7. Colombianos y Ecuatorianos en Burgos

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7. COLOMBIANOS Y ECUATORIANOS EN BURGOS
7.1. Flujos migratorios desde Colombia y Ecuador
7.1.1. Inicio de los movimientos migratorios: Colombia y Ecuador
A diferencia de lo señalado para Bulgaria y Rumania, la crisis económica, política y social de Ecuador y Colombia no presenta un carácter tan puntual o tan coyuntural como en el caso de Europa del Este, sino que la crisis
arranca de su pasado colonial y del muy desigual reparto de tierras y de
beneficios que éste originó. No se trata de países con economías en transición, como Bulgaria y Rumania, sino de países “en desarrollo” caracterizados, entre otros aspectos, por tasas de natalidad muy altas y una muy elevada deuda externa. Este modelo económico y demográfico es, por consiguiente, más cercano al marroquí y al pakistaní que al búlgaro o rumano.
La crisis mundial contemporánea y los efectos negativos de la globalización, que han incrementado las diferencias en el reparto de la riqueza entre
los países del Norte y del Sur, están intensificando los flujos migratorios procedentes de Latinoamérica, pero no constituyen su única causa. Para
muchos nacionales de Colombia y Ecuador la emigración no es sólo una respuesta a una cuestión económica, sino también una respuesta a su percepción de la clase política y a la de las grandes finanzas, a quienes se considera una clase corrupta que tiene “interés” en solucionar los problemas. En
opinión de las personas entrevistadas, Ecuador y Colombia son países ricos,
con yacimientos de petróleo que generan inversiones y altos beneficios, y
con un suelo que permite explotaciones agrícolas rentables; sin embargo, las
explotaciones petrolíferas están en manos de inversores extranjeros y la tierra en manos de grandes latifundistas, de modo que la mayoría del pueblo
vive en la miseria. Las plantaciones de café en Colombia y de bananos en
Ecuador en forma de grandes latifundios no ha favorecido el desarrollo de
una “clase media” de pequeños campesinos, debido a la presión impuesta
por los latifundistas y a los cada vez más exiguos beneficios obtenidos de la
venta del café a pequeña escala1.
1
Como indica una pintada ubicada junto a la sede del Gobierno Militar en Burgos,
“pagadnos mejor el café y dejaros de oenegés”, una de las causas del empobrecimiento de las
sociedades latinoamericanas es el bajo precio que paga occidente por los productos agrícolas
procedentes de estos países, productos que son de consumo diario en occidente y que en los
países productores constituyen un lujo que muchos no pueden costear.
303
En el caso de Colombia, el enfrentamiento entre narcotraficantes, paramilitares y la guerrilla FARC también constituye un aspecto que genera
mucha inestabilidad e inseguridad y que ha originado no sólo la migración
fuera de las fronteras, sino también importantes desplazamientos de población campesina a las grandes ciudades y a zonas fronterizas de Venezuela y
Ecuador. Además, la lucha contra la droga, iniciada desde los años ochenta
por la administración Reagan (y acelerada tras el 11 de septiembre de 2001),
ha dejado sin ingresos a un buen número de campesinos que dedicaban sus
tierras al cultivo de la coca, pero que ahora se han visto desposeídos no sólo
de los ingresos sino también de las tierras, puesto que en muchos casos el
Estado las ha confiscado. Como consecuencia, las grandes ciudades de
Colombia como Bogotá, Cali y Medellín se han visto inundadas por masas
de campesinos sin tierra que buscan mejores condiciones de vida en el
medio urbano. Pero la situación no es mejor en las urbes, donde se viven
situaciones de extorsión y amenazas, de modo que muchas pequeñas y
medianas empresas se han visto obligadas a cerrar sus establecimientos, y
dueños y empleados han decidido buscar una nueva forma de vida fuera de
las fronteras nacionales.
La crisis de Ecuador arranca de los años ochenta y ha motivado la emigración de más de dos millones de ecuatorianos, que representan algo más
del 10% de la población económicamente activa. La crisis se debe tanto a
la inhabilidad política por solucionar el déficit financiero y solventar la
deuda externa e interna que ahoga al país2 como al propio sistema económico ecuatoriano, que basa el 90% de sus exportaciones en productos primarios escasamente diversificados (petróleo, banano, camarón, café), hecho
que incrementa su fluctuación en el mercado y los pone a merced de catástrofes naturales que, como la Corriente del Niño, causaron estragos en la
economía local de mediados de los años noventa (e.g. la bajada de los precios del petróleo en 1997 y 1998 coincidió con los efectos devastadores del
De acuerdo con el Informe del Banco Interamericano de Desarrollo, los acreedores del
Estado ecuatoriano reciben tres veces el monto de lo que el Estado invierte en salud y desarrollo agropecuario, hecho que, teniendo en cuenta el carácter eminentemente rural de la economía y de la vida ecuatoriana, implica un gran abandono de este sector primario.
2
304
Niño). Esta situación económica general3, unida a un sistema tributario
arcaico donde la mayor parte de los ingresos del Estado proceden de los
impuestos indirectos (del denominado Impuesto de Valor Agregado), implica que se grava más a los segmentos de población con ingresos medios y
bajos, que son quienes primero decidieron emigrar.
Hasta mediados de los años noventa, la gran mayoría de colombianos y
ecuatorianos emigraban a Estados Unidos, que continúa siendo aún hoy el
destino privilegiado de la emigración legal e ilegal. Para los colombianos,
Venezuela también ha constituido un país de destino aunque, debido a la
crisis que vive este país como consecuencia de los problemas derivados de
las imposiciones del Banco Mundial para hacer frente a su deuda externa, y
de la actual crisis con el gobierno de Estados Unidos, ha dejado de considerarse como destino preferente.
La ruta desde Ecuador y Colombia hasta Estados Unidos constituía una
larga marcha por tierra que en ocasiones duraba hasta seis meses y que ofrecía grandes dificultades, tanto por la distancia y el tiempo necesario para
recorrerla como por la inseguridad en la ruta, sobre todo en América Central. Esta inseguridad en la ruta motivó el desarrollo de la ruta marítima en
barcos, tanto de carga como de pasajeros, en los que se embarcaban los
emigrantes rumbo a Estados Unidos4. Una vez más, la lucha contra la emigración ilegal en los Estados Unidos, así como las cada vez más altas sumas
de dinero que los ecuatorianos debían pagar a los chulqueros, chulcos,
pasadores o coyotes (que son quienes les proporcionaban la embarcación y
la forma de entrada), a tramitadores (quienes preparan la documentación), y
a quienes hacen los cruces (quienes los ponen en contacto con empresarios
en el caso de que no contaran ya con una persona de referencia), favoreció
la apertura de la emigración hacia nuevos destinos.
3
El salario mínimo es inferior a $ 4 diarios y el 20% de la población se encuentra por debajo del índice de pobreza, con ingresos inferiores a $ 1 al día. Como señalan varios interlocutores, incluso personas jubiladas tuvieron que ponerse de nuevo en activo para contrarrestar de
pérdida de poder adquisitivo de sus pensiones.
4
Salvando las distancias, el periplo de Ecuatorianos hacia USA es parangonable con el periplo de población subsahariana hacia Europa (e.g. se documentaron 450 ecuatorianos muertos
en los últimos seis meses del año 2000 durante su viaje a USA).
305
Si bien la emigración ecuatoriana de la década de los años ochenta y de
los años noventa se dirigía fundamentalmente a Estados Unidos, estaba liderada por varones y en su mayor parte procedían de la provincia de Azuay
en la Comarca de la Sierra, a partir del 20005 se abre una nueva forma de
migración en la que cambia el destino (se abre la vía a Europa), el sexo de
los migrantes (ya no son varones, sino fundamentalmente mujeres quienes
inician el movimiento migratorio), y el origen de los mismos (ya no proceden exclusivamente de la zona de la Sierra de Azuay, sino de todo el país e
incluyen no sólo a la población mestiza, como había sido habitual hasta
entonces, sino también comunidades indígenas y blancos)6. Varias mujeres
ecuatorianas también mencionaron otros factores que han influido en su
decisión de emigrar, como “la desesperación económica” producida por la
falta de recursos económicos, y la “desesperación emocional” producida
por la falta de perspectivas de futuro, por la fuerte autoridad patriarcal ejercida por el padre o el marido, y por la ausencia de varones como consecuencia de la migración masculina a los Estados Unidos.
Otro tipo de factores que fomentan una actitud positiva hacia la emigración tiene que ver con el temor a bajar de estatus en relación con familiares
y vecinos y con la movilidad social ascendente que se consigue con la emigración. Como señalan nuestros interlocutores, en los países de origen se
pueden apreciar las muestras tangibles de riqueza y el nivel de vida más
5
Como mencionan varios ecuatorianos entrevistados, en Quito, Guayaquil y Cuenca había
colas de personas que acampaban toda la noche enfrente del ministerio para obtener el pasaporte. La migración ecuatoriana y colombiana hacia España también experimentó un incremento notable a partir de finales de 2001, cuando las fronteras en los Estados Unidos reforzaron los controles tras los atentados en Nueva York.
6
Los indígenas otaveños constituían la excepción de los pueblos indígenas que migraban
en los años ochenta y principios de los noventa. Si bien la mayor parte de los pueblos indígenas son campesinos reacios a abandonar las tierras, los otaveños son comerciantes que viajan
vendiendo sus mercancías, de ahí que hayan sido los primeros en salir de Ecuador. Asimismo,
el estado ecuatoriano también ha contribuido a la “salida” de otaveños de Ecuador cuando, ya
en siglo XIX, en las exposiciones mundiales de París, Madrid y Chicago fueron considerados los
genuinos representantes de la identidad ecuatoriana (ver Muratorio, Blanca “Images of Indians
in the Construction of Ecuadorian Identity at the End of the Nineteenth Century”; en Beezley,
H., y Curcio-Nagy, L. A. (eds, Latin America Popular Culture. Wilmington: Scholarly Resources
2000: 105-121).
306
elevado de las familias que tienen alguno o varios de sus miembros trabajando en el extranjero (“se les identifica fácilmente porque pagan al contado y no regatean”). Asimismo, una mujer ecuatoriana procedente de Guayaquil que trabaja como externa en dos casas afirma que “en Ecuador me
hubiera sido muy difícil y emocionalmente humillante trabajar en dos casas
limpiando y cuidando ancianos porque estos trabajos allí sólo los realizan
los pobres y los indígenas”.
España, la madre patria para unos, la metrópoli colonial para otros, constituía un destino nada despreciable por la proximidad cultural (especialmente en el idioma), y porque hasta los años 2002 y 2003 no se necesitaban visados de entrada para turistas colombianos y ecuatorianos7. Estos factores, junto con el crecimiento de la economía española, especialmente de
la informal, constituían un especial atractivo para aquellas poblaciones
deseosas de buscar una mejor forma de vida. Como en el caso de la emigración a los Estados Unidos, también en esta emigración hacia España se
recurrió a la práctica de los chulqueros, de coyotes o simplemente de prestamistas usureros y traficantes para acumular el dinero necesario para costearse el billete de avión y para demostrar la solvencia económica que se les
exigía al llegar al Estado español.
7.1.2. Llegada de población colombiana y ecuatoriana a Burgos
A diciembre de 2003, la población ecuatoriana es la más numerosa en
la provincia de Burgos y la colombiana es la tercera después de la portuguesa. Ambos colectivos y sobre todo el ecuatoriano han tenido un crecimiento muy rápido, sobre todo en 2001 y en 2003. En el ámbito de la
Comunidad de Castilla y León, la provincia de Burgos tendría las frecuencias más elevadas de población ecuatoriana (el 24% de la que reside en la
Comunidad), mientras que en el ámbito estatal tan sólo constituiría el 0,6%,
7
El denominado “Canje de Notas” de principios de los años sesenta entre el Estado español y los Estados andinos (Colombia, Ecuador y Perú) establecía, entre otros acuerdos, la posibilidad de viajar y permanecer en España por un periodo inferior a tres meses sin necesidad de
visado. Adicionalmente, la población ecuatoriana también disfrutaba, hasta el año 2000, de
igualdad de condiciones a la población española en el reclutamiento de mano de obra.
307
Población colombiana
debido a que
existen provincias,
como
Madrid y Barcelona, donde las frecuencias
son
mucho más elevadas (el 41% y el
13% respectivamente)8. Respecto
a la población
colombiana, en el
ámbito de Castilla
y León la provincia de León presenta las frecuencias más elevadas
(1.184), seguida
de
Valladolid
(953) y, en tercer
lugar,
Burgos
(869). Como en el
caso de la población ecuatoriana,
la proporción de
población colombiana que reside en Burgos respecto de la que reside en el
Estado sería tan sólo del 0,8%, siendo también las provincias de Madrid y de
Barcelona las que registran las frecuencias más elevadas (constituyendo el
29% y el 10% respectivamente)9.
8
Además de Madrid y Barcelona destacarían las elevadas frecuencias de población ecuatoriana en Murcia, Alicante, Navarra, Baleares y Zaragoza (entre los 15.814 en Murcia y los
4.047 en Zaragoza).
9
Destaca asimismo la concentración de población colombiana en las Islas Canarias, donde
a diciembre de 2003 residiría el 8% de la regularizada en el Estado.
308
Población ecuatoriana
El elevado incremento durante el
año 2001 puede
ponerse en relación con el anuncio del requerimiento de visado
para a la población
colombiana a partir de 2002, el cual
impulsó la reagrupación
familiar
(legal e ilegal) acelerando y/o adelantando la migración de muchos
colombianos. El
bajo incremento
durante el año
2002 (a diciembre
de 2002 se documentan 18 residentes colombianos
menos que a
diciembre
de
2001) puede relacionarse con la nueva política del gobierno, que no permite
la regularización (ni por vía extraordinaria ni por la fórmula tradicional del precontrato) de la población extranjera que ya se encuentra residiendo en el Estado de manera irregular (Tablas 179 y 180; Gráficos XXIII y XXIV).
Tabla 179. Evolución de la población ecuatoriana en Burgos
y en Castilla y León
1996
1997
1998
1999
2000
2001
Castilla y León
44
65
103
285
790
2.337
Burgos
17
15
25
92
212
653
309
Ago-02
636
2002
2003
2.650
4.308
679
1.038
Tabla 180. Evolución de la población colombiana en Burgos
y en Castilla y León
Castilla y León
Burgos
1996
1997
1998
1999
2000
2001
296
335
446
723
1.242
2.713
55
68
103
156
216
549
Ago-02
547
2002
2003
3.202
5.279
531
869
Gráficos XXIII y XXIV: Evolución de la población ecuatoriana y colombiana en Burgos
(1996-2003)
Población ecuatoriana
5.000
4.000
Burgos
3.000
Castilla y León
2.000
1.000
0
1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003
Población colombiana
6.000
5.000
4.000
Burgos
3.000
Castilla y León
2.000
1.000
0
1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003
310
Como ya dijimos, el incremento de estos dos colectivos nacionales
durante los últimos cuatro años debe relacionarse tanto con las mayores dificultades para emigrar a Estados Unidos como con la pérdida de expectativas en la mejora económica (en el caso de Ecuador) y la solución de los problemas políticos (en el caso de Colombia). En ambos casos, la proximidad
histórica con el Estado español habría desempeñado un papel fundamental
en la llegada de población colombiana y ecuatoriana.
A diferencia de la población de Europa del Este, que no se considera emigrante a largo plazo, una buena parte de la población colombiana y ecuatoriana que hemos entrevistado no desecharía la oportunidad de permanecer en el Estado, incluso de conseguir la ciudadanía, en cuyo caso la reagrupación familiar también afectaría a parientes de edad más avanzada
(padres, tíos, compadre). Para la población colombiana, la permanencia
debe también interpretarse como una cuestión de seguridad personal frente
al conflicto armado que acaba implicando a todos los sectores de la población civil.
Este deseo de permanencia no significa que se pierdan los contactos con
el país y la ciudad de origen, puesto que una buena parte del dinero que
consiguen ahorrar es enviado a sus familiares (fundamentalmente vía las
denominadas remesadoras). Las cantidades enviadas por colombianos y
ecuatorianos dependen del tipo de trabajo que realicen (por ejemplo, una
mujer trabajando de interna enviará casi la totalidad de su salario, al menos
hasta pagar la deuda), y son proporcionales al salario que reciben (en torno
al 40%-50%), y a los gastos que tengan, mínimos en todos los casos. Teniendo en cuenta la diáspora de la población colombiana y ecuatoriana no sólo
en España, sino en Estados Unidos, en Francia, y en otros países de la UE,
el dinero enviado por los trabajadores emigrantes se ha convertido en una
de las más importantes fuentes de ingresos en ambos estados10. Al contrario
que la población búlgara y rumana, que prefiere utilizar las instituciones
bancarias mediante transferencia a cuenta, ecuatorianos y colombianos pre10
El dinero enviado por la población emigrante constituye en Ecuador la segunda fuente
más importante de ingresos tras las ventas de petróleo, y en Colombia casi duplica las ventas
del café.
311
fieren utilizar las remesadoras (en muchos casos ubicadas en los propios
locutorios), en los que el dinero se envía a título nominal.
Sin embargo, este capital transnacional no se invierte en sectores productivos. A pesar de que la idea de abrir un pequeño negocio en la ciudad
o pueblo natal sea el futuro con el que muchos sueñan, el dinero se emplea,
en primer lugar, para pagar la deuda; en segundo lugar, para elevar el nivel
de vida de quienes quedaron mediante prácticas de consumo, especialmente electrodomésticos modernos, caros y de importación; y en tercer lugar,
para financiar la reagrupación de otros familiares, como el cónyuge, los
hijos y hermanas11.
No obstante, a pesar de estos elementos comunes entre los flujos migratorios de población colombiana y ecuatoriana, también se pueden apreciar
algunas diferencias significativas. Así, entre la población colombiana han
sido fundamentalmente las mujeres quienes han iniciado el movimiento
migratorio, reagrupando a hijos e hijas y a otras familiares colaterales (hermanas, primas y cuñadas) una vez que estaban asentadas (con un trabajo
más o menos estable); únicamente en casos excepcionales estas mujeres han
reagrupado a sus esposos o a sus parejas de “unión libre”. Asimismo, entre
las mujeres colombianas se observa que el matrimonio con varones españoles es mucho más habitual que entre las mujeres ecuatorianas.
Entre la población ecuatoriana, por el contrario, tanto la mujer como el
varón están saliendo de Ecuador. Si bien en los años setenta y ochenta eran
los varones quienes emigraban a Estados Unidos, a partir de la década de
los noventa son también las mujeres quienes están desarrollando su propio
proyecto migratorio, es decir, su propio proyecto de vida. De hecho, no son
excepcionales los casos de mujeres ecuatorianas para salir de matrimonios
abusivos, habitualmente de un marido que las maltrata y con problemas de
11
Al contrario de lo que sucede entre la población rumana y búlgara (especialmente esta
última), que invierten parte de este capital en la educación de los hijos, en zonas de Ecuador
con tasas altas de emigración se ha documentado un incremento de apatía, fracaso y abandono escolar entre los hijos de los migrantes, tanto por la ausencia prolongada de las figuras paterna y materna como por la “facilidad” con la que pueden acceder a determinados bienes de consumo, la cual los motiva más hacia la migración como proyecto de vida que hacia el estudio
como fase previa al mismo.
312
alcoholismo. No obstante, a diferencia de la población colombiana, entre la
ecuatoriana es más habitual reagrupar no sólo a otras mujeres de la familia,
sino también a los varones (esposos, hermanos y cuñados). Por otra parte,
también las actitudes locales hacia los varones colombianos (a quienes
demasiado rápido y demasiadas veces se identifica con narcotraficantes) ha
“desanimado” a muchos varones a emigrar.
Los datos estadísticos de que disponemos confirmarían estas tendencias
migratorias de la población colombiana y ecuatoriana residente en la provincia de Burgos. En primer lugar, destaca la feminización entre la población
colombiana, tanto entre la regularizada como entre la empadronada, constituyendo en torno al 68% y 63% respectivamente. Por el contrario, entre la
población ecuatoriana se advierte un mayor equilibrio entre ambos sexos,
existiendo muy poca diferencia entre el número de mujeres y el de varones
tanto entre la población empadronada como entre la regularizada (Tablas
181 y 182). Se documenta, no obstante, que entre 2002 y 2004 las mujeres
ecuatorianas residentes en Burgos presentan un incremento algo más elevado que los varones de su misma nacionalidad.
Tabla 181. Población ecuatoriana regularizada y empadronada en la
provincia de Burgos por sexo
Regularizada
dic.-01
ago.-02
Empadronada
dic.-02
dic.-03
ene.-02
ene.-04
Mujeres
317
616
1.225
Varones
319
654
1.198
1.270
2.423
Total
653
636
679
1.038
Tabla 182. Población colombiana regularizada y empadronada en la
provincia de Burgos por sexo
Regularizada
dic.-01
Mujeres
Empadronada
dic.-02
dic.-03
373
Varones
Total
ago.-02
843
174
549
547
ene.-02
531
313
869
ene.-04
998
479
607
1.322
1.605
En lo que respecta a la edad de los residentes colombianos y ecuatorianos en Burgos, entre la población regularizada observamos que en ambos
casos se trata de poblaciones jóvenes, donde la mayoría de la población
tiene menos de 44 años (en torno a un 76% entre la colombiana y a un 89%
entre la ecuatoriana) y con una muy baja incidencia de la población mayor
de 60 años (en torno al 1%) (Gráficos XXV-XXVIII). La población más joven,
menor de 15 años, constituye a enero de 2004 en torno al 21% y al 17%
de la población ecuatoriana y colombiana respectivamente.
Gráficos XXV-XXVI: Población colombiana empadronada en la provincia de Burgos
(enero 2002 y 2004)
Padrón 2002
70-74
60-64
Mujeres
Varones
50-54
40-44
30-34
20-24
10-14
0-4
100
50
0
50
100
150
200
Padrón 2004
70-74
60-64
Mujeres
Varones
50-54
40-44
30-34
20-24
10-14
0-4
100
50
0
50
314
100
150
200
Gráficos XXVII-XXVIII: Población ecuatoriana empadronada en la provincia de Burgos
(enero de 2002 y 2004)
Padrón 2002
70-74
Mujeres
Varones
60-64
50-54
40-44
30-34
20-24
10-14
0-4
200
150
100
50
0
50
100
150
200
Padrón 2004
70-74
Mujeres
Varones
60-64
50-54
40-44
30-34
20-24
10-14
0-4
200
150
100
50
0
50
100
150
200
Llama la atención la diferencia existente entre las cifras de la población
colombiana y ecuatoriana empadronada (1.322 y 1.279 respectivamente) y
la regularizada (547 y 636), lo cual indica que en ambos casos más de la
mitad de la población colombiana y ecuatoriana empadronada (el 59%
entre la colombiana y el 51% entre la ecuatoriana) es una población irregular, sin permiso ni para residir ni para trabajar legalmente en el Estado. La
proporción más elevada de población ecuatoriana regularizada, podría relacionarse con el Acuerdo Migratorio de 2001 entre los gobiernos de España
y Ecuador por el que se regularizó a unos 30.000 ecuatorianos en el Estado
español, así como a las ventajas de que disfrutaba la población ecuatoriana
315
hasta el año 2000 para acceder a un puesto de trabajo, ya que en este caso
no se tenía en cuenta la demanda local de empleo. El elevado incremento
de población ecuatoriana empadronada durante los años 2002-2004 (1.153
nuevos residentes empadronados) es especialmente relevante entre la que
tiene entre 20 y 39 años de edad (el 47% de los nuevos residentes), así como
entre la menor de 15 años (el 29%), incremento este último que indicaría el
éxito de la reagrupación familiar de descendientes.
Entre la población colombiana, el incremento en Burgos ha sido mucho
más bajo (sólo 283 nuevos residentes empadronados), destacando el descenso de varones y de mujeres entre los 20 y los 24 años de edad12. El grupo
de edad que más se ha incrementado es el de la población entre los 35 y los
39 años de edad, lo que a nuestro parecer indicaría que la crisis económica
y social que vive la población colombiana en su país de origen se está extendiendo a todos los sectores de la población. También entre la población
colombiana el incremento de menores de 15 años es elevado, constituyendo el 23% de los nuevos residentes empadronados durante los años 20022004, aunque en frecuencias absolutas la población ecuatoriana menor de
15 años es más elevada que la colombiana. Además de indicar el éxito de
la reagrupación familiar de descendientes, este elevado porcentaje de recién
llegados menores de 15 años también indicaría que la reagrupación familiar
ha constituido uno de los pocos cauces abiertos para la llegada de población colombiana y ecuatoriana al Estado tras la reforma de la Ley en 2002.
Tanto la población colombiana como la ecuatoriana son colectivos muy
urbanos, ya que en torno al 80% de la ecuatoriana y al 73% de la colombiana reside en los núcleos urbanos de más de 20.000 habitantes: Burgos,
Aranda de Duero y Miranda de Ebro (Tablas 183 y 184). La población ecuatoriana, en mayor medida que la colombiana, muestra cierta preferencia por
el núcleo urbano de Burgos (el 58% de la ecuatoriana frente al 51% de la
12
Pensamos que quizás este descenso de población colombiana entre 20 y 24 años pueda
deberse a la obtención de la nacionalidad, al tratarse de descendientes reagrupados que han
cualificado para la misma. En general, no obstante, el bajo incremento de población colombiana durante estos años puede deberse a la obligación que tiene la población colombiana a
partir de 2002 de contar con un visado para entrar en territorio del Estado español.
316
colombiana), muy probablemente en relación con el carácter reciente de su
llegada a la provincia que limita sus redes sociales a un núcleo específico y
con el hecho de que en la capital encuentran más servicios sociales y asociaciones de apoyo y asistencia a la población extranjera.
La concentración en la capital de la provincia es especialmente relevante entre las mujeres, tanto ecuatorianas (el 67% de éstas), como colombianas (el 54% de éstas), debido a sus mayores posibilidades de inserción laboral. Por el contrario, los varones ecuatorianos y colombianos se encuentran
más dispersos por la provincia, y únicamente el 48% de los varones ecuatorianos y el 44% de los colombianos residen en la capital. Ya mencionamos anteriormente que esta distribución geográfica por sexos entre las zonas
rurales y urbanas está influenciada por la segmentación laboral existente
entre estos dos colectivos: los varones empleados en el sector agrícola (especialmente los ecuatorianos) y de la construcción (especialmente los colombianos) y las mujeres en el servicio doméstico (tanto ecuatorianas como
colombianas), y en hostelería (especialmente las colombianas). El sector
industrial no constituye un sector preferente de inserción laboral entre la
población colombiana y ecuatoriana como lo podría ser para la búlgara.
Como se observa en la Tabla 184, en agosto de 2002 la población colombiana se ha instalado preferentemente en la zona Sur de la provincia y entre
el municipio de Aranda de Duero y en las zonas rurales cercanas de Lerma
y Roa se concentra el 28%; por el contrario, en la zona Norte, en el núcleo
urbano de Miranda y en zonas rurales aledañas tan sólo residiría el 9%.
También la población ecuatoriana (Tabla 183) muestra cierta predilección
por la zona Sur, donde además del núcleo urbano de Aranda de Duero destacan las zonas de Huerta del Rey y Salas de los Infantes al Sureste y Este de
la provincia, concentrando conjuntamente el 16%. En la zona Norte, aparte del núcleo urbano de Miranda de Ebro, sólo destaca la zona de Briviesca-Oña y Villarcayo, donde residiría el 3%.
317
Tabla 183. Población ecuatoriana en la provincia de Burgos por sexo,
Zonas de Acción Social y municipio (agosto 2002)
Mujeres Varones
BURGOS
213
154
ARANDA DE DUERO
20
45
MIRANDA DE EBRO
30
38
Aranda Rural
2
7
Gumiel de Hizán
1
3
Moradillo de Roa
1
1
Quintana del Pidio
1
San Juan del Monte
1
Villalba de Duero
1
Belorado
5
1
Belorado
1
1
Pradoluengo
1
Villafranca Montes de Oca
1
Villalbos
2
Briviesca-Oña
7
3
Briviesca
4
2
Oña
1
1
Pino de Bureba
1
Vileña
1
Burgos Rural - Norte
7
5
Arraya de Oca
2
1
Quintanadueñas
1
2
Sotopalacios
4
2
Burgos Rural - Sur
1
2
Villagonzalo Pedernales
1
Villariezo
1
1
Espinosa de los Monteros Valle de Mena
1
Anzo de Mena
1
Huerta del Rey
2
13
Arauzo de Miel
3
Caleruega
2
10
Lerma
5
4
Cilleruelo de Abajo
2
Covarrubias
1
1
Mecerreyes
1
Quintanilla del Agua
1
2
Villalmanzo
1
Total
367
65
68
9
4
2
1
1
1
6
2
1
1
2
10
6
2
1
1
12
3
3
6
3
1
2
1
1
15
3
12
9
2
2
1
3
1
Mujeres Varones
Medina de Pomar - Trespaderne
2
1
Frías
2
1
Melgar de Fernamental
3
Melgar de Fernamental
3
Miranda de Ebro Rural Condado de Treviño
2
Miraveche
1
Pancorbo
1
Quintanar de la Sierra
2
Quintanar de la Sierra
2
Vilviestre del Pinar
1
1
Roa de Duero
4
6
Fuentecén
1
Gumiel de Mercado
1
La Horra
2
Roa
1
2
Terradillos de Esgueva
1
Torresandino
1
1
2
Salas de los Infantes
9
13
Hontoria del Pinar
6
13
Rabanera del Pinar
3
3
Santa María del Campo
2
Peral de Arlanza
1
Villahoz
1
1
Villadiego
3
Olmillos de Sasamón
2
Villadiego
1
Villarcayo
4
4
Condado de Valdivielso
1
Rioseco de Manzanedo
1
Valle de Manzanedo
2
1
Villarcayo
1
2
Desconocido
1
13
318
Total
3
3
3
3
2
1
1
2
2
2
10
1
1
2
3
1
22
19
2
1
3
2
1
8
1
1
3
3
14
Tabla 184. Población colombiana en la provincia de Burgos por sexo,
Zona de Acción Social y municipio (agosto 2002)
Varones Mujeres
BURGOS
76
201
ARANDA DE DUERO
57
65
MIRANDA DE EBRO
12
27
Aranda de Duero - Rural
1
10
Adrada de Haza
1
Castrillo de La Vega
1
2
Milagros
2
Peñaranda de Duero
2
Quintana del Pidio
1
Vadocondes
1
Villalba de Duero
1
Belorado
1
Pradoluengo
1
Briviesca-Oña
2
10
Briviesca
2
9
Rucandio
1
Burgos Rural - Norte
2
7
Ibeas de Juarros
1
Montorio
1
Orbaneja Riopico
2
Quintanadueñas
2
Quintanaortuño
1
Rubena
1
Ubierna
1
Burgos Rural - Sur
3
3
Saldaña de Burgos
1
Villagonzalo Pedernales
2
Villalbilla de Burgos
1
Villariezo
1
1
Espinosa de los MonterosValle de Mena
2
2
Valle de Mena
1
Villasana de Mena
1
2
Huerta del Rey
1
Huerta del Rey
1
Desconocido
2
3
Total
277
122
39
11
1
3
2
2
1
1
1
1
1
12
11
1
9
1
1
2
2
1
1
1
6
1
2
1
2
4
1
3
1
1
5
Varones Mujeres
Lerma
7
19
Barriosuso del Val
1
Lerma
4
14
Retuerta
1
Tordueles
1
Villalmanzo
1
Villamayor de los Montes
2
2
Medina de Pomar - Trespaderne
1
Trespaderne
1
Miranda de Ebro RuralCondado de Treviño
6
3
Ameyugo
1
Condado de Treviño
1
Pancorbo
6
1
Quintanar de la Sierra
1
4
Quintanar de la Sierra
1
4
5
Roa de Duero
1
6
Fuentecén
1
1
Hoyales de Roa
1
Torresandino
1
Tórtoles de Esgueva
1
Valdezate
1
Villaescusa de Roa
1
1
Salas de los Infantes
1
Salas de los Infantes
1
1
Santa María del Campo
2
2
Los Balbases
1
Mahamud
2
Villaldemiro
1
Valle de Valdebezana - Sedano
3
Fuencaliente de Valdelucio
1
Sedano
1
Virtus
1
Villadiego
2
Barrios de Villadiego
1
Yudego
1
Villarcayo
1
Condado de Valdivielso
1
319
Total
26
1
18
1
1
1
4
1
1
9
1
1
7
5
7
2
1
1
1
1
1
4
1
2
1
3
1
1
1
2
1
1
1
1
Respecto al tipo de permiso13 de que disfruta la población colombiana y
ecuatoriana, la distribución proporcional de los diferentes tipos de permisos
entre la población colombiana y ecuatoriana muestra algunas diferencias
interesantes entre ambos colectivos nacionales. Así, mientras que en el caso
de la población colombiana la tarjeta comunitaria afectaría en torno a la tercera parte de la misma, en el caso de la ecuatoriana únicamente se documentan 15 registros (un bajo 2%). Por el contrario, entre la población ecuatoriana, el documento unificado de trabajo y de residencia es el más habitual
entre la población regularizada, afectando a las dos terceras partes de ésta
(mientras que entre la colombiana sólo afectaría a una tercera parte). Los permisos de residencia se distribuyen de forma similar entre ambos colectivos,
afectando a la tercera parte de la población regularizada en cada caso.
Analizando la distribución de los permisos por sexo (Tabla 185), observamos que, en lo que respecta a la población colombiana, entre las mujeres
no existen grandes diferencias en el número y proporción de los distintos
tipos de permiso (un 38% de éstas sería titular de un permiso comunitario,
un 32% de un permiso de trabajo, y un 30% de uno de residencia). El elevado número de Tarjeta de Residente Comunitario entre las mujeres indicaría el éxito de parejas mixtas entre varones locales y mujeres colombianas,
éxito que también se observa cuando analizamos el número de hijos nacidos de madre colombiana durante el año 2000 en la provincia de Burgos:
ninguno de los nueve nacidos de madre colombiana fue de padre colombiano, pero seis de ellos tienen padre español14. Por el contrario, sólo un
bajo 14% de los varones colombianos disfrutan de un permiso comunitario,
mientras que los que disfrutan de uno de trabajo o de residencia constituyen
entre el 45% y el 41% respectivamente.
13
No disponemos de datos referentes a su duración (inicial, renovado, permanente), y únicamente contamos con datos desglosados por tipos (residencia, trabajo y comunitario)
14
Entre la población ecuatoriana encontramos el caso contrario, ya que de los siete nacidos
de madre ecuatoriana, seis son también de padre de ecuatoriano y sólo uno de padre español.
320
Tabla 185. Permisos de la población colombiana y ecuatoriana en la
provincia de Burgos por sexo (agosto 2002)
Permiso
Población Colombiana
Mujeres Varones
Total
Población ecuatoriana
Mujeres Varones
Total
Documento Unificado de Trabajo y Residencia
118
78
196
199
216
415
Residencia No Lucrativa
112
71
183
105
101
206
Tarjeta de Familiar de Residente Comunitario
143
25
168
13
2
15
TOTAL
373
174
547
317
319
636
Entre la población ecuatoriana, destaca el elevado número de titulares de
un permiso de trabajo (el 65%), afectando de modo similar a varones (68%)
y a mujeres (63%). Estos datos indicarían, a nuestro entender, la situación
más ventajosa de la que disfrutaban con anterioridad a la Reforma de la
Ley15. Con permiso de residencia se encontraría la tercera parte de la población ecuatoriana regularizada en Burgos, lo cual pondría de manifiesto el
éxito de la reagrupación familiar, sobre todo teniendo en cuenta que se trata
de un colectivo de reciente llegada a la provincia.
7.2. Inserción laboral e integración social
7.2.1. Contexto local
Uno de los factores que explicarían el asentamiento de una buena parte
de población latinoamericana, especialmente de mujeres, en el municipio
de Burgos es, como en el caso de Valladolid, la demanda de personal en los
denominados “servicios de proximidad” que incluyen el cuidado de niños y
de personas mayores; pero también existen ofertas de empleo en el sector de
la construcción, tanto de mano de obra cualificada (soldadores) como sin
cualificar (peones). A diferencia de la provincia de Valladolid, en la provincia de Burgos algunas zonas rurales también demandan mano de obra
estable, como es el caso de la zona de la Sierra de la Demanda, donde las
15
Hay que tener en cuenta que, hasta hace poco, el acuerdo entre los estados español y ecuatoriano permitía a los ecuatorianos el acceso a la bolsa de trabajo del INEM en las mismas condiciones
que la población española (en virtud del Acuerdo del Estado español con los Países Andinos).
321
explotaciones forestales y la industria asociada a la misma (serrerías y transporte), también requieren mano de obra en un área rural caracterizada por
el despoblamiento y la media de edad muy alta entre quienes han optado
por permanecer en estas zonas.
Tabla 186. Población ecuatoriana y colombiana empadronada y
regularizada en el municipio de Burgos por sexo (agosto de 2002)
Empadronada
Regularizada
Colombiana
Ecuatoriana
Colombiana
Varones
288
570
76
Ecuatoriana
154
Mujeres
584
620
201
213
Total
872
1.190
277
367
Como se observa en la Tabla 186, la situación de irregularidad afecta a
la tercera parte de la población colombiana y ecuatoriana empadronada en
el municipio de Burgos. Como ya mencionamos anteriormente para la provincia, también en el municipio de Burgos observamos que el índice de irregularidad es más elevado entre las mujeres (en torno al 34%) que entre los
varones (en torno al 26%). Ello indicaría la relevancia del sector informal en
la inserción laboral de ambos colectivos. Asimismo, disponemos de datos
referentes al distrito de la ciudad en el que reside la población colombiana
y ecuatoriana residente en el municipio de Burgos.
Tabla 187. Población colombiana y ecuatoriana empadronada en el
municipio de Burgos y distrito de residencia (agosto de 2002)
TOTAL
Colombia
Ecuador
V
M
d1
d2
d3
d4
d5
d6
d7
d8
d9
872
288
584
5
27
85
20
209
70
55
32
369
1.190
570
620
50
57
109
92
413
116
88
64
201
En la Tabla 187 observamos que los distritos urbanos que presentan
mayor densidad de población colombiana son el distrito 5 y el 9, donde se
concentraría la tercera parte de la misma; en ambos casos de trata de barrios
322
obreros ubicados en la zona noreste de la ciudad y conocidos localmente
como Gamonal y Capiscol. También en la zona Sur de la ciudad (distritos 7
y 8) encontramos una densidad importante (el 18%), mientras que en la
zona centro (distritos 1, 2 y 4) la densidad de población colombiana es muy
baja. La población ecuatoriana también se localiza en las mismas zonas de
la ciudad (principalmente porque el precio del alquiler en estos distritos es
algo más accesible que en el centro del municipio), aunque también observamos que ésta se encuentra más dispersa por el municipio que la colombiana; así, en torno a la mitad de la población ecuatoriana residente en el
municipio de Burgos residiría en el Noreste (distritos 5 y 9); un 22% en la
zona Sur; y un 18% en la zona centro de la ciudad (habitualmente en pisos
grandes pero sin reunir condiciones óptimas de habitabilidad: la mayoría no
tiene calefacción).
7.2.2. Inserción laboral
En primer lugar debemos mencionar que, como sucede con otros colectivos de inmigrantes (especialmente los procedentes de Europa del Este), la
mayor parte de la población colombiana y ecuatoriana no se dedicaba al
mismo tipo de trabajo en su país de origen, y mucho menos las mujeres. La
mayoría de los varones trabajaba en pequeñas empresas o tenía la suya propia (un pequeño comercio o taller de reparaciones), pero se vieron forzados
a cerrar o reducir plantilla por la crisis económica, pero también por la
extorsión en el caso de los colombianos procedentes de las zonas urbanas.
Las ocupaciones de las mujeres en sus países de origen son variadas e incluyen desde la dedicación exclusiva a la familia hasta llevar el negocio familiar, desde ser enfermera hasta ser maestra o campesina. En contadas ocasiones se dedicaban al servicio doméstico (incluso alguna menciona que en
Ecuador había tenido servicio doméstico), que es precisamente su ocupación más habitual en Burgos (y en el Estado).
Existen diferencias, no obstante, en la formación y experiencia profesionales entre quienes proceden de la zona rural (de zonas como el Valle del
Cauca o el Eje Cafetero en Colombia o el Cañar y la zona Sur de la comarca de Loja en Ecuador), con menos escolarización, y quienes proceden de
las zonas urbanas, habitualmente con mayor cualificación, especialmente
323
en el sector de la construcción, como pintores, electricistas y carpinteros, y
en otros sectores, como enfermería y secretariado. De acuerdo con nuestras
entrevistas a la población colombiana y ecuatoriana, y a las mantenidas con
las personas responsables de asociaciones de apoyo a la población inmigrante, como Burgos Acoge, ACCEM y Cáritas, la población colombiana está
algo más formada, sobre todo entre el grupo de varones procedente de los
núcleos urbanos de Cali, Cartagena y Armenia, que son las ciudades de origen de una buena parte de la población colombiana de procedencia urbana residente en Burgos.
Tanto entre la población colombiana como entre la ecuatoriana, la situación más habitual es que las personas que deciden emigrar (las mujeres
colombianas y las parejas/matrimonios ecuatorianos) tengan hijos que dejan
al cuidado de otros familiares, habitualmente los abuelos, hasta que encuentren un trabajo y una vivienda que les permita reagruparlos. Sin embargo,
mientras que entre la población colombiana suele reagruparse primero a los
hijos y hermanas, y más excepcionalmente al cónyuge, entre la ecuatoriana
existe una mayor tendencia a reagrupar antes al cónyuge que a los hijos. En
ambos casos, casi siempre (por no decir siempre) existe algún contacto previo de un familiar, compadre o vecino que se encuentra en Burgos y que le
va a brindar apoyo (fundamentalmente alojamiento) durante los primeros
tres a cinco meses hasta que encuentra el primer empleo; empleo que habitualmente también ha conseguido por mediación de este contacto previo.
Estos contactos son el origen de redes migratorias que influyen tanto en la
procedencia de las personas migrantes como en los trabajos en los que se
emplean.
Respecto a la inserción laboral de la población ecuatoriana y colombiana, gran parte de las mujeres se emplean fundamentalmente en el servicio doméstico, trabajando tanto de internas como de externas por horas (y
en ocasiones en más de una casa), en la hostelería y en el sector servicios
(por ejemplo limpieza); los varones encuentran empleo en un mayor número de sectores, como por ejemplo en la industria como obreros sin cualificar, en talleres mecánicos y de reparaciones, en la construcción y también
en el sector servicios. En las zonas rurales también se emplean en granjas
agropecuarias y/o en explotaciones forestales. También se ha documentado la existencia en el municipio de Burgos de varios establecimientos de
324
hostelería (restaurantes y salas de baile) regentados por población ecuatoriana y colombiana; en ambos casos, lo más habitual es que se trate de
sociedades limitadas formadas por familiares.
Lo más común es que sean los propios inmigrantes quienes se busquen
los contactos, los cruces con los empleadores y que, al igual de lo que sucede con la vivienda, también se asista a una especie de reciclaje: cuando un
grupo deja un apartamento se lo pasa a otro, y cuando una persona deja un
trabajo porque ha encontrado algo mejor, también se lo pasa a un familiar,
a un compañero de piso o a otro compatriota.
Las asociaciones y organizaciones de apoyo a la población inmigrante
suelen tener una bolsa de trabajo en la que sólo se consideran aquellos
empleos en los que exista un contrato legal entre empresario y trabajador.
En el sector del servicio doméstico, aparte del “boca a boca” y estas bolsas
de trabajo, diferentes congregaciones de religiosas actúan también como
intermediarias entre las mujeres que buscan trabajo en este sector y las familias que lo demandan.
La inserción laboral tiene también implicaciones en el tipo de residencia
de la población ecuatoriana y colombiana residente en Burgos. Así, las mujeres que trabajan como internas suelen tener también una habitación alquilada en una vivienda con otros compatriotas, familiares o amigos para pasar los
fines de semana. También se da el caso de mujeres que trabajan como internas cuyo esposo reside también en la capital y ya tiene una vivienda (i.e. una
habitación), para pasar juntos el día libre. Entre quienes trabajan con un horario de trabajo más o menos fijo, lo más habitual es que compartan vivienda
con otros familiares o compatriotas. Para quienes trabajan en las zonas rurales (habitualmente en granjas agropecuarias), es el empresario quien, en la
mayoría de los casos, se encarga de facilitarles el alojamiento, aunque éste
no siempre reúna las mejores condiciones de habitabilidad.
Encontramos, no obstante, algunas diferencias significativas entre las
pautas de la población colombiana y de la ecuatoriana a la hora de alquilar
y compartir piso. Entre las mujeres colombianas observamos que lo más
habitual es que éstas compartan piso con otros amigos y amigas colombianas, dominicanas y españolas, con los hijos que hayan reagrupado y en
menor proporción con otros familiares, como el cónyuge. Por el contrario,
entre la población ecuatoriana, observamos que, al existir un mayor índice
325
de reagrupación familiar (siguiendo lo que Javier de Lucas denomina “migración escalonada”), suelen también compartir piso con otros familiares (hermanos y cónyuge) en mayor proporción que la población colombiana.
Si bien en el municipio de Valladolid encontramos algunos barrios como
La Rondilla o La Antigua con una elevada densidad de población inmigrante (de ecuatorianos y magrebíes en La Rondilla y de búlgaros en La Antigua),
en el de Burgos no hemos documentado ningún barrio que presente una
densidad significativamente elevada de población inmigrante.
7.2.3. Integración social
Ecuatorianos y colombianos son, como hemos visto en las páginas anteriores, las dos nacionalidades latinoamericanas más numerosas. Un primer
aspecto que ya se ha mencionado es la forma de integración social que ha
seguido un elevado 38% de las mujeres colombianas que han establecido
vínculos familiares con varones locales, algo que también se observa entre
otras nacionalidades latinoamericanas, como la dominicana y la cubana.
Por el contrario, entre la población ecuatoriana encontramos un muy bajo
desarrollo de vínculos familiares con la población local.
La situación un tanto favorable para la entrada de población colombiana
en territorio español cambió cuando a partir de enero de 2002 el estado
español implementó la demanda de visado a turistas colombianos16 como
consecuencia de acatar las decisiones tomadas en el denominado “Acuerdo
Schengen”17. Asimismo, y como ya se ha mencionado, la noticia del final de
16
Esta nueva disposición, destinada a limitar los flujos migratorios desde Colombia, provocó la
reacción de intelectuales colombianos y españoles, quienes mediante una carta enviada al gobierno le demandaban explicaciones sobre esta impopular medida. A pesar de la “buena intención” de
esta carta, desde algunos sectores se la interpretó como una “reivindicación de la hispanoamericanidad [...] cuando España no fue madre, sino cuna del colonialismo, y uno de sus frutos, el hispanoamericanismo, todavía requiere ser explorado como proyecto criollo neocolonial”.
17
El denominado acuerdo Schengen, originalmente firmado por Alemania y Francia con la
idea de creación de un espacio de libre circulación de personas, capitales y bienes de consumo, fue ratificado posteriormente por el resto de los estados miembros de la UE, incluido España. Aunque la representación española se abstuvo en la votación sobre la demanda de visado
a ciudadanos colombianos, implementó las medidas tomadas en este acuerdo.
326
la exención de visado supuso, en primer lugar, la aceleración de los flujos
desde Colombia durante los últimos meses del año 2000, especialmente los
de reagrupación familiar; y en segundo lugar, también adelantó la migración
de muchos ecuatorianos por miedo a correr la misma suerte.
Para los ecuatorianos se siguió manteniendo la posibilidad de entrada sin
visado hasta agosto de 2003, momento a partir del cual los ciudadanos
ecuatorianos que deseen viajar a España deberán estar provistos del visado
correspondiente. Pero los ecuatorianos ya habían sido objeto de la atención
especial del gobierno cuando a finales de enero de 2001, y como medida
excepcional provocada por el accidente de Lorca, en el que perdieron la
vida doce ecuatorianos irregulares cuando se dirigían a los campos de trabajo en el Levante español, el gobierno estableció la denominada “Operación Ecuador”, que incluía el “retorno voluntario” (viaje de ida y vuelta a
Quito pagado por el Estado español) para obtener un precontrato en la oficina consular española en Quito y de ese modo legalizar su situación. El
plan no satisfizo ni a la población ecuatoriana, que veía en él un medio de
disuasión de utilizar el billete de vuelta, ni a las asociaciones de ecuatorianos que, como Rumiñahui, denunciaron la necesidad del viaje18.
En cualquier caso, la situación anterior a la demanda de visado también
imponía ciertas limitaciones. Así, por ejemplo, y a diferencia de otros turistas, a colombianos y ecuatorianos se les exigía la presentación del billete de
vuelta así como la comprobación de su solvencia económica, que debían
demostrar presentando o bien una cuenta bancaria o dinero en efectivo
entre los 2.000 y los 5.000 €. A diferencia del dinero empleado en el billete de avión19, que habitualmente se ha pedido prestado y debe devolverse
18
De los cerca de 25.000 ecuatorianos que se inscribieron, únicamente retornaron cerca de
4.000 y el resto fue legalizado sin necesidad de retornar.
19
A diferencia de la población de Europa del Este que viene en autobús y cuyo coste no
excede los 100 € - 150 € el billete de ida y vuelta, el boleto de viaje desde Ecuador y/o Colombia hasta España requiere un desembolso importante, del orden de los 400 € - 600 €, todo un
capital para las economías empobrecidas de estos países, y que a menudo hay que pedir prestada a coyotes y prestamistas que demandan unos elevados intereses. La deuda que contraen
los migrantes colombianos y ecuatorianos puede ascender a unos 7.000-8.000 €, lo que, unido
a los intereses en torno al 5% y 8% mensuales, requiere una media de unos dos o tres años para
cancelarla.
327
con intereses muy altos, este dinero en efectivo, requisito de entrada en
España, la denominada “bolsa de viaje”, era un dinero de ida y vuelta porque o bien se devolvía al chulco con intereses de hasta el 14% nada más llegar, en ocasiones en el mismo aeropuerto, o bien se reenviaba en dinero
también de forma inmediata para que éste fuera utilizado, reciclado, por
otros familiares y/o miembros de la comunidad que desearan migrar.
Otra forma de control de la emigración desde Ecuador y Colombia ejercida por las autoridades españolas a partir de la entrada en vigor de la Ley
8/2000 ha consistido en la demanda a las compañías aéreas de los nombres
de aquellos ciudadanos ecuatorianos y colombianos que no utilizaran su
billete de vuelta20. Diferentes estudios muestran que una muy pequeña parte
de todos los que entraron en España han vuelto a Colombia y a Ecuador, lo
cual no implica que todos se hayan quedado en territorio español, sino que,
merced precisamente al acuerdo Schengen21, han podido dirigirse a otros
Estados europeos donde también cuentan con redes de apoyo (los colombianos principalmente en Francia y los ecuatorianos en Italia).
Respecto a las implicaciones de la legislación en la organización de los
flujos migratorios de colombianos y ecuatorianos, también merece nuestra
atención el denominado “Plan Ludeco”, que entró en vigor a partir de octubre de 2001. Mediante este dispositivo policial contra la delincuencia de
ecuatorianos y colombianos (de ahí el nombre), se autorizaba a los agentes
a fichar a cualquier ciudadano de estas dos nacionalidades que resultara
sospechoso. Este plan, como el de la Operación Retorno, suscitó las protestas de los colectivos de apoyo a la población inmigrante.
20
Se ha documentado que de 101.434 ecuatorianos que entraron en España en 2002, sólo
874 habrían utilizado el billete de vuelta.
21
Si bien en primera instancia la idea de un espacio común europeo puede interpretarse
como una limitación a la entrada de los no europeos, ésta ha significado, por otra parte, la
diversificación de los puertos de entrada al estado español, porque una vez en territorio Schengen también se les ofrece a los emigrantes, al menos teóricamente, la posibilidad de desplazarse libremente dentro de los límites del mismo. Por ello, y debido también a la falta de una
política común en extranjería, muchos ecuatorianos y colombianos han preferido entrar al territorio Schengen utilizando aquellos puertos de entrada, especialmente el aeropuerto de Schipol
en Ámsterdam, en los que las exigencias de entrada parecen menores.
328
Como en el caso de Bulgaria y Rumania, Ecuador y Colombia son países
vecinos y, como consecuencia, la población de ambos países tiene ya generada una imagen, habitualmente estereotipada, de la identidad del otro,
identidad que, como entre los búlgaros y los rumanos, se traslada e incluso
se intensifica en la diáspora. Para los colombianos, muchos de ellos de origen africano, la imagen de la población ecuatoriana es, cuando menos, contradictoria. Si bien por un lado los ecuatorianos son la representación del
indigenismo en su vertiente Rousseauniana del “noble salvaje”, y son identificados como campesinos con poca formación y escasos recursos económicos, por otro lado, la población ecuatoriana es vista por la colombiana
como una sociedad patriarcal, caracterizada por una autoridad excesiva del
pater familias (de ahí el comentario jocoso de algunos colombianos según
el cual “el deporte nacional de Ecuador es pegar a la mujer”), y en general
como una sociedad que “no ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos” (la
imagen del ecuatoriano que bebe mucho o que no sabe beber sería un ejemplo de esta falta de adaptación, imagen que, como veremos, es también
compartida por la población local).
Para el ecuatoriano, por el contrario, el imaginario del ciudadano colombiano es el de narcotraficante si es varón22 o de prostituta si es mujer. Asimismo, los desplazamientos de campesinos colombianos en los últimos dos
años hacia la frontera Norte de Ecuador han generado un sentimiento anticolombiano entre la población ecuatoriana que se ha reproducido en la
diáspora. Este imaginario, unido a la competencia que se establece por los
empleos menos cualificados y peor retribuidos, ha fomentado la imagen
negativa que tiene una población respecto de la otra. Esta imagen del otro
ya consolidada en el espacio local se ha trasladado al país de destino y no
ha facilitado las relaciones sociales entre ambos colectivos.
Entre la población ecuatoriana las relaciones sociales suelen circunscribirse a compatriotas y familiares reagrupados, tanto entre las mujeres como
entre los varones. Probablemente, esta red más estrecha de relaciones sociales
entre la población ecuatoriana pueda relacionarse con sus elevados índices
22
Esta es también la imagen que se ha generalizado en Estados Unidos y en Europa. La mayor
parte de los varones colombianos entrevistados, por no decir todos, afirman que “lo peor que le
puede pasar a una persona es tener pasaporte colombiano en un aeropuerto”, ya que ésta es causa
de registros, cacheos e interrogatorios. No es, por tanto, extraño que una de las principales
demandas de la población colombiana sea deconstruir este estigma que se le ha impuesto.
329
de reagrupación familiar, que incluye al cónyuge y a hermanos y que constituye el grupo social con quien se comparte el tiempo libre disponible. Entre
la población colombiana, podemos hacer una diferenciación entre las formas de socialización de los varones, quienes habitualmente socializan con
otros compatriotas, y las formas de socialización de las mujeres, quienes
muestran una red de relaciones sociales más amplia, que incluye a otras
mujeres colombianas y dominicanas (con quienes puede compartir vivienda o una habitación para los fines de semana o el día libre), y con la población local (ya se ha mencionado en el análisis previo las elevadas frecuencias de nacimientos de hijos de madre colombiana y padre español).
Fuera del ámbito familiar y de las personas con quien se comparte
vivienda, la socialización entre la población latinoamericana suele vincularse a establecimientos de hostelería que han abierto compatriotas, como
restaurantes, bares o “sitios para bailar salsa”23. Asimismo, los locutorios,
especialmente aquellos que también tienen a la venta artículos procedentes
de sus países de origen (e.g. “Comercial Latina”, que actúa como locutorio,
pero también como tienda de artículos de importación para la población
latinoamericana, especialmente comida, aunque también artículos como
“agua milagrosa” u otros con propiedades curativas).
Sin embargo, como suele ser habitual entre toda la población inmigrante, los tiempos de ocio y socialización son escasos, tanto por los horarios largos de trabajo como por la precariedad económica en la que se desarrollan
sus vidas. Los parques públicos en verano, donde los varones juegan al fútbol y las mujeres se congregan en grupos pequeños charlando, tejiendo o
cuidando de los niños (suyos o de las familias para las que trabajan), y los
locutorios24 constituyen los dos espacios de ocio fundamentales para la
23
Estos “sitios de salsa” no tienen buena reputación entre la población local, que se queja
de los ruidos y de las peleas que se originan por la noche. No es extraño, por ello, que la policía cierre estos establecimientos por las quejas de la vecindad.
24
En nuestro trabajo de campo hemos observado que existe cierta especialización o segmentación entre los locutorios, ya que algunos están frecuentados casi exclusivamente por
población latinoamericana y otros por población africana. Esta segmentación deriva no sólo de
la nacionalidad de los dueños o de quiénes trabajan en el locutorio, sino también de las tarifas
especiales que ofrezcan y de los servicios adicionales con que cuenten, tales como pequeños
supermercados para abastecer a la población migrante de productos tradicionales del país o de
la zona de origen, y servicios de mensajería de dinero y de paquetes.
330
población colombiana y ecuatoriana, aparte, obviamente, de las viviendas
donde organizan comidas y otras reuniones. Estos espacios y ocasiones de
ocio constituyen un pequeño desahogo para contrarrestar las condiciones
adversas en las que se desarrolla su vida cotidiana. En cualquier caso, para
ellos no es fácil acomodarse a los contextos de ocio occidentales, especialmente en invierno, cuando la socialización en los parques públicos se ve
dificultada por las condiciones climáticas.
Las relaciones con la sociedad local no están muy desarrolladas, siendo
la relación laboral de subalternidad la más habitual (la persona inmigrante
es un empleado subalterno del empresario local). No obstante, factores
como la residencia continuada en una misma vivienda o barrio, el matrimonio con “gente de aquí” (especialmente entre las mujeres colombianas) y
la escolarización de los hijos son factores que contribuyen al desarrollo de
relaciones sociales entre iguales, en oposición a las de trabajo, donde el
inmigrante se encuentra en desigualdad estructural.
En el imaginario local, la población colombiana y ecuatoriana están más
estigmatizadas que la procedente de Europa del Este. Uno de los campos en
los que mayor repercusión tiene la imagen negativa de la población colombiana y ecuatoriana es el de la vivienda. De acuerdo con varios interlocutores, parece que la población ecuatoriana tiene en Burgos más problemas
que la colombiana para encontrar vivienda: “la población ecuatoriana mete
a muchas personas en la casa, y arman mucho jaleo y los vecinos se quejan”25. Sin embargo, al mismo tiempo que existe esta imagen negativa respecto de la población ecuatoriana, existe también una imagen más paternalista, desarrollada especialmente a partir de que los medios de comunicación dieran a conocer el accidente de Lorca ya mencionado. Este accidente
puso de manifiesto las condiciones de explotación en las que intenta subsistir una parte importante de la población migrante generando protestas,
manifestaciones y encierros por todo el Estado español en las que también
participó la población local. Respecto a la imagen que tiene la población local
Se conocen tanto casos de subarrendamiento entre compatriotas a precios excesivos y en
condiciones mínimas como casos en los que el subarrendamiento es ilegal y por no poseer el
contrato de arrendamiento no es posible empadronarse y beneficiarse de los recursos que se
ofrecen desde el municipio.
25
331
de la colombiana, ya se ha mencionado el estigma de narcotraficante26 y prostituta que se les ha impuesto a los ciudadanos y ciudadanas colombianas.
Las situaciones de hacinamiento que se documentan entre la población
ecuatoriana y colombiana no deben interpretarse únicamente en relación
con cuestiones económicas y laborales señaladas anteriormente en el epígrafe de Inserción Laboral (como los bajos salarios, la inestabilidad en el
empleo), sino que también deben relacionarse con la propia estructura familiar en estos países y las relaciones de reciprocidad y solidaridad, el compadrazgo, que éstas entrañan. En primer lugar, hay que tener en cuenta que, al
contrario de la estructura familiar en Bulgaria y Rumania, donde las familias
son pequeñas (nunca o casi nunca más de dos hijos excepto entre los Roma
y Pomak), y donde no existe una relación de reciprocidad más allá de la
familia nuclear, las familias en países como Ecuador y Colombia son grandes y muestran un importante desarrollo de las relaciones de solidaridad que
incluyen no únicamente a los parientes más cercanos, sino a todo el grupo
familiar en una institución que se conoce como la parentela. En segundo
lugar, la institución del compadrazgo genera lazos de solidaridad y reciprocidad muy fuertes con otro grupo de personas que no forman parte de la
parentela pero a quien se debe una serie de obligaciones27. En otras palabras,
el repertorio mucho más amplio de familiares y de compadres a quienes
colombianos y ecuatorianos deben reciprocidad implica que los casos de
hacinamiento28 sean algo más habituales entre ciudadanos latinoamericanos
que entre los procedentes de Europa del Este.
26
Se documenta que aproximadamente un 90% de los varones colombianos en las cárceles españolas lo están por delitos contra la salud pública, esto es, por delitos de tráfico de droga.
27
Larissa Lomnitz argumenta que el éxito de las religiones evangelistas en Centroamérica y
América del Sur puede relacionarse como el medio de “liberarse” de las excesivas obligaciones de reciprocidad con familiares y con vecinos, ya que el cambio de religión implica un cambio simbólico del grupo al que se pertenece.
28
En cualquier caso, no existe una definición general ni generalizable de lo que es el hacinamiento, porque en nuestra sociedad española lo que hoy se considera hacinamiento hace
menos de veinte años era la situación más habitual entre las familias de asalariados que ocupaban las viviendas en las que hoy reside la población inmigrante y donde compartían residencia el matrimonio, una media de cuatro hijos y también habitualmente los padres de uno
de los cónyuges.
332
En otros trabajos anteriores se ha hecho referencia a la periodicidad de
los modelos de asentamiento de otros colectivos extranjeros en Castilla y
León tomando como modelo el paradigma de Dasseto, según el cual se establecen tres fases: entrada, establecimiento e implantación, y que nosotros
hemos modificado en las fases de llegada, de asentamiento y de arraigo. Hay
que partir de la premisa de que éstas no son fases absolutas, sino que existen etapas de transición cuya duración estaría determinada por las perspectivas de futuro que tenga la población inmigrante y por la mejor o peor integración sociolaboral. Por ello, aunque la población ecuatoriana y la colombiana en Burgos (especialmente la primera) y la población rumana y búlgara en Valladolid sean colectivos que, de acuerdo con su momento de llegada inicial, se encuentren en las mismas fases de llegada y asentamiento,
pensamos que el diferente proyecto migratorio de unos y otros los situaría
en fases distintas. Así, y como ya se ha mencionado, mientras que entre la
población rumana y búlgara la migración se imagina desde la provisionalidad, desde lo coyuntural, entre la población colombiana y ecuatoriana el
proyecto migratorio se imagina desde la permanencia. Por ello, la población
latinoamericana trata de asentarse y establecerse con la familia de forma
más rápida que la procedente de Europa del Este. Por supuesto, en ambos
colectivos encontramos paradojas y contradicciones respecto a sus proyectos de vida. Así, aunque ecuatorianos y colombianas incluso se plantean
solicitar la nacionalidad española y establecerse de forma definitiva y permanente en el Estado, también afirman que les gustaría regresar a sus países
después de la jubilación. Del mismo modo, aunque la mayor parte de la
población de Europa del Este no considere establecerse definitivamente en
el Estado, también se reconoce que quizás deberán quedarse más tiempo del
que tenían pensado “porque no se gana tanto dinero y además hay más gastos”. Por lo tanto, teniendo también en cuenta las perspectivas de futuro del
proyecto migratorio específico, pensamos que, mientras que la primera fase
de llegada puede tener una duración similar entre estos colectivos (hasta que
encuentran el primer empleo29), la fase de asentamiento previa al arraigo
29
Ya mencionamos que entre la población latinoamericana su conocimiento del idioma
favorece su inserción laboral y que, en el caso de la población de Europa del Este, es su experiencia profesional la que les abre las puertas al empleo más cualificado.
333
parece más breve entre la población latinoamericana, que pronto empezará
a pensar en el arraigo, esto es, en la forma de reagrupar a sus familiares e
incrementar los envíos de dinero a quienes quedaron atrás y mejorar su nivel
de vida. Por el contrario, entre la población rumana y búlgara el proyecto
migratorio no suele incluir, como hemos dicho, la residencia definitiva y,
como consecuencia, la fase de asentamiento suele prolongarse por más
tiempo30. Además, las previsiones de entrada en la UE, así como las mayores posibilidades con que esta última cuenta de visitar a la familia una o dos
veces al año, tanto por la proximidad, que abarata costes, como por el
hecho de que no se demanden visados de entrada, son factores que también
contribuyen a la provisionalidad de su proyecto migratorio.
7.3. Resumen
En las páginas anteriores hemos visto el rápido crecimiento de la población ecuatoriana en la provincia de Burgos, crecimiento que hace que esta
provincia presente las frecuencias más elevadas de esta nacionalidad en
Castilla y León. La población colombiana también ha crecido durante los
últimos cuatro años, aunque las frecuencias son mucho más bajas.
Aunque se trate de poblaciones fronterizas, los flujos migratorios de
ambas nacionalidades presentan características propias. Así, mientras que
entre la población colombiana el número de mujeres es muy superior al de
los varones, entre la ecuatoriana observamos mayor equilibrio entre ambas;
también observamos diferencias en cuanto a la reagrupación de familiares,
ya que entre la población colombiana se privilegia a las mujeres mientras
que entre la ecuatoriana también se reagrupan a familiares varones (e.g.
esposo y hermanos). Existen, asimismo, diferencias en cuanto a la forma de
integración social de ambas nacionalidades porque, si bien entre las mujeres colombianas el establecimiento de vínculos familiares con varones
locales tiene una incidencia elevada, entre la población ecuatoriana esta
incidencia es mínima; asimismo, mientras que la población colombiana,
Ya hemos hecho referencia a las nuevas tendencias de “migración pendular” entre la
población búlgara y rumana.
30
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especialmente las mujeres, suele mantener relaciones de amistad y/o comparte vivienda con personas de otras nacionalidades latinoamericanas, entre
la ecuatoriana se tiende a mantener el vínculo familiar y habitualmente sólo
se comparte piso con otros compatriotas.
Algunos aspectos que son similares para ambas nacionalidades incluirían
la incidencia alta de la irregularidad, especialmente entre las mujeres, y la
segmentación laboral en cuanto al sexo. Asimismo, en ambos casos se trata
de poblaciones urbanas y también comparten una actitud similar hacia la
emigración: quieren quedarse, obtener la nacionalidad y sólo tras la jubilación volver a sus países de origen. Debido al elevado precio del “boleto” de
avión, las visitas al lugar de origen son esporádicas; sólo cuando han regularizado la situación viajarán a sus respectivos países (una vez al año, o quizás cada dos años). La lejanía geográfica y simbólica de familiares y amigos
incrementa la sensación de soledad, especialmente entre las mujeres que
trabajan como internas en las zonas rurales. Por ello, los “momentos de descarga” con otros compatriotas y amigos son tan importantes para ambos.
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