Obdulia Rodríguez

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infecciosa crónica causada por el Mycobacterium leprae, que ataca aparentemente de manera principal la piel y los nervios periféricos, aunque en su forma maligna es de hecho una infección general)).
Se acepta universalmente la existencia
de dos tipos de lepra -«formas polares)),
(Rabello, 1938 16) - totalmente antagónicos: Lepromatmm (L) o progresivo y
Tuberculoide (T) o regre~ivo. Además
se reconoce la existencia de dos grupos de casos: indeterminados (i) (Latapí,
1944 rn, 16) y dimorfos (d) o borderline
(b) 17.
El lepromatoso es el tipo progresivo,
transmisible y espontáneamente incurable
del padecimiento, se presenta en sujetos
no resistentes y se caracteriza: clínicamente, por su tendencia a la generalización; invade extensamente la piel y las
mucosas, en forma de nódulos o de infiltración difusa, lesiona los nervios periféricos y la casi totalidad de los órganos
y sistemas; bacteriológicamente, por la
presencia de numerosos bacilos de Hansen, tanto en el raspado de la mucosa
nasal, lo que está en relación con su transmisibilidad, como en el de las lesiones
cutáneas; histopatológicamente, por su es~
Dicieinbre 1958
LEPRA DE LUCIO
tructura lepromatosa típica con células de
Virchow o espumosas en cuyo interior es
posible observar gran cantidad de bacilos
y, por último, iumunológicameute, <Cpor
su situación especial, tanto en cuanto a
la resistencia inmunitaria que está francamente disminuída o aun ausente (mal
pronóstico y ausencia de respuesta verdadera, de tres semanas, a la lepromina),
como en lo que se refiere a la falta de
sensibilización específica a la lepromina
(ausencia de respuesta verdadera, tipo tuberculina, 48 hs. 23))).
Se afirma, con razón, que la lepra lepromatosa no tiene verdaderos subtipos,
«sino tan sólo aspectos clínicos de importancia variable que pueden ser estudiados desde diferentes puntos de vista 21 11.
Entre éstos existen dos formas clínicas
principales: la lepromatosis nodular (figura 1) y la descrita por primera vez en
1852 por Lucio y Alvarado 29 y denominada por Latapí, lepromatosis difusa pura
y primitiva 19; es a esta última que vamos
a referirnos en el presente trabajo.
Es clásico considerar en leprología, que
todos los casos de lepra nodular evolucionan sobre una infiltración difusa más o
menos acentuada, sin embargo, la forma
clínica objeto de esta comunicación, se
caracteriza fundamentalmente por una infiltración difusa generalizada que nunca
se transforma en nódulos. Ladislao de la
Pascua 40 señaló en 1844, pero sin entrar
en detalles, la existencia de casos de esta
Fig. 1.-Lepromatosis nodular. Caso medianamente avanzado, con lesiones nodulares típicas.
(Colección del Prof. F. Latapí)
6
305
variedad, que con el nombre de manchada o lazarina fue magistralmente descrita
por Rafael Lucio e Ignacio Alvarado 29 ,
en su <<Opúsculo sobre el Mal de San Lázaro o elefanciasis de los griegos>i, publicado en 1852.
Durante casi noventa años esta forma
clínica permanece en el olvido, hasta que
en 1937, Latapí, 44 • 1º· 24 • •16 la identifica
plenamente y la designa con el nombre
de Iepromatosis difusa pura y primitiva,
nombre con el que desde el V Congreso
Internacional de la Lepra (La Habana,
1948 16), es conocida universalmente.
Lucio y Alvarado 29 inician su Opúsculo diciendo que: <CEsta enfermedad no se
presenta en todos los casos con la misma
fisionomía, esto es, caracterizada por los
mismos síntomas. Estos varían mucho, pero todos se pueden reducir a tres formas,
las cuales casi siempre se encuentran aisladas. Estas formas son: la elefanciasis
tuberculosa, la anestésica y la manchada.
Los síntomas que las constituyen, difieren
de tal modo, que para cualquier observador que no hubiere visto un gran número
de enfermos, serían consideradas no como
formas de una misma enfermedad, sino
como enfermedades diversas. Aun a los
ojos del vulgo es notable esta diferencia,
pues se denomina de diversa manera a los
individuos atacados de forma distinta; así
es que se llama leoninos a los tuberculosos; antoninos a los anestésicos y lazarinos, a los manchados, dando este nombre
también indistintamente a cualquiera de
las tres clases de enfermos. La elefanciasis tuberculosa y la anestésica se encuentran descritas más o menos imperfectamente en los autores europeos, pero ningún autor que nosotros conozcamos, ha
descrito hasta ahora la elefanciasis con
manchas>>.
En los años que siguen y en diversas
publicaciones o en tesis varios autores
(Benítez 3 , Poncet 41. Frías y Soto· cit. por
González Urueña 13 , Muycello 33 , Reyes 42 ,
Salgado 49, Garay 7 , etc.) reproducen casi
íntegramente y sin añadir dato nuevo alguno, la descripción original de Lucio y
Alvarado, que Latapí 25 considera con jus-
306
OBDULIA RODRÍG U EZ
' Fig. 2. -Lepromatosis difusa pura y primitiva.
Caso medianamente avanzado; nótese el aspecto
infiltrado de la cara y la alopecia cas"i total
de cejas y pestañas. (Colección del Prof. F.
Latapí)
ticia, cmna obra maestra dentro de la literatura médica del siglo XIXn.
Es, en general, poco aparente en sus
manifestaciones y aún puede pasar inadvertida. Se caracteriza fundamentalmente
ya lo hemos dicho, por una infiltración
difusa generalizada que nunca se transforma en nódulos (figura 2) y por un tipo
especial de ((reacción leprosa>>, cuidadosamente descrito por Lucio 29 y para cuya
lesión cutánea elemental, expresión clínica de .una angeitis necrosante múltiple,
Latapí 44 • 1º· 24 • 46 propuso en 1939, los
nombres de fenómeno de Lucio o de eritema necrosante (fig. 3), los que desde el
Congreso de La Habana (1948), forman
Fig. 3.-Fenómeno de Lucio. Distribución y
aspecto típico -de las lesiones en distintos estadíos de evolución. (Colección del Prof. F.
Latapí)
Vol. lí
parte de la terminología leprológica in tradicional 16 , 17, 3s .
Esta forma clínica se inicia, según Lucio y Alvara do 29 , por anhidrosis , adormecimiento y hormigueo de manos y pies,
a los qye acompaña alopecia lenta pero
total de cejas y pestañas, hasta quedar la
piel ((enteramente lisa y de color rosado,
posteriormente se observa alopecia del
vello de los brazos, del tronco y muy rara
vez del de la cabeza: en esta última sólo
· la hemos notado en el punto que ocupa
la raya en las mujeres>>.
Dos o tres años después y sin que en
este tiempo se advierta alguna otra manifestación, aparecen las lesiones características de esta variedad, o sea, las ((manchas», ((al principio de color rojo escarlata muy vivo, que después de poco tiempo se oscurece o se hace ceñiciento 29n,
Siempre dolorosas, aparecen por brotes,
al principio son más numerosas en los
miembros inferiores, más tarde se presentan en los superiores y en períodos más
avanzados en la cara y en el tronco; sus
características individuales son bien definidas y su evolución peculiar. Varían en
número y tamaño, éste es, por término
medio , de 0,5 a 1 cm.; su forma es ((irregular, algo triangular>> (Latapí 19), poligonal, angulosa y su aspecto abigarrado (figuras 4 y 5).
La evolución de cada uno de estos elementos es aguda y dura aproximadamente
quince días. Son al principio corno se
dijo más arriba , eritematosos, dolorosos y
relativamente infiltrados, tres o cuatro
días después se oscurecen y su aspecto es
francamente purpúrico; posteriormente
sufren una necrosis central que se asemeja a una ampolla pequeña. Por último se
forma una escara de color rojo oscuro ((y
tan delgada -dice Lucio 29- que parece
constituída solamente por la epidermis»;
se desprende pocos días después y deja
una cicatriz superficial de color blanquecino, a la que rodea una delgada zona
hiperpigmentada, bastante característica
(figura 6).
A veces y muy particularmente en las
lesiones localizadas en miembros infería-
Diciembre 1958
LEPRA DE LUCIO
307
res, se observa la formación de una ampolla habitualmente fláccida y de color
oscuro; esta ampolla al abrirse da lugar a
una ulceración de tamaño y forma semejante a la que tenía antes de romperse,
más o menos profunda, con bordes cortados a pico y rodeada por una zona infiltrada.
Lucio y Alvarado 29 describieron también en estos enfermos: ronquera, nariz
en silla de montar y en relación con los
brotes agudos, síntomas generales: quebrantamiento, insomnio, escalofrío y ele- Fig. 4.-Fenómeno de Lucio. Aspecto a mayor
vaciones térmicas; trastornos gastrointes- aumento de variás lesiones en distintos estadíos
tinales que se manifiestan por enteritis li- de evolución. (Colección del Prof. F . Latapí)
gadas o no al brote, con «diarrea que
tarde o temprano viene a ser causa de la
muerte», hepato y esplenomegalia. Alteraciones cardiovasculares: aumento de la
frecuencia del pulso, acortamiento del silencio menor, ruidos secos o ásperos y en
raras ocasiones, soplo verdadero, arritmias, etc. «Las venas en la forma manchada -afirman Lucio y Alvaradoprincipalmente las de· los miembros inferiores, se alteran, algunas veces 'se hacen
varicosas y sobre todo salientes, pareciendo más blandas por el endúrecimiento que
hay en el tejido celular de las piernas». Fig. 5.-Fenómeno de Lucio. Aspecto de una
En el aparato respiratorio observaron lesión aislada de forma caprichosa y aspecto
abigarrado. (Colección del Prof. F. Latapí)
disnea que según ellos «depende del engrosamiento y ulceración de la mucosa
de la laringe más que de lesiones pulmonares» . Anotaron también la ausencia total de nódulos y de trastornos oculares y
llamaron la atención sobre el brillo exagerado de los ojos, que Olivera López 37
compara a los rnjos de niño»; con respecto al pronóstico hacen ver que <<dura
por término medio de seis a ocho años
rara vez más ... n.
Esta variedad de lepromatosis fue durante muchos años ignorada y en ocasiones negada por los leprólogos no sólo
extranjeros, sino mexiCanos. No fue sino
hasta 1937 en que Latapí 44, 10, 24, 46, 35 Fig. 6.-Fenómeno de Lucio. Aspecto típico de
las lesiones cicatr.izales. (Colección del Prof.
identificó los primeros casos difusos y los
F. Latapí)
presentó en las Sesiones Clínicas de la
Sociedad Mexicana de Dermatología, que
Aunque José de Jesús González 11 • 12
se fue conociendo más detalles acerca de
advirtió la infiltración difusa, hizo refeellos.
310
OBDULIA RODRÍGUEZ
Castelló y Piñero 39 , Rodríguez y Wade 4 i), para referirse a distintos aspectos
clínicos de la enfermedad, absolutamente
diferentes de la lepra de Lucio, a la que
quizá sólo se parecen como afirman Latapí y Chévez ((por la presencia de bulas y ulceraciones originadas por otros
mecanismos patogénicos 26 n.
Finalmente, es justo consignar lo que
Latapí z¡ ha dejado bien establecido, que
esta forma de lepromatosis ((no constituye por supuesto un tipo de lepra, pero
sí una forma clínica perfectamente individualizada dentro del gran grupo lepromatoso; debe distinguirse de casos aparentemente solo difusos que más tarde resultan
nodulares, pues en el típico caso de Lucio jamás aparecerán nódulos. En el capítulo de formas clínicas, esta LEPROMATOSIS DIFUSA PURA y PRIMITIVA, como la
hemos llamado debe distinguirse de todo
lo que Medina ha denominado lepromatosis de elementos circunscritos (manchas,
nódulos, lesiones foliculares); desde el
punto de vista evolutivo debe diferenciarse de las lepromatosis difusas secundarias,
consecutivas a casos I, muy frecuentes en
Méxicon.
Hemos tratado de sintetizar en el presente trabajo los conceptos fundamentales
de la descripción magistral que Lucio y
Alvarado hicieran en 1852, los datos que
desde 1937 han ido completando dicha
descripción, gracias a los estudios realizados por Latapí y los que con él forman
la escuela leprológica mexicana, así como
las observaciones realizadas en otros países sobre esta variedad de lepromatosis.
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