Como has sido fiel en lo poco, pasa al banquete de tu Señor

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XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario • AÑO / A • Mt 25, 14-30
● Primera lectura ● Prov 31, 10-13. 19-20. 30-31 ● ● Segunda lectura ● 1 Ts 5, 1-6 ● “El día del Señor llega“Trabaja con la destreza de sus manos”.
rá como un ladrón en la noche”.
● Salmo responsorial ● Sal 127 ● “Dichoso el que teme ● Evangelio ● Mt 25, 14-30 ● “Como has sido fiel en lo
poco, pasa al banquete de tu Señor”.
al Señor”.
Mt 25,14-30
14
«Porque es como un hombre que, al irse de viaje, llamó a sus criados y les confió su hacienda. 15 A uno dio cinco millones, a otro dos y a otro uno, a cada uno según su capacidad; y se fue. 16 El que había recibido cinco se puso en seguida a
trabajar con ellos y ganó otros
cinco. 17 Asimismo el de los dos
ganó otros dos. 18 Pero el que había recibido uno solo fue, cavó
en la tierra y enterró allí el dinero
de su señor.
19
Después de mucho tiempo,
volvió el amo de aquellos criados
y les tomó cuenta. 20 Llegó el que
había recibido cinco millones y
presentó otros cinco, diciendo:
Señor, me diste cinco millones;
aquí tienes otros cinco que he ganado. 21 El amo le dijo: ¡Bien, criado bueno y fiel!; has
sido fiel en lo poco, te confiaré lo mucho. Entra en el gozo de tu señor. 22 Se presentó
también el de los dos millones, y dijo: Señor, me diste dos millones; mira, he ganado
otros dos. 23 Su amo le dijo: ¡Bien, criado bueno y fiel!; has sido fiel en lo poco, te confiaré lo mucho. Entra en el gozo de tu señor. 24 Se acercó también el que había recibido un
solo millón, y dijo: Señor, sé que eres duro, que cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido. 25 Tuve miedo, fui y escondí tu millón en la tierra. Aquí tienes lo tuyo. 26 Su amo le respondió: Siervo malo y holgazán, ¿sabías que quiero cosechar
donde no he sembrado y recoger donde no he esparcido? 27 Debías, por tanto, haber entregado mi dinero a los banqueros para que, al volver yo, retirase lo mío con intereses. 28
Quitadle, pues, el millón y dádselo al que tiene diez. 29 Porque al que tiene se le dará y le
sobrará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. 30 Y a ese criado inútil echadlo
Para situar el Evangelio
● Mateo ha reelaborado notablemente el llamado “discurso
escatológico de Marcos (Mc 13),
y lo ha ampliado con una serie
de tres parábolas y una impresionante descripción del juicio
final, cuya principal intención es
orientar a los cristianos sobre
cómo preparar la venida del Señor.
● Mateo acaba de hablar de la
venida futura del Hijo del Hombre para el juicio (habla a la
comunidad con este discurso
escatológico), y a continuación
nos dice cuáles son las actitudes adecuadas ante esa venida,
a saber, la vigilancia (parábola
de las diez vírgenes) y el compromiso
de
la
caridad
(parábolas de los talentos y del
juicio de las naciones); esto es:
vigilancia y creatividad. La parábola (escatológica) de los talentos es, en este contexto interpretativo, un elogio del compromiso, de la efectividad, del
trabajo, del rendimiento. Podrá
ser aplicada fructuosamente al
trabajo, la profesión, las realidades terrestres, el compromiso
secular.
● Mateo ha cambiado sustancialmente el motivo central del
discurso. No se trata ya, como
en Marcos, de los signos que
precederán a la destrucción del
templo, sino de la venida del
Hijo del hombre, y de las actitudes con que los discípulos deben
preparar dicha venida. Este
cambio de perspectiva responde
a la situación que vivía su comunidad. Por un lado, veían
que la segunda venida de Jesús
se retrasaba, y ante ellos aparecía la histórica como espacio
para el compromiso.
● Por otro, el evangelista contempla con preocupación los
signos de abandono, dejadez,
rutina, y enfriamiento que comienzan a aparecer en la comunidad. En esta situación, Mateo
descubre aquellas palabras de
Jesús encierran una profunda
enseñanza, y compone con ellas
una exhortación dirigida a los
cristianos. Esta exhortación se
fundamenta en una profunda
convicción: la venida del Hijo
del hombre es un hecho cierto,
aunque no sucederá en seguida; mientras llega el momento,
es necesario preparar este gran
acontecimiento viviendo según
las enseñanzas de Jesús.
● El relato evangélico de Mt
25,14-30 se llama con toda razón “parábola de los talentos”,
porque este vocablo aparece de
manera explícita en ella trece
veces. El esquema literario puede considerarse un drama que
se desarrolla en tres tiempos o
escenas.
Notas para fijarnos en el Evangelio
● (vv. 14-15). Era costumbre en Oriente que algunos adinerados confiasen la administración de los
bienes a sus siervos o a sus amigos, y más si eran
expertos en negocios, para que ese capital fuera
productivo (Abrahán tenía un administrador Gen
24,2). Esta práctica habitual se hacía casi necesaria
cuando el rico tenía que ausentarse de su lugar de
residencia, y mucho más si la ausencia duraba mucho tiempo: dado el peso exagerado de las monedas antiguas (no existía el papel moneda), era muy
difícil llevar el dinero de un sitio a otro. Aquí la cantidad de talentos entregados a los criados es desigual: cinco, dos, uno; la distribución se hace con
arreglo a la capacidad de cada uno.

El dueño del dinero (recordemos el contexto
en tiempo de Jesús) es un hombre avaro y
exigente como ellos mismos reconocen (25, 2427), pero no quieren aparecer como tal. Por
eso deja su hacienda (una enorme cantidad de
dinero) en manos de sus esclavos, para que
ellos la hagan producir. Para ellos es una forma de prosperar.

Recordar que entre judíos (hermanos) estaba prohibido cobrar interés en los prestamos
(Dt 23,20; Lev 25,37; Ez 18,8-17; 22,12)... la trampa
era que el préstamo lo hiciera uno de los administradores-criados. Los campesinos que
escuchaban esta parábola tenían cumplida experiencia de cómo familias de élite, que vivían
en la ciudad, explotaban a los campesinos a
través de sus esclavos y recaudadores.

(v.15) Un talento era mucho dinero, posiblemente equivalía a unos 30 Kg de oro, otros
dicen que equivaldría a unos diez mil denarios… Recuerdo que no existía papel moneda y
para transportar mucho dinero tenía sus dificultades, al igual que para guardarlo.
● (vv. 25,16-18). ¿Cómo se comportan los criados?
El primero y el segundo, con cinco y dos talentos
recibidos, no pierden el tiempo, y se ponen al instante a trabajar. Y con su esfuerzo logran doblar el
capital de su amo. El tercero, por desidia, lo entierra y lo deja infecundo. Pero ¡cuidado! La actitud
del tercero es irreprochable, incluso desde el punto
de vista de la ley judía, según la cual, si un hombre
había recibido bienes o dinero en depósito y los había enterrado, en el caso de dicho dinero o dichos
vienes fueran robados, el depositario no era considerado culpable.
● (vv. 19-30). Al cabo de mucho tiempo regresa el
propietario y exige a sus empleados la rendición de
cuentas. Los que recibieron cinco y dos talentos
han conseguido doblar el capital que se les ha con-
1) En la primera el dueño, antes de marchar de viaje, deja
sus bienes en depósito a sus
tres criados (25,14-15);
2) en la segunda se describe lo
que hacen esos siervos mientras dura la ausencia de su señor (24,16-18);
3) en la tercera regresa el
dueño, exige una rendición de
cuentas y, con arreglo a lo que
han hecho, premia o castiga a
sus criados (25,19-30).
fiado, lo cual les acarrea la felicitación, el elogio y
la recompensa del amo: “Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo
poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor” (v.21: “Entra en el gozo de tu
señor”, en claras resonancias de la participación
en el festín nupcial, es decir del Reino). Con el
tercero el diálogo es más largo y muy agrio. No
recibirá ninguna felicitación de su señor, aunque
haya conservado intacto el talento recibido; al
contrario, le
calificará
con dureza como
“negligente y holgazán”. El criado trata de defenderse, acusando a su señor de ser un amo exigente y riguroso. El amo le recuerda una oportunidad
perdida: haber colocado el dinero en el banco y
así, al menos, habría conservado el capital inicial
y los intereses (ya entonces había banqueros que
daban un 12%). El tercero, ciertamente era el
menos capaz e inteligente de los tres, pero no
malgastó el dinero, sino que se limita a conservarlo, parece no hacer nada malo; y, sin embargo, es
castigado Por no haber explotado su talento
(pecado de omisión, actitud abstencionista). Resolución final del dueño: quitarle el talento, dárselo
al primero, y a este siervo inútil echarlo fuera, a
las tinieblas.
● El mensaje. No es fácil descubrir el mensaje de
esta parábola. ¿Cuál es, entonces, el mensaje pretendido por Jesús? ¿Es único o es múltiple? Para
acercarnos lo más posible al núcleo esencial de la
parábola, tal como debe leerse en las comunidades cristianas de nuestros días, hay que partir de
los datos ciertos, que son éstos: a) el señor que
reparte los talentos es Jesucristo que, después de
su resurrección, se ha ausentado visiblemente de
nuestro mundo y que, algún día, no sabemos
cuándo, volverá; b) la parábola no nos dice cuál
es la traducción de los “talentos”, pero sí parece
que deben entenderse como símbolos de los dones, los carismas y los bienes que todos hemos
recibido.
“El Evangelio en medio de la vida”
(Domingos y fiestas del ciclo-A)
Josep Maria Romaguera
Colección Emaús
Centro de Pastoral Litúrgica

Ruego para pedir el don de com-
Juntos hacemos Iglesia
prender el Evangelio y poder conocer y estimar a Jesucristo y, así, poder seguirlo mejor
Nunca digas: no sé, no valgo, no puedo,
no tengo fuerzas, yo no entiendo,
esas cosas para los que saben….
Apunto algunos hechos vividos
Para hacer Iglesia y Pueblo,
Todos valemos, sabemos y podemos.
Leo el texto. Después contemplo
Si tienes cinco, pon cinco;
si tienes dos, pon dos;
si tienes uno, pon uno.
Si eres ciego, agarrante al cojo;
si eres cojo, guía al ciego;
si eres cojo y ciego, ¡canta!,
que no es poco en tiempos de desencanto.
Jesús invierte todos sus talentos en
los pobres, ¿me doy cuenta de que
seguirlo a Él es hacer lo mismo? ¿Y
de que no hacer lo mismo es
“esconder los talentos bajo tierra”?
¿Cómo, en qué, cuentan los pobres
en mi vida?
Sé valiente y humilde para descubrir y reconocer
tu don;
acéptalo, y acéptate a ti con Él.
Y vuelvo a mirar la vida, los HECHOS vividos, las PERSONAS de
mi entorno... desde el Evangelio
¿veo?
 ¿Qué “talentos” he visto que se hacía rendir, que daban intereses de
vida?
Si Dios te hizo reflexivo, que tu reflexión no falte
a la hora de medir los pasos
para llegar a un mañana mejor.

esta semana que ha acabado

y subrayo.
 Ahora apunto aquello que descubro
de JESÚS y de los otros personajes, la BUENA NOTICIA que escucho...veo.



Llamadas que me hace -nos hace-
el Padre hoy a través de este Evangelio y compromiso.

Plegaria. Diálogo con Jesús dando
gracias, pidiendo...
Si Dios te dio corazón, que tu corazón no falle
en la hora de la hermandad.
Si Dios te dio alegría, que tu alegría no falte
en las fiestas de los pobres.
Si Dios te hizo sabio, aporta tu sabiduría
para que el pueblo crezca.
Si Dios te hizo hábil para la unión,
pon esa habilidad
al servicio de la unión que nos libera.
¡Anímate!
Juntos hacemos Pueblo,
juntos hacemos Iglesia.
M.Regal, Un caxato para o camiño, pp. 189-190
iso,
“De improv
tra vida”
s
e
u
n
a
o
lc
e
un vu
VER
C
omo dijimos hace unos domingos, a veces se
producen circunstancias que dan un vuelco a
nuestra vida: una enfermedad o accidente, la pérdida del empleo, una ruptura… Y muchas veces estas circunstancias se producen de improviso; todo
parece ir más o menos bien y, sin que nos lo esperemos, todo cambia: nuestros planes, nuestros
proyectos, nuestra cotidianidad. Y esto produce lógicamente una sensación extraña, de desconcierto
y desorientación.
JUZGAR
E
s la experiencia que hemos escuchado
en la 2ª lectura: Cuando estén diciendo:
«paz y seguridad», entonces, de improviso,
les sobrevendrá la ruina. No se trata de vivir
con miedo, esperando que no me pase nada
malo. Es cierto que muchas veces no podemos evitar esas circunstancias que dan un
vuelco a nuestra vida, pero sí podemos estar preparados para ello, para que ese día
no os sorprenda como un ladrón. Por eso
nos decía san Pablo: no durmamos como los
demás, sino estemos vigilantes y vivamos
sobriamente. No estamos desamparados e
impotentes ante esas circunstancias que de
improviso dan un vuelco a nuestra vida; a
veces quisiéramos que Dios nos solucionase
los problemas, nos sacase de esas circunstancias adversas, pero como dijo San Agustín: Dios, que te creó sin ti, no te salvará sin ti. Como hemos escuchado en el
Evangelio, Dios nos ha dado a cada uno los
talentos necesarios para vivir nuestra vida.
Y ante esas circunstancias adversas que dan
un vuelco a nuestra vida podemos “esconder
nuestros talentos por miedo”, como cuando
decimos “no sé, no valgo, no puedo, no tengo fuerzas, yo no entiendo…”; o bien podemos “negociar” con esos talentos, sean muchos o pocos, para que ese día no nos sorprenda como un ladrón.
Y podemos preguntarnos: ¿Cómo negociar
con mis talentos? Lo primero, hay que ser
valientes y humildes para descubrir y reconocer nuestro don; aceptarlo, y aceptarnos
a nosotros con él. Lo segundo, que
“negociar con los propios talentos” no es algo reservado a personas privilegiadas; se
trata, como también hemos escuchado en la
parábola, de “ser fieles en lo poco”, de ser
fieles en nuestro día a día, en nuestras tareas cotidianas, como esa mujer hacendosa
que hemos escuchado en la 1ª lectura que,
por su trabajo como ama de casa, hecho
desde la fe en Dios, merece la alabanza. Ante lo que hay que hacer, ante lo que tenemos delante, muchas veces pensamos: “Ya
lo hará otra persona, no hace falta que sea
yo quien tome la iniciativa; ya habrá alguien
que seguro que lo hace mejor que yo, alguien habrá que sepa más que yo”. Pero si
queremos negociar con nuestros talentos,
no nos podemos quedar cruzados de brazos,
no podemos esperar que sean los demás
quienes empiecen, quienes tomen la iniciativa, para poder cambiar las cosas.
Es en nuestro día a día, en lo cotidiano, incluso rutinario, en las circunstancias favorables, donde tenemos que negociar con nuestros talentos, siendo fieles en lo poco, para
poder afrontar las circunstancias que de improviso dan un vuelco a nuestra vida.
ACTUAR
circunstancias se me han pre¿Q ué
sentado de improviso y han dado un
vuelco a mi vida? ¿Cómo me sentí? ¿Soy
consciente de los talentos que he recibido
de Dios? ¿Cómo negocio con ellos?
¿Realizo todas mis tareas cotidianas y rutinarias desde la fe en Dios? ¿Soy fiel en lo
poco?
Estamos llegando al final del año litúrgico,
y la Palabra de Dios nos recuerda que nos
aguarda una meta que está más allá de las
circunstancias favorables y desfavorables
que la vida nos presenta. Decía Jesús en el
Evangelio: Al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene se le quitará
hasta lo que tiene. Tengamos deseos de
ser fieles en lo poco, negociemos cada día
con nuestros talentos para no dormirnos,
para estar vigilantes, para que cuando de
improviso se produzcan esas circunstancias que dan un vuelco a nuestra vida, no
sintamos que nuestra vida se ha arruinado
sino que seguimos estando en las manos
del Señor, que tiene en cuenta nuestra fidelidad.
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