El celecoxib puede atacar al carcinoma hepático.

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El celecoxib puede atacar al carcinoma
hepático.
Según un nuevo estudio publicado recientemente en la versión en línea
de Cancer Prevention Research, el inhibidor de la ciclooxigenasa 2 (COX2) celecoxib, que ha mostrado efectos antineoplásicos en carcinomas de
colon, pulmón y próstata, también puede ser apto para tratar el
carcinoma hepático.
Los científicos, dirigidos por el Dr. Yan Liu, PhD, de la Ohio State
University en Columbus, informan que el celecoxib puede tener actividad
antineoplásica debido a que bloquea la vía de la interleucina 6 y el
transductor de señales y activador de la transcripción 3 (STAT3) y
produce apoptosis de las células del carcinoma hepático.
Hicieron su descubrimiento en células de carcinoma hepatocelular (CHC)
humano.
El Dr. Jiayuh Lin, PhD, un profesor adjunto de pediatría en la Ohio State
University y autor principal del estudio, dijo a Medscape Medical News
que recomendaría tomar un inhibidor de la COX-2 como una medida
preventiva.
Dijo: «Teniendo en cuenta la propiedad del celecoxib de inhibir tanto la
vía STAT3 como la COX-2, puede tener algunos efectos favorables en la
prevención del cáncer».
El Dr. Lin explicó que cada vez hay más pruebas que demuestran una
interrelación entre la inflamación hepática crónica y la aparición de CHC.
La vía STAT3, que está relacionada con la inflamación y la
transformación celular, es activada en el tejido de CHC humano pero no
en el tejido hepático humano normal.
Los investigadores descubrieron que celecoxib disminuía la fosforilación
de STAT3 y hacía que las células del carcinoma hepático se
autodestruyeran. También observaron que celecoxib bloqueaba la
fosforilación de STAT3 activada por interleucina-6 exógena así como la
translocación nuclear.
Es importante que también observaran que cuando se combinaba
celecoxib con doxorrubicina o sorafenib se morían más células de CHC
en cultivo.
El Dr. Lin dijo: «Cada fármaco de quimioterapia por sí solo reducirá el
crecimiento de las células malignas, pero cuando se combinó cada
fármaco con celecoxib, se observó un mayor efecto de supresión del
tumor». «Por tanto, creemos que celecoxib se puede combinar con otros
antineoplásicos para reducir la resistencia farmacológica debida a la
señalización de STAT3 por la interleucina-6».
Esta investigación refuerza los datos crecientes indicativos de un posible
papel de la inhibición de la COX-2 en diversas neoplasias malignas.
Inquietudes por los efectos cardiovasculares
Sin embargo, los problemas cardiovasculares por mucho tiempo han
sido una inquietud con esta clase de fármacos.
En un estudio que se presentó en el Congreso Anual de 2008 de la
American Association for Cancer Research, la Dra. Monica Bertagnolli,
del Brigham and Women's Hospital en Boston, Massachusetts, informó
que celecoxib reducía la tasa de adenomas colorrectales avanzados a
cinco años en un 41% en personas con alto riesgo que tomaban los
fármacos durante tres años.
Sin embargo, los pacientes tenían que suspender el fármaco por
problemas relacionados con la toxicidad cardiovascular que comenzaban
a surgir.
No obstante, la protección contra los adenomas persistió después de
suspender el uso del fármaco y la Dra. Bertagnolli llegó a la conclusión
de que los inhibidores de la COX-2 ofrecen perspectivas favorables en
los pacientes que corren riesgo de presentar adenomas y que no tienen
factores de riesgo cardiovascular.
En otro estudio, que se presentó el mismo año en el Congreso Anual de
la American Society of Clinical Oncology, el Dr. Edward Kim, del M.D.
Anderson Cancer Center en Houston, Texas, informó que celecoxib
podría reducir la expresión de Ki-67, un biomarcador relacionado con
lesiones pemalignas bronquiales y que podía tener un efecto
quimioprotector contra el carcinoma pulmonar.
El estudio, que se llevó a cabo en fumadores activos o ex fumadores con
un antecedente de tabaquismo de un mínimo de 20 cajetillas-año,
también se detuvo a causa de los temores por los efectos tóxicos
cardiovasculares pero se reanudó después que los consultores de la US
Food and Drug Administation recomendaron que se continuase.
Medscape Medical News invitó al Dr. Craig A. Elmets, profesor y jefe del
Departamento de Dermatología, University of Alabama en Birmingham,
a comentar sobre el empleo de los inhibidores de la COX-2 para la
quimioprevención.
Dijo: «Creo que podemos añadir el carcinoma hepatocelular a los
posibles tipos de neoplasias malignas que responderán a los AINE
[antiinflamatorios no esteroides]».
El Dr. Elmets recientemente dirigió un estudio multicéntrico,
aleatorizado y comparativo que demostró que el celecoxib puede ser
eficaz para evitar los carcinomas de células epidermoides y los
carcinomas de células basales en individuos que tienen lesión actínica
considerable y un alto riesgo de presentar carcinomas cutáneos no
melanomas.
En una entrevista dijo: «Tratamos a pacientes con carcinomas cutáneos
no melanomas durante nueve meses y entre los que recibieron celecoxib
hubo una reducción de más del 50% del número de nuevos carcinomas
de la piel no melanomas que se presentaron en comparación con un
grupo de control que no recibió celecoxib».
El Dr. Elmets dijo que cuando se inició su estudio, aún no habían surgido
las preocupaciones en torno a los efectos cardiovasculares adversos de
celecoxib. De un modo similar a los demás estudios, este se suspendió
cuando surgieron estas inquietudes. Sin embargo, hizo notar, durante
los nueve meses en que los pacientes tomaron celecoxib no se observó
ningún incremento del riesgo cardiovascular.
Posibles alternativas a celecoxib
El Dr. Elmets admitió que si se van a utilizar los inhibidores de la COX-2
para evitar carcinoma, entonces el riesgo cardiovascular que plantean
podría ser problemático.
Explicó: «Las personas deben tomar estos fármacos de manera crónica
para que tengan una utilidad preventiva». «El celecoxib bloquea a la
enzima ciclooxigenasa 2, pero hay otra serie de fármacos que también
bloquean COX-2 y que tienen mucho menos riesgo cardiovascular, de
manera que estos pueden ser ideales para evitar diversos tipos de
neoplasias malignas».
El sulindac (Clinoril, Merck) es uno de ellos, dijo. «En combinación con la
difluorometilornitina, produce una reducción drástica del número de
adenomas colorrectales, de manera que me parece que definitivamente
puede servir para la quimio prevención».
Un inhibidor de la COX-2 puede ser muy útil en pacientes con infección
por el virus de la hepatitis B que tienen riesgo de CHC.
Dijo: «El carcinoma hepatocelular no es una neoplasia maligna frecuente
en Estados Unidos, pero en los pacientes que tienen positividad para la
hepatitis B, este es un fármaco que se debiera valorar ya que la tasa de
mortalidad por carcinoma hepatocelular es en realidad considerable».
«El naproxeno tiene mucho menos efecto cardiovascular que otros AINE
de manera que podría ser de gran interés analizarlo».
El empleo de dosis más bajas de AINE o la detección de factores de
riesgo cardiovasculares pueden ser otras estrategias que permitan el
empleo de estos fármacos como compuestos eficaces para la
quimioprevención. El Dr. Elmets dijo: «También podrían ser el utilizar
estos fármacos de manera intermitente o emplearlos en combinación
con otros fármacos en dosis mucho más bajas que las que normalmente
se utilizan.
El Dr. Li, el Dr. Lin y el Dr. Elmets han declarado no tener ningún
conflicto de interés económico pertinente.
Referencias
Cancer Prev Res. Published online April 13, 2011
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