informe 1/1999 de la junta consultiva de contratación administrativa

GOBIERNO DE CANARIAS
CONSEJERÍA DE ECONOMÍA Y HACIENDA
DIRECCIÓN GENERAL DE PATRIMONIO
Y CONTRATACIÓN
JUNTA CONSULTIVA DE CONTRATACIÓN
ADMINISTRATIVA
______________
FV Expte.:
INFORME 1/1999 DE LA JUNTA CONSULTIVA DE CONTRATACIÓN
ADMINISTRATIVA DE LA COMUNIDAD AUTÓNOMA DE CANARIAS, SOBRE
LA POSIBILIDAD DE REALIZAR CONTRATOS ADMINISTRATIVOS DE
SERVICIOS CON EMPRESAS DE TRABAJO TEMPORAL.
El Director General de Patrimonio y Contratación formula consulta a esta Junta
Consultiva sobre la posibilidad de llevar a cabo contratos administrativos de servicios con
empresas de trabajo temporal.
Para dar respuesta a la cuestión planteada, resulta necesario, en primer lugar, analizar
la naturaleza jurídica de la actividad que constituye el objeto social de las empresas de trabajo
temporal.
El artículo 1 de la Ley 14/1994, reguladora de la empresas de trabajo temporal,
conceptúa a este tipo de empresas como “aquellas cuya actividad consiste en poner a
disposición de otra empresa usuaria, con carácter temporal, trabajadores por ella
contratados”, actividad que ha de constituir su único y exclusivo objeto social, de acuerdo
con lo preceptuado en el artículo 2.1.c de dicha norma legal, y que se ha llevar a cabo
mediante el “contrato de puesta a disposición”, al que el artículo 6 de la citada ley define
como “el celebrado entre la empresa de trabajo temporal y la empresa usuaria, teniendo por
objeto la cesión del trabajador para prestar servicios en la empresa usuaria, a cuyo poder de
dirección quedará sometido aquél.”
La primera conclusión dimanante de la normativa citada, es que la contratación con
una empresa de trabajo temporal sólo puede tener como único y exclusivo objeto la cesión
temporal de trabajadores para cubrir necesidades coyunturales de personal de la empresa
usuaria, sin que en ningún caso la empresa de trabajo temporal se pueda responsabilizar del
resultado del trabajo de los trabajadores cedidos, ni de la correcta satisfacción de la necesidad
que haya sido causa del contrato de puesta a disposición de los trabajadores (obra o servicio
determinado, exigencias circunstanciales del mercado, etc.).
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C/ León y Castillo, 431-2º - Edif. Urbis - 35007 - Las Palmas de Gran Canaria - Tlfs. 928 30 30 00 - 30 31 00 . Fax 928 30 31 08.
Avda. José Manuel Guimerá, 8. 38071 - Sta. Cruz de Tenerife. Tlf. 922 47 65 00. Fax 922-47 66 72
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Tras esta conclusión, resulta obligada la referencia al concepto de contrato
administrativo contenido en el apartado 2 del artículo 5 de la Ley de Contratos de las
Administraciones Públicas: “Son contratos administrativos: a) Aquéllos cuyo objeto directo,
conjunta o separadamente, sea la ejecución de … servicios …b) Los de objeto distinto …
pero que tengan naturaleza administrativa especial por resultar vinculados al giro o tráfico
específico de la Administración contratante, por satisfacer de forma directa o inmediata una
finalidad pública de la específica competencia de aquella…”.
Definidos los contratos administrativos en función de que su objeto directo esté
tipificado como tal en alguno de los supuestos citados, veamos cuál es la tipificación de los
contratos administrativos de servicios en la LCAP.
Dada la indeterminación y el carácter meramente enunciativo de los posibles objetos
contractuales que, en relación con los contratos de servicios, se relacionan en el apartado 3
del artículo 197 LCAP, resulta necesario completar tal disposición con los preceptos
contenidos en los artículos 198-1 y 212-2 de la LCAP:
art. 198-1: “… las empresas
adjudicatarias deberán ser personas físicas o jurídicas cuya finalidad o actividad tenga
relación directa con el objeto del contrato, según resulte de sus respectivos estatutos o reglas
fundacionales …y disponer de una organización con elementos personales y materiales
suficientes para la debida ejecución del contrato.” Art. 212-2: “El contratista será
responsable de la calidad técnica de los trabajos que desarrolle y de las prestaciones o
servicios realizados…”
A la vista de lo expuesto, parecen evidentes las siguientes conclusiones:
a) Que un contrato con una empresa de trabajo temporal ha de tener como único
objeto la puesta a disposición de trabajadores, es decir cubrir carencias de personal necesario
para satisfacer determinadas necesidades, no la satisfacción directa de tales necesidades.
b) Que dicho objeto contractual no es tipificable dentro de ninguno de los supuestos
del artículo 197-3 LCAP, al no poder obligarse la empresa de trabajo temporal a prestar
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servicios que satisfagan directamente las necesidades de la Administración, ni contar con
medios materiales adecuados para ello, tal y como preceptúa el artículo 198-1 LCAP. A esta
misma conclusión llegan el Servicio Jurídico del Estado (informe de 26 de abril de 1996) y la
Junta Consultiva de Contratación Administrativa del Estado (dictamen de 5 de junio de
1996).
Llegando, de esta forma, a la consecuencia de que el “contrato de puesta a
disposición” a suscribir con las empresas de trabajo temporal, no puede ser utilizado por las
Administraciones Públicas como contrato administrativo de servicios (aquél, por otra parte,
cuenta con un modelo normalizado de obligada utilización, según disponen el artículo 14 del
R.D. 4/1995, de 13 de enero de 1995 y el artículo 3 de la Orden de la Consejería de Trabajo y
Función Pública, de 23 de mayo de 1995), quedaría por comentar la posibilidad de llevarlo a
cabo como contrato privado de la Administración, sujeto a la legislación civil y mercantil en
cuanto a su ejecución (disposición adicional 1ª de la Ley 14/1994), pero sometido a la Ley de
Contratos de las Administraciones Públicas en cuanto a los actos separables de preparación y
adjudicación, de acuerdo con lo dispuesto en los artículos 5-3 y 9 LCAP.
Teniendo en cuenta que el objeto del contrato de puesta a disposición tendrá como
finalidad cubrir carencias temporales de personal laboral por parte de la Administración,
resulta necesario acudir a lo dispuesto en los artículos 67 y 68 de la Ley de Función Pública
Canaria, sus normas de desarrollo, y lo que disponen al respecto las leyes anuales de
Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma, preceptos que contemplan
procedimientos específicos para la selección de personal. De acuerdo con lo dispuesto en el
artículo 9-1 LCAP, al existir tales normas específicas de procedimiento, resultarían
inaplicables a la contratación de puesta a disposición con empresas de trabajo temporal las
normas de preparación y adjudicación de la LCAP a que antes se ha hecho referencia.
No obstante, quedaría aún por dilucidar si con el sistema normativo actualmente
vigente en materia de contratación laboral y de procedimientos de selección de personal, y
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teniendo en cuenta los principios de igualdad, capacidad, mérito, libre concurrencia y
publicidad que en tal sistema normativa se propugna, la Administración de la Comunidad
Autónoma podría recurrir al contrato privado de puesta a disposición con empresas de trabajo
temporal, análisis que, al no girar en torno a la contratación administrativa, excede de las
competencias de esta Junta Consultiva.
CONCLUSIÓN:
Esta Junta Consultiva considera que el objeto de los contratos de puesta a disposición,
a suscribir con las empresas de trabajo temporal, no es tipificable como propio de un contrato
administrativo de servicios, por no tener como finalidad la satisfacción directa de las
necesidades de la Administración, en los términos contemplados en los artículos 197-3, 198-1
y 212-2 de la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas, no pudiendo ser utilizado,
por tanto, como contrato administrativo de servicios.
Las Palmas de G.C., a 29 de junio de 1999.
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