UNIVERSIDAD VERACRUZANA FACULTAD DE PSICOLOGÍA DESARROLLO DE HABILIDADES DE INTELIGENCIA EMOCIONAL EN ADOLESCENTES MEMORIA Que para obtener el título de: LICENCIADO EN PSICOLOGÍA Presenta: HUGO ALEJANDRO LARA XAMPALA Jalapa, Ver. Febrero de 2004 Directora de Experiencia Recepcional Mtra. Marta Campillo Rodríguez ii AGRADECIMIENTOS A la Maestra Marta Campillo R.: que con su ejemplo me ha permitido persistir en mis propósitos. A mis Padres y Hermanos: que han sido en este trabajo la fuente de mi inspiración. A mis Amigos todos: que me han transmitido innumerables enseñanzas, y que, quizás sin darse cuenta han contribuido en lo que soy. A mi Abuela: cuyo recuerdo es un digno ejemplo de inteligencia emocional. RESUMEN La presente intervención pretende asociar dos temas: uno que ha sido muy discutido desde tiempos remotos como es el de la adolescencia, y otro que ha comenzado a discutirse y analizarse recientemente, como es el de la llamada Inteligencia Emocional (I.E.), que ha cobrado mucho interés en nuestros días. Se hace pertinente asociar estos dos temas, ya que en la actualidad, debido a las presiones a que están sometidos los adolescentes, se requiere mayor control de las emociones, ya sea para potencializar las que se aprendieron en la niñez o para contrarrestar los desequilibrios emocionales que surgen en esta etapa. Así, se demanda la adquisición de habilidades de afrontamiento y socialización, lo cual hace necesaria la investigación de temas como el de la Inteligencia Emocional puesto que puede ser una herramienta muy eficaz en el trabajo con las personas, especialmente con los adolescentes. La Inteligencia Emocional está constituida por cinco factores, los cuales son: la autoconciencia, el autocontrol, la automotivación, la empatía y las artes sociales. Por lo tanto cada uno de éstos, implica el desarrollo de habilidades cognitivo conductuales como la metacognición, el manejo de las emociones, el autoconocimiento y la colaboración grupal. El enfoque cognitivo-conductual puede ser efectivo para la adquisición de habilidades de inteligencia emocional, sobre todo las que tienen que ver con el reconocimiento de las propias emociones en el adolescente, así como con el manejo de las mismas, por lo que se plantea una intervención que utilice dichas técnicas para la adquisición de habilidades de Inteligencia Emocional. iv En el primer capitulo, veremos el tema de la adolescencia, en el cual se explicará que significa este término, cuales son sus características y que implicaciones tiene ser adolescente. Así, tenemos que se verán temas tales como los problemas del desarrollo del adolescente, efectos psicológicos, relaciones interpersonales, así como también para finalizar este capítulo analizaremos aspectos que son indispensables al tratar esta etapa como lo es el conflicto y la comunicación en el adolescente. El segundo capítulo, le corresponde al tema de Inteligencia Emocional, en el cual se delimitará el concepto de inteligencia, así como la fisiología, concepción y definición de las emociones. Posteriormente se elucidarán los antecedentes de la I.E., las definiciones de la misma y la diferencia existente entre el poseer o no dichas habilidades, finalmente se hará una acotación sobre algunos estudios que relacionan a la adolescencia con la I.E., que son muy importantes para conocer los trabajos que ya se han comenzado a efectuar en este sentido. En el tercer capítulo, trataremos el enfoque cognitivo-conductual, como un elemento auxiliar en la implementación de habilidades de I.E., y siguiendo con esta dinámica, veremos los antecedentes, las características y los alcances de la terapia de conducta. Así mismo, se planteará el taller de Habilidades de Inteligencia Emocional en Adolescentes, que consta de cinco sesiones de 1:30 horas, con una población de 16 adolescentes de la Telesecundaria José Ma. Luis Mora de la Reserva Territorial de la ciudad de Xalapa, Ver., cuyo objetivo central es la adquisición de habilidades de Inteligencia Emocional a través de Técnicas Cognitivo Conductuales. v ÍNDICE: Introducción. .. .......i CAPITULO 1 ADOLESCENCIA 1.1. Definición de Adolescencia .... ... .........10 1.2. Problemas del desarrollo del adolescente .. ......................17 1.3. Efectos psicológicos del adolescente ...........................20 1.4. Las relaciones interpersonales en el adolescente.............................................................23 1.5. El conflicto humano y la comunicación en el adolescente..............................................25 CAPITULO 2 INTELIGENCIA EMOCIONAL 2.1. Delimitaciones de la Inteligencia.....................................................................................28 2.2. Concepción de las emociones................... ............ .. . .. ......32 2.3. Definiciones de emoción . .............................................33 2.4. Fisiología de las emociones .................. . ..............35 2.5. Vacíos y luces de la emoción...........................................................................................37 2.6. Antecedentes de la Inteligencia Emocional.....................................................................38 2.7. Definiciones de la Inteligencia Emocional......................................................................42 2.8. Inteligencia VS ignorancia emocional.............................................................................44 2.9. Estudios sobre la Inteligencia emocional y la Adolescencia...........................................46 CAPITULO 3 ENFOQUE COGNITIVO-CONDUCTUAL 3.1. Antecedentes del enfoque cognitivo conductual. 3.2. Características y aspectos de la Terapia Conductual 3.3. Alcances de la Terapia de Conducta 3.4. Distorsiones Cognoscitivas ................. ...........................60 ... ............. . ..........62 ......... .. .........65 ......... .....67 CAPITULO 4. INTERVENCIÓN DE CAMPO 4.1. Planteamiento del Problema.............................................................................................72 4.2. Objetivos Generales y Específicos...................................................................................72 4.3. Metodología.....................................................................................................................73 4.3.1. Población.......................................................................................................................73 4.3.2. Procedimiento...............................................................................................................74 4.3.3. Taller: Habilidades de inteligencia emocional en adolescentes....................................75 4.3.4. Carta descriptiva...........................................................................................................80 vi CAPITULO 5 ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS 5.1 Distribución de la Población.............................................................................................92 5.2. Resultados del Pretest-Postest..........................................................................................93 CONCLUSIONES...............................................................................................................103 DISCUSION........................................................................................................................105 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS..............................................................................107 Anexo A. Prueba de I.E........................................................................................................112 Anexo B. Bitácora.................................................................................................................123 Anexo C. Pensamientos negativos.........................................................................................124 Anexo D. Guía para la planeación personal..........................................................................126 Anexo E. La ruta del acuerdo............................................................................................... 127 Anexo F. Los 5 secretos de la comunicación efectiva.......................................................... 129 vii INTRODUCCIÓN La inteligencia ha tenido muchas interpretaciones, principalmente aquella que la califica como la habilidad para resolver problemas de tipo intelectual (C.I.), reduciendo a la misma a un plano muy limitado de aplicación. En la actualidad la inteligencia ha cambiado de paradigmas y ahora se enfrenta ante aspectos tales como, el autoconocimiento, la autorregulación, la automotivación, la empatía y las habilidades sociales. Cuestiones que a su vez contribuyen a la resolución de problemas netamente intelectuales. Las emociones son una fuente inmediata de bienestar o insatisfacción en nuestra vida cotidiana, y por esto el manejo que hagamos de ellas contribuirá en menor o mayor grado en el desempeño que se tenga en las áreas de nuestro entorno inmediato. Dichas áreas son un campo del que no podemos extraernos, ya que de alguna u otra manera tenemos mucho que ver en relación con el, es decir, todas las personas estamos vinculados socialmente, hacemos uso de la comunicación, nos enfrentamos a problemas, y por ende estamos sujetos a resolver conflictos por muy pequeños que parezcan, en los cuales la empatía y el autocontrol pueden marcar la diferencia entre obtener buenos resultados con los otros, y con nosotros mismos u obtener como resultado un fracaso en un intento por resolver los problemas cotidianos. Por otro lado, todos tenemos una visión a futuro, aunque en ocasiones nos parezca muy difusa, por tal motivo necesitamos autoconocernos y automotivarnos para alcanzar nuestras metas y tener éxito en lo que hacemos. La inteligencia emocional (I.E.), es un concepto moderno que fue retomado por Goleman (1995), en la cual basaremos la presente investigación considerando que los factores que maneja dicho autor son habilidades representativas de la misma, para ser aplicadas con adolescentes, ya que estas pueden ser dirigidas hacia diversos propósitos, tales como los escolares, familiares, sociales o de vida, pues estas habilidades son las que pueden capacitarnos para alcanzar metas a corto, mediano y largo plazo, proyectos de vida o simplemente vivir de una manera más asertiva en nuestra vida diaria. 8 En la actualidad, debido a las influencias que nos ofrece el ambiente en el que nos desenvolvemos, estamos más propensos a perder el control de nuestras emociones. Estas influencias son más propicias de adquirir en la adolescencia, debido a las características de la misma. Para atender estas cuestiones, es importante hacer uso del modelo cognitivo, mismo que utiliza elementos muy afines con los factores de la I.E., como es la visualización y la relajación progresiva. Es importante entrenar en el control de emociones a los adolescentes, ya que es en esta etapa en donde estos se encuentran más propensos a sufrir los estragos de un mal manejo de las mismas, por lo que necesitan un mayor soporte emocional para desenvolverse mejor en su entorno inmediato. El adolescente, requiere de una gama de habilidades que lo ayuden a encontrar respuestas a sus dudas y solución a sus problemas. Es en el desarrollo de habilidades de inteligencia emocional donde estos pueden encontrar una gran herramienta para enfrentar mejor las situaciones ambientales y conocerse mejor así mismos en favor del propio desarrollo. Es por ello que, la presente investigación pretende atender algunas variables que son susceptibles de ocasionar disturbios emocionales en los adolescentes y que pueden combatirse mediante las habilidades mencionadas, de modo que esta etapa de transición a la adultez no sea tan adversa y en su lugar pueda enfrentarse con más inteligencia; con inteligencia emocional. 9 CAPITULO 1. ADOLESCENCIA 1.1. DEFINICIÓNES DE ADOLESCENCIA Para entender la adolescencia necesitamos saber sus elementos peculiares, pero además sus principales características tales como el significado de la misma, para tal efecto al inicio del presente capítulo citaremos algunas definiciones sobre el tema que nos ocupa. Aguirre (1996), nos explica que la palabra adolescencia viene del verbo latino adoleceré, que significa crecer o llegar a la madurez . Así pues, la adolescencia es un periodo de crecimiento que comienza en la pubertad y termina con el inicio de la vida adulta, este periodo puede comprender de los 11 o 12 años hasta los 17 o 18 años. No sin dificultades, este tema ha sido muy discutido, y aún en la actualidad los estudiosos del mismo no se han puesto aún de acuerdo en que edades determinan cada uno de estos estadios, y el dilema se acentúa mas cuando entran en juego tipologías culturales. Aguirre (1996), dice que para algunos autores la adolescencia es un invento de los adultos, para otros se trata de un tema reciente y sin embargo el tema de la adolescencia no deja de ser omnipresente en la época actual. La Organización Mundial de la Salud (OMS,1998), ha preferido para evitar confusiones, utilizar criterios cuantitativos, definiendo a la adolescencia y juventud por grupos de edad. Para la OMS, la adolescencia es la etapa que ocurre entre los diez y veinte años de edad, coincidiendo su inicio con los cambios puberales y finalizando al cumplirse gran parte del crecimiento y desarrollo morfológicos. Por otro lado, Mckiney., Fitzgerald., y Strommen (2000), señalan que el término adolescencia se usa generalmente para referirse a una persona que se encuentra entre los 13 y los 19 años de edad, periodo típico entre la niñez y la adultez. Este periodo empieza con los 10 cambios fisiológicos de la pubertad y termina cuando se llega al pleno status sociológico del adulto. El estudio de la adolescencia se menciona desde tiempos remotos. Es necesario mencionar a Grinder (2001), el cual menciona que Platón y Aristóteles contribuyeron notablemente para entender la adolescencia, ya que reconocieron la existencia de una serie de acontecimientos evolutivos [etapas diferenciadas de socialización], a partir de los cuales le dieron una gran importancia al progreso de la capacidad de raciocinio que se da en el proceso de la adolescencia. Platón recomendaba que se educara a los adolescentes en matemáticas y otras ciencias abstractas, con el fin de estimular la madurez de los conocimientos sensoriales conseguidos mediante las emociones y los apetitos. El creía que todos los adolescentes podían llegar a alcanzar el alma divina , por lo que recomendaba que se impusieran austeridades, una muy peculiar era la prohibición de que los muchachos bebieran vino antes de los 18 años, esto con la finalidad de que pudieran evadir todos los engaños que alteraran el desarrollo de la razón. Aristóteles por su parte estaba de acuerdo que el adolescente estudiara matemáticas y geometría, ya que éstas le proporcionarían el conocimiento de los ideales eternos, pero era complemento necesario de su socialización adquirir un conocimiento de la naturaleza a base de experimentación personal. Con dicho argumento acentuaba que si bien el chico podía llegar a ser matemático, puesto que se trataba de una disciplina exacta, tal vez no llegaría a ser filósofo o físico, puesto que se trataba de una disciplina abstracta. Desde este ángulo, cabe mencionar el papel tan importante que ha jugado la educación en el afán de adecuar a ésta, la caracterología general que define al adolescente. A si mismo, Grinder (2001), nos comenta que, durante el siglo XVII la educación de los niños cobro mucha importancia. Se consideraba que se debía educar con carácter y razón. En los siglos XVII y XIX se regularizaron los ciclos escolares anuales con la asistencia de todos los alumnos a la misma secuencia de clases y no a unas cuantas, además había correlación entre las edades de los alumnos y el aula que les correspondía. 11 La adolescencia ha pasado por etapas de la historia en las cuales no se le ha reconocido como tal ni se le ha dado la comprensión que se merece, esto debido en muchos casos a las características de la época, y en otros tantos a las características de la cultura en que se manifiesta. En la edad media, los niños se trasformaban en adulto entre los cinco y los siete años. En el momento de comenzar a trabajar, el niño se trasformaba de golpe en adulto, lo que era muy frecuente en el medioevo, especialmente entre los siervos (Rice, 1997). Ana Freud (1996), empieza a dar una explicación de la adolescencia, en la cual afirma que esta es un periodo de desequilibrio psíquico, conflicto emocional y conducta errática. Ella, basándose en el enfoque psicoanalítico, explica la pubertad como una conducta conflictiva en la cual se presentan pulsiones instintivas: se incrementa el exhibicionismo y la rebeldía, se intensifica el hambre física, reaparecen los intereses oral, anal, y los hábitos de limpieza ceden el lugar a la suciedad y al desorden. Las fuerzas instintivas que habían quedado latentes desde la niñez temprana reaparecen en la pubertad. Ana Freud, afirma que, durante la adolescencia si no es resuelto el conflicto ello-yosuperyo, se produce una perturbación emocional, de esta afirmación surgen los mecanismos de defensa para mantener el control por parte del yo. Sin embargo, considera que en la mayoría de los adolescentes, la armonía entre el ello el yo y el superyo es posible y finalmente ocurre. Es importante reconocer que el adolescente obedece a una dinámica proclive a la conjunción de cuestiones intrínsecas [emociones], a partír de las extrínsecas [ambiente], para definir su individualidad. En relación con esta cuestión, Erickson (1995), señala que la principal tarea psicosocial de la adolescencia es el logro de la identidad, que desde este enfoque tiene muchos componentes, tales como: características sociales, físicas, psicológicas, morales, ideológicas y vocacionales que componen al yo en su totalidad. Constatando así que los individuos pueden ser identificados por sus características físicas, apariencia y figura, por su sexo biológico y representación de los roles de género, por sus habilidades en la interacción social y la pertenencia a los grupos, por su elección de carrera y logro académico, por su militancia política, afiliación religiosa, moral, valores y filosofía. 12 La identidad es personal e individual, no es solo el yo, si no también social y colectivamente, el nosotros dentro de los grupos y de la sociedad. De acuerdo con Erickson (1995, p. 36), la duración de la adolescencia y el grado de conflicto emocional experimentado por los adolescentes varían en sociedades diferentes . A su vez, Erickson (1995, p. 49), manifiesta que, la adolescencia siempre ha sido vista como una etapa intermedia entre un sentido alternativamente vigorizante y desconcertante de un pasado definido en extremo que debe ser abandonado y de un futuro aun por identificar y con el cual identificarse . Incluso, advierte el autor, en un periodo de rápido cambio, la adolescencia parece cumplir la función de confiar a la persona en crecimiento los logros posibles y los ideales comprensibles de una civilización en existencia o desarrollo. Erickson, (citado en Craig, 1997. p. 122), retoma el planteamiento Freudiano de las fases y lo reelabora desde las aportaciones de la antropología de su tiempo, extendiendo estas etapas a todo el ciclo vital. En estas etapas, describe el desarrollo del hombre haciendo referencia a una organización, relativamente completa de la personalidad. Una de las ocho etapas tiene que ver con el tema que nos ocupa; la adolescencia, a la cual denomina como: Intimidad contra aislamiento . Argumenta que, desde la identidad se buscan relaciones de intimidad, aislamiento cuando la identidad se vivencía como angustiosa, intimidad como verdadera genitalidad objetal, aislamiento como temor a la intimidad como promiscuidad. La percepción de Erickson aborda la noción de ver al adolescente como un ente social, el cual lo ayuda a un desarrollo óptimo en el mismo campo, así como en lo psicológico, moral e ideológico. El eje dentro de la teoría de este autor es la relación entre los diferentes grupos [relaciones sociales]. Por su parte, (García, 2001), considera que la esencia de la personalidad es el trato interpersonal, el individuo no puede existir como algo distinto de sus relaciones con otras personas. La definición que el hace del individuo tiene como punto central a las relaciones, es decir, todos jugamos papeles tales como el de padre, hermano, amigo, novio, estudiante, 13 hijo, etc. Cada una de estas relaciones recíprocas supone otra persona con algún significado para la propia definición y comprensión de sí mismo. Dicho autor, hace énfasis en la teoría de Sullivan y nos dice que un concepto base de su teoría es el dinamismo que se define como el patrón relativamente estable de transformaciones de energía que caracteriza a las relaciones interpersonales. La transformación de energía se da en una gran variedad de relaciones sociales, actitudes o comportamientos. El nos señala dos tipos de dinamismos de tensión: dinamismos conjuntivos [por ejemplo, la necesidad de intimidad] que conducen a la unión o a superar la separación, y que dan por resultado la integración de una situación y la reducción de tensión, y dinamismos disyuntivos [por ejemplo, ansiedad], que conduce a la desintegración psicosocial . (García, 2001, p. 32) Sullivan, (citado en García 2001 p. 43), divide la adolescencia en tres etapas, a saber: Preadolescencia. Se caracteriza por una necesidad de intimidad personal por individuos del mismo sexo. La intimidad de que habla Sullivan no es necesariamente un acercamiento o intimidad física, sino más bien una relación interpersonal, se refiere a un acercamiento psicológico y no supone un acercamiento genital, esta relación se considera como algo saludable e integrador en lugar de algo patológico y debilitante. Adolescencia temprana. En este periodo se desarrolla la concupiscencia [los sentimientos sexuales que van asociados con la satisfacción genital], con este supuesto también se abre paso a un interés heterofilico en lugar de isofilico. Sullivan hace notar que el sentido que uno tiene de su valor personal y la estima de si mismo, pueden pasar por momentos difíciles ante el desarrollo de la necesidad de concupiscencia, especialmente cuando los intereses genitales son considerados como inmorales. El despertar de estos intereses puede hacer que el adolescente se sienta confuso, avergonzado, o ambas cosas. Además, la necesidad de intimar y la necesidad de cocupiscencia puede también entrar en conflicto. Así, puede presentarse cierta torpeza cuando un individuo se relaciona con el sexo opuesto en forma nueva. Se necesita una nueva habilidad para cuando uno quiere intimar y ser correcto sexualmente al mismo 14 tiempo. Los resultados potenciales que identifica Sullivan en este conflicto son, falta de seguridad, vergüenza, precaución excesiva y audacia desmedida. Adolescencia tardía. En este punto el adolescente ha hecho de la heterosexualidad su modo definitivo de relacionarse con otros sexualmente. Este es el periodo de los encuentros heterosexuales, el periodo cuando se establece un repertorio plenamente maduro de conductas interpersonales, y cuando se aspira a nuevas relaciones de este tipo y a beneficiarse de ellas. En esta etapa el adolescente establece relaciones poco formales, es el periodo de experimentar pero ya con una madura forma de relacionarse . Es muy importante destacar la relación interpersonal propuesta por Sullivan, ya que tiene que ver de cierto modo con que expectativas tiene el adolescente acerca de los demás y cuales son las necesidades que este debe cubrir a partir de ellas. Es aquí que resulta inevitable que estos busquen relacionarse en distintos ámbitos [escuela, barrio, familia, etc.], y es en este momento en el que se requiere que ellos aprendan habilidades para la convivencia social relacionadas con la I.E. De aquí se desprende lo que parece un proceso más complejo y coordinado que es el ámbito de la socialización. En este sentido, (Grinder, 2001), nos sustenta que la socialización es una suerte de enculturación mediante la cual el individuo aprende y adopta normas, creencias y valores para incorporarlos a su personalidad. Cada proceso socializaciónenculturación son diferentes y varía de una cultura a otra, por consiguiente la organización de la adolescencia y sus fases dependen de las características de la misma. En esta transformación, el individuo experimenta una coacción cultural, a la que Davis llama ansiedad socializada , la cual independientemente del tipo de cultura y del modo de organización interno, tiene por objetivo principal la integración social del adolescente. Como podemos ver no solo son los aspectos internos que conflictuan en esta etapa, sino que también se filtran muchos más factores que tienen que ver con como el adolescente se desarrolla en su integridad, a través de las múltiples estímulos internos y externos que experimenta. 15 Cabe mencionar a Cattells y Silben (1998), los cuales mencionan que en la adolescencia se experimentan diversos e intensos cambios en los cuales se dan rápidas transiciones de distintos tipos: psíquicas, sexuales, intelectuales, emocionales y ambientales. Havigurst (citado, en Grinder, 2001), buscó desarrollar una teoría psicosocial de la adolescencia al combinar la consideración de las demandas sociales con las necesidades del individuo. Para Havighust las motivaciones sociales son las que guían el desarrollo del adolescente, ya que toda tarea de desarrollo se ubica entre la necesidad individual y la exigencia social. Este autor describió ocho tareas psicosociales que deben ser cumplidas durante la adolescencia, las cuales se describen a continuación: Aceptar el físico propio y usar el cuerpo de manera efectiva. Lograr independencia emocional de los padres y otros adultos. Lograr un rol social-sexual masculino o femenino. Formar relaciones nuevas y más maduras con compañeros de la misma edad y de ambos sexos. Desear alcanzar una conducta socialmente responsable. Adquirir un conjunto de valores y un sistema ético para guiar la conducta. Prepararse para una carrera económica. Prepararse para el matrimonio y la vida familiar (p.83-84). Hasta aquí podemos hacer una reflexión acerca de las concepciones de la adolescencia, cada teoría que nos habla acerca de ella en su afán por definirla y comprenderla, nos brinda solo una imagen parcial de la misma, después de todo los adolescentes son instancias biológicas que están psicológica y sociológicamente condicionados por la familia, la comunidad y la sociedad a la que pertenecen. Uno debe permanecer en muchos lugares y mirar desde muchos puntos de vista para desarrollar una plena comprensión de los adolescentes. En nuestra cultura, desde el punto de vista antropológico, es evidente que la adolescencia es una creación, un periodo crecientemente prolongado de transición de la niñez a la vida adulta durante el cual el individuo es educado y socializado para tomar su lugar como adulto 16 en la sociedad. En las sociedades urbanas e industrializadas el proceso de alcanzar la vida adulta es más complicado ya que existe un temor en los padres de que sus adolescentes nunca van a crecer (Grinder, op. cit.). 1.2. PROBLEMAS DEL DESARROLLO DEL ADOLESCENTE Los problemas del desarrollo del Adolescente pueden ser muy variados, Grinder (2001, p. 74-76), menciona que, el desarrollo del adolescente en ocasiones es afectado por diversos factores, entre ellos tenemos la deserción en la escuela, la delincuencia y las drogas . Deserción de la escuela. Son numerosos los factores que se relacionan con la deserción de la escuela, la desventaja económica no es su única causa, contribuyen también el deseo de abandonarla, la inteligencia poco desarrollada, la frustración y la falta de comprensión resultantes. Al desertor de la escuela le falta motivación. Para algunos adolescentes la escuela constituye una pesadilla académica y social, no participan en tantas actividades sociales en relación con otros compañeros, comparten pocos valores entre ellos y se sienten inadecuados y molestos por las diferencias. Quienes desertan pueden tener una tasa mayor de inasistencias injustificadas a la escuela, a su vez, es menos probable que los estudiantes que faltan continuamente vivan con ambos padres y que tengan puntajes en habilidad y logro académico que los estudiantes que asisten de manera regular. Un estudio demostró que los estudiantes que estaban en riesgo desertar tenían actitudes significativamente menos positivas hacia su experiencia escolar, un pobre autoconcepto, mayor orientación al control externo y consideraban a sus padres como menos demandantes y de expectativas más casuales (Grinder, op. cit.). Delincuencia. Además de la clase social, la inteligencia y la motivación de éxito, la personalidad y la familia del adolescente deciden si este será o no delincuente. Con respecto a la personalidad, se ha descrito que, los adolescentes delincuentes son menos considerados, menos amables, menos responsables, más impulsivos y más rebeldes frente a la autoridad 17 que un grupo de adolescentes no delincuentes, de IQ, edad, posición socioeconómica y sexo comparables. Estas diferencias personales entre chicos delincuentes hicieron su primera aparición durante su niñez temprana y fueron seguidas de resultados mediocres en la escuela y malos hábitos de trabajo en la niñez posterior. Resultados similares se encontraron para las mujeres delincuentes. Estas estaban menos ajustadas social, emocional y académicamente que los compañeros no delincuentes. A las mujeres delincuentes se les juzgó como menos maduras emocionalmente, menos equilibradas socialmente, menos amables y menos simpáticas, siendo rechazadas por lo general por sus compañeros de edad. Las diferencias principales entre los delincuentes femeninos y masculinos se observaron en el ajuste y la conformidad emocionales. Asimismo, las diferencias entre los jóvenes delincuentes y no delincuentes se observaron en áreas de habilidad creativa, de confianza en sí y de relaciones sociales con sus iguales. La atmósfera familiar de los chicos y las chicas delincuentes se caracterizaba por una disciplina relajada, incongruente, hostil y por una gran cantidad de castigo físico (Grinder, op. cit.). Muchos jóvenes delincuentes expresaban hostilidad hacia sus padres y una falta de identificación con ellos. Un número creciente de investigadores sostiene que existen dos tipos totalmente distintos de delincuencia, uno que ellos designan como el delincuente individual y otro que designan como delincuente social. Estos autores señalan que, en algunas secciones de la sociedad, la delincuencia es una forma de vida, y que el delincuente social no hace más que identificarse simplemente con el patrón social disponible y actuar de acuerdo con él. Distinguen al delincuente individual como aquel que no logra adaptarse a la sociedad y ha recurrido a una vida de crimen, violencia y sexualidad ilícita. Muchos autores que han estudiado la delincuencia juvenil creen que el delincuente social si tiene rehabilitación, especialmente si se le descubre tempranamente. Son más pesimistas acerca del futuro de los delincuentes individuales, de quienes creen que está tan trastornado emocionalmente, es tan 18 inferior intelectualmente al promedio y está socialmente tan debilitado que existen pocas esperanzas para su rehabilitación. En general las causas de la delincuencia pueden agruparse en tres categorías principales: factores psicológicos que incluyen aspectos emocionales y de personalidad así como alteraciones en las relaciones interpersonales, factores sociológicos que incluyen influencias sociales y culturales y factores biológicos que incluyen los efectos de elementos orgánicos y físicos (Grinder, op. cit.). Drogas. En la actualidad se ha producido un aumento pronunciado en el uso y el abuso de casi todos los tipos de drogas por parte de la gente joven, el aumento más pronunciado en su uso ha tenido lugar entre los adolescentes en edad de la escuela secundaria e inicio de la preparatoria. Las drogas de las que se abusa más generalmente se agrupan en ciertas categorías: alcohol, nicotina, narcóticos, estimulantes, depresivos, alucinógenos, marihuana e inhalantes, y últimamente en mayor grado la cocaína. Es posible identificar cinco patrones en el consumo de las drogas: 1) consumo recreativo-social, que ocurre principalmente entre conocidos o amigos como parte de la socialización. 2) consumo experimental, motivado principalmente por la curiosidad o el deseo de probar a corto plazo nuevos sentimientos y es raro el consumo raro de la droga. 3) consumo circunstancial-situacional, que es una indulgencia para lograr un efecto conocido y deseado [estimulantes para permanecer despiertos o tomar sedantes para aliviar la tensión y poder dormir]. 4) consumo intensificado de la droga, conlleva el uso de drogas al menos una vez al día por un largo periodo para lograr el alivio de una situación estresante o un problema persistente. 5) consumo compulsivo de la droga, que es el uso extensivo y frecuente por tiempos relativamente largos, de sustancias que producen dependencia psicológica y adicción física (Grinder, op. cit). 19 1.3. EFECTOS PSICOLÓGICOS DEL ADOLESCENTE Existen factores que determinan los estados psicológicos de los adolescentes y que se caracterizan por ser una constante en esta etapa, en este sentido, Florezcano (op. cit.), nos dice que los adolescentes inician sus cambios psíquicos internos con manifestaciones conductuales aventuradas hacia situaciones inaceptables, se mostrarán en ocasiones con cierto grado de rebeldía hacia sus padres, y esto se debe en gran medida al proceso de separación e individuación, lo que se manifestará con conductas antisociales. La mayor parte de su conflictiva psíquica propia de la edad, aflora en sus conductas. En este punto también comienza la encrucijada del pensamiento, el adolescente desubicado sin saber que hacer y hacia donde dirigirse, agudiza su percepción y su sensibilidad al juicio social se incrementa, ya que es esto lo único que él posee y que lo ayuda a subyugar todos esos impulsos que nacen constantemente dentro de sí asimilando de esta manera los valores parentales impuestos. El sentido de la realidad que se alcanza en la adolescencia es el producto final del desarrollo de las funciones obtenidas desde el tercer año de vida, la autorrepresentación mental, la concepción de si mismo como entidad separada de otras, son los principales pensamientos del adolescente. La conducta de éste se transforma de manera gradual, cuyo punto de partida ocurre en las funciones cognoscitivas, en el proceso de mutación del pensamiento del niño al adolescente y por el cual se condicionan las respuestas conductuales, sus relaciones que están fundamentadas en la interacción afectiva maternoinfantil que sustentarán el sentido de realidad del adolescente y que se requiere para la adecuada elaboración de su infancia. (Florezcano op. cit.). Piaget afirma que las etapas cognitivas de la adolescencia se han reducido a una. El estadio de las relaciones formales, donde el hablar de pensamiento formal supone hablar del pensamiento adulto, de pensamiento científico. Los adolescentes son capaces de utilizar la lógica propositiva para la solución de problemas hipotéticos y para derivar conclusiones. Son capaces de emplear el razonamiento inductivo para sistematizar sus ideas y construir teorías 20 sobre ellas. Son capaces también de pasar de lo que es real a lo que es posible, pueden pensar en lo que podrían ser proyectándose en el futuro y haciendo planes (Acosta, 1997). En este sentido los chicos tienen tanto la posibilidad de imaginar futuros prósperos como inciertos, lo cual los conduce a evaluar esta cuestión que tiene que ver con como los adolescentes se están programando para actuar en la vida y construir su realidad, ya que los pensamientos negativos o positivos se pueden convertir en profecías autocumplidoras, mediante las cuales un individuo al pensar en un punto u objetivo como tal, esta predisponiendo su eventual realización (Myers, 1999). Situación que los puede impulsar o por lo contrario, enfrascarlos en circunstancias inestables y que atenten contra su desarrollo integral. Siguiendo sobre esta línea, es importante señalar la aportación de Acosta (1997, p. 60), la cual menciona que la adolescencia es un periodo de intensa preparación para el futuro y que consiste esencialmente en tres puntos básicos que tienen que ver con: Ser adulto, desempeñar una profesión y formar una familia . Así mismo, el adolescente suele desplazar su atención hacia ambos puntos perceptuales; el ambiente exterior y la visión subjetiva. Es importante atender a Fromm (1996), el cual describe el sentido Gregario como una necesidad específicamente humana que implica un sentido profundo de unidad con los demás. Los chicos adolescentes utilizan su sentido gregario como protección al sentido de la realidad, como su defensa hacia situaciones de peligro real y que los ayuda a una mayor estabilidad social, a la asertividad de la expresión de sus necesidades. En su nivel familiar el adolescente adopta la expresión funcional de la patología y el malestar de su grupo familiar, es entonces que la entidad psíquica del adolescente denuncia y ataca las partes arcaicas de sus objetos internalizados y repele los atavíos de la sociedad, es por ello que la rebelión del adolescente hacia su familia y su sociedad conlleva la necesidad de defender el proceso de individuación (Florezcano, op. cit.). 21 El adolescente es un ente viviente con múltiples manifestaciones de energía y al que se le margina y/o niega la posibilidad de participar activamente de algunas actividades sociales y tomar alguna decisión. Su psiquismo se encuentra en su mejor momento y no temen perder nada, es por ello que se manifiestan en contra pretendiendo cambiar al mundo y luchan por sus ideales, lee, piensa, discute, acude a manifestaciones y/o asambleas y es por esto que constantemente es amonestado por los adultos que se excusan en preocuparse por ellos y su porvenir. En su grupo de amigos fuera de casa es un individuo creativo, sensible ante las injusticias y considera como mayor ideal la paz del mundo , este tipo de grupos no tienen ninguna fuerza de tipo legal, pero si poseen una fuerza social impulsadota y psicológica. Por ello encontramos que los adolescentes son los movilizadores de ideas, pero que en contraposición no son capaces de llevar a la práctica porque socialmente aún no les está permitido y además su propia inestabilidad emocional no se los permite (Florezcano, op.cit.). 1.4. LAS RELACIONES INTERPERSONALES EN EL ADOLESCENTE La amistad en el adolescente es una manifestación de los cambios que se producen en sus relaciones sociales como consecuencia del alejamiento de su familia, ya que en esta edad él se desliga del estrecho vínculo que lo unía con sus padres, para integrarse a nuevas relaciones, nuevos ideales, que distan mucho de ser los de la infancia, aún cuando tal reacción tendrá mucho que ver con la relación emocional que haya tenido con sus padres en esta etapa (Castells y Silben, op.cit.). En este sentido la imagen de otras personas pasa a ser un factor determinante en la búsqueda de la propia identidad en el adolescente, en el proceso de emancipación de la familia con respecto a intereses y autodefiniciones propias. Un adolescente sin amigos se siente marginado, desgraciado, porque en esta edad la amistad para ellos es básica. Mediante la amistad el adolescente resuelve cualquier problema emocional, de estudios, etc., lo que le servirá para ayudarlo a la hora de formar pareja. Su carácter es tan variable que puede ser egoísta y de pronto cambiar y llegar a ser espontáneo y 22 capaz de dar todo por el amigo (a) pero tan susceptible que incluso puede llegar a lastimar a otro de tal forma que no mida sus acciones, pensamientos y/o palabras (Castells y Silben, op. cit). La amistad entre los adolescentes es tan valiosa que refuerza la incipiente personalidad de ellos y se convierte en uno de los pilares de su existencia. La relación entre amigos del mismo o de diferentes sexo, está tan vinculada a ellos emocionalmente que, si alguno de ellos llegan a formar pareja con un tercero puede ocasionar celos, rivalidades y hasta en ocasiones puede terminar en ruptura de la amistad. Esta relación de amistad substituye el vínculo con la madre, y si esta relación llegase a evolucionar favorablemente evitará que el adolescente busque sustitutos tales como, drogas, alcohol, malas compañías, etc., si esto último sucediera lo convertirían en un ser asocial cuyas características patológicas precisarían de ayuda especializada para encauzarlo nuevamente en su camino hacia el desarrollo (Castells y Silben, op. cit.). El adolescente se siente falto de seguridad en si mismo, e inseguro de la posición que ocupa, tiene tendencia a ser agresivo, retraído y a sentirse incomodo. Se torna extremadamente sensible y reservado, en especial cuando esta en compañía de gente que el teme no le entienda o lo ponga en ridículo. La reserva puede tomar la forma de distanciamiento o indiferencia, o de bravatas y despectiva altanería. Siente con intensidad, se ve afectado por estados emocionales, es dado a las fantasías y es propenso a las súbitas explosiones temperamentales. Se va a los extremos porque teme ser incapaz de demostrar su total competencia (Mckiney, et. al, op. cit.). Cuando se llega ala adolescencia todo parece exagerado, resulta sumamente difícil entender las cosas más normales, así como también los sentimientos. El cuerpo cambia, se quiere ser alguien a quien se le respete. Ser adolescente en esta sociedad significa sufrir y disfrutar, amar y odiar, exigir a gritos la atención de los demás, y después querer estar solos, querer ser escuchados pero que nadie les pregunte. Se quiere ser el centro del universo, pero también es importante sentirse apoyado y protegido. 23 Durante la adolescencia el individuo está en continua trasformación, para crecer se necesita superar los problemas que le plantean las crisis que vive durante este profundo cambio. La adolescencia le plantea al joven la posibilidad de adquirir confianza en si mismo, así como autonomía, la cual solo obtendrá experimentando su propio rol. La adolescencia se caracteriza por ser una época de grandes cambios, los cuales suelen vivirse con grandes angustias y depresiones, generalmente debido a la falta de información objetiva que le permita al adolescente obtener las herramientas necesarias para enfrentar con éxito la tarea de convertirse en adulto (Mckiney, et al., op. cit.). Estas cuestiones ponen de manifiesto la importancia que toma la Inteligencia emocional en este periodo tan crítico que es la adolescencia, en la cual se les puede enseñar a los jóvenes habilidades tan importantes pare ellos como el autocontrol, en los momentos en que deben de regular su agresividad, la empatía, en el momento en que deben saber escuchar a los demás y saber que no nada más ellos tienen que ser escuchados, las artes sociales cuando necesiten entablar comunicación con los padres, maestros y los propios amigos, a saber cuando y cómo hacer una petición, una negociación, etc., la automotivación para eliminar la incertidumbre que en ellos se manifiesta acerca del futuro, y el autoconocimiento para comprenderse así mismos y fomentar una mejor sentido de identidad. 1.5. EL CONFLICTO HUMANO Y LA COMUNICACIÓN EN EL ADOLESCENTE Todo adolescente, dado sus características biológicas, psicológicas y sociales, se encuentra proclive a los conflictos. Es importante tomar en cuenta estas variables en la discusión sobre esta etapa de la vida. De acuerdo con esto Jáuregui y Aguilar (2001), nos comentan que en la raíz de todo conflicto podemos encontrar alguna de las muchas diferencias que nos distinguen y caracterizan. Muchos de los conflictos se originan porque tenemos distintas necesidades por satisfacer: de afecto, de logro, de libertad, de poder, de información, de seguridad, de diversión, etc. Varían también nuestra educación y nuestras percepciones, ideas, metas, recursos y estilos de personalidad. Además, como individuos, cada uno de nosotros es 24 genéticamente único y su historia personal es singular e irrepetible. Basta que una de tantas variables no coincida de manera exacta con la otra persona, lo cual es de esperarse, para que, en consecuencia surjan conflictos. Hay problemas, diferencias, que no llegan a convertirse en conflictos nocivos. De acuerdo con Jáuregui y Aguilar(1997, p. 49), Los conflictos que si se manifiestan podemos considerarlos en tres niveles, tomando en cuenta su magnitud: Roces: Representan el nivel más bajo del conflicto, fricciones cotidianas de fácil solución. Choques: Expresión típica del conflicto caracterizada por la oposición o confrontación . Crisis: La manifestación más intensa del conflicto . Al conocer cómo y por qué se originan los conflictos podemos actuar más acertadamente e influir en su evolución. Un conflicto mal entendido desde su origen las diferencias humanas , puede convertirse en una historia desagradable cuyo episodio inicial es la obstaculización, después, la polarización de las posturas mentales ideas fijas , de ahí se pasa a los comportamientos agresivos y por fin, a los resultados pobres e insatisfactorios. En este sentido, el adolescente no puede estar libre de conflicto, sin embargo, lo que si puede hacer es aprender de las diferencias para saber satisfacerlas mutuamente y así impactar de manera positiva las relaciones Otro factor determinante en la vida del adolescente es la comunicación. Según Watzlawick (1991), toda comunicación implica un compromiso y por ende, define una relación. Esta es una manera de decir que una comunicación no solo trasmite información si no que al mismo tiempo impone conductas. Toda comunicación tiene un aspecto de contenido y un aspecto relacional, tal es, que el segundo clasifica al primero y es por ende una metacomunicación. El aspecto referencial de un mensaje trasmite información y por ello, la comunicación humana es sinónimo de contenido del mensaje. Puede referirse a cualquier cosa que sea comunicable al margen de que la información sea verdadera o falsa, válida, no válida o indeterminable. Por otro lado, el aspecto conativo se refiere a qué tipo de mensaje debe entenderse que es y en última instancia, a la relación entre los comunicantes. 25 Por otro lado, las personas se comunican en dos casos, de modo analógico y de modo digital, la comunicación digital se refiere a compartir información acerca de objetos y a la función de continuidad inherente a la transmisión de conocimiento. La comunicación analógica es todo lo que sea comunicación no verbal, el término incluye la postura, los gestos, la expresión facial, la inflexión de la voz, la secuencia, el ritmo y la cadencia de las palabras mismas, y cualquier otra manifestación no verbal de que el organismo es capaz, así como los indicadores comunicacionales que inevitablemente aparecen en cualquier contexto en que tiene lugar una interacción (Watzlawick, 1991). Así mismo cabe suponer que el aspecto relativo al contenido se trasmite en forma digital, mientras que el aspecto relativo a la relación es de naturaleza predominantemente analógica . Quienes participan en la interacción siempre introducen lo que, siguiendo a sido llamado por Watzlawick, como la puntuación de la secuencia de hechos . La falta de acuerdo con respecto a la manera de puntuar la secuencia de hechos es la causa de incontables conflictos en las relaciones. A su vez dicha puntuación de hechos tiene que ver directamente con el contenido del mensaje que se expresa [sentimientos] dicho mensaje, generalmente tiende a ser hueco y falto de sentido para el que lo recibe o lo emite. Factor que deja mucho que desear en la comunicación que el adolescente hace con terceros. Siguiendo esta idea, cabe mencionar a Rodríguez (1990, p. 88) el cual nos dice que Toda relación que ignora, esconde, disimula, o distorsiona elementos tan importantes como los sentimientos, es una relación artificial, se finca en pilares de falsedad y por lo tanto, la comunicación no fluye en forma normal . De aquí que el adolescente sea propenso a identificarse con personas que sí utilizan este tipo de comunicación. A lo largo del presente capítulo se expusieron algunas definiciones, antecedentes y teorías sobre el adolescente, así como las características físicas y psicológicas de los mismos. Como podemos observar las definiciones que existen en cuanto a adolescencia pueden estar impregnadas de matices conceptuales, caracterológicos, etc, que muchos autores han hecho de la misma. Hay que tomar en consideración la polémica epistemológica que se da en 26 varios ámbitos desde los cuales se le nombra, a su vez debemos de tomar a la cultura como un requisito a tomar en cuenta en lo que se refiere a la redefinición de la misma. Finalmente vimos algunos de los problemas más frecuentes en esta etapa, así como también se enmarcaron los tipos de afrontamientos que pueden emplearse muy afines con las necesidades que se vivencian en este periodo de transición hacia la adultez. Entenderse, motivarse, aceptarse, socializar, tomar decisiones en base a los sentimientos y emociones, conjuntamente con la razón, son unos de los aspectos que veremos en el siguiente capitulo. 27 CAPITULO 2. INTELIGENCIA EMOCIONAL 2.1. DELIMITACIONES DE LA INTELIGENCIA El concepto de inteligencia ha sido muy discutido hasta nuestros días, denotando así diversas connotaciones que la manejan desde una habilidad netamente racional; es decir, exclusiva del hemisferio izquierdo, con aplicaciones dirigidas a la lógica, el razonamiento, así como con características de pensamiento deductivo, analítico, memorístico etc. Por el otro enfoque, el de la actualidad, tenemos que, la inteligencia es un elemento multifactorial que incluye el reconocimiento de nuestras emociones, habilidades de relación interpersonal [inteligencia social], musicales, lingüísticas, etc., que ponen en otro plano el carácter de la misma (Gadner, 1995; Goleman 1995). A su vez existen algunas teorías que argumentan distintos modos de incentivar la inteligencia, y con ello podemos deducir que: la inteligencia no es un constructo ni lineal ni irrevocable, sino todo lo contrario, estamos hablando de una cualidad humana que puede ser modificada en distintos ámbitos receptivos y de aplicación. Entre algunas teorías que nos hablan de cómo la inteligencia puede ser desarrollada tenemos las siguientes: TEORÍAS DE DESARROLLO PRÓXIMO Sus representantes más significativos son Vygotsky y Luria. Estos autores defienden que los procesos psicológicos son, en su origen, esencialmente sociales. Los niños experimentan por primera vez actividades de solución de problemas en presencia y con ayuda de otras personas y poco a poco llegan a resolver los problemas por sí mismos. (Baquero, 1999). TEORÍAS DEL POTENCIAL DE APRENDIZAJE Fuerstein considera que el desarrollo cognitivo es el resultado del aprendizaje incidental y 28 del aprendizaje mediado. El aprendizaje incidental tiene lugar como consecuencia de la exposición que sufre el niño a un entorno en constante transformación, y el aprendizaje mediado se produce cuando los estímulos procedentes del ambiente son seleccionados y modificados por un mediador que es quien se los presenta al individuo que aprende. Este mediador suele ser un adulto, padre, madre, maestro, etc. que selecciona los estímulos más adecuados, los enmarca, los filtra, los programa y decide su aparición o desaparición. Fuerstein cree que la principal razón de las deficiencias cognitivas son consecuencia de la falta de aprendizaje mediado (Baquero, 1999). LA TEORÍA TRIÁRQUICA DE STERNBERG Recoge alguno de los elementos de la tradición psicométrica, pero se aparta de ella en algunos de sus supuestos básicos. Cuestiona la inteligencia como una entidad única y la concibe como un conjunto de componentes que puede modificarse. Stemberg adopta las teorías jerárquicas, siguiendo la teoría triádica de Catell, que considera que hay una capacidad general al principio, con sucesivas capacidades cada vez más específicas en niveles más altos de la jerarquía. La inteligencia es multidimensional y el rango total de estas dimensiones esta parcialmente representado por una única capacidad general (Sternberg, 1996 ). TEORÍAS DE LA MODIFICABILIDAD COGNITIVA Estas teorías parten de la idea de que la inteligencia es modificable y de que puede evaluarse la modificabilidad [evaluación dinámica de la inteligencia]. Las personas tienen una habilidad para aprender y comportarse de forma inteligente y dicha habilidad puede evaluarse. La evaluación dinámica se centra en el proceso y no en el producto (Baquero, 1999). TEORÍAS BASADAS EN EL PROCESAMIENTO DE LA INFORMACIÓN Estas teorías estudian como el individuo selecciona y percibe la información, cómo la codifica, la almacena y la transforma, cómo accede a ella y la recupera, como la utiliza en la 29 solución de diferentes situaciones y cómo controla toda esta actividad mental (Dowenech, 1991). TEORÍA DE LAS INTELIGENCIAS MÚLTIPLES DE GADNER Esta teoría, afirma que coexisten distintas inteligencias en un mismo individuo: lingüística, lógico-matemática, musical, espacial, corporal-Kinestésica, interpersonal e intrapersonal (Gadner, 1995). Por otro lado existen dos enfoques de la Inteligencia, que la han representado y han dado las bases para el estudio de la misma, así tenemos dentro de la tradición psicométrica, el de la escuela inglesa, representado por Sperman, que midió el factor general de inteligencia g y lo definió como la capacidad para ver y aplicar relaciones. Se puede observar que el coeficiente intelectual C.I. mide este factor. El rendimiento intelectual se ha medido, comúnmente, con tests estandarizados de coeficiente intelectual. Un test de C.I consiste en representar una serie de problemas a los que hay que buscar una solución y cuyas respuestas y soluciones requieren un cierto nivel de inteligencia. Aunque estos test sólo cubren una reducida porción de las aptitudes y capacidades totales del individuo, los resultados alcanzados en ellos se utilizan para extraer una puntuación de la inteligencia del sujeto (García 1993). No descartamos su utilidad sobre todo de carácter práctico y temporal, en el uso de los tests, ya que dichos instrumentos solo tienden a etiquetar y globalizar deficiencias que probablemente ni siquiera existen y que sólo llegan a ser percepciones externas o ambientales de el fenómeno que se esta estudiando, en este caso el C.I., y en casos extremos llegan a ser instrumentos de control , ya que los rasgos que se consideran como indicadores de inteligencia son diferentes entre una cultura y otra, pudiendo restringir a ciertas culturas marginadas a una constante bipolaridad en relación con una cultura dominante , como en el caso de los EE.UU., país en el cual en los años 60, los tests de inteligencia dieron como resultado un efecto discriminador respecto a grupos sociales, étnicos o culturalmente minoritarios (Grau, 1998). 30 Podemos hacer las siguientes puntualizaciones respecto a la utilización de los test de inteligencia: 1. El concepto de inteligencia es un concepto hipotético que deducimos a partir del nivel de los resultados observados. 2. Los test de inteligencia evalúan el nivel de ejecución del sujeto en una situación temporal y respecto a las pruebas que contienen, son los mejores métodos para predecir el rendimiento académico; proporcionan información útil para evaluar la capacidad intelectual; pero no deben utilizarse como el único criterio para la evaluación ni para tomar decisiones para la provisión de servicios. 3. No son útiles para determinar los objetivos curriculares, ni para diseñar estrategias de intervención (Grau 1998). Existe otro enfoque más que nos habla acerca de la inteligencia; el de la escuela norteamericana, representado por Thurstone, que considera a la inteligencia formada por una serie de factores: aptitud espacial, rapidez perceptiva, aptitud numérica, comprensión verbal, memoria, fluidez verbal y razonamiento inductivo. (García 1993). Como vemos este enfoque, cambia y amplia el paradigma que la escuela inglesa hace de la inteligencia, no obstante, el concepto de inteligencia sigue siendo un tanto restringido. Existen muchas posturas que son significativas para concebir ciertas áreas que tienen mucho que ver con la misma, como la concepción que enmarca Piaget (1998), acerca de la inteligencia, planteándola como una extensión de la adaptación biológica, con una serie de etapas, y en este sentido, podemos hablar de una cohesión tanto de prescripciones biológicas que trae consigo el individuo, como una capacidad para desarrollar dichas prescripciones, a partir de los estímulos del medio en que se desenvuelve. Hasta aquí podemos ver que existen ciertos autores que hacen aproximaciones afines con el tipo de inteligencia que nos ocupa; la inteligencia emocional, al hablar de cuestiones que tienen que ver con lo social y con la habilidad de desenvolvernos y de reaccionar eficientemente ante los estímulos ambientales a los que nos enfrentamos, aspecto que tiene 31 que ver con el factor de habilidades sociales que nos atañe y que veremos detalladamente en el tema concerniente a la inteligencia emocional. 2.2. CONCEPCIÓN DE LAS EMOCIONES El estudio de las emociones se remonta a la Grecia antigua, y es por el año 450 a.a., cuando el cosmólogo Empédocles formuló la teoría de los cuatro tipos de temperamentos, los cuales los denominó de la siguiente manera: colérico, melancólico, sanguíneo y flemático. En esta teoría el suponía que el cuerpo humano se componía de cuatro elementos: fuego, tierra, aire y agua, los cuales a su vez los relacionó con los cuatro humores corporales, que eran; la bilis roja, la bilis negra, la sangre y las mucosidades (Martín y Boeck, 1998). De este modo se comenzó a concebir a la psicología desde este punto de vista, como una ciencia relativa a lo concerniente a los humores corporales del hombre. Así pues, tenemos que, la bilis negra en relación con la tierra otorgaba un temperamento melancólico, la bilis roja caliente y seca, con el fuego, caracterizaba al colérico, la sangre caliente y húmeda con el aire, manifestaban las actitudes del flemático y las mucosidades frías y húmedas con el agua, determinaban el carácter flemático. Debido a esta concepción de la relación entre el cuerpo, los elementos de la naturaleza y el humor del hombre, se consideraba que, una expansión excesiva de uno de estos elementos por el cuerpo, determinaban ciertos estados anímicos y a su vez certeras predisposiciones del carácter. Así, el hombre melancólico tendía a la tristeza y a la debilidad, el colérico era capaz de expresarse emocionalmente, era activo y fuerte, el sanguíneo se distinguía por estar predispuesto a las emociones placenteras, por ser débil, activo y sujeto a cambios bruscos., y por último, el flemático se caracterizaba por poseer un temperamento calmado, lento, fuerte y de escasa vivacidad (Martín y Boeck, 1998). 32 Cabe mencionar a Antunes (2000), el cual nos dice que Darwin, en otro tiempo, quiso demostrar que existen esquemas de comportamiento congénito para algunas de las emociones más estudiadas tales como la alegría, la tristeza, el enojo y el miedo. Observó que determinadas emociones desencadenan parecidas reacciones mímicas, anímicas y psicológicas en todas las personas, así tenemos que la ira y la agresividad provocan oleadas de calor en el cuerpo, la temperatura de los pies desciende cuando se está triste o deprimido, etc. De esta forma Darwin estaba determinando el carácter de la emoción de un modo científico, al relacionar las experiencias emocionales con componentes biológicos. Ya en el siglo XIX, la psicología no perfilaba aún su objeto de estudio en el campo de la emoción, siendo ignorado y minimizado por considerar que las emociones hacían al hombre inferior, ideas relativas permanecieron arraigadas durante mucho tiempo, es decir, por casi un siglo. No es sino en las últimas décadas cuando el estudio científico de las emociones ha venido creciendo y no solo se le ha dado importancia al papel que juegan estas en la vida del hombre, sino también a las particularidades que las constituyen en relación con el mismo. De aquí la importancia que está cobrando el nuevo paradigma multifactorial que busca ofrecer una mejor calidad de vida, como es la recientemente recontextualizada Inteligencia emocional. 2.3. DEFINICIÓNES DE EMOCIÓN ¿Qué es una emoción?..., a partir de aquí nos inmiscuiremos en el espacio intrincado de este dilema, así como en el vértigo que nos produce el describir la naturaleza de este término; ya por sí mismo es un efecto emocional. La raíz de la palabra emoción es motere, del verbo latino mover , además del prefijo e que implica alejarse , lo que sugiere que en toda emoción hay implícita una tendencia a actuar (Le Doux, 1999). En su sentido más literal, el diccionario ingles de Oxford define la emoción como cualquier agitación y trastorno de la mente, el sentimiento, la pasión; cualquier estado 33 mental vehemente o excitado . El termino emoción se refiere a un sentimiento y su pensamientos característicos, a estados psicológicos y biológicos y a una variedad de tendencias a actuar. Existen cientos de emociones, junto con sus combinaciones, variables, mutaciones y matices. En efecto, existen en la emoción más sutilezas de las que podemos nombrar. Los investigadores continúan discutiendo a cerca de qué emociones, exactamente, pueden considerarse primarias el azul, el rojo y el amarillo de los sentimientos, a partir de los cuales surgen todas las combinaciones, o incluso si existen realmente esas emociones primarias. Algunos teóricos proponen familias básicas, aunque no todos coinciden en cuales son. Los principales candidatos y algunos miembros de sus familias son: Ira: furia, ultraje, resentimiento, cólera, exasperación, indignación, aflicción, acritud, animosidad, fastidio, irritabilidad, hostilidad, y tal vez en el extremo, violencia y odio patológicos. Tristeza: congoja, pesar, melancolía, pesimismo, pena, autocompasión, soledad, abatimiento, desesperación y, en casos patológicos, depresión grave. Temor: ansiedad, aprensión, nerviosismo, preocupación, consternación, inquietud, cautela, incertidumbre, pavor, miedo, terror; en un nivel psicopatológico, fobia y pánico. Placer: felicidad, alegría, alivio, contento, dicha, deleite, diversión, orgullo, placer sensual, estremecimiento, embeleso, gratificación, satisfacción, euforia, extravagancia, éxtasis y en el extremo, manía. Amor: aceptación, simpatía, confianza, amabilidad, afinidad, devoción, adoración, infatuación, ágape [amor espiritual]. Sorpresa: conmoción, asombro, desconcierto. Disgusto: desdén, desprecio, menosprecio, aborrecimiento, aversión, disgusto, repulsión. Vergüenza: culpabilidad, molestia, disgusto, remordimiento, humillación, arrepentimiento, mortificación y contrición (Goleman, 1995, p. 34). Según Brockert y Braun (1996, 23), la palabra emoción se usa a menudo como equivalente de sentimiento, existe un número infinito de sentimientos: alegría, afecto, odio, satisfacción, vergüenza, preocupación, decepción, pánico, rabia. Pero la psicología, la 34 psiquiatría, la sociobiología y la neuropsicología [los cuatro campos en los que se investiga sobre la inteligencia emocional], creen que sólo hay unos pocos sentimientos básicos que, mezclados, originan toda la variedad de sentimientos, de igual manera que el espectro de colores básicos [rojo, azul, amarillo] . Por su parte, Goleman entiende emoción como un sentimiento que afecta los propios: pensamientos, estados psicológicos, estados biológicos y voluntad de acción. (Goleman, op. cit.) Como se ha dicho, muchos sentimientos se originan a partir de mezclas de estos sentimientos básicos, por ejemplo, los celos como mezcla de afecto, miedo y enfado. En consecuencia, el sentimiento de los celos afectaría: El pensamiento (ejemplo: cuando mi pareja se distancia, mi mundo se desmorona) El estado psicológico (ejemplo: enervación, desaliento) El estado biológico (ejemplo: alteraciones internas, trastorno circulatorio, nerviosismo) Y la voluntad de acción (ejemplo: atentar contra la propia vida, la pareja o el rival) (Brockert y Braun, op. cit., p. 25). 2.4. FISIOLOGÍA DE LAS EMOCIONES De acuerdo con Goleman (op. cit., p. 102), en nuestro repertorio emocional, cada emoción juega un papel singular revelado por sus características biológicas. Con nuevos métodos para explorar el cuerpo y el cerebro, los investigadores han descubierto los siguientes detalles acerca de cómo cada emoción prepara al organismo para una clase distinta de respuesta: Con la ira, la sangre fluye a las manos y así resulta más fácil tomar un arma o golpear a un enemigo, el ritmo cardiaco se eleva y aumentan hormonas como la adrenalina generando un ritmo de energía fuerte capaz de originar una acción vigorosa. 35 Con el miedo, la sangre va a los músculos esqueléticos grandes [como los de las piernas] y es más fácil huir. El rostro se pone pálido ya que la sangre no circula por él. El cuerpo se congela por un instante permitiendo que el tiempo determine tomar la decisión de huir o esconderse. Con la felicidad, hay un aumento de actividad en los centros nerviosos que inhibe los sentimientos negativos y aumenta la energía disponible. Esta configuración ofrece al organismo un descanso general, disposición y entusiasmo ante cualquier tarea. Con el amor, los sentimientos de ternura y satisfacción sexual, dan lugar a un despertar parasimpático llamado respuesta de relajación que consiste en un conjunto de reacciones de todo el organismo que generan estados de calma y satisfacción, facilitando la cooperación. Con la sorpresa, se levantan las cejas, permitiendo así un mayor alcance visual llegando mayor luz a la retina, con el fin de que sea más fácil distinguir lo que ocurre e idear un plan de acción. Con el disgusto, ocurren efectos singulares en el rostro, que se caracterizan por torcer a un lado el labio superior y la nariz se frunce ligeramente. Con la tristeza, se produce una caída de energía, la falta de entusiasmo por las actividades de la vida hace más lento el metabolismo. Este aislamiento introspectivo crea la oportunidad de llorar y mientras recupera energía planificar un nuevo comienzo . Estas tendencias biológicas a actuar están moldeadas además por nuestra experiencia en la vida y nuestra cultura, por ejemplo; universalmente la pérdida de un ser querido provoca tristeza, pero la forma en la que demuestran las emociones está moldeada por la cultura como el hecho de decidir qué personas de nuestra vida entran en la categoría de seres queridos a los cuales llorar (Goleman, op. cit.). Cuando expresamos nuestras emociones, tampoco es difícil encontrarnos diciendo una cosa y sintiendo otra. Esto se debe de acuerdo con Goleman (op. cit.), a que tenemos dos mentes: una que piensa y otra que siente. La mente racional es la forma de comprensión de la que somos conscientes, se destaca por la conciencia, capacidad reflexiva y analítica. Pero por otro lado está la mente emocional que es la impulsiva y poderosa aunque a veces ilógica. Estas dos mentes operan en armonía 36 [la mayor parte de la veces] para guiarnos en le mundo. Sin embargo la mente racional y la emocional son facultades semiindependientes ya que cada una refleja la operación de un circuito distinto pero interconectado (Goleman, op. cit.). 2.5. VACÍOS Y LUCES DE LA EMOCIÓN No cabe duda que la lista mencionada anteriormente no resuelve todas las preguntas que se plantean a cerca de cómo categorizar la emoción. Por ejemplo, ¿qué podemos decir de combinaciones tales como los celos, una variante de la ira que también se mezcla con la tristeza y el temor?, ¿Qué podemos decir de las virtudes, como la esperanza y la fe, el coraje y la indulgencia, la certeza y la ecuanimidad?, ¿O de algunos de los vicios clásicos, sentimientos como la duda, la complacencia, la indolencia, la apatía o el aburrimiento? No existen respuestas claras; el debate científico acerca de cómo clasificar las emociones continúa. El argumento de que existe un puñado de emociones centrales se basa en cierta medida en el descubrimiento de Ekman, según el cual las expresiones faciales para cuatro de ellas [temor, ira, tristeza, placer], son reconocidas por personas de culturas de todo el mundo, incluidos los pueblos prealfabetizados, presumiblemente no alfabetizados por la exposición al cine o a la televisión, lo cual sugiere su universalidad. Ekman enseñó retratos que mostraban expresiones de personas de culturas tan remotas como los Fore de Nueva Guinea, una tribu aislada de stone age en la remota zona de las tierras altas, y descubrió que personas de todas partes reconocían las mismas emociones básicas (Ekman, citado en Goleman, op. cit.). Al buscar los principios básicos, Ekman y otros, consideraron las emociones en términos de familias y dimensiones, tomando las principales familias: ira, tristeza, temor, placer, amor, vergüenza, etc., como casos pertinentes a los infinitos matices de nuestra vida emocional. Cada una de estas familias tiene un núcleo emocional básico, con sus parientes formando ondas a partir de este núcleo en incontables mutaciones. En las ondas externas se encuentran los estados de ánimo que, técnicamente hablando, son más apagados y duran 37 mucho más tiempo que una emoción; mientras es relativamente raro mantener el calor de la ira durante todo el día, por ejemplo, no es tan raro estar de un humor gruñón e irritable, en el que se activan fácilmente arranques de ira más cortos (Ekman, citado en Goleman, op. cit). Más allá de los estados de ánimo se encuentran el temperamento, la prontitud para evocar una emoción o estado de ánimo determinado que hace que la gente sea melancólica, tímida o alegre, no cabe duda que en este punto se hace patente el enfoque genético y biológico de la emoción a partir del cual se han hecho muchos hallazgos y que a su vez ha sido rechazado por algunos autores, al no designarlo como el principal componente del entramado multifactorial de la emoción, a su vez, se encuentran los evidentes trastornos de la emoción, tales como la depresión clínica o la ansiedad incesante, variables que tienen ya que ver con la deformación de las emociones a nivel psicopatológico, en la que alguien se siente constantemente atrapado en un estado negativo (Goleman, op. cit.). 2.6. ANTECEDENTES DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL Molero y Saíz (1998), señalan que los principales antecedentes de lo que hoy se equipara a la inteligencia emocional provienen de Galton, que fue uno de los investigadores que a principios del siglo XX se interesó por el estudio sistemático de las diferencias individuales en la capacidad mental. Convencido de sus características innatas, le interesaban aquellos factores que hacen que las personas sean diferentes, guiado por la idea, vigente aún, de la evolución y en especial de la variación. Por su parte, Brockert y Braun, discuten que Thordike, si bien no se puso a discernir aspectos que tienen que ver con el dominio y reconocimiento de nuestras emociones, ya vislumbraba las cuestiones que tienen que ver con la empatía y la habilidad social difundida por Goleman, en su concepto de Inteligencia Social; que la define como "la habilidad para comprender y dirigir a los hombres y mujeres, muchachos y muchachas, y actuar sabiamente en las relaciones humanas" (Brockert y Braun, op. cit., p. 21). 38 No podemos dejar de considerar lo mencionado por Gadner (1989), que en su libro teoría de las inteligencias múltiples, propone su famoso modelo denominado inteligencias múltiples, el cual incluye 7 tipos de inteligencia: verbal, lógico-matemática, espacial, musical, cenestésica, interpersonal, intrapersonal, ya que con este nuevo y enriquecido enfoque acerca de la inteligencia abrió la posibilidad de romper con los viejos paradigmas y reconsiderar la naturaleza multifactorial de la misma, confrontando con ello, no sin resistencias, el inconsciente colectivo de las generaciones obsesivas y renuentes que no acababan [ciertamente] de aceptar la nueva condición del hombre inteligente. Así, las más sobresalientes en relación a las características de la inteligencia emocional, son aquellas que tienen que ver con la competencia social, y emocional. La Inteligencia Interpersonal y la Inteligencia Intrapersonal. Desafortunadamente no todas son incentivadas en las sociedades avanzadas. En este sentido Goleman (op. cit.), menciona que, en Estados Unidos, en la mayoría de las escuelas se sigue cultivando exclusivamente, al menos consciente y premeditadamente, solo los dos primeros tipos de inteligencia: la verbal, y la matemática. Por su lado Gardner (1993, p.40), define a la inteligencia Interpersonal e Intrapersonal como sigue: La Inteligencia Interpersonal se construye a partir de una capacidad nuclear para sentir distinciones entre los demás, en particular: contrastes en sus estados de ánimo, temperamentos, motivaciones e intenciones. En formas más avanzadas, esta inteligencia permite a un adulto hábil leer las intenciones y deseos de los demás, aunque se hayan ocultado . Y a la Inteligencia Intrapersonal como: "El conocimiento de los aspectos internos de una persona, el acceso a la propia vida emocional, a la propia gama de sentimientos, la capacidad de efectuar discriminaciones entre las emociones y finalmente ponerlas un nombre y recurrir a ellas como un medio de interpretar y orientar la propia conducta." (Gardner 1993: p. 42). Ambos supuestos denotan los aspectos en los que existe la mayor afinidad entre la teoría de Gadner y de Goleman en cuanto a la definición de la inteligencia emocional se refiere. En este sentido Goleman (op. cit. p. 23), interpreta y resumen estas dos capacidades, propuestas por Gardner, en referencia a la inteligencia interpersonal como: la capacidad de 39 discernir y responder apropiadamente a los estados de ánimo, temperamentos, motivaciones y deseos de las demás personas , y, con respecto a la inteligencia intrapersonal como: la capacidad de establecer contacto con los propios sentimientos, discernir entre ellos y aprovechar este conocimiento para orientar nuestra conducta . Salovey y Mayer (1990, p. 17), dan a conocer el término incluyendo las inteligencias personales de Gadner en su definición elemental de inteligencia emocional, la cual se representa como, la capacidad de controlar y regular los sentimientos de uno mismo y de los demás, utilizándolos como guía del pensamiento y la acción . La inteligencia emocional se concreta en un amplio número de habilidades y rasgos de personalidad: empatía, expresión y comprensión de los sentimientos, control de nuestro genio, independencia, capacidad de adaptación, simpatía, capacidad de resolver los problemas de forma interpersonal, habilidades sociales, persistencia, cordialidad, amabilidad, respeto. Este concepto propuesto por Salovey y Mayer incluye además el hecho de que son metahabilidades que pueden ser categorizadas en cinco competencias o dimensiones: 1.- El conocimiento de las propias emociones. Es decir, el conocimiento de uno mismo, la capacidad de reconocer un mismo sentimiento en el mismo momento en que aparece, constituyendo la piedra angular de la I.E. 2.- La capacidad para controlar las emociones. La conciencia de uno mismo es una habilidad básica que nos permite controlar nuestros sentimientos y adecuarlos al momento. 3.- La capacidad de motivarse a sí mismo. Es decir, la posibilidad de encontrar y adaptar medios personales adecuados para alcanzar nuestras metas. Con esto Salovey y Mayer, y más tarde Goleman, quieren hacernos entender que el control de la vida emocional y su subordinación a una meta puede resultar esencial para "espolear" y mantener la atención, la motivación y la creatividad. 40 Es decir, esta habilidad ayuda a aumentar la competencia no sólo social sino también la sensación de eficacia en las empresas que se acometen, en este aspecto se relaciona también con el concepto de Inteligencia Éxitosa de Stemberg (Stenberg, 1998). 4.- El reconocimiento de las emociones ajenas. La empatía, es decir, la capacidad para poder sintonizar con las señales sociales sutiles, indica qué necesitan o qué quieren los demás. 5.- El control de las relaciones. Es una habilidad que presupone el relacionarnos adecuadamente con las emociones ajenas (Salovey y Mayer, 1990). Por otro lado (LeDoux, 1999), surge con otro enfoque, el cual nos fundamenta que la I.E. tiene una base biológica considerable, tal y como muestran los estudios de en el cual nos dice que el papel de la amígdala es como un nexo de unión entre el cerebro emocional y el racional. Este autor también se interesó por el papel que juega la amígdala durante la infancia, llegando a la conclusión de la importancia que tiene la interacción entre el niño y sus cuidadores [padres y maestros] durante los primeros años de vida y durante la adolescencia escolarizada, constituyendo un verdadero aprendizaje emocional. Recientemente Goleman (op. cit., p. 12), popularizó el término en su libro Inteligencia emocional, y, en su tesis principal comprende una serie de hipótesis, en una de las cuales afirma que el C.I. no asegura el éxito en la vida ya que como el lo sustenta: la diferencia entre tener éxito y no tenerlo se encuentra en el conjunto de habilidades que componen la inteligencia emocional , mismas que tienen que ver con autocontrol, entusiasmo, perseverancia y la capacidad de motivarse a uno mismo, habilidades que a su vez nos pueden ayudar a obtener un mejor aprovechamiento netamente intelectual. Goleman (op. cit., p. 15), engloba en cinco constructos básicos a partir de los cuales podemos obtener la capacidad para manejar la inteligencia emocional, refiriéndose a las siguientes habilidades: 41 Autoconciencia: conciencia de sí mismo y de las propias emociones y su expresión. Autorregulación: controlar los impulsos, de la ansiedad, diferir las gratificaciones, regular nuestro estado de ánimo. Motivación: motivarnos y perseverar a pesar de las frustraciones (optimismo). Empatía: empatía y confianza en los demás. Habilidades sociales: las artes sociales . 2.7. DEFINICIONES DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL Debemos considerar algunas definiciones que se han hecho arduamente , acerca de la inteligencia emocional en el afán de describir todos sus atributos aunque, no obstante que, en lo referente a su evaluación, aún no se llegue a ningún acuerdo definitivo. En este sentido Carrillo (2001), argumenta que, cuando escuchamos hablar de inteligencia, de manera automática imaginamos procesos racionales, conscientes, relativos a funciones superiores asociadas con las actividades de percibir, memorizar, aprender; recordar, con la seriación de figuras y números lógicos y con las matemáticas. Estos procesos son considerados potencialmente estimulables y sujetos al desarrollo de habilidades intelectuales. Al escuchar hablar de motivaciones, casi de inmediato evocamos estados de ánimo que, aún cuando los percibimos conscientemente, no son fáciles de manejar por los mismos procesos lógicos de la inteligencia. Es así como las emociones se han relacionado más con mecanismos inconscientes, que no resultan fáciles de controlar, que con acciones voluntarias. El tema de la Inteligencia Emocional ha cobrado relevancia desde el reconocimiento y validación de las emociones, y como las administramos, como un factor fundamental para alcanzar el éxito en nuestras vidas (Goleman op. cit.). 42 Siempre se había considerado al cociente de inteligencia (C. I.), o I. Q. por sus siglas en Inglés, como indicador de la capacidad que tienen las personas de alcanzar el éxito. Pero considerando exclusivamente ese factor. No se encontraba explicación a por qué algunas personas con un C. I. alto, eran aventajados por otros de un C. I. menor, en igualdad de condiciones, en situaciones de conflictos sociales. La razón es muy sencilla, se encontró que las personas que manejaban mejor las situaciones en las cuales se involucraban otras personas, eran más conscientes de si mismas y de las necesidades de los involucrados. Estaban conscientes de la existencia de sus emociones y de cómo matizan su comportamiento. Y a su vez del efecto que tienen sobre las demás personas. A su vez, Carrillo (2001, p. 1), nos dice que, Hoy día, cuando decimos que alguien es inteligente, ya no nos referimos a quien tiene una memoria brillante y razona con rapidez, o a quien comprende el planteamiento de una ecuación matemática y sabe solucionarla . Pero, ¿Cómo podemos definir la Inteligencia Emocional?. Como cualquier concepto nuevo esta definición está aun evolucionando para ajustarte más fielmente a los resultados de las más recientes investigaciones, pero podemos decir con seguridad que se encuentra relacionada con la manera en que identificamos, usamos, entendemos y administramos nuestras emociones (Goleman op. cit., p. 5). Así definida, una breve mirada a nuestro alrededor en la calle o desde cualquier ambiente de trabajo basta para convencernos de que la inteligencia emocional, necesita mayor atención de la que ha recibido ahora en nuestro proceso formativo. En este sentido, no podemos dejar de considerar a Aristóteles, el cual en su ética a Nicómaco, escribió: enfadarse esta al alcance de cualquiera, esto es sencillo, pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso no es fácil (Goleman, op. cit., p. 13). Tanto en el trabajo como en otras circunstancias de la vida la inteligencia emocional nos es útil para ayudarnos a nosotros mismos y ayudar a los demás a manejar las emociones. Es correcto, aun, y principalmente, con cómo las administramos. Desde este punto de vista, las emociones se consideran un recurso valioso a nuestra disposición, y de allí la importancia de prestarles la atención adecuada y administrarlas eficazmente. 43 Partiendo de esas consideraciones podríamos decir que la Inteligencia Emocional es la capacidad que tiene, o puede desarrollar, cada ser humano para crear resultados positivos en sus relaciones consigo mismo y con los demás . Estos resultados positivos pueden ser tan variados como sensación de bienestar, optimismo, éxito en lo que se proponga lograr, etc. Y por supuesto al conseguir esto se tienen repercusiones en todas las áreas de la vida como lo son en el rendimiento académico o profesional, relaciones de amistad y de pareja, la salud, entre otros. Por su parte Goleman (op. cit., p. 12), nos recuerda que existe una palabra muy antigua para referirse a todo el conjunto de habilidades representadas por la inteligencia emocional, el carácter, y a partir de esto nos dice que: si el desarrollo del carácter constituye uno de los fundamentos de las sociedades democráticas, la inteligencia emocional es uno de los armazones básicos del carácter. Y la piedra de toque de carácter es la autodisciplina [ ]que se basa en el autocontrol [ ], puntualiza Goleman. Goleman, (op. cit. p. 17), nos dice que para actuar correctamente con los demás debemos comenzar dominándonos a nosotros mismos, ya que así , la emoción permanece bajo el control de la razón . Estas manifestaciones por parte de estudiosos del tema nos enfatizan la importancia que tiene el autocontrol en nuestras vidas. David Hume, inició la rebelión epistemológica, en cuanto a emociones se refiere, que aún motiva gran parte de las controversias actuales; remarcó enfáticamente que, la razón es y debe ser esclava delas pasiones (Hume citado en Calhoum y Solomon, 1996, p. 7) y desde su época antecedía la importancia que tendría el autocontrol emocional en la época actual, para poder tener una vida satisfactoria. 2.8. INTELIGENCIA VS IGNORANCIA EMOCIONAL Entre los factores que entran en juego al considerar la Inteligencia Emocional podemos citar en primer lugar, la consciencia de si mismo. Estar conscientes de, y comprender profundamente nuestros sentimientos y emociones, nuestras debilidades y fortalezas, y 44 nuestras necesidades y deseos, es el paso fundamental para desarrollar la Inteligencia Emocional (Goleman, op. cit). Una persona que tenga una clara apreciación, aceptación, y comprensión de lo anterior se encuentra en situación de ventaja para emplear los mismos a su favor. De esta manera se transforman a si mismos en personas capaces de evaluar las situaciones claramente sin llegar a ser demasiado críticos, ni tener expectativas irrealistas, encuentran el equilibrio que les permite ser honestos consigo mismos y con los demás, y salir adelante ante cualquier situación que se les presente. Las personas que desarrollan un alto grado de consciencia de si mismos, son capaces de reconocer sus sentimientos y como les afectan, a la vez que están conscientes del efecto de su comportamiento [matizado por sus sentimientos], sobre las demás personas y su desempeño. Puede reconocerse a las personas que tienen estas características por su alto grado de confianza en si mismas. Están muy conscientes de su capacidad, y saben cuando necesitan pedir ayuda. Una vez desarrollada la consciencia de si mismos, se reconocen las habilidades naturales, el potencial por desarrollar y la capacidad para lograrlo, aunado a las emociones involucradas. El siguiente paso natural es administrar estas emociones de una manera constructiva. Al reconocer que somos seres sensibles, validamos nuestras emociones y nos permitimos encontrar maneras constructivas y creativas de canalizarlas. Nos sentimos libres de expresarlas y lo hacemos de una manera que nos beneficie, y a la vez contribuya al bienestar común. Esto nos permite crear un ambiente de confianza y equidad a nuestro alrededor, reduciendo así el roce en el trato, y permitiendo que florezca la armonía. Lo cual contribuye al aumento del rendimiento en todas las áreas de nuestra vida, pues al sentirnos mejor realizamos las tareas que nos corresponden con agrado (Elias, Tobias y Friedlander, 2001). El ser conscientes de nosotros mismos y de nuestras emociones nos lleva a considerar la motivación, como un efecto secundario para cultivar las anteriores cualidades. Cualquier persona que esté consciente de si misma, y administre favorablemente sus emociones, por el bienestar que esto aporta a su vida y a la de los que le rodean, se sentirá inevitablemente motivada (Carrillo, 2001, p. 6). 45 El no respetar estas premisas nos puede hacer pagar un precio muy caro sobre nuestra salud emocional. En este sentido Preston (1998), nos señala que el no respetar necesidades tales como la de ser querido, de quererse a uno mismo, la necesidad de sentir seguridad, la necesidad de mantener la estimulación en un nivel óptimo, lleva al sujeto a experimentar el dolor emocional. Es así como se forman los ganadores en la vida. La administración de las emociones se combina con la motivación por los logros, para facilitarles sobreponerse ante los tropiezos que algunas veces se encuentran en la vida, y levantarse fortalecidos con mayores deseos de continuar adelante. Todas estas destrezas adquiridas nos ponen en contacto, con otra dimensión. La dimensión de la empatía. Desde esta dimensión así como reconocemos, y administramos eficientemente nuestros sentimientos y emociones, aprendemos a reconocer y validar los de las personas que se encuentran a nuestro alrededor. Esto nos permite tomar en consideración los sentimientos de las demás personas involucradas en las situaciones que se nos presentan a diario, nos coloca en una posición ventajosa al brindarnos una perspectiva más amplia de las consecuencias de nuestras acciones, y nos permite tomar decisiones más inteligentes (Elias, Tobias y Friedlander, 2001). La empatía también es una herramienta maravillosa que nos muestra sus bondades en situaciones donde ocurren malos entendidos. Las personas que la desarrollan adquieren la capacidad de reconocer las sutilezas del lenguaje corporal, y son capaces de percibir el mensaje real detrás de las palabras, lo que se le conoce como lenguaje analógico (Myers, 1999). Si sumamos todo lo anteriormente expuesto, y lo condensamos en un individuo, obtendremos una persona con un alto grado de inteligencia emocional que como consecuencia ha adquirido la capacidad de socializarse más armónicamente. Una vez comprendido lo anterior es sencillo comprender como la Inteligencia Emocional juega también un papel importante en nuestra preparación para permitir que el éxito se manifieste en nuestras vidas, y sus beneficios exceden ampliamente la dedicación que requiere para alcanzarla. Aunque aparentemente no escogemos algunos de los eventos que se presentan en nuestras vidas, siempre conservamos la potestad de elegir como reaccionamos ante ellos, y disfrutar cada instante es siempre una opción. 46 2.9. ESTUDIOS SOBRE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL VS ADOLESCENCIA Liff, Suzanne B. (2003), en su investigación titulada: Inteligencia social y emocional; usos para el desarrollo de la educación exploró la relación entre la inteligencia y los éxitos sociales y emocionales en la escuela; dicha autora, se enfocó en las necesidades del estudiante así como en las capacidades para tratar dichas necesidades, que a su vez son componentes del paradigma intelectual, social y emocional del individuo. El contenido temático y las variables que se abordaron dentro de este estudio fue el siguiente: Timidez Autodefensa Autorregulación de emociones Ajuste de la meta Autoconocimiento Empatía Habilidades sociales Gohm, Carol L. (2003), en su investigación titulada Regulación del humor e inteligencia emocional: Diferencias individuales , examina en 3 estudios las diferencias que existen a partír de cómo los jóvenes experimentan sus emociones (rasgos de la meta, claridad de la emoción, de la atención y de la intensidad) conducidas a la identificación de 4 tipos distintos (abrumado, caliente, cerebral y frio). Cuando el humor fue manipulado, se diferenciaron los tipos a partir de cómo reaccionaron inicialmente a la situación emocional, como regularon su humor y cómo hicieron juicios. En detalle, un tipo de individuo (el tipo caliente) era más reactivo a las situaciones emocionales que los otros. Otro tipo (el tipo abrumado) contaba con una diferencia individual en relación con los otros, y tenía juicios diferentes. Los individuos abrumados aparecían incapaces o poco dispuestos para servirse de la información afectiva crítica. 47 García, P. Karla y Gasca , M. Guadalupe (2003), realizaron taller para adolescentes con el objetivo de fomentar en los adolescentes habilidades de interacción social, el reconocimiento y desarrollo de sus emociones. El problema específico abordado dentro de este trabajo fue: El desarrollo de habilidades de interacción social y emocionales en los adolescentes de secundaria. Dicho taller se impartió los días miércoles por un lapso de dos horas en un periodo de siete semanas. El contenido temático fue el siguiente: 1ª Sesión: La comunicación 2ª Sesión: Formación del trabajo en grupo y aprendizaje 3ª Sesión: El autoconocimiento emocional 4ª Sesión: La autoestima 5ª Sesión: La asertividad 6ª Sesión: Toma de decisiones 7ª Sesión: La autorregulación emocional La forma de evaluación que se utilizaron en dicho taller fue a través de un cuestionario pretest-postest. El taller se llevó acabo en una secundaria ubicada en Ecatepec de Morelos, Estado de México, con una población constituida por 51 alumnos de segundo grado; de los cuales, 21 alumnos fueron hombres y 26 fueron mujeres. Las edades de los adolescentes fluctuaron en 13 años (25 alumnos), 14 años (6 alumnos) y finalmente 15 años (4 alumnos). Las autoras concluyen que el taller impartido sobre Inteligencia Emocional mejoró considerablemente los conocimientos que tenían los adolescentes sobre sus estados emocionales relacionados con ellos mismos y con su medio ambiente. En cuanto al cambio manifestado por los alumnos después de la aplicación del taller, los profesores y directivos del plantel consideraron que el alumnado obtuvo cambios positivos en el grupo después de la aplicación del taller, pero consideran que hay que reforzar la implementación de talleres para mejorar el ambiente tanto escolar como familiar de toda la 48 población. A sí mismo se resaltó el interés por parte de los directivos del plantel para lograr un buen ambiente de trabajo y para así poder mejorar el bienestar tanto físico como emocional del alumnado. Por consiguiente, con los resultados obtenidos García Peraza, Jannet y Gasca Múgica, Guadalupe (2003), recomiendan a las personas que les interese trabajar sobre estos temas, enfatizar más sobre el tema de la comunicación (en especial como iniciar, mantener y finalizar una conversación), de igual manera reforzar el tema de autoestima, considerando que los alumnos no absorbieron por completo dicha información. A sí mismo desarrollar temas sobre sexualidad, drogadicción y comunicación familiar, ya que fueron los temas que más interesaron tanto alumnos como a profesores del plantel, para que fueran abordados en un siguiente momento. Flores, Martínez y Ochoa (1995), realizaron un taller para adolescentes con el objetivo de informar y prevenir a los mismos sobre los diversos cambios que se generan y los riesgos a los que se enfrentan en esta etapa; así mismo pidieron la asistencia de los padres de familia para trabajar con sus hijos adolescentes. La mayoría de los temas que abordaron en su taller fueron orientados a los cambios que experimentan los adolescentes en esta etapa: Relaciones personales Amigos y noviazgo Alcoholismo Drogadicción Delincuencia y prostitución Relaciones sexuales La forma de evaluación que utilizaron fue por medio de un cuestionario pretest-postest y un cuestionario para cada sesión. El taller fue impartido en una escuela oficial, con 33 adolescentes de tercer grado de secundaria y con 25 padres de estos mismos adolescentes. Las autoras concluyen que el objeto del taller se logró cubrir debido a que el rendimiento académico de los adolescentes mejoró considerablemente al finalizar el taller en 49 comparación con su situación inicial, en cuanto a su participación fue muy activa durante las sesiones. Respecto a la participación de los padres de familia, resultó escasa, y finalmente se les tuvo que presionar por medio de las autoridades académicas para que asistieran a una junta informativa. Por otra parte, se reportó una baja participación y poco interés de los profesores hacia el taller, aunque ellos no tuvieron una participación directa en el mismo. Por consiguiente, con los datos obtenidos Flores et al. (1995), proponen una participación más activa por parte de los profesores hacia los alumnos con la finalidad de asesorarlos, esto sería apoyándose de instituciones como: Centros de Integración Juvenil, Centros de Salud, entre otros, ya que el taller resultó ser una muestra de que si el educador se involucra con el joven, este no pierde su estatus, sino por el contrario entra en contacto directo con él, lo que enriquece su labor y le brinda más alternativas para el manejo de los cambios suscitados en esta etapa. En esta misma línea, pero años más tarde Guevara (2001), realiza un taller que consistió en dos partes: la primera fe trabajar con adolescentes abordando temas como: Qué es la pubertad y la adolescencia La autoestima Conociendo el cuerpo La sexualidad La amistad Comunicación Responsabilidad Como llegar al éxito La segunda parte del taller consistió en trabajar con los padres en donde además de explicarles los temas tratados, se realizaron dinámicas grupales y vivenciales. Se abordaron temas como: 50 Conocer los cambios que presentan los adolescentes en la pubertad y la adolescencia La comunicación familiar Valores La función del padre y la madre La conciencia de ser dos compartiendo la vida En cuanto a la evaluación, la participación en los dos talleres fue constante en ambos casos; los objetivos planeados fueron logrados mediante la realización de los talleres, los padres tomaron conciencia, reflexionaron , analizaron y llegaron a aceptar que sus hijos tienen que cambiar y que esto es algo normal que sucede durante el periodo de la pubertad y la adolescencia, que para lograr que sus hijos sigan por el buen camino van a necesitar de la comprensión, entendimiento y orientación de parte de los padres para lograr así una buena relación entre padres e hijos. Los adolescentes a través del taller vivencial se sintieron satisfechos de poder encontrar un ambiente de cordialidad en el cual podían expresar sus sentimientos, ideas y experiencias vividas durante este periodo que para ello es difícil y al convivir con compañeros que estaban pasando por situaciones similares había comprensión y entendimiento del grupo (Guevara, 2001). Martínez (1988), realizó un taller llamado Juventud y Sociedad . A partir de una experiencia colectiva y bajo la instrumentación de diferentes técnicas pedagógicas (técnicas de grupo: presentación en parejas, discusión en pequeños grupos, lluvia de ideas, sociodrama, conferencias.) tratando de contribuir al desarrollo de habilidades sociales en el joven, con base en algunos elementos teóricos experimentados en los grupos operativos formados para ese taller. Para llevar acabo el mismo se decidió trabajar con alumnos de escuela por diferentes razones: son la razón de ser de la institución, forman la mayoría de la población, son los que enfrentan una mayor problemática personal y social dentro de la institución . (p. 65) Como objetivo del taller, se determinó desarrollar en los jóvenes cambios de pensamiento personal y social, a partir de una aproximación al conocimiento de su sociedad, su 51 institución y de su propia personalidad. (aprender de si mismos, saber distinguir entre un estado de tensión y otro de relajación, distinguir entre una actitud pasiva, agresiva y asertiva, conocer la importancia de la comunicación, conocer como se dan las relaciones familiares, valorar la importancia y el alcance de las situaciones sociales y conocer un método de solución de problemas). Los temas de las sesiones fueron los siguientes: 1ª. SESIÓN: la integración grupal con dinámicas relajación física e integración grupal la representación del joven y de si mismo el conocimiento de si mismo la sexualidad el amor la familia la comunicación y su importancia social el método para una mejor convivencia social (la asertividad, la sumisión y la agresión) 2ª. SESIÓN integración grupal los jóvenes, la sociedad y las necesidades humanas situación ideológica de la sociedad mexicana situación económica actual método de solución de problemas evaluación del taller 52 Los resultados que obtuvo Martínez (1988), fueron los siguientes: el joven requiere desarrollar sus habilidades y características personales, asertividad, comunicación, autoconocimientos; para mejorar su relación personal y social. El joven requiere conocer su cuerpo, cómo funciona y su sexualidad, para poder expresar con él sensaciones placenteras; finalmente, conocer el funcionamiento del cuerpo (saber como funciona y por qué, así como aceptarse así mismo). A su vez, afirma que al inicio del taller los jóvenes mostraron poca habilidad para desenvolverse en el grupo, ya sea participando activamente o tomando iniciativa para incorporarse a las tareas, para lo cual demandaron confianza, respeto a sus opiniones y mayor movilidad física en las dinámicas y esto facilitó posteriormente su integración al grupo y su mejor desarrollo personal en las últimas sesiones del taller. En cuanto al conocimiento que los jóvenes manifestaban tener previo al taller, hubo un incremento al finalizar el mismo, generando en ellos una atmósfera de mayor confianza personal, ubicando muchas de las situaciones que influyen y afectan en ellos como son los fenómenos sociales. La tesista afirma que los talleres para los jóvenes pueden ser una alternativa en el proceso educativo de este grupo, ya sea como una opción diferente a lo que imparte en orientación educativa del nivel medio o como apoyo al proceso educativo y formativo de los jóvenes. Azua y Contreras (1994), realizaron una evaluación de las habilidades sociales en los adolescentes, con el fin de hacer un estudio observacional para conocer como se distribuyen las habilidades en los adolescentes de 12 a 15 años, que cursaban la secundaria al momento de la investigación. Para ello se aplicó una escala con el fin de evaluar las habilidades sociales en los jóvenes y fue aplicada en grupos constituidos por 3 secundarias del Distrito Federal (eligiéndose a un alumno por cada uno de los grupos que constituyen las secundarias), que en conjunto formaban un total de 290 adolescentes. Las secundarias participantes fueron: la secundaria federal 221 con 95 alumnos, la secundaria diurna 63, con 91 alumnos y la secundaria diurna 94, con 104 alumnos. Respecto a la distribución de las habilidades sociales aplicadas fueron las siguientes: 53 Áreas y reactivos de la escala para habilidades sociales (Azu y Contreras, 1994). AREA NÚMERO DE REACTIVOS HABILIDADES I. Habilidades de Inicio 8 1. escuchar 2. iniciar conversación 3. mantener conversación 4. preguntar 5. agradecer 6. presentarse 7. presentar a otros 8. hacer cumplidos II. Habilidades Avanzadas 6 9. pedir ayuda 10. compartir 11. dar instrucciones 12. seguir instrucciones 13. disculparse 14. convencer a otros III. Habilidades para manejar 6 15. conocer sus sentimientos los sentimientos 16. entender sentimientos de otros 17. expresar sentimientos a otros 18. encarar el miedo 19. autovalorarse IV. Habilidades alternativas 10 21. lograr permiso a la agresión 22. pedir permiso 23. ofrecer ayuda 24. ayudar a otros cuando lo necesiten 25. negociar 26. autocontrolarse 27. defender sus derechos 54 28. afrontar la burla 29. evitar problemas con otros 30. evitar peleas V. Habilidades para manejar 12 31. quejarse el estrés 32. responder a la queja de otros 33. reconocer los logros de otros 34. afrontar la vergüenza 35. encarar la frustración 36. defender a un amigo 37. responder a la persuasión 38. afrontar el fracaso 39. interpretar un mensaje confuso 40. afrontar una acusación 41. expresar opciones en una conversación difícil 42. afrontar la presión de grupo VI. Habilidades de 8 4.3 planeación decidir que hacer 4.4 identificar las causas de un problema 4.5 establecer una meta 4.6 conocer sus habilidades 4.7 saber obtener información 4.8 reconocer problemas por orden de importancia 55 4.9 tomar decisiones 4.10 saber planear actividades. Azua y Contreras (1994), hacen una comparación entre las medidas de las habilidades en los adolescentes de secundaria, encontrando un porcentaje mayor de lo esperado en las áreas 1,4,5 y 6 para cuya adquisición y mantenimiento, la familia y la escuela juegan un papel importante. En las áreas 2 y 3 ellos afirman que se pueden ver afectados por todo lo que implica la entrada al periodo adolescente, en otras palabras a las nuevas exigencias, tanto por el cambio y adaptación de su contexto interaccional escolar, como por las expectativas de la sociedad respecto a ellos. En cuanto a las habilidades obtenidas por cada género, se encontró que en general hombres y mujeres tienen una ejecución semejante con algunas particularidades, como es el hecho de que un número mayor de mujeres reportaron ser más hábiles en las áreas de inicio, avanzadas, alternativas a la agresión y manejo de sentimientos, sin embargo se recuerda que las habilidades avanzadas y de manejo de sentimientos resultaron tener una distribución menor a la esperada por lo que se puede decir que aunque las mujeres resultaron ser más hábiles, la población en general esta muy baja. En las habilidades que ambos sexos manejaron mejor que fueron las de planeación y estrés no se encontraron diferencias. Dentro de este programa se creé que es conveniente entrenar a los adolescentes en habilidades avanzadas y de manejo de sentimientos, a lo que, las escuelas podían contribuir y proporcionar un ambiente que le permita al adolescente adaptarse a su nuevo rol y desarrollarse hacia la adultez, así como aprender a resolver las nuevas exigencias, para las que no han sido entrenados. Monjas (1999), propone un programa para la enseñanza de habilidades de interacción social. Dentro de este programa la autora resalta la importancia que tiene el intervenir en las escuelas para que apliquen un programa en el cual exista el entrenamiento de las habilidades de interacción social. Donde esta enseñanza tendría que hacerse del mismo modo que se 56 hace la enseñanza de otros aspectos, es decir, hay que enseñar habilidades sociales de modo directo, intencional y sistemático. Asimismo, menciona que las habilidades no mejoran por la simple observación ni por la instrucción informal, se necesita una instrucción directa, donde lo más factible sería que esta área tuviera su propio horario, planificación y estrategias de evaluación como otras áreas curriculares, esto implicaría asumir proyectos educativos de los centros de área interpersonal tanto en el ámbito conceptual como metodológico y organizativo, incluyendo la competencia social como uno de los objetivos generales del centro, ciclo y curso para todas las alumnas y alumnos. También sugiere que es conveniente la instrucción del profesorado en el campo de las habilidades interpersonales tanto en el aspecto estrictamente personal, como en el profesional. Afirma que todo este plan se debería implementar desde la primaria, secundaria y así sucesivamente. Todo esto con un doble objetivo, por una parte, de promoción en todo el alumnado de la adecuada competencia social de prevención de posibles desajustes y por otra parte, de intervención con los alumnos de riesgo y con los que presentan problemas de incompetencia social. A continuación se presenta los temas del programa que ellos sugieren para un buen entrenamiento en habilidades de interacción social: Programa de habilidades de Interacción Social Área 1. Habilidades Básicas de Interacción Social 1.1.Sonreír y reír 1.2.Saludar 1.3.Presentaciones 1.4.Favores 1.5.Cortesía y amabilidad Área 2. Habilidades para hacer Amigos y Amigas 57 2.1. Reforzar a los otros 2.2.Iniciaciones sociales 2.3 Unirse al juego con otros 2.4 Ayuda 2.5 Cooperar y Compartir Área 3. Habilidades Conversacionales 3.1 Iniciar conversaciones 3.2 Mantener conversaciones 3.3 Terminar conversaciones 3.4 Unirse a la conversación de otros 3.5 Conversaciones de grupo Área 4. Habilidades relacionadas con los sentimientos, emociones y opiniones 4.1 Autoafirmaciones positivas 4.2 Expresar emociones 4.3 Recibir emociones 4.4 Defender los propios derechos 4.5 Defender las propias opiniones Área 5. Habilidades de solución de problemas interpersonales 5.1 Identificar problemas interpersonales 5.2 Buscar soluciones 5.3 Anticipar consecuencias 5.4 Elegir una solución 5.5 Probar la solución Área 6. Habilidades para relacionarse con los adultos 6.1 Cortesía con el adulto 58