartirse los mercados, limitar la producción, etc.) y 2 de la LDC y 102 del TFUE (que tratan sobre las situaciones en que una empresa abusa de su posición de dominio en un mercado, mediante por ejemplo, la negativa injustificada a ofrecer servicios a las empresas que los solicitan, los precios predatorios o abusivos, la discriminación de precios, etc.). En la sección 4 se explican las condiciones exigidas por la jurisprudencia comunitaria para determinar la inexistencia de unidad económica entre empresa matriz y filial: independencia jurídica y de actuación en el mercado. Específicamente y teniendo en cuenta la dificultad de establecer normas generales, se expondrán diversas circunstancias analizadas en los precedentes comunitarios para determinar la existencia de independencia de actuación de la filial en el mercado a efectos del Derecho de la competencia. En la sección 5 se trata la posible imputación de responsabilidad a la ECR desde un punto de vista temporal, tratando fundamentalmente la posibilidad de que la misma pueda responder por aquellos actos contrarios a la competencia cometidos por empresas que ya no forman parte de su cartera de inversiones. Por último en la sección 6 se explican los fundamentos legales así como la aplicación realizada por la CNC de la doctrina de la responsabilidad matriz filial, que son un reflejo de la doctrina comunitaria, sobre los que se basan nuestras autoridades de competencia para imputar responsabilidad a la sociedad matriz aunque la misma no haya participado directamente en el ilícito de competencia. La sección 7 concluye. 2. LA RESPONSABILIDAD GENERAL DE LA EMPRESA MATRIZ POR ILÍCITOS DE SUS FILIALES EN EL DERECHO DE LA COMPETENCIA COMUNITARIO La primera cuestión que cabe destacar es que el presente análisis se encuadra en el marco de procedimientos en los que las autoridades de competencia, la Comisión Europea o la CNC, pueden imponer sanciones a las empresas parte de los mismos (en concreto en forma de multa pecuniaria) y por tanto son de aplicación los principios y normas específicos del Derecho sancionador. A nivel comunitario la jurisprudencia ha establecido la existencia, entre otros, de dos principios aplicables en todo procedimiento administrativo que pueda concluir en sanciones por actos contrarios a la competencia: el principio de individualización de las penas y sanciones, y el principio de legalidad de las penas. Especialmente relevante e nuestros efectos es el principio de individualización de las penas y sanciones, en virtud del cual una persona física o jurídica sólo puede ser sancionada por aquellos actos cometidos por ella misma. Lo que significa que sólo se puede imputar responsabilidad a la empresa que haya cometido la infracción. Ahora bien, tanto la Comisión Europea como los Tribunales de la Unión Europea en diversos precedentes han dejado claro que el concepto de empresa a efectos del Derecho de la competencia comunitario no debe circunscribirse estrictamente a una sociedad en razón de su personalidad jurídica propia. Al contrario, en la medida en que existen distintas personas jurídicas pertenecientes a un mismo grupo que no determinan su comportamiento en el mercado de manera autónoma, las mismas constituyen una unidad económica y, por ende, una única empresa (undertaking) a efectos del Derecho de la competencia 2. Las inversiones de capital riesgo no constituyen una excepción a dicha norma y por tanto en la medida en que la Comisión Europea aporte elementos de prueba que acrediten que la ECR y una o varias de las empresas de su cartera de inversión conforman una sola empresa o unidad económica según el Derecho de la competencia, aquella dispone de la facultad de imputar la responsabilidad de la infracción a la ECR y condenarle al pago de la multa junto con la filial o filiales que han cometido el ilícito3. A efectos de prueba, para determinar si la sociedad filial decide de manera autónoma su comportamiento en el mercado la Comisión Europea puede basarse en 2 cualquier elemento relativo a los vínculos jurídicos, económicos y Existe jurisprudencia abundante de los Tribunales Comunitarios al respecto. Véase entre otros: Asunto del Tribunal General de la Unión Europea T-12/03 ITOCHU/COMISIÓN, de 30 de abril de 2009; y Asunto del Tribunal General de la Unión Europea T-203/01 - MICHELIN/COMISIÓN, de 30 de septiembre de 2003. 3 En el caso de que la Comisión determine la existencia de unidad económica, la mencionada posibilidad de imputación de responsabilidad de la matriz conlleva otra consecuencia inmediata para el grupo: que el volumen de negocios relevante para el cálculo del 10% de límite de la sanción que, tanto de acuerdo con el Derecho comunitario como nacional, puede imponerse por la infracción cometida no sería el de la filial o filiales que han cometido la infracción sino el del grupo de la matriz, en este caso la ECR, que englobará todas las sociedades que conforman una misma unidad económica con la ECR. organizativos que le unen con la matriz a la que se le imputa la responsabilidad solidaria. Tales vínculos pueden ser muy variados (porcentaje de participación de la ECR en la filial, existencia de directivos en común en ambas sociedades, flujos de información, etc) y habrá que atender a las circunstancias específicas de cada caso4. En este sentido el Tribunal de Justicia de la Unión europea (“TJUE”) ha señalado al respecto en el asunto C-97/08 P – AKZO NOBEL Y OTROS/COMISIÓN, de 10 de septiembre de 2009 (“Asunto AKZO”) que “para determinar si una filial decide de manera autónoma su comportamiento en el mercado deben tomarse en consideración no sólo los elementos mencionados en el apartado 64 de la sentencia recurrida, sino también todos los elementos pertinentes relativos a los vínculos económicos, organizativos y jurídicos que unen a esa filial con la sociedad matriz, los cuales pueden variar según el caso y, por lo tanto, no pueden ser objeto de una enumeración exhaustiva (subrayado añadido). No obstante lo anterior y teniendo en cuenta la dificultad de establecer normas generales, en la sección 4 de este artículo se analizarán algunas de las circunstancias que la Comisión Europea y la jurisprudencia comunitaria han tenido en cuenta a la hora de determinar la existencia de independencia de comportamiento entre la sociedad matriz y la filial a efectos de la posible imputación solidaria de la primera. 3. LOS CASOS DE PARTICIPACIÓN DEL 100% DE LA MATRIZ EN LA EMPRESA FILIAL: EL ASUNTO AKZO Y LA PRESUNCIÓN IURIS TANTUM DE INFLUENCIA DECISIVA Como se ha dicho la imputación de responsabilidad a la ECR por la infracción cometida por su filial requiere que la Comisión Europea pruebe que la matriz ejerce una influencia decisiva en las empresas participadas que han cometido el ilícito y que éstas no actúan de manera autónoma en el mercado sino en el marco de las instrucciones de la ECR como empresa matriz. 4 Véanse las Conclusiones del Abogado General en el asunto del Tribunal de Justicia de la Unión Europea C-407/08 P - KNAUF GIPS/COMISIÓN, presentadas el 11 de febrero de 2010, párrafo 81; Asunto del Tribunal de Justicia de la Unión Europea C-407/08 P KNAUF GIPS/COMISIÓN, de 1 de julio de 2010; y Asunto del Tribunal General de la Unión Europea T-132/07 - FUJI ELECTRIC/COMISIÓN, de 12 de julio de 2011. Por tanto la carga de la prueba recae sobre la Comisión Europea y la falta de pruebas concluyentes por parte de la misma impediría la imputación a la ECR con base en el principio de responsabilidad personal. Sin embargo la Comisión y los Tribunales comunitarios han establecido una importante excepción a esta norma para los casos en los que la matriz, en este caso la ECR, ostenta la totalidad o cuasi totalidad del capital de la filial o empresa participada 5. Efectivamente el TJUE viene aceptando que en los casos en los que la matriz tiene el 100% del capital de la filial puede presumirse la existencia de una influencia decisiva. En el Asunto Akzo, entre otros, el TJUE establece que “basta que la Comisión pruebe que la sociedad matriz de una filial posee la totalidad del capital de ésta para presumir que aquella ejerce una influencia decisiva sobre la política comercial de esa filial. Consecuentemente, la Comisión podrá considerar que la sociedad matriz es responsable solidariamente del pago de la multa impuesta a su filial, excepto si tal matriz, a la que corresponde desvirtuar dicha presunción, aporta suficientes elementos probatorios para demostrar que su filial se conduce de manera autónoma en el mercado”. En consecuencia, en los casos en que la ECR posea el 100% del capital de la filial, la Comisión podrá imputar responsabilidad a aquella probando simplemente dicha participación, presumiéndose así la existencia de influencia decisiva por parte de la ECR en el comportamiento de la empresa participada en el mercado. Así, mediante la aplicación de esta presunción a los casos de filiales participadas al 100% corresponderá a la matriz probar, aportando elementos económicos, jurídicos y organizativos suficientes que dicha filial actúa de manera autónoma en el mercado, con el fin de desvirtuar la presunción de influencia decisiva 6. 5 La excepción es aplicable también a casos en los que la matriz, sin llegar a ostentar la totalidad del capital de la filial, tiene una participación muy próxima al 100%. En este sentido el Asunto del Tribunal General de la Unión Europea, T-168/05 ARKEMA/COMISIÓN, de 30 de septiembre de 2009, párrafo 70. 6 En el Asunto Akzo el TJUE establece que la política comercial será uno de los elementos que deberá tenerse en cuenta para determinar el comportamiento autónomo de la filial en el mercado, pero no el único. Habrá que atender también a otros aspectos organizativos, económicos y jurídicos para determinar si existe unidad económica. A continuación se exponen diversas circunstancias relevantes a la hora de determinar la existencia o no de una unidad económica y, por tanto, de refutar la presunción explicada anteriormente. Se trata específicamente de argumentos que han sido alegados por parte de distintas empresas ante la Comisión Europea y/o los Tribunales comunitarios en diversos precedentes así como las valoraciones que éstos han realizado de los mismos. 4. LA SEPARACIÓN DE HECHO Y DE DERECHO DE LA FILIAL RESPECTO A LA SOCIEDAD MATRIZ El análisis llevado a cabo por los Tribunales comunitarios para determinar la ausencia de responsabilidad de la matriz se basa en dos criterios cumulativos: (i) independencia jurídica de la filial; y (ii) independencia de la misma en la toma de decisiones. La independencia desde el punto de vista legal implica que la ECR y la participada sean personas jurídicas distintas. Dicha independencia existe tanto si la participación de la ECR tiene fines de inversión estrictamente como si le otorga capacidad para ejercer influencia decisiva en la participada 7. Es por ello que la jurisprudencia comunitaria exige además la independencia de hecho, de forma que más allá de la estructura societaria del grupo, lo relevante a la hora de imputar la responsabilidad es determinar qué empresa o empresas determinan las decisiones de la filial en el mercado. En este sentido tal y como se ha expuesto anteriormente no existe una lista exhaustiva de circunstancias que permitan concluir la existencia o no de comportamiento autónomo de la filial en el mercado, tratándose por el contrario de un análisis fáctico y en el que habrá que atender a las circunstancias de cada caso. Con base en las decisiones de la Comisión Europea y/o las sentencias dictadas por los Tribunales comunitarios se exponen a continuación una serie de argumentos que han sido presentados con éxito para refutar la presunción de 7 Es claro que si la empresa matriz adquiere el negocio de la filial y ambas pasan a conformar una sola persona jurídica la responsabilidad recae sobre dicha persona jurídica sin posibilidad de distinción. influencia decisiva en casos de participación por la matriz del 100% de la filial 8. : Interés de la matriz en la filial de carácter puramente financiero. En el Asunto COMP/C.38.238/B.2 - TABACO CRUDO ESPAÑA, sentencia de 20 de octubre de 2004 la Comisión no imputó a Intabex la responsabilidad del comportamiento infractor de Agroexpansión, S.A., pese a que poseía el 100% de su capital, debido a que: “en su respuesta al pliego de cargos Intabex ha probado que, debido a la naturaleza puramente financiera de su interés en Agroexpansión, no estaba en condiciones de ejercer ninguna influencia decisiva sobre la filial”9. Restricciones legales o regulatorias que impiden el ejercicio de influencia decisiva sobre la filial. Desobediencia por parte de la filial de las instrucciones de la matriz durante el periodo de la infracción (Asuntos acumulados del Tribunal de Justicia de la Unión Europea 32/78, 36/78 a 82/78, BMW BEL- 10 GIUM/COMISIÓN, sentencia de 12 de julio de 1979) . En sentido contrario, existen varios argumentos que la Comisión y los Tribunales comunitarios han rechazado por insuficientes para desvirtuar la presunción de influencia decisiva con participación del 100% en la filial: La falta de experiencia en el sector tras la adquisición de una filial (Asuntos acumulados del Tribunal General de la Unión Europea T-117/07 y T-121/07, AREVA/COMISIÓN, sentencia de 3 de marzo de 2011, párrafo 150). La falta de conocimiento por parte de la matriz del ilícito cometido por la filial y su no participación en ella (Asunto del Tribunal de Justicia de la 8 La dificultad de sistematizar las circunstancias que permiten determinar la existencia o inexistencia de una unidad económica se observa en el hecho de que argumentos similares propuestos por empresas en distintos expedientes han prosperado en algunos casos pero no en otros. 9 Sin embargo no se trata de un argumento aceptado unánimemente por la jurisprudencia comunitaria, por ejemplo en la sentencia del Tribunal General de la Unión Europea T-168/05 - ARKEMA/COMISIÓN, de 30 de septiembre de 2009, apartado 73, no se acepta dicho argumento de la empresa holding pura. 10 Por el contrario, el asunto de la Comisión Europea COMP/E-2/37.857 PERÓXIDOS ORGÁNICOS, de 10 de diciembre de 2003 no se admitió este argumento. - Unión Europea C-90/09 P - GENERAL QUÍMICA/COMISIÓN, sentencia de 20 de enero de 2011, párrafo 103). La matriz no seguía el día a día de la gestión operativa de la filial (Asunto del Tribunal General de la Unión Europea T-197/06, FMC CORP./COMISIÓN, sentencia de 16 de junio de 2011, párrafos 121 y 122). La existencia de una dirección específica encargada de la gestión de una filial de ámbito local (Asunto del Tribunal General de la Unión Europea T25/06 - ALLIANCE ONE INTERNALTIONAL, INC/COMISIÓN, sentencia de 9 de septiembre de 2011, párrafo 145). La inexistencia de un solo director común para la matriz y la filial: este argumento no fue suficiente para rebatir la presunción, ya que además existían otros factores como el intercambio de información entre la filial y la matriz que indicaban que ésta conocía o debía conocer las actividades de la filial en el mercado (Asunto del Tribunal de Justicia de la Unión Europea C-90/09 P - GENERAL QUÍMICA/COMISIÓN, sentencia de 20 de enero de 2011). La existencia de una importante delegación de poderes a los ejecutivos de una filial (Asunto del Tribunal de Justicia de la Unión Europea C-90/09 P - GENERAL QUÍMICA/COMISIÓN, sentencia de 20 de enero de 2011, párrafo 104). Los ejemplos expuestos ponen de manifiesto por un lado el carácter netamente casuístico del análisis de la existencia o no de unidad económica entre la matriz y la filial así como la diversidad de circunstancias que se pueden considerar en el mismo; y por otro lado la dificultad de romper la presunción de influencia decisiva en los casos de participación en la filial al 100%. Efectivamente y tal y como se desprende de los precedentes, la jurisprudencia comunitaria con carácter general no considera suficientes factores como el no seguimiento del día a día de la gestión operativa de la filial, la falta de conocimiento por parte de la matriz del ilícito cometido por la filial o la ausencia de expertise de la matriz en el sector en el que actúa la participada. En todo caso, es importante destacar que la Comisión europea y la jurisprudencia comunitaria no exigen para la imputación de responsabilidad a la matriz que ésta determine el comportamiento de la filial en el día a día de sus operaciones sino que es suficiente con que lo haga respecto a las decisiones estratégicas de la misma 11. En este sentido, aunque las inversiones de capital riesgo contemplan diversas fórmulas de gestión de la filial, en muchas ocasiones las ECR participarán en mayor o menor medida en las decisiones estratégicas más importantes de la misma (las líneas de negocio en las que participar, aprobación del presupuesto, dónde y cuándo invertir, a qué proveedores comprar, la distribución de los beneficios, etc.), con el objeto de asegurarse el control sobre los aspectos críticos del negocio12. De esta forma en la medida en que esto suceda y con independencia de que la gestión de las operaciones diarias del negocio la sigan llevando a cabo los directivos de la participada, la ECR podrá ser considerada responsable de aquellos ilícitos de la filial contrarios a la competencia, pudiendo ser condenada al pago de la multa. 5. LA IMPUTACIÓN TEMPORAL DE LA RESPONSABILIDAD MATRIZ – FILIAL Una de las características de las inversiones de las ECR es su temporalidad. El propio artículo 2 de la Ley 25/2005, de 24 de noviembre, reguladora de las entidades de capital-riesgo y sus sociedades gestoras (“LECR”) establece como objeto social de las ECR “la toma de participaciones temporales en el capital de empresas”, siendo su finalidad aumentar el valor patrimonial de las mismas y vender las participaciones adquiridas obteniendo la mayor rentabilidad en la operación. 11 Véase el asunto de la Comisión Europea COMP / 38.456 – Bitumen - NL PERÓXIDOS ORGÁNICOS, sentencia de 13 de septiembre de 2006, párrafo 200. 12 Álvarez Arjona, J.M. y Erlaiz Cotelo, I., Capital Riesgo (Private Equity). Aspectos Regulatorios, Mercantiles, Financieros, Fiscales y Laborales, 1ª edición, Navarra (2006), página 417: “para los fundadores gestores es importante retener la gestión de la sociedad que ellos crearon. Entenderán o deberán entender la necesidad de control del inversor sobre materias importantes en la medida en que puedan afectar o comprometer a su inversión, pero no querrán estar atados en el día a día de la gestión cotidiana del negocio social. El inversor también deberá entender esto. No tiene interés en involucrarse en el día a día y aunque pueda aportar experiencia y consejos en temas financieros y de gestión, normalmente deberá ocupar un segundo plano, de control sobre aquellas decisiones estratégicas que puedan incidir sobre la rentabilidad que espera obtener con su inversión”. Este carácter dinámico de las inversiones de capital riesgo hace necesario un comentario sobre la imputación temporal a las ECR de los ilícitos cometidos por sus participadas. Se trata de exponer por tanto qué ocurriría en casos en que una empresa cometió un ilícito contra la competencia durante el período en que la misma formó parte de la cartera de inversiones de la ECR y a la inversa, qué ocurriría en casos en los que una ECR adquiere una participación sobre una empresa que anteriormente ha realizado prácticas contrarias al Derecho de la competencia (aunque en el presente ya no lo haga). El principio que da respuesta a estas cuestiones es el de responsabilidad personal, en virtud del cual la persona que dirige la empresa en el momento en que se cometió la infracción debe responder por ella, incluso cuando en el momento en que se declara la existencia de la misma, la empresa esté explotada y dirigida por otra persona. Por tanto como norma general la ECR respondería por aquellos ilícitos realizados por sus participadas durante el tiempo en que las mismas formaron parte de su cartera de inversión13. No obstante la jurisprudencia comunitaria ha admitido en determinadas circunstancias la excepción al principio de responsabilidad personal en aplicación del criterio de la continuidad económica. En virtud del mismo y con el fin de que el efecto útil de las normas de competencia no se vea comprometido a causa de los cambios efectuados en la forma jurídica de las sociedades de que se trate, un ilícito contra las normas de la competencia puede ser imputado al sucesor de la persona jurídica que lo haya cometido, incluso aunque esta no haya dejado de existir en la fecha de adopción de la resolución sancionadora. Por lo que la empresa matriz, en este caso la ECR, también podría responder por aquellos actos contrarios a la competencia cometidos por empresas que en el momento de la infracción no estuvieran participadas por ella pero sí en el momento en el que se declara la existencia del ilícito por las autoridades de competencia 14. 13 Asuntos del Tribunal de Justicia de la Unión HOLDING/COMISIÓN, párrafo 104; C-286/98, STORA LAG/COMISIÓN, sentencia de 16 de noviembre de 2000. 14 Europea C-297/98 SCA KOPPARBERGS BERGS- Véanse en este sentido: Asunto del Tribunal General T-9/99 HFB Y OTROS/COMISIÓN, sentencia de 20 de marzo de 2002; y Asuntos acumulados del Tribunal General T-117/07 y T-121/07, AREVA Y ALSTOM/COMISIÓN, sentencia de 3 de marzo de 2011 (pendiente de casación ante la TJUE). 6. LA RESPONSABILIDAD MATRIZ-FILIAL A NIVEL NACIONAL: SU APLICACIÓN POR LA CNC El artículo 61.2 de la LDC prevé que “A los efectos de la aplicación de la LDC, la actuación de una empresa es también imputable a las empresas o personas que la controlan, excepto cuando su comportamiento económico no venga determinado por alguna de ellas”. Sobre la base de dicho artículo así como de la normativa y jurisprudencia comunitaria explicada anteriormente la CNC y los tribunales españoles han aplicado la doctrina de la imputación matriz-filial. En este sentido en la Resolución del Consejo del Expediente S/0185/09 BOMBAS DE FLUIDOS, de 24 de junio de 2011, la CNC ha corroborado expresamente en referencia a lo dispuesto en el artículo 61.2 LDC que: “el precepto español es un reflejo de la doctrina comunitaria, que permite imputar la responsabilidad a la sociedad matriz aunque no haya participado directamente en el acuerdo”. De esta forma viene siendo práctica común de la CNC en casos en que la empresa matriz posee la totalidad o cuasi totalidad del capital social de la filial, imputar solidariamente a ambas con base en la presunción iuris tantum establecida por la jurisprudencia comunitaria. Por ejemplo, el Consejo de la CNC ha señalado en las Resoluciones del Consejo del Expediente S/0084/08 FABRICANTES DE GEL, de 21 de enero de 2010 y del Expediente S/0086/08 PELUQUERÍA PROFESIONAL, de 2 de marzo de 2011 que: “Los requisitos exigibles para la aplicación de la regla de la corresponsabilidad se resumen en que exista una posición de control de la dominada por la dominante y que el comportamiento económico de la dominada no sea independiente de la dominante. Se entiende por control la posibilidad de ejercer una influencia decisiva sobre las decisiones de una empresa independientemente del medio usado para ello. Con respecto a la independencia, si bien el medio habitual de ejercicio de control consiste en impartir instrucciones, genéricas o específicas, a la controlada o dominada, la complejidad de la prueba de la existencia de instrucciones aboga por el establecimiento de otra serie de supuestos de hecho en los que se presumirá la existencia de ejercicio de control. En este caso le corresponderá a la dominante probar que la filial actúa fijando de forma autónoma su actuación en el mercado. La jurisprudencia comunitaria ya ha determinado cuáles son esos supuestos hechos, y como cita la DI en su PR, en la STPI de 15 de junio de 2005, en el caso Tokai Carbón, entre otras se establece que cuando una filial es propiedad al 100% de su matriz, ésta sigue las directrices de su matriz, sin que sea necesario comprobar si ésta ha ejercido de hecho tal poder”. Por tanto también a nivel nacional existe la posibilidad de que la CNC impute responsabilidad a la empresa matriz por los actos contrarios a la competencia realizados por sus participadas sin necesidad de que la matriz haya participado directamente en la comisión del ilícito. Además como se acaba de explicar y tal y como sucede en la práctica a nivel comunitario, la CNC también viene aplicando la presunción de influencia decisiva de la matriz en la filial en los casos de participación del 100%, de forma que correspondería a la ECR en dichos casos desvirtuar dicha presunción. 7. CONCLUSIONES Las ECR, como matrices de un grupo de empresas, pueden ser imputadas por aquellos ilícitos contrarios a la competencia cometidos por las filiales tanto a nivel comunitario como nacional. En este sentido las autoridades de competencia deben probar que la filial no actúa de manera autónoma en el mercado sino que actúa en el marco de las instrucciones de la ECR. No obstante en los casos en los que la matriz posea la totalidad del capital de la filial, se presume que existe dicha influencia, pudiendo imputarse a la ECR el comportamiento ilícito de su filial, sin necesidad de aportar más prueba que la tenencia del 100% del capital social de la filial. La ECR podrá desvirtuar dicha presunción con base en criterios económicos, jurídicos y organizativos que demuestren que no ejerce influencia en la participada a la hora de actúar en el mercado. Se trata de un análisis fáctico que debe efectuarse caso por caso. Desde el punto de vista dinámico, la responsabilidad temporal de la ECR derivada de infracciones del Derecho de la competencia de sus participadas se extenderá a momentos posteriores a la desinversión en las mismas siempre que el ilícito tuviera lugar bajo la dirección de la ECR. Pudiendo igualmente, con base en el principio de continuidad económica, verse obligada al pago de la multa impuesta a la participada por ilícitos cometidos previamente a la inversión de la ECR en la misma. 8. FUENTES Bibliografía Álvarez Arjona, J.M. y Erlaiz Cotelo, I., Capital Riesgo (Private Equity). Aspectos Regulatorios, Mercantiles, Financieros, Fiscales y Laborales, 1ª edición, Navarra (2006). Arias, A., “Capital riesgo y gestión del talento”, Revista Española de Capital Riesgo, 1/2010. Bel, G. y Álvarez, M., “La reforma del control de concentraciones en España: un balance provisional”, Gaceta Jurídica de la Unión Europea y de la Competencia, 243 (2006). Bilau, J. y Couto, E., “La consecución de capital riesgo en la fase pre-start-up: el papel del capital humano del nuevo empresario”, Revista Española de Capital Riesgo, 1/2010. Guerra Martín, G., “La consideración de una situación de control conforme a la normativa de concentraciones económicas como presupuesto para formular una OPA”, Revista de Derecho de Sociedades, 26 (2006). Odriozola, M. y Irisarry, B., Derecho español de la competencia. Comentarios a la Ley 15/2007, Real Decreto 261/2008 y Ley 1/2002, 1ª edición, Barcelona (2008). Trías Sagnier, M., Régimen jurídico y tributario del capital riesgo en España. Entidades y Operaciones, Barcelona (2006). Vidal Martínez, P., “El control de las concentraciones económicas y las ofertas públicas de adquisición de valores”, Revista de Derecho del Mercado de Valores, 7. Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) Asunto C-90/09 P - GENERAL QUÍMICA SA/COMISIÓN, sentencia de 20 de enero de 2011. Asunto C-407/08 P - KNAUF GIPS/COMISIÓN, sentencia de 1 de julio de 2010. Asunto C-97/08 P – AKZO NOBEL Y OTROS/COMISIÓN, sentencia de 10 de septiembre de 2009. Asuntos acumulados 32/78, 36/78 a 82/78, BMW BELGIUM/COMISIÓN, sentencia de 12 de julio de 1979. Conclusiones del Abogado General en el asunto C-407/08 P - KNAUF GIPS/COMISIÓN, presentadas el 11 de febrero de 2010. Tribunal General de la Unión Europea (TGUE) Asunto T-25/06 - ALLIANCE ONE INTERNALTIONAL, INC/COMMISIÓN, sentencia de 9 de septiembre de 2011. Asunto T-132/07 - FUJI ELECTRIC/COMISIÓN, sentencia de 12 de julio de 2011. Asunto T-197/06, FMC CORP./COMISIÓN, sentencia de 16 de junio de 2011. Asuntos acumulados T-117/07 y T-121/07, AREVA/COMISIÓN, sentencia de 3 de marzo de 2011. Asunto T-168/05 - ARKEMA/COMISIÓN, sentencia de 30 de septiembre de 2009 Asunto T-12/03 - ITOCHU/COMISIÓN, sentencia de 30 de abril de 2009. Asunto T-203/01 - MICHELIN/COMISIÓN, sentencia de 30 de septiembre de 2003. Comisión Europea Asunto COMP/C.38.238/B.2 - TABACO CRUDO ESPAÑA, decisión de 20 de octubre de 2004. Asunto COMP/E-2/37.857 diciembre de 2003. - PERÓXIDOS ORGÁNICOS, decisión de 10 de Comisión Nacional de la Competencia (CNC) Resolución del Consejo del Expediente S/0185/09 BOMBAS DE FLUIDOS, de 24 de junio de 2011. Resolución del Consejo del Expediente S/0086/08 PELUQUERÍA PROFESIONAL, de 2 de marzo de 2011. Resolución del Consejo del Expediente S/0084/08 FABRICANTES DE GEL, de 21 de enero de 2010.